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2º Parcial B | Semiología (Cátedra:
Di Stefano - 2020) | CBC | UBA
Segunda evaluación. Tema: Enunciación y deícticos
Resolución de la segunda evaluación de semiología:
1. A partir de la lectura de los textos de Benveniste responda las siguientes
consignas:
a. Benveniste afirma que ciertos verbos de disposiciones u operaciones mentales
manifiestan la subjetividad cuando están enunciados en primera persona e incluye
en esa categoría a los verbos creer, suponer, presumir y concluir. ¿Qué tipo de
información transmiten estos verbos?
Los verbos de disposiciones u operaciones mentales que manifiestan la
subjetividad cuando están enunciados en primera persona, tales como “creer”,
“suponer”, el tipo de información que transmiten es aquella individual del
estado y actitud que la primera persona en ese acto mismo se compromete y adopta
ante el enunciado que le sigue, a través de estos verbos se evidencia una
relación lógica de conclusión por parte del sujeto respecto del hecho dado en su
enunciado.
b. Proponga otros verbos de esa categoría que funcionen de la misma manera.
Otros verbos de esa categoría que funcionen de la misma manera pueden ser:
prometer, jurar, sugerir, confesar, pensar, imaginar, sentir, parecer, desear.
c. ¿Cómo define enunciación Benveniste?
Emil Benveniste define enunciación como el acto individual por parte del locutor
de apropiación del aparato formal de la lengua, movilizando y poniendo a
funcionar la lengua por su cuenta y producir un enunciado como resultado de este
acto. (Pero….falta puntualizar en ¿qué consiste, según Benveniste, esa
apropiación, qué es lo que sucede? Incompleto
2. Señale, clasifique y analice el uso de deícticos, apelativos y subjetivemas
en el discurso de Winston Churchill al Senado de los Estados Unidos el 26 de
diciembre de 1941
Menos de tres semanas, después del ataque japonés a la base estadounidense en
Pearl Harbor y al momento en que submarinos alemanes aparecieron frente a la
costa de California, Churchill llega a Washington para comenzar a coordinar la
estrategia militar con el presidente Roosevelt y los líderes del Congreso.
Ahora somos los dueños de nuestro propio destino
El hecho de que mis antepasados americanos por tantas generaciones jugaron su
parte en la vida de los Estados Unidos y que aquí estoy, un inglés, bienvenido
entre ustedes, hace que esta experiencia sea una de las más conmovedoras y
emocionantes en mi vida, que ya es larga y no ha sido del todo aburrida.
Desearía que mi madre cuyo recuerdo atesoro en el valle de los años, hubiera
estado aquí para verme.
Si mi padre hubiera sido estadounidense y mi madre británica, en vez de lo
contrario, podría haber llegado aquí por mi propia cuenta. En ese caso, no
habría sido la primera vez que habrían escuchado mi voz. En tal caso, no hubiera
necesitado ninguna invitación. Quizá la situación sea mejor así como está. Sin
embargo, debo confesar, que no me siento como un pez fuera del agua en una
asamblea legislativa donde se habla inglés.
Aquí, en Washington, en estos días memorables, he encontrado una fortaleza
olímpica que, lejos de estar basada en la complacencia, es el emblema de un
propósito inflexible y la prueba de una confianza certera y bien fundada en el
resultado final.
Nosotros, en Gran Bretaña, teníamos el mismo sentimiento en nuestros días más
oscuros. Nosotros también estábamos seguros de que al final todo estaría bien.
Estoy seguro de que ustedes no subestiman la gravedad de la prueba a la que
todavía ustedes y nosotros nos tendremos que someter. Las fuerzas que nos rodean
son enormes. Ellos son cruentos, ellos son despiadados.
Los hombres malvados y sus facciones, quienes han lanzado a su propia gente en
el camino de la guerra y la conquista, saben que serán llamados a rendir
cuentas, si no pueden batir por la fuerza de las armas a los pueblos que han
atacado. Por eso no se detendrán ante nada. Y tienen una vasta acumulación de
armas de guerra de todo tipo. Tienen a su fuerza aérea, a su ejército y a su
armada altamente entrenados y disciplinados. Tienen planes y proyectos que han
sido largamente probados y madurados. No se detendrán ante nada.
Es muy cierto que de nuestro lado nuestros recursos humanos y materiales son
mucho más grandes que los de ellos. Pero sólo una porción de sus recursos han
sido apenas movilizados, ambos tenemos mucho que aprender en el cruel arte de la
guerra. Tenemos, por tanto, sin duda, un tiempo de tribulación ante nosotros. En
este tiempo, se perderá algo de terreno que será costoso y duro de recuperar.
