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Clínica de adultos |
Freud: Psicoanálisis, el Inconsciente, la Transferencia, Neurosis y Psicosis | Cátedra: Tausk |
Año 2008 |
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TEMA 2:
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA
PSICOLÓGICA: Concepto de ICC
FREUD: NOTAS SOBRE EL CONCEPTO DE LO INCONSCIENTE
y PSICOTERAPIA DE LA
HISTERIA
Concepto de ICC.:
Una Representación (o cualquier otro elemento psíquico), puede estar ahora presente en mi conciencia y un momento después desaparecer de ella, puede reaflorar intacto después de un intervalo, y hacerlo desde el recuerdo, no como consecuencia de una nueva percepción sensorial. Es por ello que es posible suponer que la Representación ha estado presente en nuestro espíritu también durante el intervalo, aunque latente en cuanto a la conciencia.
Se denominará Conciente la Representación que está presente en la conciencia y de la que nos percatamos. Las Representaciones latentes recibirán el nombre de Inconsciente (sentido descriptivo).
El experimento de la sugestión post-hipnótica nos enseña a insistir en la importancia de la distinción entre Conciente e Inconsciente. Una persona es puesta en estado hipnótico y despertada luego. Mientras se encontraba en estado hipnótico, el médico le impartía la orden de ejecutar determinada acción en un momento preciso. Despierta y ejecuta la acción con conciencia, aunque sin saber por qué. El designio estaba presente en la persona de manera latente o inconsciente, hasta que llegó el momento fijado y devino conciente. Pero no afloró a la conciencia íntegramente, sino sólo la representación del acto a ejecutar. La orden del médico permaneció inconsciente y por eso mismo fue inconsciente y eficiente. La vida anímica de los neuróticos rebosa de estos pensamientos inconscientes y eficientes, de ellos provienen todos los síntomas.
Se pensaba que todo pensamiento latente lo era a consecuencia de su debilidad, y devenía conciente tan pronto como cobraba fuerza. Ahora vemos que hay ciertos pensamientos latentes que no penetran en la conciencia por más intensos que sean. Llamaremos Pre-Concientes a los pensamientos latentes del primer grupo, e Inconscientes a los pensamientos del segundo grupo.
El término Inconsciente, que hasta aquí era empleado en sentido descriptivo, recibe ahora un significado más amplio. No sólo designa pensamientos latentes en general, sino pensamientos con un cierto carácter dinámico, aquellos que a pesar de su intensidad y su acción eficiente se mantienen alejados de la conciencia.
El pensamiento Inconsciente es excluido de la conciencia por unas fuerzas vivas que se contraponen a su aceptación, mientras que no estorban a otros pensamientos, los Pre-Concientes.
Lo Inconsciente es una fase
regular e inevitable en los procesos que fundan nuestra actividad psíquica.
Todo acto psíquico comienza como inconsciente y puede permanecer tal o bien
avanzar desarrollándose hasta la conciencia, según tropiece o no con una
resistencia. El distingo entre actividad
Al comienzo, lo Inconsciente
pareció un mero carácter enigmático de un cierto proceso psíquico. Ahora
adquirió el valor de índice, y de este modo ha superado en mucho a su
significación como propiedad. Se da el nombre de Inconsciente al sistema
que se da a conocer por el signo distintivo de ser inconscientes los procesos
singulares que lo componen. Este es el tercer sentido que el término
Inconsciente ha cobrado en el Psicoanálisis.
En la Primera Tópica, el Inconsciente es un sistema constituido por contenidos reprimidos a los que se les ha rehusado la posibilidad de pasar a la conciencia por efecto de la Represión Primaria. Se reprimen los Representantes de la pulsión y se crea un núcleo inconsciente
Los caracteres esenciales del
Inconsciente como sistema son:
En este artículo Freud
observa que levantando las resistencias se puede apreciar que el material
psíquico estaba organizado. En torno al núcleo hallamos una muchedumbre de
material mnémico de diferente índole que en el análisis es preciso reelaborar y
que presenta un triple ordenamiento:
Las más de las veces no se tiene un único síntoma histérico, sino un conjunto de ellos, en parte independientes entre sí, en parte enlazados. No se debe esperar un único resultado traumático y como su núcleo una única Representación patógena, sino que es preciso estar preparado para encontrarse con una serie de traumas parciales y encadenamientos de hilaciones patógenas de pensamiento.
Es totalmente infructuoso avanzar en forma directa hasta el núcleo de la organización patógena y aunque uno fuera capaz de colegirla, el enfermo no sabría que hacer con el esclarecimiento que se le obsequia. Es conveniente dejar en sus manos el desmontar materiales dentro del mismo estrato. Uno toma a su cargo la apertura de estratos más internos, el avance en sentido radial, mientras que el enfermo se encarga del ensanchamiento periférico. Antes hay que adueñarse de un tramo de hilo lógico ya que sólo con su guía puede unos esperar adentrarse en el interior.
Si se toma con ojo crítico la exposición que ha llevado a cabo el enfermo, se descubrirán en ella lagunas y fallas. El médico hará bien en buscar por detrás de estos puntos débiles el acceso al material de los estratos más hondos.
Cuando con las tareas del
análisis se encuentra la eliminación de un síntoma, durante el trabajo se
observa el fenómeno de intromisión. El síntoma en cuestión reaparece o surge
con intensidad reforzada, tan pronto como uno ha ingresado en la región de la
organización patógena que contiene la etiología de este síntoma. La intensidad
del síntoma se incrementa cuanto más hondo se entre en uno de los recuerdos
patógenos pertinentes. Alcanza la altura máxima poco antes de que estos últimos
sean declarados y disminuyen de repente tras una declaración completa.
LEVI STRAUSS: EFICACIA SIMBÓLICA Antropología Estructural:
La cura shamánica esta a medio camino entre nuestra medicina orgánica y las terapias psicológicas como el Psicoanálisis. Tanto en la cura shamanica como en el Psicoanálisis, el propósito es llevar a la conciencia conflictos y resistencias que han permanecido, hasta ese momento, inconscientes. Estos conflictos y resistencias se disuelven, no debido al conocimiento que el enfermo adquiere progresivamente, sino porque éste conocimiento hace posible una experiencia específica en cuyo transcurso los conflictos se reactualizan en un orden y en un plano que permiten su libre desenvolvimiento y conducen a su desenlace.
En el Psicoanálisis, ésta experiencia recibe el nombre de abreacción, que tiene por condición la intervención no provocada del analista, quien surge en los conflictos del enfermo por el doble mecanismo de la transferencia.
En la cura shamánica también se trata de suscitar una experiencia y, en la medida en que esta experiencia se organiza, ciertos mecanismos colocados fuera del control del sujeto, se regulan espontáneamente para llegar a un funcionamiento ordenado. El shamán tiene el mismo doble papel que desempeña el psicoanalista:
La cura shamánica parece ser un equivalente exacto a la cura psicoanalítica, pero con una inversión de todos los términos: ambas buscan provocar una experiencia y ambas lo consiguen, reconstruyendo un mito que el enfermo debe vivir o revivir. Pero en un caso se trata de un mito individual que el enfermo elabora con ayuda de elementos extraídos de su pasado y en el otro de un mito social, que el enfermo recibe del exterior y que no corresponde al estado personal antiguo.
Para preparar la abreacción, el
psicoanalista escucha, mientras que el shamán habla. Cuando las transferencias
se organizan, el enfermo hace hablar al psicoanalista atribuyéndole supuestos
sentimientos e intenciones, en el encantamiento, en shamán habla por su
enfermo.
KORMAN: Transferencia,
cura psicoanalítica e Inconsciente
TEMA 3:
MÉTODO PSICOANALÍTICO /
ENCUADRE
Método Psicoanalítico:
En “Consejos al Médico
sobre el tratamiento psicoanalítico”, Freud propone una serie de reglas
y técnicas que son producto de sus años de experiencia.
1- El médico deberá guardar en la memoria los innumerables nombres, fechas, detalles de recuerdos, ocurrencias y producciones patológicas del paciente sin confundirlo con un material parecido proveniente de otro paciente. Para lograr esto, el médico no debe fijarse en nada en particular y prestar a todo lo que escucha la misma “atención parejamente flotante”, ya que tan pronto como uno tensa adrede su atención, empieza también a escoger entre el material ofrecido, guiado por expectativas e inclinaciones propias, corriendo el riesgo de no hallar nunca más de lo que ya sabe.
El médico deberá abandonarse por entero a sus memorias Inconscientes, deberá volver “hacia el Inconsciente emisor del enfermo su propio Inconsciente como órgano receptor”.
Por su parte, el analizado deberá atenerse a una particular exigencia, considerada la regla fundamental del psicoanálisis: referir todo cuanto se le ocurra, sin críticas ni selección previa (Asociación Libre).
Así, los elementos del material
que ya se ensamblan en un nexo quedarán a disposición conciente del médico,
mientras que los elementos restantes, todavía incoherentes, surgirán en la
memoria del médico tan pronto como el analizado presente algo nuevo al cual
referirlo.
2- Desancoseja que en el
curso de las sesiones se tomen notas extensas, se redacten protocolos, etc.,
ya que de esta manera se practicaría una dañina selección del material.
3- Mientras el
tratamiento de un caso no esté cerrado no es bueno elaborarlo científicamente.
La conducta correcta del analista consistirá en no especular ni cavilar mientras
se analiza, someter el material adquirido al trabajo de pensamiento sólo
después de concluido el análisis.
4- El médico no puede
tolerar aquellas resistencias que aparten de su conciente lo que su inconsciente
ha discernido, para ello es lícito exigirle que se someta él mismo a un
tratamiento psicoanalítico que le permitirá tomar conciencia de sus propios
complejos que pudieran perturbarlo, para aprehender lo que el analizado le
ofrece. Propio análisis, vivenciar experiencias e impresiones que en vano
buscaría en libros o conferencias.
5- Freud critica la
actitud del médico que considera adecuado para superar las resistencias del
enfermo, dejar ver sus propios defectos y conflictos anímicos. El médico no
debe ser transparente para el analizado, sino mostrar sólo lo que le es
mostrado.
6- Ambición pedagógica:
Freud se opone terminantemente a hacer del paciente un patrimonio personal, a
imponerle ideales y a complacerse por su obra luego de haberlo formado a su
imagen y semejanza. No se debe educar al enfermo para que se asemeje a
nosotros, sino para que se libere y consume su propio ser.
7- Abstinencia: Frialdad
de sentimientos exigible al analista, crea condiciones más ventajosas. Para el
médico el cuidado de su propia vida afectiva y para el enfermo, el máximo grado
de socorro que hoy nos es posible prestarle.
8- Neutralidad
ENCUADRE:
En “Sobre la Iniciación del
Tratamiento”, Freud plantea una serie de reglas (que no adquieren
carácter de obligatoriedad), sino que han sido fruto de su experiencia y que
han resultado les más adecuadas para su individualidad.
1- Aceptar a los enfermos
primero solo provisoriamente, por una o dos semanas. Durante ese lapso se toma
conocimiento del caso y se decide si es apto para el psicoanálisis. La
interrupción dentro de ese lapso ahorra al enfermo la impresión de un intento de
curación fallido. La iniciación del tratamiento con un período de prueba tiene
además una motivación diagnóstica.
2- Prolongadas
entrevistas previas antes de comenzar el tratamiento, así como un conocimiento
anterior entre el médico y la persona por analizar, traen consecuencias
desfavorables: hacen que el paciente enfrente al médico con una actitud
transferencial ya hecha.
3- Con respecto a la transferencia, Freud asignaba a cada paciente una determinada hora. La misma era suya y permanecía destinada a él aunque no la utilice. Consideraba que tomar una actitud más tolerante, las inasistencias ocasionales se multiplicaban. Creía que aún interrupciones breves implicaban un prejuicio para el trabajo.
Una de las preguntas más desagradables que debía enfrentar el médico era: ¿Cuánto durará el tratamiento? Esta pregunta es de difícil respuesta ya que:
4- El psicoanálisis
requiere de lapsos más prolongados de los que el paciente espera. Esto debe ser
informado al enfermo antes de iniciar el tratamiento.
5- Respecto al dinero:
consideraba que en la estima de dinero coparticipan poderosos factores
sexuales. Veía que la estima del enfermo por el tratamiento no se elevaba
brindándoselo demasiado barato. El analista tendría derecho a negar asistencia
gratuita, ya que la misma le sustrae una fracción considerable de tiempo de
trabajo, además muchas resistencias del neurótico se acrecientan por el
tratamiento gratuito. La relación toda se traslada fuera del mundo real y el
paciente pierde un buen motivo para aspirar al término de la cura.
6- Aconseja hacer que el
enfermo se acueste en un diván mientras el médico se sienta detrás de modo que
él no lo vea, a fin de no influir con ningún gesto en sus interpretaciones o
comunicaciones.
7- ¿En qué punto y con qué material se debe comenzar el tratamiento? No interesa con qué material se empiece, con tal que se deje al paciente hacer su relato y escoger el punto de partida.
Hay que sancionar la conducta de aquellos pacientes que preparan su relato, supuestamente para asegurarse un mejor aprovechamiento del tiempo, ya que detrás de su conducta se esconde una actitud resistencial que le permite protegerse del afloramiento de ocurrencias indeseadas.
Ante aquellos pacientes que
empiezan su cura diciendo que no se les ocurre nada de que hablar, por ninguna
razón debe cederse a su ruego de que se les indique aquello sobre lo cual debe
hablar.
8- ¿Cuándo se debe empezar a hacer comunicaciones al analizado? Sólo cuando se haya establecido en el paciente una transferencia operativa (buen rapport). La primera meta del tratamiento sigue siendo allegarlo a éste y a la persona del médico.
Es necesario proceder con cautela
para no comunicar una solución de síntoma y traducción de un deseo antes de que
el paciente esté próximo a ello, de suerte que solo tenga que dar un corto paso
para apoderarse él mismo de esa solución.
9- Mientras las comunicaciones y ocurrencias del paciente afluyan sin detención, no hay que tocar el tema de la transferencia, hay que esperar hasta que haya devenido resistencia. La transferencia a menudo basta por sí sola para eliminar los síntomas del padecer, pero ello de manera solo provisional, mientras ella misma subsista. Así sería sólo un tratamiento sugestivo, no un psicoanálisis. Adquiriría este último nombre si la transferencia ha empleado su intensidad para vencer las resistencias.
