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Psicoanálisis
Freud
2º Parcial N |
Psicoanálisis Freud (Cátedra: Laznik - 2021) | Psicología | UBA
1) Explique y fundamente por qué ubica Freud a la pulsión como "representante
psíquico de estímulos que provienen del interior del cuerpo".
El concepto freudiano de “pulsión”, se construye diferenciándose de otros
conceptos o nociones. Por ejemplo, un estímulo pulsional es diferente de un
estímulo fisiológico en su procedencia. Es decir, un estímulo fisiológico es
recibido a través de la vía perceptual, proviene del exterior (luz, sonidos,
etc.). En estos casos, puedo huir de un estímulo a través de una acción motriz,
por ejemplo, cerrando los ojos. Así evitaríamos la luz que provoca malestar. Por
el contrario, en los estímulos interiores (pulsiones) hay una ineficacia en ese
intento de huida, ya que provienen del propio organismo.
Además, el estímulo fisiológico se manifiesta de un solo golpe, por lo tanto, se
lo puede descartar por medio de una única acción adecuada. No así la pulsión,
que en cambio se manifiesta como una fuerza constante.
Es por esto que Freud entiende al estímulo pulsional como una necesidad, y lo
que cancela esa necesidad será la satisfacción. Dado que el aparato psíquico
está regido por el principio de placer, el displacer está vinculado con un
incremento de estímulos y el de placer con su disminución.
Entonces, Freud ubica a la pulsión como una “frontera” entre lo anímico y lo
somático (es lo que le permite limitar la especificidad y el valor de la
sexualidad para el psicoanálisis). Es decir, ubica a la pulsión como un
representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y
alcanzan el alma, entendiéndose como una medida de exigencia de trabajo, que se
le impone a lo anímico como resultado de su conexión con lo corporal.
Junto con la pulsión, se inscriben cuatro términos relacionados entre sí:
esfuerzo, fuente, meta y objeto. El primero es el motor de la pulsión, el que le
brinda su fuerza constante; en el caso Dora este término es el que le da la
constancia al deseo de satisfacción. Por fuente de la pulsión, se entiende a
aquel proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo
estímulo es representado en la vida anímica, por la pulsión. Por último, el
objeto de la pulsión es aquello en, o través de lo cual, puede alcanzar su meta.
Asimismo, las pulsiones sexuales brotan de múltiples fuentes orgánicas y son
numerosas. Al principio son independientes entre sí, pero luego se reúnen en una
síntesis acabada. Los destinos de la pulsión, son los caminos que se recorren
para poder alcanzar su meta.
2) "La represión es un proceso dinámico que se cumple (afecta) a las
representaciones." Articule con los destinos del monto de afecto.
Freud define a la represión como uno de los destinos pulsionales. Es decir, uno
de los destinos es toparse con resistencias, por lo tanto, es un proceso que
tiene como objetivo evitar el displacer. La represión perturba el vínculo de la
pulsión con la conciencia, ya que la esencia de la misma es rechazar contenido
de la conciencia y mantenerlo alejado de ella. Entonces, todo lo reprimido es
inconsciente.
Freud sostiene que existen tres fases de la represión: La represión primordial,
la represión secundaria y el retorno de lo reprimido. En la primera fase, al
representante psíquico de la representación se le deniega la admisión en lo
consciente y se produce una fijación inmutable de la pulsión al representante.
En la segunda fase, se desplaza hacia el inconsciente y mantiene allí las
representaciones intolerables para la consciencia, magnetizadas por el polo de
atracción del núcleo del inconsciente constituido por la represión, es la que
tiene el propósito de evitar el displacer. Por último, en la tercera fase, la
represión actúa separando al representante de la representación y el monto de
afecto podrá tener distintos destinos.
El factor cuantitativo de la pulsión (monto de afecto), puede tener tres
destinos posibles: En el caso de la histeria es suprimido o sofocado por
completo, en la neurosis obsesiva se manifiesta como afecto coloreado
cualitativamente, como un malestar o displacer; y en la fobia se convierte en
angustia. Esto último es así porque el objetivo de la represión de evitar el
displacer, fracasa. Por lo tanto, la angustia surge de la represión, y la libido
reprimida se convierte en angustia.
3) ¿Cuáles son las razones por las que Freud modifica el primer dualismo
pulsional? Fundamente teniendo como referencia el texto Introducción del
narcisismo.
Cuando existe un conflicto de intereses entre las representaciones, surge lo que
Freud menciona como dualismo pulsional. Es una lucha necesaria para sostener el
aparato psíquico entre las pulsiones yoicas o de conservación, y las pulsiones
sexuales.
Las primeras tienen como objeto la preservación de la función vital, es decir
hacen a la conservación del individuo. Éstas tienen un ritmo y un objeto
determinado donde su energía sería el egoísmo. En cambio, las pulsiones sexuales
son parciales y su energía es la libido, están puestas a la consecución del
placer sexual y tienen un carácter desestabilizador para el Yo, ya que este se
siente amenazado y pone en mecanismo la represión, es decir, son sofocadas
Los órganos sirven a ambas pulsiones, ya sean yoicas o sexuales, de esta manera
existe una doble función del órgano. Cuanto más ese órgano sea tomado por alguna
de esas pulsiones, tanto más perderá el imperio la otra pulsión sobre ese
órgano. Por este principio, y por consecuencia del conflicto entre las pulsiones
sexuales y las pulsiones yoicas, se origina el síntoma. Es decir, se da la
neurosis cuando una parte del Yo lucha con la otra parte pulsional.
