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Resumen:"Savater, política para Amador"  |  Sociología (2005)  |  UCES

Prólogo

¿Cual es la diferencia fundamental entre la actitud ética y la actitud política?

Las dos son formas de considerar lo que uno va a hacer, pero la ética es ante todo una perspectiva personal que cada individuo toma atendiendo solamente lo que es mejor para su buena vida en un momento determinado.

La actitud política busca el acuerdo con los demás, la coordinación, la organización ente muchos de lo que afecta a muchos. El tiempo de la política tiene mayor extensión; no solo cuenta el deslumbramiento del ahora sino también el de mañana.

En el terreno ético de la libertad del individuo se resuelve en puras acciones, mientras que en el de la política se trata de crear instituciones, leyes y formas duraderas de administración.

Capítulo Primero: Henos Aquí Reunidos

El mundo es estar entre humanos, vivir, vivir en nuestro mundo, en sociedad. Una sociedad nos va a ir dando forma, ya que es una red de lazos, que esta compuesta por el lenguaje (elemento humanizador), la memoria compartida, costumbres, leyes, etc. Viviendo en sociedad estamos recibiendo y dando constantemente.

La sociedad está pensada por nosotros y para nosotros, y por eso podemos comprender sus razones de organización y utilizarlas. Nuestra naturaleza es la sociedad, y en ella somos humanamente productos, productores y cómplices. La sociedad nos sirve, pero también hay que servirla.

Las leyes e imposiciones de la sociedad son siempre convenciones. No forman parte inamovible de la realidad; y han sido inventadas por los hombres que responden a propósitos humanos comprensibles. Sin ninguna convención (el lenguaje es convencional) en absoluto no sabríamos vivir. Estas leyes y costumbres a veces se apoyan en condiciones naturales de la vida humana, que pueden ser fundamentos nada convencionales.

Los humanos estamos dotados de instintos y capacidad racional. La razón es la capacidad de establecer convenciones, o sea, leyes que no nos vengan impuestas, sino que las aceptamos voluntariamente; es decir, instintivamente racionales.

Estas leyes que pactamos no son solamente instintivas y racionales sino que también mezcla estímulos. Como las convenciones vienen en parte del instinto, su objetivo es la supervivencia como el de todos los instintos. Pero como los instintos, también son instintivamente racionales, además de sobrevivir, responden al deseo de vivir mas y mejor.

Una diferencia entre humanos y animales, además de la razón, es que los animales mueren, y los humanos sabemos que vamos a morir. Además, el hombre tiene experiencia, memoria, y premención de la muerte, hasta el punto en que pretende la inmortalidad. Tenemos una inquietud permanente, buscamos un estímulo permanente. La inquietud nunca falta, y siempre crece; es imposible volver atrás en el tiempo y llegar a una época sin inquietudes, ya que ni sabemos cual es esa época y igualmente habrá algún tipo de inquietud.

Morir es el símbolo decisivo de nuestro destino, a la sombra del cual y contra el cual edificamos la complejidad de nuestra vida. Le buscamos a la muerte remedios simbólicos religiosos y sociales. Los remedios sociales o civiles hemos procurado fortificar nuestros ánimos contra la presencia de la muerte venciéndola en el terreno simbólico.

Las sociedades funcionan como máquinas de inmortalidad que utilizamos para combatir la amenaza de la muerte. El grupo social se presenta como lo que no puede morir, a diferencia de los individuos, y sus instituciones que sirven para contrarrestar lo que cada cual teme de la muerte.

Capítulo Segundo

Los humanos inventamos formas de sociedad, transformamos la sociedad y hacemos experimentos organizativos. Aristóteles decía que el humano es un animal cívico y político; además de ser el único animal capaz de sublevarse. Kant decía que los hombres somos “insociablemente sociables”, es decir, no es sólo obedecer y repetir, sino también rebelarnos e inventar.

La política no es más que el conjunto de las razones para obedecer y de razones para sublevarse.

