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Filosofía | 1° Parcial Domiciliario | Cat. Merlo | Prof: Alejandro Romero | Sede Drago | 2° Cuat. de 2006 | Altillo.com |
LPropuesta de trabajo:
“En Búsqueda de la Verdad”
“Del concepto a las ideas”
“De las ideas al ser”
“En búsqueda de la
Verdad”
El recurso de conocimiento, la herramienta teorética, el paradigma de lo que es: esta puede ser una aproximación al preciado “concepto” aportado por Sócrates.
Aquí Sócrates empieza hablando de “lo que es en sí”. El problema socrático es la búsqueda de la verdad, una verdad que a todos nos resulta evidente, que forma parte de conocimientos que no nos cuestionamos, que consideramos naturales, ya entendidos y asumidos de por sí. Son varios los ejemplos que trascendieron de Sócrates, como el de Laques, el general de la valentía, o en Mileto la impiedad.
Para Sócrates, El problema de la verdad, de “lo que es en sí” es un problema que es inherente a cualquier sujeto. Todos estamos bajo un escenario de conocimiento, todos somos sujetos susceptibles de conocer. Así es como Sócrates construye el “concepto”: la idea, el esquema de decir lo que es, tanto en su especificidad y generalidad, sin exceder ni omitir. Decir que algo es algo, aparte de ser un juicio, es una definición, definir, no es más que decir que “algo es algo”. Definir es limitar, es dar forma determinada a algo.
De esta manera podemos entender que la filosofía de Sócrates es puramente dinámica, ya que propone un proceder en forma tendencial hacia el conocimiento verdadero. Sócrates parte de un punto, asumir la propia ignorancia, de esta manera, para proceder sistemáticamente hacia el conocimiento verdadero, hay que eliminar los “supuestos” que a simple vista parecen evidentes. Este proceso de “refutación” logrará en el interlocutor la sensación de asumir la propia ignorancia, que se camuflaba bajo un velo de conocimientos falaces y errados, supuestos evidentes a simple vista, pero vacíos en lo interior.
Sócrates propone un método de elaborar conceptos: la mayéutica. De su madre partera, heredó voluntariamente la labor meritoria de dar a parir, en su caso no seres humanos, sino conceptos. Sócrates asume el rol de guía, a través de su método de aportarle al interlocutor un camino en el cual el mismo podrá reconstruir sus conocimientos de forma propia y real.
Ahora que comprendimos de donde proviene la noción del concepto de Sócrates, llegaremos a un punto en el que parece redundante, pero debemos precisar el “concepto de concepto” o la “definición de definición”: esto significa decir que es el concepto, y así entender, cual es su función. Si la función de la mayéutica es parir conceptos, la función de los conceptos será llegar al conocimiento verdadero y propio, siendo este mismo, el punto de partida del pensamiento de Sócrates.
Con el concepto de Sócrates, se logra inculcar la noción de “racionalidad”. Bien sabemos que la noción de razón estaba bastante lejos de lo que fueron los filósofos presocráticos, y eso es lo que básicamente le atribuye a Sócrates este carácter de iniciador del pensamiento “racional”. De esta idea de razón, podemos ver que hay una fuerte carga “democrática”, ya que el concepto, el conocimiento verdadero, solo cobran sentido cuando hay un dialogo entre un sujeto y un interlocutor, y en ocasiones también un publico oyente. Es entonces en la pluralidad en donde se logran los conceptos, por tanto, en la pluralidad donde se logra la verdad.
Mas adelante,
pensadores contemporáneos como Chatelet, le atribuyen no tanto a
Sócrates el aporte de la racionalidad, encarada a través de su
“concepto”, sino a la propia comunidad griega del entonces, que aprendió
a “dialogar” democráticamente, discutiendo e intercambiando ideas. Aquí
sale la idea de que los pensadores no hacen más que manifestar a viva
voz el pensamiento de una comunidad1.
“Del concepto
a las ideas”
En una nueva búsqueda de la verdad, otro personaje que forjó las bases del pensamiento filosófico propone un nuevo paradigma teorético: Platón y la teoría de las “ideas”.
Sustancialmente, la teoría de las ideas que Platón nos presenta, consiste en considerar la realidad, compuesta por un lado por entidades perfectas, abstractas, inmutables, suprasensibles, de las cuales las cosas y entidades que conforman el campo sensible que son materiales, corruptibles y cambiantes, son simples copias erráticas de estos modelos abstractos.
Las Ideas por tanto constituyen una suerte de ontología: ellas son imágenes de la realidad, modelos que definen a la multiplicidad de entidades presentes en el mundo sensible. Para Platón las ideas no son simples conceptos universales elaborados a partir de la experiencia sino realidades subsistentes e independientes de las cosas o hechos particulares. Son eternas, inmutables y auto-idénticas. El conjunto de las ideas constituye el orden de lo inteligible.
