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1880-1916
Se ensayaron muchas hipótesis para responder por que recién a partir de la década de 1850 se presento como imperiosa la necesidad de la conformación del Estado. Una de las explicaciones es la que enmarca la organización nacional dentro del proceso de la conformación de una clase dominante y de la aceptación del capitalismo como sistema económico imperante.
La burguesía de Buenos Aires fue la primera en constituir una clase fundamental capaz de imponer su dirección al conjunto de la sociedad. Logro una base esencial al construir un bloque regional cuya hegemonía detento con claridad después de reunificación de la republica en 1862. Estableció una alianza con los agroindustriales del Tucumán y la clase dominante cordobesa.
La formación de la clase dominante o la construcción de la hegemonía:
A partir de sentar las bases del modelo productivo primario-exportador se estructuro un nuevo modelo de país.
En este periodo se conformo una clase dominante que mantuvo su capacidad de acumular y captar excedente de capital, sin grandes fisuras en su interior, y que se dedico a una diversidad de actividades.
Lo que logra la burguesía es una dirección sobre el resto de la sociedad en particular sobre la clase obrera. Una característica del capitalismo: la confrontación entre clases. La dominación supone pasividad de las masas, la dirección requiere su consentimiento activo o, en su defecto, su rebeldía. No hay hegemonía sin contra hegemonía.
Algunas características que adquirió el proyecto hegemónico de la burguesía argentina hasta 1916: el de un régimen conservador presentado como una democracia restringida. La aparición de cuestionamientos al régimen político representados por el radicalismo y el socialismo, y al modelo hegemónico en general llevado a cabo por los anarquistas, no logro crear crisis.
La democracia restringida:
La Constitución Nacional proclamó un régimen republicano y representativo, no figuraba expresión alguna acerca del voto. A través de la sanción de leyes electorales quedaba establecido un sistema voluntario y publico que favorecieron la apatía ciudadana y la aplicación sistemática del fraude en las elecciones.
El Partido Autonomista Nacional (PAN) le otorgo a la clase dominante un instrumento político para iniciar, a partir de 1880, un proyecto hegemónico a través del control del aparato estatal. El PAN era la expresión de la alianza política de la elite porteña con las clases dirigentes del interior. El sistema de votación era indirecto y se realizaba a través de los colegios electorales.
El liberalismo que sirvió de sustento ideológico al modelo económico, fue vaciado de su contenido democrático en lo político. Solo se mantuvo en la sanción de algunas leyes laicas.
En síntesis, la conformación de un “régimen” político que cercenaba la participación de la población dio el manejo directo de la política a la clase dominante. Sin embargo comenzaron a surgir los cuestionamientos al régimen de la democracia restringida.
Los orígenes del movimiento obrero:
A partir de las décadas de 1870 y 1880 se introdujeron las ideologías obreras que habían surgido en la Europa de la Revolución Industrial. Socialistas y anarquistas en un primer momento, sindicalistas a partir de los primeros años del siglo XX, comenzaron a formar las organizaciones obreras.
Ante la importancia que adquirieron estas agrupaciones, en especial las de orientación anarquista, los gobiernos recurrieron a la represión. El accionar represivo fue enmarcado dentro de dos leyes: la Ley de Residencia de 1902 (permitió la deportación de extranjeros que atentasen contra el orden social) y la Ley de Defensa Social de 1910 (implementó una especie de estado de sitio permanente y estuvo destinada a la represión de los dirigentes argentinos).
En cuanto al Partido Socialista, planteo llevar sus propuestas al Parlamento para lograr una mejora en la condición laboral y social de los trabajadores.
Entre 1880 y 1930 se formaron numerosos sindicatos que fueron simpatizando con una u otra ideología.
El golpe de Estado de 1930 encontró al movimiento obrero dividido en tres centrales: FODA, COA Y USA. Después del golpe de Estado, las dos últimas se unieron y formaron la CGT.
Las clases medias y el radicalismo.
En 1912 la protesta por las excesivas cargas que los propietarios imponían en los contratos de arrendamiento culmino con una huelga (el Grito de Alcorta) que afecto varias zonas de las provincias cerealeras.
