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Negocios en la NBA

Junio de 1999, Ciudad de Chicago, el mundillo basquetbolístico se halla expectante: una nueva temporada de la NBA llega a su fin. En esta oportunidad se enfrentan en el séptimo y decisivo partido los locales Chicago Bulls y los retadores Los Angeles Lakers.

Este no es encuentro más: por un lado Michael Jordan ansía retirarse con la gloria a cuestas, por el otro Shaquille O´neall no puede desaprovechar la oportunidad de alcanzar el anhelado anillo que probablemente no se repita.

El encuentro es ansiosamente esperado por todos: los fans por ver a su equipo alcanzar la gloria, los empresarios por aprovechar el pico de consumo desenfrenado generado por los atletas.

Entre éstos se encuentra Larrie Pemek, propietario de una empresa comercializadora de merchandising. Larrie se encuentra en una situación complicada, su empresa necesita lograr un cierre de temporada brillante que compense la huelga de fines del 98 (y su impacto en las ventas).

En estos momentos Larrie tiene una aparentemente sencilla decisión, pero dadas las características de la demanda se dificulta. El grueso de la venta se realiza la noche del partido, una vez conocido el campeón, por lo que necesita tomar la decisión previamente al inicio del mismo.

Larrie tiene intenciones de producir gorros (licenciados por la NBA) que simbolicen al campeón del presente campeonato. Larrie cuenta con una estimación de la demanda en caso de que salga campeón uno u otro equipo: Si sale campeón Chicago, la demanda se estima en 350.000; si el campeón es Los Angeles, la demanda estimada es de 500.000.

También Larrie sabe que producir los gorros equivocados le significaría perder su producción (¿quién usaría un gorro que diga Chicago 1998-99 World Champions, habiendo ganado Los Angeles?).

La estructura de costos de Larrie es sencilla, tiene una oficina que le cuesta $ 400 al mes, dos empleados a los que les paga $ 1000 a c/u mensuales, el costo de los gorros sin el motivo es de $ 1.50 por unidad y el bordado de los mismos es de otro $ 1.50. El precio de venta de los gorros es de $ 5.

Larrie es una persona terriblemente orgullosa, lo que hace que no se perdone juagarse a medias. Sea quien sea el campeón, él no soportaría la idea de cubrir sólo una parte de la demanda. Si produce lo del campeón, debe hacerlo en forma total. Como siempre dice: "Los ganadores no aceptan términos medios. Todo o nada."

Larrie es conciente de que en su vida no es todo "sólo dinero", sabiendo lo importante que es para él ser reconocido en el mercado como un gran comerciante. Este reconocimiento suele estar ligado a una virtud común a los grandes empresarios, "la visión para los negocios".

Un buen visionario es quien acierta en el negocio, quien produce lo que la demanda busca. Pero el verdadero entrepreneur es aquel que produce lo que el público reclama tomando el riesgo de poder fallar.

Está claro que siempre será mejor visto aquel que acertó, aún sin tomar demasiados riesgos, que el que falló.

Se pide:

Larrie recuerda que un viejo amigo, Sebastian Breasts, se especializa en estadísticas de la NBA, por lo que piensa que sería una buena idea conseguir un buen dato provisto por él.

Contento con su ocurrencia, Larrie se dispone a analizar los siguientes datos para poder analizar que beneficio le podría redundar el contar con la información de Breasts.