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del Estado
Resumen de "El Príncipe" | Teoría del Estado
(Cátedra: Sanguinetti - Segret - 2016) | Derecho | UBA
EL PRÍNCIPE
Maquiavelo propone la separación de la política y lo jurídico de la moral y
ética. Al leer la obra nos podemos percatar que el término “príncipe” es usado
como sinónimo de poder. El autor personifica el Estado en la figura del príncipe
ya que el Estado, tal como lo conocemos hoy, todavía no existía.
Básicamente Maquiavelo se va a encargar de estudiar el PODER: cómo obtenerlo;
cómo mantenerlo y evitar perderlo. Para tal fin utilizará una serie de ejemplos
históricos para formular reglas generales que permitan acceder al
poder/principado.
Estructura de la obra
La obra se divide en dos partes principales. En primer lugar nos encontramos con
un análisis de los tipos de principados y formas de llegar al poder. La segunda
se trata de consejos acerca de la conservación del poder y las cualidades que
debe tener un príncipe.
DEFINICION DE PODER MAQUIAVELO
El poder es el ejercicio de la fuerza y la astucia, más precisamente, la
capacidad de obligar a los otros a la obediencia. No obstante, para ello es
necesaria la construcción de ciertos consensos, lo cual sólo puede ser logrado a
partir de un buen ejercicio de la astucia.
Maquiavelo entiende al poder como una relación de MEDIOS Y FINES. Los fines se
vinculan con la obtención y el mantenimiento del poder. Los medios deben ser los
eficientes para ello. Siguiendo con esta idea, en el capítulo XV de la obra,
Maquiavelo deja entrever que los valores de lo bueno, lo malo, lo justo o lo
injusto NO sirven para valorar la acción política o el ejercicio del poder. No
obstante admite que hay una ética o regla dentro del campo de la política
vinculada a la relación medios y fines anteriormente mencionada: LOS FINES DEBEN
SER CONSEGUIDOS POR LOS MEDIOS MAS EFICACES. Por tanto, las acciones políticas o
de poder sólo pueden juzgarse a partir de la eficacia con la que se consigan los
fines propuestos.
En relación al punto anterior, Maquiavelo sostiene que los principados nuevos (o
el poder en general, si hacemos una abstracción mayor) pueden obtenerse o por la
VIRTUD o la FORTUNA. Cuando el poder es adquirido por el valor personal existen
menos dificultades de mantenerlo, aunque hay más dificultad para conseguirlo. En
otras palabras, una vez obtenido el principado o el poder, será pan comido
conservarlo. Por su parte, la fortuna implica el azar, el dinero y la
corrupción. Los que obtuvieron el poder así lo hicieron por uno de esos 2 medios
casi sin dificultades. Entonces el príncipe puede conseguir los fines con mayor
eficacia a través de la virtud.
SEPARACION MORAL DE LA POLITICA
Maquiavelo dice que las acciones de los príncipes sólo pueden calificarse a
partir de la eficacia con la que consigue obtener el poder y mantenerlo.
En el capítulo XV del príncipe Nicolás Maquiavelo expone que para mantener el
poder, el príncipe o aquel que lo ostente, no debe seguir necesariamente un
sistema de valores morales y éticos. Por el contrario, aquél que siempre sigue
la moral o hace “lo que debería de hacerse” marcha a la ruina y a la pérdida de
su poder. TODO PRINCIPE DEBE APRENDER A NO SER BUENO SIEMPRE. Lo que quiere dar
a entender Maquiavelo es que si por ser bueno, justo o generoso el príncipe deja
de ser eficaz, aquél que tenga el poder siempre tendrá que priorizar la eficacia
en la consecución de sus objetivos. Cuando hay conflicto entre la moral
tradicional y la ética propia de la política (aquella que sostiene que los fines
deben obtenerse por los medios más eficaces para ello), deberá prevalecer ésta
última.
¿Maquiavelo dijo “el fin justifica los medios”? Técnicamente no lo dijo. Sin
embargo, si nos limitamos a una lectura literal del texto, observaremos que
Maquiavelo sostiene en el capítulo XVIII que el príncipe debe hacer todo lo
posible por ganar y conservar el poder. Una vez logrado ello, los medios con que
se logró serán juzgados por el vulgo como honorables y serán alabados por todos
(ya que el vulgo siempre se deja seducir por las apariencias y el resultado
final de algo).
Ahora bien si hacemos una interpretación más general y leemos su obra “Discursos
sobre la primera década de Tito Livio” confirmaremos que este pensamiento no es
cierto. Maquiavelo sostiene que lo más importante es conseguir el poder o los
objetivos a partir de los medios más eficaces, ello nos asegurará conservarlo.
Entonces si el fin justificara los medios, el Príncipe podría emplear CUALQUIER
medio para lograr su fin, cosa que no es cierta porque lo importante es emplear
el medio adecuado, aquél que nos llevará a lograr los objetivos con mayor
seguridad.
Más allá de todo, es un error creer que Maquiavelo es un amoral que pretende
justificar cualquier acción de un gobernante, desde matanzas hasta usurpaciones.
Esa sí es una lectura –a mí entender- muy equivocada de la obra.
A continuación haré referencia a algunos de los dilemas sobre los que Nicolás
Maquiavelo indaga en el príncipe acerca de qué cualidades el Príncipe debe tener
para mantener el poder.
1) ¿Es mejor ser generoso o avaro?
2) ¿Es mejor ser temido o ser amado?
1) La prodigalidad, si se practica ostentosamente de modo en que todos saben que
uno es generoso, perjudica al príncipe. Sus riquezas se verán consumidas
rápidamente al hacer liberalidades constantemente y se verá obligado a imponer
tributos a los súbditos y al pueblo para recuperarla. Con ello se ganará el odio
de su pueblo y, consiguientemente, perderá el poder.
El príncipe tiene que practicar la prodigalidad virtuosamente; esto es, sin que
sea muy pública. No importa si es tildado de avaro o tacaño porque la avaricia
es lo que le permitirá tener entradas y recursos suficientes para realizar
nuevas empresas o defenderse en la guerra sin necesidad de gravar al pueblo. En
conclusión, el príncipe debe reparar poco si es tildado de tacaño o avaro porque
ese vicio, siempre y cuando no sea excesivo, es FUNDAMENTAL para reinar y
mantener el poder. Aquí se observa
2) La excesiva clemencia da lugar a desórdenes, matanzas y saqueos que
perjudican a toda una población. Por eso un príncipe no debe preocuparse si lo
tildan de cruel o si es temido si esa fama de “cruel” le sirve para mantener al
pueblo unido y leal. Lo ideal sería que el príncipe sea AMADO Y TEMIDO a la vez.
A pesar de eso, como es imposible reunir ambas cualidades, Maquiavelo indica que
es preferible ser temido que amado. Los hombres por naturaleza son malos y
ávidos de lucro. Mientras uno es generoso y es amado, los que te rodean son
fieles, pero cuando la necesidad se presenta se rebelan. Esto es así porque los
hombres tienen menos reparo en ofender a alguien que es clemente y se hace amar
que a alguien que es cruel y temido: el amor es un vínculo de gratitud fácil de
romper pero el temor es el miedo al castigo y no se pierde nunca. Pese a ello el
hombre debe hacerse temer SIN ser odiado (si el que tiene el poder es odiado por
el pueblo, más temprano que tarde lo terminará perdiendo). Aquí se refleja la
separación de la moral con respecto a la política porque Maquiavelo prioriza
incurrir en algo que sería calificado tranquilamente como un vicio –la avaricia-
por ser un medio eficaz para mantener el poder.