La estructura de las revoluciones científicas
El descubrimiento comienza con la percepción de una anomalía, es decir, con el reconocimiento de que la naturaleza ha violado ciertas expectativas, inducidas por un paradigma, que rigen la ciencia normal. Cuanto más preciso sea un paradigma y mayor alcance tenga, más sensible será como indicador de la anomalía y, por consiguiente, de un cambio de paradigma.
Uno de los factores que contribuyen al cambio de paradigma son los descubrimientos como el oxígeno, los rayos X y la botella de Leyden.
Estos fueron asimilados por los científicos, y le permitieron a los mismos estar en condiciones de explicar una amplia gama de fenómenos naturales nuevos y a los ya conocidos, con mayor precisión.
A partir de esto, surgieron otros cambios importantes como la formulación de nuevas teorías, ya que los descubrimientos, al menos por sí solos, no fueron los responsables de los cambios de paradigma.
El cambio de paradigma se debe a la crisis de este último. La misma, se puede dividir en tres etapas:
• En primer lugar, hay una percepción de anomalía, es decir, siempre hay una percepción de anomalía en un paradigma, pero, cuando esto ocurre, los científicos las consideran enigmas solucionables. Sin embargo, llega un momento en que la percepción de anomalía se hace profunda y duradera a través del tiempo, produciendo un estado de crisis creciente. Es ahí cuando ocurre la segunda etapa.
• Esta crisis produce inseguridad profesional profunda, generada por el fracaso persistente al intentar comprender los enigmas de la ciencia normal y el hecho de no poder encontrar los resultados buscados.
• Finalmente, se llega a la tercera etapa, con el surgimiento o el desarrollo de nuevas teorías con respecto a la anomalía.