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Antropología | Resumen para el Segundo Parcial | Cátedra: Sabarotz (ex Gravano) | 1er Cuat. de 2012 | Altillo.com |
Trabajo de investigación: Identidades y capitalismo. (Benito Narvaja)
Introducción:
Los estados fundados ideológicamente en el concepto de nación no fueron
amigables con la existencia de una pluralidad de identidades. Las diferencias
fueron tomadas como problemas que debían ser superados. Esa “superación” se
impone sobre la base del idioma o nociones de “hispanidad”. El nacionalismo se
convierte en una de las ideologías más aglutinantes, constructivas y
destructivas de los últimos tiempos. Subsisten grupos que mantienen identidades
diferenciadas, cuya expresión suele ser desalentada, cuando no reprimida con
grados más o menos importantes principio de desarrollo autocentrado que le
permite muy tempranamente comenzar una fase de expansión mercantil y territorial
imperialista que retroalimenta su proceso de desarrollo. En este contexto se
desarrolla la conquista de américa y la situación colonial.
La conquista de América y los indios:
Las sociedades complejas perdieron a sus cuadros eruditos y dirigentes, artistas
y técnicos, que cayeron en lucha de sus pueblos, y se sometieron a un proceso de
aculturación que los españoles impulsaron. La relativa y contradictoria
democratización que va avanzando durante el siglo XX trae la novedad del
indigenismo, “entendido, como el pensamiento que define y justifica las
políticas públicas para los sectores de la población definidos como indígenas”.
En el congreso se reconoce la existencia del pluralismo étnico y la consecuente
necesidad de políticas específicas.
Constitución Argentina, reforma del ’94 “Corresponde al Congreso: Reconocer la
prexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar
el respeto a su identidad, y el derecho a una educación bilingüe e intercultural
[…] Asegurar su participación en la gestión referida a los recursos naturales y
a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer
concurrentemente estas atribuciones”.
En la visión de los blancos, perdieron su carácter de seres humanos completos,
cuando la ciencia del siglo XIX volcó sobre ellos un cúmulo de prejuicios
biologicistas con que la “raza blanca” justificaba su predominio. Perdieron
también el derecho a la existencia como competidores de los blancos que
representan “el progreso” de la humanidad.
Consecuencias demográficas:
Durante los primeros 100 años sufren un espantoso colapso demográfico y
cultural, del que se reponen en los siglos siguientes. Igualmente, en menos de
un siglo, la población se redujo a menos del 5% del contingente inicial.
Los “estados nacionales” latinoamericanos y los indios:
Por un lado, hay que afirmar el carácter nacional del estado que debe
compaginarse con una homogeneidad cultural. Por el otro, la puesta en valor de
muchos recursos produce que muchos territorios sean ocupados por los blancos
mediante el genocidio. Sobre la enconada resistencia de los pueblos originarios
por mantener su identidad operan fuerzas contradictorias. Por un lado, la más
general que tiende a homogeneizar en una sola cultura, a todo orbe, acompañada
por aquella que pretende lo mismo al interior de cada estado. Pero por el otro
lado, el capitalismo necesita del diferente para poder sobrexplotarlo, por lo
que por medio de las más variadas formas de marginación y exclusión reproduce,
mediante el racismo, diferencias que van a operar como un estigma que van a
permitir la supervivencia de las identidades distintas. “Donde se necesitó la
fuerza de trabajo de los indios se los mantuvo social y culturalmente
segregados”. “ Si bien la tendencia general era la unificación de culturas a
partir de la eliminación de una de éstas, no es tan útil para la mantener una
clara distinción entre el colonizador y el colonizado, que permita reconstruir
las condiciones de doble explotación indígena. Esta doble explotación por pobre
y por indio, también es observable en otros grupos que combinan la pobreza con
algún otro atributo que los pone en desventaja, como por ejemplo, los migrantes
ilegales”
Los estados nacionales, el capital y las clases sociales:
En la época clásica del capital el estado era principalmente el órgano de
opresión de una clase sobre otra, él regulaba y administraba el sistema. Crea
una competencia entre capitalistas, que están dispuestos a morir “por la patria”
cuando los capitales de otros países pusieran en peligro las ganancias de las
empresas. Así muchas guerras devinieron.
La globalización:
Según Samir Amin, el período está marcado por el control del capital
transnacional, izado sobre 5 monopolios:
1. Los que se benefician los centros contemporáneos en el terreno de la
tecnología, que exigen gastos gigantescos que sólo el estado puede sostener.
2. Los que operan en el acceso de los recursos naturales del planeta.
3. Los que operan en el ámbito del control de los flujos financieros de
envergadura mundial.
4. Los que operan en el campo de la comunicación y de los medios.
5. Los que operan en el terreno de los armamentos de destrucción masiva.
Podríamos decir, que cada período de las relaciones de producción tiene una
forma particular de hacer guerra, y que el actual, en los países imperialistas,
se caracteriza por el hecho de que ya no se pelea por la patria, sino por la
paga.
El capital globalizado no precisa más del antiguo estado para realizar sus
negocios. Estos estados pueden impedir la superexplotación, que el capital
requiere para ser competitivo. Los estados pierden poder y legitimidad.
La fragmentación conviene al capital porque:
1. Divide la resistencia
2. Legitima las diferencias, convirtiéndolas en desigualdades, justificando
desde un multiculturalismo, racismo, las terribles condiciones de vida a las que
se somete a muchas poblaciones.
La consolidación de referencias identitarias es necesaria, porque frente a la
defección del estado, al sometimiento al discurso único de la postmodernidad
globalizada de los partidos políticos, la necesidad de lucha y resistencia de
los pueblos encuentra, entre otros, en los grupos consolidados por cuestiones
identitarias.
Zizek dice que la xenofobia y el fundamentalismo religioso y étnico no sólo no
son regresivos sino que, por el contrario, ofrecen la prueba más cabal de la
emancipación final de la lógica económica del mercado respecto de su relación
con la cosa étnica.
En un principio el capitalismo de circunscribe a los confines del Estado Nación
y se ve acompañado del comercio internacional; luego sigue la relación de
colonización, en la cual el país colonizador subordina y explota al país
colonizado. Como culminación, el poder colonizador no proviene más del Estado
Nación, sino que surge directamente de las empresas globales. La forma ideal de
la ideología de este capitalismo global es el multiculturalismo, y ésta es una
forma de racismo negada: respeta la identidad del Otro, concibiendo a éste como
una comunidad auténtica, cerrada, hacia la cual el multiculturalista, mantiene
una distancia que se hace posible gracias a su posición universal privilegiada.
La emergencia indígena:
Las causas explicativas de la emergencia indígena en los noventa es la
globalización, que en todas partes del mundo, va acompañada de una valoración de
las relaciones sociales y de las identidades locales. La emergencia indígena
latinoamericana es expresión de un nuevo tipo de indígenas, incluso aquella que
habita en el campo, hasta en las regiones que continúan siendo muy aisladas.
Conclusiones:
El capital y los pueblos, se posicionan respecto al tema de identidad en cada
momento histórico tratando de imponer la postura que más beneficie a sus
intereses.
“Los pobladores del desierto”: Genocidio, etnocidio y etnogénesis en la
Argentina(Miguel Alberto Bartolomé)
El genocidio colonial:
El modelo europeizante que consta de un inmenso territorio “desierto” y sólo
transitadopor unas cuantas hordas de cazadores "bárbaros", ha sido bajo el cual
se organizó el proceso deconstrucción nacional. Durante los casi tres siglos del
mandato español, dejaron como "tierras de indios" las extensas regiones
conocidas como Patagonia y el Gran Chaco, con cuyapoblación se mantenían
relaciones tensas basadas en efímerostratados, intentos misionales, ataques
ocasionales y expediciones punitivas.El peso de la colonización recayó sobre los
pueblos del noroeste argentino que fueron víctimas de la violencia, de las
epidemias y de la dilución étnica derivadade las recongregaciones (juntaban a
los pueblos con sus culturas) y de las desnaturalizaciones (traslados masivos a
grandes distancias). También los jesuitas lograron la desaparición étnica en el
sur del Gran Chaco y en el litoral mesopotámico.
