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Psicología Evolutiva - Niñez |
Resumen para el 1º Parcial | Cátedra: Calzetta |
1° Cuat. de 2008 |
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Eje Psicoanalítico
Freud, Sigmund: “El esclarecimiento sexual del niño” (1907). Obras Completas.
Buenos Aires, Amorrortu, 1985.
Los órganos de la reproducción propiamente dichos no son las únicas partes del
cuerpo que procuran sensaciones sexuales placenteras, y que la naturaleza ha
estatuido con todo rigor las cosas para que durante la infancia sean inevitables
aun las estimulaciones de los genitales.
Se designa como período del autoerotismo a esta época de la vida en que, por la
excitación de diversas partes de la piel (zonas erógenas), por el quehacer de
ciertas pulsiones biológicas y como coexcitación sobrevenida a raíz de muchos
estados afectivos, es producido un cierto monto de placer indudablemente sexual.
La pubertad no hace sino procurar el primado a los genitales entre todas las
otras zonas y fuentes dispensadoras de placer, constriñendo así al erotismo a
entrar al servicio de la función reproductora.
largo tiempo antes de la pubertad el niño es un ser completo en el orden del
amor, exceptuada la aptitud para la reproducción; y es lícito entonces sostener
que con aquellos «tapujos» sólo se consigue escatimarle la facultad para el
dominio intelectual de unas operaciones para las que está psíquicamente
preparado y respecto de las cuales tiene el acomodamiento somático.
Las respuestas usuales en la crianza de los niños menoscaban su honesta pulsión
de investigar, y casi siempre tienen como efecto conmover por primera vez su
confianza en sus progenitores; a partir de ese momento, en la mayoría de los
casos empiezan a desconfiar de los adultos y a mantenerles secretos sus
intereses más íntimos.
Cuando los niños no reciben los esclarecimientos en demanda de los cuales han
acudido a los mayores, se siguen martirizando en secreto con el problema y
arriban a soluciones en que lo correcto vislumbrado se mezcla de la manera más
asombrosa con inexactitudes grotescas, o se cuchichean cosas en que, a raíz de
la conciencia de culpa del joven investigador, se imprime a la vida sexual el
sello de lo cruel y lo asquerosos.
Se requiere que lo sexual sea tratado desde el comienzo en un pie de igualdad
con todas las otras cosas dignas de ser conocidas. Principalmente, es misión de
la escuela el traerlo a cuento, introducir en las enseñanzas sobre el mundo
animal los grandes hechos de la reproducción en su sígnificatividad y, al mismo
tiempo, insistir en que el ser humano comparte con los animales superiores todo
lo esencial de su organización.
El esclarecimiento sobre las relaciones específicamente humanas de la vida
sexual y la indicación de su significado social debería darse al finalizar la
escuela elemental (y antes del ingreso en la escuela media); vale decir, no
después de los diez años.
Un esclarecimiento así sobre la vida sexual, que progrese por etapas y en verdad
no se interrumpa nunca, y del cual la escuela tome la iniciativa, paréceme el
único que da razón del desarrollo del niño y por eso sortea con felicidad los
peligros existentes.
Freud, S.: Tres ensayos de teoría sexual (1905), 2º ensayo: “La sexualidad
infantil”. Obras Completas.
Amorrortu editores, Buenos Aires, 1985.
Freud, S.: Conferencias de introducción al Psicoanálisis (1917). Conferencia 21.
Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.
La sexualidad perversa esta, por regla general, notablemente centrada; todas las
acciones presionan sobre una meta – casi siempre única – y una pulsión parcial
tiene la primacía: o bien es la única pesquisable o bien ha sometido a las otras
a su propósito. En ese sentido no hay, entre la sexualidad perversa y normal mas
diferencia que la diversidad de pulsiones parciales dominantes y, por tanto, de
las metas sexuales.
En cambio, la sexualidad infantil carece, globalmente considerada, de semejante
centramiento y organización; sus diversas pulsiones parciales tienen iguales
derechos y cada una persigue por cuenta propia el logro del placer.
El carácter perverso de algunas de estas metas depende, naturalmente, de la
inmadurez constitucional del niño, quien no ha descubierto aun la meta del
coito.
La función libidinal no emerge como algo acabado, tampoco crece semejante a sí
misma, sino que recorre una serie de fases sucesivas que no presentan el mismo
aspecto; es, por tanto, un desarrollo retomado varias veces, como el que va de
la crisálida a la mariposa. El punto de viraje de ese desarrollo es la
subordinación de todas las pulsiones parciales bajo el primado de los genitales
y, con este, el sometimiento de la sexualidad a la función de la reproducción.
La oposición entre masculino y femenino no desempeña todavía papel alguno; ocupa
su lugar la oposición entre activo y pasivo, que puede definirse como la
precursora de la polaridad sexual, con la cual también se suelda más tarde.
El primer objeto de los componentes orales de la pulsión sexual es el pecho
materno, que satisface la necesidad de nutrición del lactante. En el acto del
chupeteo se vuelven autónomos los componentes eróticos que se satisfacen
juntamente al mamar; el objeto se abandona y se sustituye por un lagar del
cuerpo propio. La pulsión oral se vuelve autoerótica, como desde el comienzo lo
son las pulsiones anales y las otras pulsiones erógenas.
El resto del desarrollo tiene, expuesto de la manera más sucinta, dos metas: en
primer lugar, abandonar el autoerotismo, permutar de nuevo el objeto situado en
el cuerpo propio por un objeto ajeno; en segundo lugar, unificar los diferentes
objetos de las pulsiones singulares, sustituirlos por un objeto único. Esto sólo
puede lograrse, desde luego, cuando dicho objeto único es a su vez un cuerpo
total, parecido al propio.
Freud, S.: El malestar en la cultura. (1930) Capítulo 1. Obras Completas. Buenos
Aires, Amorrortu, 1985.
Sentimiento oceánico: son los restos de aquel momento originario en donde se da
cuenta de una sensación de eternidad, un sentimiento como de algo sin límites,
sin barreras, por así decir “oceánico”. Un sentimiento de atadura indisoluble,
de la copertenencia con el todo del mundo exterior. Coincide con la situación
del lactante, debido a que el no separa todavía su mundo exterior como fuente de
las sensaciones que le afluyen. Originariamente el yo lo contiene todo, mas
tarde segrega de si un mundo exterior.
Muchas de las fuentes de excitación que más tarde discernirá a sus órganos
corporales pueden enviarle sensaciones en todo momento, mientras que otras – y
entre ellas la mas anhelada: el pecho materno- se le sustraen temporariamente, y
solo consigue recuperarlo berreando en reclamo de asistencia. De este modo se
contrapone por primera vez al yo, un “objeto” como algo que se encuentra
“afuera” y solo mediante una acción particular es forzado a aparecer.
No se podría indicar en la infancia una necesidad de fuerza equivalente a la de
recibir protección del padre. De este modo, el papel del sentimiento oceánico,
que aspiraría a restablecer el narcisismo irrestricto, es esforzado a salirse
del primer plano.
Este ser uno con el Todo, que es el contenido de pensamiento que le corresponde,
se nos presenta como un primer intento de consuelo religioso.
En el ámbito del alma es frecuente la conservación de lo primitivo junto a lo
que ha nacido de el por transformación. Este hecho es casi siempre consecuencia
de la escisión del desarrollo. Una porción cuantitativa de una actitud, de una
moción pulsional, se ha conservado inmutada, mientras que la otra ha
experimentado el ulterior desarrollo.
Nos inclinamos a suponer que en la vida anímica no puede sepultarse nada de lo
que una vez se formo, que todo se conserva de algún modo y puede ser traído a la
luz de nuevo en circunstancias apropiadas, por ejemplo en virtud de una
regresión de suficiente alcance.
