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Trabajo Práctico Nº 5  |  Teoría del Estado (Cátedra: Bercholc - Sancari - 2020)  |  Derecho  |  UBA
1- ¿Qué deficits democráticos podría mejorar un proceso de descentralización? ¿En qué altera el funcionamiento de la agencia que descentraliza?
2- ¿Qué elementos debieran ser tenidos en cuenta para que la descentralización sea exitosa? ¿Por qué razones puede resultar ineficaz?
3- ¿Cuáles son las tensiones entre los argumentos "democratistas" y "republicanistas"? ¿Qué ventajas y desventajas presenta cada uno?
4- ¿Pueden convivir procesos de globalización y organizaciones supranacionales con procesos de descentralización? ¿En que podrían contradecirse?

1. Naturalmente un proceso de descentralización nos va a permitir un proceso de toma de decisiones más eficaces. Cuando carecemos de intermediación posiblemente pongamos al gestor en tal cercanía con los sujetos que van a sufrir las consecuencias de las decisiones, en algunos planos imposibles de ser gestionados políticamente.
Este proceso de descentralización nos ayudaría a superar déficits democráticos ya que se acercaría a la gestión, a los gestores y a los responsables, y al proceso de toma de decisiones de los individuos, a los colectivos sociales sobre los cuales van a recaer los efectos de las normas y de las decisiones que la administración estatal adopte. Un proceso de descentralización puede ser llevado a cabo en distintas áreas o niveles de la institucionalización de un estado, y aunque no se apliquen en todos los niveles posibles, igualmente generara efectos generales y en distintas áreas de la vida de una sociedad.
El proceso de descentralización implica para la agencia descentralizada la cesión de competencias: 1) pérdida de poder decisorio efectivo; 2) pérdida de poder político; 3) perdida presupuestaria. Tendrían menos poder político, menos funcionarios, menos estructura y menos presupuesto destinado.

2. Los elementos que tienen que ser tenidos en cuenta para una exitosa descentralización son: contar con recursos humanos, edilicios, infraestructura, de logística y por ultimo contar con recursos económicos suficientes para el apoyo del proceso, si no se cuenta con estos recursos, mayormente todos los procesos estarán destinados al fracaso. Un proceso de descentralización, de competencia y de generación de instituciones de niveles más cercanos a la población, será ineficaz si no se le otorgan los recursos para que los entes puedan funcionar.

3. Lo intrínsecamente bueno de un proceso descentralizador es aquello prodemocrático que genera, a través de una mayor participación ciudadana, de una mayor cercanía y aproximación de la población con los dirigentes que directamente toman las decisiones, con el incentivo de que las demandas de la población con respecto a aquellos temas que as le preocupen lleguen más rápidamente y sin filtraciones ni deformaciones al corazón del sistema político. Esta población participativa y demandante seria la llamada democratista, debiendo afinar la idea respecto al tipo de democracia que pretenden y a sus condiciones objetivas de posibilidad y de desarrollo eficaz.
Al democratista se lo puede considerar ventajoso basándose en su matriz participativa, profundizada en mecanismos efectivos de transparencia y fragmentación del poder.
La desventaja de este mismo seria el cumulo de demandas sin los recursos para llevar a cabo políticas tendientes a satisfacerlas, esto puede generar todo tipo de complicación y también la profundización de los problemas que genera el clientelismo.

En clave “republicanista”, se puede justificar la plausibilidad de un proceso descentralizador del poder en términos de transparencia en los actos de gobierno, de control del ejercicio del poder, de mayor limitación a partir del proceso de cesión de competencias y de fragmentación del poder central que, de otro modo, se tornaría omnímodo y autocrático.
La ventaja de este argumento se basa en las ideas intervencionistas, o la toma de decisiones centralizada, alimenta la idea de un poder central fuerte que contrapese los desequilibrios del libre mercado. En esta línea se encuentran los variados y actuales desarrollos aggiornados del denominado “decisionismo estatal” cuya herramienta normativa as conocida y utilizada en las últimas décadas por todo gobierno de cualquier signo político han sido los célebres decretos de necesidad y urgencia.

4. Los procesos de descentralización estarían en las antípodas conceptuales, teóricas y dinámicas de los procesos de globalización e integración.
Se articulan por ejemplo por la presión ejercida por la cesión de competencias hacia los órganos supranacionales, por la presión bajo de los organismos subestatales, que son casi inacabables. La cesión de competencias no es infinita y de algún modo de terminaría vaciando de competencias a algunas de estas estructuras burocráticas que se superponen.
La fuerte competencia comercial impulsa procesos de centralización en pos de la preservación de la competividad de las economías nacionales en el marco de la globalización de los mercados. Por otro lado, la fuerza centrífuga de la descentralización por la que pugnan las regiones subestatales, busca la preservación de las identidades socioculturales y participación democrática en el proceso de toma de decisiones.
Así se produce una fuga de potestades y de poder político para los estados nacionales por arriba y por abajo. A ello hay que sumarle las presiones comunales y municipales que presionan a su vez a las entidades subestatales, por ejemplo, la importancia de las grandes ciudades en algunas regiones.


 

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