SIMOES:
Las reglas son recomendaciones destinadas a preservar la atención flotante en el analista y evitar resistencia en el paciente.
Muchas de estas reglas, consejos técnicos, fueron convertidos en principios técnicos definitivos, reglamentarios y transmitidos generación tras generación, en los lugares de formación. Todo indica que las instituciones perdieron la capacidad de orientar la práctica de sus miembros.
La práctica no sólo es contextuada sino determinada por la realidad social compartida. Nuestra clínica no puede tener la pretendida pureza de nuestras teorías.
Los consultorios de hoy son muy distintos a lo que eran hace una década. Cambiaron tanto los analistas como los pacientes y sus problemáticas, así como cambiaron las relaciones con ellos y la actitud que tienen ambos frente al análisis. Por ejemplo, la frecuencia de las sesiones fue afectada por la realidad social.
Es la situación económica,
social, que se nos mete en el consultorio interrumpiendo los tratamientos o la
frecuencia de las sesiones. Nos acostumbramos a los replanteos y reajuste de
precios y retraso de los pagos. Esta situación novedosa obligará a una
reformulación de los criterios de neutralidad y abstinencia, variables claves
de la posición del analista.
PIERA AULAGNIER:
“Entrevistas preliminares”
Uno de los constreñimientos del análisis es el tiempo que exige. Es por eso que se puede decir que no es una terapéutica de la urgencia. Si no ignoramos esta cuestión, se tiene la obligación de reservar una libertad muy grande al tiempo de la interpretación, no se puede prever cuando esta se hará posible, ni que trabajo de preparación, de elaboración hará falta para que el sujeto pueda apropiarse de ella y utilizarla en su provecho. A la inversa, el tiempo de que disponemos para decidir si aceptamos ocupar el puesto del analista con ese sujeto y para elegir nuestros movimientos de apertura lo tenemos acotado. No se puede acrecentar demasiado la cantidad de entrevistas preliminares sin correr el riesgo de que nuestra negativa se produzca demasiado tarde y el sujeto haya hecho de nuestra persona el soporte de sus proyecciones.
Si la posibilidad de establecer una relación transferencial es una condición necesaria para el desenvolvimiento de una experiencia analítica, lo inverso no es cierto.
La mayoría de los analistas conceden gran importancia a esas entrevistas preliminares ya que esperan encontrar en ellas los elementos que les permitan establecer el diagnóstico y distinguir lo analizable. En este punto, juzgar lo analizable es creer o esperar que la experiencia analítica ha de permitir traer a la luz el conflicto Inconsciente que está en la fuente del sufrimiento psíquico y de los sentimientos que señalan el fracaso de las soluciones que él habrá elegido y creído eficaces.
Es preciso además que las deducciones que se pueden extraer de las entrevistas preliminares hagan esperar que el sujeto sea capaz de poner aquellas iluminaciones al servicio de modificaciones orientadas a su funcionamiento psíquico. Es decir, una vez finalizado el tratamiento analítico, puedo poner lo que adquirió al servicio de objetivos elegidos siempre en función de la singularidad, pero que responden a la finalidad de reforzar la acción de Eros a expensas de Tánatos.
Una vez que el analista se ha dado una respuesta, y si ella es positiva, todavía tendrá que decidir si tiene o no interés en proponerse a este sujeto como su eventual analista. Esta segunda opción es independiente de la etiqueta nosográfica. Apelará a lo que el analista conoce de su problemática psíquica, sobre la posibilidad de realizar un autodiagnóstico.
Un tercer factor que interviene comprende la concepción del objetivo que el analista asigna a la experiencia analítica, la cual dependerá de factores tales como opciones teóricas, posiciones ideológicas, la problemática inconsciente del propio analista, etc.
La pregunta que la autora intenta responder buscando elementos en el transcurso de las entrevistas preliminares es: ¿Me puedo formar una idea del destino que éste sujeto dará a los descubrimientos, develamientos, construcciones que ha de aportarle al análisis?
Toda demanda de análisis responde a una motivación al servicio de un deseo de vida.
Otro de los aportes de las entrevistas preliminares es que ayudarán al analista a elegir los movimientos de apertura. El puesto que se le ofrece al sujeto (cara a cara o en diván), la frecuencia de las sesiones, la fijación de los honorarios, forman parte de la apertura. Dentro de ella también se incluye la manera en que el analista entabla el diálogo. Él podrá elegir una actitud más o menos alentadora, favorecer el diálogo o soportar el silencio, dar signos de interés o mantenerse muy vigilante, etc. De este modo el analista persigue un objetivo muy preciso: elegir la apertura más idónea para disminuir los efectos de los movimientos de resistencia.
Los movimientos de apertura son función de lo que el analista prevé y anticipa sobre la relación transferencial futura. Para lograr esta anticipación, c entrará su atención en la intensidad y cualidad de los efectos movilizados en los dos partenaires.
Siempre
nos vemos precisados a elegir una apertura compatible con la singularidad del
otro jugador, con las particularidades de su propio movimiento de apertura.
KORMAN:
“Oficio del Analista -
Transferencia, Cura Psicoanálitica e Inconsciente”
Hace referencia a las primeras entrevistas y refiere que la inmensa mayoría de las demandas que recibe son de personas en estado de sufrimiento, que vienen a pedir alivio a su malestar. En ese contexto inicial prefiere hablar de “consultantes” y no de pacientes ni de analizantes. Con más o menos dificultades, ellos suelen hacer la presentación de sus síntomas manifiestos: ansiedad, angustia, dificultades de relaciones, perturbaciones laborales, etc. A veces explican espontáneamente los motivos posibles de esos malestares, en otras ocasiones responden a sus preguntas orientadas a descubrir cuál es la teoría causal que ellos elaboran. Suele existir en el consultante una cierta ruptura del equilibrio psíquico previo, asociándose a esto un aumento de los montantes de sufrimiento.
Lo que conduce generalmente al analista, además de la búsqueda de alivio, es el enigma respecto de ese sufrimiento. Intuyen que ellos están involucrados en sus propios síntomas. Esta actitud no suele ser única ni pura, se mezcla con hechos victimistas y paranoides: los otros son los que provocan su desasosiego. Suelen esperar que para sus interrogantes existan distintas respuestas de las que ellos ya se dieron cuenta durante todo el tiempo en que dudaron en consultar. Atribuyen al analista sabiduría y le suponen capacidad para transformar la situación que están viviendo.
El sufrimiento determina habitualmente en el paciente la actitud de “espera creyente” frente al analista. Otorga al analista un saber y un poder quedando dotado de una fuerza. En este estado, el paciente podrá, en menor o mayor grado, despojarse de su modo habitual de hablar y entregarse a nuestra solicitud de asociar libremente.
Con respecto a la asociación
libre, dice: la regla fundamental y el contexto analítico estimulan a que
el lenguaje sea utilizado de forma distinta del habitual y que el paciente se
vea entonces arrastrado por sus palabras. El estado de asociación libre
constituye una especia de trance en el que suele haber un decir disperso,
deshilvanado, con hilos de fuga, pero con anudamientos posibles en diferentes
niveles. Esta pérdida de control elemental sobre los decires provoca la
irrupción de aquello que no se preveía. El fenómeno en su reiteración produce
un efecto de desubjetivación, de pérdida de las coordenadas habituales que
mantienen la unidad narcisista. Si se pide al paciente que asocie libremente no
es por puro formalismo, es para que surja lo propio, lo singular.
TEMA 4:
INICIO DEL TRATAMIENTO Y
TRANSFERENCIA
FREUD: “Sobre la
Dinámica de la Transferencia”
Todo ser humano, por efecto conjugado de sus disposiciones innatas y de los influjos que recibe de su infancia, adquiere una especificidad determinada para el ejercicio de su vida amorosa. Esto da por resultado un cliché que se repite de manera regular en la trayectoria de la vida.
A través de la experiencia se ha averiguado que solo un sector de esas mociones determinantes de la vida amorosa ha recorrido el pleno desarrollo psíquico. Ese sector está vuelto hacia la realidad objetiva, disponible para la práctica conciente. Otra parte de esas mociones libidinosas ha sido demorada en el desarrollo, está apartada de la práctica conciente, así como de la realidad objetiva y solo tuvo permitido desplazarse en la fantasía o bien permanecido por entero inconsciente.
Si la necesidad de amor de
alguien no está satisfecha de manera exhaustiva por la realidad, él se verá
precisado a volcarse con unas re-expectativas libidinosas hacia cada nueva
persona. Es entonces normal e inteligible que la investidura libidinal
aprontada en la expectativa de alguien en que está parcialmente insatisfecha,
se vuelva hacia el médico. Esa investidura se atendrá a modelos,
se anudará a unos de los clichés preexistentes, el paciente insertará al médico
en una de las series psíquicas que ha formado hasta ese momento.
¿Por qué en el análisis la Transferencia sale al paso como la más fuerte resistencia?
Cuando las asociaciones libres del paciente se deniegan, es posible eliminar esa parálisis aseverándole que ahora él está bajo el imperio de una ocurrencia relativa a la persona del médico o a algo perteneciente a él. Para explicar la transferencia devenida resistencia, Freud evoca la condición psicológica del tratamiento: una condición previa, regular e indispensable de toda contracción de una psiconeurosis, es el proceso que Jung denominó “Introversión de la libido”. Disminuye el sector de la libido susceptible de conciencia, vuelta hacia la realidad objetiva y aumenta el sector de la libido extraña a la conciencia. La libido se interna en el camino de la regresión y reanima los imagos infantiles.
Hasta allí sigue la cura analítica, que quiere volverla de nuevo asequible a la conciencia y ponerla al servicio de la realidad objetiva. Ahora todas las fuerzas que causaron la regresión de la libido se elevan como unas resistencias al trabajo para conservar ese nuevo estado.
Las resistencias acompañan todos
los pasos del tratamiento. Si se persigue un complejo patógeno desde su
subrogación en lo conciente (síntoma) hasta su raíz en lo inconsciente,
enseguida se entrará en una región donde la resistencia se hace valer con
nitidez. En este punto sobreviene la transferencia. Si algo del
material del complejo es apropiado para ser transferido sobre la persona del
médico, ésta transferencia se produce, da por resultado la ocurrencia
inmediata y se anuncia mediante los indicios de una resistencia (ejemplo:
detención de las ocurrencias).
FREUD:
“Puntualizaciones sobre el Amor de Transferencia”
Entonces, ¿a qué debe la transferencia el servir como medio de resistencia?
Se vuelve muy difícil confesar una moción de deseo prohibida ante la misma persona sobre quien esa moción recae. Uno no puede comprender el empleo de una transferencia como resistencia mientras piense en una transferencia a secas. Es preciso separar una transferencia positiva, que se divide en sentimientos tiernos/amistosos y eróticos, y por otro lado una transferencia negativa (sentimientos hostiles). (Ver ejemplo parcial domic. – ambivalencia)
La transferencia sobre el médico solo resulta apropiada como resistencia dentro de la cura cuando es una transferencia negativa, o una positiva de mociones eróticas reprimidas.
Cuando se cancela la transferencia, haciéndola conciente, solo hacemos desasirse de la persona del médico esos dos componentes del acto de sentimientos, en cuanto al otro componente, susceptible de conciencia y no chocante, subsiste y es el portador del éxito.
En la pesquisa de la libido extraviada de lo conciente, una ha penetrado en el ámbito de lo inconsciente. Las mociones inconscientes no quieren ser recordadas, como la cura desea, sino que aspiran a reproducirse.
El analizado no recuerda nada de lo reprimido y olvidado, sino que lo actúa. No lo reproduce como recuerdo sino como acción.
La técnica analítica impone al médico denegar a la paciente la satisfacción apetecida (cura realizada en abstinencia).
Postular este principio: hay que dejar subsistir en el enfermo necesidad y añoranza como fuerzas pulsionantes de trabajo y no apaciguarlas. Uno no podría más que ofrecer subrogados.
Si su cortejo de amor fuera correspondido, sería un gran triunfo para la paciente y una total derrota para la cura. Ella habría conseguido aquello a lo cual todos los enfermos aspiran en el análisis: actuar, repetir en la vida algo que solo deben recordar, reproducir como material psíquico.
Consentir la apetencia amorosa es tan funesto como sofocarla.
El amor se compone por
entero de repeticiones y calcos de reacciones anteriores, infantiles. Amor de
Transferencia consta de reediciones de resgos antiguos y repite reacciones
infantiles. Justamente, lo compulsivo, que recuerda a lo patológico,
procede de su condicionamiento infantil. Transferencia como el proceso por el
cual deseos Inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos.
Carácter del amor de transferencia:
1) Provocado por la situación analítica
2) Empujado hacia arriba por la resistencia. Esta no lo crea, sino que se sirve de él y gobierna la situación.
3) Carece en alto grado del
miramiento por la realidad objetiva. Mas ciego en la apreciación de la persona
amada.
FREUD: “Más allá del
Principio de Placer”
¿Cómo se relaciona la Compulsión de Repetición con la transferencia y la resistencia?
La transferencia es sólo una pieza de la repetición. Es la transferencia de un pasado olvidado (no solo sobre la persona del médico, sino también en otros ámbitos de la situación presente).
A mayor resistencia, más será sustituido el recuerdo por el actuar.
Para entender la Compulsión de Repetición es necesario librarse de un error: “las resistencias provienen de lo inconsciente”. Esto es falso, ya que las resistencias provienen del Yo, que guiado por el Principio de Placer, quiere ahorrar el displacer que surgiría con la liberación de lo reprimido.
El hecho nuevo es que la Compulsión de Repetición devuelve vivencias pasadas que no tienen posibilidad de placer y tampoco lo tuvieron en su momento. Se la repite a pesar de todo, una compulsión esfuerza a ello.
Lo que la Compulsión de Repetición hace revivenciar no puede menos que provocar displacer al Yo, puesto que saca a la luz operaciones de mociones pulsionales reprimidas.
En cuanto a los fenómenos de la
Transferencia, es evidente que están al servicio de la Resistencia del Yo.