Freud, S.: Esquema del Psicoanálisis (1940). Parte I, capítulo III: “El
desarrollo de la función sexual”. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu,
1985.
Se ha demostrado que, a temprana edad, el niño da señales de una actividad
corporal sexual, y a la que se conectan fenómenos psíquicos que hayamos más
tarde en la vida amorosa adulta; por ejemplo, la fijación a determinados
objetos, los celos, etc. Pero se comprueba, además, que estos fenómenos que
emergen en la primera infancia responden a un desarrollo acorde a ley, tienen un
acrecentamiento regular, alcanzando un punto culminante hacia el final del
quinto año de vida, a lo que sigue un período de reposo. En el curso de este se
detiene el progreso, mucho es desaprendido e involuciona. Trascurrido este
período, llamado «de latencia», la vida sexual prosigue con la pubertad;
podríamos decir: vuelve a aflorar. Aquí tropezamos con el hecho de una acometida
en dos tiempos de la vida sexual, desconocida fuera del ser humano y que,
evidentemente, es muy importante para la hominización.
El primer órgano que aparece como zona erógena y propone al alma una exigencia
libidinosa es, a partir del nacimiento, la boca. Al comienzo, toda actividad
anímica se acomoda de manera de procurar satisfacción a la necesidad de esta
zona.
en el chupeteo en que el niño persevera obstinadamente se evidencia una
necesidad de satisfacción que -si bien tiene por punto de partida la recepción
de alimento y es incitada por esta- aspira a una ganancia de placer
independiente de la nutrición, y que por eso puede y debe ser llamada sexual.
Ya durante esta fase «oral» entran en escena, con la aparición de los dientes,
unos impulsos sádicos aislados. Ello ocurre en medida mucho más vasta en la
segunda fase, que llamamos «sádico-anal» porque aquí la satisfacción es buscada
en la agresión y en la función excretoria.
La tercera fase es la llamada «fálica», que, por así decir como precursora, se
asemeja ya en un todo a la plasmación última de la vida sexual. Es digno de
señalarse que no desempeñan un papel aquí los genitales de ambos sexos, sino
sólo el masculino (falo). Los genitales femeninos permanecen por largo tiempo
ignorados; el niño, en su intento de comprender los procesos sexuales, rinde
tributo a la venerable teoría de la cloaca, que tiene su justificación genética.
Se caería en un malentendido si se creyera que estas tres fases se relevan unas
a otras de manera neta; una viene a agregarse a la otra, se superponen entre sí,
coexisten juntas. En las fases tempranas, las diversas pulsiones parciales
parten con recíproca independencia a la consecución de placer.
Calzetta, J.J.: Algunas puntualizaciones sobre los momentos iniciales en la
constitución del aparato psíquico. Facultad de Psicología, UBA, Depto. De
Publicaciones.
FASE ORAL Defensa Primaria FASE SÁDICO-ANAL
Identidad de percepción Búsqueda de identidad de pensamiento
Ser = tener Ser =/= tener
Enlace identificatorio Elección de objeto narcisista
Cualificación de las cantidades Dominio del objeto
Angustia automática Angustia de pérdida de objeto
Indiferencia yo-objeto Diferencia yo-objeto
Acción inespecífica Acción específica frente a los signos de realidad
Winnicott, D.W.: Realidad y juego. Barcelona, Reimpresión Bs. As. Gedisa 1986.
Capítulos 1
FENÓMENO TRANSICIONAL
El espacio transicional es virtual, se abre entre la subjetividad del infante y
el reconocimiento del mundo exterior. Los fenómenos transicionales son
generadores de ese espacio potencial de experiencia y acaecen en él. Son
fenómenos de características ilusorias que, partiendo de una indistinción entre
lo subjetivo y lo que es exterior al sujeto, deviene en ámbitos y procesamientos
distinguibles y relacionables.
La zona inmediata a que me refiero es la que se ofrece al bebé entre la
creatividad primaria y la percepción objetiva basada en la prueba de la
realidad. Los fenómenos transicionales representan las primeras etapas del uso
de la ilusión, sin las cuales no tiene sentido para el ser humano la idea de una
relación con un objeto que otros perciben como exterior a ese ser
Entre las riquísimas pautas que exhiben los bebes en su uso de su primera
posesión de “no-yo” se puede estudiar la iniciación de un tipo afectuoso de
relación de objeto. Aquí se introducen los términos “objetos transicionales” y
“fenómenos transicionales” para designar la zona intermedia de experiencia,
entre el pulgar y el osito, entre el erotismo oral y la verdadera relación de
objeto, entre la actividad creadora primaria y la proyección de lo que ya se ha
introyectado, entre el reconocimiento primario de la deuda y el reconocimiento
de esta.
El parloteo del bebe y a manera en que un niño mayo repite un repertorio de
canciones y melodías mientras se prepara para dormir se ubican en la zona
intermedia como fenómenos transicionales. Consisten en diversas experiencias
funcionales en las cuales se observan pautas establecida de conducta que suelen
ser acompañadas de pensamientos o de fantasías.
Mientras succiona el pulgar, con la otra mano el bebe toma un objeto exterior,
digamos una parte de la sábana o frazada y lo introduce en la boca junto con los
dedos.
Desde los primeros meses el bebe arranca lana y la reúne y la usa para la parte
acariciadora de la actividad; es menos común que trague la lana, incluso hasta
el punto de provocar trastornos
Se producen movimientos de masticación acompañados por sonidos “mam mam”,
balbuceos, ruidos anales, las primeras notas musicales, etc.
OBJETO TRANSICIONAL
La paradoja que rodea y sostiene al bebé, estructurante del psiquismo y no
patógena, implica que el objeto es a la vez creado subjetivamente por el bebé y
encontrado objetivamente por él. El objeto transicional es el símbolo de la
unión de estos dos puntos de vista en apariencia contradictorios.
El espacio transicional es como un puente que genera, une y separa a la vez el
interior y el exterior del sujeto, y sólo importa lo que transita, se
intercambia y transforma en él.
"Por parte del otro significativo, la función de sostener la paradoja de lo
creado-percibido es heurística, fundante y provoca los efectos de los trucos de
un ilusionista, pues para vislumbrarlos es necesario conectar-desconectar lo
subjetivo y lo objetivo en una relación simultánea y coextensiva."
Es claro que lo transicional no es el objeto. Este representa la transición del
bebé de un estado en que se encuentra fusionado a la madre a uno de relación con
ella como algo exterior y separado
No es un objeto de la pulsión, no es natural ni es un objeto interno. El objeto
transicional, que no se interioriza, indica que se inicia un vínculo con el
mundo exterior, aceptable y elegido por el propio self; siendo el punto de
partida de una capacidad para animar el mundo, crearlo-encontrarlo viviente y
real.
Junto con el uso de objetos que no forman parte del cuerpo del niño aunque
todavía no se los reconozca del todo como pertenecientes a la realidad exterior,
los cuales se denominan objetos transicionales. Este objeto se relaciona con la
primera posesión “no-yo” del niño. Desde el punto de vista objetivo es un objeto
no-yo y, desde la perspectiva subjetiva, el objeto transicional es una
superposición yo/no-yo. Desde esta última óptica podemos considerar que no es ni
externo ni interno, aunque tiene materialidad.
El bebe adquiere ciertos derechos sobre el objeto, y nosotros os aceptamos. Pro
desde el comienzo existe cierta característica de la anulación de la
omnipotencia. El objeto es acuñado con afecto y al mismo tiempo amado y mutilado
con excitación. Tiene que sobrevivir al amor instintivo, así como al odio y a la
agresión pura.
Para el bebe debe parecerle que irradia calor, o que se mueve, o que posee
cierta textura, o que hace algo que parece demostrar que posee una virtualidad o
una realidad propia.
