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Economía | Resumen sobre Keynes | Cat. Bastarrechea | 1° Cuat. de 2011 | Altillo.com |
KEYNES
Contexto histórico y génesis de las ideas keynesianas.
Surge con la "Crisis del 30" que va a extenderse a la mayor parte del mundo
capitalista.
EEUU sufrió una importante ola de quiebras bancarias. El problema se fue
extendiendo a otros países. La crisis aumentó enormemente la demanda de
liquidez.
Todos los países con un alto grado de desarrollo sufrieron importantes declives
en la producción industrial y en la producción total, a excepción de la URSS,
donde el producto creció rápidamente bajo el impulso del llamado "primer plan
quinquenal", realizado bajo las ideas de planificación estatal.
La desocupación fue una consecuencia directa de la crisis.
Keynes buscaba adaptar las teorías neoclásicas a los nuevos tiempos donde
reinaban el desempleo y los conflictos sociales.
Teoría Económica Hegemónica antes de Keynes
La teoría, era la neoclásica. No tenía explicaciones ni propuestas ni soluciones
ante la crisis. Los neoclásicos basaban sus teorías en situaciones de equilibrio
estable con pleno empleo que nada tenían que ver con la realidad económica de la
época.
El supuesto de plena utilización de los factores productivos, derivado de la ley
de Say, centró sus investigaciones en la forma en que se distribuía el producto
y los recursos de la sociedad, dejó vacía la preocupación x el estudio de cómo
se determinaba el nivel de producción y empleo. La teoría funciono sin
discusiones durante los años de prosperidad del capitalismo, pero cuando
comenzaron las crisis, los modelos de equilibrio con pleno empleo se mostraron
irreversibles para brindar algún tipo de respuesta política útil.
La precipitación de los problemas políticos hizo que el impulso para la
renovación de la teoría surgiera desde las políticas estatales.
La crítica keynesiana se basará en la disociación entre teoría y realidad.
Reformulación del cuerpo teórico de la economía.
El principal quiebre entre teoría económica y realidad radica en el supuesto
arribo automático a situaciones de plena ocupación de los factores productivos.
Dentro de la teoría keynesiana la situación de pleno empleo será solamente una
de las muchas situaciones, existiendo desempleo en todos los demás casos. Los
neoclásicos contemplan solo un caso de todos los posibles.
La premisa neoclásica del ajuste inmediato y el equilibrio, donde todo lo que se
ofrece encuentra su demanda (ley de Say), transforma en automática la llegada
del pleno empleo. La producción podrá ser incrementada siempre que los
trabajadores acepten un salario real equivalente a la productividad marginal. Al
momento en que nadie más quiera trabajar al precio del mercado la economía habrá
arribado al pleno empleo. Si el equilibrio con pleno empleo esta siempre
asegurado, entonces el volumen producido será el máximo posible.
Keynes explica por qué ciertos factores de la producción terminan quedando
desempleados, reduciendo el volumen de producción total. Introducirá en el
análisis económico la preocupación sobre la determinación del nivel de producto
y el empleo total de un país, su crecimiento y sus posibilidades de desarrollo.
La economía comenzaba a observar la problemática de la creación de riqueza
social.
La premisa central de Keynes sobre la posibilidad de equilibrios con desempleo,
implicaba asumir que el capitalismo presentaba limitaciones. En un momento
histórico donde los movimientos sociales y la clase obrera tenían una
considerable fuerza, el sistema no es capaz de brindar a todos los habitantes la
posibilidad de trabajar.
En un contexto recesivo, donde las expectativas de ventas son cada vez menores,
los empresarios decidirán disminuir el nivel de inversión. Esto implica la
eliminación de puestos de trabajo, y con ellos una caída en el consumo que irá
profundizando la recesión. La espiral recesiva puede no tener fin. La posible
existencia de un equilibrio a largo plazo no lograba solucionar las penurias de
la gente en el corto plazo, es inaceptable para la vigencia del sistema.
Abandono de las ideas y políticas neoclásicas ortodoxas
La teoría keynesiana plantea la necesidad de cambiar las políticas económicas.
Dado que los mercados no ajustan automáticamente al pleno empleo, es necesaria
la intervención del estado para conducir la economía por la mejor senda posible.
