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DILEMAS Y CONFLICTOS DEL DESARROLLO INDUSTRIAL ARGENTINO. ANÁLISIS Y PROPUESTAS DE MARCELO DIAMAND
Eduardo J. González
La Estructura Productiva
Desequilibrada (EPD)
.
“Se trata de una estructura productiva compuesta de 2 sectores: el sector primario, agropecuario en Argentina, que trabaja a precios internacionales, y el
sector industrial, que trabaja a un nivel de costos y precios superior al internacional”.
La estructura productiva desequilibrada generó en nuestro país una industria nacional volcada hacia el consumo interno, ya que se veía imposibilitada de
exportar de forma constante por manejar precios más altos que el de sus competidores internacionales. Además, la principal fuente de ingresos de moneda
extranjera eran las exportaciones de origen primario, siendo utilizadas estas divisas en la adquisición de bienes de capital o insumos industriales no
elaborados localmente.
Escases de divisas. Por lo tanto “…la principal característica económica de la EPD es su tendencia a recaer periódicamente en crisis de la balanza de pagos”. Esto es debido a que las divisas dependen de un sector primario limitado, ya sea por la oferta o la demanda mundial, o por ambas a la vez.
Productividad.
Diamand
analiza en forma simultánea al concepto de EPD y el de productividad para hacer reflexionar en que no hay que aceptar las “verdades” del
pensamiento económico mundial y, además, fundamentar la actividad industrial. También critica los análisis de los economistas clásicos que confunden los
conceptos de productividad con el de eficiencia. Al asociarlos equivocadamente, la producción industrial es tan ineficiente que los precios resultan muy
poco competitivos, por eso se les adjudica la categoría de fenómeno patológico, indigno de ser analizado en el plano intelectual.
Diamand
vincula el concepto de productividad con:
-Dotación de recursos naturales.
-La capitalización física, que está dada por la “densidad” del equipamiento per cápita en máquinas y equipos y el detalle de la estructura
económica del país.
-La capitalización social, que “…determina la productividad de la mano de obra y consiste en conocimientos, tecnología, organización productiva y
social, etc.”. Es decir, que tiene que ver con un desarrollo sociocultural e institucional tanto de los trabajadores como de los empresarios.
-Las condiciones de contexto, que está dada por el marco de las normativas político – institucional y por la estabilidad de las decisiones
administrativas dictadas por el Estado que pueden alentar o desactivar una actividad económica.
De esta manera se expone que la “ortodoxia económica” asocia la productividad de la mano de obra con la eficiencia (productividad = producto / recursos). Pero Diamand dice que productividad = hora / hombre expresando el resultado en dólares. También insiste que la productividad no solo pasa por la medición hora / hombre o la “eficiencia”, sino que debe confluir la capacidad y la voluntad de los que dirigen y ejecutan las tareas, para así potenciar las cualidades de ambos.
Critica a las corrientes económicas argentinas.
Diamand
critica las propuestas económicas hechas entre ‘40/’70 y las esquematiza en 2 corrientes:
-El paradigma clásico (neoliberalismo). Esta postula el libre funcionamiento de los mercados y une los intereses de los sectores agropecuario, financiero y
exportador agrario.
-El pensamiento y la política nacional populista. Esta ha expresado, políticamente, a una parte importante de la población y persigue objetivos de pleno
empleo y de una mejor distribución de la riqueza, por eso se llama expansionista.
Diamand
también critica las políticas que impulsaron los procesos de industrialización, señalando que el deterioro de los términos de intercambio actúa como
limitador sobre la producción y no como una simple perdida de ingreso, como lo expresan los pensadores de la misma corriente de pensamiento de Raúl Prebisch.
A su vez dice que la corriente nacional – populista toma al aumento de las exportaciones como antipopular, ya que resta volumen al consumo interno. Pero lo
que en realidad le resta al mercado interno es la falta de producción, impidiendo iniciar y mantener la producción para el consumo interno y canalizando
las divisas ganadas en la adquisición de bienes terminados.
Lo que se debe hacer es aumentar la producción agropecuaria y aumentar sus exportaciones, así como también las de la industria.
Critica al desarrollismo. (O desarrollismo – frigerismo; o proceso ISI de Frondizi). “… el desarrollismo atribuye los problemas económicos del país a su dependencia comercial, recurriendo al diagnóstico estructuralista (Raúl Prebisch), el deterioro de los términos de intercambio. Como solución propugna un drástico cambio en la estructura productiva por vía de una política substitutiva, que permitía lograr el autoabastecimiento en todos los rubros básicos de la economía…”.
Otro punto es la influencia del capitalismo nacional para profundizar el proceso de industrialización, lo que llevo a Frondizi a la promulgación
de 2 leyes:
-Ley de “Radicación de capitales”, para garantizar el trato igualitario a las inversiones extranjeras y locales.
-Ley de “Promoción Industrial”, que otorgaba beneficios a aquellas inversiones extranjeras dedicadas a la actividad industrial.
Diamand está de acuerdo con Frondizi y Frigerio de que el déficit en la balanza de pagos proviene del desigual intercambio. Sin embargo, explica que el frigerismo, al igual que el populismo, no entiende la diferencia entre el dinero interno y las divisas, por lo tanto se alega como causa de estancamiento al deterioro de los términos de intercambio, como si fuera una pérdida de ingreso, sin darse cuenta que trae un problema del sector externo.
También señala que el gobierno, al tener que invertir en infraestructuras y cumplir con la deuda externa para poder hacer frente al desarrollo industrial, impidió que las divisas se canalizaran en un proceso de mayor industrialización. Así, el aumento de la deuda externa y la caída de las exportaciones agrarias le generaron al gobierno una aguda crisis de la balanza de pagos, debido a una abrupta caída de las reservas de divisas extranjeras a mediados de 1961. Por esto Frondizi efectuó una restricción de la política monetaria, frenando el consumo interno de bienes industriales, reduciendo así las erogaciones de divisas por importación.
Debido a la imposibilidad de contener los planteos de las FFAA, el descontento de los trabajadores (por las suspensiones, despidos, etc.) y la crisis política por la proscripción del peronismo, en 1962 se llevó a cabo un golpe de estado.
Y a la Revolución Argentina. ’66. Onganía. Diamand dice que, en el gobierno de Arturo Illia, al no solucionar los problemas permitió, por lo menos, reactivar y expandir ligeramente a la economía argentina. A pesar de esto, una parte importante del sector empresarial industrial transnacionalizado obró para la formulación del golpe del ’66.
En el ’67 Krieger Vasena fue designado, por Onganía, al cargo de Ministerio de Economía hasta el ’69. Sus medidas, denominadas “devaluación compensada”, tenían el objetivo de fomentar las exportaciones industriales y evitar el traslado de ingresos al sector exportador agrario pampeano. Sin embargo, la eliminación de las prohibiciones de importar y las diferentes facilidades otorgadas a la importación producen un déficit de la balanza de pagos, generando una falta de divisas y restricciones a toda la actividad económica. Esto sumado a la movilización obrera – estudiantil y el “ Cordobazo” en el ’69 provocó la renuncia de Vasena.
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