Se permite que su destina sufra una descarga gradual, sin ser forzado. No se lo
olvida ni se lo llora, sino que pierde significación gradualmente ya que los FT
se han vuelto difusos, se han extendido a todo el territorio intermedio entre la
realidad psíquica interna y el mundo exterior tal cual como lo perciben dos
personas en común, es decir a todo el capo cultural.
Es cierto que un trozo de frazada (o lo que fuere) simboliza un objeto parcial,
como el pecho materno. Pero lo que importa no es tanto su valor simbólico, sino
su realidad. El que no sea el pecho (o la madre) tiene tanta importancia como la
circunstancia de representar al pecho (o la madre).
Cuando se emplea el simbolismo el niño ya distingue con claridad entre la
fantasía y los hechos, entre los objetos internos, y los externos, entre la
creatividad primaria y la percepción. Es por esto que el termino objeto
transicional deja lugar a la adquisición de la capacidad para aceptar las
diferencias y semejanza. Se utiliza este término debido a que designa la raíz
del simbolismo en el tiempo, describe el viaje del niño, desde lo subjetivo puro
hasta la objetividad.
TEORÍA ILUSION-DESILUSION
Zona Intermedia: la tensión de vincular la realidad interna con la exterior es
característica de todos los seres humano, el alivio de esta tensión lo
proporciona una zona intermedia de experiencia (cf. Riviere, 1936) que no es
objeto de ataques (las artes, la religión, etcétera). Dicha zona es una
continuación directa de la zona de juego del niño pequeño que "se pierde" en sus
juegos.
Al comienzo, gracias a una adaptación de casi el 100 por ciento, la madre ofrece
al bebé la oportunidad de crearse la ilusión de que su pecho es parte de él. Por
así decirlo, parece encontrarse bajo su dominio mágico. Lo mismo puede decirse
del cuidado en general del niño, en los momentos tranquilos entre una y otra
excitación. La omnipotencia es casi un hecho de la experiencia.
La tarea posterior de la madre consiste en desilusionar al bebé en forma
gradual, pero no lo logrará si al principio no le ofreció suficientes
oportunidades de ilusión.
Curiosamente, para que algo devenga real tiene que partir de una ilusión. Si lo
real es presentado sin la cobertura ilusoria, adquiere una cualidad fáctica,
ajena al sujeto. Por lo tanto, la sustancia con la que se construye el encuentro
es la de la ilusión, por eso Winnicott dice: "La experiencia es un tráfico
constante en ilusión, un reiterado acceso a la interacción entre la creatividad
y lo que el mundo tiene para ofrecernos".
El bebé crea el pecho una y otra vez a partir de su capacidad de amor, o (podría
decirse) de su necesidad. Se desarrolla en él un fenómeno subjetivo, que
llamamos pecho materno
En un primer momento hay una superposición entre lo que la madre proporciona y
lo que el bebé puede concebir al respecto. No hay intercambio entre él y la
madre. En términos psicológicos, el bebé se alimenta de un pecho que es parte de
él, y la madre da leche a un bebé que forma parte de ella.
Luego, en un segundo momento se da forma a la zona de ilusión, para mostrar cuál
entiendo yo que es la función principal del objeto y el fenómeno transicionales.
Uno y otro inician al ser humano en lo que siempre será importante para él, a
saber, una zona neutral de experiencia que no será atacada.
La tarea principal de la madre (aparte de ofrecer la oportunidad para una
ilusión) consiste en desilusionarlo. Si las cosas salen bien en ese proceso de
desilusión gradual, queda preparado el escenario para las frustraciones que
reunimos bajo la denominación de destete.
Si la ilusión-desilusión toman un camino equivocado, el bebé no puede recibir
algo tan normal como el destete, ni una reacción a este, y entonces resulta
absurdo mencionarlo siquiera. La simple terminación de la alimentación a pecho
no es un destete.
Por lo expuesto hasta ahora, podemos sostener que el psiquismo no se
autoengendra, como tampoco es impreso desde el exterior, sino que se genera en
el vinculante encuentro entre los potenciales heredados del sujeto y la
subjetividad de los otros significativos del medio ambiente.
Winnicott, D.W.: La familia y el desarrollo del individuo. Buenos Aires, Hormé,
1980. Cap. 2: “La relación inicial de una madre con su bebé”.
El bebe significa diversas cosas para la fantasía inconsciente de la madre, pero
tal vez el rasgo predominante sea la disposición y la capacidad de la madre para
despojarse de todos sus intereses personales y concentrarlos en el bebe; aspecto
de la actitud materna que Winnicot ha denominado “preocupación materna primaria”
Esto es lo que le otorga a la madre la capacidad esencial para hacer lo
adecuado: ella sabe exactamente como se siente el niño, nadie más lo sabe.
Hay dos clases de trastorno materno: en un extremo tenemos a la madre cuyos
intereses personales son demasiados compulsivos como para abandonarlos, lo cual
le impide sumergirse en ese extraordinario estado que casi parece una enfermedad
aunque constituya un signo de salud. En el otro extremo, tenemos a la madre que
tiende a estar permanentemente preocupada por algo y el niño se convierte
entonces en su preocupación patológica.
Es parte del proceso normal que la madre recupere su interés por sí misma y que
lo haga a medida de que el niño sea capaz de tolerarlo. La madre patológicamente
preocupada no solo sigue estando identificada con su hijo un tiempo demasiado
prolongado, sino que además, pasa muy bruscamente de la preocupación por el bebe
a su preocupación previa.
El primero tipo de madre enferma no puede destetar al niño porque nunca lo tuvo
realmente; el otro tipo tiende a hacerlo en forma demasiado brusca y sin tener
en cuenta la necesidad que se va desarrollando gradualmente en el niño de ser
destetado.
Una madre suficientemente buena es la que lleva a cabo la adaptación activa a
las necesidades y que la disminuye poco a poco, según la creciente capacidad del
niño para hacer frente al fracaso en materia de adaptación y para tolerar los
resultados de la frustración. Dicha adaptación activa exige una preocupación
activa y tolerada respecto del bebe: en rigor, el éxito del cuidado depende de
la devoción, no de la inteligencia o de la ilustración intelectual. Un niño no
tiene la menor posibilidad d epasar del principio de placer al de realidad, o de
la identificación primaria a mas allá de ella sin una madre suficientemente
buena.
Es precisamente este niño con un yo fuerte, gracias al apoyo yoico de la madre,
el que se convierte desde temprano en el mismo; real y verdaderamente. Cuando el
apoyo yoico de la madre no existe, es débil o tiene altibajos, el niño no puede
desarrollarse en forma personal. Aquí tiende a aparecer patrones de conducta
(inquietos, suspicaces, apáticos, inhibidos, sometidos)
Tres FUNCIONES MATERNAS
Sostenimiento (Holding): la forma en que la madre toma de sus brazos al bebe
esta muy relacionada con su capacidad de relacionarse con él. El hecho de
sostenerlo de manera apropiada constituye un factor básico del cuidado.
Cualquier falla provoca una intensa angustia en el niño, puesto que no hace sino
cimentar: la sensación de desintegrarse, de caer interminablemente, el
sentimiento de que la realidad externa no puede usarse de reaseguración y oras
ansiedades que se describen como psicóticas.
Manipulación: contribuye a que se desarrolle en el niño una asociación
psicosomática que le permite percibir lo “real” como contrario de lo “irreal”.
La manipulación deficiente milita contra el desarrollo del tono muscular y
contra lo que llamamos “coordinación”.
La mostración de objetos o realización: esto es, hacer real el impulso creativo
del niño promueve en el bebe la capacidad de relacionarse con objetos. La fallas
en este sentido bloquean el desarrollo de la capacidad del niño para sentirse
real al relacionarse con el mundo concreto de los objetos y los fenómenos.