La teoría neoclásica, estaba basada en el laissez faire dejar hacer a los
mercados, siempre en defensa de la libertad de comerciar, reduce todos los
derechos al del libre comercio. Keynes defiende la necesidad de que el estado
tome un rol activo dentro del funcionamiento de la economía.
La teoría neoclásica, plantea que si el mercado de trabajo no ajusta a
situaciones de equilibrio con pleno empleo, se debe a que los trabajadores
pretenden un salario superior a lo que le aportan al producto, superior a su
productividad marginal. Son los trabajadores responsables del desempleo, dado
que se resisten a disminuir sus salarios. Los productores no tienen ninguna
responsabilidad, ellos se limitan actuar según su conducta racional,
maximizadora de beneficios.
El mercado de trabajo, para Keynes, no funciona como un mercado. Demuestra la
posibilidad de desempleo involuntario, no todos los que desean trabajar pueden
hacerlo y no existe tendencia automática a que el empleo aumente. Transforma en
responsables del problema del desempleo a los empresarios, quienes al invertir
sólo una baja proporción de los ahorros existentes generan una caída del
producto y una mayor desocupación. Los trabajadores, no tienen ninguna
responsabilidad, ni tampoco las herramientas para solucionarlo.
La interpretación neoclásica de la economía, implica que el valor del producto
total (la oferta) es igual a los ingresos de los individuos de la economía. Se
deduce de la teoría de los costos de producción, donde el precio de los bienes,
equivale a la suma de la retribución de los factores de producción. Si cada bien
se vende a un precio equivalente a los salarios, beneficios y renta que se
pagaron para producirlo, equivale al total de las retribuciones existentes. Para
que el total del producto sea demandado y así la oferta se iguale a la demanda,
la proporción del ingreso que se ahorre debe transformarse íntegramente en
inversión. El ritmo de las inversiones queda gobernado por el deseo de ahorro de
la comunidad.
Para aumentar el grado de desarrollo de las sociedades es deseable que se
dediquen cada vez más recursos a inversiones de capital. Se deben llevar a cabo
políticas que fomenten el ahorro. Es aconsejable que una parte importante de los
ingresos de la sociedad estén concentrados en pocas manos debido a que al estar
suplida ya su demanda de bienes de consumo, cualquier aumento, se derivará al
ahorro y se transformará en demanda de bienes de inversión. Una desigual
distribución del ingreso, termina siendo favorable para el conjunto de la
sociedad.
En el modelo keynesiano, el producto total es la suma del consumo total y la
inversión total. EL consumo es una parte fija del producto, está determinada por
la propensión a consumir de los individuos. La cuantía de la inversión es la
variable central para llevar a la economía a una posición de pleno empleo.
En el análisis teórico neoclásico, el pleno empleo es un hecho indiscutido, que
se da por el libre accionar de los mercados. Nunca dudaría de la eficacia de los
mercados para igualar la oferta de ahorros total efectuada por los individuos
con la demanda de inversión total.
Para Keynes hay que generar una teoría que tenga en cuenta todos los casos en
que la inversión no llega a ser la necesaria para llevar a la economía al pleno
empleo. Los motivos para ahorrar son enteramente distintos que los motivos para
invertir. No existe mecanismo que asegure que la tasa de ahorro sea igual a la
tasa de inversión.
La tasa de inversión depende de las expectativas que los empresarios se formen
respecto de las ganancias que esperan obtener del nuevo capital invertido,
comparada con el interés que deben pagar sobre los fondos que piden.
El ritmo de las inversiones, será el que gobierne el ritmo de los ahorros, y no
al revés. El crecimiento del producto y el ingreso y, las posibilidades de
progreso económico ya no dependerán de que un grupo de la sociedad, tenga una
gran capacidad de ahorro. Si, el ingreso esta muy concentrado, la capacidad de
consumo de la sociedad es baja y potencia los efectos de una repentina
disminución de la demanda de inversión.
En una sociedad con un nivel de consumo muy bajo, se suma una crisis de
expectativas de los empresarios y baja la inversión. Hay que encontrar un nuevo
punto de equilibrio donde el ahorro sea reducido a la menor inversión que desea
realizar. Éste es el que se denomina, equilibrio con desempleo, será mas bajo
cuando menor sea la demanda de la sociedad.
