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EL OFICIO DEL INVESTIGADOR
SCHUSTER
En el texto se pretende recorrer la definición de comprensión a lo largo del siglo XX para ver si efectivamente es posible usarla en las ciencias sociales contemporáneas y en qué sentido.
Dilthey (concepción empática)
Weber (comprensión de la acción)
Schutz (construcción fenomenológica de la noción de comprensión)
Winch (concepción lingüística)
Gadamer (hermenéutica)
Davidson (filosofía del lenguaje)
El problema empieza a fines del siglo XIX con el imperio de la concepción positivista de la ciencia y con la construcción de la sociología positivista de raíz comtiana. Frente al avance de construcción de una sociología positivista, surge un nuevo movimiento, primero en Alemania de raíz antipositivista, denominada espiritualismo alemán.
Que posee dos grandes ramas, por un lado, lo neokantiano del hegelianismo y por el otro el historicismo.
intenta construir una metodología de lo que hoy llamamos ciencias sociales, las ciencias del hombre, y en este sentido comienza a hablar en sentido estricto, de “verstehen” o comprensión como método de las ciencias sociales. Para el autor, el investigador social debe ponerse en el lugar, que reproduce el lugar de los sujetos investigados.
Para Dilthey esta concepción de ponerse en el lugar del otro implica la idea de que todo estado mental real, en cierto sentido, produce un resultado (ej. lo que sea un pintor esta en sus obras) esta concepción tiene una raíz hegeliana, ya que también para Dilthey no hay esencia sin apariencia, es decir que la esencia necesita una apariencia, no existe lo que no se muestra.
Comprender entonces es comprender las dimensiones subjetivas de otros sujetos, comprender al otro en tanto el otro también es un sujeto como yo, no un objeto. Aparece aquí el problema del psicologismo.
El problema es que si bien hay toda una recuperación hermenéutica, cuando se pasa de la interpretación de textos a la interpretación de sujetos nos encontramos con el escollo de la empatía, es decir, de la capacidad de un sujeto de representarse de tomar contacto con otros estados mentales. La empatía es subjetiva, en el sentido del investigador, no parece posible reconstruir reglas metodológicas que permitan a cualquier investigador desarrollar los mismos pasos para llegar a la misma situación empática que cualquier otro investigador. El método de la interpretación remite al producto cultural, lo que uno ve reflejado en una cultura, estos productos culturales son reflejo de los motivos e intenciones de los sujetos que los producen, así podemos llegar a comprender a los sujetos sociales.
Puso como centro de la sociología a la acción. Hoy hay una reivindicación de Weber al poner como centro la acción y no los hechos.
Utiliza el método de los tipos ideales: yo construyo un modelo ideal donde hay un sujeto ideal y típico, puramente racional que se mueve dentro de ese modelo. El TIPO IDEAL, es heurístico. Sirve para generar hipótesis interpretativas, entonces imagina un sujeto que se moviera en ese universo ideal. Ideal no quiere decir el mejor posible, sino y sencillamente, no real, puramente racional.
Weber, cuando habla de comprensión, está hablando de la capacidad del investigador de reconstruir los motivos que un individuo tuvo para actuar. Sin motivo no hay acción. Si un individuo realiza una conducta, pero no tiene idea de porque lo hizo, entonces en términos weberianos, es una conducta REACTIVA, no es una acción. Para que haya una acción el sujeto tiene que reconocer el motivo.
Comprender es tratar de reconstruir el motivo que tuvo un individuo para actuar. Comprender estados mentales del otro.
Apela a los Procesos de socialización: hacen que el individuo, sea un individuo social, y como tal la construcción de la conciencia individual es social, nos hacemos individuos y, por lo tanto, distintos a los demás, en la medida que nos hacemos sujetos sociales y semejantes a los demás. En Schutz cada uno de nosotros ve el mundo desde una perspectiva.
La sociedad es la totalidad de las perspectivas sociales. La tarea del científico es la de reconstruir las perspectivas de los demás.
Schutz dice que cuando el científico actúa como tal, abandona su perspectiva de sujeto cotidiano.
“En la ciencia social lo que hay es una construcción de segundo grado, con respecto al primer grado de la vida cotidiana” Como las personas nos vamos formando en el que nacemos, nos desarrollamos y vivimos. Como estos procesos de socialización influyen en el individuo (contexto cultura, educación, familia, forma de pensar). Los procesos de socialización NO son iguales para todos.
El investigador debe estudiar las construcciones de segundo grado. Analizar el móvil que surge del contexto social, reproducir las construcciones de primer grado. Para reproducir las construcciones de primer grado hay que meterse en la cabeza del otro y analizar los móviles. En la conducta humana NO hay lugar a la CAUSA/EFECTO. Para una misma causa, existen muchos efectos. Hay que analizar las construcciones de segundo grado, para poder reconstruir las construcciones de primer grado y de esta manera, poder reproducir los parámetros de conducta de comportamiento del ser humano.