Hipótesis: En la
vida anímica existe una Compulsión de Repetición que se instaura más allá del
Principio de Placer y es más originaria, más elemental y más pulsional que él.
¿Qué nos muestra esta Compulsión de Repetición?
Las huellas mnémicas no subsisten en el interior en estado ligado.
Si en las Neurosis Traumática los sueños reconducen al enfermo a la situación en que sufrió el accidente, se nota que no están al servicio del cumplimiento de deseo, cuya producción alucinatoria devino la función de los sueños bajo el imperio del Principio de Placer.
Estos sueños buscan recuperar el
dominio sobre el estímulo por medio de un desarrollo de angustia. Estos
sueños mas bien obedecen a la Compulsión de Repetición que en el análisis se
apoya en el deseo de convocar lo olvidado y reprimido.
En el analizado, la Compulsión a repetir en la Transferencia los episodios del período infantil de su vida, se sitúa más allá del Principio de Placer y nos enseña que las huellas anémicas reprimidas de sus vivencias del tiempo primordial no subsisten en su interior en estado ligado.
Identificar al proceso psíquico
primario con la investidura libremente móvil y al proceso secundario con la
investidura ligada. La tarea del aparato anímico sería ligar la excitación de
las pulsiones que entra en operación en el proceso primario. El fracaso de tal
ligazón provocaría una perturbación análoga a la Neurosis Traumática. Sólo tras
la ligazón lograda podría establecerse el imperio del Principio de Placer.
¿Cómo hacemos para dominar la Compulsión de Repetición y transformarla en un modo para recordar?
Mediante un buen manejo de la transferencia. Le abrimos la transferencia como la palestra donde tiene permitido desplegarse con libertad y donde se le ordena que escenifique todo lo pulsional patógeno. De este modo conseguimos dar a los síntomas un nuevo significado transferencial, sustituir la neurosis ordinaria por una Neurosis de Transferencia.
Esta Neurosis de Transferencia:
¿Cómo se relaciona la Compulsión de Repetición con lo pulsional?
Una pulsión es un esfuerzo inherente a lo orgánico vivo de reproducción de un estado anterior, que lo vivo debió resignar bajo el influjo de fuerzas perturbadoras externas.
La meta de toda la vida es la muerte, lo inanimado estuvo ahí antes que lo vivo (Pulsión de Muerte).
En la vida hay un ritmo titubeante: uno de los grupos pulsionales se lanza hacia delante para alcanzar lo más rápido posible la meta final de la vida, el otro grupo, llegado a un cierto lugar del camino se lanza hacia atrás para volver a retomarlo desde cierto punto y así prolongar la duración del trayecto. La pulsión reprimida nunca cesa de aspirar a su satisfacción plena que consistiría en la repetición de una vivencia primaria de satisfacción.
El Principio de Placer parece estar directamente al servicio de la Pulsión de Muerte.
El repetir en el curso del
tratamiento analítico no es inofensivo ni carente de peligro, lo explica el
problema del empeoramiento durante la cura:
FREUD: “El Yo y El
Ello” (Cap. 3 y 5)
Reacción Terapéutica Negativa.
Son personas en las cuales no
prevalece la voluntad de curación sino la necesidad de enfermar (de castigo).
Freud explica esto a partir de un Sentimiento de Culpa que halla su satisfacción
en la enfermedad y no quiere renunciar al castigo de padecer. Sentimiento de
Culpa que es mudo, el paciente no se siente culpable, sino que se siente
enfermo.
¿Qué puede hacer el analista frente al Sentimiento de Culpa?
Sentimiento Conciente de Culpa:
(conciencia moral, no ofrece
dificultades a la interpretación, tensión entre el Yo y el Ideal del Yo)
Neurosis Obsesiva:
Melancolía:
Sentimiento Inconsciente de Culpa:
(necesidad de castigo, culpa
muda)
Histeria:
¿De dónde viene el Sentimiento de Culpa?
Freud describe dos distintos
orígenes del sentimiento de culpa:
1- Angustia frente a la autoridad (que lleva a renunciar a la satisfacción pulsional)
2- Angustia frente al
Superyó (esfuerza hacia la punición debido a que ante el SuperYo nada puede
ocultarse. Pese a la renuncia pulsional sobrevendrá el sentimiento de culpa
Al comienzo, la angustia,
que más tarde deviene conciencia moral, es la causa de la
renuncia pulsional, pero esa relación se invierte después. Cada renuncia
pulsional deviene una fuente dinámica de conciencia moral (es una de las
funciones atribuidas al Superyó y comprende: la vigilancia y el enjuiciamiento
de las acciones y propósitos del Yo). La renuncia pulsional deviene fuente
dinámica de conciencia moral que después reclama más y más renuncias.
Sentimiento de Culpa:
Es la percepción deparada al Yo de la tensión entre sus aspiraciones y los reclamos del SuperYo.
Superyó: Es el heredero del Complejo de Edipo y se constituye por una identificación con el arquetipo paterno. Esta identificación tiene el carácter de una desexualización.
La transposición de libido de objeto en libido narcisista produce también una desmezcla de pulsiones, a partir de lo cual el Superyó extrae su crueldad y dureza. El Superyó no es simplemente un residuo de las primeras elecciones de objeto del Ello, sino una enérgica formación reactiva contra ellas mismas. Su relación con el Yo no se limita a la advertencia “así (como el padre) debes ser”, sino que comprende también la prohibición: “así (como el padre) no debes ser, no debes hacer todo lo que él hace, pues hay algo que le está exclusivamente reservado”.
Cuanto mayor fue la intensidad del Complejo de Edipo y la rapidez de su represión, más severamente reinará después sobre el Yo como conciencia moral o como Sentimiento Inconsciente de Culpa.
La energía de carga del Superyó
es aportada desde distintos puntos situados en el Ello (amoral, el Yo se
esfuerza por ser moral y el Superyó puede ser hipermoral).
Sentimiento
de Culpa (Icc):
En “El Problema Económico del Masoquismo”, Freud plantea tres formas diferentes:
La tercera forma de masoquismo
(moral) ha sido apreciada como Sentimiento de Culpa. Es difícil para los
pacientes creer en la existencia de un sentimiento de culpa no reconocido por
ellos, por eso que Freud prefiere, a partir de este texto, hablar de
necesidad de castigo.
¿Cómo se explica esto?
En el masoquismo moral, la moral
es desexualizada, el Complejo de Edipo es reanimado, se abre la vía por una
regresión de la moral al Edipo. La reversión del sadismo hacia la persona
propia ocurre a raíz de la sofocación cultural de las pulsiones. Aquellas
pulsiones de destrucción que no hayan sido satisfechas en un objeto exterior
producen un aumento del masoquismo en el interior del Yo. El sadismo del
SuperYo y el masoquismo del Yo se complementan uno al otro.
Una de las Resistencias: Amor de Transferencia
Freud plantea la siguiente situación: Una paciente mujer deja colegir por inequívocos indicios, o lo declara de manera directa, que se ha enamorado del médico. A primera vista no parece que del enamoramiento en la transferencia pudiera nacer algo auspicioso para la cura. La paciente ha perdido toda inteligencia del tratamiento y todo interés por él. No quiere hablar ni oír más que de su amor, demanda que le sea correspondido, ha resignado sus síntomas o los desprecia y hasta se declara sana.
Todo lo que estorbe proseguir
la cura puede ser la exteriorización de una resistencia.
¿Qué debe hacer el analista ante esta situación?
Jamás tiene derecho a aceptar la ternura que se le ofrece ni responder a ella. El hecho de exhortar a la paciente a sofocar lo pulsional, a la renuncia o sublimación, no sería un obrar analítico. Tampoco Freud aconseja un camino intermedio: que uno afirme corresponder a los sentimientos tiernos de la paciente, esquivando los quehaceres corporales, ya que el tratamiento analítico se edifica siempre sobre la veracidad.
La técnica analítica impone al
médico el mandamiento de denegar a la paciente la satisfacción apetecida. La
cura tiene que ser realizada en abstinencia. Con ello no se
refiere a la privación de todo lo corporal, ni a la privación de todo cuanto se
apetece. Hay que dejar subsistir en el enfermo necesidad y añoranza como unas
fuerzas pulsionantes de trabajo, y guardarse de apaciguarlas mediante
subrogados. Se debe cuidar que el padecer del enfermo no termine prematuramente
en una medida decisiva. Es preciso consentir en algo, más o menos, según la
naturaleza del caso y la peculiaridad del enfermo, pero no es bueno consentir
demasiado. Al enfermo tiene que restarle muchos deseos incumplidos de su
relación con el médico. El médico debe retener la transferencia de amor pero
tratarla como algo no real, como una situación por la que se atraviesa en la
cura y que debe ser reorientada hacia sus orígenes.
El amor que sobreviene en la cura
analítica se singulariza por algunos rasgos:
¿Qué pasaría si el médico correspondiera el amor de la paciente?
La paciente alcanzaría su meta,
pero nunca él la suya. Ella conseguiría aquello a lo cual todos los enfermos
aspiran, que es actuar, repetir en la vida, algo que solo debe recordar.
TEMA 5:
CONTRATRANSFERENCIA:
FREUD:
Entre los factores que influyen sobre la perspectiva de la cura analítica y la dificultan tal como lo hacen las resistencias, se encuentran también las peculiaridades del analista. Para Freud la contratransferencia es la influencia del paciente sobre los sentimientos inconscientes del analista.
Hay tres formas posibles de
trabajar la contratransferencia:
PAZ:
Definir la contratransferencia como las respuestas del analista a las transferencias del analizado, es una solución impecable pero arrastra un supuesto: podría no tener lugar o acontecer de manera episódica o circunstancial.
Propone tomar la contratransferencia como emergentes intrínsecos y constantes de la estructura básica del campo transferencial.
Entiende por contratransferencia la activación de vínculos y fantasías primarias, suscitadas en el analista a partir de lo manifestado por el analizado.
Esto supone varias cosas:
a) Respuesta emocional profunda y enigmática
b) Los sentimientos y
recuerdos suscitados conmueven, perturban o
dislocan el lugar de observador no participante
c) Se hace necesario elaborar algún tipo
de intervención para
rehacerse del involucramiento
d) Cuando esto se logra se evidencia un
avance y consolidación de
todo lo que sostiene el proceso analítico
HELMAN:
Aconseja la utilización de
las reacciones emocionales del analista en la interpretación misma. Esta
concepción, según la autora, no contradice la concepción clásica del
analista como superficie proyectiva, espejo, pantalla, sino que la
extiende.
KORMAN:
El analista es parte constitutiva de la experiencia analítica. La transferencia sería un lazo donde se despliega un discurso que involucra a ambos: analizante y analista. En ese lazo se actualizan los fenómenos inconscientes tanto del paciente como del analista. La transferencia involucra a ambos. A esto se lo llama “Transferencias Cruzadas o Transferencia doble vía”.
En la relación analítica entran también en juego los fantasmas, las repeticiones y las resistencias del analista.
Es imposible borrarse del campo analítico. Metodológicamente uno se propone el paradigma del borramiento pero a ese ideal nos podemos acercar solo asintomaticamente.
Hablar de transferencias cruzadas no significa que las posiciones y funciones de ambos partenaires sean simétricas. Tampoco significa otorgar vía libre a la subjetividad del analista.
Si se tiene en cuenta la
incidencia del analista se puede limitar o controlar esa incidencia. Cuando
se desconoce o se niega esta influencia es cuando más se suele emplear.
Esto no está ni bien, ni mal, simplemente es así y conviene tenerlo en
cuenta.
LACAN:
Toma un caso clínico:
El analizado fue invitado a dar una disertación a la radio sobre un tema que interesaba a la analista. Esta disertación fue realizada unos días después de la muerte de la madre del analizado. A pesar de estar afectado sigue con sus obligaciones. Llega a la sesión siguiente en un estado de estupor y confusión y la analista interpreta: “usted está así porque piensa que estoy muy resentida por el éxito que tuvo en la radio hablando de este tema que me interesa”.
Para Lacan, esta fue una interpretación choque. El hecho que el sujeto haya salido de su estado tras esta intervención no prueba la justeza de la misma.
Al cabo de un año el sujeto se da cuenta que su estado de confusión era consecuencia de sus reacciones de duelo, que solo invirtiéndolas había podido superar.
La analista se cree aquí
autorizada para hacer lo que se denomina una interpretación de ego a
ego (que no se distingue de la proyección). Conviene abstenerse de
estas interpretaciones. Se trata de intervenciones del eje de lo
simbólico, no desde el eje de lo imaginario.
WINNICOTT:
La tarea del analista que emprende el análisis de un psicótico se ve seriamente influida por el fenómeno de odio contratransferencial.
Para que el análisis sea posible, el odio del analista debe ser conciente y bien delimitado. Por ello debe someterse a análisis y así poder separar y estudiar sus reacciones objetivas ante el paciente.
En ciertas etapas el paciente llega, efectivamente, a buscar el odio del analista, y lo que entonces se necesita es un odio objetivo. Si el paciente busca odio objetivo o justificado, debe ser capaz de encontrarlo, de lo contrario es imposible que se crea capaz de encontrar amor objetivo.
Un análisis es incompleto si el analista no ha sido capaz de decirle al paciente lo que ha sentido.
Analogía entre la madre que odia al bebé antes de que éste la odie a ella. Una madre debe ser capaz de tolerar el odio que su bebé le inspira sin hacer nada al respecto. No puede expresárselo:
El analista debe desplegar
toda la paciencia, tolerancia y confianza de una madre dedicada a su
pequeño. Debe reconocer como necesidades los deseos del paciente.
TEMA 6:
OFICIO DEL ANALISTA:
AVERBUG:
Es difícil definir que es Psicoanálisis. En relación a un síntoma o un sueño, el Psicoanálisis es descomponer cada uno de los elementos de esa formación extraña a la conciencia. Ubicar los elementos en el contexto témporo-espacial de la vida del paciente.
Plantea la charla con el paciente en un diálogo asimétrico, tratar de dialogar, hablar, meterse en las categorías del paciente. De vez en cuando resulta apropiado hacer una síntesis, devolviendo algo desde otra perspectiva.