Keynes es muy similar a Marx, el conflicto entre la capacidad productiva y el
poder de consumo, es la causa fundamental de la crisis. La mala distribución del
ingreso, restringe el consumo.
Keynes entre la ruptura y la continuidad.
La tesis central de Keynes es que una política de pleno empleo basada en una
flexibilidad a la baja de salarios no puede llevarse a cabo.
La inflexibilidad a la baja de los salarios, se traduce en un funcionamiento
imperfecto del mercado de trabajo, lleva a la necesidad de inversión estatal
para paliar el desempleo.
Keynes acepta la teoría del valor basada en la utilidad, así como el hecho de
que la remuneración a los factores se realiza en base a sus productividades
marginales
CRÍTICA KEYNESIANA AL MERCADO DE TRABAJO NEOCLÁSICO
El mercado de trabajo neoclásico y el desempleo.
Los neoclásicos sostienen que el mercado de trabajo es gobernado por las mismas
leyes que gobiernan el mercado de cualquier otro bien. Se determinan en él el
precio del trabajo (salario real) y el nivel de empleo de la sociedad.
La demanda de trabajo es resultado de la maximización de beneficios del
productor.
La oferta de trabajo es el resultado de maximizar la utilidad en la elección del
consumidor entre dos bienes: ocio y consumo. Todos los puntos de la curva de
oferta de trabajo son situaciones de pleno empleo.
El desempleo, es un exceso de la oferta de mano de obra que, tiende a
equilibrarse mediante un proceso de ajuste automático de su precio. Los únicos
tipos de desocupación contemplados son el voluntario y friccional. Keynes,
explica la existencia de desempleo involuntario, donde al salario real vigente
existen individuos dispuestos a trabajar que no consiguen trabajo.
Cuando existe un exceso de oferta, desencadena un ajuste automático hacia el
equilibrio mediante la baja del salario real. Si, el desempleo persiste es
debido a que no existió dicho ajuste y el salario real se encuentra por encima
de su nivel de equilibrio de pleno empleo. Aduce toda la responsabilidad a la
inflexibilidad a la baja de salarios generada por loas agrupaciones de
trabajadores y las regulaciones estatales.
LOS POSTULADOS NEOCLÁSICOS Y LA CRÍTICA DE KEYNES
El análisis neoclásico del mercado de trabajo, se basa en 2 postulados:
1. el salario real es igual al producto marginal del trabajo, maximización de
beneficios a partir de la cual se obtiene la curva de demanda de trabajo. Este
comportamiento es aceptado por Keynes. Los empresarios siempre contratarán
trabajadores en el punto en que su productividad sea igual al salario real, la
única forma de que aumente el nivel de empleo, es la disminución de salarios
reales.
2. la utilidad marginal del salario, es igual a la desutilidad marginal del
volumen de ocupación, siendo ésta la condición de la maximización de utilidad
por parte de los trabajadores.
La utilidad marginal del salario, es el salario real multiplicado por la
utilidad, le representa al individuo consumir cierta cantidad de bienes. Es la
satisfacción que le reporta al individuo gastar su salario en el consumo de
bienes.
La utilidad marginal del ocio, puede expresarse como desutilidad marginal del
trabajo.
Keynes rechaza el segundo postulado, porque es compatible con las formas de
desempleo neoclásico, pero no con la existencia de desempleo involuntario. Su
falsedad la sostiene a partir de 2 críticas:
1. Crítica Teórica. Los trabajadores no pueden modificar a su voluntad el precio
de su fuerza de trabajo. Si aceptan una reducción en sus salarios, se ve
afectada la magnitud del salario nominal y no real. El salario nominal es parte
integrante de los costos de producción y del precio del producto. Si los
trabajadores aceptan que disminuya su salario nominal, entonce el costo de
contratación también lo hace y también los precios de los bienes producidos.
Nada se resuelve ya que los precios también disminuirían y el salario real
permanecerá constante.
2. Crítica Empírica. Si el salario real disminuye algunos trabajadores podrían
ver que la utilidad que les reporta el ocio es mayor, con lo cual podrían
abandonar sus puestos de trabajo. En tiempos de inflación, deberían abandonar
sus puestos de trabajo, cosa que evidentemente no sucede. Si bien los obreros se
resisten a soportar una disminución en sus salarios nominales, no acostumbran
abandonar sus empleos cuando baja su poder adquisitivo.
