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Trabajo Práctico "Malvinas Hoy" | Cat. Mecle | 1º Cuat. de 2012 |
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Primer punto
La cuestión de Malvinas hoy (análisis de los textos)
La cuestión sobre la soberanía de las Islas Malvinas o bien llamadas islas
Falklands, nombre dado por los ingleses, se ha querido llevar por años a un
dialogo de paz entre los países que la disputan; Argentina y el Reino Unido. Hoy
en día esta disputa a tomado un escenario “global”, en donde la participación y
respaldo de otros países, hacia la soberanía de Argentina sobre las islas, ha
dado de que hablar entre los intelectuales y miembros de los Gobiernos
correspondientes de cada país, tanto los que disputan a las islas como los
miembros de MERCOSUR y otros.
Analizaremos varios documentos en los cuales las ideas de como enfrentar esta
disputa, no “tiran” para un mismo lado.
En el documento titulado “MERCOSUR y Malvinas”, se presenta claramente el apoyo
de los Presidentes de los Estados Partes del MERCOSUR y Estados asociados, en
manifiesto a la soberanía Argentina sobre las islas. Atribuyéndole un bloque al
ingreso de embarcaciones que enarbolen la bandera ilegal de las Islas y
repudiando la exploración y explotación de recursos naturales renovables y no
renovables en la plataforma continental argentina, desarrollada por el Reino
Unido, así como también los ejercicios militares británicos en las Islas
Malvinas. Estas declaraciones fueron presentadas en varias reuniones hechas por
el MERCOSUR entre los años 2010 y 2011, reclamando aplicar las medidas presentes
en la declaración de los Derechos Internacionales y la respectiva legislación
interna.
En la columna publicada en el diario británico “The Times”, muestra claramente
la posición de la Cancillería argentina ante una solución pacifica dado mediante
dialogo sobre la cuestión de la soberanía de las islas; poniendo en argumento
hechos históricos de como fueron tomadas las islas y la constante lucha del
gobierno argentino por una solución pacífica ante éste hecho. También hace
presente la problemática nombrada en el texto “MERCOSUR y Malvinas” en donde
nombran las actividades ilegales hechas en las islas por los británicos. Estos
puntos solo refuerzan el pedido de una negociación entre ambos países. Recalca
ante esto, el rechazo de Gran Bretaña a un dialogo y lo “tacha” discretamente
como poder colonial.
Así como se ha nombrado en los textos anteriores, en “Proyecto Declaración”
hecho por el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación se plantea varios
puntos que conlleva al gobierno argentino a pedir su soberanía ante las islas.
Remarca su legitimidad dada por los límites territoriales; la resolución
pacífica entre el Reino Unido y Argentina, en marco de la Carta de las Naciones
Unidas y del Derecho Internacional y su reafirmación a la vocación por diálogo y
paz. Su advertencia a la comunidad internacional y de las Naciones Unidas de la
militarización, introducción de armas nucleares en el Atlántico Sur y la
realización de prácticas ilegales en la región por parte del Reino Unido, asi
también su rechazo a la persistente actitud colonialista y militarista del
mismo.
Ante los puntos dados anteriormente, el primer ministro inglés David Cameron, a
dado su declaración frente a la Cámara de los Comunes, en donde presenta su
opinión alegando que “…lo que los argentinos han estado diciendo recientemente,
es (…) mucho más colonialismo porque lo que esta gente quiere (en referencia a
los isleños) es seguir siendo británica y los argentinos quieren que hagan otra
cosa”. A lo que también agrega que “… el punto absolutamente vital es que
tenemos claro que el futuro de las islas Falkland es un asunto para la propia
población…”.
Estas declaraciones son contratacadas por Héctor Timerman, en el texto “Señales
de debilidad” publicada por Nicolás Lantos en Diario Página 12; en donde asegura
que le “llama la atención que Gran Bretaña hable de colonialismo cuando es un
país sinónimo de colonialismo”.
