Galbraith

Mayoría satisfecha

Afortunados económica y socialmente, y actualmente, votantes. Incluye a las personas que dirigen grandes empresas financieras e industriales, y a sus mandos medios y superiores; personas de negocios independientes; empleados cuyos ingresos estén más o menos garantizados; profesionales (abogados, médicos, ingenieros, contables, científicos); individuos cuyos ingresos se ven complementados con los de su pareja (familias con salarios dobles); actualmente agricultores, ya que cuentan con un apoyo gubernamental sobre los precios; y por último, ancianos que viven de jubilaciones u otras asignaciones, disponiendo de una provisión financiera adecuada.

Características de la mayoría satisfecha:

1- Creen que es justo recibir lo que ganan producto de su esfuerzo, inteligencia y cirtud personal.

2- Actitud hacia el tiempo. Prefieren la no intervención estatal, aún a riesgo de que las consecuencias a largo plazo pudieran ser alarmantes. La razón es porque el futuro podría no llegar o los costes efectuados en el hoy, podrían recaer sobre ellos.

3- Visión selectiva del papel del Estado, visto como una carga. A excepción de un gasto favorable hacia los afortunados, el rescate financiero, gasto militar y pago de intereses.

4- Tolerancia a la diferencia de Y entre los satisfechos.

El bienestar económico de la mayoría satisfecha estaba siendo sostenido y fomentado por la presencia de una clase numerosa, esencia y desfavorecida: la subclase funcional

Subclase funcional

El pensamiento norteamericano se basa en la ausencia de clases. George Bush dijo, las clases son para la democracia europea… no para los Estados Unidos de América. Nosotros no vamos a estar divididos en clases.

La subclase funcional se compone de miembros de grupos minoritarios, negros o inmigrantes. Hacen trabajos repetitivos, tediosos, agotadores, mentalmente aburridos o socialmente degradantes. Son necesarios los pobres para hacer los trabajos que los más afortunados no hacen, les resulta desagradable o doloroso.

Ejemplo: En Europa Occidental, en los últimos cuarenta años, ya no había disponibles trabajadores nativos para incluirse en la subclase funcional. Por eso, facilitan la inmigración para “sacarse de encima los trabajos duros”.