Genocidio republicano: la conquista del "desierto".
En las últimas décadas del siglo XIX, el Estado decidió conquistar y consolidar
sus "fronteras interiores" pertenecientes al control indígena. La "guerra
delmalón" (incursiones bélicas indígenas contra los establecimientos
criollos)justificaba ideológicamente la guerra de exterminio.El desierto era
desierto a pesar de la presencia humana carente de humanidad reconocible. Así,
la necesidad de ocupar las fronteras con los países limítrofes, las demandas de
tierra por parte de loshacendados para incrementar la producción de carnes y
granos y la voluntad de acabar con la llamada "amenaza india", fueron las
razones que determinaron la "Conquista del Desierto". Los indígenas
fueronderrotados por los ejércitos. Aunque también, se recurrió a enviar
prisioneros con enfermedades contagiosas a las aldeas que no se doblegaban.
Atrás de las tropas iba la presencia modernizadora del ferrocarril
británico,incrementando la capacidad del transporte y agilizando la economía
exportadora (o succionadora) quecontinuaba la herencia colonial.Después de la
derrota en el Chaco, los antiguos cazadores pasaron adesempeñar como peones
rurales de los establecimientos madereros. Pero ante las continuas rebeliones,
se firmó un contrato con los azucareros del área occidental, comprometiendo la
mano de obra indígena einstitucionalizando el sistema de patronazgo.
Para 1880, el darwinismo social y la casi teológicaidea del progreso, que habían
llegado a Buenos Aires, tenían su paradigma de referencia en la Europa blanca y
hacia ese modelo se dirigióel esfuerzo poblacional. Así, se dictaron leyes de
inmigración y entre 1871 y 1914. La inmigración dejó un saldopositivo
(radicados) de alrededor de tres millones de personas. Se había cumplido el
anhelado propósito detener una nación blanca. Así, hacia principios del siglo XX
a los argentinos les gustaba compararse conAustralia, pujante colonia británica
a la que había superado en producción y en crecimientodemográfico.
Los sobrevivientes actuales
Mapuches sobrevivientes o arrinconados en reducciones (reservas
territorialesadjudicadas por el Estado), donde la mayor parte de las tierras son
malas y ubicadas en loscontrafuertes andinos o en la tundra patagónica donde el
clima es extremadamente riguroso eimposibilita el desarrollo de una agricultura
redituable. Los recursos insuficientes obligan a buenaaparte de las poblaciones
a migrar hacia centros urbanos donde existademanda de mano de obra no
especializada. En un diagnóstico pionero, destacaron que las condiciones
coloniales de dominio y subordinación de lapoblación indígena no habían
desaparecido, sino que incorporaron nuevas modalidades formales talescomo el
endeudamiento cíclico, el despojo de tierras, los intercambios asimétricos y la
inducción alalcoholismo. Los descendientes de quechuas y aymarasestán atrapados
en las redes de una agricultura minifundista de bajo rendimiento, que los obliga
a lamigración estacionaria a pesar de los fuertes lazos que aún los unen a la
vida comunitaria. Se ha destacado lapersistencia de una identidad regional
distintiva, cultural y comunitariaque, a pesar del mestizaje histórico, tiende a
asumirse como indígena en las últimas décadas. En elloinfluye la discriminación
y los intercambios desiguales con la población que se considera “blanca”, lo
quecontribuye a mantener las fronteras étnicas entre grupos que se perciben y
son percibidos comodiferentes.
Etnocidio institucional: el Estado ante los indígenas.
En 1928 se crea una comisión especial de Diputados que se limitó a proponer el
reforzamiento de lostratados de paz preexistentes y a impulsar a que los
indígenas fueran incorporados en forma máspermanente al contingente de los
semiproletarios rurales. En 1947, la Dirección de Protección al Aborigen, la
cual fueincapaz de alterar la estructura del sistema de despojo que padecían sus
"protegidos". Hacia 1958 se fundó la División deAsuntos Indígenas, influenciada
por indigenismomexicano pero en 1961 (golpe militar), se disolvió se resucitó
una Dirección de Protección al Aborigen. Considerando, de acuerdo a
laperspectiva militar, que los indígenas no constituían un "problema nacional"
sino regional, sedescentralizó la dependencia federal constituyéndose diversos
departamentos de Asuntos Indígenas enlas provincias. El nuevo gobierno militar
de 1966, volvió a centralizar el Departamentode Asuntos Indígenas ya quelos
indígenas sí constituían un "problemanacional", puesto que muchos de los
asentamientos se congregaban en áreas de fronteras y éstas eransignificativas
para la doctrina de "seguridad nacional".
En 1983 regresó la democracia y en 1985 se creó el Instituto Nacional de Asuntos
Indígena
(INAI). Sus actividades de tipo asistencial y legalfueron obstaculizadas por la
falta de presupuesto y por su énfasis propagandístico de las
políticasgubernamentales sobre el sector indígena. Capaz se trató del
“indigenismo de participación” de México por el fracaso de lasprácticas
integracionistas o lo representó la creación de la “Comunidad Educativa
Intercultural”, que recurre a la participacióncomunitaria y a la formación de
maestros bilingües. También contribuyó la Reforma Constitucional de 1994, uno de
cuyos resultados fue el reconocimiento legalde la preexistencia de los grupos
indígenas en el territorio del Estado, así como su capacidad paraobtener
personería jurídica, la propiedad comunitaria de la tierra y el derecho a
mantener y desarrollar sudiferencias lingüísticas y culturales. Sin embargo ante
las crisis económicas su capacidad de acción se encuentra severamente limitada.
Igualmente, todas las políticasdemocráticas se basaron en un mismo principio:
para ser argentinos de plenoderecho los indígenas debían renunciar a su
condición étnica y asumir el modelo cultural que les ofrecía el Estado. Es decir
que se les ofrecía un derecho a la existencia, concedido a cambio de que
asumieran esa inducción al suicidio culturalque hoy llamamos etnocidio.
Durante el siglo XX, raramente selos consideraba “indios” sino, curiosamente,
“negros”. La mitología nacional de la Conquista del Desierto, proponía (y
propone) indirectamente que todos los indios hanmuerto, ahora se vive en la
patria del criollo cuyos antepasados son los gauchos. Por ello la poblacióndel
“interior”, como se llama al conjunto del país que no es Buenos Aires, carece de
“indianidad” pero node “negritud”. Se trata de un extraño componente poblacional
cuya nacionalidad es puesta muchasveces en entredicho, ya que su aspecto los
asemeja más a bolivianos o paraguayos que a “auténticosargentinos”. Pero
ladiscriminación objetiva existente, no excluye la eventual y cíclica eclosión
de encendidos discursosnacionalistas, institucionales o contestatarios de
acuerdo al momento político, que aluden a las “raícesindígenas” de una población
de colonos que no se da muy por aludida.
Emergencia étnica y movimientos etnopolíticos
Hacia 1968 algunos indígenas residentes en Buenos Aires fundaron el Centro
Indígena de Buenos Aires (CIBA), primeraorganización indígena estructurada en
términos etnopolíticos, a este Centro confluyeron indígenas provenientes de
distintos grupos,homogenizados ideológicamente por la agudización de la
confrontación interétnica. Las primeras consignas se orientaron a la
reafirmación de susidentidades étnicas.
