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Teoría del derecho Resumen de "Educación Legal como Preparación para la Jerarquía" Duncan Kennedy Cat. Barcesat - Santágata 2° Cuat. de 2012 Altillo.com

Decir que las facultades de derecho son ideológicas significa decir que lo que se enseña sobre como es el derecho y cual es su funcionamiento no tiene sentido. Lo que pretende inculcar es que es natural, eficiente y justo que los estudios jurídicos, el abogado en Gral. Y la sociedad a la que prestan sus servicios esté organizada de acuerdo a los patrones actuales de jerarquía y dominación.
Los estudiantes se comportan de modo que terminan cumpliendo lo que el sistema espera de ellos, aceptando la ideología.

La experiencia del primer año
Muchos estudiantes que ingresan a la carrera de abogacía piensan que se trata de algo socialmente más útil que tener un simple trabajo altamente respetable, que es una herramienta para utilizar en contra de la clase dominadora, para ayudar al reprimido.
Por otra parte, también esta el tema de la movilidad social, todos aquellas personas cuyos padres no formaron parte de la intelligenesia profesional y técnica parecen sentir que ir a la facultad de derecho es un avance en su historia familiar, es difícil que los padres desaprueben que sus hijos ingreses a la facultad de derecho, cualesquiera sus orígenes.
La primera experiencia en el aula, los profesores (blanco, de clase media-alta, heterosexuales) reina una jerarquía extrema, dado que el profesor recibe un trato diferente, desaparece ese principio de que se tiene que dejar hablar al profesor sin interrupción, ya que hay una exigencia de “pseudo-participación” en donde uno lucha desesperadamente para tratar de leer la mente de un profesor decidido a confundirlo.
Uno aprende un lenguaje nuevo, aparte aquella “pseudo-participación” me hace notar como les va a los demás, mediante criterios de comparación. Llega información de todas partes, aprendo cosas que conocía pero que no comprendía. Los profesores ofrecen incentivos sutiles y otros no tan sutiles, de modo que nos preocupa que nos vaya bien. Los profesores más populares son aquellos menos orientados hacía la discusión política. Los más “abiertos” parecen dejar menos cosas en claro.
La discusión en el aula no es de “izquierda” o de “derecha” sino conservadurismo pedagógico contra progresismo. Difícilmente un profesor presente un programa con alguna opinión política, aunque podría presentar cierta simpatía por algún partido.
El contenido intelectual del derecho consiste en aprender normas – como son y porque tienen que ser como son- y como convencer al juez para hacerlas más humanas.
En el programa de primer año, está compuesto por “casos fríos” en donde no rige ninguna implicación política ni sentimental, suelen ser los más aburridos y los “casos calientes” en donde involucra cierta simpatía, en donde a veces es necesario dejar de lado las buenas razones. La alternativa pareciera ser que es hundirse en los libros.

El contenido ideológico de la educación jurídica
A través de la enseñanza se inculca una determinada serie de actitudes políticas acerca de la economía y de la sociedad en general, acerca del derecho y de las posibilidades de la vida profesional. Aprenden a retener una gran cantidad de normas, aprender a percibir problemas jurídicos, identificar contradicciones en las normas. Aprenden una serie de argumentos, que los abogados utilizan cuando discuten si una norma determinada debe o no aplicarse. Esta idealización tiene tres partes: 1) la facultad enseña estas técnicas a través de discusiones en clases sobre casos en los que se asegura que el derecho surge de un procedimiento analítico llamado “razonamiento jurídico” que resulta inteligible para el lego, pero que de alguna manera explica y legitima la mayoría de las normas vigentes de orden jurídico. 2) los estudiantes no saben cuando están aprendiendo y cuando no, los alumnos perciben su entrenamiento como un factor que hace surgir gradualmente diferencias entre ellos, como un proceso de formación de un “ranking” que refleja algo que está dentro de ellos. 3) las facultades enseñan estas técnicas en forma aislada del ejercicio real de la profesión, uno no aprende nada de la práctica, eso capacita a los alumnos para un solo puesto, el de “aprendiz” en un estudio jurídico organizado sacando cualquier oportunidad de pensar en un estudio jurídico independiente.

