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Evolutiva Niñez
1º Parcial A | Psicología Evolutiva
Niñez (Cátedra: Paolicchi - 2020) |
Psicología | UBA
PRIMERA PARTE
Se presentan: un recorte de observación y un recorte de entrevista a padres.
a. Se solicita que, a partir de ambos recortes (observación y entrevista),
elaboren articulaciones con los conceptos trabajados tanto en teóricos como en
prácticos. La articulación consiste en identificar en el material ofrecido
indicadores significativos para la edad y vincularlo con los planteos teóricos
de los autores que se mencionan en el punto c.
b. La extensión máxima será de dos (2) carillas para cada una de las dos
conceptualizaciones solicitadas: psicogenética y psicomotriz.
C. Los autores de referencia son: Palacios, Bozzalla-Naiman, Rabinowicz y
Piaget.
Ariel (1 año y 6 meses)
Observación
Ariel se encuentra sentado en el piso con sus juguetes y manipula un martillito
de plástico. Toma el martillo por el mango y empieza a golpear todo tipo de
objetos: primero el piso, luego la mesa del living que se encuentra junto a él,
después su propia mano y por último su rodilla. Se queda quieto un buen rato y
toma su cajita de piedritas de colores para ir recogiendo una por una cada una
de ellas y esparcirlas por todo el piso. Ariel se para (apoya las manos en el
piso, eleva la cola y luego yergue el torso) y va caminando hacia la cocina
donde se encuentra su madre junto a la mesa mirando la TV. Allí toma un frasco
cilíndrico de aceite y lo hace rodar varias veces por el piso. La madre le
retira el frasco y lo guarda. Ariel entonces, agarra un frasco de mostaza y lo
tapa y destapa mediante el piquito que éste tiene en la punta del recipiente.
Algo similar hace con la tapa de la pava: quita y pone la tapa reiteradamente.
Se detiene en varias oportunidades a ver alguna cosa de la televisión (que
permanece encendida). Luego toma la cuchara de la azucarera que se encuentra
sobre la mesa y la introduce para llenarla con el azúcar, pero la madre aleja la
azucarera. Ariel regresa al living caminando y, tomando su martillito, comienza
a golpear nuevamente todo lo que está a su alcance: muebles, vidrios, el
teléfono; descuelga el tubo y emite sonidos, entre los cuales sólo se distingue
con claridad la palabra “hola”. Mientras nos encontramos sentados observando a
Ariel, él empieza a nombrar todo tipo de objetos: toma un lápiz, nos lo muestra
y lo nombra: “apiz” señala una planta y dice “panta” como también con el saco de
su mamá donde aquí no sólo lo señala sino que dice: “saco e mamá”. La lista de
palabras se va haciendo cada vez más extensa, y la mayoría de éstas tienen que
ver con los objetos de la casa. Así señala y dice por ejemplo: mesa, silla, nene
(refiriéndose a la figura de un cuadro), papel (refiriéndose en este caso a un
papel que se acababa de caer al piso), etc. También toma un lápiz y lo entrega a
una de las observadoras, diciendo “tomá e ápiz. Camina constantemente de un lado
para otro, rodeando los muebles. Se detiene en un momento y se concentra en las
diversas cajitas que se encuentran sobre la mesa. Estas cajitas son de distinto
tamaño; Ariel mete una dentro de otra más grande, para después sacarla y
reiterar la operación. Vuelve a tomar su caja de piedritas y repite la acción
anterior de ir sacando una por una. Su expresión es risueña y alegre, estando
muy concentrado en lo que hace.
Entrevista a los padres
(Recorte)
E.: -¿Qué sintieron al verlo por primera vez? Cuéntennos cómo era.
M.: -Es complicado hablar de eso. Se siente una alegría, una cosa, que no se
puede poner en palabras. Es complicado, porque es algo tuyo, y vos lo ves ahí, y
decís: “¿y ahora...?”
P.: -Cuando volvimos a casa, la hermana re-bien, quizás se aisló un poco, hacía
su vida. Pero la madre agarraba al bebé para darle la teta, y ella que “quiero
hacer pis”, que “quiero comer”, que “quiero la leche”. Pero después sí
colaboraba. Nosotros la hacíamos participar del baño.
E.: -¿Cómo fueron los ciclos de vigilia y sueño?