En 1971 CIBA se transformó en la Comisión Coordinadora de Instituciones
Indígenas dela República Argentina (CIIRA), la que pretendía nuclear a todos los
indígenas residentes en Buenos
Aires y proyectar su acción hacia el interior del ámbito nacional. En 1970,
había surgido la Confederación Indígena, ésta fue creada por terratenientes,
militares y políticos locales,que la percibieron como una forma de captación del
voto indígena, y unmecanismo de reaseguramiento del control de las zonas
fronterizas. En 1972 laCCIIRA organizó en unión con la Confederación, el Futa
Traun alque se invitó a representantes de los otros grupos étnicos del país.
Cabe señalar que algunos gobiernosprovinciales no enviaron delegados “ya que no
había indígenas en sus territorios”. Independientemente de los intentos de
manipulación oficiales, estos encuentros comenzarona generar una dinámica propia
y un efecto de resonancia que se extendía con una rapidez inusitada.
El gobierno populista del momento, ylos intentos de manipulación generaron
conflictos que llevaron a la disolución de CCIIRA., la que se restructuró en una
nueva organización denominada Federación Indígena de Buenos Aires, la cual al no
aceptar la co-opción fue reprimida, al igual que la deTucumán la de Chacoy sus
dirigentes fueron perseguidos y muchosencarcelados. Los miembros remanentes de
las disueltasorganizaciones constituyeron en 1975 la Asociación Indígena de la
República Argentina (AIRA). Dichaorganización se propuso evitar en sus filas
colaboradores no-indígenas y excluir de su líneaprogramática la definición
política coyuntural. Los propósitos de la AIRA fueron: tierra,cultura y
reconocimiento político.
Progresivamente se desarrollaron numerosas organizaciones regionales cuya
demanda básica,aparte del reconocimiento por parte del Estado, estaba dirigida
hacia la restitución de las tierras de lasque fueran despojados. Este objetivo
dinamizó una restructuración de los movimientos en búsqueda de ampliar su
fuerza, incluyendo ala mayor cantidad posible de los miembros de un mismo grupo
etnolingüístico. Muchos movimientos contaron con el apoyo del Equipo Nacional de
laPastoral Aborigen (ENDEPA) de la Iglesia Católica Argentina, otros con el
auxilio de ONGs, sectoresuniversitarios, movimientos políticos, partidos y
eventualmente instituciones estatales. El hecho a destacar que han cubierto
prácticamente todo el territorio y hacen cada día másdifícil, tanto para el
Estado como para la sociedad civil, seguir asumiendo que ya no hay indígenas en
laArgentina.
Procesos de etnogénesis
En los ‘60se realizaba una especie de “etnografía de rescate”, tratando de
registrar todos los datos lingüísticos yculturales que nos pudieran proporcionar
los últimos supervivientes de aquellas culturas condenadas a ladesaparición.De
pronto muchos pueblos mitificados a quienes se consideraba sólo como
uncampesinado genérico, reclaman una presencia y una identidad étnica que
desconcierta a los testigos deesta etnogénesis.
El concepto de etnogénesis ha sido utilizado:
1. Para dar cuenta delproceso histórico de la configuración de colectividades
étnicas.
2. Para designar alsurgimiento de nuevas comunidades que se designan a sí mismas
en términos étnicos, paradiferenciarse de otras.
3. Dentro de la actual literatura europea, para calificar el auge de
losnacionalismos diferenciales dentro de estados multiétnicos.
Antonio Pérez distingue a las etnias reconstruidas, es decir a aquellas que
perdieran hace poco sus bases culturales identitarias pero que mantienen una
continuidad territorial, parental o histórica, y a las etniasresucitadas, cuya
relación con el pasado proviene en parte de la memoria y en parte de la
literatura existente sobre el grupo. Se va a utilizar para designar los procesos
de actualización identitarias de grupos étnicos que se consideraban cultural y
lingüísticamente extinguidos y cuya emergencia contemporánea constituye un nuevo
dato tanto para la reflexión antropológica como para las políticas públicas.
Hay que diferenciar también a la etnogénesis de los procesos de
revitalizaciónétnica de los grupos etnolingüísticos, carentes de una
organización política abarcativa. Esto refiere a las actuales
dinámicasetnopolíticas que proponen la construcción o reconstrucción de sujetos
colectivos, protagonizadas por grupos etnolingüísticos que perdieron, o nunca
tuvieron, la experiencia deuna movilización conjunta en pos de objetivos
compartidos. La lógica socio-organizativa tradicional de lassociedades
chaquenses, basada en los procesos de fisión y de fusión de bandas de caza y
recolección,no determinaba el desarrollo de identificaciones colectivas. Tampoco
los mapuches, cuya tradición de sociedadde linajes asociados en clanes
territoriales ha sido parcialmente sustituida por el desarrollo decolectividades
residenciales. Son sociedades segmentarias, las que tienden a nodesarrollar
sistemas políticos generalizados que incluyan a todos los miembros de un grupo.
No existían entonces en el pasado las “naciones”tehuelche, toba, mapuche o
guaraní, como lo entenderían las ópticas nacionalitarias decimonónicas,
sinogrupos etnolingüísticos internamente diferenciados en grupos étnicos
organizacionales, que podían no tener mayores relaciones entre sí. Es por ello
que los rótulos étnicosgeneralizantes, tales como guaraníes, tehuelches, tobas o
mapuches, son más adjudicacionesidentitarias externas que etnónimos propios,
aunque ahora se recurra a ellos para designarse comocolectividades inclusivas y
exclusivas Las culturas del presente luchan entonces por constituirse
comocolectividades, como sujetos colectivos, para poder articularse o
confrontarse con un Estado en mejorescondiciones políticas, ya que la magnitud
numérica y las demandas compartidas incrementa susposibilidades de éxito. Se
trata de la creación de un nuevo sujeto histórico al que podríamos llamarPueblos
Indios, entendiéndolos como “naciones sin estado”.
La autodefinición étnica que exhibieron decenas de miles de kollas del noroeste,
a los que se había pretendido caracterizar como un campesinado que mantenía
tradiciones andinas. Pero también resultaba impactanteque millares de criadores
de ovejas y peones rurales o urbanos de la Patagonia se reclamaran comomapuches
y todavía hablaran de la “época de la invasión” para referirse a la “gesta
patria” de laConquista del Desierto. Incluso se advirtió, creo que con desazón,
que ni la religión impuesta porlos anglicanos en el Chaco bastaba para que los
toba, los pilagá, los guaraníes o los wichí dejaran deserlo.
Se desarrollaron así procesos sociales de identificación que ahora expresan
laemergencia de nuevas identidades, asumidas como fundamentales por sus actores,
dentro de contextoshistóricos y contemporáneos en los cuales se mantienen
fronteras entre grupos percibidos comodiferentes. En estos casos las
identificaciones nose “inventan” sino que se actualizan, aunque esa
actualización no recurra necesariamente a un yainexistente modelo prehispánico.
Se trata de recuperar un pasado propio, o asumido como propio, parareconstruir
una membresía comunitaria que permita un más digno acceso al presente.
El tema de la etnogénesis, entendido como reconstrucción identitaria, es
sumamentecomplejo y no se presta a una interpretación unívoca.
En primer lugar podríamosdestacar que se puede tratar de casos de
desconocimiento de realidades preexistentes, tanto por partetanto de los
científicos sociales como de las instituciones estatales y de la sociedad civil.