El crecimiento de la clase media fue paralelo al del radicalismo, partido con el que se sintió identificada. El origen del radicalismo en la década de 1890 estuvo ligado a grupos de diverso origen que disentían de las políticas llevadas a cabo por los gobiernos, como lo fueron algunos antiguos sectores propietarios de la provincia de Buenos Aires que no supieron o no pudieron adecuarse al modelo económico y obtener sus ventajas, hasta los grupos católicos que criticaron la política secularizadora de los gobiernos. En 1890, momento en que la crisis económica puso en evidencia las debilidades del modelo, estos sectores disidentes protagonizaron el primer cuestionamiento a la política del régimen, en la Revolución del Parque. Superada la crisis, algunos grupos volvieron a estar en sintonía con la política imperante, como el encabezado por Mitre, mientras que el sector liderado por Aristóbulo del Valle, Leandro N. Alem e Hipólito Yrigoyen continuo con su política de oposición a la política fraudulenta con la creación de la Unión Cívica Radical (UCR).
La UCR copio su organización de los partidos estadounidenses, con una estructura basada en afiliados que se reúnen en comités barriales, que eligen a las autoridades regionales o provinciales y nacionales del partido, así como a los candidatos.
El aspecto más relevante consistió en su propuesta política. Con Yrigoyen al frente se definió la que fue la principal bandera del radicalismo: La libertad de sufragio con el fin de ampliar la participación política. La oposición al “régimen falaz y descreído”. Tuvo como centro de su critica el fraude electoral y el sistema de sufragio que lo permitía. Cuestiono la intervención federal a las provincias y el excesivo poder del Ejecutivo Nacional. El radicalismo vino a proponer una modernización política ampliando la participación de las capas medias de la población y los hijos de inmigrantes en la política nacional. Se presentaba a la población como un partido argentino y policlasista, que a través de la abstención en las elecciones y de los fallidos levantamientos cívico-militares luchaba por la democratización de la política.
(1916-1930)
Hipólito Yrigoyen.
Hipólito Yrigoyen representaba a los hombres de fines del siglo XIX. Sus ideales se centraban en una renovación de valores y no en una revolución estructural del sistema que conllevaba un cambio de proyecto económico y una transformación del régimen de tenencia de las tierras.
El objetivo del radicalismo era democratizar el sistema político y producir una apertura de las poéticas sociales en educación, vivienda y trabajo.
El gobierno de Yrigoyen sostuvo el modelo económico agroexportador, que se hallaba con fisuras evidentes por la falta de tierras vírgenes y la disminución del flujo de capitales. El Estado se encargo de negociar con aquellos sectores que pudiesen frenar el circuito económico con el exterior. Este fue el caso de los gremios ferroviarios y portuarios. El gobierno puso en práctica el arbitraje y de esa manera otorgaba prontamente a los obreros las concesiones que reclamaban.
Los radicales mantuvieron la estructura del modelo de Estado liberal y el proyecto económico imperante.
Durante este primer gobierno fueron muchos los proyectos de ley presentados por el gobierno y frenados en el Congreso. Se destaca la creación de YPF.
Los aspectos desfavorables del gobierno de Yrigoyen se centraron en la represión aplicada contra expresiones del movimiento obrero. La mas recordada es la “Semana Trágica”.
Cuando las elecciones presidenciales se acercaban, la convención de la UCR por mayoría eligió como candidato a Marcelo Torcuato de Alvear, representante de los “galeritas”
Marcelo Torcuato de Alvear.
Desde el comienzo de su mandato quiso poner distancia con la política incorporando a miembros de la elite terrateniente en los ministerios y oponiéndose a las intervenciones provinciales. Manifestó una clara vocación de diálogo y alianzas con otras fuerzas políticas.
Hipólito Yrigoyen. 2do mandato.
Una sumatoria de acontecimientos externos e internos facilito a los sectores conservadores el derrocamiento del gobierno radical.
Ya durante el gobierno de Alvear, en 1924, se había producido una importante división dentro del partido radical entre los “personalistas” (de Yrigoyen) y los “antipersonalistas” (Grupo azul o “galeritas”)
Dos sectores encabezaron el derrocamiento del gobierno yrigoyenista: La Sociedad Rural Argentina (se manifestaba a través de Critica y La Nación) y un grupo nacionalista que tenia como medio de expresión a La Nueva Republica.
La oposición durante los gobiernos radicales.