En toda la entrevista, Timerman, deja en claro los argumento que apoyan su idea
a que la cuestión que la soberanía de las islas debe darse por medio de dialogo,
ya que este tema, como bien fue nombrado en los primeros textos, esta tomando un
escenario e importancia global. Habla también de la “falta de argumentos
sólidos” y “señales de debilidad” por parte de Inglaterra, y de la insistencia
de Argentina en su reclamo pacífico.
En el texto “¿Son realmente nuestras las Malvinas?” el autor Luis Alberto
Romero, presenta una postura opuesta a lo mencionado con anterioridad. Hace
hincapié en la postura patriotista que toma la argentina frente al “conflicto” y
que los derechos que reclama se basan en el sentido común y en los sentimientos.
El autor afirma que las Malvinas son una clave del nacionalismo que fue
amalgamando diversas corrientes, en las cuales nombra a cuatro: el “nacionalismo
radical” basada en el racismo, el “nacionalismo religioso” en donde la Iglesia
sostuvo que la Argentina era una ‘nación católica’, el “nacionalismo cultural”
que busca un ‘ser nacional’ que exprese nuestra ‘identidad’ y el “nacionalismo
político” donde nombra al yrigoyenismo y el peronismo como expresión de la
nación. Sostiene que la Argentina se mantiene bajo derechos que no son absolutos
e incuestionables, premisas que no son compartidas por todos. Bajo hechos
históricos afirma que las Malvinas no poseían nacionalidad definida y que a
pasado por varias manos; si bien ante esta base colonial se puede construir un
buen argumento, no es por ello un derecho absoluto.
Aclara que las Malvinas no es un caso colonial clásico ya que no hay una
autodeterminación del pueblo isleño a “descolonizarse”. Son los pobladores
quienes deben decidir integran o no a un nuevo Estado. Es por ello que el autor
propone que “cortejemos” a los falklanders para integrar al territorio
argentino, ofreciéndoles servicios como los hospitales y universidades, que
logren competir con Inglaterra.
Propone también que expugnemos nuestro imaginario nacionalismo enfermizo y el de
construir un patriotismo compatible con la democracia institucional.
El grupo de los intelectuales y comunicadores del texto “Malvinas, una visión
alternativa”, poseen una postura igual a la de Luis Alberto Romero. En donde
defiende primordialmente los derechos que los isleños poseen, y el hecho a
respetar que es lo que ellos disiden respecto a la implementación de un nuevo
estado, siendo éstos los que han vivido durante varias generaciones en las
islas. También hacen crítica a la postura de la Argentina, remarcando que los
principales problemas nacionales y las peores tragedias no han sido a causa de
la perdida de territorios o escasez de recursos naturales, sino fue por “la
falta de respeto a la vida, los derechos humanos, las instituciones democráticas
y los valores fundacionales de la República Argentina, como la libertad, la
igualdad y la autodeterminación”.
Como ya se ha mencionado varias veces en los textos anteriores, Atilio A. Boron,
adopta una opinión como las propuestas en los textos “MERCOSUR y Malvinas”,
“Proyecto Declaración” y “Señales de debilidad”, dando por hecho el motivo por
el cual esta controversia sobre la soberanía se haya latinoamericanizado,
nombrando tres aspectos que hacen al interés común de América Latina, una de
ellas es la explotación de recursos naturales en espacios marítimos, renovables,
como la pesca y no renovables como el petróleo; el acceso a la Antártida, fuente
de riquezas minerales e hidrocarburíferas. Y como ultima el acceso al paso
bioceánico a través del Estrecho de Magallanes, de extraordinaria importancia en
la hipótesis de que diversos motivos fuese inoperable el Canal de Panamá.
El autor hace presente los graves problemas económicos y sociales, como las
multitudinarias protestas, que posee el Reino Unido y el cual trata de
disimular, pero que también a impulsado al ministro Cameron a “escalar el
diferendo militarizando aún más al Atlántico Sur y violando los acuerdos
regionales. Así como la inclusión en el juego a la figura del príncipe Guillermo
como carga simbólica.