Los trabajadores están en condiciones de fijar solo su salario nominal y no su
salario real, que depende además de los precios que se determinan en el mercado
de bienes.
La oferta de trabajo no tiene las características de una curva de oferta propia
de un mercado de ajuste automático. La determinación del nivel de empleo y
salario real no se realiza de la misma forma que en el mercado de cualquier
bien.
Las dos variables, que deben determinarse en el mercado de trabajo son: el nivel
de empleo y su precio (el salario real) no se determinan por la libre
interacción entre la oferta y demanda, la variable que cumple un rol fundamental
es el nivel de producción.
DEMANDA EFECTIVA Y DETERMINACIÓN DEL NIVEL DE PRODUCCIÓN Y OCUPACIÓN
Un modelo de economía agregada.
En una economía sin relación con el mundo y sin sector público:
Los bienes y servicios que se producen son demandados para: el consumo (gastos
de la sociedad para satisfacer directamente sus necesidades) o inversión (gasto
de las empresas para incrementar su stock de capital o existencias)
Todo acto de inversión implica uno de ahorro. El fin último del proceso
productivo es obtener bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la
sociedad. No todos los que se producen satisfacen directamente necesidades
mediante el consumo. Una parte, se emplea para mejorar la capacidad productiva
de la economía.
En la producción intervienen los factores productivos que, en una sociedad
capitalista, son propiedad de individuos particulares. Los dueños, están
dispuestos a ponerlos al servicio de la producción a cambio de una retribución
por su utilización (beneficio, renta, salario). Las empresas deben incurrir en
gastos para producir.
La teoría de los costos de producción, indica que los precios de los bienes
equivalen a la suma de los salarios, beneficios y rentas pagados para
producirlos. El valor total del producto es igual a la suma de todos los costos
de producción, son los ingresos de los miembros de la sociedad. El valor de la
producción es igual a la suma de los ingresos de los individuos.
Ley de Say.
Máxima de la teoría neoclásica: un aumento en la producción, siempre genera un
aumento del gasto que garantiza la venta de dicho producto adicional. Toda
oferta crea su propia demanda.
El mismo acto de producir, crea la posibilidad de consumir. El total del ingreso
de los individuos se destina a un gasto.
La tasa de interés como precio de equilibrio entre ahorro e inversión.
Ley de Say: en toda circunstancia el total de ahorro se destina a la inversión.
La teoría neoclásica planteará que el equilibrio entre ahorro e inversión es
garantizado por el propio juego de la oferta y demanda siendo la tasa de interés
el precio que regula este mercado. La inversión representa la demanda de
recursos invertibles y los ahorros, la oferta, en tanto la tasa de interés es el
precio de los recursos invertibles al cual se igualan ambas, y se detiene en el
punto donde el monto de la inversión a esa tasa de interés es igual a la de los
ahorros, a dicha tasa de interés.
GRÁFICO 1!!!!
La tasa de interés representa lo que le cuesta a los agente conseguir dinero
para realizar una inversión, es el beneficio que obtienen quienes ahorran por
postergar su consumo a futuro.
Un aumento en los ahorros significa un aumento de la oferta de dinero, hace
disminuir la tasa de interés proporcionando un incentivo para que aumenten las
inversiones.
El aumento de la producción, no se ve afectado por la existencia del ahorro. El
crecimiento del producto solo se verá limitado cuando trabajo, tierra y capital
estén completamente utilizados. En el caso del trabajo cuando no hay más
trabajadores dispuestos a trabajar al salario real vigente, en el pleno empleo.
Crítica al mercado de dinero neoclásico
Se pondrá en cuestión la tasa de interés para equilibrar las cuantías de ahorro
e inversión.
La clave de la crítica keynesiana es su descripción de los fundamentos que
tienen los individuos para invertir y ahorrar. Si bien, el nivel de inversiones
se realiza en el punto en que se igualan la tasa de interés y la eficiencia
marginal del capital, no significa que san lo mismo, ésta rige la demanda de
fondos para nuevas inversiones, la tasa de interés incide en el ahorro.
Ahorro e inversión marchan por caminos separados, y la tasa de interés de
ninguna forma puede actuar como nexo que permita su igualdad.
La tasa de interés no es el precio que se percibe por ahorrar, sino la
recompensa por privarse de liquidez, funciona como nexo entre el deseo de
conservar dinero en efectivo (preferencia por la liquidez) y la oferta de
dinero.