El radicalismo era un movimiento social heterogéneo, conformado por grupos separados de los sectores terratenientes y los sectores urbanos. Sus críticos y opositores también constituían grupos muy heterogéneos que abarcaban tanto a la derecha nacionalista como la izquierda.
Las críticas al partido radical, en especial al yrigoyenismo, se focalizaron en los elementos que lo identificaban: el carácter personalista de las relaciones poéticas y el “clientelismo” que implicaba la utilización de los cargos públicos con fines políticos, manejados por los “punteros” o “caudillos” de comité. En el primer mandato de Yrigoyen los más claros opositores pueden agruparse en tres sectores:
1) Los representantes de las oligarquías provinciales que habían apoyado el dominio de la elite conservadora.
2) El movimiento anarquista que había sufrido mas que ningún otro la represión y la persecución política.
3) Existían dos importantes partidos opositores: el Partido Socialista (Juan B. Justo) y el Partido Demócrata Progresista (Lisandro de la Torre, antiguo miembro radical)
En síntesis , los gobiernos radicales pueden caracterizarse por la continuidad del modelo agroexportador que posea claros rasgos de agotamiento y la continuidad hegemónica de la elite que deja hacer a los radicales, principalmente en el área económica, mientras sus intereses no se encuentren en peligro.
La legislación favoreció la mejora de la situación social del sector medio. Para ello se abrieron nuevas escuelas públicas y se promulgó la Reforma Universitaria. De esta manera se hizo visible un nuevo sector social: la clase media conformada por profesionales.
La relación con el sector obrero fue ambigua, pues a través de nuevas leyes laborales se favoreció a los obreros sindicalizados pero se reprimió a trabajadores que ponían en peligro al Estado Liberal, en particular al movimiento anarquista.
Los catorce años de gobiernos radicales se caracterizaron por la aparición de medios de comunicación como la radio que, junto con diarios y revistas, satisficieron las necesidades de un nuevo público lector interesado por estar informado.
(1930-1976)
En 1929 se derrumbaron las acciones en la Bolsa de Nueva York y entonces la crisis más importante del capitalismo en el siglo XX estalló. Disminuyó drásticamente la producción, retrocedieron todos los precios (incluidos los salarios) y los intercambios comerciales internacionales disminuyeron de modo extraordinario. El sistema monetario quedo desbaratado. Este contexto internacional debía repercutir muy negativamente en la economía argentina. En primer lugar porque estas se habían constituido en las principales compradoras de productos argentinos, y en segundo lugar porque proveían de bienes manufacturados y capitales.
Como respuesta a la creciente disminución de las exportaciones de carnes a Gran Bretaña se alcanzo a un acuerdo comercial (1933). El tratado Roca-Runciman se comprometía a mantener una cuota de importación de carnes. A cambio, la Argentina asumía diversos compromisos: No aumentar los derechos aduaneros de las importaciones británicas; utilizar las divisas provenientes de las exportaciones a Gran Bretaña para compras de ese país exclusivamente y; no gravar la importación de carbón de origen británico; entre otras.
El Estado encaro una reforma financiera a fin de lograr la estabilidad monetaria. En 1935 se crearon el Banco Central y el Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias. El Estado tomo una serie de medidas que tuvieron como finalidad fijar cupos de producción y establecer precios mínimos a los productores. Se crearon las llamadas Juntas Reguladoras para la producción de granos, de vino, de algodón, de carnes, de leche y de yerba mate.
Los cambios en la industria argentina en la década del 30:
El proceso de cambio económico más visible de la época fue el crecimiento de la industria argentina. Había comenzado en realidad en la década anterior pero creció después de la crisis. Los capitales que permitieron este proceso tuvieron distintas vertientes: producción agropecuaria y empresarios de origen inmigrante. Sin dudas la principal fuente de inversiones provino del extranjero, principalmente EEUU y Europa. Las políticas gubernamentales que elevaban las tarifas aduaneras a los productos importados facilitaron este proceso que se conoce como industrialización sustitutiva de importaciones (ISI). Se dio principalmente en la industria textil, de alimentos, metalúrgica y química. Se trato de una industria liviana dirigida a satisfacer las demandas del mercado interno.
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial se acelero el proceso industrializador. Como las economías centrales debieron reorientar sus aparatos productivos hacia la industria bélica, quedo un vacío que pudo ser cubierto por la industria argentina.