Sostiene por otra parte, el hecho de que la Argentina debe tomar el asunto con
seriedad, sin patrioterismo pero también sin arrogancia. Desaprueba en cierta
medida el hecho de que la Argentina deba renunciar a su soberanía por una
doctrina de “autodeterminación nacional”, alegando que los ciudadanos autóctonos
del territorio son los argentinos, los cuales fueron expulsados por los
británicos. Postulando de esta manera que la doctrina a aplicar es la de la
“integridad territorial”, que establece que ningún Estado tiene derecho a
apropiarse de un territorio que pertenece o se halla bajo la jurisdicción de
otro.
Si bien la palabra “colonización” es muy nombrada en los textos, es necesario
tener en cuanta su concepto, dado que el término se refiere a la apropiación u
ocupación de un territorio “virgen” minusvalorando la ocupación precia del mismo
territorio por otros grupos de humanos y sobre el cual los colonos pretender
mantener superioridad. Esta justificación ideológica esta relacionada también
con el de imperialismo, lo cual no es lo mismo que el termino colonización sino
que está arraigada a ella. Ya que se necesita de un Imperio para llevar a cabo
la colonización.
Entonces, ¿Qué es lo que debe hacer el gobierno argentino ante esta
controversia? ¿Es acaso una actitud de colonización el reclamar soberanía? ¿Se
debe dejar en manos de los isleños la decisión final?
Ante estas cuestiones, podemos decir que la Argentina debe continuar con su
reclamo por las islas pero como bien a dicho Atilio A. Boron, Luis A. Romero y
los demás intelectuales, debe hacerse sin ningún rasgo de patrioterismo. Y
buscando de alguna manera “cortejar” a los isleños para que se integren al nuevo
Estado. Los puntos de vistas son muchos, pero debe trabajarse el asunto con
seriedad, y dejar de lado todo aquello que puede estropear una posible
negociación.
Segundo punto
“----------------------“
Durante años, la Republica Argentina ha llevado adelante la importancia de la
soberanía sobre las islas Malvinas, hoy llamadas Falklands. La importancia
radica en parte por derecho demográfico y diplomático que nos pertenece, y la
otra parte es frente a un planteo novedoso de descolonización dentro del cual
las Malvinas nos fueron usurpadas y arrebatada por ellos que supuestamente son
llamadas una "colonia".
Este conflicto radica desde tiempo atrás, aproximadamente 176 años; cuando en
1833 una corbeta de la Marina Real británica, apoyada por otro buque de guerra,
tomó con el uso de fuerza superior, las islas y tiempo después la decisión de
“colonizarlas”. Desde entonces los sucesivos gobiernos de la Argentina han
presentado protestas ante el Reino Unido.
La acción diplomática de la Republica Argentina llevó a la aprobación de la
Resolución 3160 (XXVIII) de la Asamblea General de las Naciones Unidas en
diciembre de 1973, la cual reconoce los esfuerzos del gobierno argentino ante
una solución mediante el dialogo y la paz. Pero la estrategia de “recuperar” las
islas durante el gobierno de facto, a cargo de Leopoldo F. Galtieri, quitó
legitimidad al planteo argentino.
Durante el transcurso de los años, la “cuestión Malvinas” comenzó a formar parte
en el escenario “global”. El gobierno argentino empezó a ser respaldado por
países latinoamericanos, entre los principales, los miembros del MERCOSUR y los
Estados Asociados. Aspectos tales como, la explotación de recursos renovables y
no renovables, el peligro de un desastre ambiental (consecuencia de actividades
ilegales por parte de Gran Bretaña), la militarización, introducción de armas
nucleares y realización de practicas ilegales en el Antártico Sur, entre otros
puntos, son las que hacen al interés común entre los países que respaldan la
causa al derecho de Argentina a reclamar la soberanía sobre las isla; un
contexto significativamente distinto al de 1982.
