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Sociología y Antropología
del Arte
Resumen de "Campo Intelectual y Proyecto Creador" |
Sociología y Antropología del Arte (Cátedra: Lobeto - 2022) |
Filo. y Letras | UBA
Sociología y Antropología del Arte
(Prof. Claudio Lobeto)
Carrera de Artes
Facultad de Filosofía y Letras – UBA
Bourdieu, P. “Campo intelectual y proyecto creador. En Poullion, J. Problemas
del estructuralismo. México. Siglo XXI. 1981.
Guía de lectura:
Explique el concepto de “campo cultural”.
El campo está constituido por un conjunto de agentes e instituciones
interrelacionados. la cultura de elite; la cultura popular; la cultura de masas
o industria cultural. Como sistema de relaciones entre los temas y los
problemas, y ende un tipo determinado de inconsciente cultural, al mismo tiempo
que está intrínsecamente dotado de lo que se llamará un peso funcional, porque
su poder en el campo, no puede definirse independientemente de su posición en
él. Tal enfoque sólo tiene fundamento en la medida en que el objeto al cual se
aplica, el campo intelectual = campo cultural, esté dotado de una autonomía
relativa, que permita la autonomización metodológica.
¿Qué significa “autonomía metodológica”, qué es “autonomía relativa” y cómo es
el proceso histórico de “autonomización” del campo artístico?
La autonomización metodológica permite la investigación de las relaciones que se
establecen en el seno de este sistema y lo integran como tal; equivale también a
disipar las ilusiones nacidas de la familiaridad, al poner al descubierto que,
como producto de una historia, este sistema no puede disociarse de las
condiciones históricas y sociales de su integración y condenar por ello toda
tentativa de considerar las proposiciones que se desprenden del estudio
sincrónico de un estado del campo como verdades esenciales, transhistóricas y
transculturales. Una vez conocidas las condiciones históricas y sociales que
hacen posible la existencia de un campo intelectual, es de decir una vez
definidos, al mismo tiempo, los límites de validez de un estudio de un estado de
este campo.
La autonomía relativa se refiere a que si bien cada campo genera su propia
dinámica de funcionamiento a través de la distribución de un capital específico,
los campos no son por completos independientes e impermeables.
Defina los siguientes conceptos y relacione los siguientes pares:
- Campo cultural e instancias de consagración y legitimación.
A medida que se multiplican y se diferencian las instancias de consagración
intelectual y artística como las academias y los salones. También las instancias
de consagración y difusión cultural, como las casas editoras, los teatros, las
asociaciones culturales y científicas, a medida que el público se extiende y se
diversifica, el campo intelectual se integra como sistema cada vez más complejo
y más independiente de las influencias externas como campo de relaciones
dominadas por una lógica específica, la de la competencia por la legitimidad
cultural.
La estructura del campo intelectual mantiene una relación de interdependencia
con una de las estructuras del campo cultural, la de las obras culturales,
jerarquizadas según su grado de legitimidad. En una sociedad, en un momento dado
del tiempo, que todas las significaciones culturales, las representaciones
teatrales, los espectáculos deportivos, los recitales de canciones, de poesía o
de música de cámara, las operetas u óperas, son diferentes sistemas de
expresión, desde el teatro hasta la televisión, se organizan objetivamente según
una jerarquía independiente de las opiniones individuales que define la
legitimidad cultural y sus grados. Fuera de la esfera de la cultura legítima,
los consumidores se sienten autorizados a seguir siendo simples consumidores y a
juzgar libremente; por el contrario, en el campo de la cultura consagrada, se
sienten sujetos a normas objetivas y obligados a adoptar una actitud
devota, ceremonial y ritualizada. el jazz, el cine o la fotografía no suscitan
(porque no la demandan con la misma urgencia) la actitud de devoción que es
moneda corriente cuando se trata de obras de cultura ilustrada. Es cierto que
algunos virtuosos transfieren a estas artes en vía de legitimación los modelos
de comportamiento que tienen curso en el campo de la cultura tradicional.
La estructura del campo intelectual puede ser compleja y diversificada según las
sociedades o según las épocas, y el peso funcional de las diferentes instancias
legítimas o que pretenden la legitimidad cultural se encuentre en cada caso
modificado, no es menos cierto que algunas relaciones sociales fundamentales se
encuentran a partir del momento en que existe una sociedad intelectual dotada de
una autonomía relativa respecto a los poderes político, económico y religioso:
relaciones entre los creadores, contemporáneos o de épocas diferentes, igual o
desigualmente
grados por diferentes públicos y por instancias desigualmente legitimadas y
legitimantes, relaciones entre los creadores y las diferentes instancias de la
legitimidad, instancias de legitimación legítimas o que pretenden la
legitimidad, academias, sociedades de sabios, cenáculos, círculos o grupos
minúsculos más o menos reconocidos o malditos, instancias de legitimación y de
transmisión como las revistas científicas, con todos los tipos mixtos y todas
las dobles pertenencias posibles.
- Necesidad intrínseca de la obra y restricciones sociales.