El desarrollo industrial genero importantes modificaciones en la estructura social. El fomento a la actividad industrial provoco la reacción de otros sectores vinculados a la producción agropecuaria, que temían por las ventas de sus productos en el exterior. La oposición a las medidas proteccionistas del Estado fue encabezada por la UCR y el Partido Demócrata Progresista que expresaban los intereses de medianos y pequeños ganaderos. Quedo así plasmada una fractura en las clases propietarias que se acentúo en la década del 40.
Poco antes de producirse el golpe militar en 1943 la CGT se dividió en dos.
Con el golpe militar de 1943 asumió el poder político del país un sector militar partidario del desarrollo de una industria pesada que asegurara una mator independencia económica. La idea de planificación se vio plasmada en dos planes quinquenales haciendo hincapié en el desarrollo de la industria. El primer plan se llevo a cabo en 1951. Uno de sus objetivos era la expansión de la industria, la nacionalización de los servicios públicos y la mejora del nivel de vida de la población mediante una redistribución de la riqueza y una fuerte acción social del gobierno. Una pieza de este plan fue el IAPI que monopolizo las exportaciones agropecuarias comprando a los productores fijos y vendiendo luego a precios internacionales.
La caída de los ingresos por exportaciones que comenzó a verificarse hacia 1949 afecto el modelo implementado. La implementación del segundo plan quinquenal en 1953 intento aumentar la producción agropecuaria e industrial, reducir las importaciones y promover la austeridad en los consumos. La necesidad de capitales obligo al gobierno a dar marcha atrás en las restricciones a las inversiones extranjeras sancionando la Ley de Radicación de Capitales y se abrió la explotación petrolera. Hubo un congelamiento de los salarios y se impidió la renovación de los convenios de trabajos.
Al optar el gobierno por la reducción salarial logro mejorar las ganancias de la burguesía pero perdió legitimidad frente a los trabajadores, que retomaron el camino de la protesta. Las dificultades que evidencio para controlar estas acciones debilitaron a su vez la relación con la burguesía en su conjunto, uno de los factores que explican su derrocamiento en 1955.
(1930-1945)
La irrupción de las Fuerzas Armadas en el gobierno contó con el aval de parte de la sociedad civil y de la Corte Suprema de Justicia.
Uriburu, el presidente de facto, oscilo entre encarar una transformación del gobierno en un régimen autoritario o ser simplemente un gobierno provisional entre dos civiles. Finalmente, se le impuso esta última opción. Tanto los conservadores como el Ejercito apoyaron la candidatura del general Justo que fue sostenida por La Concordancia. La renovada práctica del fraude electoral y la abstención del radicalismo facilitaron su triunfo.
Para las elecciones presidenciales de 1938 los radicales se sumaron al juego político y a las prácticas corruptas para financiar su campaña electoral. Triunfo esta vez como candidato de la Concordancia Roberto Ortiz, un radical antipersonalista. Dio muestras de intentar poner un freno al fraude. Sin embargo, su licencia y posterior renuncia por enfermedad les otorgo a los conservadores un control más estrecho del Estado y más autonomía para practicar el fraude.
El inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939 hizo que el gobierno se definiera por sostener la neutralidad en el conflicto. Para evitar una situación social conflictiva, Federico Pinedo, propuso el Plan de Reactivación económica destinado a estimular la actividad industrial. Este plan se basaba en la protección a las industrias de la competencia externa y su estimulo mediante la construcción de viviendas.
En 1942 fallecieron Ortiz y Alvear. En 1943 fallece Justo. Su sucesor Ramón Castillo se convirtió en el gran elector impulsando la candidatura de Robustiano Patrón Costas. Según la hipótesis tradicional, se dice que inclinaría al país hacia el bando de los aliados abandonando la neutralidad. Una logia militar denominada Grupo de Oficiales Unidos (GOU) derrocó al gobierno con la finalidad de asegurar la neutralidad del país en la guerra. El general Pedro Ramírez asumió como presidente de facto.
En noviembre de 1943 fue creada la Secretaria de Trabajo y Previsión y a su frente fue designado Juan Perón. Rápidamente se acerco a los sindicalistas, socialistas apartidarlos y sindicatos autónomos. De esta manera se fue ganando su apoyo a medida que aumentaba su influencia en el gobierno.
