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El objetivo del presente trabajo integrador es enlazar ciertos conceptos que a mi entender resultan claves para los diversos trabajos y momentos que atraviesa el adolescente en su devenir, a lo largo de un entretiempo de la sexuacion, hacia la conformación adulta. Desde el marco del psicoanálisis y en el paradigma de la complejidad. Con los aportes de Freud, comienzo a explicar el bifasismo sexual, más los aportes de Bleichmar. Continuaremos con algunas nociones tomadas de Néstor Córdova, que nos permiten pensar en el trauma puberal, que dará lugar, por lo adolescente, al acontecimiento. Estos procesos intentará alcanzar el ideal del yo y tendrán la posible amenaza de un goce auto. El adolescente tendrá que salir a explorar y realizar un proceso de desasimiento que terminara en un duelo historizante. Y para finalizar tomaré los aportes de Serge Tisseron y René Kaes para explicar la transmisión de la vida psíquica entre generaciones.
En Tres Ensayos Freud (1905) plantea la existencia y características de una sexualidad infantil, habla de un cuerpo infantil, terreno donde se juegan las pulsiones parciales, lo autoerótico, la zona erógena. Donde tras un primer encuentro con el objeto, lo perderá hasta encontrarlo recién en la pubertad. Este cuerpo infantil inaugura la sexualidad. Freud postula que la sexualidad está configurada como una acometida en dos tiempos, el bifasismo sexual. Un primer tiempo donde se produce en la infancia, es de carácter autoerótica y marcada por el complejo de Edipo. Y un segundo tiempo en la pubertad que por medio de un trabajo psíquico, la sexualidad infantil se integra en la sexualidad adulta bajo la primacía genital, reorganizando la lógica del placer, marcada por el hallazgo de objeto amoroso y se pone al servicio de una nueva meta (placer final, ya no parcial) que es la reproducción, como función simbólica. Cordova (2013) desarrolla la sexualidad humana tal como es conceptualizada por Silvia Bleichmar se compone por dos sexualidades, una la infantil, contorneada por los moldes de los deseos paternos, y otra que se establece en la pubertad, donde las pulsiones se unifican y gana primacía la genitalidad.
En la pubertad la energía libre proviene del interior del cuerpo, son las nuevas sensaciones y cambios corporales que generan extrañeza y ajenidad. El Yo-cuerpo exige la metabolización del nuevo cuerpo que seduce al cuerpo infantil. La pubertad, por las transformaciones en el cuerpo y el impacto de lo puberal impone un trauma como ruptura de lo anterior. El trauma puberal es el aprés coup, segundo momento del trauma en dos tiempos, es decir que va a imponer un trabajo de resignificación de vivencias infantiles que no fueron elaboradas y se van a elaborar en el nuevo cuerpo puberal. Hay un vivenciar lo originario, en el sentido del registro de sensaciones, como modo de representación de todo lo nuevo que trae lo puberal, toda la energía sensual y las transformaciones corporales que le exigen al psiquismo un trabajo de metabolización, de apropiación del propio cuerpo. En síntesis, el trauma puberal se caracteriza por una interpretación de lo infantil, por una vivencia de seducción y por una sensualidad desbordante propia de lo puberal.
El Trauma puberal debe ser elaborado y para eso necesita que los trabajos de lo adolescente, lo transformen en un proceso de acontecimiento.El acontecimiento adolescente tiene como objetivo poder inscribir todo lo que el trauma trae y construir a partir de ello un proyecto identificatorio, que se encamina hacia un horizonte que marca una promesa hacia un futuro, donde se intenta alcanzar un ideal del yo. El acontecimiento es la inscripción de esos procesos que resultaron dal trauma puberal, y no es sin la subjetividad y el trabajo de exploración y apropiación de esos terrenos desconocidos. La amenaza que acecha el adolescente durante este trayecto es la captura de un goce desmesurado. “El goce es auto, es decir, autoerótico y autista”1. produce un vaciamiento subjetivo, conduce a un desierto de palabras y sentidos. El adolescente se ve gobernado por la pulsión y corre el riesgo de quedar capturado en la actualidad del goce autista y autoerótico. Es decir, es impulsado a actuar o tomado por un exceso de goce que no logra limitar. El adolescente tendrá a cargo una tarea de historización y un viaje hacia los orígenes de su historia y, indagará acerca de los restos no asimilados por sus padres (que en el encuentro lo cuestionaron acerca de su propio origen), sobre lo no dicho, sobre lo oculto y lo que avergüenza. Deberá explorar esa historia y sus restos vivientes para ser un Nosotros. Un requisito para “salir a explorar” es el trabajo de desasimiento, que implica el duelo de los objetos infantiles y deshacerse de las marcas de los padres a través de la confrontación y así producir algo nuevo (asesinato de los padres). “Es por medio de un duelo que denomino Historizante que el adolescente asume la infancia como tiempo pasado y se lanza a la conquista de un futuro tras la promesa que le brinda el ideal del yo”. 2 Este duelo historizante del que habla Córdova (2019) que va a implicar hacerse de ese pasado, que el pasado sea propio, pero se necesita por una parte asumir esa muerte simbólica de los padres ideales, de los padres de la infancia y del niño maravilloso. Cuando hablo de niño maravilloso, me refiero a la transformación, en ese recorrido que va a ir desde el yo ideal, ese yo representado en su majestad el bebe, ese bebe cargado, ese narcisismo parental. El recorrido del Yo ideal a la construcción del ideal del yo. Entonces, la caída de los padres de la infancia, la caída del niño maravilloso y ese duelo va a propiciar la posibilidad de desprender subjetivas singularidades. El adolescente se va a desligar de las figuras parentales y se va a lanzar a nuevos espacios.