El Psicoanálisis se define por el Inconsciente, pero no cualquier Inconsciente, sino por el Inconsciente reprimido (que contiene sexualidad infantil). Se trabaja con derivados del Complejo de Edipo. En la clínica se trabaja con transferencias reprimidas (N. de Transferencia). La transferencia reprimida se esfuerza por salir a través de la figura del analista.
En Psicoanálisis no se
trabaja con Neurosis Narcisísticas, allí la tarea es hacer que se organice
el yo y esto no es Psicoanálisis.
LACAN:
Considera que el analista paga por sostener su función. Paga con su palabra y con su propia persona, porque la transferencia lo desposee de ella.
Los pacientes demandan la felicidad y esta demanda es política y no psicoanalítica. A diferencia de Aristóteles, quien tiene una disciplina de la felicidad, el Psicoanálisis no posee tal cosa.
Un analista se ofrece a recibir esta demanda, pero solo se ofrece. ¿Qué tendría el analista para ofrecer? Nada diferente. Lo único que tiene para ofrecer es el deseo advertido, ya que es imposible reducir la distancia con la cosa y así llegar a la felicidad. No hay ningún objeto que dé esa satisfacción. Se trata de sostener la ilusión para relanzar el deseo y que los pacientes no se queden pegados a los objetos de la infancia.
Lacan plantea que la demanda de felicidad está ligada a ser el falo. El analista está advertido de que no lo es.
Todos los síntomas intentan
transgredir las limitaciones impuestas al goce e ir más allá, accediendo
directamente a la cosa. La felicidad no es posible. Para Lacan no es un
objeto perdido, sino un agujero que motoriza el deseo.
KOVALDOFF:
Trata de ver cuales son las
apariciones del silencio primordial en la cura analítica. Muestra los
silencios en el análisis.
Se trata de acceder al
Silencio de lo Mudo a través de lo Acallado. El lugar del analista es el
lugar de lo callado o de lo Mudo. Uno hace de eso un semblante, una
metáfora. La meta de la cura tiene que ver con recuperar el Silencio
Primordial
ULLOA:
1) Capacidad de Predicción: Organizar las propias expectativas acerca de lo que va a ocurrir. Supone una confrontación entre aquello que se pensaba que iba a ocurrir y lo acontecido.
2) Actitud no normativa: No quedar ubicado, respecto del paciente, en una posición superyoica, normativa.
3) Contradicciones encontradas en el discurso: Puntos del discurso que en su contradicción abren hechos importantes en la lectura.
4) Definir el obstáculo por lo positivo: Por lo que resulta ser y no por lo que no es.
5) Vínculo entre la teoría y
la práctica: El “Uno es lo que hace” llega a transformarse en “Uno hace lo
que es”.
Etapas del proceso de
capacitación:
1) El la etapa del noviciado.
Son lo primeros pasos en el recorrido hacia la adquisición de una experiencia
profesional. Por sostenerse desde su inexperiencia, el sujeto se identifica
con maestro y modelos vivientes.
2) Es el período de los amores
teóricos. Se accede si se escapa al efecto de la identificación. Se comienza a
crear un estilo. En esta etapa el sujeto se abre a la lectura, a la
bibliografía, acuñando además las propias conceptualizaciones.
3) Período desierto (en el
sentido de lugar para meditar). En determinado momento el sujeto entra en
crisis con lo que hace. Comienza a recorrer su propia historia, sus memorias,
sus huellas y cobra importancia el propio análisis. De ese desierto se vuelve
cambiado.
Principio de Abstinencia y Pertinencia:
Algunos psicoanalistas cuando
trabajan en el campo social olvidan ajustar el principio básico de abstinencia a
otro principio importante, el de pertinencia. Es importante NO practicar
teorías sobreimprimiéndolas en un determinado campo, sino conceptuar las
prácticas desde el nivel teórico que cada uno haya logrado.
MELILLO:
Presenta el caso de una víctima del terrorismo de Estado. Una mujer de 50 años asistente social de profesión.
En el ’77 fueron secuestrados su marido y su hijo menor. Ella comenzó una búsqueda desesperada uniéndose a otras madres que estaban en iguales circunstancias.
Tres años después de la desaparición muere un sobrino muy cercano y esa muerta, el velorio y la presencia del cuerpo muerto, le dieron la posibilidad de elaborar la desaparición de sus parientes como muerte.
Desde el momento en que se produce la desaparición, ella hizo una escisión. Primero se abocó a la búsqueda y se mezcló con otras madres, lo que se transformó en una militancia social y política. Pero su patología apareció por el lado del cuerpo, desarrolló hipotiroidismo, obesidad y se hizo adicta al cigarrillo.
En 1990 cuando surgió el tema de la indemnización que se iba a pagar a los familiares de desaparecidos cayó en un cuadro de ansiedad y depresión muy grande, lo cual motivó el pedido de consulta.
La militancia social, el trabajar por los Derechos Humando, el ocuparse de otros fueron ideales que la mantuvieron con vida y le permitieron establecer un lazo social fuerte. Pero esto se transformaba en un mandato superyoico que le impedía tener una cosa, un horizonte mínimo, pensar en la vida que tenía por delante. El análisis fue una lenta autorización para dar lugar a sus deseos mínimos.
Estos casos requieren que una vez que se haya revisado el pasado, una vez que se puedan revivir los duelos, es importante insistir en la apertura de los horizontes hacia el futuro.
En estas situaciones traumáticas
se genera una especie de ruptura, donde la capacidad narrativa de asociar, de
armar una trama, de darle un significado, se rompe. Uno no tiene que meterse
directamente con la serie complementaria poniendo a un costado la situación
traumática (está primero).
TEMA 7:
NEUROSIS / PSICOSIS:
NEUROSIS | PSICOSIS | |
CONFLICTO | Es el resultado de un conflicto entre el Yo y el Ello |
Es el resultado de un conflicto entre el Yo y realidad exterior |
ETIOLOGÍA |
Frustración en la realidad |
Frustración en la realidad |
RESPUESTA DEL YO ANTE EL CONFLITO |
El Yo permanece fiel a su vasallaje hacia el mundo exterior y procura sujetar al ello. Mecanismo: Represión |
El Yo es avasallado por el Ello y se deja arrancar de la realidad. Mecanismo: Desmentida, Denegación, Rechazo (Freud no encuentra un mecanismo que lo convenza) |
PROCESOS |
1) El Yo lleva a cabo la Represión de una moción pulsional proveniente del Ello, obedeciendo a los dictados de la realidad. 2) Intenta resarcir al Ello mediante la creación de un síntoma y de este modo debilita el lazo con la realidad. No niega la realidad sino que no quiere saber nada de ella. |
1) Se arranca de la realidad. 2) Quiere compensar la pérdida de la realidad por medio de la creación de una realidad nueva. Niega la realidad e intenta sustituirla. Para esto es necesario procurarse percepciones que correspondan a la realidad nueva, lo que se alcanza por la vía de la alucinación. |
REACCIÓN DE ANGUSTIA |
Ante el empuje de la moción reprimida. |
Ante el empuje del fragmento de la realidad rechazada |
PERDIDA DE LA REALIDAD | Hay intentos de sustituir la realidad indeseada por otra más acorde con el deseo. Esto posibilita el mundo de la fantasía. |
El material del cual se sirve para edificar la nueva realidad también es el mundo de la fantasía, pero este nuevo mundo quiere reemplazar a la realidad exterior. |
SUJETO SUPUESTO SABER |
El síntoma constituye un enigma y el analista posee el saber para descifrarlo. |
No hay enigma. Es el paciente el que posee el saber y no el analista. El psicótico se dirige al analista a fin de hacerse reconocer como el portador de una verdad. P. Aulagnier considera que el supuesto saber el psicótico lo encontró en la persona de los padres, que le prohibieron creer que otro pensamiento pudiera saber lo que se refiere al deseo, la ley, el bien y el mal. |
LENGUAJE |
Es capaz de asociar libremente Posee capacidad de simbolización. La Falta de Objeto impulsa la cadena del discurso. |
No hay posibilidad de asociar libremente. Hay certezas, autoreferencia, neologismo. No hay metáfora. Al no haber Falta de Objeto no hay nada que impulse el discurso. |
DESEO |
Hay significación fálica. La referencia paterna hace posible la falta. Se trata de un sujeto deseante. La Falta de Objeto causa el deseo. |
No hay sujeto deseante ya que falta la Falta de Objeto que moviliza el deseo. El sujeto queda en el lugar del objeto del goce (del A sin barrar). Esto genera fenómenos mortíferos de goce. El psicótico presenta goce ilimitado, desenfrenado. |
TRANSFERENCIA |
Hay posibilidad que se instale la N. de Transferencia. El paciente es capaz de insertar al analista dentro de su serie psíquica y repetir ciertos prototipos infantiles con total actualidad. P. Aulagnier considera que la movilidad transferencial disminuye el riesgo de que el analista quede fijado de una vez y para siempre en un mismo lugar. |
Según Freud, el psicótico no presenta capacidad de transferir y, por tanto, tampoco posibilidad de intervenir y curar. Decía que el psicótico carece de esa libido flotante de la que se apodera en analista como resorte de su eficacia en el tratamiento del neurótico. P. Aulagnier afirma que el psicótico otorga al analista lugares fijos, determinados por las relaciones que su psiquismo se ha formado de sus padres. La intervención del analista consistirá en probarle que en ciertos momentos puede también estar en otro lugar. |
INTERVENCIÓN |
Para Freud el propósito es que cancele las Represiones de su desarrollo temprano y las sustituya por unas reacciones como las que correspondería a su estado de madurez psíquica. Debe volver a recordar ciertas vivencias, así como las mociones de afecto por ellas provocadas que están por el momento olvidadas (ver también las construcciones, interpretaciones de los sueños, comunicación de las resistencias, atención flotante, asociación libre, ambición pedagógica – ver más abajo). |
El analista no puede estar en el lugar del sujeto supuesto del saber, ni en el lugar de objeto. El desafío se plantea en cómo hacer para que se establezca un lazo entre paciente y analista sin que este último se convierta en sostén del delirio. P. Aulagnier plantea
que en el tratamiento debe hacer sensible al sujeto lo que en esta
relación no se repite, lo diferente que ella ofrece. El psicótico
presentaría una relación de investimiento masivo con sus padres y es
con ellos con quien prosigue y repite su diálogo. En cierto momento
el psicótico podría producir ese investimiento de una relación en
que el encontrado (analista) ocupa la posición de oído del que
habla, gracias a lo cual el analista puede transformar un
pensamiento sin destinatario en un discurso que uno puede oír. Lacan habla de
secretario del alienado Soler habla de
testigo J. Tausk habla de desagregar la trama del delirio. Crear un vacío de goce donde se pueda hacer circular una palabra y ocupar un lugar para el otro. El lugar del analista en la psicosis también se puede pensar como el recorrido de un camino inverso al que se sigue en la N. de Transferencia. Se trata fundamentalmente de desorganizar una estructura represiva como paso previo a la reorganización del aparato en un nuevo nivel de integración. En la psicosis la desorganización es lo que prima. Todos los autores coinciden en que el analista debe ofrecer un lugar vació, una falta, tratando de poner un límite al goce. |
El trabajo analítico
consta de 2 piezas:
1) El analizado debe ser movido a recordar algo vivenciado y reprimido por él.
2) El analista tiene que colegir lo olvidado desde los indicios que esto ha dejado tras si, tiene que construirlo. El analista elabora una construcción y la comunica al analizado para que ejerza efecto sobre él. Luego construye otra pieza a partir del nuevo material que afluye, procede con ella de la misma manera y en esta alternancia sigue hasta el final.
Para Freud, hablar de construcción es más apropiado que referirse a interpretación.
Interpretación se refiere a lo que uno emprende con un elemento singular, una ocurrencia, un fallido, etc. Es construcción, en cambio, que al paciente se le presente una pieza de su prehistoria olvidada.
No produce daño alguno equivocarnos en alguna oportunidad y presentar al paciente una construcción incorrecta. Lo que sucede en tal caso es que el paciente queda como no tocado, no reacciona a ello ni por si, ni por no.
En Psicoanálisis no se da pleno
valor al “no” del analizado, pero tampoco se da validez a su “si”. El “si” es
multívoco:
1) Puede indicar que reconoce la construcción como correcta.
2) Puede carecer de significado.
3) O puede resultar cómodo para
su resistencia.
El “si” sólo posee valor cuando el paciente produce recuerdos nuevos que complementan y amplían la construcción.
El “no” también es multívoco.
Interpretación de sueños:
- No es lícito demorar la meta terapéutica en aras del interés por la interpretación de los sueños.
- La interpretación de los sueños no debe constituir un arte autónomo.
- No se renuncia a nada asequible cuando se renuncia al propósito de una interpretación completa de un sueño, ya que cada moción de deseo que hoy se procura un sueño, retornará luego.
- Hay que cuidarse de mostrar
un interés especial por la interpretación de los sueños, ya que se corre el
riesgo de guiar la resistencia hacia la producción onírica.
¿Cómo entiende Lacan a las psicosis?
Lacan toma del vocabulario jurídico el término forclusión, para traducir Verwefung (en los textos de Freud corresponde a “rechazo”). Con forclusión se refiere al rechazo de la representación intolerable. Esta Representación corresponde a la castración en el Otro, encarnado primordialmente por la madre. La Representación rechazada vuelve desde el exterior y se transforma en algo alucinatorio.
Lacan ubica la forclusión como
mecanismo fundante de la Psicosis. Se trata de un proceso primordial de
exclusión, rechazo o expulsión de aquella primera marca a partir de la cual se
ordena el psiquismo y que permite la legalidad y la sexualidad. En la Psicosis
la forclusión se ejerce sobre el “Significante del Nombre del Padre”.
Función del padre:
en tanto función, esta puede ser ocupada por un significante. Se encuentra en
el núcleo del Complejo de Edipo, instaurando una prohibición que vehiculiza una
ley, funciona como agente de la prohibición del incesto. Esta función es
ejercida a través de la amenaza de castración, prohibiendo a su hijo el acceso
a la madre e instaurando por consiguiente la exogamia. Esta función permite la
unión del deseo a la ley, estableciendo que algunos objetos de deseo queden
prohibidos para el hijo, pero a la vez da lugar a que otros objetos queden
permitidos. Esta ley posibilita un ordenamiento en el linaje y en la sucesión
de las generaciones.
