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Semiología 2° Parcial Cátedra: Arnoux Sede: Montes de Oca 1° Cuat. de 2012 Altillo.com

1) Definir NEGACION segun Ducrot
2) Definir la linea logica de la INVENTIO
3) Marcar en el siguiente texto las marcas de enunciacion y elaborar un analisis escrito:

LANATA ES MALO-MALO Y ES EL JEFE DE LA OPOSICION
Por Jorge Fernandez Diaz - La Nacion

En la previa a una multitudinaria entrevista pública que ofrecimos durante los últimos días de marzo en la Feria del Libro, mientras tomábamos algo en el mismo camarín donde hacía un año exacto yo conversaba de literatura con Mario Vargas Llosa, le pregunté a Jorge Lanata qué habría pasado si el kirchnerismo nos hubiera sorprendido a los veinte años. Jorge se quedó un segundo en silencio, con una sonrisa suspendida. Y entonces yo me anticipé con otra pregunta: "¿No nos hubiera llevado puestos?"

Tuvimos que vivir, leer, viajar, madurar, envejecer, y sobre todo tuvimos que "ver demasiado" como para ser inmunes a cualquier poder y como para no comprar una ilusión. O tal vez hay una explicación más simple: el rol de periodistas, la decisión de observar crítica y escépticamente al poder, se transformó después de tanto tiempo en la única forma que tenemos de ver y estar en el mundo. No digo esto con orgullo, sino con melancolía. Como sea, tuve que pronunciar una tercera frase aquella noche. "Creo que a los veinte años yo me hubiera enamorado perdidamente del kirchnerismo. Vos, ¿no?". Jorge, que siempre ha sido el periodista más creativo de mi generación, y que es además un tipo lleno de ternura, empezó a negar con la cabeza. Y al final de tanta negación me dijo: "No creo, no creo, son demasiado truchos".

Recuerdo esa respuesta de Lanata cada domingo, cuando lo veo en acción. Su programa es extraordinario, funda un nuevo género, y es seguido con devoción por millones de personas. Para mí es evidente que la ideología de su programa conecta con aquella definición íntima. Tal vez Lanata no esté de acuerdo, pero pienso que esa ideología podría traducirse de esta manera: "El kichnerismo es trucho y yo voy a probarlo". Jorge no aspira a construir una alternativa partidaria ni a inducir un cambio de modelo. Tampoco a plantear un debate cultural, ideológico o económico. Ni siquiera a pensar la política. Sólo pretende mostrar las mentiras y contradicciones del relato que se construye desde el Estado. Le importa muy poco quiénes puedan reemplazar al kirchnerismo. No es su problema. Hace su trabajo y se va a su casa. Tampoco aspira a la ecuanimidad: descuenta que hay cientos de medios sostenidos por la Jefatura de Gabinete, miles de periodistas e intelectuales que se encargan de darle horas de micrófono y litros de tinta a la defensa de la política oficial. La tarea que ha elegido es el desenmascaramiento. Algo que pone, naturalmente, los pelos de punta de quienes escriben el relato y también de quienes adhieren a ese discurso blindado y tranquilizador.