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ENTREVISTA CLÍNICA
EL CONOCIMIENTO DEL SISTEMA DE ESCRITURA
2do CUATRIMESTRE, AÑO 2018
ENTREVISTA CLÍNICA
Edad: 5 años y 3 meses
CONSIDERACIONES PREVIAS AL ANÁLISIS
Ante todo nos parece importante aclarar que la entrevistada asiste a un jardín de infantes que sigue una línea pedagógica más cercana a la escuela Montessori, en la que no hay divisiones por edad, los niños de 2 a 5/ 6 años comparten el mismo espacio.
Sería interesante investigar cómo los distintos métodos pedagógicos influyen en el desarrollo de la lectoescritura de los niños. Sabemos que la entrevistada es estimulada en este sentido sólo en su núcleo familiar, no desde la institución.
La entrevista se llevó a cabo en la casa de la niña al anochecer, no pudiendo realizarse en otro momento por disponibilidad de la madre. Cuando llegamos, la entrevistada estaba mirando televisión mientras terminaba de comer. Al dar comienzo a la entrevista, simplemente se silenció la televisión, la imagen siguió corriendo. La madre se sentó al lado de la entrevistada, la observadora al otro lado, y la entrevistadora en diagonal. Es significativo el rol que jugó la madre de la niña, aunque no fue un impedimento en el proceso, creemos que modificó la dinámica considerablemente, tanto con su presencia (la niña recurría a ella en momentos de frustración) como en sus intervenciones.
ANÁLISIS METODOLÓGICO
Al analizar la entrevista notamos que hubiese sido pertinente realizar otro tipo de intervenciones.
Por un lado, hubiese sido interesante indagar más acerca de lo que la niña pensaba de sus producciones; esto nos quedó claro en un escrito “libre” al comienzo de la entrevista. Al preguntarle si sabía escribir otra palabra además de su nombre, ella escribió IASI. Más allá de que aclaró que no sabía qué decía, hubiese sido fructífero preguntárselo para analizar la relación entre escritura y sonoridad presente. Nos encontramos con el mismo desliz metodológico con su nombre.
Podés escribir lo que quieras |
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(Escribe IASI) Pero no sé qué dice! (se ríe) |
En reiteradas ocasiones una vez finalizada la escritura de una palabra, le preguntamos si correspondía a la palabra propuesta, y si podía señalarnos a qué se refería cada letra o pseudoletra. Recibimos respuesta afirmativa en dos ocasiones, con la palabra mariposa (AI) y gato (AO). En la primera no recordamos pedirle que nos muestre de qué forma refería a la palabra en cuestión. Esto nos hubiese dado más herramientas, tanto en la entrevista misma como en el análisis, para indagar acerca del estadio de desarrollo en curso.
¿Acá dice mariposa? (Señala las letras) |
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Sí… Qué sé yo (distraída) |
En las otras producciones, ella sabía que lo escrito no correspondía a la palabra dada, por tanto directamente se negaba a leerlo. Si hubiésemos preguntado la razón, tendríamos más herramientas para el análisis, podríamos inferir ciertos conflictos cognitivos presentes.
Algo a remarcar es la frustración sistemática y constante de la entrevistada ante cada palabra que no sabía escribir. Al proponer ciertas palabras, en un comienzo mostraba entusiasmo, para luego rápidamente enojarse al no saber cómo proceder. Con otras palabras directamente no quiso intentarlo. Esta situación estuvo presente en toda la entrevista, por lo que en muchas ocasiones pasamos rápidamente a la próxima palabra en vez de indagar más profundamente en lo producido, por miedo a la pronta finalización de la misma.
En relación a la cantidad de palabras escritas que fueron recogidas, no creemos que haya sido suficiente, sin embargo podemos esbozar ciertas conclusiones con lo recolectado. La entrevista concluyó más rápidamente de lo que pensábamos, finalizada por la niña, al comenzar a mirar nuevamente la televisión y negarse rotundamente a continuar.
Hay algunas palabras que nos hubiesen dado mayor conocimiento sobre el nivel de desarrollo alcanzado. Por ejemplo, al pensar en la exigencia de variedad cualitativa intrafigural, no sabemos qué hubiese sucedido al proponer una palabra con misma vocal en dos o más sílabas consecutivas, como por ejemplo banana. No se presentó un conflicto en cuanto a la contigüidad de letras iguales en la misma palabra en ningún momento.
Tampoco presentamos ninguna palabra que contuviera explícitamente parte de su nombre (única palabra que sabe escribir) y así corroborar si usa información conocida para otras palabras. Al respecto, intentamos realizar la conexión entre el sonido s del nombre de la niña, con la última letra de la palabra pez. En ese caso no se comprobó que la niña utilizara esa información para la resolución, al menos en este caso.