El Deseo de la Madre: la operatoria de la función paterna se encuentra íntimamente vinculada con el lugar que el padre tenga en el deseo de la madre.
El niño ingresa como objeto del deseo de la madre. Es ella quien a través de sus cuidados, sus palabras y su deseo, imprime las primeras marcas en el cuerpo de su hijo y de esa manera va despertando su deseo. El niño se ubica allí, no solamente como queriendo ser cuidado, sino queriendo ser deseado por ella. Intentará instalarse allí como objeto que colme el deseo de la madre.
En un primer momento el niño capta lo que él es para el deseo de la madre y se presenta ante ella como si él mismo fuera fuera lo que ella desea, se ofrece como objeto falo. En esa posición, el niño intenta colmar a la madre con lo que ella no tiene.
A partir de la alternancia de presencias y ausencias, la madre comienza a instalar un movimiento que es fundamental: la madre hará surgir en el niño la pregunta que es estructurante: “¿Qué otra cosa desea que no sea yo?”, con la consiguiente resignación: “hay algo que mi persona no recubre”, “si ella a veces no está, ella desea otra cosa, pues tiene una falta más allá de mi”. La relación madre/ hijo entra en una situación de conflicto puesto que el falo se pasea. El niño cree que el padre es el portador, el que detenta el falo. La función del padre en este trío es hacerse preferir por la madre prohibiendo al niño el acceso a ella y poniendo en claro que la madre como objeto es para él.
La función del padre es normativa, posibilita la identificación sexual. Es una función en reserva que va a ser utilizada por el sujeto cuando tenga que hacer frente a la sexualidad. Va a necesitar de ella cuando se tenga que ubicar frente a un hombre, una mujer o algo relacionado con la paternidad y el orden de las generaciones.
La operatoria de la función
paterna es por estructura fallida. Ningún padre puede estar a la altura de la
función. Cuando esta función no es solamente fallida sino que no opera, da
lugar a la NO inscripción de la función del padre (“Nombre del Padre”) en el
psiquismo: Psicosis.
El efecto de la forclusión del
Significante del Nombre del Padre tiene como correlato que aquello forcluído en
lo simbólico retorne en lo real. Este retorno se puede representar en los
fenómenos elementales. El valor diagnóstico de los fenómenos radica en que es
allí donde aparece la estructura. Estos fenómenos pueden ubicarse inclusive
antes del desencadenamiento dado que permiten dar cuenta de la estructura
psicótica y no necesariamente de la psicosis propiamente dicha.
Fenómenos de Franja:
Se caracterizan por presentar una fenomenología más simple y rudimentaria que
los elementales (Ejemplo, en el caso de una alucinación visual se perciben
destellos luminosos o bien sombras indefinidas, nunca una figura determinada).
Fenómenos Elementales:
Se caracterizan por ser neutros, no sensoriales. Dentro de esta categoría se
encuentran: Trastornos del lenguaje, neologismos, delirios, certezas,
infinitización detrimento de la metáfora compensada con un aumento de la
producción metonímica.
Respecto del desencadenamiento de estos fenómenos se puede decir que en el momento en que el psicótico se ve obligado a enfrentar determinadas situaciones de compromiso, suelen quebrarse sus posibilidades de respuesta. Lacan denomina “invocación del Nombre del Padre”. Tales encrucijadas poseen características que evocan de un modo u otro a la función paterna.
Se llama a un significante, éste
no acude, se rompe la cadena y la realidad se organiza siguiendo otra lógica.
Si no opera la Represión posibilitada por la metáfora, se deshace el
encadenamiento significante, se pierden las diferencias, se pierden las
relaciones entre Ste.1 y Ste.2, y en el lugar del sucesor no adviene sino un
agujero donde aparecerá la alucinación y el delirio a modo de restitución.
TEMA 8:
FORCLUSION LOCAL
NASIO:
La Forclusión no es una operación
capaz de explicar por si solo un caso de Psicosis. Se trata de un mecanismo
local determinante de hechos locales. La alucinación, el pasaje al acto y
la lesión llamada psicosomática participan de un conjunto de formaciones
clínicas llamadas Formaciones de Objeto A.
Formaciones de Objeto A:
En todas estas el goce domina y la forclusión es su mecanismo.
En “Neuropsicosis de Defensa”, Freud sugiere 3 clases de defensas del Yo frente a lo intolerable. Para describir la tercera de estas defensas dice: el Yo rechaza la Representación insoportable al mismo tiempo que su afecto y se comporta como si la Representación nunca hubiera comparecido ante el Yo. El Yo se arranca de la Representación intolerable pero ésta se entrama con un fragmento de la realidad exterior, de manera que el Yo, consumando esa acción, se ha separado también de la realidad. La Representación se deshace y, prendido a ella, un fragmento de Yo cae también.
La Representación rechazada, que se ha transformado en percepción alucinada, vuelve al Yo y es acogida sin drama, ni horror, ni sorpresa. El Yo alucina entonces un jirón del Yo desgarrado.
En la Representación, lo reprimido y su retorno son homogéneos, mientras que en la Forclusión, aunque trate siempre del Yo, lo rechazado es profundamente heterogéneo a lo que reaparece. La operación forclusiva está, en consecuencia, mejor lograda que la Represión.
Tras ésta terminología freudiana
se pueden leer entre líneas la tradicional fórmula lacaniana de la Forclusión:
lo rechazado en lo simbólico reaparece en lo real. Tanto Freud
como Lacan centran el movimiento froclusivo en torno a un gesto decisivo:
rechazar. Sin embargo, ¿cómo aceptar que el sujeto no quiera saber nada de una
experiencia que no conoció, puesto que nunca tuvo acceso a ella? Es preciso
poner en entredicho la idea de rechazo y dejar de situar el influjo de la
Forclusión en un plano global que provocaría efectos globales.
No llegamos a comprender el
mecanismo de la operación forclusiva si imaginamos la matriz como una relación
formal y estática. Al contrario, esa relación es causal y en movimiento: porque
hay un Uno afuera, justamente por eso los otros permanecen juntos y a su vez
pueden sucederse uno después del otro, siendo que en efecto, en el extremo de
la cadena está el puesto de sucesor que espera ser ocupado.
Un elemento se agrega en el extremo de la serie, ocupa en consecuencia el puesto de sucesor y enseguida otro sucesor es esperado. En estos 2 pasos reside la condición mínima para que la cadena de los significantes se mueva y no se desbarate.
La Castración no es única, sino
que acontencial, local y múltiple. No hay castración, sino castraciones. La
realidad producida por la Forclusión es distinta a las otras pero no
incompatible con éstas: realidades constituidas por Forclusión coexisten con
realidades producidas por la Represión.
Forclusión:
1) No es un rechazo, sino al contrario, la abolición de un rechazo que había debido producirse.
2) Es la detención de un movimiento, la interrupción de un proceso.
3) Lo forcluído es algo no acontecido mas que algo rechazado.
El Nombre del Padre se pone como
algo preciso y acotable, definido como el Ste. del que depende la consistencia
de toda la realidad, de ahí se sigue que es su rechazo o su expulsión lo que
provocará la inconsistencia. Es la idea de ser la que lleva a la idea de
rechazo. Olvidemos el ser y pensemos con arreglo a una función. El Nombre del
Padre no es un ser sino una función. Es en plural como debemos escribir la
expresión: “los Nombres del Padre”, porque esos “Nombres del Padre” son tan
múltiples, locales y acontecibles como las castraciones.
¿Qué queremos decir cuando empleamos la expresión “Forclusión del Ste. del Nombre del Padre”?
No que el Significante presunto haya sido rechazado sino que no habiendo pasado un Significante cualquiera a ocupar en el momento preciso el puesto de sucesor, la realidad local se organiza siguiendo una muy diversa lógica.
¿Cuál es el momento preciso? Es
el momento del llamado por el Otro. Llamado a provocar el movimiento centrífugo
de instalar un Significante en el puesto exterior del Nombre del Padre.
TAUSK:
El hecho que no advenga nada en la línea asociativa, que no venga ningún elemento Significante a modo de sucesor, presenta un problema en la subjetividad, pues ésta se constituye en el movimiento que va de uno a otro Ste., De no haber ese movimiento, el sujeto de la trama cae como objeto y esa pérdida de lugar se acompaña con angustia.
El sucesor, el Significante por
venir, caracteriza a la condición humana: al no saturarse el deseo, siempre
adviene una demanda más.
La no aparición del Significante por venir quiebra la tensión de la serie afectando también al punto de amarre de la misma. El punto de amarre sería el o (cero) en el modelo de la serie de números naturales o la Represión originaria en Freud. La tensión que va del 0 (cero) al sucesor es siempre relativa al límite al que no se llega solo virtualmente.
En el campo de Psicosis ese
límite se pierde y todo se hace posible.
TEMA 9:
AFECCIONES DENOMINADAS DE BORDE,
NARCISISTICAS y FRONTERIZAS
KORMAN:
Se aboca a un sector limitado de la clínica, a ese grupo de pacientes habitualmente difíciles de diagnosticar y que conforman entidades que son irreductibles a las neurosis, a las psicosis y perversiones clásicas.
Estos cuadros son conocidos desde hace mucho tiempo, pero cada escuela y autor ha ido profundizando en distintas facetas de esta problemática. Han recibido nombres variadísimos: perturbaciones del narcisismo, estados límites, organización narcisística de la personalidad, pacientes limítrofes, esquizofrenia pseudoneurótica, prepsicosis, cuadros fronterizos, etc.
Para este tipo de patologías
Korman propone la denominación de CIRRE: “Cuadros con Insuficiente
Reorganización Retroactiva Edípica” Sus principales elementos constitutivos
son:
1) Polimorfismo defensivo:
No es sólo la Represión la que organizó la estructura psíquica. El sujeto se vio compelido a la utilización de algunas defensas de la serie psicótica y de la renegación. Se conforma así un aparato psíquico con una potencialidad polimorfa.
Cuando opera de manera prevalerte
la Represión nos encontramos con un aparato psíquico bien escindido entre
inconsciente, preconciente y conciente. No es este el caso de los CIRRE. Tal
fenómeno tiene repercusión en lo intrapsíquico como en los vínculos
intersubjetivos.
2) Presencia de un narcisismo insuficientemente transformado en su pasaje por la castración:
El tránsito desde el narcisismo primario hacia la objetividad edípica fue tortuoso. Esta última adquiere un acusado carácter narcisista. Primero hubieron problemas en la constitución misma del narcisismo primario y eso determina que el posterior tránsito por el Complejo de Edipo sea dificultoso, que las relaciones y resoluciones del Edipo se hagan de una manera sui generis y que la reorganización retroactiva desde el Edipo sea insuficiente.
Normalmente, el pasaje por el
Edipo y la castración, supone una resignificación de lo acontecido anteriormente
y, por lo tanto, estaríamos en presencia de un aparato psíquico organizado
retroactivamente desde lo fálico, desde la triangularidad. Si lo que acontece
en los momentos previos al pasaje por la triangularidad edípica ha producido
perturbaciones psíquicas importantes, el tránsito edípico es deficiente y, por
lo tanto, la reorganización es retroactivamente escasa.
3) Desfallecimiento de la función fálica y déficit deseante:
Esto es coherente con el hecho de
que el tránsito por el Complejo de Edipo ha sido tortuoso
4) Presencia de marcados componentes autoeróticos en la organización pulsional del sujeto:
No ha habido un buen pasaje del
autoerotismo al heteroerotismo pulsional, o éste se ha hecho muy parcialmente.
Esto explica los acting out y pasajes al acto de los pacientes, debido a que la
organización pulsional no tiene el adecuado freno superyoico.
Estos pacientes muestran una
sintomatología en la que confluyen:
La copresencia de estos factores determina que los síntomas de los pacientes tengan matices especiales.
Ejemplo 1: Síntoma Fóbico: el temor a perderse en la ciudad. Generalmente asociado a gran angustia, producto de una proyección y desplazamiento del temor a la castración y de la propia agresividad sobre los objetos mundanos.
En los CIRRE, en cambio, no es tanto la angustia de castración la que se manifiesta en esta sintomatología, se trata más bien de problemas con la especialidad. Son muy frecuentes las desorientaciones espaciales. Fallan los procesos de simbolización que permiten construir los referentes que funcionan como brújulas orientativas.
Ejemplo 2: Conductas
reiterativas: En los CIRRE no son la manifestación de la lucha que los
obsesivos mantienen con sus pulsiones, con sus deseos inconscientes o con el
retorno de lo reprimido. En estos casos se trata de una forma limitada y
rudimentaria de aprendizaje: el de montar pequeños encadenamientos de actos
motores para incidir en el mundo.
5) El fantasma no se
manifiesta en estos casos como un epitafio inscripto en el inconsciente. Tiene
tendencia a ser actuado. Esto potencia a los acting out y pasajes al acto.
6) Es dable observar propensión a:
Colapsos narcisistas,
inhibiciones severas, alteraciones marcadas del Yo y presencia casi
alucinatorias de objetos incorporados.
7) Peculiares construcciones
de la realidad, que producen una dinámica psíquica y relacional sui generis.
8) Son personas susceptibles de responder a ciertos eventos traumáticos con alucinaciones y episodios delirantes.
A diferencia de las psicosis
francas, los episodios delirantes y alucinatorios de estos pacientes suelen ser
de corta duración y no dejan aquello que en la clínica psiquiátrica se llama
“defecto psicótico”. Tras las alucinaciones y delirios hay un retorno a un
estado similar al de antes de la crisis.
9) Dependencia hacia los objetos del entorno es intensa.
Aparecen fenómenos de idealización y persecuciones extremas. Hay una polarización de la vida anímica, los objetos pueden ser o muy idealizados o muy persecutorios. Además tienen una gran facilidad para pasar de una situación a la otra.
En el plano transferencial
también se dan esos vuelcos: el analista es un amigo pero rápidamente puede
devenir perseguidor.
En las Neurosis predomina la angustia de castración, en las psicosis, la angustia de aniquilación y en los CIRRE es la angustia ante la separación del objeto lo que predomina.
El conjunto de los factores
mencionados configura una organización psíquica más o menos estable y definida
que no necesariamente ha de ser situada entre las neurosis y las psicosis a la
manera de territorio intermedio. Merecen un sitio diferente, una categoría
nosográfica distinta y específica.