Es preciso percibir y plantear que la relación que un creador sostiene con su
obra y la obra misma, se encuentran afectadas por el sistema de las relaciones
sociales en las cuales se realiza la creación como acto de comunicación o, por
la posición del creador en la estructura del campo intelectual (la cual, a su
vez, es función, al menos en parte, de la obra pasada y de la acogida que ha
tenido). Irreductible a un simple agregado de agentes aislados, a un conjunto de
adiciones de elementos simplemente yuxtapuestos, el campo intelectual, a la
manera de un campo magnético, constituye un sistema de líneas de fuerza: esto
es, los agentes o sistemas de agentes que forman parte de él pueden describirse
como fuerzas que, al surgir se oponen y se agregan, confiriéndole su estructura
específica en un momento dado del tiempo. Por otra parte, cada uno de ellos está
determinado por su pertenencia a este campo: en efecto, debe a la posición
particular que ocupa en él propiedades de posición irreductibles a las
propiedades intrínsecas, un tipo determinado de inconsciente cultural, al mismo
tiempo que está intrínsecamente dotado de lo que se llamará un peso funcional,
porque su " poder (o mejor dicho, su autoridad) en el campo, no puede definirse
independientemente de su posición en él.
El proyecto creador es el sitio donde se entremezclan y a veces entran en
contradicción la necesidad intrínseca de la obra que necesita proseguirse,
mejorarse, terminarse, y las restricciones sociales que orientan la obra desde
fuera. Paul Valéry oponía "obras que parecen creadas por su público, cuyas
expectativas satisfacen y que por ello casi están determinadas por el
conocimiento de éstas, y obras que, por el contrario, tienden a crear su
público. a, es posible encontrar todos los matices, entre obras exclusivamente
determinadas y dominadas por la representación (intuitiva o científicamente
informada) de las expectativas del público, como los periódicos, los semanarios
y las obras de gran difusión, y las obras enteramente sometidas a las exigencias
del creador. Los que se llaman "autores de éxito" son sin duda los objetos más
fácilmente accesibles a los métodos tradicionales de la sociología, puesto que
puede suponerse que las restricciones sociales.
- Objetivación del proyecto creador y sentido público de la obra.
Todo lleva a pensar que la integración de un campo intelectual dotado de una
autonomía relativa es la condición de la aparición del intelectual autónomo que
no conoce ni quiere conocer más restricciones que las exigencias constitutivas
de su proyecto creador. El artista puede aceptar o repudiar a este personaje que
la sociedad le envía, pero no
puede ignorarlo por medio de la representación social, que tiene la opacidad y
la necesidad de un dato de hecho, la sociedad interviene, en el centro mismo del
proyecto creador, invistiendo al artista de sus exigencias o sus rechazos, de
sus esperanzas o su indiferencia y debe reconocer necesariamente, en su proyecto
creador, la verdad del mismo que la acogida social le remite, porque el
reconocimiento de esta verdad está encerrado en un proyecto que es siempre
proyecto de ser reconocido. El proyecto creador es el sitio donde se
entremezclan y entran en contradicción la necesidad intrínseca de la obra que
necesita proseguirse, mejorarse, terminarse, y las restricciones sociales que
orientan la obra desde fuera. Hay que preguntarse si aún el autor más
indiferente a las seducciones del éxito y menos dispuesto a hacer concesiones a
las exigencias del público, no debe tomar en cuenta la verdad social de su obra
que le remiten el público, los críticos o los analistas y redefinir de acuerdo
con ella su proyecto creador.
La evolución concomitante del discurso del creador sobre su obra, del "mito
público" de su obra y quizá, incluso, de la estructura interna de la obra, lleva
a preguntar si las pretensiones iniciales de la objetividad y la conversión
ulterior a la subjetividad pura, no están separadas por una toma de conciencia y
una confesión a sí mismo de la verdad objetiva de la obra y del proyecto
creador, toma de conciencia y confesión que el discurso de los críticos y aun la
vulgata pública de este discurso prepararon y propiciaron: no se ha subrayado
suficientemente, en efecto, que por lo menos en la actualidad el discurso del
crítico sobre la obra se presenta al creador mismo no tanto como un juicio
crítico dirigido al valor de la obra sino como una objetivación tal del proyecto
creador que puede desprenderse de la obra misma y se distingue por ello,
esencialmente, de la obra como expresión prerreflexiva del proyecto creador, y
aún del discurso teórico que el creador puede tener de su obra.
Por su naturaleza y su pretensión misma, la objetivación que realiza la crítica
está sin duda alguna predispuesta a desempeñar un papel específico en la
definición y la evolución del proyecto creador. Sin embargo, se realiza la
objetivación progresiva de la intención creadora y se integra este sentido
público de la obra y del autor, conforme al cual el autor se define y con
relación al cual debe definirse, sólo en y a través de todo el sistema de
relaciones sociales que el creador sostiene con el conjunto de agentes que
constituyen el campo intelectual en un momento dado del tiempo -otros artistas,
críticos, intermediarios entre el artista y el público, tales como los editores,
los comerciantes en cuadros o los periodistas encargados de apreciar
inmediatamente las
obras y de darlas a conocer al público.
