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MODOS DE LLEGAR A SER PRÍNCIPE:
-POR MÉRITOS
-POR SUERTE
1-por el favor de los conciudadanos
2-por un camino de perversidades y delitos
PRINCIPADO CIVIL: áquel que gracias a sus conciudadanos se convierte el príncipe
No depende por completo de la fortuna o de la suerte, sino más bien de cierta habilidad propiciada por la fortuna y que necesita del apoyo de los nobles o del pueblo.
*en toda ciudad se encuentran esas dos fuerzas: una lucha por mandar y oprimir a la otra que no quiere ser mandada ni oprimida. Del choque de las dos corrientes surge uno de estos tres efectos: o principado, o libertad, o licencia.
Un príncipe hábil, debe siempre hallar la forma por la cual sus ciudadanos siempre y en toda ocasión tengan necesidad del Estado y de él. Así siempre le serán fieles.
Un hombre que en todas partes quiera hacer profesión de bueno, es probable que se pierda entre tantos que no lo son. Por lo cual, es necesario que todo príncipe que quiera mantenerse aprenda a no ser bueno, y a practicarlo o no de acuerdo a la necesidad.
Liberalidad y parsimonia o prodigalidad y avaricia
Solo hemos visto hacer grandes cosas a los hombres considerados tacaños; los demás siempre han fracasado. El gasto en función de si es lo propio o lo ajeno
Crueldad y humanidad: ¿amado o temido?
Todos los príncipes deben desear ser temidos por clementes y no por crueles. Y sin embargo, deben cuidarse de emplear mal esa clemencia. Con pocos castigos ejemplares será más clementes que aquellos que, por excesiva clemencia, dejan multiplicar los desórdenes, causa de matanzas y saqueos que perjudican a toda una población, mientras que las medidas extremas tomadas por el príncipe sólo van en contra de uno.
-moderación, prudencia y humanidad
¿amado o temido? ambas cosas a la vez. De ser imposible, mejor ser temido que amado. Los hombres son: ingratos, volubles, simuladores, cobardes ante el peligro, y ávidos de lucro. Mientras les haces bien, son completamente tuyos: te ofrecen su sangre, sus bienes, sus hijos, pues- como antes expliqué- ninguna necesidad tienes de ellos; cuando la necesidad se presenta se rebelan. El amor es un vínculo de gratitud que los hombres, perversos por naturaleza, rompen cada vez que pueden beneficiarse. El temor es miedo al castigo que no se pierde nunca. OJO, importante no ser odiado. El amor depende de la voluntad de los hombres y el temor de la voluntad del príncipe. Un príncipe prudente debe apoyarse en lo suyo y no en lo ajeno, pero como siempre dije tratando de evitar el odio.
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