Eje Cognitivo
Piaget, J. e Inhelder, B.: Psicología del niño, Madrid, Ediciones Morata, 1984,
Introducción y Conclusiones.
El desarrollo mental del niño aparece, en total, como una sucesión de tres
grandes construcciones, cada una de las cuales prolonga la precedente,
reconstruyéndola, ante todo, en un nuevo plano para sobrepasarla luego cada vez
más.
Esa integración de estructuras sucesivas, cada una de las cuales lleva a la
construcción de la siguiente, permite dividir el desarrollo en grandes períodos,
que obedecen a los siguientes criterios: 1) su orden de sucesión es constante;
2) cada estadio se caracteriza por una estructura de conjunto, en función de la
cual pueden explicarse las principales reacciones particulares; 3) esas
estructuras de conjuntos son integrativas y no se sustituyen unas a otras.
El mecanismo interno de todo constructivismo es un proceso de equilibrarían, no
en un simple balance de las fuerzas, sino en el sentido de una autorregulación,
es decir de una serie de compensaciones activas del sujeto en respuesta a las
perturbaciones exteriores y de una regulación a la vez retroactiva y
anticipadora, que constituye un sistema permanente de tales compensaciones.
El equilibramiento por autorregulación constituye así el proceso formador de las
estructuras que hemos descrito, cuya formación puede ser seguida paso a paso por
la psicología el niño
Piaget, J.: Seis estudios de psicología, Buenos Aires, Corregidor, 1974. El
desarrollo mental del niño. Punto 1: El recién nacido y el lactante
El desarrollo es, en un sentido, un progresivo equilibrarse, un paso perpetuo de
un estado menos equilibrado a un estado de superior equilibrio.
En todos los niveles la acción supone siempre un interés que la desencadena,
tanto si se trata de una necesidad fisiológica, afectiva, o intelectual; en
todos los niveles la inteligencia intenta comprender o explicar, etc.
Junto a las funciones constantes (invariantes funcionales) debemos distinguir,
por tanto, las estructuras variables y es precisamente el análisis de estas
estructuras progresivas, o formas sucesivas de equilibrio, el que indica las
diferencias u oposiciones de un nivel a otro de la conducta.
Las estructuras variables serán, por tanto, las formas de organización de la
actividad mental, bajo su doble aspecto motor o intelectual, por una parte, y
afectivo, por otra, así como según sus dimensiones individual y social
(interindividual).
Puede afirmarse que toda acción, o sea todo movimiento, sentimiento o
pensamiento, responde a una necesidad, la cual siempre es la manifestación de un
desequilibrio. Hay una necesidad cuando algo, al margen de nosotros o en
nosotros mismos se ha modificado, y se trata de reajustar la conducta en base a
este cambio.
Inversamente la acción finaliza cuando existe una satisfacción de las
necesidades, o sea cuando se restablece el equilibrio entre el nuevo hecho, que
ha desencadenado la necesidad, y nuestra organización mental tal como esta se
presentaba anterior a él (asimilación-acomodación PAR FUNCIONAL).
Toda necesidad tiende a 1) incorporar las cosas y las personas a la actividad
propia del sujeta, y por lo tanto asimilar el mundo exterior a las estructuras
ya construidas y 2) a reajustar estas en función de las transformaciones
experimentadas y por lo tanto acomodarlas a los objetos externos.
Al asimilar de esta forma los objetos tanto la acción como el pensamiento se ven
obligados a acomodarse a ellos, o sea, a reajustarse con cada variación
exterior. Se puede denominar adaptación al equilibrio de estas asimilaciones y
acomodaciones.
El periodo SM consiste en una conquista mediante las percepciones y los
movimientos, de todo el universo práctico que rodea al niño. Mientras que al
comienzo el recién nacido lo refiero todo a sí mismo, cuando se inicia en el
lenguaje y el pensamiento el niño se sitúa ya prácticamente, como elemento o
cuerpo entre los demás. Descentración, rev copernicana.
Los reflejos se presentan como coordinaciones sensoriales y motrices todas ellas
ajustadas hereditariamente y correspondientes a tendencias instintivas como por
ej. la nutrición.
La conciencia se inicia mediante un egocentrismo Icc e integral, mientras que
los procesos de la inteligencia SM desembocan en la construcción de un universo
objetivo, en el cual el propio cuerpo aparece como un elemento entre los demás y
el cual se pone la vida interior, localizada en ese cuerpo propio.
Cuatro procesos fundamentales caracterizan esta revolución intelectual llevada a
cabo durante los dos primeros años de la existencia: se trata de las
construcciones de las categorías del objeto y el espacio, de la causalidad y del
tiempo, todas ellas a titulo, naturalmente, de categorías practicas o de acción
pura, pero aun no de nociones del pensamiento. Estas categorías logran a través
de su funcionamiento mismo, organizar lo real.
OBJETO PERMANENTE
Es la permanencia sustancial atribuida a los cuadros sensoriales, y es pues de
hecho, la creencia según la cual una figura percibida corresponde a algo que
sigue existiendo aun cuando no se percibe. La ausencia inicial de los objetos
sustanciales y posteriormente la construcción de los objetos sólidos y
permanentes es un primer ejemplo de este paso del egocentrismo integral
primitivo a la elaboración de un universo exterior.
ESPACIO PRÁCTICO
La evolución del espacio práctico es totalmente solidaria con la construcción de
los objetos. Al principio. La elaboración del espacio se debe esencialmente a la
coordinación de los movimientos, y aquí captamos la estrecha relación existente
entre este desarrollo y el de la inteligencia SM.
CAUSALIDAD
Es la relación fortuita durante mucho tiempo para el propio sujeto, entre un
resultado empírico y una acción cualquiera que lo haya provocado. Esta especie
de causalidad mágica o mágico fenomenista manifiesta palpablemente el
egocentrismo causal primitivo. Fenomenista por que cualquier cosa puede producir
cualquiera otra según las reacciones anteriores observadas; y mágica, porque se
centra en la acción del sujeto, sin consideración de los contactos espaciales.
TIEMPO: la objetivación de las series temporales es paralela a la de la
causalidad.
En todos los ámbitos, encontramos esta especia de revolución copernicana que
permite a la inteligencia SM arrancar el espíritu naciente de su egocentrismo
inconsciente radical para situarlo en un “universo”, por práctico y poco
“reflexionado” que sea este ultimo.
Así pues afectividad e inteligencia son indisociables y constituyen los dos
aspectos complementarios de toda conducta humana
Piaget, J: Psicología de la Inteligencia. Buenos Aires, Psique, 1975.En Cap. IV:
La asimilación sensomotriz y el nacimiento de la inteligencia en el niño.
El desarrollo mental durante los primeros 18 meses de la existencia es
particularmente rápido y de importancia especial, por que el niño elabora a ese
nivel el conjunto de las subestructuras cognoscitivas que servirán de punto de
partida a sus construcciones perceptivas e intelectuales ulteriores, así como
cierto número de reacciones afectivas elementales, que determinaran de algún
modo su afectividad subsiguiente.
En este contexto ya activo vienen a insertarse las primeras adquisiciones en
función de la experiencia.
DESARROLLO SENSORIO-MOTOR
0 a 2 meses - Estadio I: Prima la actividad refleja del RN los cuales dan lugar
a lo que se llama “ehercicio reflejo” , es decir, una consolidación por
ejercicio funcional Las observaciones muestras que ya en el campo cerrado de los
mecanismo regulados hereditariamente, surge un principio de asimilación
reproductora de orden funcional (ejercicio), de asimilación generalizadora o
transportiva (extensión del esquema reflejo a otros objetos nuevos) y de
asimilación recognitiva (discriminación de las situaciones, distinguir el pezón
de otros objetos)
2 a 4 meses - Estadio II: se construyen los primeros hábitos, que dependen
directamente de la actividad del sujeto. Las formas elementales del hábito
proceden de una asimilación de elementos nuevos a esquemas anteriores, que
pertenecen a la especia de esquemas reflejos. Pero importa advertir que la
extensión del esquema reflejo por la incorporación del elemento nuevo determina
por eso mismo la formación de un esquema superior (el habito como tal), en el
cual se integra, pues, el esquema inferior (el reflejo).