DIFERENCIAS CON LA POSTURA LACANIANA:
Muchos de los pacientes que se ubicarían en la categoría de los CIRRE serían considerados por los lacanianos, ya sea como neuróticos, ya sea como psicóticos o como perversos.
Para los analistas lacanianos el diagnóstico de borderline queda excluido puesto que esta problemática no es específica, no tiene una categoría aparte y se destruiría entre alguna de las 3 opciones propuestas por Lacan.
Korman: La reorganización retroactiva del narcisismo puede ser realizada en grados distintos por el niño. Cada niño tiene abierta la posibilidad de utilizar un amplio espectro de defensas. La implementación de mecanismos psicóticos no es necesariamente patológica en la primera infancia. Mas tarde, éstos pueden ser abandonados, ya sea de manera total (neurosis) o parcial (CIRRE), o bien su uso puede verse intensificado (psicosis).
Esta manera de entender la
nosografía tiene consonancia con algunas formulaciones freudianas, ya que Freud,
a partir de “El Hombre de los Lobos”, concluyó que un sujeto puede implementar
modalidades defensivas diferentes frente a la misma problemática. El
diagnóstico depende de la prevalencia con la que es usado algunos de los
mecanismos defensivos en cuestión.
DIFERENCIAS CON LA POSICIÓN KLEINIANA:
Para esta teoría, la predisposición a la psicosis es un ingrediente omnipresente en la organización psíquica de todo sujeto. La potencialidad es universal. A diferencia de esta postura, Korman considera que la potencialidad psicótica sería resultado de un camino estructurante singular, no obligatorio ni universal.
¿Cómo intervienen en estos
casos? La presencia del analista no es únicamente interpretativa. Uno tiene
que poner el cuerpo, tiene que prestar muchas veces su mente como soporte para
que puedan, sobre esa base, ir construyendo filamentos de lo psíquico ausente
hasta entonces.
GALENDE:
Plantea el caso de una mujer de 38 años que llega a consulta luego de varios análisis anteriores. El tema central en su vida: ser soltera a los 38 años y no haber sido madre aun.
Sensaciones de asco muy fuertes y una gran desconfianza y sospecha sobre las actitudes de cualquiera con quien entrara en alguna relación. Siente angustia frente a la posibilidad de que entren personas desconocidas a su baño. Tampoco puede ir a otro baño que no sea el suyo. Padece de intensa ansiedad frente a la posibilidad de encuentros sexuales. Realiza verdaderos rituales de control respecto de sus relaciones sexuales. Pasa bastante tiempo hasta dejar que el hombre la toque o la bese.
Sus padres se han separado hace 6 años. Ella nació en una familia cuya madre es inmigrante de origen polaco. Vivían en la casa de un tío y ella, su padre y su madre compartían la misma habitación (hasta los 12 años).
Hay un episodio que relata: trata de un tío que vivía en la parte de atrás de la casa. En un determinado momento le muestra los genitales. Dice que le cuenta este episodio a los padres y que no hicieron nada por ella. Borrosamente aparece el recuerdo de una pregunta que poco tiempo después le dirige a la madre. Le empieza a preguntar a la madre si no había quedado embarazada con el episodio del tío.
Segundo episodio ocurrido en la pubertad: la madre le advierte mucho, todo el tiempo, de que tenga cuidado de que no la toquen en la calle, en el colectivo y le pregunta todo el tiempo si la tocaron. Conoce a un chico en el colectivo y ella sale con él, se besan y vuelve con mucha angustia a su casa. Le cuenta a la madre y ante la pregunta de que si la habían tocado ella dice que si. Comienza a pensar si no había quedado embarazada. La madre decide llevarla aun médico, quien descarta la posibilidad del embarazo, pero sin embargo, la revisa. Ese fantasma del tocar y el embarazo persiste de alguna manera.
El acontecimiento que ella relata
de la madre y el médico es un tema central en todo el tratamiento: a esa edad
ella fue a buscar una negación por parte de la madre, en esa relación de si la
tocaban la embarazaban y esta falta de negación tiene algo que ver con la
posibilidad de organizar su propia vida sexual genital.
Esta mujer tiene una perturbación
en su prueba de realidad respecto de la relación con el otro cuerpo. Es como si
el juicio de realidad en esta área no hubiera terminado de construirse. Ella
fallaba en el plano de diferenciación corporal: vivía con sensación de intrusión
terrible del otro, el otro penetrando, invadiendo, embarazando casi en el mismo
instante. El cuerpo del otro y el de ella podían entrar en un juego de
confusión.
IUNGER:
Clínica del pasaje al acto
El pasar al acto y el pasaje al
acto tienen elementos estructurales en común, en ambos casos se trata de la
conclusión de una escena, de una escena que alcanza su punto final.
Diferencias:
Pasar al Acto: Hay
un efecto de Sujeto. Hay un efecto de máxima subjetividad. Hay un cambio de
posición subjetiva.
Pasaje al Acto: Hay
un efecto de aniquilación del Sujeto en un intento fracasado de hacer surgir su
subjetividad.
Se diferencia también del Acting
Out. Aquí un Sujeto le muestra al otro el objeto de su deseo (objeto señuelo
del deseo). Es una escena que se sostiene. El Sujeto está diferenciado del
objeto y se lo muestra al otro. En el caso del Pasaje al Acto, no se
trata de una escena que se sostiene sino de una escena que concluye. Es una
escena en la que se diferencian dos momentos:
1- Se ve la instauración progresiva de una escena que avanza y abarca progresivamente más y más aspectos de la vida del Sujeto.
2- La escena se corta
repentinamente. Este segundo momento es lo que se designa como Pasaje al
Acto.
El Sujeto va presentándose en
posición de desecho, de resto identificado con el objeto, hasta llegar al punto
en el cual el Sujeto es el objeto en tanto desecho. ¿Qué ocurre del lado del
Otro? Va quedando configurado progresivamente como absoluto en un borramiento
cada vez mas acentuado de su borradura. El Otro se totaliza en una dimensión de
goce y el Sujeto, en tanto objeto resto, es el objeto de ese goce.
En la neurosis, el Pasaje al Acto
tiene la particularidad de irse anunciando por indicios que se tornan más y más
evidentes tendiendo a abarcar toda la escena del Sujeto.
¿Cómo se dirige la cura
frente al Pasaje al Acto?
1- Se trata de romper, a través
de la presencia del analista (en tanto Otro barrado) con la instancia de otro
absoluto. Ofrecer el semblante del Otro barrado es una primera operación
básica.
2- Muchas veces el Pasaje al
Acto es una vicisitud necesaria de locura, pero en esta situación es el acto del
analista el que tiene que cortar la escena y no dejar que sea la propia escena
la que conduzca al analizante a cortar en la culminación del Pasaje al Acto.
3- Se trata de poner en
continuidad la escena del análisis con la escena de la vida del analizante,
4- No se puede dejar librado el
sostén de la transferencia solamente al analizante. Es el analista quien debe
hacerse cargo (operación mantenimiento de la transferencia).
TEMA 10
INTERVENCIONES EN EMERGENCIA
En cada catástrofe siempre quedan
secuelas en el individuo, la colectividad y el medio. Para ser eficaz, la
asistencia a una víctima de traumatismo debe tomarse en cuenta el contexto y
abordar a la persona en función de su triple realidad: biológica, psicológica y
social.
Noción de Traumatismo:
Definición: “Acontecimiento
anormal que afecta una o mas personas y pone en peligro su integridad física y
psíquica”. Se distinguen dos categorías:
Los mecanismos psicofísicos
de adaptación que intervienen son diferentes en los 2 casos. El entorno
psicosocial juega un papel menor en el traumatismo de repetición. En el de Tipo
I, un entorno social que funcione bien ofrece a las víctimas el apoyo vital al
activar las relaciones de solidaridad.
Características biológicas
y psicológicas de las reacciones al traumatismo:
Biológicas: La intuición
de un peligro circula de modo reflejo a las estructuras del hipotálamo e
hipófisis provocando la reacción de huída o combate. La descarga hormonal
provoca el aumento de la actividad circulatoria y cardiaca, el descenso de la
función muscular, la aceleración del pulso y el descenso de la sensibilidad.
Psicológicas: Focalización
de la atención y modificación de los sentimientos.
Estas reacciones son normales y
se las agrupa bajo el nombre de Trastornos de Estrés
agudo. Habitualmente su intensidad y frecuencia disminuye
progresivamente en las semanas posteriores al traumatismo. Las reacciones que
persisten o que sobrevienen a continuación se las agrupa bajo el nombre de
Trastornos de Estrés Post Traumáticos:
Víctimas de violencia:
- Víctimas Primarias: personas directamente afectadas por el acontecimiento
- Víctimas Secundarias: pueden
ser los miembros de la familia, amigos, curiosos, profesionales de ayuda.
Estructuras gracias al lenguaje:
En la mayoría de los casos, el
individuo que es víctima de un traumatismo siente la necesidad de hablar de
aquello que pasó. Esto forma parte de las estrategias de supervivencia después
de un traumatismo. Se trata siempre de poner los sufrimientos en palabras. Por
el mismo hecho de ser relatado, un acontecimiento toma por primera vez la forma
de una historia estructurada. Se transforma en un relato con principio y fin y
esto permite contener el evento sin que contamine toda la vida.
Debriefing psicológico:
Objetivo: Prevenir la cronificación de las reacciones normales al estrés post traumático y detectar de forma precoz los trastornos que necesitan una asistencia específica.
Puede aplicarse a grupos o individualmente.
Se desarrolla en 2 sesiones. La primera tiene lugar tras la exposición al traumatismo y la segunda se establece de 6 a 8 semanas después. La primera sesión tiene 7 etapas. La segunda sirve para reevaluar la situación con cada persona.
Etapas:
1) Se informa la meta y los principios de funcionamiento. Se recuerda la exigencia de confidencialidad y de secreto profesional. Se explican las reacciones post traumáticas y se señala que son normales, naturales y transitorias.
2) Se centra en los hechos. Se propone construir un relato lógico y coherente guiado por un conductor.
3) Se abordan los pensamientos y preocupaciones en relación al suceso. Es la primera consideración de las emociones.
4) Se reactualizan las emociones sentidas durante el incidente.
5) Es la fase de información y normalización de las reacciones y al mismo tiempo una etapa de aprendizaje.
6) Se trata de crear un ritual de despedida del evento. Es un acto simbólico a través del cual los participantes expresan el fin del acontecimiento y comienzan un nuevo capitulo de su existencia (ej. Plantar un árbol).
7) Se hace una conclusión y se retoma lo esencial de lo que se ha dicho y hecho.
La actitud que subyace al procedimiento es una actitud salutogénica positiva. El individuo dispone, a pesar de todo, de capacidad y recursos necesarios para afrontar y manejar la situación crítica.
Críticas y Controversias:
- Se pone en tela de juicio el aspecto preventivo.
- Se cuestiona la aplicación del procedimiento por no profesionales
- Se señala el riesgo de retraumatismo durante la etapa 4.
- Se ven dificultades para integrar el Debriefing como técnica científica basada en pruebas.
TEMA 9
RESILIENCIA
Se define como la capacidad de los seres humanos de superar los efectos de una adversidad a la que están sometidos e incluso de salir fortalecidos de la situación.
El Yo escindido permite negar lo siniestro para sostener la continuación de su existencia o simplemente sobrevivir. Por este camino entramos en el territorio de la Resiliencia.
Hay una conjunción del registro cultural y psicológico que constituye un tercer espacio, en este espacio transicional es donde se produce la Resiliencia.
La Resiliencia no supone nunca un
retorno íntegro a un estado anterior. Ya nada es lo mismo, la escisión del Yo
no se sutura, permanece en el sujeto compensada por los recursos yoicos que son
pilares de la Resiliencia (autoestima consistente, independencia, capacidad de
relacionarse, sentido del humor, etc.). Con algo de todo eso, más el soporte
de otros seres humanos que otorgan un apoyo indispensable.
Sujeto Entorno Social
Funciones yoicas Resiliencia
-Autoestima
-Humor
-Independencia
Se fortalecen
TEMA 10
INSTITUCIONES
GALLENDE
Propone problematizar. Recuperar en toda su amplitud el conjunto de factores que determinan los modos en que se plantean los problemas de la Salud Mental, la manera de comprenderlo y las respuestas políticas que se efectúan. Se trata de potenciar el análisis para mejorar las respuestas prácticas.
Los problemas de Salud Mental son cualitativos, es decir, tienen que ver con la calidad de la vida. Son las relaciones humanas concretas que genera la sociedad industrializada las responsables del crecimiento de poblaciones con mayor riesgo de fracasar o enfermar.
La idea que sustentó la Psiquiatría, de considerar a los trastornos psicológicos como a las demás enfermedades que trata el médico fue mostrando su insuficiencia, su incapacidad de dar respuesta a los nuevos problemas.
Es necesaria una
revaloración de lo subjetivo para esta vuelta a la preocupación y al
interés por los sujetos reales y actuales, el psicoanálisis ha cobrado
importancia. Pero no hay que olvidar que la respuesta psiquiátrica al malestar
cultural no puede suplirse con una respuesta psicoanalítica igualmente reductora
e ilusoria.
RESPUESTA PSIQUIATRICA | RESPUESTA PSICOANALITICA |
Tiende a la exclusión, segregación y encierro del loco y su custodia en los manicomios. |
No avala la exclusión y custodia de los enfermos, siempre sostuvo una práctica de respeto por la palabra del enfermo y una ética de la verdad y el deseo |
Establece una relación de asistencia |
No establece una relación de asistencia |
Busca lo patológico en el signo biológico para lo cual necesita excluir al sujeto |
Centra la cuestión de la producción de lo patológico en el seno mismo de la estructura de producción subjetiva |
Responde a la demanda.