Las subjetividades se conforman dentro de una sociedad.
Según Winch, los fenómenos sociales se comprenden por métodos radicalmente distintos de los empleados en la ciencia natural. No es posible, sostiene, decir qué acción ocurre en un caso dado a menos que se conozca el pensamiento de los protagonistas. En su concepción, el mundo natural está gobernado por leyes como la de conservación de la energía en física clásica, que no es posible cambiar ni suspender en ninguna circunstancia. Las acciones humanas, eminentemente voluntarias, no son de ese tipo y se entienden mejor como un tipo de comportamiento gobernado por reglas, en el sentido wittgensteiniano, que como un resultado de causas. Es decir, si el científico social quiere considerar las conductas como hechos sociales, entonces debe comprender el “significado” de las mismas. Esta comprensión la alcanza mediante la interpretación de los datos en términos de reglas que determinan la “realidad social” de los individuos estudiados. La descripción y la interpretación de la conducta social deben usar la misma trama conceptual que emplean dichos individuos. Es debido a esto que el científico social no puede permanecer al margen de su objeto de estudio de la manera en que puede hacerlo un científico natural. Al contrario, debe alcanzar una comprensión empática de dicho objeto, pero no entendida como un sentimiento, como ocurre en las versiones psicologistas, sino como una aptitud para participar en una “forma de vida”. Posiblemente, el principal mérito de Winch sea introducir la idea de comprensión como comprensión de reglas.
Si las reglas están en dimensiones del lenguaje, entonces la idea de la ciencia social es reconstruir lo que Wittgenstein llamaba un “juego de lenguaje”.
Winch señala entonces que para reconstruir una forma de vida hay que entender el juego del lenguaje, y que el juego del lenguaje se entiende en función de reglas. Así, comprender al otro en términos metodológicos es reconstruir enunciados inteligibles a través del lenguaje y, con ello, el problema metodológico del psicologismo respecto de los estados mentales y los estados de conciencia (incomprensibles desde que los estados mentales del otro son privados) comienza a diluirse. También subraya el carácter significativo de la conducta humana y la necesidad de captar las estructuras del mundo cotidiano con anterioridad a la formulación de los conceptos teóricos. Pero esas estructuras son consideradas ahora como estructuras de los juegos del lenguaje y no de la conciencia. Por ende, su explicación requiere un tipo peculiar de análisis lingüístico de orientación empírica. Y la clave para este tipo de análisis es la noción de “seguir una regla”. La conducta significativa es caracterizada por Winch como conducta que viene ipso facto gobernada por reglas. Ello no implica que ésta consista simplemente en poner en práctica principios preexistentes. Antes bien, los principios y reglas surgen en el curso de la conducta y sólo son inteligibles en relación con la conducta de la que surgen. Por otro lado, la naturaleza de la conducta de la cual surgen sólo puede ser entendida como una materialización de esos principios. En consecuencia, el científico social no puede llegar a una comprensión más reflexiva de los fenómenos sociales si no entiende primero la comprensión no-reflexiva del participante Winch insiste en que los criterios fundamentales para investigar las acciones están tomados de las reglas conforme con las cuales se realiza la actividad que se está investigando.
habla de la interpretación como un acuerdo, como una fusión de horizontes. "La capacidad de comprensión, de ese modo, es la facultad fundamental de la persona que caracteriza su convivencia con los demás y actúa especialmente por la vía del lenguaje y del diálogo. En este sentido, la pretensión universal de la hermenéutica está fuera de toda duda"
Sin embargo, el ideal de comprensión es inaccesible: existe una tensión entre el intérprete y el objeto a ser interpretado. De ahí la necesidad del acuerdo: la comprensión es el resultado de la interpretación, del acuerdo entre el investigador, su marco teórico y el investigado. Inicia la construcción de una teoría de la interpretación, ya que toda interpretación es parte de un acuerdo en el que juegan un papel importante las dimensiones subjetivas del investigador.
La hermenéutica aquí se plantea en contextos cotidianos, hay procesos de comprensión habituales. La hermenéutica no es método, ya que no hay método que garantice la verdad. Únicamente hay tradiciones de trabajo. Los textos esconden verdades que la hermenéutica debe desentrañar: el lenguaje tiene un carácter preformativo. Gadamer creía en una voluntad general de la humanidad hacia el entendimiento, hacia la comprensión, la fusión de horizontes. La ciencia social, la hermenéutica, debía colaborar en este camino.
el autor hace explícito el abandono de la hermenéutica intencionalista, así como de la concepción internalista de la mente, aquellas según las cuales comprender al otro es conocer sus intenciones y otros estados mentales internos, y más bien permite entender la comprensión como la creación de un espacio compartido entre intérprete y agente. Así, entender al otro no sería reconstruir su vida mental, ni conocer los estados mentales que causaron sus acciones, sino generar una forma de vida común, una intersección de horizontes.
Según Davidson no comprendemos estados privados, sino que hay una dimensión publica que es la que permite comunicarnos.
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