M.: -Al nacer, los tres primeros meses más o menos, se despertaba cada dos o
tres horas, luego dormía hasta 6 horas corridas. Ahora duerme con un muñeco que
le regaló su tía este año, Jirafín. Él le dice Jafin. Lo abraza, lo tiene, pero
de día no lo ves que ande con Jirafín, sólo lo usa para dormir.
E.: -¿Cómo se alimentó desde que nació?
M.: -Tomó el pecho hasta los cuatro meses. Después siguió con la mamadera. Darle
la teta era un placer. Por más que estuviera apurada, para darle la teta me
hacía un tiempo. Me sentaba, hacía toda una preparación y él te miraba. Era otra
cosa que darle la mamadera. Sentís otra cosa. Es un placer, lástima que se me
fue rápido. Pero fue por una cuestión de stress en el trabajo; se me cortó
enseguida.
E.: -¿Cuándo logró ponerse de pie?
P.: -A los diez meses más o menos. Se agarraba de la mesa ratona, se paraba y
observaba todo. Había que sacar los adornos que estaban a mano, porque se
estiraba para agarrarlos, sacudirlos. A caminar empezó a los 12 meses más o
menos, recuerdo cuando hizo los primeros pasos solito, luego agarró más
práctica, andaba por toda la casa... Como ahora que hay que tapar enchufes,
cerrar las alacenas porque todo saca o investiga. En un momento hizo una
neumonía, con fiebre, quizás hubo un retroceso, pero luego todo volvió a estar
bien.
E.: -¿Cuál era la forma de expresarse y manifestarse desde que nació? Como por
ejemplo cuando quería o quiere algo.
M.: -Señala; también depende de la edad, al principio no se le entendía nada,
lloraba nada más, y después cuando empezó a entender un poco más, empezó a
señalar y bueno, tenía a su hermana de traductora. Ahora no, te lo pide
directamente.
E.: -¿Y cuando lloraba, cómo respondían a esas manifestaciones?
M.: -Lo alzábamos. Cuando era más bebé le daba la teta; me fijaba si tenía sueño
y esas cosas, depende de cómo se manifestaba él para saber si era hambre, sueño
o qué era…
E.: -¿Cuándo comenzó con las primeras palabras? ¿Cuáles fueron?
M.: -La primera palabra fue papá. Aunque ahora no sé si fue mamá o papá (risas).
Porque también fue cuando yo empezaba a trabajar y el papá también; por ahí me
extrañaba más a mí.
Eje Psicogenético
Desde una perspectiva Psicogenética y apoyándonos sobre la teoría de Piaget
(1981), el eje del análisis de esta concepción consistirá en estudiar los
cambios en las conductas del niño que consisten en la construcción de lo
cognitivo (entiéndase como sinónimo de conocimiento) y el crecimiento físico
indisociable de éste, es decir en “explicar las funciones mentales por su modo
de formación, o sea, por su desarrollo en el niño” (p. 12).
Para Piaget el niño es un sujeto activo y el conocimiento es construido por él a
través de la interacción de sus estructuras mentales con el ambiente, esto lo
vemos en la observación cuando se relata que Ariel se mueve siempre de un lado a
otro, interactuando con los objetos cercanos a él, lo que genera que se
desarrolle un tipo de inteligencia senso-motora que dicho autor llama
inteligencia práctica, que es anterior al lenguaje y que desemboca en una
especie de lógica de la acción. La inteligencia práctica comienza cuando el niño
mediante los procesos de asimilación (incorporar nueva información al esquema
mental y expansión de los conocimiento adquiridos hasta el momento) y
acomodación (reconstrucción y modificación de los esquemas para incorporar los
nuevos conocimientos) logra que la intencionalidad sea previa a la acción
(distinción de medios y fines) (Nota 1). Esta tipo de inteligencia comienza a
desarrollarse entre los 8 y 10 meses en el estadío IV, cuando Ariel usa la mesa
como apoyo para estirar la mano y alcanzar los objetos y sacudirlos, hay ya una
intencionalidad previa a la acción, y diferencia los esquemas entre el que es el
fin y el medio para lograr la acción, usa la mesa como apoyo, siendo el medio,
para alcanzar los objetos, siendo la finalidad de su accionar. Sin embargo estos
medios empleados son aún tomados de los esquemas ya conocidos por él, no hay aun
medios nuevos. Por eso se puede inferir que Ariel intentara de esa misma manera
agarrar varios objetos y sacudirlos. A partir de estas acciones donde se
coordinan medios y fines Piaget dice que ya se puede hablar de verdadera
inteligencia, y no solo motriz, y de los primeros hábitos como es los meses
anteriores, por supuesto esto fue posible gracias a los logros adquiridos hasta
el momento.