Presenta una relación asimétrica de poder. El poder está en
posición del psiquiatra (sujeto de la enunciación que tiene la
palabra), el sujeto es hablado por el saber
psiquiátrico (sujeto del enunciado) |
No responde a la demanda sino que lo interroga |
Coloca al individuo en el lugar de objeto natural por su condición de enfermo. El sujeto ya no es más objeto de esta medicina, es solo terreno, hábitat en el que la enfermedad evoluciona |
Su intervención es singularizante, tiende a resituar en el sujeto su relación con lo colectivo |
Presenta modelos clasificatorios y objetivantes. Nombra por sus diagnósticos y hace entrar al enfermo en sus categorías. Generaliza |
Se caracteriza por su capacidad de problematizar la realidad sobre lo que piensa, mostrar su complejidad, tensiones, fuerzas y los caminos de resolución de sus conflictos |
Intervenciones del
Psicoanálisis:
Hay 3 posibles:
1) Prácticas de tratamiento analítico en las Instituciones
2) Prácticas centradas en el análisis de la Institución
3) Intervención en prevención y
promoción
Abordar cuestiones relativas al tratamiento analítico en una institución es preguntarse por la transferencia. Lo que agrega la Institución a estos tratamientos es justamente la presencia de la Institución en la Transferencia.
- Esta transferencia es previa a la transferencia analítica propiamente dicha y suele permanecer como un obstáculo, telón de fono de todo tratamiento en la Institución.
- Está configurada por la relación regresiva que el paciente mantiene con la Institución médico-asistencial, y suele expresarse tanto como formas de sometimiento, como de exigencias despóticas de cuidados y atenciones.
- Está infiltrada por la
compulsión repetitiva, buscando repetir el vínculo simbiótico materno sostenido
en el Yo Ideal.
El psicoanalista no está
exento de su propia identificación con la Institución. Es frecuente que
los analistas depositen en la Institución sus propias demandas regresivas de
protección, seguridad y cuidados.
Si la Institución sirve al analista para protegerse de la transferencia del paciente y al mismo tiempo, sirve al paciente como resistencia para el análisis, entonces logra impedir el análisis. Aquí es preciso que se interrogue sobre la demanda de Institución.
La propuesta de GALLENDE:
Desde la admisión misma del
paciente se debe generar un espacio analítico en el que la demanda pueda ser
escuchada con el mínimo de interferencia institucional. El modelo de
intervención analítico no tiene por que ser distinto al que se realiza en la
práctica privada.
El Psicoanálisis se diferencia de
las Psicoterapias en:
|
PSICOANALISIS |
Son más fenomenológicas en la captación del síntoma |
Se propone una desección? de las estructuras productoras de conflicto |
Parten de y tienden a la unidad del sujeto |
Su sujeto es estructuralmente escindido |
Se proponen la resolución del síntoma, en lo cual basan su eficacia |
Devela la relación entre síntoma y verdad histórica del sujeto. La disolución del síntoma sobreviene por añadidura, por develamiento de esa unidad |
Responden a la demanda del paciente |
Interroga la demanda sin satisfacerla |
Autorizan en el terapeuta la utilización de su propia persona para lograr la cura |
Se rige por el principio de abstinencia |
Utilizan un saber y una experiencia que hacen de su acción una pedagogía subyacente |
Se evita toda intención pedagógica |
ULLOA:
“Cultura de la Mortificación”
Lo llama Sociedad Anónima de
Mortificados. Falta de fuerzas, sin viveza, mal humor, aparecen acompañadas
de fatiga crónica. Se trata de sujetos coartados, al borde de la
supresión como individuos pensantes.
Los indicadores de esta situación
son:
1) Desaparición de la valentía
2) Resignación
3) Desaparición de la inteligencia
4) Idiotismo
Sujeto disminuido del accionar crítico y de la autocrítica. En su lugar se instala una queja que nunca asume la categoría de protesta. Tienden a esperar soluciones imaginarias a sus problemas sin que estas dependan de su propio esfuerzo.
Se diferencia de la
Institución de la Ternura, que se identifica con la debilidad, la
inmadurez infantil, el amor. Es posible el buen trato.
Manicomialización:
Es la forma clínica terminal de la mortificación. Su proceso central se
resume en la locura. Promueve con frecuencia reacciones de maltrato y el
maltrato eleva el sufrimiento de la locura. Ante las dificultades de
diagnóstico, frecuentemente se encuadra al sujeto en un modo estándar. El
maltrato comienza por repudiar el por qué y el para qué de los síntomas.
Cada vez que arbitrariamente
prevalece la ley del más fuerte, se instaura la protoescena manicomial:
la Encerrona Trágica. El paradigma es el de la mesa de tortura
(en la tortura se organiza una situación de dos lugares, sin tercero de
apelación). Es toda situación en donde alguien, para vivir, trabajar,
recuperar la salud, etc., depende de algo o de alguien que lo maltrata, sin
tomar en cuenta su situación de invalidez.
SVI: La constitución de toda cultura institucional supone cierta violentación legítimamente acordada. Cuando esta violentación se hace arbitraria en grados y orígenes diferentes, se configura el SVI. Las personas que conviven con esta violentación verán afectados la modalidad y el sentido de su trabajo:
- Empieza a perder funcionalidad vocacional.
- Los síntomas cobran el valor de normalidad.
- Se pierde la eficacia responsable y la habilidad creativa.
- En tales condiciones es difícil que alguien a cargo de un paciente pueda considerar su singularidad.
- Una de sus consecuencias es el autoritarismo.
- Se presenta una fragmentación
en el entendimiento y la comunicación.
Un mecanismo prevaleciente en
esta situación es la Renegación, repudio que impide advertir las
condiciones contextuales en las que se vive.
Las Neurosis Actuales permiten entender la patología institucional. El grupo de mayor presencia en la institución comienza a desarrollar un comportamiento semejante a lo que Freud describió como Neurosis Actuales (desgano, falta de interés e investimento libidinal, hipocondría, depresión).
El analista debe evitar quedar
atrapado en las Neurosis Actuales y desarrollar el mismo un comportamiento
semejante.
BAREMBLIT:
Da cuenta de la transformación de
la asistencia psiquiátrica en la construcción del campo de la atención de la
salud mental. La construcción de este campo conlleva transformaciones
estructurales importantes, éticas y teóricas, y tiene 3 ejes:
1) Enfoque Interdisciplinario:
Deja de ser hegemónica la
disciplina psiquiátrica. Se introduce un concepto importante: equipo de
trabajo. Se pone en forma simétrica a psiquiatras, psicólogos,
trabajadores sociales, etc.
2) Enfoque Interinstitucional:
Desde la concepción macro social
no hay ninguna institución que pueda dar respuesta a toda la problemática que
hoy en día aqueja al campo de la Salud Mental.
3) Enfoque Intersectorial:
La Salud Mental requiere la
colaboración, cooperación de otros sectores como el bienestar social,
trabajo, justicia, educación, etc.
¿Qué sucede cuando el psicoanalista sale del campo de la clínica tradicional?
Tiene que reinventar, recrear,
repensar cómo los conceptos fundamentales del Psicoanálisis pueden tener
vigencia en otra práctica.
ZUBERMAN:
La historia del Psicoanálisis con
el Hospital es compleja. Aceptado a veces en el hospital porque trae respuestas
a aquello con que la medicina no puede, rechazado otras tantas veces por
interrogar al discurso médico.
Para los analistas surgen
preguntas novedosas: ¿Qué hacer con aquellos pacientes que consultan en el
hospital y que no se presentan como síntomas neuróticos? Para algunos la
respuesta es fácil: inanalizables. Para otros, en cambio, es una oportunidad
de investigar qué demanda, qué busca. No se trata ya de discutir si hay o no
Psicoanálisis en el hospital, sino de discutir la práctica de los analistas que
deciden sostenerla en ese preciso lugar.
TAUSK:
Muchas veces se ha escuchado el aforismo: “El Psicoanálisis es imposible en el Hospital”. Se lo admita o no, la clínica psicoanalítica tiende a ocupar un lugar significativo en la universidad y en los hospitales.
El Psicoanálisis en las instituciones asistenciales ha ofrecido un rico espacio de intercambio. Se ha trabajado con una demanda de frontera que expone los límites de la clínica psicoanalítica a espacios no recorridos. Sin embargo lo que puede leerse generalmente de la producción realizada en los hospitales, es bastante poco.
1) El trabajo es un simple relato de una ocasión clínica donde el autor se sustrae a tal punto que no relata sus intervenciones, o sustrae sus propias reflexiones.
2) Se signa el escrito con un
formalismo aburrido.
TEMA 11
FIN DE ANALISIS
FREUD: “Análisis
Terminable e Interminable”
La terapia psicoanalítica es un
largo trabajo, por eso desde el comienzo se hicieron intentos de abreviar la
duración del análisis:
Otto Rank suponía que el acto de
nacimiento era la genuina fuente de la neurosis y que mediante el tratamiento
analítico de ese trauma primordial eliminaría las neurosis integralmente en
pocos meses.
Freud, inició el tratamiento de un joven ruso que alcanzó en el análisis ciertos logros, pero en un momento dado se atascó el progreso. No avanzaba en el esclarecimiento de la neurosis infantil, se sentía cómodo en el estado en el que se encontraba y no quería acercarse a la terminación del tratamiento (auto inhibición de la cura).
Ante esto, Freud recurrió a la
fijación de un plazo y comunicó al paciente que sería el último año de
tratamiento. Esto tuvo los resultados esperados por Freud, pero sin embargo
hace algunas advertencias con respecto a la fijación de un plazo:
- Es eficaz sólo bajo la premisa de que se adopte en el momento justo
- No puede dar garantía de una tramitación completa de la tarea
- No se puede extender el plazo
una vez que se lo fijó, de lo contrario el paciente no daría crédito a la
continuación
¿Cuándo se considera
terminado un análisis?
A) El análisis se ha terminado cuando el analista y el paciente ya no se encuentran en la sesión de análisis y esto ocurrirá cuando estén cumplidas dos condiciones:
1- Que el paciente ya no padezca a causa de sus síntomas y haya superado sus angustias e inhibiciones
2- Que el analista haya
hecho conciente lo reprimido, esclarecido lo incomprensible y eliminado las
resistencias
b) El otro significado que se le puede dar al “término” del análisis supone que la influencia sobre el paciente haya sido tal que no sea esperable ninguna alteración ulterior, alcanzándose un nivel de normalidad psíquica absoluta y contar con la capacidad de mantenerse estable.
Para entender los alcances de
este segundo significado, es necesario tener en cuenta que la etiología de
todas las perturbaciones es mixta: o se trata de mociones pulsionales
hiperintensas que el Yo no puede dominar, o del efecto de unos traumas
tempranos. Solo en el caso con predominio traumático se puede hablar de un
análisis terminado definitivamente (se sustituye la decisión deficiente que
viene de la edad temprana por una tramitación correcta).
¿Cuáles son los factores
desfavorables para el efecto del análisis?
La prolongación de la duración
del análisis hasta lo inconcluible se debe a:
1) Intensidad constitucional de las pulsiones.
2) Alteración perjudicial del Yo.
1) Intensidad
constitucional de las pulsiones: mediante la terapia analítica ¿Es
posible tramitar de manera duradera y definitiva un conflicto pulsional en el
Yo? La “tramitación” duradera de la exigencia pulsional se refiere al dominio
de la pulsión:
- Que la pulsión sea admitida en su totalidad dentro de la armonía del Yo.
- Asequible a toda clase de influjos por otras aspiraciones que hay en el interior del Yo.
- Ya no sigue su camino propio
hacia la satisfacción.
La posibilidad de tramitar de manera duradera y definitiva un conflicto de la Pulsión con el Yo, dependerá de la intensidad pulsional.
Para comprender el conflicto pulsional se deberá tener en cuenta la relación entre robustez de la Pulsión y robustez del Yo. Si ésta última se rebaja emergerán nuevamente todas las pulsiones que fueron dominadas.
El análisis hace que el Yo maduro y fortalecido emprenda una revisión de las antiguas Represiones. Esta sería la operación genuina de la terapia analítica.
Para explicar su inconsistencia,
Freud argumenta que no se ha alcanzado en toda su extensión, el propósito de
sustituir las Represiones por unos dominios confiables y acordes al Yo. La
transmudación sólo se consigue parcialmente y sectores del mecanismo antiguo
permanecen intocados por el trabajo analítico.
El hecho de que el análisis
asegure el gobierno sobre lo pulsional es posible solo en teoría. En la
práctica, el factor cuantitativo de la intensidad pulsional pone un límite a la
tarea analítica.
Durante el tratamiento de un conflicto pulsional, ¿uno puede proteger al paciente de conflictos futuros?
No. Si un conflicto pulsional no es actual es imposible influir sobre él mediante el análisis.
El Psicoanálisis busca agudizar un conflicto actual y llevarlo a su plasmación más neta para elevar la fuerza pulsional que habrá de solucionarlo. Un tratamiento profiláctico supondría convocar un padecer nuevo, pero el analista está facultado para efectuar estas intervenciones. Crear un conflicto fresco no haría mas que prolongar y dificultar el trabajo analítico. En estados de crisis el análisis es casi inutilizable.
El despertar tales conflictos en
la respuesta del analizado hablando de ellos y familiarizándolo con su
posibilidad no trae el resultado esperado. Uno aumenta el saber del paciente
sin alterar nada en él.
2) Alteración perjudicial
del Yo: ¿Las modalidades y los grados de alteración del Yo son
originarios o adquiridos? Si se los ha adquirido fue en el curso de las
primeras etapas de la vida: Desde el comienzo el Yo debe cumplir con su tarea
de mediar entre su Ello y el mundo exterior al servicio del Principio de
Placer. Durante esta lucha, el Yo se vale de distintos procedimientos, a
éstos se los llama “Mecanismos de Defensa”.
Los Mecanismos de Defensa
sirven al propósito de apartar peligros. Durante el desarrollo, el Yo no puede
renunciar completamente a ellos, además ellos mismos pueden convertirse en
peligros. Cada persona emplea cierta selección de ellos, pero estos se fijan
en el interior del Yo, devienen unos modos regulares de reacción de carácter,
que durante toda la vida se repiten tan pronto como retorna una situación
parecida a la originaria.
¿Cómo influyen sobre los empeños terapéuticos?
El analizado repite tales modos de reacción aún durante el trabajo analítico. Los Mecanismos de Defensa, frente a antiguos peligros, retornan en la cura como Resistencias al reestablecimiento. La cura es tratada por el Yo como un peligro nuevo. Los Mecanismos de Defensa son Resistencias no sólo contra el hacer conciente el contenido del Ello, sino también contra el análisis en general.
