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Psicología | Resumen de Danziger: La historia de la introspección revisada | Cát: Colombo | 1º Cuat. de 2010 | Altillo.com |
La historia de la introspección revisada
Kurt Danziger
Vivimos todavía en las sombras de la oposición conductista contra la introspección y las actitudes de muchas autoridades en la disciplina están teñidas por esta oposición. La noción “psicología introspeccionista” es un producto del conductismo y ninguno de los que propusieron a la introspección como método básico de la psicología se denominaron a sí mismos “introspeccionistas”
Dos tradiciones filosóficas
La introspección no tenía el mismo estatuto en la tradición filosófica alemana que en la inglesa. En la última, la ecuación mente-conciencia había permanecido incuestionable hasta bien entrado el siglo XIX. De allí que la interrogación de la conciencia pudo parece el método obvio y básico para alcanzar la evidencia acerca de la naturaleza y la constitución de la mente humana. Este punto de vista fue presentado con particular fuerza por la escuela escocesa y por los Mills.
Por lo contrario, la tradición alemana en filosofía tuvo en Leibniz, impresa desde sus comienzos, la denegación explícita de la ecuación mente-conciencia. Este había sido un punto clave en la crítica de Leibniz a Descartes.
La importancia de la posición de Leibniz deriva de una implicación clara: si la mente no puede ser igualada con la conciencia no es posible esperar el descubrimiento de su naturaleza y constitución mediante la simple observación de la conciencia. La introspección no puede ser admitida como un método de confiabilidad incuestionable y de importancia fundamental. En esta tradición los métodos de la lógica y de las matemáticas han alcanzado de modo característico un estatuto mucho mas elevado que el de la introspección
Estas posiciones han quedado muy destacadas en la contribución de Kant al tema. Kant había establecido que la introspección se limitaba al conocimiento del yo fenoménico, un mundo de apariencias psicológicas que proveen materia prima para un conjunto de lecturas vulgares, pero que tienen escasa consecuencia cuando uno se propone seriamente la empresa de investigar la constitución de la mente humana. Para él, las verdaderas bases de nuestra vida mental son inaccesibles a la “experiencia interna”. La descripción del mundo del yo fenoménico permanece en un nivel puramente anecdótico y no puede aspirar al estatuto de una ciencia por la misma naturaleza de su materia.
En relación con la historia de la introspección la posición de Kant esencialmente refuerza a la de Leibniz, la observación de la conciencia no es una actividad científica legítima.
La tradición inglesa seguía a Mill, quien había asumido el papel, de defensor principal del estatuto central de la introspección. Para él y sus predecesores, la evidencia directa de la conciencia parecía proveer un terreno firme para la observación empírica, y su relegamiento conducía al peligro, o bien de la especulación metafísica. (Caso de Augusto Comte, para Mill)
Muchos psicólogos-filósofos británicos cuya actitud hacia la posición de general de Comte era mucho más afín que la de Mill, rehusaron seguir a Comte en su rechazo de la introspección, los psicólogos norteamericanos del final del siglo XIX permanecieron en la tradición británica en función del valor que adjudicaban a la introspección como una fuente del conocimiento de la mente.
A esto debe agregarse la posición de Titchener , psicólogo británico discípulo de Wundt, quien intentó reinterpretar las bases de la nueva psicología experimental alemana representaba por Wundt, para hacerla compatible con la tradición psicológica británica.
La extensa confusión dominante acerca de la relación entre introspección y experimentación no puede ser disipada a menos que se reemplace el mito del “introspeccionismo” de Wundt. Este autor había establecido que un programa sistemático de experimentación psicológica requería una reformulación del rol de la introspección. Presenta una psicología experimental y mentalista.
La introspección y el experimento según Wundt
Wundt elaboró su posición metodológica en el curso de dos grande debates de los fundamentos de la psicología, enfrentando oponentes muy diferentes en cada ocasión.
El primer período de clarificación metodológica ocurrió en los tiempos de la formación de su laboratorio de psicología. Su programa para una psicología experimental despertó cierto rechazo de parte de algunos filósofos y en su respuesta a las críticas, Wundt se vio obligado a clarificar su posición acerca de una psicología científica.