Ya en la observación propiamente, Ariel con 18 meses ha adquirido aún más logros
que solo la coordinación de medios y fines (Notas 2, 3,4) se puede inferir por
las acciones que realiza ya no son solo realizadas mediante la reflexión motriz,
sino que ahora hay coordinación interna y rápida, Ariel encuentra medios nuevos,
ya no solo por tanteos exteriorizados sino por combinaciones interiorizadas que
llevan a que lo comprenda y directamente realiza la acción deseada, a lo que
Piaget llama Insight. Esto se observa al ver como Ariel abre y cierra diferentes
frascos, incluida una pava, él ya no los explora y prueba distintas formas de
abrirlo como pasaría en estadíos anteriores, él ya puede directamente abrirlo,
ya que lo resolvió mentalmente sin necesidad de probar otra formas. Al tomar las
cajas no prueba cual entra en cual, por eso primero se detiene y las observa, ya
de manera interiorizada pudo resolver cual es más chica para que entre en la más
grande, esto unido al logro de la coordinación medios y fines del estadío
anterior. Toma las piedritas una a una de la caja, las coloca en el piso y luego
las guarda en la caja una a una, claro ejemplo de intencionalidad, coordinación
de medios y fines e insigth,
En cuanto a la noción de objeto permanente, que es otro logro característico de
esta etapa y edad junto con el Grupo Práctico de Desplazamientos (Nota 5) ha
sido ya adquirido esta noción por Ariel, él va a la cocina a buscar a su madre,
él no puede verla, pero sabía estaba allí, ya que no solo tiene la noción de
objeto permanente sino que también puede seguir los desplazamientos no visibles
de los objetos, según Piaget (1981) “Tener la noción de objeto implica atribuir
la figura percibida a un sostén substancial tal que la figura y la substancia de
que ella es índice sigan existiendo fuera del campo perceptivo” (P. 145) , esto
a su vez lo ubica como un objeto más del mundo y el espacio ya no es heterogéneo
sino homogéneo.
También se puede observar como Ariel tiene la capacidad de evocar situaciones
del pasado en el presente (Nota 6), Ariel al señalar el saco dice le pertenece a
su madre, sin que ella lo tenga puesto, él ya puede evocar una situación vivida
donde su madre lo tenía puesto, por eso al evocar esa escena del pasado en el
tiempo presente logra indicar ese objeto le pertenece a su madre.
Se logra observar en Ariel un esbozo de representación mediante el juego
simbólico (Nota 7) esto unido a la evocación de hablar realmente por teléfono,
el hace sonidos y dice “hola”, se infiere que juega a que esta hablando por
teléfono con alguien. Por todo lo descrito anteriormente se infiere que Ariel se
ubica en el estadío 6 del período sensorio motor, estos logros adquiridos
siempre mediante sistemas de transformaciones, donde cada estructura supone la
anterior y la supera. Ha adquirido la noción de objeto permanente, en un espacio
unificado, homogéneo y con una causalidad y tiempo ya objetivados.
Notas para la articulación del Eje Psicogenético
Nota 1: P.: -A los diez meses más o menos. Se agarraba de la mesa ratona, se
paraba y observaba todo. Había que sacar los adornos que estaban a mano, porque
se estiraba para agarrarlos, sacudirlos.
Nota 2: Ariel se encuentra sentado en el piso con sus juguetes y manipula un
martillito de plástico. Toma el martillo por el mango y empieza a golpear todo
tipo de objetos: primero el piso, luego la mesa del living que se encuentra
junto a él, después su propia mano y por último su rodilla. Se queda quieto un
buen rato y toma su cajita de piedritas de colores para ir recogiendo una por
una cada una de ellas y esparcirlas por todo el piso.
Nota 3: Allí toma un frasco cilíndrico de aceite y lo hace rodar varias veces
por el piso. La madre le retira el frasco y lo guarda. Ariel entonces, agarra un
frasco de mostaza y lo tapa y destapa mediante el piquito que éste tiene en la
punta del recipiente. Algo similar hace con la tapa de la pava: quita y pone la
tapa reiteradamente. Se detiene en varias oportunidades a ver alguna cosa de la
televisión (que permanece encendida). Luego toma la cuchara de la azucarera que
se encuentra sobre la mesa y la introduce para llenarla con el azúcar, pero la
madre aleja la azucarera.