17/10/1945
La oposición al gobierno de facto se incremento con la finalización de la Segunda Guerra Mundial reclamando la renuncia de Perón. En octubre de 1945 las fuerzas opositoras lograron el apoyo del jefe de campo de mayo quien presiono al gobierno y obtuvo la renuncia y detención de Perón. Ante el justificado temor de perder las mejoras que habían conseguido, los obreros iniciaron huelgas y movilizaciones. Esta situación motivo una reunión de la CGT el 16 de octubre para decidir que hacer. Las opciones fueron dos: salir a respaldar abiertamente a Perón o esperar los acontecimientos antes de tomar alguna posición. Decidieron respaldar a Perón por medio de un paro general para el 18 de octubre y el 17 de octubre marcharon por su cuenta. El gobierno se sorprendido decidió liberar a Perón.
A fines de octubre los sindicatos organizaron el Partido Laborista que impulsaba la candidatura de Perón. Recibió la adhesión de una fracción del radicalismo llamada UCR Junta Renovadora. El 24 de febrero de 1946 se realizaron las elecciones en las que triunfo limpiamente Perón.
CAPITULO SEIS
El golpe militar del 4 de junio de 1943 en el cual Juan Domingo Perón ocupó una posición relevante expreso la preocupación de las FFAA por el futuro del país. Los integrantes del GOU expresaron como objetivos del gobierno militar la necesidad de contener el avance del comunismo y combatir la corrupción de los partidos políticos, y planteaba confusamente la idea de iniciar un proyecto industrialista y nacionalista.
Una vez asumido el gobierno en 1943, Perón se ira convirtiendo paulatinamente en la figura política de mayor poder. Acumulara importantes cargos: Secretario de Trabajo y Previsión en diciembre de 1943, Ministro de Guerra y Vicepresidente desde 1944, cuando también presidio el Consejo Nacional de Posguerra.
Hasta el golpe militar del 43 el sindicalismo mantuvo las características ideológicas del pasado. Existían dos confederaciones, la CGT 1 y la CGT 2; ambas tenían como secretarios generales afiliados al Partido Socialista. En 1946 la actividad gremial se institucionalizo y estatizó: aumentó la injerencia estatal en el ordenamiento de las organizaciones gremiales y la mayoría de los dirigentes comenzaron a definirse a si mismos como peronistas.
Una vez llegado al poder, en mayo de 1946, Perón dispuso la disolución de los partidos que habían motorizado su campaña electoral y la organización del Partido Único de la Revolución Nacional. Esta decisión fue resistida por algunos miembros del Partido Laborista.
Un importante factor de poder necesario para acceder al gobierno en 1946 fue el apoyo de las FFAA. Algunas medidas reflejan el interés de Perón por mantener la adhesión de sus camaradas de armas al gobierno. Sin embargo desde 1946 comenzó un lento distanciamiento de grupos de oficialidad en especial luego de la Reforma Constitucional de 1949, fenómeno que desemboco en el intento fracasado de golpe de Estado en 1951.
El ejercito lograda ejercer un poder de veto sobre el gobierno de Perón respecto de la candidatura a la vicepresidencia de Eva Duarte en 1952 y finalmente grupos importantes encabezaran los levantamientos militares de junio y septiembre de 1955.
La política agraria e industrial.
Se ha señalado, como aspectos centrales para definir la política del gobierno peronista, que ésta fue industrialista y, en lo referente a las producciones del agro pampeano, se caracterizo por su carácter antiagrario y antioligárquico.
Los planes quinquenales (1947-1951) intentaron promover el desarrollo acelerado de la industria, tanto de la liviana como de la pesada.
El peronismo solo pudo concretar la “industrialización fácil” sobre la base del uso intensivo de tecnología ya existente, pero no logro crear una industria pesada competitiva en el mundo, y ello se debió a la falta de divisas para sostener un impulso industrializador.
Rupturas y continuidades: mitos y realidades entre 1946 y 1955:
En 1946 Perón crea el Partido Único de la Revolución Nacional. Las ideas que afirman el carácter revolucionario del peronismo estuvieron presentes en la mente de la mayoría del pueblo trabajador. Desde esta óptica el peronismo cambio estructuralmente la economía, la sociedad y la política nacional. Se afirma que la tercera posición, proclamada por el gobierno en 1946, orientada a no alinearse con ninguna de las dos superpotencias produjo un cambio trascendental en la política exterior.