En el segundo período de controversia, la noción de la psicología experimental ya no era extraña sino que generaba considerable adhesión, los adversarios de Wundt eran experimentalistas a los que él había aportado su inspiración, pero planteaban la necesidad del uso sistemático de la introspección.
Las bases de la discusión inicial de Wundt acerca de la introspección provenían de su distinción inicial entre “autoobservación” (introspección) y “percepción interna” (las referencias a su obra en inglés usan indiscriminadamente el término “introspección” para ambos conceptos, impidiendo ver la contribución de Wundt al problema de la introspección)
¿Qué motivo la distinción entre introspección y percepción interna? Wundt tomaba muy en serio las críticas que se hacían a la introspección y que esta, por si no podía constituir una psicología científica. Aceptaba la validez de las mismas, pero señalaba que planteaban problemas que estaban fuera de la percepción interna.
La vieja psicología introspectiva había tenido problemas a causa de su identificación ingenua de la percepción de hechos subjetivos con su observación. Que los hechos subjetivos son percibidos es algo que no puede ponerse en duda, pero no se puede concluir de ello que sean también observables en sentido científico. La observación científica exige la clase de independencia entre sujeto y objeto que la introspección (autoobservación) justamente destruye.
La percepción interna también fracasa como método de una psicología científica, excluye toda investigación deliberada, por caunto tan pronto como comienza a saber de sí misma se convierte en autoobservación y se abre a toda clase de críticas válidas y bien conocidas. Esta es verdaderamente la base de una psicología de la conciencia, en el sentido de que los procesos conscientes deben ser percibidos para ser conocidos, pero para una ciencia esto no es suficiente.
Wundt piensa que pasa una psicología científica sería necesario manipular las condiciones de la percepción interna de modo de aproximarlas a las condiciones de la percepción externa.
Tal manipulación se cumple con el experimento psicológico. El método experimental produce un conjunto de condiciones bajo las cuales la percepción interna se aproxima a la externa y las condiciones del laboratorio pueden ser usadas para reducir las distorsiones y proveer la materia prima para una ciencia. Dentro de esto se inscribe la preferencia de Wundt por la utilización, en la investigación experimental, de observadores experimentales, los cuales constituían un medio para alcanzar propósitos precisos y definidos y no una cuestión de principios (fue en el círculo de Titchener donde el énfasis acerca del observador experimentado se volvió cuestión de principio).
La idea de la mente entrenada, necesaria para penetrar los elementos subyacentes más allá de la experiencia común se volvió parte de la tradición introspeccionista británica.
Tanto para los introspeccionistas británicos como para Wundt la habilidad del observador jugaba cierto papel ene l intento de superar los problemas de una psicología empírica de la conciencia.
Para la tradición introspeccionista británica el observador debía ser entrenado para percibir claramente los elementos que la doctrina censista requería. Para Wundt, el observador debía haber practicado con el propósito de incrementar una observación rápida y atenta, con un mínimo de los efectos perturbadores de la sorpresa y autoconciencia. De este modo esperaba que las condiciones de la observación psicológica se aproximarían mucho a las condiciones de la observación científica ordinaria de hechos externos.
Para Wundt el segundo rasgo esencial del método experimental, que permitía a la percepción interna aproximarse a la confiabilidad de la percepción externa, tenía que ver con el factor de la repetición.
Wundt propone que la percepción interna (no la introspección) podía proporcionar datos aceptables para la ciencia solo en la medida que las condiciones experimentales permitan una repetición de la experiencia interna a voluntad.
La validez de la introspección en condiciones experimentales descansa en la convicción de que percepciones idénticas o casi idénticas pueden ser producidas de modo confiable y deliberado por la presentación repetida de estímulos externos conocidos, limitando para Wundt la psicología experimental a aquellas áreas de la experiencia humana donde esa convicción puede ser observada: la sensación y la percepción (lo más investigado en su laboratorio)
En el otro extremo, hay dos áreas que Wundt excluyó de la posibilidad de investigación experimental: los procesos de pensamiento en sí mismos (que solo podían ser investigados por una psicolingüística que desarrolló) y los sentimientos y sus conexiones complejas, afectos y voluntad, que constituían un área de la psicología donde no había lugar para la introspección y para estudiarlas propiciaba el uso de mediciones fisiológicas de las respuestas afectivas. (Postura que podría caracterizarla como un buen conductista).