El sentido público de la obra, como juicio objetivamente instituido sobre el
valor y la verdad de la obra (con relación al cual todo juicio de gusto
individual se ve obligado a definirse), es necesariamente colectivo. Es decir,
el sujeto del juicio estético es un "nosotros" que puede tomarse por un "yo": la
objetivación de la intención creadora, que podría denominarse "publicación"
(entendiendo con ello el hecho de "volverse pública"), se realiza a través de
una infinidad de relaciones sociales específicas, relaciones entre el editor y
el autor, relaciones entre el autor y la crítica, relaciones entre los autores,
etc.
- "Habitus" y tomas de posición.
Bourdieu define al habitus como el sistemas de disposiciones duraderas y
transferibles, estructuras estructuradas predispuestas para funcionar como
estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y
organizadores de prácticas y representaciones que pueden estar objetivamente
adaptadas a su fin.
una "autentica relación de causa a efecto" que opera por la difusión de lo que
puede llamarse, a falta de otro término mejor, un hábito mental -al devolver a
este cliché usual su sentido escolástico preciso de "principio que regula el
acto" -prinápium importans ordinem ad actum. "Fuerza formadora de hábitos", la
escuela proporciona a quienes han estado sometidos a su influencia directa o
indirecta, no tanto esquemas de pensamiento específicos y particularizados, sino
esta disposición general, generadora de esquemas específicos, susceptibles de
aplicarse en campos diferentes del pensamiento y de la acción, que se puede
denominar habitus cultivado.
Especifique brevemente el concepto de “inconsciente cultural” y aplíquelo en un
caso concreto.
Al inscribir en el inconsciente cultural las actitudes, las aptitudes, los
conocimientos, los temas y los problemas, en suma, todo el sistema de categorías
de percepción y de
pensamiento adquiridas por el aprendizaje metódico que la escuela organiza o
permite organizar, es porque el creador mantiene con su cultura ilustrada, como
con su cultura inicial, una relación que puede definirse, según el término de
Nicolai Hartmann, como el de "llevar" y de "ser llevado", y que no tiene
conciencia de que la cultura que posee lo posee. Los préstamos y las
limitaciones inconscientes son sin duda la manifestación más evidente del
inconsciente cultural de una época, de este sentido común que hace posibles los
sentidos específicos en los cuales se expresa. Un pensador participa de su
sociedad y de su época, en primer término, por el inconsciente cultural que debe
a sus aprendizajes intelectuales y muy particularmente a su formación escolar:
Las escuelas de pensamiento podrían reunir, más a menudo de lo parece,
pensamientos de escuela. Esta hipótesis tiene una confirmación ejemplar en el
célebre análisis de las relaciones entre el arte gótico y la escolástica que
propone Erwin Panofsky. Lo que los arquitectos de las catedrales góticas toman
prestado, sin saberlo, de la escuela, es un un "método original de proceder que
debe imponerse de inmediato al espíritu del laico cada vez que entre en contacto
con la escolástica".
Utilizando los conceptos anteriores, aplique las categorías a un campo artístico
determinado.
por ejemplo, el principio de clarificación (manifestatio), esquema de
presentación escolástica, que desea que el autor haga palpable y explícito
(manifestare) el ordenamiento y la lógica de su propósito -nosotros diríamos su
"plan" -rige también la acción del arquitecto y del escultor, como es posible
comprobar al comparar el Juicio Final del tímpano de Autun con los de París o
Amiens, en donde, a pesar de una riqueza de motivos muy grande, reina la más
extrema claridad, gracias al juego de las simetrías y las correspondencias. Si
esto es así, es porque los constructores de catedrales estaban sometidos a la
influencia constante de la escolástica, "fuerza formadora de hábitos"
(habit-forming Jbrce), la cual, entre 1130-40 y alrededor de 1270, "poseía un
verdadero monopolio de la educación" en un área de unos 150 kilómetros alrededor
de París. Los constructores estaban expuestos a la influencia de la escolástica
de mil otras formas, independientemente del hecho de que su actividad los
pusiera automáticamente en contacto con quienes concebían los programas
litúrgicos e iconográficos. Habían ido a la escuela; habían escuchado a los
sermones; habían podido asistir a las disputationes de quolibet, las cuales, al
tratar de todas las cuestiones del momento, se habían vuelto acontecimientos
sociales muy semejantes a nuestras óperas, nuestros conciertos, nuestras
conferencias públicas; había podido mantener contactos fructíferos con los
hombres ilustrados en numerosas ocasiones."44 Se sigue de ello, observa
Panofsky, que la conexión que une el arte gótico y la escolástica es "más
concreta que un simple 'paralelismo', y sin embargo más general que esas
'influencias' individuales (y muy importantes) que ejercen inevitablemente
sobre, los pintores, escultores o arquitectos, los consejeros eruditos".
¿Qué crítica le haría a la propuesta teórica y metodológica de Bourdieu?