Si éste es el caso, cabe apuntar dosrespuestas posibles. Por un lado la ceguera
ontológica adjudicable tanto a la antropología como a lasociedad nacional, que
no supieron o no quisieron reconocer esas presencias. Por el otro lado se
puedeproponer el desarrollo de una “identidad clandestina”, por parte de
colectividades sociales, cuyaestigmatización étnica las indujo al desarrollo de
una “cultura de resistencia”, queposibilitara su reproducción histórica y social
al margen de la sociedad envolvente. En un país que sepresume blanco y donde las
mentalidades racistas todavía se mantienen, ser indio es una ofensa, perono ser
suficientemente indio también puede ser una inadecuada forma del ser. Una
antropología que alcomienzo buscaba el exotismo, después el folklorismo
nacionalista (los “orígenes nacionales”) yfinalmente la exclusión de lo indígena
de su práctica profesional, no estaba preparada para reconocerexistencias
étnicas que no se ajustaran a sus filtros ideológicos, a los que consideraba
basados enprincipios académicos.
Se puede ser mapuche e ingeniero atómico o toba y arquitecto. Sin embargo la
etnogénesissorprende a aquellos que ven a obreros, artesanos, profesionales o
empleados públicos manifestándosea sí mismos en términos étnicos y recurriendo,
en oportunidades, a indicadores visibles de la filiación,tales como plumas o
ropajes, que inducen a considerarlos en términos performativos de acuerdo a
laterminología de moda. En los procesos de afirmación étnica, y en especial en
los encuentrosinterétnicos, es frecuente que se recurra a emblemas identitarios,
es decir a rasgos materiales oideológicos, propios o apropiados, que argumenten
de manera explícita la identidad de sus poseedores:de esta manera las ropas o
las artesanías (ponchos, fajas, sombreros, etc.) son re-significadas y pasan
adetentar un valor emblemático que estaba ausente en su uso cotidiano. Se pueden
movilizar recursos lingüísticos o culturales para alcanzar determinados
propósitos, pero estoquiere decir que los recursos existen y no que se están
inventando en ese momento. La manipulación dela identidad étnica no incluye
necesariamente la mentira o la falsificación de la misma, aunque esindudable que
es un recurso para la acción.
El caso es que a pesar de todos los esfuerzos estatales no se logró la
construcción de una
Argentina blanca y culturalmente homogénea. Los procesos actuales, más allá de
sus fluctuacionescoyunturales, inauguran la posibilidad de un país culturalmente
plural, que no necesite mitificar losaspectos étnicos de su pasado y de su
presente, sino que los acepte tal como son. Pero esa aceptaciónno puede ser
solamente retórica, sino que debe plasmarse en un nuevo tipo de colectividad
estatal, enla que los Pueblos Indios tengan derecho a la reproducción cultural y
a la autonomía política.
La construcción de estereotipos en base a inmigrandes “legales” e “ilegales” en
Argentina (H. Sabarots)
Introducción:
Bajo la fuerte ideología de progreso en el siglo XIX, los revolucionarios del
Río de La Plata apostaron a repoblar con “sangre europea” y generalizar la
educación pública como condiciones necesarias para la consolidación nacional y
la integración económica con Europa. El trauma fundacional de la oposición entre
barbarie y civilización, iba a crear el mapa de distribución del poder; colonos
e indígenas, extranjeros y colonos, blancos y negros. Los estereotipos sociales
se refieren a las imágenes simplificadas y generalizadoras que se construyen
alrededor de determinados colectivos y se generan mediante la dinámica de
prejuicios. Cuando un estereotipo adquiere una fuerte carga negativa acusatoria
estamos en presencia de un estigma, justificándose entonces a un trato
diferencial para con ellos.
Argentina frente a los inmigrantes:
La inmigración masiva de población europea constituyó una pieza fundamental en
la propuesta de constitución del país. La política de migración argentina
produjo ese efecto deseado de repoblación. El modelo de país de 1853 suponía una
estrategia de eliminación física de la población nativa, que simbolizaba el
atraso y que constituía una amenaza continua hasta finalizada la conquista del
desierto y el poblamiento con contingentes europeos. A los cuales acogían en los
puertos de Buenos Aires y Rosario proporcionándoles techo y alimentos durante 5
días luego del arribo, franquicias para el ingreso de todo elemento que
favoreciera el desarrollo económico y técnico. También se contempló la donación
de tierras a los inmigrantes campesinos hasta 1870 que sufrió ciertas
restricciones. Ello produjo un importante impacto en la distribución desigual de
la población y en la concentración en las principales ciudades del litoral y
algunas del interior. Sus prioridades apuntaban a mejorar su situación económica
y retornar a la patria. Desarrollaron en la Argentina una densa trama de
asociaciones que tendían a mantener su identidad nacional y a desentenderse de
la política local o al menos no privilegiarla. Las formas de exclusión
institucionalizadas del propio sistema político fueron reforzadas también por la
construcción de imágenes estereotipadas mutuas. A pesar de las grandes
dificultades de los primeros tiempos de residencia del país, gran parte de los
descendientes de inmigrantes lograron un ascenso social, e incluso alcanzar
lugares de poder destacados. Ellos pasaron a ser un actor cotidiano,
diferenciable pero conocido, que podía ser objeto de burlas o bromas pesadas,
pero dentro de un juego en el que ellos mismo participaban, donde el resultado
no era la exclusión social. Todo ello abonó un terreno de imágenes sociales que
avalaba una visión positiva de los inmigrantes extranjeros de ultramar.
Inmigrantes de países limítrofes y grupos periurbanos producto de migraciones
internas del campo a las ciudades, van a ser objeto de una discriminación
racista en sentido desigualitario. Estos estereotipos que configuran estos
sectores, van a ser complementados con el “inmigrante ilegal” o sólo “ilegal”
que supuestamente se dirige a aquellos indocumentados de países limítrofes,
racializando y poniendo bajo sospecha de ilegalidad a todos aquellos que por
poseer rasgos físicos, por “portación de cara”, cargan con el estigma.
Unos “inmigrantes exóticos”
Al principio hubo una clara hostilidad hacia los japoneses debido al rol
protagónico contra la alianza europeo-norteamericana durante la segunda guerra
mundial. Luego,terminando el conflicto y en el proceso de reconstrucción y
ascenso de la economía japonesa de postguerra, la imagen y la actitud con
respecto a los inmigrantes japoneses va a cambiar favorablemente.
La distribución por actividad, dentro de la comunidad japonesa en Argentina es:
42% tintorería, 18% floricultura, 14% asalariados y el 8% diversas actividades
de agricultura y ganadería. El 18% restante, de segunda y tercera generación que
ha accedido a mayor calificación e inserción en los ámbitos no japoneses. Se
trata de una colectividad minoritaria en el país, no obstante, constituyen un
colectivo de inmigrantes con rasgos físicos que contrastan con la mayoría de
origen latino.
En la televisión los integra como personajes típicos en programas humorísticos y
en las propagandas, integrando la galería de actores sociales estereotipados a
partir de los inmigrantes.
Esa imagen hoy desdibujada de japonés tintorero, en parte es remplazada por el
actual mini-mercado coreano o chino que se ha expandido en los ‘90.
Se ha conformado un mosaico de diversidad étnica que hace de los lugares
deencuentro un auténtico laboratorio socio-antropológico para analizar las
conductas, pensamientos y sentimientos mutuos, en los que intervienen también
los valores del personal de la escuela, destacado en tanto discurso con poder
legitimado desde el Estado.Son los productores más prósperos y los japoneses, a
pesar de la dificultad del idioma, quienes integran la cooperadora y otras
formas de participación vinculado con lo público-estatal. Mientras que los
“criollos” entran todos los demás actores sociales locales que suelen ocupar una
posición socioeconómica más débil y, en ocasiones, subordinada a los
“extranjeros”.Se estigmatizan de modo polar los extranjeros como encarnación de
los valores positivos y en contraparte, los “criollos” con los valores opuestos.