La tasa de interés es determinada por la oferta y demanda de dinero y no por el
equilibrio entre ahorro e inversión. Solo se modifica ante una variación en la
oferta monetaria. Al aumentar la oferta monetaria, la tasa de interés disminuye.
GRAFICO 2!!!
Los motivos para demandar dinero pueden ser ajenos a la inversión. El "motivo
transacción" (la necesidad de dinero para realizar consumos e inversiones),
motivo "precaución" (atesoramiento por incertidumbre respecto al futuro) y
"especulación" (retención de dinero para obtener mayores ganancias en el
futuro).
Un aumento de la oferta de dinero no deberá relacionarse con una baja tasa de
interés. Si, dicho aumento trae un aumento similar de la preferencia por la
liquidez, entonces la tasa de interés se mantendrá en el mismo nivel. Quienes
deciden o no consumir el total de sus ingresos prefieren atesorar el dinero en
efectivo.
GRAFICO 3!!!
El aumento de la oferta de dinero se traduce en un aumento de la demanda del
mismo en efectivo. En un determinado nivel de tasa de interés los individuos
prefieren mantener todo incremento de dinero en efectivo. La consecuencia de
este efecto, la trampa de la liquidez es que por más que aumente la oferta
monetaria la tasa de interés se mantendrá constante y no habrá ninguna
repercusión sobre los niveles de inversión.
Un aumento en la oferta de dinero produce una disminución en las tasas de
interés, puede que esta situación no tenga efecto sobre la inversión. Si la
eficiencia marginal del capital disminuye a la par de las tasas de interés. Si
las expectativas no son buenas o, los animal spirits están deprimidos.
Keynes plantea dos condicionantes que impiden que la tasa de interés sea capaz
de equilibrar ahorro e inversión: la función del dinero como reserva de valor, y
la posibilidad de caer en la trampa de liquidez y la dependencia de la inversión
de la eficiencia marginal del capital.
GRAFICO 4!!!
La imposibilidad del ajuste automático entre ahorro e inversión pone en cuestión
la automaticidad con que el libre mercado lleva a la economía a posiciones de
pleno empleo.
La trampa de la liquidez y los animal spirits deprimidos al detener el
crecimiento de la inversión, detienen el crecimiento del producto y el nivel de
ocupación.
Un tercer elemento que se toma en cuenta al analizar el papel del dinero y las
tasas de interés en la determinación del producto total es su relación con el
consumo. Si, un aumento en la oferta de dinero, baja la tasa de interés, puede
que no haya un cambio en el nivel de producto y empleo de la economía si se
incrementa la demanda de inversiones se produce una caída en la propensión a
consumir de la sociedad. Aumenta la inversión y disminuye el consumo, con lo
cual la demanda efectiva tiende a mantenerse constante y no existirá un efecto
sobre el nivel de producción.
Keynes desestima la idea neoclásica de que todo aumento en la capacidad de
ahorro de una sociedad es bueno ya que se traduce en inversión. La teoría
keynesiana nos dice que un acto de ahorro puede ser entendido como una
disminución de la demanda global de la economía, puede provocar caída en las
inversiones y en la demanda efectiva de la sociedad. La consecuencia es que al
período siguiente la oferta se ajustará a este nuevo nivel de demanda, más bajo
al de pleno empleo, donde sí coinciden ahorro e inversión.
El fallo en el funcionamiento del mercado de dinero provoca que la economía
encuentre un equilibrio (ahorro igual a inversión) en una posición distinta a la
de pleno empleo.
Crítica a la Ley de Say
Los motivos para ahorrar nada tienen que ver con los motivos para invertir, no
cotejan las mismas variables, nada asegura la compatibilidad entre sus planes. A
menos que el ahorro sea canalizado a una inversión será percibido como una falta
de demanda.
Demanda efectiva: lo que afecta al mercado es la demanda realizada y no la
hipotética que no llega al mercado.
La existencia del ahorro solo se manifiesta en un menor consumo. La conclusión
es que la ley de Say solo puede sostenerse para una economía en la que no exista
ahorro, de trueque donde no exista una mercancía capaz de almacenar valor.
El dinero, en una sociedad capitalista, actúa como reserva de valor, no existe
nada que asegure que la gente no prefiera quedarse con éste antes de comprar
mercancías.
