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Lea atentamente el siguiente párrafo. Relaciónelo con alguna de las siguientes variables:
1) la problemática de la verdad.
2) la problemática del conocimiento.
3) la problemática razón-racionalidad.
4) puede también responder a la elección que él mismo plantea.

Elija usted si así lo desea
"¿Felicidad dentro o fuera de la caverna? No son antípodas en todo sentido. Comparten un fuerte sesgo antigregario: en ambos casos el camino de la felicidad implica una confrontación con uno mismo y un desprenderse. El salto, el desprendimiento, el cambio, la mirada, el sacrificio de lo sociable, incluso del efecto del toro: todo esto ronda ambas apuestas por la felicidad. Los dos caminos dan la espalda a un pasado en que otros nos han nombrado con sus palabras. También buscan ambos una experiencia de plenitud que siempre tiene algo de agraciada: sea de la trascendencia o de la autocreación. Fuera de la caverna, la fusión con el todo, lo trascendente, lo escencial. Dentro de la caverna, el encuentro infinito consigo mismo, la máxima complicidad con el lenguaje que emana de la propia invención."
Pero más significativos son los contrastes. Fuera de la caverna la felicidad se afinca en la libertad respecto del error y de la contingencia. Visto desde allí, quien habita dentro no puede ser feliz porque vive engañado; levanta castillos en el aire, nada lo sostiene, y su caída es sólo cuestión de tiempo. Para quien elige su propia caverna, quiene está fuera ha sacrificado la libertad de inventarse, se rinde ante una verdad que le viene desde fiuera, compra una seguridad en que vende su autonmía, renuncia a hacerse, sacrifica la poesía, la invención, la reinvención del lenguaje, la autodescripción como epifanía.
Visto desde fuera, la felicidad del que está dentro de la caverna es errática, inestable, alterable, precaria. Para el que está dentro, la vida fuera de la caverna es est;atica, plana, impersonal. La vida fuera de la caverna es, para quien la vive, una vida objetivamente feliz, deducida necesariamente del encuentro con el ser mismo de las cosas. Dentro de la caverna, en cambio no importa ya la objetividad. Visto desde fuera, el habitante de la caverna no puede ser feliz porque está preso del engaño. Visto desde dentro, quien renuncia a la caverna está preso de la distinción entre lo verdadero y lo falso, entre lo objetivo y lo subjetivo, no puede liberarse de esta visión dual d4e la existencia.
¿Cómo dirimir dónde es mayor la fleicidad, si ambos tienen una experiencia inconmesurable dentro de sí, la absoluta verdad o la absoluta libertad respecto de toda verdad? (Hopenhayn, M., Después del nihilismo, de Nietzsche a Foucault, Ed. Andrés Bello, Barcelona, 1997)