El peronismo presenta características contradictorias: produjo cambios importantes en la economía y la sociedad argentina pero la industrialización incompleta y el discurso nacionalista primitivo fue parcialmente abandonado en la segunda presidencia.
Cabe señalar que el cambio fundamental en el sistema político introducido por el peronismo coexiste con la integración de personalidades, grupos políticos e instituciones ya existentes.
El 16 de septiembre de 1955 se concreto el golpe militar que derribo a Perón. Primero llego Eduardo Lonardi pero dos meses después asume Pedro E. Aramburu.
(1955-1976)
Entre 1955 y 1976 los sucesivos gobiernos tuvieron que afrontar cuestiones que se hallaban profundamente interconectadas y que ponían en evidencia la característica más visible del sistema político: su alto nivel de inestabilidad.
El periodo que nos ocupa registra tres momentos: El primero, entre 1955 y 1966, cuando los actores políticos promueven diferentes formulas para llegar gradualmente a la democracia política.
Tanto los gobiernos de facto como los gobiernos radicales vigilados por los militares intentaron diversas estrategias para articular la sociedad con el Estado. El presidente Eduardo Lonardi (sept-nov de 1955) propuso aceptar la existencia objetiva del peronismo como fuerza política, promover la asimilación al sistema político de este sector. Posteriormente, con Aramburu y Rojas (1955-1958) llegaría el proyecto de la desperonizacion mas extrema. La propuesta consistía en reeducar y depurar la sociedad por medio de la represión del peronismo como único camino posible a la democracia.
Opuesta fue la alternativa integracionista de Arturo Frondizi (1958-1962) que impulso un nuevo modelo que contemplaba la inclusión del sindicalismo peronista y la gradual integración del peronismo político.
La estrategia de Arturo Illia (1963-1966) al reinstalar la centralidad de las estructuras partidarias busco el debilitamiento de las corporaciones y la atomización del sindicalismo. En la dinámica política primaron las presiones de los factores de poder por sobre las estructuras partidarias.
El segundo momento corresponde al periodo de la Revolución Argentina (1966-1973) y de la intervención directa de las FFAA no para restablecer la constitución ni reformarla sino para sustituirla por los fines de la “revolución”. Hacia 1966 Ongania (1966-1970) quiso institucionalizar los conflictos y de reordenar al Estado en cuanto a decisiones económicas de las presiones populistas para profundizar las poéticas de desarrollo.
El fracaso de este intento de normalización económica y disciplinamiento social trajo la reaparición de la política y el retorno del peronismo al gobierno en el periodo 1973-1976. En este tercer momento, se reimplanto el modelo populista de factor tripartitos con el objetivo de encauzar al peronismo radicalizando en el tradicional molde nacional y popular.
La revolución libertadora y los nuevos desafíos (1955-1958)
Las señales de que la desperonizacion había llegado se hacían visibles. Se crearon comisiones investigadoras que recibían denuncias sobre actos de corrupción del gobierno derrocado.
Muy pronto aparecieron diferencias en el frente antiperonista. El proyecto de Lonardi propiciaba la asimilación de los partidarios del peronismo en un gran partido de masas bajo el signo católico.
Luego de dos meses Lonardi fue reemplazado por Aramburu (1955-1958). Se produjo la intervención de la CGT. Se procedió ala inhabilitación para ejercer cargos electivos y funciones administrativas a quienes habían colaborado en forma directa con el gobierno depuesto. Se promulgo el decreto 4.161 (prohibición de imágenes peronistas). Se disolvio la CGE. Los peronistas fueron desplazados hacia los sindicatos y desde allí protagonizaron la Resistencia Peronista.
Intentos y límites de un régimen político consensuado: Los partidos antiperonistas que integraban la Junta Consultiva Nacional acordaron la convocatoria a la elección para una Asamblea Constituyente (1957). El gobierno pretendía conocer las orientaciones políticas de la población y crear las bases de un régimen político consensuado, pero con el peronismo proscripto esta última se vio frustrada a causa de las fracturas que atravesaban algunos partidos.
La UCR hacia 1956 se dividió en UCRP (Ricardo Balbín) y UCRI (Arturo Frondizi). El primero tenía mayor cercanía con la Revolución Libertadora. En cambio la UCRI mantenía una línea de acercamiento al peronismo y negaba la legitimidad del gobierno de facto para convocar a una reforma.