Al efecto que en el
interior del Yo tiene el defenderse se lo designa Alteración del Yo.
Sin embargo, no se puede rechazar la existencia de diversidades originarias, congénitas del Yo. Se han hallado Resistencias que parecen depender de constelaciones fundamentales dentro del aparato psíquico.
- Personas que tienen una particular viscosidad de la libido, es decir, no pueden desasirse de investiduras libidinales de un objeto y desplazarla a otro objeto nuevo
- Uno puede toparse también con el caso contrario. La libido aparece dotada de una especial movilidad. Entra con rapidez en las investiduras nuevas, propuestas por el análisis, y resigna a cambio las anteriores.. Los resultados en este grupo son muy lábiles.
- Agotamiento de la plasticidad, de la capacidad para variar y para seguir desarrollándose.
- La Reacción Terapéutica
Negativa (RTN) y la Conciencia de Culpa ponen en evidencia la presencia, en la
vida anímica, de la pulsión de agresión, de destrucción, de muerte, que es
una parte constitucional del aparato anímico.
Ferenzi consideraba que el análisis no es un proceso sin término, sino que puede ser llevado a un cierre natural, si el analista tiene la paciencia y pericia debida. Sostenía que era decisivo para el éxito, que el analista haya aprendido bastante de sus propios errores y cobrado imperio sobre los puntos débiles de su personalidad.
Para Freud, no sólo la complejidad yoica, sino también las peculiaridades del analista influyen sobre la cura analítica y la dificultan tal como lo hacen las Resistencias.
Para Freud, la terminación
de un análisis es un asunto práctico: el análisis debe crear las condiciones
psíquicas más favorables para las funciones del Yo. Con ello quedaría
tramitada la tarea.
En todo análisis hay dos temas
que se destacan y dan guerra al analista. Los dos temas están ligados a la
diferencia entre los sexos:
- La envidia del pene en la mujer
- La revuelta contra la actitud
pasiva o femenina en el hombre.
En el varón, la masculinidad aparece desde el comienzo mismo y es acorde con el Yo; la actitud pasiva, puesto que presupone la castración, es enérgicamente reprimida.
También en la mujer el querer
alcanzar la masculinidad es acorde con el Yo en cierta época, a saber, en la
fase fálica (antes del desarrollo hacia la feminidad). Luego del insaciable
deseo del pene, devendrán el deseo del hijo varón, portador del pene.
Hallaremos que el deseo de masculinidad se ha conservado en lo Inconsciente y
despliega desde la represión sus efectos perturbadores.
Ferenzi planteaba que sólo un
análisis era exitoso si se lograba dominar esos dos complejos. Freud, en
cambio, sostenía que es difícil decir si se ha logrado dominar estos factores y
cuando se lo ha logrado. El analista debe consolarse con la seguridad de haber
ofrecido al analizado toda la incitación posible para reexaminar y rever su
actitud frente al complejo. Deseo del pene y protesta masculina, llegada a la
roca de base y término de la actividad analítica.
KORMAN:
La operación analítica produce la
metamorfosis de la neurosis inicial que conduce a la neurosis de salida: al
“Temple Analítico”. Korman propone este nombre para caracterizar a
la neurosis de fin de análisis.
La expresión “Neurosis al Temple Analítico” propone nominar un estado peculiar de la psiquis que surge como producto de una tarea psicoanalítica efectiva.
El fin de análisis sigue siendo una neurosis, aunque ahora analizada. Neuróticos no dejamos ser nunca.
Korman elige una serie de ítems
para dar cuenta de lo que acontece en el período medio del análisis y que
permite vislumbrar las transformaciones subjetivas que van aconteciendo, y que
hacen posible la neurosis de salida. Ellos son:
1) Síntomas:
Suelen ser los determinantes
iniciales de la demanda inicial y, aunque se trabaje sobre ellos hasta en las
últimas sesiones, en los períodos finales del análisis al analizante se le
impone la tarea de hacer algo con los síntomas que persisten. El humor y la
ironía suelen ser de ayuda para esto. No es poca cosa que el analizante se
descubra viviendo mejor al haber cambiado unos síntomas insufribles por otros
más tolerables.
2) Fantasma:
Lo que genera una modificación
psíquica en el analizante no sólo es el conocimiento del argumento básico del
fantasma, a ello se debe agregar un cambio en la posición subjetiva en el
fantasma, un mayor libre juego en la escena fantasmática. Uno de los
efectos del análisis sería un relajamiento de la fijeza del fantasma.
El analizante puede dejar de estar capturado, sometido y obligado a actuar por
el fantasma, siempre de la misma manera.
3) El trabajo en torno a las identificaciones:
Los efectos del análisis sobre la trama identificatoria consiste en una reorganización de la misma como producto del desprendimiento de los aspectos alienantes de algunas identificaciones y de haber logrado establecer nuevas relaciones intrapsíquicas con los rasgos y detalles de los objetos hechos propios.
No hay renacimiento del sujeto, sino una recomposición del mosaico identificatorio. Korman se refiere a la clínica de las identificaciones sintetizando la tarea sobre la misma por medio de un neologismo: “Siniestrar”.
Siniestrar es hacer que lo propio comience a devenir extraño.
Les identificaciones
narcisísticas se caracterizan por la soldadura del Yo al objeto de
identificación. La operación analítica hace posible la separación de este
objeto incorporado con el que se sostenía ese vínculo narcisista. Esta labor
suele tener efectos desalienantes, se va creando un espacio para nuevas
ópticas, se va armando otro andamiaje simbólico que da al sujeto una
consistencia distinta. Se elabora, se escribe una historia con elementos que
recién ahora empiezan a surgir.
4) El Ideal de Yo y el tener proyectos:
Aproximándose al fin de análisis
parte de la energía robada por la neurosis de transferencia comienza a estar más
disponible para empresas y proyectos personales. Se está
elaborando silenciosamente el duelo del fin de análisis. Lo esencial de
todo trabajo de duelo (el retiro de catexias para dedicarlas a otros objetos) ya
está en marcha.
5) Transformación de las instancias narcisistas en el registro de la castración:
La idealización es un proceso subjetivo que produce una sobrevaloración del objeto. Sostiene a otro omnipotente, todopoderoso, no castrado. Reconocer al Otro sería aceptar la propia castración, sería dejar de buscar culpables externos. No se trata de una abolición de los ideales, sino de un pasaje de ellos por el registro de la castración. Estos movimientos implican duelos importantes, ídolos caídos, incluido el analista.
Dos aspectos polares marcan el
pasaje del narcisismo por la castración simbólica, son: el humor
(reírse de uno mismo y de los demás, dejar que los demás se rían de uno mismo)
y la muerte (el tener conciencia de la muerte nos aporta una nueva
visión de la vida, la modifica, la amplía).
6) Sublimación:
En los períodos de terminación
del tratamiento se produce un aumento de la capacidad de sublimar.
7) Superyó:
Las relaciones imaginarias del
Superyó (esas figuras severas, persecutorias y cargadas de autoridad) van
adquiriendo rostros más benévolos, más permisivos. Se abre la posibilidad de
actuar sin tanta necesidad de aprobación ajena. La culpa cede y puede ser
reemplazada por la responsabilización de los actos.
8) Relación con el tiempo:
El pasado resignificado se
aligera y pierde su carácter de pesada carga. Puede entonces pasar de la
Represión al olvido. Simultáneamente la dimensión del futuro queda abierta. Se
percibe la diferencia entre luchas contra el tiempo y dejarse llevar por él,
acompañándolo. Se rompe en parte el querer dominarlo. Suele haber una mejor
relación del sujeto con la soledad.
En el pasaje de a Neurosis de
Transferencia a la fase de finalización, se da una disminución en el analizante
de su necesidad de venir y hacerse escuchar en sesión, cosa que va asociada al
reconocimiento de l falta en el propio analista. Se produce lo que Korman
denomina “Centrifugaciones de la Transferencia”, el círculo de
interés y de investimentos libidinales del analizante se ha ido alejando del
analista. Esta modificación cuanti y cualitativa de la Transferencia es un
elemento fundamental para la confirmación del Temple Analítico.
Elementos del Temple
Analítico:
- Relación del sujeto con la asociación libre:
Ante la emergencia de un material
que retorna de lo reprimido, el anlizante puede reconocerlo como algo propio y
establecer otro tipo de vínculo con lo inconsciente.
- Capacidad para la acción:
Actitud más resuelta en actuar,
se produce el desvanecimiento de la duda, las vacilaciones e inhibiciones. Hay
mayor capacidad de decisión.
- Talento para vivir:
Capacidad para precisar las
actitudes, personas o cosas acordes al talento y saber luchas para
conseguirlas.
- Me duele la vida/ me gusta la vida:
El dolor de vivir se hace más
soportable. El sufrimiento no desaparece pero es más tolerable.
NASIO:
La cura reproduce la enfermedad que debe tratar. Así el análisis constituye una Neurosis artificial que el analizado y el analista deberán resolver juntos. En un momento avanzado de la cura, el paciente se encuentra ante la alternativa de aceptar o negarse a atravesar la prueba de angustia de castración.
Es una prueba final, no porque
se produzca en las últimas sesiones de la cura, sino porque lo que está en
juego es tan crucial que el desenlace de esta prueba decidirá el fin del
análisis y la curación del sujeto.
Hay dos clases de separaciones:
1) Una vinculada al acontecimiento y fechable, es decir, la separación de la última sesión.
2) Otra Inconsciente que nace en
pleno análisis, se elabora lentamente y se despliega más allá de la cura.
La forma en que el
analizado se despedirá de su análisis y de su analista dependerá del
atravesamiento por la prueba de angustia, que hace posible el trabajo
de autoseparación. Si el atravesamiento no fue exitoso, el tratamiento se
interrumpe o se atasca.
Una vez atravesada la prueba (Lacan la llama “atravesamiento del fantasma”, “cruce del plano de identificaciones”:
- Se podrá realizar la autoseparación
- Se resolverá la Neurosis de Transferencia
- Se deriva hacia el fin
concreto de la situación analítica
El neurótico ante la angustia del fantasma Inconsciente de castración, ante esto insoportable crea un síntoma, proponiéndose escapar a la castración, deviene él mismo objeto imaginario que le falta al Otro.
De lo que se trata en la cura es de volver al punto de partida, es decir, al punto de origen fantasmático de la neurosis y de reproducir en el seno de la cura, la misma situación de peligro que en lo Inconsciente provoca la angustia. Se trata de crear la angustia para resolverla.
El tratamiento psicoanalítico es entendido por Nasio como la reactualización del fantasma de castración por medio de la transferencia. Los síntomas no son una buena solución a la angustia, por lo tanto se intenta hallar una salida mejor que el sufrimiento neurótico.
En el tratamiento analítico,
el analista debe conducir al paciente a un estado de angustia y para ello
encarna 3 máscaras, 3 ficciones peligrosas que suscitan angustia.
1) El Otro castrado:
Es una figura amenazadora y de
horror que se produce cuando el niño descubre la imagen del cuerpo desnudo,
castrado de la madre. Esta falta significa que yo también corro el riesgo de
sufrir algún día la mutilación. El Otro Castrado significa para el neurótico,
no sólo una amenaza que espanta, sino también una llamada que seduce y
tranquiliza. El fantasma de castración es angustiante pero es la garantía que
protege al niño fálico del peligro absoluto: el de experimentar un goce sin
límites.
2) El Otro de la Ley:
Es una de las versiones paternas
del Otro. Su función es prohibir y castigar severamente el deseo incestuoso.
Está representado por una voz que hace restallar la Ley de prohibición del
incesto, es la figura principal en el origen de la Neurosis Obsesiva.
3) El Otro del Deseo Perverso:
Es una figura eminentemente
paterna, la de un padre gozador y que goza de todas las mujeres, un padre
capaz de abusar de mi, violarme y gozar de mi sufrimiento.
¿Cuál debe ser la acción del analista?
Debe acompañar al analizado al
umbral de la prueba de angustia y favorecer su cruce. El psicoanalista debe
cambiar de lugar, dejar caer sus máscaras del Otro de la Castración, dar un
paso al costado y así instituirse como un testigo simbólico de una prueba que el
sujeto puede cumplir ahora solo. La acción del analista se sitúa en el
momento en que el paciente vacila en dar el paso decisivo que le haría abandonar
la piel del niño fálico y lo introduciría por fin en la fase terminal de la cura.
¿Qué sucede una vez atravesada la prueba de angustia?
Atravesamos la angustia cuando
una palabra, un acontecimiento, un gesto o un silencio me ha hecho comprender
que podría aceptar la pérdida, porque lo que se juega nunca es todo, sino una
parte que estará perdida siempre.
1) El duelo de un análisis terminado no es el duelo por el analista, sino el duelo de una ficción y de una angustia.
2) ¿De qué pérdida se trata? De la pérdida de una ilusión, la ilusión de un todo y del monstruo amenazador que me hace sufrir. Comprender que nunca expongo todo, que el riesgo es parcial y la pérdida inevitable (antes del atravesamiento por la prueba, el sujeto cree arriesgar no sólo su falo, sino el aniquilamiento de todo su ser).
3) Lo que señala la entrada de la cura en su fase terminal es el cese del paciente de la demanda de amor al Otro.
4) El fin de la cura no el
levantamiento de los síntomas, el analista debe prestar atención a los cambios
de posición subjetiva en el analizado.
¿Qué consecuencias resultarán para la vida del analizado el haber atravesado la prueba de angustia?
- La aparición del dolor de duelo
- El surgimiento del Sujeto del Inconsciente
- El cambio en la percepción de
su identidad sexual por parte del sujeto.
ANGUSTIA (antes del atravesamiento) |
DOLOR DE DUELO |
La angustia surge ante la amenaza de perderlo todo |
El dolor aparece tras la pérdida de una ficción: Este dolor no se debe a una pérdida sino al hecho de reencontrar la ficción perdida sabiéndola irremediablemente perdida |
Inasimilable |
Asimilable |
La angustia se convierte en sufrimiento |
El dolor no se convierte |
Una vez convertido, petrifica al cuerpo y confirma al sujeto en un narcisismo |
El dolor agudiza la percepción endopsíquica, hace percibir la verdad y conduce a una tristeza serena. |