Comparado con los reflejos, el hábito presenta un campo de aplicación de mayores
distancias, en el espacio y en el tiempo. Pero, aunque extendidos, tales
primeros esquemas todavía tienen un solo sentido, sin movilidad interna ni
coordinación recíproca. Estas se repiten en bloque, sin objetivo fijado de
antemano y con utilización de los azares que nacen en el curso del camino, nada
tienen, en efecto que pertenezca a un acto completo de inteligencia. Se destaca
la RC 1° la acción cae sobre el propio cuerpo (esquema de succión del pulgar)
4 a 8 meses - Estadio III: se inicia con la coordinación de la visión y la
aprehensión surgen nuevas conductas que constituyen una transición entre el
hábito simple y la inteligencia. Tira del cordel repetidamente sorprendido por
el resultado. RC 2° y consiste en esta reproducción activa con el fin de
prolongar de un resultado interesante obtenido una primera vez por azar que
ahora recaen sobre objetos exteriores. La reacción circular es así un ejemplo
típico de asimilación reproductora.
El primer movimiento que se ejecuta, seguido de su resultado, constituye una
acción total, que crea una nueva necesidad en cuanto los objetos, sobre los
cuales recae la acción, vuelven a su estado primitivo; esos objetos se asimilan
entonces a la acción precedente (promovida por lo tanto al rango de esquema), lo
que determina su reproducción y así sucesivamente. Tira del mismo cordel frente
a una situación nueva situada a 2-3 metros, como para continuar a distancia el
espectáculo interrumpido. Esto confirma la ausencia de contactos espaciales y
una causalidad mágico-fenomenista.
8 a 11 - Estadio IV: los esquemas construidos por RC 2°, resultan ya
susceptibles de coordinarse entre sí, utilizados los unos en calidad de medios y
asignando los otros un objetivo a la acción. Corre la pantalla para agarrar el
objeto.
Desde este momento el fin se haya planteado antes que los medios, ya que el
objeto tiene la intención de apresar el objetivo antes de tener el poder de
apartar el obstáculo, lo que supone una articulación móvil de los esquemas
elementales que componen el esquema total. Ya relaciona y deferencia medios de
fines. El niño ensaya sucesivamente los últimos esquemas adquiridos
anteriormente (asir, golpear, sacudir, frotar etc.), siendo estos utilizados,
pues, a titulo de conceptos senso-motores, como si el sujeto intentase
comprender el objeto nuevo por el uso.
Son los comienzos de la intencionalidad la cual definimos como conciencia de
deseo o de la dirección del acto. Supone la cantidad de acciones intermedias que
se necesitan para ese acto principal. El acto intermedio subordina unos medios a
gestiones principales que le asigna un objetivo a las acciones. Las conductas de
este IV nivel son así testimonio de un doble progreso en el sentido de la
movilidad y de la extensión del campo de aplicación de los esquemas.
La limitación de esta inteligencia naciente se observa en que no hay
invenciones, ni descubrimientos de medio nuevos, sino simple aplicación de
medios conocidos a circunstancias imprevistas. Es una acomodación mas padecida
que buscada.
12 a 18 - Estadio V: este es el momento en que la novedad interesa por sí misma,
lo que supone un equipo suficiente de esquemas a fin de que sean posibles las
comparaciones. Las RC consistirán entonces en la reproducción del hecho nuevo,
pero con variaciones y experimentación activa, destinadas a extraer de él,
precisamente, las nuevas posibilidades. Habiendo descubierto así la trayectoria
de caída de un objeto, el niño intentara lanzarlo de diferentes modos o desde
distintos puntos de partida. Puede llamarse RC 3° a esta asimilación
reproductora con acomodación intencional.
Desde entonces, el niño diferenciará esos esquemas que sirven de medios, a
través de una especie de RC 3°, y logrará descubrir, por consecuencia, medios
nuevos. Conducta de soporte: no pudiendo alcanzar directamente el objetivo, el
sujeto apela a objetos situados entre los dos (la alfombra sobre la cual se
encuentra depositado el juguete deseado). Los movimientos que la aprehensión de
la alfombra le imprime al objetivo permanecen sin significación alguna en los
niveles precedentes.
El tanto no es nunca puro, sino que es solo el margen de acomodación activa
compatible con las coordinaciones asimiladoras que constituyen lo esencial de la
inteligencia.
18 a 24 - Estadio VI: conclusión de la inteligencia SM, en lugar de que los
medio sean descubiertos exclusivamente por la experimentación activa, como en el
nivel anterior, puede haber en adelante invención, mediante coordinación
interior y rápida, de procedimientos no conocidos aun por el sujeto ( insight).
El problema ahora consiste en descubrir el mecanismo de estas coordinaciones
interiores, que a la vez suponen la invención sin tanteo y una anticipación
mental próxima a la representación.
Una vez habituado a las RC3° y a los tanteos inteligentes que constituyen una
verdadera experimentación activa, el niño llega a ser capaz, tarde o temprano,
de una interiorización de esas conductas. Cuando, al dejar de obrar frente a los
daos del problema, el sujeto parece reflexionar (caja de fósforos) todo lleva a
suponer que la indagación continua, pero mediante ensayos interiores o acciones
interiorizadas (los movimientos imitativos de la boca en el ej. de la caja de
fósforos, son un índice muy claro de esta especie de reflexión motriz)
Hay dos clases de hechos que, en este sexto estadio, atestiguan un esbozo de
representación. Por un lado, el niño es capaz de imitación diferida, es decir,
de una copia que surge por primera vez luego de la desaparición perceptiva del
modelo. Por otra parte, el niño llega al mismo tiempo a la forma más elemental
del juego simbólico, consistente en evocar por medio del propio cuerpo una
acción extraña al actual contexto (simular que se duerme para divertirse). Se
termina de consolidar el grupo práctico de desplazamientos junto con los demás
categorías que organizan lo real.
Es un período de transición, de cierre de estructura, ha llegado de la magia a
las leyes de grupo y ha logrado una descentración definitiva.
Eje Madurativo
Rabinowicz, Evelina: La adquisición de la marcha. Facultad de Psicología, UBA,
Depto de publicaciones.
El desarrollo comprende todos los cambios progresivos, en una secuencia que
tiende a una complejidad y heterogeneidad cada vez mayor q experimenta el
organismo en el trascurso de la vida. Estos cambios son tanto de orden
cuantitavos (crecimiento) como cuantitativos (maduración).
4 meses - comienzo de prensión: la dirección céfalo-caudal se combina con la
próximo-distal y da lugar a la primera forma de la prensión voluntaria.
6 meses - posición en trípode: la rectificación alcanza la parte media del
tronco. El bebe logra las primeras formas de posición sentada, aunque con poca
estabilidad.
7, 8 meses - posición sentada definitiva: a los 8 meses, el tronco ya
completamente recto, permite el logro de la posición sentada def. Puede mantener
el equilibrio sentado, incluso si se inclina y logra volver a la posición
inicial. Intenta la posición en cuadrupedia, aunque no la logra.
9 meses – gateo: algunos bebes comienzan a gatear. Su presencia marca el umbral
de la marcha independiente.
10 meses – posición en pie: logra permanecer en pie sosteniendo el peso del
cuerpo en las piernas. Falta equilibrio, requiere de un apoyo y tiempo de
práctica.