Nada garantiza a los empresarios que existirá demanda para su producción. Nada
asegura que un aumento de la oferta encontrará una respuesta por el lado de la
demanda de igual orden. Solo producirán aquella cantidad de producto que
consideren que vaya a encontrar salida en el mercado. Implica una restricción a
la cantidad producida, deben ajustar su producción a la cantidad demandada,
restringiendo su demanda de factores, en particular el trabajo dando la
posibilidad del desempleo involuntario.
Demanda efectiva y determinación del producto de la economía.
El nivel de producción de la economía dependerá de: oferta y demanda globales.
Ambas relaciones dependen del nivel de ocupación. Una mayor producción implica
un mayor nivel de ocupación, una mayor demanda se encuentra directamente
relacionada con una mayor ocupación. Los niveles de producto y empleo están
determinados por la intersección de estas dos funciones.
La oferta global es el costo total de producción, la relación de producción
multiplicada por los costos de los factores para cada nivel de empleo.
La demanda global es el valor del producto que los empresarios esperan recibir
con el empleo de cierta cantidad de trabajo, el precio de las ventas esperadas.
Ambas son determinadas en última instancia por el empresario. La oferta,
determinada por sus costos, y la demanda, por sus expectativas de venta.
Si para cierto nivel de ocupación el importe que el productor espera recibir por
sus ventas es mayor que los costos, habrá un estimulo para que aumenten la
producción y el nivel de empleo. Existe debido a los hipotéticos beneficios
extraordinarios, tener ingresos mayores a los costos existentes, hasta que el
volumen de producción y ocupación en que los valores de ambas funciones se
igualen.
En la intersección de la demanda global y la oferta global, es donde las
expectativas de ganancia del empresario alcanzan el máximo, se denominará la
demanda efectiva.
En el análisis de la demanda efectiva son centrales las expectativas que los
empresarios se forman para tomar sus decisiones de inversión, que incidirán en
el nivel de empelo y producción.
Determinantes de la Demanda Efectiva
Cuando el ingreso real aumenta, el consumo total crece, la cuantía en que
variará dependerá de la propensión a consumir. Este parámetro es una porción
constante del ingreso, que se mantiene relativamente estable a través del
tiempo.
La inversión se torna en la variable central para determinar la demanda
efectiva.
Hay un proceso recesivo cuando el valor total de los ingresos y el gasto en
consumo no fue cubierta con la inversión.
El componente inversión depende de los incentivos a invertir, que surgen de las
tasas de interés y la eficiencia marginal del capital. Éstos incentivos tienen
incorporados elementos subjetivos conocidos como los animal spirits.
Para que la economía se encuentre en equilibrio, se requiere de una corriente de
inversión que cubra la brecha entre la producción total y la demanda efectiva.
Lo que no se consume se ahorra, y debe transformarse en inversión para mantener
en equilibrio a la economía; la base de los problemas macroeconómicos se
encuentran en las fallas de coordinación entre quienes toman las decisiones de
ahorro e inversión (familias y empresarios).
No existe un mecanismo de ajuste automático que haga que el nivel de inversión
sea el de pleno empleo. El pleno empleo se da cuando la inversión es la
necesaria para que la demanda produzca una oferta de ocupación plena, en
cualquier otro punto la economía llegará a un equilibrio, pero será con
desempleo.
El equilibrio con desempleo.
SI a los empresarios no se les presenta ningún incentivo para aumentar el
volumen de producción, entonces el desempleo persistente será una realidad
inevitable.
El pleno empleo se alcanza incrementándose algún componente de la demanda, ya
sea consumo o inversión, para generar incentivos para que aumente el volumen de
ocupación.
La causa del desempleo no se encuentra en el mercado de trabajo, sino en la
insuficiencia de demanda en el mercado de bienes. La responsabilidad no debe
recaer en los trabajadores, sino que se transfiere a los empresarios, que no
generan una demanda de bienes de inversión suficiente para llevar a la economía
al pleno empleo. Los problemas de la economía no provienen del lado de la oferta
(los trabajadores), sino de la demanda (los capitalistas). La ley de Say se ve
invertida ya que no es la oferta la que crea su propia demanda sino que es la
demanda la que crea su propia oferta.