Kaës. R.(2020) va a decir que el individuo es un grupo interiorizado cuya psique está sometida a la prueba de las generaciones. Es decir, que existe un soporte del lazo social del hecho psíquico individual. La expresión transmisión psíquica pone los intercambios entre las generaciones bajo un aspecto familiar, el de los valores, de las creencias y de las competencias que garantizan la continuidad familiar,grupal y cultural. La vida psíquica desde que llegamos al mundo se construye efectivamente en interrelación con la vida psíquica de sus padres y por la de sus ascendientes. Desde que nacemos nos imponen un nombre, nos incluyen en la genealogía y comienzan a transmitirnos cosas. “...La transmisión de la psique , o producción intersubjetiva de la psique.”3 Abarca no solo lo que los padres transmiten sino que también se incluyen a las generaciones anteriores.Tomando los aportes de Gampel (2006), la transmisión de la vida psíquica entre generaciones se impone en el psiquismo como exigencia de trabajo de elaboración. El estudio de la transmisión transgeneracional nos permite familiarizarnos con el registro de las repeticiones generacionales y los pactos, los mandatos, deudas, secretos familiares, los duelos no elaborados. Los modos de transmisión de lo vivido y no historizado.La transmisión de experiencias psíquicas entre generaciones puede tener diferentes características de acuerdo al modo de transmitir esos contenidos y eso depende del grado de trabajo de elaboración realizado por quienes transmiten. Se puede transmitir contenidos que han pasado por un trabajo de elaboración y representación o transmisión y por lo tanto tienen un alto poder traumatizante para las siguientes generaciones.
A modo de conclusión puedo decir, según lo expuesto en el desarrollo del trabajo, que todo adolescente pasa por crisis y transformaciones que lo hacen madurar. Los procesos psíquicos propios del entretiempo puberal-adolescente-juventud y las crisis de crecimiento, llevan al sujeto a querer saber sobre su historia. Durante la adolescencia urge el trabajo de duelo e historización a partir del cual el sujeto se apropia de su pasado y lo historizar al tiempo que asume lo infantil como pasado y por lo tanto perdido. También la investigación histórica y genealógica permite echar luz a lo transmitido sin palabras que inevitablemente deberá elaborar o cargar sobre las espaldas como una pesada herencia.
BIBLIOGRAFÍA: Detallar toda la bibliografía utilizada por orden alfabético: autor, año, título (en cursiva)
- Córdova, N. (2020). Del yo ideal al ideal del yo. La construcción de un horizonte en tiempo de distopías. Ficha de cátedra. Buenos Aires.
-Córdova, N.(2019). Del trauma puberal al acontecimiento adolescente. Parte II. Inédito.
-Córdova, N. (2019). Duelo e historización. Construir (se) un pasado- Elaborar un duelo. Inédito.
-Córdova N. (2013). Adolescencia: confluencia del bifasismo sexual en el entretiempo de la sexuación. Ficha Cátedra. Buenos Aires: s.e.
-Freud S. (1905) Metamorfosis de la pubertad. Tres ensayos para una teoría sexual. En Freud S. Obras Completas. Volumen VII. Buenos Aires: Amorrortu, 1976
-Kaës. R.(2020). Introducción. Transmisión de la vida psíquica entre generaciones. Buenos Aires: Ed Amorrortu.
-Grassi A. (2019). Lo originario. Un aporte a la conceptualización de integración psicosomática y subjetividad (pp. 96-103). En Grassi, A. y Otero, Ma. E. (Comps.) Entramados vinculares y subjetividad. Niños, niñas, adolescentes y familias en psicoanálisis. 1ª ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Entreideas.
-Grassi, A.(2010). La investigación histórica familiar. En Entre niños, adolescentes y funciones parentales. Buenos Aires: Editorial Entreideas.
-Tisseron, S. (2000). Introducción. En El psicoanálisis ante la prueba de las generaciones. (pp.11-31) Amorrortu Editores. Buenos Aires.
1- Córdova, N. Del trauma puberal al acontecimiento adolescente. Parte II. Inédito, 2019 .
2- Córdova, N. Del yo ideal al ideal del yo. La construcción de un horizonte en tiempo de distopías. Ficha de cátedra. Buenos Aires: 2020
3- Kaës. R. Introducción. Transmisión de la vida psíquica entre generaciones. Buenos Aires: Ed Amorrortu, 2000. Pag. 13.
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