Extranjero progresista como el héroe mítico fundador que se impone al atraso de
la población nativa “bárbara”.
Nuestros hermanos latinoamericanos:
Los de origen boliviano comienzan a tener más relevancia social en la medida que
son objeto de interés por parte de los medios de comunicación, algunos políticos
e incluso sindicatos como los de la construcción que los acusan de robar el
trabajo a los argentinos.
La existencia de los inmigrantes ilegales es un “problema social” relativamente
nuevo en la argentina. Una primera visión superficial del tema podría limitarse
a indicar una creciente afluencia de inmigrantes, provenientes de zonas
fronterizas, que tienden a provocar transtornosen la economía, distorsionando el
mercado laboral y, además, dada su condición de ilegalidad por falta de
documentación, los ubicaría en subculturas marginales de la sociedad fácilmente
proclives a la delincuencia. La incidencia de migrantes limítrofes casi no ha
variado a lo largo de la serie histórica, reflejando que losmovimientos desde
esos países han ocurrido antes, durante y después de la llegada masiva de
inmigrantes europeos.Como consecuencia del cambio en la composición de las
corrientes internacionales, su cuota entre los extranjeros se ha ido elevando
hasta constituir, actualmente, la mitad de los mismos. Es notable cómo con el
aumento del desempleo se incrementa el discurso que responsabiliza a los
inmigrantes limítrofes de tal situación, en tanto a trabajadores ilegales que
quitarían puestos de trabajo a los argentinos y deprimirían a los salarios.
Parece ser mas una “invasión percibida” o construida más que real, cuya
explicación no se encuentra tanto en los datos demográficos objetivos, sino más
bien en los medios de procesar ideológicamente, en las luchas entre sectores
hegemónicos y subalternos, las tensiones sociales producto de la aplicación de
los modelos neoliberales vigentes.
Para el caso muchos inmigrantes latinoamericanos existe una profunda brecha
entre la extensa u compleja burocratización de los trámites administrativos, por
un lado, y la cultura y situación penosa por otra. El inmigrado reciente tiende
a no conocer aspectos que para “los nativos” resultan recetas básicas de
interacción y que su falta de familiaridad lo lleva a cometer lo que, desde la
perspectiva del grupo exterior, constituyen torpezas y faltas imperdonables.
La construcción simbólica de la ilegalidad de los inmigrantes latinoamericanos,
tiende hacia una presunción de culpabilidad al inmigrante de su propia
situación. Adjudicar la categoría de ilegal a los individuos ensombrece la
responsabilidad de la administración, ocultando el mecanismo subyacente, donde
la víctima de la política migratoria discriminatoria aparece como moralmente
responsable de su propia ilegalidad.Sin embargo, si bien los medios son
generadores y forzadores de representaciones colectivas, basan necesariamente
sus lógicas de producción de verdad en los contenidos presentes en las
representaciones y el acervo cultural de sus audiencias.
Hay que mencionar que particularmente en los últimos años algunos medios de
comunicación han puesto el tema de la xenofobia en la discusión pública,
registrando y denunciando hechos de discriminación y difundiendo encuestas que
avalan un aumento de esa tendencia.
Conclusiones: nuevas condiciones para la xenofobia
La mirada sobrevaluada de algunos inmigrantes cobra sentido en función de la
mirada subvaluada de otros. El racismo como ideología y en función de la visión
jerárquica de la humanidad, requiere a ambos procedimientos: rebajar a unos en
función de enaltecer a otros.
Los cambios en el contexto socioeconómico e histórico a lo largo de los 80 y 90,
condicionan las formas de manifestación del racismo y la xenofobia,
interpretando a éstas como representaciones dinámicas que pueden vincularse a
los propios mitos de origen de la nación argentina, pero también sometidas a las
nuevas condiciones impuestas de apertura económica, transformación del mercado
laboral y mundialización, que requiere de una restructuración institucional, es
especial del Estado. En las lucha por las Islas Malvinas, una corta primavera de
rebrote nacionalista que diluía en el imaginario las diferencias de clase,
etnia, religión y entre civiles y militares, se vivió en esa época. La derrota,
la aceleración de la transición democrática posterior y el juicio a las juntas
militares, crearon oro escenario social de reconstrucción institucional. Estado
penitencia, se trata de la creciente penalización de la pobreza y la llamada
“tolerancia 0” en tanto método de lucha contra la inseguridad, como ideología
transnacional complementaria, en plano político de la economía neoliberal. Estas
transformaciones, que parece acompañar un cambio global de los sistemas
represivos y penales, generan una acción selectiva concentrándose en aquellos
colectivos más estigmatizados y demonizados, quienes tendrán más probabilidades
de poblar dichas cárceles.
El racismo y la estigmatización del otro(Valeria Gigliotti, Rodolfo
Gutiérrez,Érica Lander y Nora Ublich)
Introducción
Racismo es la creencia en que un grupo humano es intelectual, psicológica o
culturalmente inferior a otros. Este grupopercibido como inferior ha sido
identificado a partir de ciertas características visibles enel fenotipo o en la
cultura, que se generalizan como marcas de ese grupo y se interpretancomo
naturales y hereditarias. La existencia del otro polo, el delsector de la
sociedad que construye estas percepciones y se considera superior. Estaidea se
conforma también con el intento de naturalizar y fijar las diferencias
asociándolasa ciertos factores hereditarios. La ilusión de conservaruna presunta
“pureza de raza”, al percibir la mezcla, el contacto y el intercambiointergrupal
como un mal a evitar.Además, la supuesta “superioridad”,constituida por rasgos
físicos, intelectuales, morales y/o culturales, ha posibilitado el
enmascaramiento y la justificación de diferentes situaciones de
marginación,discriminación, dominación y despojo registradas en diferentes etapa
históricas.
El racismo es un problema social e histórico
Los grupos víctimas de los prejuicios y prácticas racistas fueron variando
históricamente.En nuestro país hubo tres diferentes períodos:
• El primer período durante la “modernización”de Argentina (fines del siglo XIX
principios del XX): Adquieren relevancia la ocupación delterritorio, la política
de desarrollo de la Nación y el aporte inmigratorio como mediopara llevarla
adelante. Para los sectores dirigentes de este período era indispensable poblar
el país, atraer yasentar colonos en las “zonas despobladas”, para lograr el tan
deseado progreso. La Ley Avellaneda de Inmigración y Colonizacióncontemplaba
otorgarlesfacilidades para la adquisición de tierras para lo que se procedió a
la expulsión y exterminio de las poblaciones indígenas. Igualmente, los
extranjerosque llegaron provenían delas zonas más pobres de Europa y no lograron
afincarse en las zonas rurales. El inmigrante europeo fue estigmatizado, se lo
caracterizaba desdela ignorancia, la avaricia, la suciedad, ladeslealtad, la
falta de moral. Grandes contingentes de personas no encontraran posibilidades de
radicación en laszonas rurales, y decidieron quedarse en ciudades como Buenos
Aires y Rosario,iniciando un fenómeno de crecimiento urbano no previsto.
• El segundo período (del ’30 al ’50).La crisis de 1930 impactó en el campo,
provocando que muchos campesinos se trasladaran a las ciudades, principalmente a
Buenos Aires.Comienza a crecer con fuerza el sentimiento de invasión, que remite
a lasrelaciones conflictivas que van construyendo el espacio socio económico y
político de laNación. A esto se suma el descontento de los sectoresmejor
posicionados, provocado por la movilidad social y la políticarelacionada a la
clase obrera que significabamayores gastos alos sectores
industrialesyagro-ganaderos. Se expresaba tanto su condiciónsocial de
“inferiores” como sus prácticas extrañas e inadecuadas para la vida
“civilizada”.Según Hugo Ratier son sus hábitos, la manera de actuar, de hablar,
sus costumbres, sumoral, los que son estigmatizados bajo el rótulo de “cabecitas
negras”, fórmula queexpresa un prejuicio de clase.
