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Psicoanálisis
Freud
2º Parcial C |
Psicoanálisis Freud (Cátedra: Laznik - 2020) | Psicología | UBA
1) Relacionar los siguientes conceptos o términos en un texto: síntoma – trauma
– pulsión – fantasía. Sírvase del caso Dora como referente clínico para la
elaboración de su respuesta.
En el texto “Mis Tesis Sobre el Papel de la Sexualidad en la Etiología de las
Neurosis”, Freud realiza algunas modificaciones en torno al trauma y los
síntomas. Anteriormente se preguntaba por el origen de los síntomas y ubicaba el
origen en la vivencia sexual prematura que devendrá traumática. En este segundo
momento cae por tierra el elemento traumático, hay un pasaje de lo accidental a
lo constitucional. Freud (1906) afirma que la práctica sexual infantil marca la
dirección que seguirá la vida sexual tras la madurez y escribe “este
esclarecimiento no podía menos que alterar también la concepción del mecanismo
de los síntomas histéricos. Ya no aparecían como retoños directos de los
recuerdos reprimidos de vivencias sexuales infantiles, sino que entre los
síntomas y las impresiones infantiles se intercalaban las fantasías de los
enfermos” (p. 266). Ya no se trata de lo que realmente aconteció, sino que hay
una invención de recuerdos y a esta invención de recuerdos le llama fantasía.
Las fantasías tienen como función el intento de defenderse del recuerdo de la
propia práctica sexual y se construyen con un material genuino. El síntoma es
resultado de la defensa frente a la propia práctica sexual y se revelan como
figuraciones convertidas de fantasías.
La sexualidad ahora para Freud es ampliada, perversa, infantil y constituyente
del aparato. La sexualidad ampliada incluye el infantilismo que da origen a la
pulsión. En “Tres Ensayos de Teoría Sexual” define a la pulsión como un concepto
fronterizo entre lo anímico y lo somático, es un representante psíquico
proveniente de una fuente de estímulos intrasomática en constante fluir y es una
medida de exigencia de trabajo para la vida anímica. Los síntomas son un
sustituto de aspiraciones que toman su fuerza de la fuente de la pulsión y son
la práctica sexual de los enfermos. Habla también de la exteriorización de la
sexualidad infantil y toma el ejemplo del chupeteo, donde una parte del cuerpo o
de algo es tomado como objeto. A partir del chupeteo como modelo de las
exteriorizaciones infantiles, se extraen 3 características de la pulsión: nace
por apuntalamiento en una función corporal, es autoerótica y está bajo el
imperio de una zona erógena. En el texto “Fragmento de Análisis de un Caso de
Histeria” Freud relata el caso de Dora, una joven de 18 años que presentaba
varios síntomas, entre los cuales los más significativos eran la tos nerviosa y
la afonía. Para Freud los síntomas poseen sentido y requieren solicitación
somática. La solicitación somática hace referencia a la zona erógena del cuerpo
que, en el caso de Dora, es la boca (de niña era una gran chupeteadora). También
afirma que el síntoma es una realización de una fantasía sexual y en Dora
podemos ver que uno de los significados del síntoma de la tos corresponde a la
figuración de una fantasía sexual. La fantasía de Dora es que el comercio sexual
de su padre y la señora K se realizaba por la boca, con su tos se representa una
situación de satisfacción sexual por la boca entre las dos personas, fantasía de
felatio.
2) A partir de la afirmación freudiana que el propósito de la represión es
evitar el displacer desarrolle la relación entre los conceptos de angustia y
represión a partir de los textos de 1915.
En “Pulsiones y Destinos de Pulsión”, Freud (1915) nombra a la represión como
uno de los destinos pulsionales. Para Freud, uno de los destinos de una moción
pulsional es chocar con resistencias, por lo tanto es un mecanismo destinado a
evitar el displacer. La represión perturba el vínculo de la pulsión con la
conciencia, la esencia de la represión es rechazar un contenido de la conciencia
y mantenerlo alejado de ella. Todo lo reprimido es inconsciente. En el texto “La
Represión”, que forma parte de los trabajos metapsicológicos, Freud describe 3
fases de la represión. La primera es la represión primordial que es cuando al
representante psíquico de la representación se le deniega la admisión en lo
consciente y existiría una fijación inmutable de la pulsión al representante. La
segunda fase es la represión secundaria, que es aquella que recae sobre los
retoños psíquicos del representante reprimido o de los pensamientos que han
entrado en conexión asociativa con él, es la que tiene el propósito de evitar el
displacer. Por último, el retorno de lo reprimido. La represión actúa separando
al representante de la representación y el monto de afecto tiene distintos
destinos: en el caso de la histeria es suprimido por completo, en la neurosis
obsesiva sale a la luz como afecto coloreado, y en la fobia se muda en angustia
(el objetivo de la represión de evitar el displacer fracasa). La angustia surge
de la represión, la libido reprimida se muda en angustia.