Las ideas, como dijimos antes, son la esencia de las sosas, son su verdadera causa y fin, y son eternas e inmutables. Poseen simplicidad y unidad. Las ideas son entidades reales, subsistentes, perfectísimas, puras, inmateriales, inmóviles. Constituyen un conjunto organizado en el cual la idea de Bien se encuentra al frente de todas las demás ideas.
Tal como hay en Sócrates y el concepto de concepto, o la definición de definición, en Platón hay la idea de las ideas, que por tanto, es la perfección, el bien supremo.
Para entender esto, recurre a la “alegoría del sol”: compara el sol, con el bien supremo, su luz con la verdad, la visión de las cosas como el entendimiento de las mismas, y nuestra vista con el conocimiento. De la misma manera que podemos ver solo en la medida que el sol tenga efecto (luz) sobre las cosas, podremos conocer en la misma medida que el bien tenga efecto sobre las ideas.
El hombre, que dotado de capacidad intelectiva puede conocer y es conciente de su propia dote intelectual: Platón relaciona la capacidad humana del pensamiento con el espíritu humano, y es el alma la cual perteneciendo al mundo de las ideas, lleva dentro mismo un conocimiento de las mismas. El “conocimiento” tal cual entiende Platón, no es mas que una actividad “rememorativa” un simple recordar del alma de aquello que aprendió estando en contacto con las ideas. Esta capacidad intelectiva, por supuesto no es inmediata ni homogénea, sino que está delimitada al sujeto, y estrictamente jerarquizada:
Platón describe la relación entre las ideas y el conocimiento en la “alegoría de la caverna”. Platón menciona en mito que los seres humanos estarían sometidos a vivir en una caverna, en un primer momento viendo solo imágenes confusas e inconexas entre sí (doxa), dando a dilucidar simples conjeturas (eikasia), y más tarde creencias (pistis). Estos conocimientos formados a partir de conjeturas y creencias, son posibles simplemente porque estos seres se encuentran encadenados, viendo los reflejos de las imágenes que los hombres que se encuentran detrás de ellos logran manipular. Una vez que los hombres logran liberarse, desquebrajan su condición pasiva frente al conocimiento, se encuentran ahora en un estado de conocimiento de las ideas (episteme). Si bien ya liberados, ponerse de modo directo con la realidad les resulta imposible, observar directamente el sol les produce un efecto en la vista que no pueden contener por tanto siguen estando en contacto con objetos sensibles, el procedimiento cognoscitivo primeramente dependería de ciertos supuestos materiales (dianoia) logrando así un pensamiento discursivo, un entendimiento de las ideas, que no es completo e integro, dado que depende de ciertos entidades materiales. Por ultimo los hombres liberados que han logrado el conocimiento discursivo, logran deshacerse de cualquier relación que tienen con entidades materiales, emanciparse de los supuestos materiales que se avalaban para llegar a las ideas, para ahora, lograr proceder entre las ideas, una tras otra, todas entre sí(noesis). Este hombre libre, puede ver el sol sin tener dificultades. Ha logrado el conocimiento del Bien Supremo.
La ultima alegoría que aporta Platón, es por tanto, una representación grafica de la teoría del conocimiento, así como la alegoría de la caverna es una representación simbólica de esta teoría. Esta consiste en exponer los grados de conocimiento en un segmento, dividido en partes desiguales(a, b, c), cada mitad (a/b, b/c) a su vez dividida en partes igualmente proporcionales (a/m, b/n – m/b, n/c) a la primera división: cada uno de los cuatro segmentos representa un grado de conocimiento, por tanto a/b será el conjunto de la doxa que comprende a/m como eikasia y m/b a la pistis, mientras que b/c comprende el conjunto de la episteme, que incluye b/n como dianoia, y n/c como noesis.
Quizá Platón en su devoción a las matemáticas y a la geometría como conocimientos supremos, no dudo en representar geométricamente su teoría del conocimiento para darle a esta el grado propio de verdad que el mismo se obligaba a darle. El mismo habrá notado que el mito de la caverna es una representación simbólica, (una propia pistis) mientras que la alegoría de la línea ya estaría de un carácter propiamente inteligible (como una noesis). La alegoría del Sol también, no se libera de esta consideración simbólica y mitológica que Platon hace de su propia teoría del conocimiento, (aunque es bienvenida para el pensamiento religioso, principalmente el cristiano con san Agustín y para el musulmano con Averroes
A modo de critica, cabe
destacar que por mas que observemos detenidamente la teoría de las ideas,
centrándonos en el pensamiento platónico y situándonos en las circunstancias
de su época, no podemos entender como Platón procede a esta distinción, por
tanto nos queda aceptar que es solamente un “modelo” propuesto por el mismo
Platón, o sea, ya no un modelo proveniente de la realidad en sí. De esta
manera entendemos también porque elabora dos alegorías para explicar una
misma teoría. Si la búsqueda de Platón, es en cierto modo una búsqueda que
se da en la fenomenología, hay algo que él mismo no aceptara más, que es por
su parte, que esta búsqueda es individual, producto de la elaboración del
mismo Platón. Este problema, no se presenta en Sócrates, ya que el mismo
(aun siendo portavoz de varias de las teorías de Platón) propone una
búsqueda propia, individual, un “conócete a ti mismo”.