Nota 4: Se detiene en un momento y se concentra en las diversas cajitas que se
encuentran sobre la mesa. Estas cajitas son de distinto tamaño; Ariel mete una
dentro de otra más grande, para después sacarla y reiterar la operación. Vuelve
a tomar su caja de piedritas y repite la acción anterior de ir sacando una por
una. Su expresión es risueña y alegre, estando muy concentrado en lo que hace.
Nota 5: Ariel se para (apoya las manos en el piso, eleva la cola y luego yergue
el torso) y va caminando hacia la cocina donde se encuentra su madre junto a la
mesa mirando la TV
Nota 6: Mientras nos encontramos sentados observando a Ariel, él empieza a
nombrar todo tipo de objetos: toma un lápiz, nos lo muestra y lo nombra: “apiz”
señala una planta y dice “panta” como también con el saco de su mamá donde aquí
no sólo lo señala sino que dice: “saco e mamá”.
Nota 7: Ariel regresa al living caminando y, tomando su martillito, comienza a
golpear nuevamente todo lo que está a su alcance: muebles, vidrios, el teléfono;
descuelga el tubo y emite sonidos, entre los cuales sólo se distingue con
claridad la palabra “hola”.
Eje Psicomotriz
Desde una perspectiva Psicomotriz, el eje de análisis será en torno a los
cambios madurativos y las influencias del ambiente que en él actúan, en otras
palabras lo que aquí interesa es el desarrollo psicomotor del niño.
De acuerdo a Bozzalla y Naiman (2013), se observa que Ariel a medida que fue
creciendo también fue madurando, tanto en lo fisiológico como en lo anatómico, a
causa de que, interactúa con el medio y necesita de la presencia del otro, como
es en este caso, Ariel juega y se dirige a donde se había ido su madre, a la
cocina, y cambió el juego del martillo por el de la tapa de la pava. Este
progresivo desarrollo que analizan las autoras lo podemos ubicar también en el
relato de la entrevista, (Nota 1) cuando los padres cuentan cómo fueron los
ciclos de vigilia y sueño, Ariel al nacer dormía poco lo cual se podría pensar
eran reacciones causales y desorganizadas pero que sí poseen cierto patrón y
organización sostienen Bozzalla y Naiman, en cuanto sus funciones motoras el
niño debe pasar por una motilidad pasiva a una motilidad activa, pasar de los
reflejos a la actividad voluntaria que es “andar por toda la casa” que se puede
apreciar durante toda la observación. Al día de la fecha, Ariel ya posee cierto
control de sus conductas, y esto es resultado del interjuego de factores
biológicos, emocionales y sociales.
En la observación vemos que Ariel puede mantenerse de pie sin ayuda y puede
caminar (Nota 2), tomando como referencia a Rabinowicz (2005) se podría afirmar
que el niño tendría un afianzamiento del andar ya que “su marcha se afianza y
logra trayectos más largos” (p.3), como es en este caso trasladarse de una
habitación hacia la cocina sin ningún tipo de dificultad ni inestabilidad en su
andar. Este logro adquirido, primero pasando por otras etapas en su crecimiento
y maduración, en la entrevista (Nota 3), los padres dijeron que a los 10 meses
se paraba con ayuda de la mesa, por lo tanto, en ese momento logra siguiendo a
la autora la posición de pie y “lograr permanecer en pie sosteniendo el peso del
cuerpo en las piernas” (p.2), y como le falta equilibrio necesita de un apoyo
para no caerse, en este caso la mesa ratona, este desarrollo logra darse porque
se marca la lordosis lumbar que permite que el tronco se mantenga erguido, este
desarrollo es necesario antes de lograr la marcha definitiva anteriormente
expuesta.
También puede observarse como los movimiento de Ariel son voluntarios y
coordinados, controla la posición de su cuerpo y de los segmentos corporales más
importantes, esto se debe a la ley de desarrollo céfalo-caudal y a la ley de
desarrollo próximo-distal, que según Palacios (2011) “La ley céfalo-caudal del
control corporal, se controlan antes las partes del cuerpo que están más
próximas a la cabeza, extendiéndose luego el control hacia abajo…la ley
próximo-distal del control corporal, se controlan antes las partes más próximas
al eje corporal que las más alejadas” (p. 99). Esto puede registrarse también en
el desarrollo de los movimientos de los brazos y las manos, (Nota 4 y 5) Ariel
por la formar en que agarra objetos pequeños como las piedritas y logra destapar
y tapar francos puede observarse como siguiendo esa leyes ya tiene un mayor
desarrollo de la psicomotricidad fina, logrando la prensión en pinza que le
permite tomar y controlar de manera precisa objetos pequeños.