La anarquía postula una sociedad sin razones para obedecer ni rebelarse, plantea: el final de la política. Ellos suponen que tenemos tendencia espontánea y natural a la cooperación, a la solidaridad y al apoyo mutuo que a todos nos beneficia. Una sociedad sin política sería una sociedad sin conflictos. El conflicto es una cosa casi inseparable de la vida en compañía con otros, por que somos demasiado sociables y la raíz de nuestra sociabilidad es imitarnos. Esa misma imitación nos hace cada vez mas parecidos, a veces tan parecidos que entramos en conflictos.

El interés (etimológicamente) es lo que esta-en-tre dos o mas personas, o sea lo que nos une pero también separa. Entonces si vivimos en conflicto es por demasiada sociabilidad, por lo que consideramos enemigos a los distintos y perseguimos a los que difieren.

Los más peligrosos enemigos de lo social son los que convierten los afanes sociales (dinero, admiración sobre los demás, influencia sobre otros) que quieren colectivizarlo todo.

La gente más sociable es la que acepta el compromiso con los demás. Actuamos solidaria o cómplicemente con los demás, pero no fundidos con los demás, confundidos y perdidos en ellos, soldados a ellos. Los hombres competimos unos con otros y nos enfrentamos por que los demás nos importan. Es por eso que damos trascendencia a la vida en común; entonces tenemos conflictos por la misma razón por la que ayudamos a los demás, por que nos preocupan, nos preocupa nuestra relación y valores que compartimos.

Entonces la política (conjunto de razones para obedecer y desobedecer) se ocupa de atajar ciertos conflictos y ritualizarlos, de impedir que crezcan hasta destruir como un cáncer el grupo social. La política también cumple otras funciones como la defensa del grupo. La exigencia de instituir de alguna forma de gobierno, algún tipo de puesto de mando que dirija el grupo; también necesita autoridad para prevenir y para asegurar un mínimo de educación.

Los anárquicos arguyen que establecer una jefatura estatal y única suele crear más problemas de los que resuelve, aun peor: los jefes dan soluciones a los problemas planteados que resultan después más problemáticas que los males que intentaban resolver. Es por eso que inventan al Todo (patria, nación, civilización) como una personalidad sacrosanta hecha de odio a los extraños, inventan una casta privilegiada y la instituyen por la fuerza, como “salvadora permanente” que en fin son solo especialistas en obedecer.

Entonces la política se ocupa de saber a quien, en que, hasta cuando y por que tenemos que obedecer; y también cuando, como y por que habrá que rebelarse.

Capítulo Tercero: A ver Quien Manda Aquí

Entonces renunciar a parte de la libertad personal y obedecer, es tratar de aprovechar al máximo las ventajas de vivir juntos. Una dirección única posibilita esa unidad de colaboración y tal dirección debe tener cierta estabilidad para garantizar la unidad social.

Nietzsche pensaba que las sociedades consisten en una serie de promesas, explicitas o implícitas, que los miembros del grupo se hacen unos a otros. Tiene que haber alguien con autoridad suficiente para que las promesas se cumplan.

Hobbes opinaba que los hombres eligieron jefes por miedo a si mismos, y que como la vida de los individuos esta enfrentada permanentemente necesitábamos someternos a un monopolizador, un gobernante.

Cualquier jefe tiene algo de tabú, y en el caso contrario no duraría ni un minuto. Por eso los jefes a lo largo de la historia se han buscado parentescos con los dioses.

A ningún hombre le gusta obedecer por que si a otro hombre, entonces prefiere considerarlo “un poco mas” que hombre y así obedecerlo sin sentirse humillado. A los gobernantes se les concede algo especial, un poder que excede al de los individuos corrientes, y pero por la misma razón no se le permiten debilidades. El “Jefe” o gobernante debe representar algo que está por encima de los individuos (La Ley) y que también Él debe respetar.

Las primeras formas de autoridad social fueron la fuerza física y la sabiduría, los conocimientos ganados a base de experiencia; constituyen argumentos eficaces que hacen rentable la obediencia.

Cada conjunto social tiene algo de infantil: la unidad de muchos entre otras cosas determinan al grupo más inestable. A veces la colectividad aumenta las capacidades del individuo, pero también los empequeñece, vuelve a hacerlos sentirse inseguros y dependientes.