• Como tercer período presentamos el momento actual, en el que las
representaciones racistas continúan descalificando a la población que llega de
las distintas provincias delpaís. Pero encontramos que además se construyen
enfáticamente alrededor de los gruposmigrantes de países vecinos -principalmente
Perú, Bolivia, Paraguay- y asiáticos.Lentitud, atraso, pobreza, falta de aseo,
dificultades de expresión, todos estoscalificativos son los que en definitiva
van construyendo las imágenes consensuadas anivel social sobre los
otros-bolivianos. La construcción del “otro” revela una imagen recurrente del
inmigrante como no deseado, susceptible de ser discriminado,excluido y
perseguido. El “otro” es visto de forma negativa, incentivando
imágenesxenófobas, prácticas discriminatorias y racistas.
El racismo es una construcción social
Interaccionesconcretas, representaciones, estas prácticas se vinculan a su vez
con las formas de percibir,valorar, sentir y pensar que tienen los sectores que
conforman la sociedad. Lasrepresentaciones sociales son maneras de interpretar y
pensar nuestra realidadcotidiana, orientan nuestra comprensión y
comportamientos. Están constituidas pordiferentes aspectos: imágenes que
condensan significados, sistemas de referencia queguían la interpretación
otorgando un significado a lo que sucede y categoríasclasificatorias que ordenan
la realidad. Circulan en diversos ámbitos:nos permite interactuar sin necesidad
de reflexionarpermanentemente acerca de los “otros” y sus comportamientos. Las
actitudes corporales, las miradas, tambiéntransmiten significados y conforman
prácticas. En el caso de Argentina, la relación entre “nosotros” y “los otros”
serepresenta como una relación entre opuestos, antagónica. Este antagonismo toma
cuerpo a partir de la idea de “peligrosidad social”, eneste caso “los otros”
quedan asociados indefectiblemente a diversas imágenes con cargasvalorativas
negativas: ilegalidad, inmoralidad, invasión, delincuencia, usurpación,amenaza y
atraso.
El racismo es una justificación ideológica
El proceso de expansión colonial del siglo XIX pudo llevarse a cabo gracias
alestablecimiento de relaciones de dominación, inferiorización y
deshumanización,posibilitadas por los mecanismos de opresión ejercidos desde el
siglo XVI. Nativos, permitieron que los “otros” no sólo fueranpensados sino
también tratados como inferiores. El hombre fue transformado en unamercancía, el
tráfico de esclavos pasó a constituirse como el comercio más lucrativo. Los
400años de dominación colonial permitieron que en el siglo XIX los estereotipos
y prácticas,que toda situación colonial conlleva, se cristalizaran tanto en
dominantes comodominados, los dos polos de la relación asimétrica.En el siglo
XIX, el “darwinismo social”, explica o justifica las desigualdades entre los
individuos y las poblaciones apartir de la selección natural. Quienes eran
másfuertes debían imponerse, mientras que los más débiles debían desaparecer,
sersometidos o apartados, para que la sociedad no se degradara. Para esta
visión, lospobres, los perezosos y los improductivos no tenían derecho a vivir a
expensas de losdemás, su desaparición era interpretada como un efecto
beneficioso para toda lahumanidad.En este contexto ideológico del siglo XIX la
jerarquización social empieza a sustentarse através de diferencias anatómicas
perceptiblesqueenmascararán lasrelaciones de desigualdad y explotación.
Desarrollo del discurso racista
En este contexto el pensamientomoderno se caracterizará por la aspiración al
control y dominio de la realidad y delhombre. La ciencia postulará una imagen de
la naturaleza en términos de regularidadesy leyes universales, matemáticamente
representables el universo comienza a ser concebido como una “máquina”. Porun
lado, esta máquina estará conformada por diferentes partes, donde cada
unacumplirá una función separada y analizable y en la que el todo operará de
modo regulary ordenado y, por el otro, será una máquina factible de ser
desmontada para serestudiada y luego reconstituida reducir científicamenteel
alma, la mente, la conciencia a aspectos puramente observables: orgánicos
oconductuales.Es por ello, que la clasificación de la humanidad en razas muy
distintas entre sí duranteel siglo XIX, abrevará en estas interpretaciones
prexistentes, que harán del cuerpohumano el laboratorio ideal para poner en
práctica estas concepciones.
Las clasificaciones y el concepto de raza
Cada especieestaba representada por un “tipo perfecto” y todas las variaciones
respectode este “tipo” se consideraban imperfecciones. De esta manera, la
clasificación de lasformas permitía un mejor conocimiento del “plan racional del
creador”.Los monogenistas creían que el origen de lahumanidad se había dado a
partir de una única fuente (Adán y Eva) pero al ser expulsados del paraíso
habían degenerado en múltiples razas. La clasificación más aceptada eran la que
incluíacinco razas en un orden de jerarquía: caucásica o blanca, mongólica,
malaya, americanay negra. Los poligenistas, en cambio, sostenían distintos
orígenes para las diferentes razas, defendían la supremacía del hombre blanco y
trataban de evitar el entrecruzamientoentre razas. Los negros son:“indolentes,
traviesos, sensuales, imitativos, sumisos, afables,veleidosos, inconstantes,
devotos, cariñosos, en un grado solocomparable con los niños, con una mente
infantil”.Morton, uno de sus exponentes, rellenaba lacavidad craneana con
semillas y luego las vertía en un cilindro graduado y de esamanera pudo obtener
el volumen craneano en pulgadas cúbicas. Los blancosarriba, los indios en
elmedio y los negros abajo. La dificultad que presentaba el concepto de “raza”
era laarbitrariedad asociada a la elección de características o “rasgos típicos”
significativospara definirlas estaspretendidas poblaciones naturales en realidad
eran construcciones que respondían aselecciones variables de atributos. Los
miembros de una “raza” se relacionaban por los lazos de parentesco yporque sus
características observables eran “conservables y transmisibles” de unageneración
a otra.Los monogenistas siguieron construyendo jerarquías lineales de las razas,
basadas sobrevalores morales y mentales, mientras que los poligenistas
reconocieron la existencia deun antiguo ancestro en común, pero afirmaron que el
tiempo transcurrido desde laseparación de las razas había facilitado el
desarrollo hereditario de diferenciassignificativas en cuanto al talento y la
inteligencia, en donde todo grupo humano de pieloscura era reducido a una
posición cercana al mono.
La craneometría
Luego de los incipientes índices cranealeselaborados por Morton la medición de
cráneos se volvió muy popular entre diversoscientíficos, el estudio de las
medidas de los cráneosy su contenido.También se creó la frenología, la ciencia
consagrada avalorar las diferentes capacidades intelectuales basándose en la
forma y el tamaño de lasregiones cerebrales donde estarían localizadas dichas
capacidades.Afirmaba que las funciones mentales superiores selocalizan en la
parte anterior del cerebro y las capacidades sensorio motoras hacia laparte de
atrás. La craneometría, como ciencia con pretensiones de establecer jerarquías
intelectualesbasadas en los diferentes tamaños de los cerebros, fue
científicamente dejada de lado porirrelevante, ya que en las propias reuniones
de intercambio de información, los científicosse medían y comparaban sus
respectivas cabezas yhacían comentarios por la gran variedad y diversidad
de“cráneos” allí reunidos.