Las severas restricciones que Wundt imponía a la introspección se manifiestan en un tipo de informe que requería de los sujetos experimentales: en el laboratorio, el informe introspectivo estaba limitado a juicios acerca de la magnitud, intensidad y duración del estímulo físico.
El laboratorio de Wundt produjo un gran número de estudios cuyos datos eran conductuales, la mayoría de ellos mediciones de tiempo de reacción. Lo mentalista en estos estudios era la interpretación teórica de los resultados, no los datos.
En Wundt hay una división clara entre los estudios empíricamente orientados y la discusión teórica de los resultados. Los datos eran mediciones tomadas bajo diversas y rigurosas condiciones experimentales, la interpretación de los mismos introduce un modelo mentalita de procesos psicológicos.
La confirmación de sus teorías acerca del funcionamiento mental dependía de mediciones objetivas, bajo condiciones experimentales controladas.
La confusión entre la crítica a la introspección como una técnica y la crítica a los conceptos mentalistas en la teoría de Leipzig es reemplazada por una actitud más permisiva hacia la introspección, como la propiciada por Titchener.
Para Wundt, el ámbito de la psicología no es coextensivo con el de la psicología experimental. En un extremo están los problemas para los cuales el método experimental es una excelente fuente de datos válidos, en el otro encontramos aquellos casi imposibles de ser sometidos a investigación experimental (problemas del pensamiento, afecto la voluntad y la psicología social). En el medio de ellos hay áreas como la memoria, la imaginación y la tención donde el método experimental es parcialmente apropiado.
Siendo tan limitado el objetivo de la psicología experimental, se entiende que para Wundt el objetivo de la introspección científica fuera igualmente limitado. Para él no puede haber introspección científica fuera del experimento psicológico.
Por eso Wundt estaría espantado de ser calificado como psicólogo introspectivo. Aparte de los diez tomos dedicados a la psicología social, su obra más importante de psicología experimental, “fundamentos de una psicología fisiológica”, contiene una porción importante de psicología que supera los datos provistos por la introspección experimental.
Para completar la apreciación del rol de la introspección en la psicología de Wundt es necesario comprender su concepción de la relación entre teoría y datos en la psicología.
Las observaciones experimentales de los fenómenos subjetivos proveerían a la teoría psicológica no de respuestas sino de preguntas, que demandaban una solución científica y no metafísica. La descripción debía estar seguida por el análisis causal, porque la ciencia psicológica tenía que ser una ciencia causal, cuyo interés final fuera el descubrimiento de las leyes de causalidad psíquica.
Los datos sistemáticos de los experimentos psicológicos no constituían la ciencia psicológica, del mismo modo que las observaciones del movimiento planetario no constituyen la ciencia física.
Los conceptos explicativos y los principios de su psicología no estaban fundados en la percepción interna sino que eran esencialmente construcciones hipotéticas. Ante una crítica, Wundt se declaraba orgulloso de su uso de procesos hipotéticos para intentar una explicación causal de lo dado en la percepción consciente. “Las sensaciones elementales nunca nos son dadas en la percepción interna inmediata, sino que son el resultado de una abstracción psicológica”
El uso que Wundt hace del método de la introspección es muy limitado. Acepta la crítica clásica (Leibniz, Kant e incluso Comte) y rechaza que la introspección reemplace a la percepción interna. En la investigación psicológica, la introspección se vuelve sinónimo de observación e informe de la percepción externa.
La psicología de Wundt era mentalista porque el psicólogo estaba obligado a explicar variados fenómenos de conciencia y no era introspectiva en el sentido de que este método fuera la llave de la empresa.
El período de la “introspección sistemática”
Durante los últimos años del siglo XIX los desarrollos metodológicos en psicología sobrepasaron la propuesta de Wundt. Por un lado, los métodos de la psicología infantil y animal, por los cuales Wundt no tenía un entusiasmo particular, comenzaron a ser crecientemente considerados. Por otra parte, el método de la introspección comenzó a ser desarrollado en direcciones diferentes.