Nos esperan muchas decepciones y sorpresas desagradables. Muchas nos afligirán
antes de que la formación entera de nuestro poder, aún latente, pueda ser
completado.
Durante la mayor parte de los últimos veinte años, a la juventud de Gran Bretaña
y de Estados Unidos se le han enseñado que la guerra es malvada, lo cual es
cierto, y que nunca más regresaría, lo cual ha resultado ser falso. Por casi
veinte años, a la juventud de Alemania, Japón e Italia se le ha enseñado que la
guerra agresiva es el deber ciudadano más noble y que debería iniciarse tan
pronto como las armas necesarias y la organización estuvieran alistadas.
Nosotros hemos realizado nuestros deberes: las tareas de paz. Mientras ellos han
tramado y planeado la guerra. Esto, naturalmente, ha colocado a Gran Bretaña, y
ahora a ustedes, los Estados Unidos, en una desventaja que sólo el tiempo, el
valor y los agotadores e incansables esfuerzos podrán corregir.
Debemos estar agradecidos de que se nos haya proporcionado tanto tiempo. Si
Alemania hubiera tratado de invadir las Islas Británicas después del colapso
francés, en junio de 1940 y, si Japón hubiera declarado la guerra al Imperio
Británico y a los Estados Unidos alrededor de la misma fecha, nadie podría decir
qué desastres y agonías podrían haber sido nuestra suerte. Pero, ahora, al final
de diciembre de 1941, nuestra transformación de una paz relajada a la total
eficiencia para la guerra ha hecho grandes avances. En Gran Bretaña el flujo
amplio de municiones ya ha iniciado.
Esfuerzos inmensos, también, se han hecho en la conversión de la industria
estadounidense para propósitos militares y ahora que los Estados Unidos están en
guerra, es posible, en un año o en dieciocho meses, producir resultados en poder
militar más allá de cualquier cosa que haya sido vista o prevista por los
estados dictatoriales. Siempre que se haga todo lo posible, creo, que sería
razonable esperar que el final de 1942 nos vea definitivamente en una mejor
posición de la que estamos ahora y que el año 1943 nos permita asumir la
iniciativa bélica a gran escala.
Algunas personas pueden sentirse sorprendidas o momentáneamente deprimidas
cuando hablo de una larga y dura guerra. Pero nuestros pueblos prefieren saber
la verdad, por sombría que esta sea. Y, después de todo, cuando estamos haciendo
el trabajo más noble en el mundo, no sólo defendiendo nuestros corazones y
hogares, sino luchando por la causa de la libertad de otras tierras, la cuestión
es si la liberación llegará en 1942, 1943 o 1944.
Estoy seguro de que en este día –ahora– somos los dueños de nuestro propio
destino; que la tarea que nos ha sido impuesta no está por arriba de nuestra
fortaleza; que sus dolores y fatigas no están más allá de nuestra resistencia.
Mientras tengamos fe en nuestra causa y una voluntad inconquistable, la
salvación no nos será negada.
El texto se trata de un género discursivo secundario a pesar de ser oral se
requirió un pensamiento o borradores previos para llevarlo a cabo, se trata de
un género político dentro de las declaraciones públicas. Los tres
características principales de todo género son: ¿Qué genero sería?
Contenido temático: se habla de la Segunda guerra mundial, y los planes para
poder enfrentarla en conjunto.
Estilo verbal: La redacción se realizó en 1ra persona, uso de un léxico informal
para crear un mayor vinculo pero respetando el lugar y tiempo en que se
encontraba.
Estructura: Comienza con una breve introducción y presentación del hablante,
luego se expresa ampliamente en el tema principal y para finalizar se da una
conclusión directa del mensaje a transmitir.
Enunciador: Winston Churchill ; enunciatario: senadores de Estados Unidos;
referente o tema: estrategias para afrontar la Segunda guerra mundial.
Deícticos:
a. deícticos puros de 1ra persona (Winston Churchill): mis, estoy, verme,
necesitado, me, he, encontrado, hablo.
b. deícticos puros de 2da persona plural (los presentes, estadounidenses):
ustedes, habrían.
c. deícticos de lugar: aquí.
d. deícticos de tiempo: ahora, estos días, este día.
Deícticos de 1ra persona plural “nosotros”:
a. deíctico impuro nosotros exclusivo yo (Churchill) + ellos (británicos):
nosotros, teníamos, nuestros, estábamos.
b. deíctico impuro nosotros extensivo yo (Churchill) + ellos (británicos) +
ustedes (estadounidenses y presentes): nos, nuestro, nuestros, tenemos,
nosotros, hemos, debemos, nuestra, estamos, haciendo, somos.
