1.Lea el siguiente extracto del capítulo “La invención del telescopio” de Eco y Zorzoli (1962) Historia ilustrada de los inventos, Bs. As., Compañía General Fabril, pp. 147-48.

Galileo había tomado, pues, una invención ajena, perfeccionándola. Pero en este punto él intuyó la posibilidad de sus “lentes” frente a una disputa que agitaba a los científicos de la época y los dividía ásperamente. Una disputa en la que se debía decidir la elección entre la vieja y la nueva visión del mundo: el problema de la posición de la Tierra en el universo. Y ésta no era sólo una cuestión de astronomía (…) La imagen geocéntrica reflejaba la concepción medieval del mundo, reproducía, en su jerarquía de esferas incorruptibles, estrellas fijas, planetas y globo terrestre, sometido al azar en el nacimiento y la muerte, la jerarquía de los entres, que veía a Dios, Motor Inmóvil, las inteligencias angelicales de sus ministros y el hombre en una estrecha relación de dependencia y en una escala de dignidad (…) Toda una cantidad de fenómenos astronómicos, como por ejemplo los eclipses, no entraban en el cuadro de Tolomeo; en el Renacimiento la reforma del calendario, ordenada por el papa Sixto IV, había llevado a los astrónomos a recoger una cantidad de observaciones sobre los equinoccios, los solsticios, los fenómenos planetarios y lunares en general, que revelaban los límites del sistema tolomeico, pero ésta no es la única razón por la cual se insinuó, a principios de la época moderna, la duda de que la Tierra no fuera el centro del universo. Ya habían tenido una idea de este tipo hasta astrónomos antiguos como Aristarco de Samos, pero, desde entonces, motivos religiosos habían impedido la difusión y el desarrollo. Aún en este caso existen razones históricas precisas hasta que llega a actualizarse una determinada explicación científica y se hace posible una serie de realizaciones técnicas.


Responda: ¿Cuál cree Ud. que es el motivo por el que la disputa metodológica en ciencias sociales es tanto más grave que en ciencias naturales?