El programa formal de enseñanza: las normas jurídicas y el razonamiento jurídico
La parte central de la ideología es la distinción entre derecho y política. Los profesores convencen a los estudiantes que existe algo que se denomina “razonamiento jurídico”, al forzarlos a aceptar como válidos algunos argumentos jurídicos supuestamente “correctos”, son argumentos de autoridad.
Durante el programa los profesores enseñan a analizar diferentes tipos de casos, hay tres tipos de casos, los que presentan y justifican las normas básicas del derecho, los casos anómalos, resueltos incorrectamente por que no consiguieron una lógica interna y por último que no son ni correctos ni incorrectos que son los casos periféricos que plantean problemas para el desarrollo o transformación del derecho.
Primero se cursa contratos, derechos de daños, derechos reales, derecho penal y procesal civil. Las normas que se enseñan constituyen la base del capitalismo del laissez-faire de finales del siglo XIX, en los que argumentos de conveniencia (seguridad de los contratos) juegan un papel de razonamiento jurídico. Luego los cursos de 2 y 3 exponen el programa reformista New Deal y la estructura del Estado regulador moderno, que su intervención es razonable. Finalmente están las materias marginales como la historia o filosofía del derecho.
Nunca hay una respuesta correcta, es decir, todo lo que se enseña salvo las propias normas son técnicas argumentales para manipularlas es política y nada más. El mensaje básicamente es que el sistema básicamente esta bien.
Sería extraordinario que un alumno de primario pudiera tener una crítica a lo que se le está enseñando y darse cuenta que lo que le está enseñando el profesor son puras tonterías o exagerando, es más los únicos alumnos con pensamiento progresistas que suelen entrar a la facultad suelen obstruir, más que ayudar. Estos piensan que el programa político izquierda consiste básicamente en garantizar a la gente sus derechos y en llevar a cabo los DDHH por sobre los derechos de propiedad.
El discurso del derecho impone tantas limitaciones para aquellos que lo usan, que hace que sea prácticamente imposible una transformación radical. Hablar de derechos es precisamente no hablar de la justicia entre clases sociales, razas o sexos, sino que presupone que el mundo está, y debería estar, dividido entre un sector estatal que pone en vigencia derechos y el mundo privado de la sociedad civil, en la que los individuos persiguen sus propios fines.
Las normas jurídicas que pone en vigencia el E. permean las todos los aspectos del pensamiento social capitalista y responde a los intereses que operan en él. El derecho es un aspecto de la totalidad social. La gente lucha por el poder a través del derecho, entender al mismo es entender la lucha como un aspecto de lucha de clases y como un aspecto de la lucha humana para hacer reales las condiciones de la justicia social.
Tanto las teorías del marxismo y las que nacen, resultan inútiles para los alumnos progresista, porque no aportan ninguna base para aprender a manejar la ambivalencia. Lo que se necesita es pensar al derecho de tal manera que sea posible entrar en él, criticarlo pero sin rechazarlo y manipularlo sin dejarse llevar por su sistema de pensamiento y funcionamiento.

La evaluación de los estudiantes
Enseñar las técnicas repetitivas del análisis jurídico de manera efectiva, identificar procedimientos generales conforman y juego desarrollar casos hipotéticos.
Los estudiantes no reciben ningún comentario de cómo les está yendo que no sea la nota de un único examen al final del curso. Generalmente los estudiantes viven esas notas como totalmente arbitrarias.
El sistema genera un ranking que ordena a los estudiantes en función de sus notas y los estudiantes piensan que no hay nada que puedan hacer que pueda modificar sus posiciones o cambiar a forma en que la facultad lo genera. La clasificación enseña que la jerarquía es inevitable y justa, cuando en realidad es falsa e innecesaria, irrelevante respecto de lo que los estudiantes harán cuando sean abogados. Ese lugar que se le da en el ranking le transmite al estudiante como si ese lugar fuera obtenido individualmente y por lo tanto merecido, que cada uno aprende tanto como puede aprender y que si siente que aprendió poco fue culpa suya.

La incapacitación para prácticas alternativas
Los profesores son en parte responsables de que los alumnos cuando se estén por graduar no tenga en mente otra alternativa más que trabajar como aprendiz en un puesto de un gran estudio jurídico, acatando ordenes, aspirando a algún día ser socio; por más que represente un trabajo prestigioso, dejan de lado la posibilidad de independizarse y tener su propio estudio jurídico o los trabajos benéficos, detestan las ideas de riesgo.
Un sistema más racional pondría más énfasis n la manera de aprender derecho antes que normas y habilidades antes que respuestas para exámenes.
El segundo instrumento para incapacitar a los estudiantes es ahilar la enseñanza de la doctrina teórica con la práctica, esas habilidades que sólo las pueden aprender una vez que se recibieron es decir, en la realidad.
La tercera forma es más sutil, convencer a los estudiantes que son débiles, vagos, incompetentes y que siempre habrá instituciones de gran tamaño que se harán cargo de ellos.

El moldeado de relaciones jerárquicas
Los profesores moldean la manera en que se supone que los estudiantes deben pensar y actuar en sus futuros papeles profesionales. Parte de ese proceso se enseña a través de ejemplos, interacciones, como el estilo persona, el tono de voz, los gestos, expresiones faciales; servirán como lenguaje. Son las reglas del juego y tienen que adaptarse.
La gente se hace cargo de su posición social, sexo y raza, por lo que le es de suma importancia cuidar su status, cambian su forma de vestir, hablar, cambia sus opiniones y emociones. Se despliega a la reputación que tienen con sus compañeros y profesores, al cual estos últimos también adhieren a la protección de su status en como están posicionados según un ranking.
Con el tiempo se podrán establecer vínculos de afinidad por lo que el alumno elegirá a sus mentores.
El entrenamiento de la obediencia es también entrenamiento para la dominación.
La educación jurídica estructura al conjunto de futuros abogados de tal manera que su organización jerárquica parece inevitable y los entrena de modo tal que actúen como los otros abogados del sistema, una máquina que alimenta a otra.

La respuesta de los estudiantes a la jerarquía
Mirando alrededor veo estudiantes que se meten de lleno al sistema, aceptan que el sistema se presente como neutro e instrumental, siendo que este no sea así.
La jerarquía es omnipresente y sumamente importante, aunque me preocupe condenarla, está claro que la misma crea distancia imposibles de ser superadas. Hay muchos abogados que parecen desafiar la clasificación jerárquica de modo que puede ser derrumbada la clasificación a la hora de mostrar ejemplos concretos, El problema no es si la jerarquía esta ahí, sino como se la interpreta y cuales son sus consecuencias para la acción política.