11 meses – marcha con apoyo /pinza fina: se marca la lordosis lumbar la cual
permite lograr el equilibrio de la posición en pie definitiva. Paralelamente ha
alcanzado la adquisición de la pinza fina. Ya logra caminar, pero solo si un
apoyo externo lo ayuda a mantener el equilibrio.
Se logra ampliando la base de sustentación y al no verificarse la articulación
talón punta se observa el andar de pato.
12, 13 meses – marcha independiente: puede mantenerse en pie sin apoyo y da los
primeros pasos independientes. El horizonte se amplia e incentiva la práctica de
nuevas adquisiciones.
14, 15 meses – afianzamiento: la marcha se afianza, se reduce la base de
sustentación y logra trayectos más largos. Los brazos acompañan la marcha con
mov pendular y pronto va alcanzarse la articulación talón punta.
18 meses – carrera: ya puede correr
LAS EDADES DE CADA LOGRO SON VARIABLES DEPENDIENDO DEL INTERJUEGO ENTRE EL
BAGAJE GENETICO DEL BEBE Y LA ESTIMULACION QUE EL AMBIENTE LE OFREZCA. EL MEDIO
PUEDE ACELERAR O RETRASAR PROCESOS. No solo depende de la cantidad, sino de la
calidad de los estímulos recibidos
Gesell, Ilg, Ames y Rodell: El infante y el niño en la cultura actual. Buenos
Aires, Paidos, 1979. Primera parte: Cap. 1 punto 1 y 2, Cap. 2: Segunda parte:
Cap. 8 a 14 inclusive ( selección).
Bozzalla L., Naiman F.: Abordaje psicomotor del recién nacido. Facultad de
Psicología, UBA, Depto. de Publicaciones
Tomaremos como crecimiento el aumento de un organismo vivo en aspectos
cuantitativos como peso o volumen. La maduración supone cambios cualitativos en
la organización anatómica y fisiológica que afecta a las capacidades de acción y
reacción. Esta es imposible sin la interacción con el medio, dde la presencia
del otro cobra relevante importancia.
Con el término desarrollo suele abarcarse la totalidad de los fenómenos
implicados en los cambios. Incluye los cambios cuali y cuanti siempre en
relación a un intercambio con el medio social como fuente y origen de los
estímulos necesarios para completar ambos. El desarrollo se muestra como un
proceso complejo, en el que hay un interjuego de factores biológicos,
emocionales y sociales.
LEYES DE DESARROLLO:
Direcciones de la maduración
Céfalo-caudal: el extremo de la cabeza se desarrolla primero, mientras que las
porciones inferiores del cuerpo toman forma en períodos ulteriores. Un bebe
logra primero sostener la cabeza (3 m), después sentarse (6 m), para finalmente
adquirir la posición erecta (12 m).
Próximo-distal: implica que la maduración funcional se produce desde el eje
centras del cuerpo hacia la periferia. Se observa claramente en el desarrollo de
la prensión, a los 4 m el movimiento de aprox al obj depende solamente del
hombre, a los 7 m se observa también la movilidad del codo y a los 9 m incluye
la articulación de la muñeca y la mano.
Diferenciación
El desarrollo va de lo simple a lo complejo, de lo general a lo específico. Al
principio el bebe llora con todo su cuerpo, mas tarde sus movimiento se
especializan mas.
Subordinación funcional
Los elementos diferenciados pasan a formar parte de una nueva organización, es
decir, se verifica la subordinación de funciones parciales a una función total
emergente. Ej. Coordinación óculo-manual, 2 m prensión visual luego cuando logra
el dominio voluntario de la mano para tomar objetos, se subordinaran ambas
funciones.
Discontinuidad del ritmo de crecimiento y crecimiento asincrónico
El cuerpo no crece en su totalidad al mismo paso, sino que diferentes regiones y
subsistemas se desarrollan con ritmos distintos y en momentos distintos. El
crecimiento el muy rápido en la primera infancia, ero su ritmo se aminora
durante los años preescolares.
Pensamos al RN (1m de vida) como alguien activo, que cuenta con un equipo de
conductas sensoriales y motrices que le permiten responder a estímulos tanto
positivos (apropiados) como negativos (inapropiados), que provengan del medio, y
cuyas respuestas inciden en el tipo de interacción, que entablan con el adulto.
Una primera observación del RN pone de manifiesto una actitud postural
característica (ovillo fetal), dada por la dominancia flexora global. La
preeminencia flexora sobre la extensora, como actividad espontánea, es lo que
nos hace decir que el RN debe desperezarse para convertirse en un lactante y
dejar de ser un neonato.
FUNCIONES CORPORALES
El bebe pasa al nace de un medio intrauterino líquido y cálido, dde toda función
orgánica –oxigenación, digestión, regulación de temperatura- está cubierta, a un
medio extrauterino aéreo y solido, donde deberá activar y mantener un sistema
complejo de funciones fisiológicas.
Esos cambio significativos tanto en sí mismo como en vinculación con la madre se
manifiestan en la búsqueda de un equilibrio, de un control homeostático que
depende tanto de la armonización interna como de la asistencia contextual
(actitud empática y tierna del entorno)
La interacción de un RN con el adulto atento varía de acuerdo a los estados de
conciencia en el que aquel se encuentra. Según sea su estado de conciencia, una
estimulación positiva puede ocasionar que el bebe se anime o atienda al estimulo
y hasta que suprima conductas reflejas que le impedirán la atención.
FUNCIONES SENSORIALES
Sus posibilidades visuales tienen gran importancia para la adaptación pues
contribuyen a vincular a la madre con su bebe.
Los bebes están en condiciones de fijar la mirada brevemente en el rostro humano
desde su nacimiento, realizando un aprendizaje muy temprano sobre las personas
que los cuidan y el mundo humano que los rodea.
Inmediatamente después de nacer los RN pueden sincronizar sus movimientos al
ritmo de la voz de la madre, a la vez que la madre adapta su forma de hablarle a
los mov de su hijo.
FUNCIONES MOTORAS
Al comienzo las respuestas son difusas y amplias. A partir de los 4 m de gestión
y hasta el momento del nacimiento, los reflejos y los mov espontáneos se
precisan mas, son mas rápidos, las zonas reflexógenas se estrechan y la reacción
difusa se limita.
Motilidad pasiva: tono muscular
El tono muscular es una capacidad de la fibra muscular estriada. Actividad
regida por el SNC se expresa en los músculos como estado de tensión permanente
de origen esencialmente reflejo. Es imprescindible para cualquier mov, tiende al
ajuste de posturas y activida en gral.
El tono constituye la manera de expresión fundamental del niño pequeño y sus
huellas perduraran toda la vida como elemento de la actitud y expresión
corporal; es lo que se llama “diálogo tónico”. La calidad del tono muscular
constituye una característica inherente a cada niño, ya que dependiendo de la
edad hay distintos matrices individuales.
Motilidad activa: actividad espontanea y refleja
La actividad espontánea se refiere a aquellos movimientos que, si bien
corresponden a estímulos externos fijos, a situaciones definidas, no parecen
reacciones sino que producen la impresión de espontaneidad. Ej. los movimientos
oculares, el grito etc.
ACTIVIDAD REFLEJA: los reflejos son reacciones automáticas e involuntarias
desencadenadas por estímulos determinados, tendientes a favorecer la adecuación
del sujeto al ambiente. Algunos acompañan al ser humano durante la primera edad
y luego desaparecen, otros permanecen durante toda la vida (por ej. el
rotuliano)
Acto reflejo: está constituido por un receptor, una neurona aferente o sensitiva
que transmite el impulso al centro nervioso y una neurona eferente o motriz a
través del cual el impulso nervioso excita al efector.
Es importante señalar el valor diagnostico del examen neurológico de los
reflejos arcaicos; su ausencia en las primeras semanas o su permanencia mas allá
de la fecha señalada para su aparición son indicadores del daño neurológico.