Esto fue seguido por un período relativamente breve de entusiasmo introspectivo que rápidamente culminó en una crisis y dio lugar, por lo menos en los EEUU, al conductismo.
Titchener cumplió n papel no desdeñable en ese cambio. En 1912 comienza su “prolegómenos a un estudio de la introspección” de la siguiente manera:
“Aquellos que recuerdan los laboratorios psicológicos de hace veinte años difícilmente puedan escapar al choque por el contraste entre el viejo y el nuevo orden. El experimentador de los primeros años de la década de 1890 confiaba, ante todo, en sus instrumentos; cronógrafo, taquistocopio y quimógrafo eran de mayor importancia que el observador. Había amplios campos de la vida mental a los que el experimento no había tocado, ciertos capítulos de la psicología estaban escritos con el apoyo del “sistema” más que con las luces de los hechos.
Ahora, 20 años después, hemos cambiado esto. El movimiento hacia el análisis cualitativo ha culminado en la llamada “introspección experimental sistemática”. Un gran cambio tuvo lugar en el método introspectivo.”
Esos cambios consisten en llevar el análisis itrospectivo “sistemático” a áreas como memoria, pensamiento y sentimientos complejos, que Wundt había excluido del ámbito legítimo de la introspección experimental.
Los experimentos de Wurzburgo se constituyen en esa nueva ola introspeccionista. Ahora, los informes subjetivos eran requeridos en cada prueba experimental como una base regular y eran ellos, más que las mediciones objetivas, los que preveían los datos esenciales de la investigación.
Los cambios en la práctica de la introspección , que sirven para distinguir su uso en el período wundtiano clásico del uso durante el período posterior de “introspección sistemática”, pueden ser agrupados bajo cuatro ítems:
.En primer lugar los introspeccionistas posteriores, eran mucho más permisivos que Wundt respecto de la práctica de la retrospección. Para Wundt el rechazo de la retrospección había jugado un rol clave en su reemplazo de la introspección clásica por la percepción interna bajo condiciones experimentales.
.El segundo rasgo de la “introspección sistemática” que la separa de la fase temprana de introspección limitada supone un deslizamiento en la importancia relativa adjudicada a los datos objetivos e introspectivos en una serie particular de observaciones experimentales.
En términos del verdadero dato subjetivo, se esperaba que el sujeto proporcionara a lo sumo informes ocasionales sobre procesos mentales que acompañaban sus respuestas registradas más evidentes. La introspección sistemática cambió este énfasis. Los informes subjetivos ahora eran requeridos como una base regular en cada prueba experimental.
.El tercer rasgo del nuevo introspeccionismo está fuertemente conectado con este desvío hacia los informes subjetivos: el interés en descripciones cualitativas.
Los sujetos no sólo informaban las sensaciones entre la unicidad y la duplicidad, sino que también describían complejos procesos de decisión que claramente involucraban los efectos de la expectativa y de la sugestión, tanto como las diferencias individuales.
.El cuarto rasgo de la introspección sistemática involucra un cambio en la psicología social del experimento psicológico. Esto se origina en el rol mucho más dominante que el experimentador asume ahora en la conducción del experimento. Cuanto más énfasis se pone en la importancia de los informes cualitativos detallados e introspectivos realizados por el sujeto, más destacadas y persistentes tienden a ser las preguntas del experimentador, tanto que en el caso extremo la función del experimento parece ser simplemente la provisión de un encuadre para el diálogo entre el experimentador y el sujeto.
El sujeto debe ser capaz de proporcionar un relato inteligible de lo que pasa por su mente mientras intenta resolver las pruebas experimentales.
Los introspeccionistas sistemáticos tienen el deseo de trascender los límites muy estrechos de la introspección experimental wundtiana clásica. Partiendo de que la experiencia consciente conforma el tema esencial de la psicología, comparten la pretensión de incluir hechos mentales complejos en el ámbito de la investigación experimental.