Keynes invierte la explicación respecto al desempleo, dicho fenómeno tiene su
génesis en la insuficiencia de inversión por parte de los capitalistas.
El problema neoclásico patas para arriba.
Keynes desarrollo una nueva explicación para dar cuenta de la forma en que se
determinan las 2 variables de este mercado: salario real y nivel de empleo.
La teoría neoclásica:
1. los empresarios maximizan beneficios igualando el salario real a la
productividad marginal de los trabajadores, se determina la curva de demanda del
trabajo.
2. Los trabajadores igualan la utilidad marginal del salario real a la
desutilidad marginal del trabajo, se construye la curva de oferta del trabajo.
3. en el punto de intersección se determinan el salario real y el nivel de
ocupación.
4. de existir desempleo, se explica porque los trabajadores se niegan a aceptar
un salario real equivalente a su productividad marginal.
La llegada al pleno empleo dependerá de los salarios reales que desean obtener
los trabajadores. Si solo aceptan salarios reales superiores a sus
productividades, no conseguirán empleo, y de aceptar, los productores no
estarían maximizando sus beneficios. Los culpables de una situación de desempleo
son los trabajadores por no aceptar salarios más bajos, queda desechada la idea
del desempleo voluntario.
La óptica keynesiana:
1. los empresarios fijan sus expectativas y a partir de ellas deciden la
cantidad de empleo a demandar.
2. a ese nivel, le corresponde un nivel de productividad marginal del trabajo
3. a esa productividad marginal del trabajo le corresponde un nivel de salario
real (1º postulado neoclásico)
Keynes absuelve a los trabajadores de culpa y cargo respecto al desempleo y a la
imposibilidad de la economía de llegar al equilibrio. Responsabiliza a los
empresarios quienes fijan en primer lugar el nivel de empleo, quedando, luego,
determinado el salario real.
La solución keynesiana al problema del desempleo y la recesión.
La inversión es el motor del crecimiento y la prosperidad de una economía, así
como el componente responsable de las crisis. Keynes destaca la incapacidad de
los empresarios para esta tarea, vital para la existencia y el desarrollo de la
economía capitalista.
El empresario keynesiano se basa en su intuición y se mueve en un ambiente de
incertidumbre que no se presenta en el caso neoclásico, actúan guiados por unos
animal spirits cargados de elementos subjetivos.
Transforman a la inversión en un elemento volátil, que depende del estado de
ánimo de los productores. Permitir que la economía se mueva de acuerdo a las
expectativas de los empresarios es someterla a constantes oscilaciones,
provocando ciclos expansivos (cuando los animal spirits están de buen humor) y
recesivos (cuando reina el pesimismo), que atentan contra la capacidad de
desarrollo y crecimiento de la economía.
En la determinación de los ciclos la clave se encuentra en el nivel de
inversión, que depende de la eficiencia marginal del capital, o de las
expectativas de ganancias futuras de los empresarios.
El libre mercado, no brinda una herramienta concreta para superar las crisis
cíclicas del sistema. La típica solución keynesiana busca suplir esa deficiencia
e inestabilidad de la inversión con un estado interventor que tome la
responsabilidad de administrar el capital social.
El consejo sobre el aumento del gasto público en momentos de depresión tiene
como objetivo compensar la escasez de demanda para favorecer las expectativas de
los empresarios en aquellas situaciones en que la economía se encuentra en una
situación de desempleo involuntario.
La variable clave de la economía la inversión debe estar regulada por el estado.
El incentivo al consumo y la inversión pueden provenir directamente de la
aplicación del gasto del estado, aunque también a través de una redistribución
de ingresos, lograda con el cobro de impuestos progresivos. Si un incremento de
la oferta monetaria logra bajar las tasas de interés, en algún punto podría
colaborar con la reactivación de la economía, siempre que la eficiencia marginal
del capital no se mantenga a niveles muy bajos.
Estas recomendaciones solo son aplicables a los momentos en que la economía por
si sola no encuentra la manera de escapar del desempleo persistente, de ninguna
manera constituyen políticas aceptables para una economía que se acerca a su
nivel de producción de plena ocupación, ya que en estos términos solo produce
presiones inflacionarias.
Una vez alcanzado el pleno empleo, la economía alcanza el "caso especial"
neoclásico y por tanto sus recomendaciones de política serán las adecuadas.