Cuando la madre de Ariel describe el proceso para caminar y experimentar con los
objetos, expresa que en un momento se enfermó de neumonía (Nota 6), este es un
ejemplo de lo que Palacios describe como “Procesos de recuperación”, ya que
explica tuvo un retroceso en su desarrollo pero luego se recupera, esto es
porque a causa de la neumonía el proceso de crecimiento de Ariel se lentifico, y
al recuperarse, se acelera el crecimiento hasta que el niño recupera el
crecimiento perdido.
En cuanto a la comunicación y el lenguaje podemos ver como Ariel va pasando del
llanto y señalar a las primeras palabras. En un principio Ariel solo lloraba
(Nota 8) puede observase como la mamá lee la subjetividad de él, explicando cómo
interpretaba el llanto y qué necesitaba, a lo que Bruner llama intersubjetividad,
aunque él aun no puede hablar, madre y bebé pueden comunicarse, leer e
interpretar sus intenciones. Posteriormente mencionan Ariel comienza a señalar
(Nota 9) y la hermanita sirve de traductora, este gesto más cultural le sirve al
bebé para que el adulto o en este caso otro niño más grande le alcance el objeto
deseado por él. Finalmente ya en el momento de la observación (Nota 10) Ariel
con 18 meses ya dice sus primeras palabras, lo que es esperado para su edad. Así
se puede ver como mediante un proceso que no es sin el otro el bebé desde un
principio puede comunicarse con el adulto, él que interpreta sus señales hasta
que puede mediante la maduración empezar a hablar propiamente.
Notas para la articulación del Eje Psicomotriz
Nota 1: M.: -Al nacer, los tres primeros meses más o menos, se despertaba cada
dos o tres horas, luego dormía hasta 6 horas corridas. Ahora duerme con un
muñeco que le regaló su tía este año, Jirafín.
Nota 2: Ariel se para (apoya las manos en el piso, eleva la cola y luego yergue
el torso) y va caminando hacia la cocina donde se encuentra su madre junto a la
mesa mirando la TV.
Nota 3: E.: -¿Cuándo logró ponerse de pie?
P.: -A los diez meses más o menos. Se agarraba de la mesa ratona, se paraba y
observaba todo
Nota 4: Ariel se encuentra sentado en el piso con sus juguetes y manipula un
martillito de plástico. Toma el martillo por el mango y empieza a golpear todo
tipo de objetos: primero el piso, luego la mesa del living que se encuentra
junto a él, después su propia mano y por último su rodilla. Se queda quieto un
buen rato y toma su cajita de piedritas de colores para ir recogiendo una por
una cada una de ellas y esparcirlas por todo el piso.
Nota 5: Toma un frasco cilíndrico de aceite y lo hace rodar varias veces por el
piso. La madre le retira el frasco y lo guarda. Ariel entonces, agarra un frasco
de mostaza y lo tapa y destapa mediante el piquito que éste tiene en la punta
del recipiente. Algo similar hace con la tapa de la pava: quita y pone la tapa
reiteradamente. Luego toma la cuchara de la azucarera que se encuentra sobre la
mesa y la introduce para llenarla con el azúcar, pero la madre aleja la
azucarera.
Nota 6: En un momento hizo una neumonía, con fiebre, quizás hubo un retroceso,
pero luego todo volvió a estar bien.
Nora 7:E.: -¿Cuál era la forma de expresarse y manifestarse desde que nació?
Como por ejemplo cuando quería o quiere algo.
Nota 8: E.: -¿Y cuándo lloraba, cómo respondían a esas manifestaciones?
M.: -Lo alzábamos. Cuando era más bebé le daba la teta; me fijaba si tenía sueño
y esas cosas, depende de cómo se manifestaba él para saber si era hambre, sueño
o qué era…
Nota 9: M.: -Señala; también depende de la edad, al principio no se le entendía
nada, lloraba nada más, y después cuando empezó a entender un poco más, empezó a
señalar y bueno, tenía a su hermana de traductora. Ahora no, te lo pide
directamente.