Reflejos orales: consisten en un encadenamiento de reflejos que persiguen el
acto alimenticio. Comprenden los reflejos de búsqueda, succión y deglución.
El reflejo de búsqueda también llamado de los 3 puntos cardinales, es la
orientación selectiva de los labios y cabeza hacia el sitio donde se realiza la
estimulación. Una vez llevada a cabo la prensión bucal del pezón, tiene lugar la
puesta en marcha de los movimientos de succión y deglución. La succión es una
actividad compleja en la que intervienen aparte de los labios, las mejillas, la
lengua y la mandíbula. Desaparece 6° mes.
Reflejo del Moro: es la reacción corporal masiva, difusa, estereotipada e
inadaptada, subsiguiente al sobresalto determinado por varios estímulos que
inducen a una brusca extensión de la cabeza que altera su relación con el
entorno. Existe en primer lugar una extensión bilateral y una abducción de los
miembros superiores (reflejo de los brazos en cruz) a lo que le sigue un retorno
hacia la línea media delante del tórax (reflejo del abrazo).
Mantiene su intensidad hasta fines del 2° mes, desaparece entre fines del 3° y
comienzos del 6°. En cuanto a su significado biológico podría considerarse como
una reacción equilibradora arcaica de defensa.
Reflejo de grasping o prensión palmar: el estimulo de la palma de la mano o de
la cara palmar de los dedos acarrea el cierre de la mano. Su ausencia total es
signo patológico. El reflejo se disipara luego del 2° mes y es necesario que
haya desaparecido para que sea posible la prensión voluntaria.
Reflejo tónico cervical: es el reflejo postural, desencadenado por cambios de
posición de la cabeza en relación al tronco. Es de gran importancia para el
desarrollo del conocimiento del cuerpo y de su ubicación en el espacio. Resulta
de la tendencia de mantener la cabeza hacia un lado o hacia el otro lo que
provoca la extensión de los miembros hacia los cuales se orienta la cara. Así,
las sensaciones visuales se unen a las propioceptivas (abrir y cerrar la mano.
Esta presente solo durante los primeros mese de vida.
Reflejo de marcha: si se mantiene erecto y suspendido, asiéndolo firmemente por
los flancos y el tórax, al contactar los pies con un plano firme y echando el
cuerpo ligeramente hacia delante, se desencadena este reflejo que consiste en
una serie de pasos que da el niño que asemeja a la marcha.
Reflejo de incurvación del tronco: si se excita la piel en una zona costolumbar,
la columna se incurva hacia ese lado, como si se tendiera a abarcar en su
concavidad al agente estimulante. Se realiza en posición prona. Va
desapareciendo en el transcurso del 2° mes.
Reflejo de ojos de muñeca japonesa: si en un estado de reposo vigil (pupilas en
el centro) imprimimos en la cabeza del bebe movimientos de rotación, los globos
oculares no acompañan el movimiento de la cabeza, sino que se desplazan en
sentido inverso. Este reflejo se atenúa rápidamente a partir del décimo día y es
reemplazado luego por el reflejo de fijación ocular.
Desde la perspectiva psicomotor del desarrollo se puede decir que en el primer
año de vida del niño los reflejos y automatismos arcaicos son reeditados en un
nivel superior en las nuevas conductas del niño, voluntarias, perfeccionadas y
enriquecidas por aportes afectivos e intelectuales. Es decir que sobre esos
moldes primitivos se estructuran los nuevos logros.
La secuencia resultaría entonces: REFLEJOS ARCÁICOS – INTERVALO LIBRE –
MOVIMIENTO VOLUNTARIO – AUTOMATISMO DEFINITIVO.
Ej. desarrollo de la prensión: hacia el final del 3° mes desaparecen el reflejo
tónico cervical y el de prensión palmar. En el curso del 4° mes, el interés por
sus manos aumenta notablemente, comienza un periodo de intenso entrenamiento. La
percepción de los movimientos de flexión y extensión de los dedos y las
impresiones que recibe de sus manos a través de sus múltiples receptores
sensitivos permiten ir modelando la mano como herramienta eficaz para explorar
el resto del cuerpo y más tarde el espacio que lo rodea. Los primeros intentos
de prensión voluntario comienzan en el curso del 4° mes con movimientos globales
y desordenados siguiendo una progresión descendiente desde el hombro hasta la
extremidad distal de los dedos índice y pulgar (11, 12 meses).
La idea de homeostasis se refiere a que los bebes alcanzan niveles de dominio
que son nuevamente desorganizados y reorganizados en otro nivel en la medida en
que la creciente diferenciación de sus capacidades permite mayor complejidad, lo
que queda evidenciado en la descripción de las diferentes etapas de la
interacción.
Paolicchi, G. y Cerdá, M.R.: Familia y desarrollo humano. Facultad de
Psicología, UBA, Depto. De Publicaciones.
Desde la antropología se la considera como un hecho social total un microcosmos
que representa a toda la organización social en la que está inmersa, siendo sus
funciones fundamentales la cooperación, la socialización, la educación, la
reproducción etc.
El Psicoanalisis hace su aporte teniendo en cuenta los enlaces entre sus
miembros. Así considera que hay por lo menos dos vínculos principales: uno
biológico, en tanto perpetua la especia y es contenedor de la indefensión
original; otro psicológico, que es el proveedor de gratificaciones afectivas
básicas para el desarrollo y de un bagaje de identificaciones que intervienen en
la etiología sexual.
La familia como institución, contiene y dirige el desarrollo psíquico. Las
posibilidades de subjetivación de un hijo dependerán del lugar que ocupe dentro
de la compleja trama familiar.
La familia oficia de puente entre lo vincular primario y el ambiente social.
Winnicot plantea la existencia de dos elementos que conformarían la contribución
familiar a la madurez emocional del individuo: uno referido a la posibilidad de
ofrecerse para la dependencia y el segundo al facilitar la separación y el
pasaje hacia lo exterior a ella.
Al comienzo, en la familia ampliada o extensa: coexistían dos objetivos:
reproducción y producción. Los vínculos generalmente no se constituían por libre
elección y esto garantizaba la estabilidad familiar. en la familia ampliada el
hijo era criado generalmente por nodrizas y hasta alejado del hogar, para evitar
el vínculo afectivo del niño con la madre, que se consideraba propio de los
estratos sociales bajos.
Luego comienza a transformarse en familia nuclear, donde conviven únicamente los
padres y los hijos y los vínculos sí son de elección libre. Con ello se gana en
satisfacción y bienestar, pero la familia pasa a ser más transitoria al
producirse el alejamiento de los hijos que conforman nuevas familias. El sistema
sufre un desequilibrio. Las funciones padre y madre son cumplidas por los
progenitores respectivos, el amor materno está revalorizado y el hijo pasa a ser
el centro.
En la segunda mitad del. siglo XX, cercano a la década del sesenta, estos roles
se replantean debido en parte a la insatisfacción de la mujer por quedar
excluida del ámbito público, a los avances tecnológicos que simplificaron los
trabajos domésticos, a su acceso a la educación y a su paulatino ingreso al
mercado laboral. La redistribución de los roles trajo un doble beneficio para
ambos padres: la madre pudo compartir su función con otras actividades que hacen
al desarrollo individual e independencia económica, mientras que el padre pudo
compartir el peso del sostén económico y ganar en vinculación afectiva con sus
hijos.
Estos desarrollos generaron nuevas conformaciones familiares como las familias
monoparentales sostenidas por una jefa de hogar luego de un divorcio o las
familias ensambladas, en las cuales la mujer vive con los hijos y su nueva
pareja, que a su vez tiene hijos, conviviendo todos juntos y siendo a menudo el
sostén económico principal.