El coeficiente intelectual
Se creó una serie de tareas breves,relacionadas con los problemas de la vida
cotidiana que supuestamente requerían cierta capacidad derazonamiento básico que
definía el “nivelde maduración” de los niños. Aquellos quienes tuvieran una edad
mental inferior a lacronológica eran seleccionados para programas de aprendizaje
especiales. En 1912,se sostuvo que la edad mental debía dividirse por la
edadcronológica, en vez de restarse, y de esta manera nace el coeficiente de
inteligencia o CI. El CI formaba parte de la naturaleza del hombre que
permanecía constantedurante toda la vida del individuo y que era
hereditario.Estos científicos estaban convencidos de que el resultado obtenido
en los test de CIseñalaba el puesto inevitable que cada persona y cada grupo
debía ocupar en eltranscurso de su vida. No tuvieron en cuenta las distintas
calidades de vida ni ladiversidad cultural en las diferencias entre los
promedios que registraban entre losdistintos grupos humanos.Las personas con un
CI de75 o inferior deberían desempeñarse en tareas no calificadas o manuales,
aquellas conun coeficiente entre 75 a 85 en tareas semicalificadas y con más de
85 en las ligadas aluso de las facultades intelectuales.Alrededor de los test de
inteligencia se intentan justificar manifestaciones de racismo:utilizacomo
blanco para aplicar sus test a los miles de inmigrantes que bajaban diariamente
delos barcos provenientes de Europa del sur y el este, a quienes no dudaba en
clasificar como “débiles mentales”. Para responder al tipo de interrogantesque
constituyen estos test está relacionada con la propia experiencia cultural y
alposicionamiento social y económico más que a capacidades innatas. Ademásel
tipo de preguntas nos remite a los intereses en juego que están detrás de
estasmediciones.A comienzos del siglo XX, algunos científicos esgrimen como
artimaña lo que no se ve, algoinasible como la inteligencia, que sin embargo
será cosificable y medible. La discusión sedesarrollará entre dos cuestiones: si
la capacidad intelectual es innata, o si es fruto delas condiciones del ambiente
en que el individuo se desarrolla.
Racismo sin “razas”: algunos debates
Estas evidencias son esgrimidas por las concepciones racistas para afirmarque
dichas diferencias confirman la gran separación genética entre las distintas
“razas”.Las diferencias genéticas entre grupos considerados comopertenecientes a
“razas” diferentes son insignificantes con relación a las variacionespresentes
en el interior de cada uno de estos grupos.Lo visto hasta el momento nos lleva a
plantear la imposibilidad de definir una “raza”como un grupo cerrado, base del
pensamiento racista que postula la existencia de “razaspuras” todala humanidad
proviene de un tronco común: la especie homo sapiens sapiens, lo quepermite
explicar que el componente genético sea el mismo para todos los seres
humanos.Las diferencias existentes -color de la piel, estatura, textura del
pelo, características delos ojos, etc.- son sólo fenotípicas, es decir, son
características observables o externas.La “raza” seconvirtió en una construcción
social a partir de la cual se levantó una ideologíajustificadora del capitalismo
industrial y sus consecuentes situaciones de desigualdad y
explotación.Benedictplantea que para comprender los "conflictos raciales", en
primer lugar hay que estudiarlos “conflictos”, no las “razas”, sin embargo vemos
que durante las décadas siguientes laconfusión persiste. Sepostula que el
problema podría tener una solución a partir de la refutación del conceptode
“raza”, desestimando el papel de la dominación y el conflicto sobre el que el
racismo seconstruye y refuerza.Se intentaba rebatir con “argumentos de la razón”
las afirmaciones que subyacen a todaideología racista: a) la supuesta existencia
de “razas” puras; b) la supuesta superioridadbiológica, cultural y moral de
algunas “razas”; c) la legitimidad de ciertos procesos dedominación y los
privilegios justificados a través de las dos afirmaciones anteriores
Racismo: la diferencia como estigma
Si avanzamos sobre la definición del racismo vemos que comenzó postulando un
vínculo entre rasgos anatómicos o genéticos de un individuo o grupo y sus
características conductuales, intelectuales,morales y/o culturales. Este
vínculo, además, es esgrimido en beneficio de un grupo contra otro,tendiendo a
justificar ciertas situaciones de desigualdad en diferentes momentos
históricos.La representación sobre el “otro” puede estar construida sobre alguna
característicaconductual o cultural que pasa a ser generalizada a todos los
miembros del grupo social,sin reflexionar sobre las excepciones y las
diversidades. Las posturas racistasconstruyen visiones estigmatizadoras que
atribuyen capacidades y conductas a losotros como marcas naturales que se
heredan de padres a hijos y que se consideranirreversibles.Enfrentado al grupo
que construye las visiones descalificadoras, se va conformando el olos “grupos
racializados”.El “otro” es imaginado como una amenaza, es elculpable de diversas
situaciones críticas asociadas a la violencia, al desempleo, a lapobreza y a la
marginalidad. En esta interpretación acerca del origen de las crisissociales se
soslaya el papel del Estado, del sistema socio-económico y de los integrantesde
la sociedad, favoreciendo el proceso de reproducción de la desigualdad social.
La “agresión-justificación”, que subyace a toda acusación o insistencia
racistaen la diferenciación, puede apoyarse en una diferencia biológica como en
una diferenciacultural: parte tanto de la biología como de la cultura, para
generalizar seguidamente alconjunto de la persona, la vida y el grupo del actor
estigmatizado.Asimismo el antropólogo argentino Eduardo Menéndez sostiene que el
racismofundamentalmente basa su acción sobre la identidad, la pertenencia a un
grupo y ladiferenciación radicalizada de “otro” o una serie de “otros”.El “otro”
va adquiriendo en este procesolos rasgos que lo llevan a su cosificación” y/o
“deshumanización”.
Racismo y exclusión social
No podemosdejar de lado el contexto en el que se llevan a cabo, nos referimos al
crecimiento de ladesocupación, la marginalidad, la exclusión social, económica y
política, base sobre la cual seproducen los procesos migratorios y se construyen
las imágenes del “otro”. En 1993Grimson advierte que estudios
estadísticosdemuestran que los problemas de la desocupación en la Argentina no
están provocadospor el proceso inmigratorio, ya que la dimensión de los primeros
supera ampliamente lade los segundos. Por lo tanto, culpar a losinmigrantes por
los efectos del ajuste neo-liberal, el aumento de la desocupación,
laproliferación de la pobreza, la epidemia del cólera, entre otras cosas,
constituye falsear larealidad, alentar la xenofobia, la discriminación y la
violencia. El “otro”, víctima de la miseria, la recesióneconómica y los
sucesivos reajustes capitalistas, termina convirtiéndose en
victimario,responsable de todos los problemas y las desigualdades existentes.
Estono sólo enmascara los orígenes sociales de la pobreza, sino que además
justifica losprogramas de control demográfico a través de políticas de
inmigración discriminatorias, ala vez que constituyen la forma política que
adopta el racismo en la actualidad,
Desde estos argumentos se relaciona laxenofobia con una tendencia “natural del
ser humano” a temer y rechazar a los intrusospor ser diferentes. En lugar de
hacer un ordenamiento jerárquico con las diferentes culturas, loque propone este
“fundamentalismo cultural” es segregarlas en el espacio.
Manifestaciones del racismo
Tres líneas de abordaje: los prejuicios; discriminación, la segregación y la
violencia; y las elaboraciones doctrinarias o lasideologías.