Se sabe que el comercio fue el primer sustituto de la guerra, y nos lleva a pensar que los hombres nos movemos por intereses, uno nunca va a abandonar una práctica que le produce beneficios.

La forma de legitimidad, o la justificación de la autoridad provienen siempre del pasado. Se sabe que los ancianos siempre han tenido un peso de autoridad; y por ejemplo el titulo de los senadores proviene de senior, mayor, más viejo. (Habla antes de como empezó el poder a través de la sabiduría con el ejemplo de las antiguas tribus, y ancianos).

Capítulo Cuarto: La Gran Invención Griega

Los jefes antiguos, se consideraban iguales, se hablaban como iguales, discutían y decidían entre iguales y no admitían un jefe supremo mas que cuando les convenía y solo si se comportaba de un modo aceptable.

No hay nada evidente en eso de que los hombres son iguales, lo evidente es que los hombres son radicalmente diferentes entre sí. Los que salta a la vista no es la igualdad entre los hombres, sino su desigualdad.

Las primeras organizaciones sociales partieron de estas distinciones entre unos y otros. Mas adelante, los grupos se hicieron mayores y las diversidades dentro de ellos mas complicadas. Estas desigualdades entre hombres ya no dependían de las aptitudes de los individuos, sino también de su linaje familiar y posesiones. Los hombres se hicieron desiguales no solo por lo que eran, sino también por lo que tenían; y estas desigualdades se hicieron hereditarias.

La jerarquía social se justificaba por mitos y creencias religiosas administradas por los sacerdotes.

En los grupos sociales chicos y más primitivos era la naturaleza la que determinaba la jerarquía política; en las sociedades mayores fue la teología la que sirvió para justificar la existencia de castas diferentes entre los miembros del conjunto.

Poco a poco los griegos se dieron cuenta de que los individuos se parecen entre si mas allá de sus diferencias, por que todos hablan pueden pensar sobre lo que quieren o lo que les conviene, todos son capaces de inventar o rechazar algo explicando su razón. Los griegos sintieron pasión por lo humano, por sus capacidades y por su energía constructiva, astucia y virtudes; hasta por sus vicios.

Sófocles dijo: “de todas las cosas dignas de admiración que hay en el mundo, ninguna es tan admirable como el hombre”. Es por eso que los griegos inventaron la pólis, una comunidad ciudadana en la que gobierna la libertad de los hombres. Este fue el invento más revolucionario que hasta el día de hoy conocemos como democracia.

La democracia griega estaba sometida al principio de isonomía (equilibrio) : “las mismas leyes regían para todos por igual” siempre y cuando fueran ciudadanos atenienses (Varón, cierta edad, nacido en la polis, no esclavo). Nadie estaba en la misma ciudad por encima de la ley, y la ley tenia que ser obedecida por todos.

La democracia nació entre conflictos y sirvió para aumentarlos en lugar de resolverlos, ya que cuanta mas libertad menos tranquilidad. En otros reinos, el poder a veces era absoluto, como en el caso de los reyes o faraones, pero en cambio en la sociedad griega, el poder era rotativo a lo largo de la asamblea circular después de escuchar a todo el que tenia algo que decir.

Los griegos con su democracia demostraban que todos eran exactamente iguales, y que todos tenían los mismos derechos a todo. Las habilidades y méritos eran considerados un asunto público, y es por eso que nació el deporte y el teatro, en donde cada individuo mostraba y demostraba sus habilidades y méritos.

La competición deportiva es un fruto del directo establecimiento de la igualdad política, ya que eran precisas otras fuentes de distinción social; ya que solamente podían competir entre sí los que eran iguales, (el faraón no podía, por que ni lo podías mirar a la cara).

Fue en Grecia cuando por primera vez convirtieron las pasiones y emociones en un espectáculo, creando el teatro. En cada sesión los griegos asistían a tragedias y a comedias y mostraban los aspectos de humor y drama; en fin; se miraban unos a los otros y veían sus diferencias dentro de la igualdad política.


 

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