FUNCIONES: al hablar de Función materna y paterna nos estamos refiriendo a la
capacidad de ejercer el rol en el marco de una vinculación afectiva, que no
necesariamente debe recaer en las personas físicas del padre o de la madre,
aunque mayoritariamente así ocurra.
Función materna: se origina en el deseo de tener un hijo que se remonta al final
del Complejo de Edipo, en la fase fálica, cuando así lo posibilita el
intercambio simbólico. Está asociada al sostén nutricio y afectivo. Es la que
introduce al infante en el mundo y le posibilita ir integrando en una totalidad
las vivencias con las cuales construirá su subjetividad.
Función paterna: alude al reconocimiento del hijo dotándolo de un nombre. Se
relaciona con la propia posibilidad de dejar de ser hijo. Se trata de
vehiculizar hacia el hogar la legalidad del mundo externo interviniendo en la
vinculación madre-hijo. La función paterna colabora en la posibilidad de
discriminación del vínculo y posibilita al hijo la salida exogámica como factor
esencial de desarrollo psíquico. Dicha función no es exclusiva del padre sino
que puede ser ejercida desde alguna organización exterior al vínculo mismo.
Familia y vínculos: el conjunto de seres humanos que conforman una familia
poseen por lo menos cuatro formas de vínculos de parentesco: alianza, o relación
marido-mujer; filiación, o relación entre padres e hijos; consanguinidad, que
liga a los hermanos entre sí, y avuncular (avunculus-avunculi: tío materno;
avunculus magnus: tío abuelo), o relación entre el hijo y el tío materno, o su
representante. Tales ligazones determinan inconscientemente un entramado entre
la familia conyugal y la familia materna, o dadora de la mujer.
Las manifestaciones más antiguas ofrecen ya un doble aspecto: por unas, el
hombre intenta proyectarse sobre el universo, llevar a él su huella, su garra,
inscribirse en él. Y por otras apropiárselo, hacerlo suyo. En ambos casos hay
esfuerzo de posesión, ya sea que fuera sellarlo con su impronta o ya que se
apodere de él bajo la forma de una imagen, de un doble, en adelante manejable y
sumiso. En el primer caso hay proyección, en el segundo captación. La voluntad
es la misma”.(Huyghe, René. 1965.)
La construcción de herramientas para lograr objetivos implica la anticipación y
ello supone el pensamiento. Sabemos que inicialmente la unión de la pareja en
función de la procreación no poseía un fin consciente hasta que se fue
transformando en una unión proyectada hacia la trascendencia.
La anticipación, supone un antes y un después separados por algún ordenamiento.
Podemos establecer una relación entre el desarrollo humano y el desarrollo de la
angustia que acompaña a la constitución psíquica: así como la angustia cuántica
o automática de los primeros momentos no avisa de su emergencia e invade
desarticulando cualquier organización incipiente -el precursor del homo sapiens-,
la anticipación ya supone una angustia psicológica que da señales de su
aparición. La historia de la humanidad pone en juego la interrelación entre lo
ontogenético y lo filogenético.
El desarrollo del hombre durante la prehistoria fue así impulsado por los
cambios corporales que se fueron manifestando, pero lo esencial de dicho
progreso se genera con la posibilidad de acceso a la representación simbólica
que da origen al pensamiento y al lenguaje.
El tótem como representante del padre establece mandamientos y prohibiciones
limitantes de la agresión violenta entre los miembros del clan y del acceso a
las mujeres de la familia. Prohibiciones que limitan lo pulsional al tiempo que
en la humanidad retorna el recuerdo reprimido del asesinato del padre de la
horda y el sentimiento de culpa que ese acto genera.
“…la veneración del tótem, que incluye la prohibición de hacerle daño o matarlo;
la exogamia, esto es, la renuncia, dentro de la propia horda, a la madre y las
hermanas anheladas con pasión; la concepción de derechos iguales a todos los
miembros de la liga de hermanos, vale decir, unos límites impuestos a la
tendencia a la rivalidad violenta entre ellos”. (Freud, S, 1939). Esto
constituye un gran progreso cultural, que permite la diferenciación de la
sexualidad del hombre en relación al animal.
Freud define la cultura como la suma de producciones o instituciones que
diferencia al hombre del animal, ya que lo protege de la naturaleza y regula sus
relaciones. Considera que la cultura inhibe las pulsiones de meta directa
tornándolas expresiones tiernas. Son ellas las que garantizan las vinculaciones
más duraderas
Hay dos aspectos en juego en relación a la familia, ella es, simultáneamente,
condición y negación de la cultura, en un doble funcionamiento que estructura
los vínculos entre sus miembros. Condición exogámica, y negación a resignar a
sus miembros, a donarlos o perderlos. Deberán soportarse, sin embargo, esas
resignaciones narcisistas que son impulsadas por el amor y que gracias al
establecimiento de diques - para ese narcisismo - se torna un factor de cultura.
En este interjuego de dar y retener, se cumplirán ritos de inclusión social que
el niño deberá atravesar para ser un miembro más.
El padre no sólo era el hombre fuerte sino que poseía la facultad para hacerse
obedecer: era el sacerdote, el continuador de los antepasados, el depositario de
los ritos del culto, es decir que toda la religión residía en él. Como un
relicto del padre de la horda primitiva.
El padre no sólo era el hombre fuerte sino que poseía la facultad para hacerse
obedecer: era el sacerdote, el continuador de los antepasados, el depositario de
los ritos del culto, es decir que toda la religión residía en él. Como un
relicto del padre de la horda primitiva.
El modelo que se mantiene durante toda la modernidad ubica al hombre en el
espacio social y a la mujer en el hogar, remitiendo lo masculino al poder, al
éxito, la competencia, lo público, lo político, lo económico y adjudicando a lo
femenino la maternidad, el cuidado de los otros, la emoción y la ternura.
Casi todos los pueblos primitivos imponen alguna restricción a las relaciones
sexuales incestuosas, dando forma así a la organización social.
un tótem, generalmente un animal, no necesariamente peligroso, pero capaz de
despertar veneración en los miembros y condición sagrada. Se lo considera
antepasado del clan y sus funciones primordiales son las de prohibir y proteger.
La función prohibitoria recae sobre los miembros de un mismo clan con respecto a
las mujeres, marcando el inicio de la ley de la exogamia. La violación del tabú,
tanto sagrado y venerado, como temido y prohibido, lleva implícito un severo
castigo.
“La prohibición del incesto no tiene origen puramente cultural, ni puramente
natural, y tampoco es un compuesto de elementos tomados en parte de la
naturaleza y en parte de la cultura. Constituye el movimiento fundamental
gracias al cual, por el cual, pero sobre todo en el cual, se cumple el pasaje de
la naturaleza a la cultura”.(Levi Strauss,1981).
Tabú del incesto, como pivote entre naturaleza y cultura. Regla que opera como
marca dictaminadora de mujeres prohibidas y permitidas, cuestión que la biología
no diferencia desde lo anatómico. De allí que pueda considerarse que la
organización totémica es portadora de la salida exogámica y es predecesora de la
familia.
Mientras que el parricidio hace a la organización interna y constitutiva del
sujeto, la prohibición del incesto es de carácter práctico y protege la
organización social.
La prohibición, al igual que el lenguaje, liga y separa, orientando la elección
de cónyuges fuera del grupo familiar y teniendo como condición de parentesco la
existencia de por lo menos dos familias.
Cuando prevalece el yo ideal, se manifiesta una tendencia a la endogamia y una
marcada idealización con respecto a algún miembro, y por lo tanto mayor
dificultad ante lo diferente. Narcisismo de las pequeñas diferencias. Si en
cambio prevalece la tendencia del ideal del yo, habrá mayor posibilidad de
aceptar lo novedoso y mayor tendencia exogámica. Entre ambas tendencias habrá
una amplia gama de matices.