Desde entonces el tema de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas y
otros territorios insulares está planteado. Inglaterra sostiene su negativa a no
negociar con Argentina nada con lo que se relacione el tema de la soberanía
sobre las islas Malvinas. De acuerdo con dicho país, el tema del futuro de estos
territorios corresponde a sus habitantes.
Claro está que desde el siglo pasado, Inglaterra ha desarrollado un sistemático
proceso de transferencia de población inglesa a estas islas, por lo que el voto
reclamado será de votantes ingleses y no argentinos. Argentina, por su parte,
demanda a Inglaterra la devolución de dichos territorios a quien en su origen le
pertenecieron, reclamando que no sea el resultado de una ocupación militar lo
que determine el derecho aplicable al caso de las islas Malvinas.
Ante este caso se presenta dos ideales contrapuestas, una en donde sostiene que
la Argentina posee el completo derecho de reclamar su soberanía y la otra en que
afirma que la decisión de un cambio de Estado debe estar respaldada por los
habitantes de las islas. También se presenta otra propuesta por parte de Atilio
A. Boron, que remarca que al pedir los derechos sobre esas tierras debe dejarse
de lado todo patriotismo y lograr encontrar una armonía con los habitantes de
las islas, proponiendo una comunidad política binacional, bilingüística y
multicultural.
La primera “propuesta” es respaldada, exceptuando al gobierno argentino, por
Héctor Timerman. Quien al “atacar” al primer ministro ingles David Cameron,
afirmando que es Gran Bretaña un país sinónimo de colonialismo que no posee
argumentos sólidos y que sus “provocaciones” solo son “señales de debilidad”.
En cambio, la segunda es apoyada por un grupo de intelectuales y Luis A. Romero.
Los cuales rectifican que el reclamo a las islas solo tiene como argumento el
patriotismo y la arrogancia; siendo los afectados en esto, los habitantes
isleños, quienes son los que deciden si pertenecer o no a un nuevo Estado.
Proponen un cortejo y resignarnos a esperar que las “heridas” de los falklanders,
tras el hecho de la guerra, se cierren.
Si bien en la Resolución 1514 (XV), se ven reflejados los dos principios
rectores de los procesos descolonizadores, uno de ellos establece que todos los
pueblos son titulares del derecho a la libre determinación, y el otro, que todo
intento de quebrantar la unidad territorial y la unidad nacional de un Estado es
incompatible con los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas. La
aplicación de estos principios, debe ser analizada en cada caso concreto, ya que
“una aplicación incorrecta de la libre determinación, bien podría constituir la
consolidación de un quebrantamiento previo de la integridad del territorio de un
Estado”
La posición del Reino Unido en este asunto es que no duda de su soberanía sobre
las islas pero pone en planteo que el hecho de llevar a cabo una negociación no
esta en sus manos la decisión, sino de los propios isleños que habitan esas
tierras. El Reino Unido insiste en que los pobladores de las islas son titulares
del derecho de libre determinación, y son ellos los que desean seguir vinculados
con el Reino Unido.
Por otro lado, Argentina sostiene que las Islas Malvinas, eran parte del
territorio de la República Argentina, gobernadas por autoridades argentinas y
habitadas por pobladores argentinos, y que en el año 1833 fueron ocupadas por la
fuerza por el Reino Unido, y que sus habitantes y autoridades fueron expulsados
y suplantados por una administración colonial y una población de origen
británico.
Por lo tanto, no se puede hablar de derecho de libre determinación de la
población de las islas, sino que deben reincorporarse las Islas al territorio de
la Argentina, por haberse violado el principio de integridad territorial. En
efecto la población actual de las islas no puede pretender ser un pueblo, y
menos que le corresponda el ejercicio del derecho a la libre determinación. Se
trata de un derecho de los pueblos; no de los “pobladores” de un territorio.