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1) Explique y ejemplifique (con el discurso de debajo) los conceptos de Bajtín: Géneros discursivos, enunciado y oración.
Según Bajtin un Enunciado es la lengua puesta en acción, es decir, cuando unimos un conjunto de palabras en oraciones y con ellas buscamos expresar, explicar o decir algo. Este conjunto de enunciados forma un discurso, el cual posee una estructura, contenido y estilo de acuerdo a lo que refiera.
Es decir que, el Genero Discursivo es un conjunto de enunciados que se producen según las diferentes actividades que el hombre realice. Como lo vemos reflejado en el siguiente ejemplo: Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de pocos artículos una larga historia de lucha, tropiezos y esperanzas.
Existen dos tipos de Géneros Discursivos:
- Primarios: Donde los textos están vinculados con la oralidad, aunque sean escritos y son simples y básicos.
- Secundarios: Donde los textos son más complejos y están relacionados con la escritura aunque sean orales.
Este texto posee sin duda un Genero Discursivo secundario y formal ya que, pese a que fue oral, no pertenece a una conversación simple o habitual, sino que fue pensado y elaborado con bases y fundamentos como lo fue en este caso la Ley del Voto nombrada por ella en su discurso: Recibo en este instante, de manos del Gobierno de la Nación, la ley que consagra nuestros derechos cívicos.
El contenido refiere a la incorporación de la mujer al Voto a través de una Ley, lo que significa para cada mujer y la lucha que las llevo a conseguirlo. (Sintiendo, jubilosamente, que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria.)
2) Reconocer, justificar y ejemplificar el ethos del orador en el discurso de debajo
El Ethos es la credibilidad personal, es creer en alguien que tenga la competencia y nos brinde la seguridad de que podemos confiar en lo que dice.
En este caso Evita, quien habla a las mujeres como sus pares, compañeras con las cuales compartió la lucha por la igualdad (Ej.: Mis queridas hermanas). Nombra todos los obstáculos que tuvieron que atravesar para cumplir con su objetivo (Desde un sector de la prensa al servicio de intereses antiargentinos, se ignoró a esta legión de mujeres que me acompañan; desde un minúsculo sector del Parlamento, se intentó postergar la sanción de esta ley.). Brinda a los oyentes confianza y da fe de que su moral no fue corrompida a pesar de todos los obstáculos de su lucha. Imponente, firme y empoderada anuncia la victoria.
3) Reconozca y explique dos tipos de argumentos y relaciónelos con la tópica discursiva. ¿Cuál es la vía argumentativa que predomina?
La Argumentación es una actividad de la razón, es decir que el orador se ha interesado y a investigado sobre el tema con anterioridad; para buscar un argumento que sea suficiente y le permita defender y persuadir a los demás acerca de su postura.
El tipo de argumento es según su contenido ya que se basa en hechos pasados y luchas vividas y nombra alguno de los obstáculos que tuvieron que atravesar.
Basa su contenido en argumentos que le dan fuerza a su discurso y que son aceptados por los oyentes como: La Igualdad antes del Machismo. A dejar lo antiguo y aceptar lo moderno, aceptar a las mujeres como pares.
Su Argumento apunta a los sentimientos morales basados en una certeza moral.
4) ¿Cuál es el género argumentativo? Justifique
El Discurso de Evita es un texto que no solo Argumenta y respalda los resultados de su lucha por la igualdad, sino que posee una carga moral y apoya a lo valores de tal forma que no da lugar a respuestas o contradicciones. Vincula a los oyentes dentro de la escena nombrándolas como HERMANAS que hablando en plural en todos los casos. Hablando de parte de un pueblo. Apela al sentimiento y la moral de cada persona que la escuche.
Eva Perón 23, de septiembre de 1947
Mis queridas hermanas:
Recibo en este instante, de manos del Gobierno de la Nación, la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo, ante vosotras, con la certeza de que lo hago, en nombre y representación de todas las mujeres argentinas. Sintiendo, jubilosamente, que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria.
Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de pocos artículos una larga historia de lucha, tropiezos y esperanzas. ¡Por eso hay en ella crispaciones de indignación, sombras de ocasos amenazadores, pero también, alegre despertar de auroras triunfales!…Y esto último, que traduce la victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional, sólo ha sido posible en el ambiente de justicia, de recuperación y de saneamiento de la Patria, que estimula e inspira la obra de gobierno del general Perón, líder del pueblo argentino.
Mis queridas compañeras:
Hemos llegado al objetivo que nos habíamos trazado, después de una lucha ardorosa. Debimos afrontar la calumnia, la injuria, la infamia. Nuestros eternos enemigos, los enemigos del pueblo y sus reivindicaciones, pusieron en juego todos los resortes de la oligarquía para impedir el triunfo. Desde un sector de la prensa al servicio de intereses antiargentinos, se ignoró a esta legión de mujeres que me acompañan; desde un minúsculo sector del Parlamento, se intentó postergar la sanción de esta ley. Esta maniobra fue vencida gracias a la decidida y valiente actitud de nuestro diputado Eduardo Colom. Desde las tribunas públicas, los hombres repudiados por el pueblo el 24 de febrero, levantaron su voz de ventrílocuos, respondiendo a órdenes ajenas a los intereses de la Patria. Pero nada podían hacer frente a la decisión, al tesón, a la resolución firme de un pueblo, como el nuestro, que el 17 de octubre, con el coronel Perón al frente, trazó su destino histórico. Entonces, como en los albores de nuestra independencia política, la mujer Argentina tenía que jugar su papel en la lucha. Hemos roto los viejos prejuicios de la oligarquía en derrota. Hemos llegado repito, al objetivo que nos habíamos trazado, que acariciamos amorosamente a lo largo de la jornada. El camino ha sido largo y penoso. Pero para gloria de la mujer, reivindicadora infatigable de sus derechos esenciales, los obstáculos opuestos no la arredraron. Por el contrario, le sirvieron de estímulo y acicate para proseguir la lucha. A medida que se multiplicaban esos obstáculos, se acentuaba nuestro entusiasmo. Cuando más crecían, más y más se agigantaba nuestra voluntad de vencer. Y ya al final, ante las puertas mismas del triunfo, las triquiñuelas de una oposición falsamente progresista, intentó el último golpe para dilatar la sanción de la ley.
La maniobra contra el pueblo, contra la mujer, aumentó nuestra fe. Era y es la fe puesta en Dios, en el porvenir de la Patria, en el general Perón y en nuestros derechos. Así se arrancó la máscara a los falsos apóstoles, para poner punto final a la comedia antidemocrática.
Pero… ¡bendita sea la lucha a que nos obligó la incomprensión y la mentira de los enemigos de la Patria!… ¡Benditos sean los obstáculos con que quisieron cerrarnos el camino, los dirigentes de esa falsa democracia de los privilegios oligárquicos y la negación nacional! Factores negativos que ignoran al pueblo, que desprecian al trabajo y trafican con él, incapacitados para comprender sus reservas combativas. Esas mentiras, esos obstáculos, esa incomprensión, retemplaron nuestros espíritus. Y hoy, victoriosas, surgimos conscientes y emancipadas, fortalecidas y pletóricas de fe en nuestras propias fuerzas. Hoy, sumamos nuestras voluntades cívicas a la voluntad nacional de seguir las enseñanzas dignificadoras y recuperadoras de nuestro líder, el general Perón. Marchamos con las vanguardias del pueblo que labrará desde las urnas el porvenir de la Patria ansiando una Nación más grande, más próspera, más feliz, más justiciera y más efectivamente argentina y de los argentinos.
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