Creo que falta una letra ahí, ¿puede ser? Una que justo tiene tu nombre. Pesssss (remarcando el sonido de S) |
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La I falta! (escribe la I) |
¿Ahí dice pez? (señala) |
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No sé (deja la lapicera frustrada) |
Sólo presentamos una palabra monosilábica, la antedicha; nos gustaría contar con más material al respecto y así contar con más observaciones para juzgar el conflicto cognitivo con la hipótesis de cantidad mínima.
Por otro lado, algunas palabras fueron desechadas de inmediato por la entrevistada; esto podría ser por su dificultad, como en el caso de “el gato toma leche”, o por el momento de la entrevista, en el que la niña se sentía triste y frustrada por la palabra anterior.
En un momento dado, se le pidió a la niña que escriba la palabra gato. Ya había escrito la letra A y la letra O. La entrevistadora quiso poner a prueba la hipótesis de escritura silábica, a partir de la cual cada letra corresponde a una sílaba de la palabra dada.
¿Querés señalar con el dedo cómo dice gato? |
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A (señala la A) y O (señala la O) |
A partir de la respuesta pudimos confirmar la hipótesis, ya que la A corresponde a la sílaba GA y la O corresponde a la sílaba TO. Por tanto, también podemos hablar de cierta correspondencia en la relación sonido- marca gráfica, es decir, tiene la cualidad de presentar valor sonoro convencional (por más de que la interpretación no arribó a la palabra en cuestión).
En cuanto a este último ejemplo, hubiese sido interesante proponer alguna palabra similar a en cuanto a sílabas y vocales, por ejemplo sapo, para deducir se generaba algún conflicto en la hipótesis de variedad interfigural.
Por último, nos hubiese gustado saber cómo la niña se las ingeniaba para interpretar palabras escritas, ya sea con fotos de objetos con su nombre debajo, o algún libro ya conocido. También hubiese sido interesante leerle una palabra escrita, o tomar una de las palabras que ella tuvo que escribir y escribírsela de forma convencional, y así analizar qué tipo de reacción presentaba ante la longitud, la sonoridad, la diferencia con lo que ella pensaba, etc.
ANÁLISIS CONCEPTUAL
Para facilitar el análisis confeccionamos una lista de palabras propuestas y su respectiva escritura:
Nombre
Palabra libre IASI Hoja 2
Mariposa AI Hoja 2
Conejo no
Burro no
Paloma no
Gato AO Hoja 3
Pez LEI Hoja 3 (E: pseudoletra)
El gato toma leche no
Elefante EO Hoja 4
Jirafa I Hoja 4
Comenzaremos haciendo un análisis de los aspectos formales de escritura. A simple vista nos damos cuenta de que la niña distingue entre lo icónico y lo no icónico, es decir, entre las marcas gráficas figurativas y no figurativas; y también que la escritura aparece en calidad de objeto sustitutivo. En sus producciones, la entrevistada presenta conciencia de la organización lineal de lo escrito, y entendimiento de la escritura como un conjunto de formas arbitrarias. Mantiene una coherencia en el tamaño de las letras de una misma palabra, el trazado es claro. La orientación de la escritura es la convencional, en ningún momento presentó dudas al respecto, al igual que en la orientación individual de los caracteres. En sus producciones, la niña utilizó, según nos dio a entender, todo el repertorio de letras conocidas: las vocales, la única consonante que lleva su nombre, S, y escribió una L intentando escribir la P en el dictado de la palabra pez; en este mismo caso la niña escribió una pseudoletra correspondiente (y bastante similar) a la E.
La primera palabra escrita fue, por elección de la niña, su propio nombre, aclarándonos que era lo único que sabía escribir. Al pedirle que escriba otra palabra, la que ella quisiera, escribió IASI, remarcando que no sabía cómo se interpretaba esa secuencia.
A partir del análisis de la entrevista podemos inferir que la niña se encuentra en los inicios del tercer nivel de psicogénesis, correspondiente a la fonetización de la escritura, en el periodo silábico.
En este periodo se establecen diferenciaciones inter- relacionales cualitativas y cuantitativas sistemáticas, se pone en relación el sistema sonoro (sílabas y posteriormente fonemas) con el sistema gráfico (letras). La fonetización de la escritura comienza cuando los niños empiezan a buscar una relación entre lo que se escribe y los aspectos sonoros del habla.
En la hipótesis silábica se presenta una relación de correspondencia letra- sílaba: el niño descubre que las letras pueden corresponder a otras partes de la palabra escrita.
En lo analizado, la relación establecida entre las marcas gráficas y la sonoridad corresponde a escrituras silábica. Esta hipótesis no es utilizada en todos los casos. Presentamos algunos ejemplos.