En los estudios de la escuela de Wurzburgo la tarea experimental se vuelve irrevelante respecto del real propósito del experimento, que es proveer datos subjetivos acerca de procesos de pensamiento. El breve florecimiento de la introspección sistemática tuvo relación con la fenomenología.
Los fenomenalistas estaban dividos: unos representados por el positivismo de March para quien la física y la psicología están comprometidas con el “analissi de las sensaciones”, y por otro lado Husserl continuando con la línea de la fundación que en la psicología moderna se remite a Franz Brentano, intentaban trazar el contenido de lo que es dado en la experiencia en los actos últimos de intencionalidad, siendo tales actos, desconocidos para los físicos.
Para titchener el objetivo de la introspección reside en la descripción analítica de lo dado en la conciencia, sus “contenidos”.
La introspección produciría una reducción de la experiencia compleja a elementos desprovistos de sentido que eran idénticos a los elementos sensoriales que conformaban los datos básicos de la ciencia física.
La única diferencia estaba en que la psicología estudiaba esos elementos en su dependencia respecto de un organismo, mientras que la física los trataba independientemente.
Titchener afirmaba el estatuto de la psicología como ciencia natural sobre la base de la similitud fundamental para él, entre instrospección en psicología y la inspección practicada por las ciencias físicas.
La crisis de la introspección
La década que va desde 1903 a 1913 puede considerarse como el período durante el cual la “introspección sistemática” florece y prolifera. Antes de este período, el limitativo punto de vista de wundtiano no fue desafiado por los experimentalistas, después hubo una rápida perdida de interés por el medio mismo.
El rechazo total de la instrospección no fue una conclusión racional, que se produjo a la luz de los problemas que surgían en esa época. Esa solución solo puede ser entendida a raíz de factores que son externos a la disciplina, factores constituidos por el surgimiento de nuevos “intereses” en los psicólogos, particularmente entre los psicólogos norteamericanos.
Estos intereses redefinieron las metas de la investigación psicológica y producen una nueva selección de los métodos necesarios para alcanzar esas metas. La “introspección sistemática” que se puso de moda en los comienzos del siglo XX agregaba dificultades para la aplicabilidad de la psicología y había que elegir entre ella y el método de la experimentación. (Esto es lo que sucedió entre los psicólogos alemanes).
Titchener no era el único en el escenario norteamericano dedicado a la polémica. También J. B. Watson era poco objetivo en su evaluación de la situación de la psicología.
Como cualquier propagandista radical se inclinaba a acentuar la audacia de su solución y para hacerlo debía crear el mito de un establishment sólidamente unido y dedicado a prácticas desviadas.
Si uno no atiende a Titchener y Watson tendría la impresión que la introspección jugó en la psicología un rol mucho más importante que el que verdaderamente cumplió.
En verdad, la confianza en las mediciones objetivas estaba ya suficientemente extendida y en muchos lugares la introspección no era proclamada como el método central de la psicología, en el sentido que lo había sido para Williams James. De los manuales norteamericanos de la época, solo el de Titchener se distinguía por limitar la discusión de los métodos psicológicos a la exposición de la introspección.
Usualmente se la mencionaba dentro de una lista de métodos, donde se concedía lugar de privilegio a los otros. Ya E. L. Thorndike insistía en reemplazar la “mera” observación y análisis mentales por experimentos conducidos con “presión cuantitativa”
Watson no agregó nada sustancial a la crítica de la introspección que circulaba en 1913, solo añadió más énfasis a la imcopatibilidad del método introspectivo con los requerimientos de una disciplina orientada a las demandas práctica. Ya desde dos años antes de la aparición de “La psicología desde el punto de vista de un conductismo, circulaba un manual que definía a la psicología como la ciencia del comportamiento y se centraba en la necesidad que tenía la industria de tener un conocimiento más fundado del “instrumento humano”. “En fin práctico es determinar de qué depende la capacidad humana y, a la luz de ese conocimiento descubrir los medios de incrementar la eficiencia humana.
Por lo tanto, la caída del uso de la introspección fue menos una víctima de sus problemas intrínsecos que de contingencia derivadas de fuerzas históricas mucho más poderosas que ella.