El desarrollo como superación del problema político peronismo/antiperonismo (1958-1962)
El 23 de febrero de 1958 se impuso la formula Arturo Frondizi-Alejandro Gómez. El desarrollismo, propuesta que defendían, contenía la implementación simultánea del programa de modernización económica y el lanzamiento de la integración de los distintos sectores nacionales y sociales como requisito para una gradual democratizaron. Para ellos era necesario avanzar hacia el fin de la antinomia peronismo/antiperonismo, pero también terminar con otras: obreros contra patrones, religiosos contra laicos, etc.
Mientras el gobierno devolvía a los sindicatos el control de la CGT, transfería a la actividad privada a más de 200 mil empleados públicos. La impugnación de la clase obrera a las políticas gubernamentales tendría una consecuencia decisiva: la respuesta oficial fue la aplicación, en 1960, del Plan CONINTES.
Tutelajes militares y gobiernos civiles tutelados: De los numerosos planteos militares dos de ellos fueron decisivos en su derrocamiento. Uno fue la exigencia que los militares le hicieron a Frondizi para que revisara la política exterior de abstención de la Argentina respecto de la resolución que excluía a Cuba de la OEA.
La otra presión sucedió cuando Frondizi permitió que los peronistas presentaran su s propios candidatos para la renovación de los gobiernos provinciales. El peronismo se impuso en once provincias. A pesar de que el presidente decidió intervenirlas fue igualmente destituido el 29 de marzo de 1962.
El 7 de julio de 1963 asume la formula Illia-Perette. Illia procuro alejarse de las prácticas de confrontación y negociación entre los factores de poder y el Estado. Esta matriz organizativa había producido el repliegue de los partidos y el fortalecimiento de las corporaciones empresariales, la tecnoburocracia y la burocracia sindical. Fortaleció las formas de representación partidaria e intento el debilitamiento de los factores de poder. Derogo el decreto 4.161 y la legislación represiva sobre las actividades subversivas.
En 1964 se había anunciado un “operativo retorno” de Perón. El fracaso de este operativo beneficio el proyecto de Vandor y posibilito que el justicialismo participara en la elección para la renovación de cargos parlamentarios.
La revolución argentina:
El periodo iniciado en 1966 tomo el nombre dado por sus jefes: “Revolución Argentina”. Las FFAA a través de la Junta de Comandantes eligieron al general Juan Carlos Ongania. Tras Ongania (1966-1970) gobernaron sucesivamente Levingston (1970-1971) y Lanusse (1971-1973)
De la moderación a la intensificación de las presiones sindicales y sociales:
En la medida en que el oficialismo podía acordar con peronistas (Vandor) que aspiraban a independizarse del líder, se pensaba contrarrestar el influjo de Perón dentro del peronismo. El acuerdo con los sindicatos pronto tendió a resquebrajarse. Con el objetivo de declarar ilegal cualquier huelga, Ongania firmo la Ley de Arbitraje Obligatorio. La medida representaba para los trabajadores la posibilidad del despido sin indemnización. El gobierno estableció planes de racionalización laboral para los trabajadores portuarios, ferroviarios y zafreros azucareros del noroeste del país.
El 11 de marzo de 1973 se celebraron las elecciones y el Frente Justicialista de Liberación obtuvo la mayoría. El breve gobierno de Campora contaba con el respaldo importante de la izquierda peronista y de las clases populares.
El gobierno sufría grandes presiones de parte de las alas izquierda y derecha del movimiento peronista. Finalmente, Campora renuncio y en nuevas elecciones se impuso la formula Juan D. Perón-María Estela Martínez de Perón.
El gobierno de Perón no logro estabilidad. El líder murió en 1974 y lo sucedió su esposa.
Ante la crisis institucional, los grupos económicos mas concentrados se lanzaron a la lucha por el control del aparato del Estado.
En oposición al gobierno constitucional, en febrero de 1976, las entidades representantes de la burguesía agraria y comercial convocaron a una paralización global de la economía. El frente golpista se fortaleció y las FFAA asumieron el control de la situación. Su intervención se inicio en Tucumán el año anterior para aniquilar el accionar de la subversión. Luego las FFAA reemplazaron al gobierno por una nueva dictadura militar, el 24 de marzo de 1976.