De las Ideas, Al
Ser
Si bien para Platón, los entes que conforman la realidad concreta están ligados primordialmente al modelo teórico, idea que lo constituye, Aristóteles procede de manera tal que el ser, aquello que es, aparte de estar constituido por su esencia, esta delimitado por manifestaciones particulares. Reinterpreta a su manera la enseñanza platónica, avanzando con precisión en la temática, a la vez que da una forma practica, concreta a la vez que fidedigna y cierta.
El ser, es. Este es un principio en base al cual se puede establecer como punto de partida para la “primera de las ciencias”, aquella que estudia al ser en tanto ser, más precisamente, Metafísica. Después de identificar al ser como esencia, se puede por tanto observar las manifestaciones del ser: Las “categorías” son las manifestaciones con las cuales un ente se presenta en la realidad, concreta, determinada, y Aristóteles precisa una serie determinada de categorías (cantidad, cualidad, regulación, tiempo, posición, acción, pasión). Se suele conocer a estas categorías del ser, como accidentes, ya que son las manifestaciones accidentales (que aparecen necesariamente, por si mismas, ligadas indefectiblemente a la determinación del ser).
La sustancia (equivalente al ser en sí) es por tanto, una entidad individual, concreta, determinada, aponiéndose al las ideas platónicas, que eran universales abstractas e inteligibles.
Estructuralmente, la sustancia (ser concreto) se construye por el compuesto entre la materia y la forma. En términos modernos, podríamos considerar que Aristóteles intenta lograr una síntesis, entre el ente en si, y su modelo, mientras que en platón, era una pura y simple disociación. Esta es sin duda una de los aportes mas novedosos y originales, en Aristóteles, ya que hasta ahora ninguna corriente de pensamiento compararía al objeto y al modelo como algo singular, unificado, por lo cual la importancia que da Aristóteles a la materia es sustancial, ya que la materia misma es manifestación del ser (y como dirá el también, una de sus causas) Esta es por lo tanto la importancia que tiene el principio de unión ( el compuesto, la inseparable relación entre materia y forma)
Ser, es en tanto a que admite cuatro causas de si mismo, las Cuatro Causas del Ser: material, formal, final y eficiente. Estas todas determinan la concepción del ser, el fundamento del mismo, el por qué del ser determinado concreto y presente. Final en cuanto al fin, perseguido, al motivo, objetivo del ser, Eficiente en cuanto al fundamento, el echo practico de un cambio en el ser, Formal en tanto al modelo, definición que hace al ser, y Material en cuanto a la materia que construye este ser, que le da lugar en la existencia, en los limites de nuestro tiempo y espacio.
|El problema se torna más amplio en lo que aguarda a la verdad. Aristóteles no admite un ser no-verdadero, por lo tanto la metafísica aparte de ser la primera ciencia, la ciencia del ser, es la ciencia que aporta el la primera verdad. Por otro lado, la lógica, herramienta del pensamiento, instrumento teorético, es el medio que se usa para llegar a esta verdad. Del mismo modo, al aportar las virtudes dianoeticas o intelectuales, Aristóteles delinea una vía hacia la verdad: La ciencia, la sabiduría, la intuición son los medios, virtudes del pensamiento que convergen en la verdad, del mismo modo que la verdad es el puro gozo de contemplar la teoría2.
En relación a su
maestro, Platón, como se ha acotado en su preciso momento, hay una presencia
implícita fuerte: Aristóteles toma cuidadosamente lo que el sostiene como
coherente y útil para la configuración de su nuevo esquema de ontología y
ciencia, dejando de lado lo que asegura como “peyorativo” y redundante para
el análisis de la realidad. La teoría de las ideas, por cuanto Aristóteles
la critique y rechace, tiene una sutil influencia en su concepción de
“definición” del ser (en lo metafísico, decir, que es un ser) mientras que
la rechaza totalmente en lo gnoseológico, ya que Aristóteles se desentiende
completamente del campo de la gnoseología, planteando la lógica como único
instrumento de conocimiento.
Notas
1 F. Chatelet, "una historia de
la Razón" p.37
2 Adolfo Carpio, “Principios de filosofía” p.131