La angustia está sostenida en la pulsión y articulada al aparato de las
representaciones por la vía de la represión. En la segunda versión de la teoría
de la angustia, Freud incluye a la angustia dentro de lo psíquico y dentro del
dispositivo analítico. Con las neurosis de transferencia (histeria de
conversión, neurosis obsesiva e histeria de angustia) se ponen en juego las
fuerzas de la represión que actúan sobre las representaciones con el fin de
mantenerlas alejadas de la conciencia. La angustia en tanto afecto se presenta
de un modo diferente en cada una de las neurosis y surge de la represión. Freud
toma como referente clínico el caso de Juanito. La percepción del caballo se
convierte en una fuente de angustia y en un peligro exterior que se arma
mediante los mecanismos de proyección y sustitución. El caballo al que Juanito
teme pasa a constituir una formación sustitutiva de la inclinación libidinosa
hacia el padre, representa un sustituto del material patógeno que está
reprimido. En este caso el objetivo de la represión que es evitar la angustia,
fracasa, por lo tanto, se forma un sustituto por desplazamiento. La percepción
del caballo le provoca a Juanito un afecto de angustia que el proceso represivo
no logró inhibir.
En la “Conferencia 25: La angustia” Freud establece una diferencia entre la
angustia realista y la angustia neurótica. La angustia realista es una reacción
frente a peligro exterior y va unida al reflejo de huida que implica una
reacción adecuada. La angustia neurótica implica una reacción inadecuada, se
trata de pulsiones interiores de las que de nada sirve la huida. El yo trata al
peligro interno (la libido misma) como si fuera un peligro externo. El yo va a
intentar huir frente a la libido sentida como peligro, y uno de los modos con
los que va a huir del peligro de la libido es a partir del mecanismo de la
represión.
3) a) Diferencie narcisismo primario de narcisismo secundario.
b) Articule con lo que Freud denomina neurosis de transferencia.
En “Introducción del Narcisismo”, Freud dice que el narcisismo primario es una
carga primitiva de libido. El narcisismo primario es la investidura libidinal,
originaria, primitiva sobre el yo. Este narcisismo no es un observable clínico,
pero se lo puede inferir retrospectivamente. La actitud tierna de los padres
hacia los hijos implica una reproducción del narcisismo propio de los padres
perdido y abandonado hace tiempo. Entonces, el niño es sobrestimado, debe
cumplir los deseos irrealizados de los padres. El narcisismo primario lo podemos
inferir en el momento del autoerotismo. El momento del autoerotismo es el
momento en el cual es tomado como objeto de amor para las figuras parentales.
Freud afirma (1976) “es un supuesto necesario que no esté presente desde el
comienzo en el individuo una unidad comparable al yo; el yo tiene que ser
desarrollado” (p.74). El yo no está presente desde el comienzo, al inicio se
ubica el autoerotismo y es por esto que el yo debe ser desarrollado. Entonces,
lo inicial es el autoerotismo y el autoerotismo implica la parcialidad
(pulsiones parciales que se satisfacen en el cuerpo propio). El autoerotismo es
un cuerpo recortado en zonas erógenas de las que parten pulsiones parciales. El
yo se constituye a través de la comparación con un semejante. Freud afirma que
“algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva acción psíquica para que el
narcisismo se constituya” (p. 74). Este nuevo acto psíquico para que el
narcisismo se constituya es la identificación, el yo se constituye
identificándose con el semejante. La integración de las pulsiones parciales en
el yo es el narcisismo secundario. El narcisismo secundario hace referencia a
cuando el sujeto ya se constituyó como tal, es la unificación de las pulsiones
parciales. El narcisismo secundario queda ubicado en la serie autoerotismo -
narcisismo - elección de objeto. Es necesaria la libidinización del yo para
luego poder elegir un objeto de amor.
La constitución del yo permite que el sujeto disponga de libido para poder
colocar a los demás y el analista tiene que ser un objeto de amor. Las neurosis
de transferencia son las únicas que una vez constituido el yo pueden investir
libidinalmente a los objetos de amor. Para Freud, la transferencia tiene esa
importancia para la cura en las neurosis de transferencia. En las neurosis de
transferencia (histeria, neurosis obsesiva y fobia) solo la posibilidad de
libidinizar objetos que es propia de los neuróticos conduce a que pueda
analizarse. Cuando el neurótico retira la libido del objeto no lo resigna, sino
que continúa el vínculo pero con el objeto fantaseado.
Referencias
Freud, S. (1917) “25º Conferencia: La angustia”. EnObras completas, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1976.
Freud, S. (1905) “Fragmento de análisis de un caso de histeria (Dora)”. EnObras
completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976.
Freud, S. (1914) “Introducción del narcisismo”. EnObras completas, Buenos Aires,
Amorrortu editores, 1976.
Freud, S. (1915) “La represión”. EnObras completas, Buenos Aires, Amorrortu
editores, 1976.
Freud, S. (1906) “Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de
las neurosis”. EnObras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976.
Freud, S. (1915) “Pulsiones y destinos de pulsión”. EnObras completas, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1976.
Freud, S. (1905) “Tres ensayos de teoría sexual” EnObras completas, Buenos
Aires, Amorrortu editores, 1976.