Apelativos:
a. Apelativos vocativos: los Estados Unidos, dueños.
b. Apelativos delocutivos: antepasados, vida, inglés, experiencia, madre, valle,
años, padre, voz, invitación, pez, asamblea, prueba, hombres, gente, guerra,
armas, pueblos, recursos, materiales, terreno, juventud, ciudadano, municiones,
estados, personas, corazones, hogares, tierras, Estados Unidos, Gran Bretaña,
Alemania, Japón, Italia.
Subjetivemas:
a. Sustantivos: pez fuera del agua, arte, paz,
b. Adjetivos: americanos, conmovedoras, emocionantes, larga, aburrida,
estadounidense, británica, memorables, olímpica, inflexible, certera, oscuros,
enormes, cruentos, despiadados, malvados, vasta, grandes, entrenados,
disciplinados, probados, madurados, cruel, costoso, duro, desagradables, entera,
malvada, falso, agresiva, noble, alistadas, agotadores, incansables,
agradecidos, relajada, amplio, inmensos, dictatoriales, razonable, sorprendidas,
deprimidas, larga, sombría, dueños, inconquistable.
c. Verbos: desearía, atesoro, confesar, siento, someter, afligirán, producir,
d. Adverbios: quizá, sin embargo, lejos, bien, mas, altamente, largamente, sin
duda, mayor, mientras, desventaja, grandes, ya, momentáneamente, propio.
Sujetos dentro del texto con sus apelativos y subjetivemas correspondientes:
Winston Churchill: americanos, inglés, conmovedoras, emocionante, atesoro,
desearía, seguro, estadounidense, británica, confesar.
Estados Unidos: días memorables, fortaleza olímpica, emblema, inflexible,
confianza certera.
Nosotros Gran Bretaña y Estados Unidos: someter, mas, grandes, sin duda,
costoso, duro, paz, agotadores, incansables, agradecidos, amplio, inmensos,
razonable, sorprendidas, deprimidas, saber, noble, dueños, inconquistable.
Ellos Alemania, Japón, Italia “el enemigo”: enormes, cruentos, despiadados,
malvados, armas, altamente entrenados, disciplinados, probados, madurados,
agresiva.
A modo de conclusión realice el siguiente texto:
El enunciador comienza nombrando a sus antepasados americanos para crear una
paridad con los presentes y que no lo vean como un tercero ajeno a ellos, sino
como uno más en esta batalla. Además al decir “esta experiencia sea una de las
más conmovedoras y emocionantes en mi vida” y nombrar a su fallecida madre
provoca que en el oyente se prenda una fibra muy sensible para toda persona como
es la figura materna, logrando vulnerar mínimamente la percepción futura del
enunciatario.
Considero que comienza su discurso con puntos emocionales al ser la primera vez
que se encuentra frente a ese grupo de personas, primeramente debe crear una
empatía y clima agradable para proseguir.
Como se puede visualizar en la caracterización que Churchill hace de los
estadounidenses, no son más que adjetivos y palabras positivas las cuales son
una base para hacer crecer el ego de los mismos y ganarse su confianza para
lograr que el objetivo de su mensaje se lleve a cabo de manera exitosa.
Aunque toma como punto de partida todos las fortalezas que poseen desde esta
parte de la guerra, no desestima de ninguna manera al enemigo, sino que describe
todas sus características y fortalezas, pero no deja lugar a duda que saldrán
triunfadores, y no de una manera sobradora sino demostrando lo grandes que son y
sus valores y fortalezas. Esto lo deja en claro de una manera muy terrenal, no
desde una fantasía de “vamos a ganar, solo porque sí” sino que lo justifica en
su discurso y lo hace notar de una manera que sea una certeza, algo tangible y a
la mano de todos.
Hace una clara distinción entre los valores y raíces de los jóvenes ciudadanos
de los diferentes frentes, por un lado Gran Bretaña y Estados Unidos criados y
envueltos en valores puros, inocentes y la paz acompañándolos siempre dejando
como última opción una guerra o batallas; mientras que por el lado de Alemania,
Japón e Italia fueron envueltos en un contexto de agresividad y violentos donde
la salida más próxima siempre sería la guerra.
Para terminar deja en claro que no está en su esencia la guerra sino que
simplemente salen a la lucha para poder defender lo suyo y la libertad; y esto
debe darles el poder de saber que no tienen oportunidad de una pérdida mientras
sigan confiando en esas bases de una persona de “buen corazón” que tienen todos
los ciudadanos de su equipo