Nota 10: Mientras nos encontramos sentados observando a Ariel, él empieza a
nombrar todo tipo de objetos: toma un lápiz, nos lo muestra y lo nombra: “apiz”
señala una planta y dice “panta” como también con el saco de su mamá donde aquí
no sólo lo señala sino que dice: “saco e mamá”. La lista de palabras se va
haciendo cada vez más extensa, y la mayoría de éstas tienen que ver con los
objetos de la casa. Así señala y dice por ejemplo: mesa, silla, nene
(refiriéndose a la figura de un cuadro), papel (refiriéndose en este caso a un
papel que se acababa de caer al piso), etc. También toma un lápiz y lo entrega a
una de las observadoras, diciendo “tomá e ápiz
SEGUNDA PARTE
a. Se solicita respondan a una pregunta de elaboración teórica.
b. La extensión máxima será de dos (2) carillas
c. En el capítulo 1 del libro "Realidad y Juego", refiriéndose al proceso de
Ilusión-Desilusión, D. Winnicott sostiene: "Un niño no tiene posibilidad de
pasar del principio de placer al de realidad...si no existe una madre lo
bastante buena..." Explique a qué se refiere el mencionado concepto.
Con respecto al eje Psicoanalítico/relacional encontramos autores como D.
Winnicott (1986) que va a interesarse por estudiar al recién nacido y niños
pequeños. Cuando el autor sostiene que "Un niño no tiene posibilidad de pasar
del principio de placer al de realidad...si no existe una madre lo bastante
buena..." hace referencia a una madre (la cual puede o no ser la madre del niño,
se habla más bien de un rol en este caso) que acompañe con devoción las
necesidades del infante en este proceso de adaptación, esta va a ir adaptándose
a medida que el niño consiga su propia capacidad de alejarse cada vez más de la
dependencia materna. El verdadero self del niño surge con una madre
suficientemente buena, en caso de no ser correcto este proceso, el niño puede
tener conflictos a la hora de relacionarse o reconocer el mundo exterior, es por
esto que el autor sostiene esta imposibilidad si la madre no fuese lo bastante
buena, se termina construyendo un falso self, como fracaso de la madre.
Cabe aclarar, que de entrada el niño no tiene un yo formado, por lo que, en su
psiquis gobierna el principio del placer, gobernado por la satisfacción
autoerótica de la necesidad, la fantasía y una realidad no percibida; cuando el
apoyo materno se retira, las experiencias y percepción del niño ponen en función
la actividad mental para realizar el pasaje al principio de realidad, el niño
comienza a tolerar la frustración del no placer y poder sublimar toda la líbido
en metas culturales, en la interacción con el niño la madre le ofrece la
realidad exterior, para que el niño se adapte a la realidad y sus principios,
aunque el autor aclara que la aceptación de la realidad nunca queda terminada,
todos vivimos en tensión de vincular la realidad interna con la exterior.
Cómo lo detalla Winnicott, madre e hijo se identifican mutuamente, y más allá de
atender los cuidados y necesidades biológicas del bebé, la madre le ofrece al
niño una figura unificada con la cual identificarse, si es suficientemente
buena, solo así, el niño puede comenzar su desarrollo personal y real (si la
actitud materna no es muy buena el verdadero self del niño nunca se construye,
se oculta con un falso self). Todo depende de la capacidad de la madre para
apoyar al yo del niño, el yo del niño se apuntala con el yo constituido de la
madre: apoyo yoico de la madre. Cuando el niño recibe buena atención se afirma
rápido como persona. Donde no hay un yo, la identificación es el punto de
partida, la madre funcionando como sostén. El proceso va de la dependencia
absoluta hacia la independencia.
Referencias Bibliográficas
Bozzalla L. &Naiman F. (2013) Acerca del recién nacido: desarrollo y
subjetividad. Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires. Departamento
de Publicaciones.
Palacios, J. Marchesi, A, Coll, C. (1998) Desarrollo Psicológico y Educación.
Psicología Evolutiva. Tomo I. Madrid: Alianza Editorial.
Piaget, J. (1981). Psicología de la Inteligencia. Buenos Aires: Psique.
Piaget, J. & Inhelder, B. (1981). Psicología del niño. Madrid: Morata.
Rabinowicz, E (2006). La adquisición de la marcha. Facultad de Psicología.
Universidad de Buenos Aires. Departamento de Publicaciones.
Winnicott, D. W. (1986). Realidad y juego. Buenos Aires: Gedisa.