Prejuicios
Podemos definir el prejuicio como un “juicio que construye la realidad del otro
demanera predeterminada”.Son ideas construidas en torno a evidenciasinadecuadas
e incluso imaginarias, a través del conocimiento cotidiano y del sentidocomún.A
partir deeste conocimiento exterior del otro se tiende a unificar y simplificar,
homogeneizando las diferencias. De esta manera se atribuyen atodos los miembros
del grupo las mismas características. Además estos rasgosse los acepta sin
cuestionarlos Se explican por la cultura, la herenciagenética, las
características anatómicas, según el tipo de prejuicio al que hagamosreferencia,
obviando la situación de desigualdad socioeconómica en que se encuentranlos
grupos sobre los que se construye el estereotipo.Con frecuencia se construyen
como imposiciones originadas endiferentes instancias de poder como parte del
discurso hegemónico, legitimador de unasituación dada y que con eltiempo termina
siendo aceptada como válida. Un material didáctico para uso escolar elaborado
por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 1994, concluye que en esta
afirmación generalizadora no sólo se difunde la idea deque los bolivianos
trafican droga sino que además, y por extensión, se afirma que lossalteños y los
jujeños también lo hacen. Todo esto contribuye a reforzar otrasrepresentaciones
prejuiciosas que los mismos alumnos ya tenían incorporadas,los medios de
comunicación. La idea de “invasión” construida alrededor de losprocesos
migratorios actuales es algo recurrente en diferentes partes del mundo. Todos
estos recursosdiscursivos no parecen productos de la casualidad; adquieren pleno
sentido en elcontexto de desocupación y de grandes conflictos sociales y
económicos del período.Esta idea de “invasor” asociada al “otro” se relaciona
con otras clasificacionesdiferenciadoras utilizadas en nuestra sociedad
cotidianamente.
La discriminación
Podemos definir la discriminación como una práctica que impone al otro un
tratodiferenciado.
El acceso a ciertos servicios oactividades sociales no se lleva a cabo en
igualdad de condiciones con respecto al restode la población, los locales. Las
leyes de inmigración de ciertospaíses, como el caso de España, que niegan el
derecho de trabajo en igualdad decondiciones, solicitando contratos laborales
para entregar las visas, situación quefavorece la llamada “ilegalidad” laboral
en los inmigrantes. La Ley General de Migraciones yFomento de la Inmigración
promulgada en 1981, dictadura militar formulabapolíticas restrictivas que
profundizaban las actividades de control por parte de diferentesfuncionarios y
empleados públicos, quienes estaban obligados a denunciar a los inmigrantessin
residencia legal; además contemplaba la posibilidad de expulsarlos si el caso
lorequería así.
La segregación
Algunos casos de discriminación pueden dar paso a la segregación, que consiste
enmantener al “grupo racializado” a distancia. Este proceso discriminatorio
seprofundiza al provocar la expulsión del “grupo racializado”. También puede
tratarse deuna delimitación de los espacios donde estos grupos pueden habitar,
trabajar opermanecer. Otros procesos de exclusión territorial se van conformando
por actitudes vinculadas alrechazo y al miedo, que van circunscribiendo el
espacio vivido y ocupado. La segregación racial no favorece la participación
sino el confinamientoen las zonas donde se reside.Para algunos autores, en la
actualidad la segregación racial se esconde tras el disfraz dela “defensa de la
diversidad cultural” que propugna el multiculturalismo y la aplicaciónde
políticas que defienden las fronteras o límites dentro de los cuales ese otro
diferente podrá moverse.
La violencia
Por último el racismo puede manifestarse tanto a través de la violencia física
como simbólica. Por un lado, la violencia puede tomar diferentes formas, que van
desdematanzas, atentados, linchamientos, hasta persecuciones, amenazas o
agresiones,perpetradas contra distintos “grupos racializados” en las
interacciones cotidianas. Porotro lado, no podemos desconocer que cualquiera de
las manifestaciones vistasanteriormenteconlleva diversos grados deviolencia al
inferiorizar y descalificar al otro. Una falta de carácter administrativo: no
tener en regla la documentación,queda asociada con un acto delictivo y
sospechoso, situación que legitima el tratamientoviolento contra el inmigrante.
Los planos y niveles del racismo
El racismo se puede clasificaren distintos niveles y planos. En determinadas
coyunturas históricas la intensidad e integraciónde estas diferentes
manifestaciones marcan laprofundización del problema.Infrarracismo, racismo
fragmentado,racismo político y racismo total. Los dos primeros niveles
corresponden al planoinfrapolítico y los dos últimos al plano político.En
algunos momentos las distintas expresiones del racismo pueden manifestarse
enforma fragmentada, dispersa, sutil y menos integrada, sin tener necesariamente
unabase de sustentación ideológica, sino que pueden presentarse en las
relaciones socialescotidianas, de manera abierta o encubierta, a nivel personal
o grupalplano infrapolítico. Cuando el racismo haalcanzado un mayor nivel de
radicalización, organización y desarrollo, e incluso existeuna ideología
política que lo sustenta del racismo al ámbito de lo político
Infrarracismo
Es el más sutil, donde los prejuicios y las prácticas se ocultan o disfrazan en
el accionarcotidiano
Las expresiones son indirectas, en ciertos casos, si bien no se plantea
unainferiorización del otro se afirma que los derechos otorgados a estos
inmigrantes implicanuna discriminación hacia la población local; estableciendo
una situación de competencia. Los prejuicios y ladiscriminación toman formas
ocultas e indirectas sin presentar relación con doctrinasexplícitamente
racistas.
Racismo fragmentado
Aunque sus manifestaciones son más evidentes y la frecuencia en la que aparecen
es mayor, aún continúa presentándose de manera disgregada. Las ideas que lo
refuerzanfiguran en publicaciones diversas y en grupos influyentes a nivel
social. Pero la ausenciade políticas favorables hace que este proceso no pueda
profundizarse.El mercado de la vivienda es otro ejemplo en el que se manifiesta
el racismo fragmentado,negando el alquiler a miembros de “grupos racializados” o
exigiendo precios mayores einclusive orientando la búsqueda de viviendas hacia
zonas determinadas, lugares dondelos servicios y escuelas se encuentran en
peores condiciones. Estas prácticasdiscriminatorias basadas en estereotipos que
fijan atributos desacreditadores en el "otro",dan lugar finalmente a situaciones
de segregación. Otras situaciones de este tipo deracismo se vinculan a la
segregación escolar, la negativa de acceso a ciertos servicios, aentrar a bares
o discotecas, entre otras cosas.
Racismo político
El racismo pasa a ser “principio de acción de una fuerza política”, que esgrime
la diferencia y la supuesta jerarquía de un grupo sobre otro a través de la
unificación yorganización de prácticas y discursos. Se apoya en fuerzas
políticas que construyen susdiscursos alrededor de planteamientos racistas. El
surgimiento de ciertos partidospolíticos, que sustentan estas ideas en distintos
países de Europa también pueden ser las distintas leyes vinculadas a los
procesos inmigratorios. Otro ejemplo está vinculado a las propuestas eugenésicas
que se llevaron a cabo en dosmomentos en los Estados Unidos.
Racismo total
El Estado mismo se organiza de acuerdo aposiciones racistas mediante políticas y
programas de discriminación, segregación,violencia o exclusión. Además unifica y
legitima los discursos y las prácticas contra ungrupo o varios “grupos
racializados”, a través de la colaboración de intelectuales ycientíficos,
quienes mantienen la voluntad de homogeneizar racialmente al conjunto de
lapoblación. Se dejan de respetar los derechos humanos, la libertad y la
igualdad,llegando a casos extremos de segregación total, “limpieza étnica” y
exterminio sistemáticode grupos enteros. El grado de aceptación social del
racismo está marcadopor su institucionalización, y por la existencia de partidos
políticos que lo esgrimen comoparte de sus políticas o estrategias de acción.
Reflexiones finales
Percibir al racismo sólo como una representación social o cultural es
insuficiente, tambiénimplica comportamientos dirigidos a los otros percibidos
como diferentes y peligrosos.Otro de los aspectos fundamentales para reflexionar
y construir un camino alternativo desolución está centrado en el reconocimiento
del origen histórico del problema.