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Psicoanálisis
Freud
1º Parcial T |
Psicoanálisis Freud (Cátedra: Laznik - 2021) | Psicología | UBA
1) Explique por qué para Freud el olvido de nombres propios y el chiste son
formaciones del inconciente. Ejemplifique.
La pulsión de saber o de investigar, dice Freud, se inicia en los niños entre
los tres y cinco años de edad, y los intereses de esta recaen sobre los
problemas sexuales, quizá hasta puede ser despertada por estos. A raíz de esto,
los niños comenzarán una serie de investigaciones guiadas, las más de las veces,
por la siguiente pregunta: ¿De dónde vienen los niños? La respuesta a esta
pregunta no les es fácil de encontrar, pues, los adultos rara vez les confiarían
la verdad del asunto, y aunque lo hicieran los niños no les creerían. Así,
emprenden su propia búsqueda secreta.
La primera teoría a la que arriban es la de la universalidad del pene, asumen
que todas las personas tienen un pene, incluso cuando la evidencia les demuestre
lo contrario (como cuando el pequeño Hans defiende esta teoría aun después de
haber visto a su hermana pequeña mientras se bañaba, se dijo a sí mismo que
también ella tiene pene, solo que es aún pequeño).
Una segunda teoría consiste en la concepción sádica del comercio sexual,
conciben al coito como un acto violento, como un acto de sometimiento. Se puede
llegar a la formulación de esta teoría luego de haber sido testigo accidental de
la “vida de casados” de los padres.
Por último, una tercera teoría es la llamada “teoría de la cloaca” según la cual
los niños son concebidos al ingerir algún tipo de alimento y posteriormente
paridos por el ano, cual si fueran materia fecal.
2) A partir del modelo de la experiencia de satisfacción, diferencie la
satisfacción de la necesidad del cumplimiento de deseo. Incluya en su respuesta
las siguientes nociones: apremio de la vida; indefensión; cuidado ajeno.
Para responder a la pregunta de cómo se produce la transferencia en la cura
analítica y cuál es su papel en el tratamiento, Freud empieza ubicando la noción
de clisé, algo que se repite. Dice que los influjos que se reciben en la
infancia requieren de una determinada especificidad para el ejercicio de la vida
amorosa, el clisé sirve para identificar a estos influjos que se van a
reimprimir en las personas amadas. En “Puntualizaciones sobre el amor de
transferencia”, Freud dice que un enamoramiento real por parte del paciente
sobre el analista aumentaría la buena voluntad del enfermo para recordar y poder
así solucionar su problema con el fin de quedar bien frente al médico (la
persona amada en este caso). Esto es, de hecho, lo que ocurre en un principio
del análisis, cuando la transferencia aun funciona como motor del tratamiento y
no aun como obstáculo.
En el contexto del análisis, las mociones libidinosas que sustentan los síntomas
van a ser transferidas hacia la persona del analista. En esta transferencia de
libido se da una neo-producción del síntoma, es decir, el síntoma que aqueja al
enfermo y por el cual se somete inicialmente al análisis es producido nuevamente
en el análisis, no se trata de un nuevo síntoma, sino de algo ya existente, algo
que se repite. En el texto “Recordar, repetir, reelaborar”, se introduce la idea
de que el enfermo no recuerda lo reprimido, sino que lo actúa. Habla de una
compulsión de repetición de los enfermos, y dice que no recuerda nada de lo
olvidado, sino que lo ejecuta en acto, lo actúa. La transferencia no es más que
una repetición. Pero ¿una repetición de qué? Podríamos decir que es una
repetición de su enfermedad, puesto que lo que se repite es todo aquello
reprimido que se ha abierto paso hacia la conciencia, cabe recordar que antes se
dijo que el síntoma se produce nuevamente, por lo que nos es lícito decir que el
enfermo repite sus síntomas en el análisis.
Ahora bien, es menester que en algún momento esta transferencia que facilitó las
asociaciones del paciente y, por tanto, el análisis, de un giro y se convierta
ahora en la más grande resistencia, es aquí cuando Freud dice que el paciente se
vuelve recalcitrante e indócil, la resistencia se aprovecha de este amor
producido en transferencia para oponerse al tratamiento, Freud conjetura que
podría tratarse de una suerte de venganza por la desdicha de este amor no
correspondido. Esto es necesario que ocurra dice Freud, sin esto no puede haber
análisis. En algún momento del análisis las asociaciones libres del paciente se
van a detener debido a la presencia del analista, pero ahora como obstáculo.
Cuando ocurre esto podemos intuir que el paciente estaba muy cerca de recordar
un complejo patógeno, por lo que primero se adelanta hasta la conciencia la
parte de este que será transferida hacia el analista. La repetición hará
presente a las resistencias. Algo de lo más conflictivo para el paciente surge
en el análisis y con ello el impulso de evitarlo, así es como la transferencia
está siendo aprovechada por la resistencia. Freud explica que el paciente actúa
con el analista lo que no quiere recordar (por ej: el paciente puede no recordar
que de niño tenía una postura desafiante con sus padres, pero comportarse de
esta manera con el médico), y que cuanto mayor es la resistencia, mayor es la
puesta en escena y menor la posibilidad de reproducir en palabras lo reprimido.
3) Respecto de la concepción freudiana acerca del sueño, explique: . ¿Qué
entendemos por “trabajo del sueño” y qué por “trabajo de interpretación”?.
Cuando Freud introduce el concepto de pulsión, se introduce también toda la
teoría de la sexualidad infantil, en donde lo traumático del síntoma puede
deberse a una fantasía y no necesariamente a una vivencia traumática, lo
traumático es estructural, es inherente a la sexualidad humana y no accidental.