En el primer caso, con la escritura de la palabra gato, la entrevistada presentó un nivel de desarrollo de hipótesis silábica tanto oral como escrita. La producción de la palabra gato fue A O. Es decir, se presenta la correspondencia una sílaba por letra con valor sonoro convencional.
MAMÁ: Tiene algunas letras que vos conocés. GAAATOOO |
O! (se queda pensando). GAAA- TOOO. Primero hay que poner la A |
¿Querés señalar con el dedo cómo dice gato? |
A (señala la A) y O (señala la O) |
El segundo caso es el de la palabra mariposa, escrito como AI. Presentamos un recorte del proceso de escritura de esta palabra.
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Mariposa. Creo que lleva la A. (voz triste) (…) (escribe la A) |
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Creo que la I va casi en el final |
¿Querés escribirla a ver cómo queda? |
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(Escribe la I) |
Este ejemplo presenta correspondencia entre letra y sílaba con valor sonoro convencional, sin embargo no la hay en cuanto a cantidad de sílabas y letras.
Ya casi al terminar la entrevista, la palabra elefante fue segmentada silábicamente de forma oral, sin embargo en lo escrito aparecen las letras E O, es decir, no hay correspondencia con valor sonoro.
¿Cómo pensás que se sigue escribiendo elefante? |
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E-le-fan-te. Es como escribir fan |
En las otras palabras propuestas, pez (LEI) y jirafa (I), hay un esbozo de escritura silábica, sin embargo no creemos que pueda ser considerada como tal. Hay cierta correspondencia sonora, pero no total.
En cuanto a la presentación de conflictos cognitivos ligados a esta hipótesis, no podríamos afirmar que sucedieron de forma explícita; sin embargo podemos intuir que existieron por distintos indicios. Primero, de un total de nueve palabras propuestas, sólo llegaron al papel cinco; las otras cuatro fueron desechadas por la niña muy rápidamente. Tres de esas palabras no presentaban gran dificultad. Por otro lado, el silencio de la niña a indicarnos si lo escrito correspondía a la palabra completa marca algún tipo conflicto. También se manifiesta en la imposibilidad de marcarnos qué representación sonora pertenecía a cada letra escrita. Y por último, a partir del análisis de la conducta verbal y no verbal quedaba claro que la niña sentía gran frustración, manifestada muy rápidamente. Al estar la madre presente, la niña buscó su ayuda, tanto explícitamente como con la mirada en reiteradas ocasiones.
Considerando los tres tipos de reacciones posibles según Piaget, alfa, beta y gamma, notamos que prevaleció en estas situaciones la reacción alfa, donde la entrevistada desconoce la perturbación, la anula. No hay modificación de los esquemas. La perturbación es considerada implícita para ella, quien la niega despreciando o eliminando el carácter nuevo incompatible.
Suponemos que la gran cantidad de reacciones alfa que encontramos corresponde a esta hipótesis. Dejamos algunos ejemplos de este tipo de reacción.
Podemos seguir con otras cosas. ¿Querés escribir la palabra burro? |
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No, el burro es aburrido (voz juguetona) |
¿Es aburrido? Entonces podemos seguir con la palabra paloma |
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¡Bien! Ahora, ¿querés escribir el gato toma leche? |
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No |
¿No? Bueno, es re difícil esa |
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(sube el volumen a la televisión) |
MAMA: Pensá la palabra. eeeleeefaaanteee. ¿Hay alguna letra que te suene conocida? |
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No (frustración en aumento) |
¿Acá entonces dice elefante? |
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No (muy frustrada) |
La palabra jirafa, y es la última. |
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I… I |
¿Y cómo sigue? Jirafa. Dale, escribila! |
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K. Pero no sé cómo es! |
Como vos pienses que se escribe, como vos quieras |
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Mmm noooo. ¡No! (sube el volumen a la televisión nuevamente) |
Respecto a la condición cuantitativa (principio de cantidad mínima/ máxima), en lo concreto, la única palabra que la niña escribió con tres caracteres fue la monosilábica, pez; el resto dos, y la palabra jirafa solo una letra; sin embargo, en la mayoría de los casos ella notaba que la palabra escrita no se interpretaba como la sugerida, pero no pudimos dar cuenta de ello a lo largo de la entrevista.
En cuanto a la condición de variaciones cualitativas internas, no surgió ningún caso en donde se manifestara fuertemente. Aún así, vale la pena remarcar que ante la palabra elefante, la niña escribió EO, por lo que podríamos hablar de algún tipo de solución de compromiso ante un conflicto que no llegó a visualizarse con claridad.
A partir de todo lo explicitado, concluimos que las producciones de la entrevistada se ubican en el periodo silábico del tercer nivel de construcción psicogenético del sistema alfabético.
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