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EL ESTADO MODERNO

El estado moderno como forma histórica determinada

El concepto de estado sirve para indicar y describir una forma de ordenamiento político dado en Europa a partir del siglo XIII sobre la base de presupuestos y motivos específicos de la historia europea y que se ha extendido a todo el mundo civilizado.

El estado moderno europeo es una forma de organización del poder históricamente determinada y caracterizada por la progresiva centralización del poder (monopolio de la fuerza legítima) que termina por comprender el ámbito entero de las relaciones políticas. Además del principio de territorialidad de la obligación política y de la impersonalidad del mando político.

Esta concepción se opone a dos rasgos del mundo político de aquel momento: la concepción universalista de la respublica cristiana, es decir, la lucha por la investidura papal y la proclamación de la preponderancia de lo espiritual sobre lo político.

Este cambio se produce sobre un plano espacial (“territorio”) y un plano perteneciente al momento institucional y al problema de la organización del poder, a través del surgimiento de un momento de decisión y de gobierno representado por el señor territorial. (Paso del señorío terreno a la soberanía territorial)

Se produce una transformación social inducida por la burguesía con el fin de encontrar el propio espacio de acción en las cosas del mundo separadas de las religiosas y necesitadas de regimenes de seguridad inmediatos y actuales; y no morales y ultraterrenos.

El estado como orden político

La distinción entre lo espiritual y lo mundano introducida por los papas desplegó la fuerza hacia el predominio y supremacía de la política haciendo que el nuevo poder no se fundara sobre una determinada fe.

Esta nueva visión de poder buscaba la integración y la reunificación del mismo en la persona del príncipe apoyado por un aparato administrativo eficiente y funcional a los intereses de los diferentes estratos sociales. Su objetivo es la paz interna del país, la eliminación del conflicto social y la normalización de las relaciones de fuerza a través del ejercicio monopolista del poder por parte del monarca.

Se ha hablado de estado-maquina, estado-aparato, estado-mecanismo, estado-administración tratándose en cada caso de una organización de las relaciones sociales a través de procedimiento técnicos preestablecidos útiles a la prevención y a la neutralización de los casos de conflicto y al logro de los fines que las fuerzas predominantes de la estructura social reconocen como propias.

El orden estatal se convierte en la toma de conciencia de los condicionamientos materiales a los que está sujeta su vida en sociedad o a la capacidad de la cual dispone para controlar y organizar condicionamientos para su sobrevivencia y bienestar.

De la antigua sociedad por capas a la moderna sociedad civil

La sociedad por capas es aquella fase inicial del estado moderno caracterizada por la unidad territorial, por el poder parcialmente hegemónico del príncipe y por la presencia de la organización de las fuerzas sociales tradicionales sobre el plano de administración y decisión. El elemento unificador del dualismo es el motivo financiero. Al príncipe no le alcanzaban los recursos privados para la instauración de una administración eficiente y para la creación de un ejército; por lo que recurrió a la ayuda del país a través de una asamblea que a su vez era acompañada por un control sobre la gestión de lo recaudado dándose la propia administración dirigida por las capas o sectores afectados por la recaudación.

El desarrollo del estado moderno debía desarrollarse contra los sectores en función de la eliminación de su poder político y administrativo. Actualmente se prefiere hablar de antigua sociedad por capas porque no poseía separación entre lo social y lo político y tenía una articulación policéntrica de base señorial o personal del poder.

El estado moderno significaba la delimitación de una esfera separada de relaciones sociales gestionada en modo político en la cual los derechos y libertades de las capas estaban subordinados  a la gestión unitaria y política.

Los sectores perdieron su posición constitucional y solo desempeñan influencias políticas manteniendo y organizando resistencias.

El proceso se desarrolló gracias a la adquisición de la esfera financiera por el príncipe y su aparato administrativo dada por el apoyo de la burguesía y otros estratos al príncipe en la lucha contra los privilegios fiscales de las capas y por la activa política de defensa, apoyo y estímulo del príncipe en los enfrentamientos de la actividad comercial y financiera.

Los interlocutores del estado monopolizador pasaron a ser los individuos que tomaban conciencia de la identidad y comunidad de intereses privados y organización de los intereses a través de actitudes menos pasivas.

Así, se forma la moderna sociedad civil como conjunto de intereses privados y la diferenciación en clases sobre la base de dominación adquirida del modo de producción capitalista. 

La concepción liberal del Estado y su crisis

El orden pierde el significado predominantemente neutral de defensa del conflicto social y de garantía de la libertad subjetiva para adquirir connotaciones positivas de realización y desarrollo de intereses propios del individuo. Son los mismos individuos los que conservan los instrumentos directos de la determinación de tal orden a través de la conquista del poder legislativo por parte de la burguesía.

Paso de la esfera de la legitimidad a la de la legalidad señalo la fase del estado de derecho fundado por la libertad política y la igualdad de participación de los ciudadanos frente al poder pero administrado por la burguesía con los instrumentos científicos proporcionados por el derecho y por la economía. Es en confrontación con este estado que ha sido desarrollado el diagnóstico de su eliminación instaurándose una sociedad sin clases; a su vez que también es ejercitada la capacidad de sobrevivencia de la clase civil burguesa.

Así, se llevó a la recepción de temas de fondo de la doctrina democrática formalizados por el parlamentarismo y el partido de masas.

El bienestar volvió a ser motivo prestigioso de la gestión del poder en vista de un progresivo proceso de integración social. La administración readquirió la antigua importancia obteniendo ventaja del hecho de que se sustraía a todo vínculo con el titular personal del poder y vivía una vida autónoma como parte esencial del ordenamiento estatal favoreciendo el carácter de neutralidad y tecnicismo.