Hasta el momento en que Freud escribe “Mis tesis…”, la etiología de las neurosis
estaba basada en la teoría de la seducción, en la que una representación
inconciliable se reprimía a causa de su vínculo con una vivencia sexual
prematura traumática. Sin embargo, Freud empieza a dudar de la veracidad de
estos hechos y los va a empezar a concebir como fantasías, como ficciones y no
como acontecimientos reales (sin negar, por supuesto, que hay casos en los que
sí ocurrieron). Freud dice que detrás de estas fantasías se resguarda la
sexualidad infantil perversa polimorfa, y servirán como una defensa contra el
recuerdo de la propia práctica sexual infantil.
Entonces, si antes un hecho traumático se daba por accidente, significaba que
podía ocurrir o no. Ahora, la sexualidad en sí misma es traumática, no se puede
evitar esto. El niño, al ser cuidado por el otro de los cuidados, experimentará
sensaciones placenteras, se producirá la libidinización del cuerpo del niño. En
el caso del chupeteo podemos ver claramente que el niño intenta volver a
experimentar el placer desprendido del mamar del pecho materno, pero no
necesitará de otra persona para esto, ni del alimento, encontrará la
satisfacción en su propio cuerpo, será una satisfacción sexual autoerótica, y,
por ser sexual, será pulsional.
Con todo lo dicho arriba, podemos ahora decir que las neurosis ya no van a estar
sustentadas por aquellas vivencias traumáticas reprimidas, pues son ahora
consideradas como ficciones, como fantasías. Lo que será reprimido ahora es la
sexualidad misma, y será reprimida porque las pulsiones aspiran a su meta, que
es siempre la satisfacción, y estas, por ser inconcientes, no conocen de
restricciones impuestas por la moral, la vergüenza, el asco, etc., pero el “yo”
si es conciente de estas, por lo que puede ocurrir que la satisfacción de una
moción pulsional entre en conflicto con el “yo”, como consecuencia, esta pulsión
será reprimida dando lugar al síntoma y a la enfermedad. Sin embargo, estas
encontrarán la satisfacción por medio de la conversión en fantasías
inconcientes.
4) Relacione el tema de las resistencias que aparecen descritas en el texto
“Sobre la psicoterapia de la histeria” con las dificultades que encuentra Freud
en los comienzos del tratamiento de Elizabeth.
Freud propone tres fases de la represión: una represión primaria o primordial,
la represión secundaria o represión propiamente dicho, y una tercera fase en la
cual aquello reprimido en la fase anterior retorna, es decir, el retorno de lo
reprimido.
La represión primordial, análogamente a la primera vivencia de satisfacción, es
un momento no fechable, no observable, no tiene una cronología, sino que es un
momento que lógicamente debe ocurrir. En esta primera fase de la represión es el
momento en que se inscribe la pulsión a través de su representante en el aparato
psíquico, dando como resultado una fijación de la pulsión y la formación un
primer núcleo psíquico que permanecerá inmutable. Como consecuencia de esto, se
funda el inconciente y da lugar al aparato psíquico tal y como lo concibe Freud,
separado en los sistemas Icc, por un lado, y Prcc-Cc por el otro; es el momento
fundacional del aparato. Sin embargo, la consecuencia de esta inscripción en el
aparato tiene como resultado, primero esto que mencionamos, y además también
constituye una pérdida, por eso podemos decir que la represión primaria es una
represión paradójica, porque se inscribe algo que se pierde, y aquello que se
pierde es el goce total.
La represión primaria no falla nunca, es análoga al ombligo del sueño, en tanto
es algo que no puede ser sabido ni recordado, no aparece nunca en el análisis,
pero es el fundamento y sostén de todo síntoma. Este núcleo inconciente ejerce
una fuerza de atracción sobre todas aquellas representaciones concientes con las
cuales puede lograr alguna asociación. Es además, única e irrepetible.
Una segunda fase de la represión es la represión secundaria (de ahora en más
nombrada únicamente como represión). Un rasgo importante de esta es que sí
falla, es un rasgo esencial de esta el fallar y dar lugar al retorno de lo
reprimido. La represión opera en los limites entre el Icc y el Prcc sobre
retoños del representante psíquico de la pulsión, por lo que para que sea eficaz
necesita la cooperación de dos fuerzas: la fuerza de repulsión desde lo
conciente hacia lo inconciente, y la atracción que genera el núcleo inconciente
de lo reprimido primordial hacia las representaciones concientes. La represión
actúa en alto grado individual, es decir, representación por representación, y
es móvil.
Por último, una tercera fase es la del retorno de lo reprimido, esto ocurre en
los momentos que falla la represión secundaria, dando lugar al retorno de lo
reprimido en tanto formaciones del inconciente.
Hablemos ahora de los mecanismos de estas fases. Freud se pregunta qué
diferencia una representación inconciente de una conciente, y qué es lo que
impide que las inconcientes devengan concientes. Llega a la hipótesis de que
debe haber un mecanismo que se encargue de sustraer la investidura preconciente
a una representación, por lo cual esta contará ahora solo con su investidura
inconciente, teniendo como destino la represión. Ahora bien, este no puede ser
el único mecanismo, puesto que no responde a la pregunta de por qué aquello
reprimido no retorna a la conciencia haciendo uso de su investidura. Para esto,
propone un segundo mecanismo de la represión, que será además el único mecanismo
de la represión primordial. Este es el de contrainvestidura, la cual protege al
Prcc del asedio de las representaciones del Icc. Entonces, la contrainvestidura
en tanto único mecanismo de la represión primaria va a tener como función
asegurar su producción y permanencia, y en tanto mecanismo de la represión
propiamente dicha va a operar impidiendo que las representaciones con
investidura inconciente puedan acceder al preconciente, muy probablemente
operando en las formaciones sustitutivas, características de los síntomas.