A partir de la introducción del narcisismo, este dualismo será cuestionado y se
verá cómo, a partir de esta colocación libidinal, se constituye el Yo. El
concepto de narcisismo era tomado como un estatuto de la perversión, donde un
individuo trataba al cuerpo propio como objeto. Gracias a los aportes de Freud,
este concepto y dualismo es modificado. Ahora, se sale de la consideración
perversa, se ubica como una pieza de colocación libidinal que ocupará un lugar
en el desarrollo del hombre y lo define como el complemento libidinoso del
egoísmo inherente a las pulsiones de autoconservación.
Es cierto que hallamos a la libido adherida a objetos, pero también puede
abandonarlos y ocupar al Yo para formar el narcisismo. En tanto se desarrolla la
libido de objeto, muchas pulsiones se satisfacen en el cuerpo propio. Entonces,
se dice que el autoerotismo es la práctica sexual del estadio narcisista de
colocación de la libido. Freud posiciona al autoerotismo a partir del nacimiento
del humano, en esta etapa el cuerpo del bebé se encuentra fragmentado, es un
cuerpo recortado en zonas erógenas de las que parten pulsiones parciales, es
decir, el yo se desarrolla a partir del autoerotismo.
Para que el individuo se vea a sí mismo como una unidad primero necesita
identificar al otro. La identificación es un acto psíquico indispensable para
pasar del autoerotismo a la identificación y constituir el Yo. Es destacable la
afirmación del narcisismo donde se resalta que, luego del proceso ya explicado,
el Yo se halla unificado, las pulsiones se unifican y se toma como objeto de
amor al Yo. Luego, se puede pasar a la elección de objeto que tiene diferentes
elecciones. Asimismo, en el proceso de autoerotismo y narcisismo quedan restos
autoeróticos.
Freud diferencia a la neurosis de transferencia de la neurosis narcisista
realizando un reagrupamiento de la psicopatología. Las primeras neurosis
incluyen a la neurosis obsesiva, histeria de conversión, histeria de angustia y
fobias, en estas se reasigna el vínculo con la realidad. Desde el análisis,
Freud verifica que el sujeto canceló el vínculo erótico con personas y cosas en
la realidad pero lo conserva en la fantasía, esto requiere una sustitución de
objetos de la realidad a objetos imaginarios.
Además, en el análisis se generará un amor de transferencia, el paciente se
enamora del analista, se lo idealiza. El analista se insiere en la seriación
psíquica del individuo y se crea una neurosis artificial en el tratamiento. En
cambio, en la neurosis narcisista situamos la demencia precoz, paranoia y
parafrenia que comparten el delirio de grandeza y extrañamiento de su interés en
lo exterior. En este caso, se posiciona la libido sobre el Yo retirando la
libido a las personas y objetos del mundo exterior
4) ¿Qué significa que "el dispositivo analítico se constituye en el campo de
batalla en donde se despliegan las fuerzas pulsionales"? Justifique su
respuesta.
En primer lugar, entendemos por “dispositivo analítico” al conjunto de reglas
que estructuran la relación analítica entre terapeuta-paciente. Por ejemplo, la
transferencia es creada por el dispositivo analítico.
Para que eso suceda, tiene que producirse alguna conmoción en la vida del
paciente y, además, tiene que existir una pregunta que no pueda responder solo.
Las transferencias son recreaciones de emociones y fantasías amorosas y hostiles
que reemplazan a algo anterior, por la persona del analista. Es importante
aclarar, que el paciente durante el análisis, no lo vive como un recuerdo sino,
por el contrario, como una cosa actual. Es pertinente que el analista sepa
manejar la transferencia, para el beneficio del paciente. En el caso de Dora por
ejemplo, la transferencia no supo ser bien interpretada y esto hizo que ella
dejara el análisis.
La transferencia simboliza la repetición de modalidades adquiridas en las
experiencias de los primeros años del paciente. El amor por transferencia, es
producido por las características del rol que cumple el psicoanalista y no por
sus características como persona. El paciente debe transferir lo reprimido sobre
el analista, debe investir libidinalmente al analista como objeto de amor, y
esto es una condición que se debe dar durante el análisis. El analista también
se debería ofertar como palestra para el tratamiento, como sostén de la cura y
para el éxito de la cura.
Entonces, cuando ocurre este tipo de transferencias, el síntoma del paciente se
vuelve analítico. Lo que antes era una neurosis ordinaria, se convierte en una
neurosis de transferencia, que fue producida por la situación analítica de la
cura. La transferencia es una neurosis artificial, que se manifiesta como una
formación del inconsciente.
El síntoma, además de tener un sentido, es portador de satisfacción para la
pulsión. El terapeuta se ofrece a ser capturado por la libido que está en juego
y que se satisface en el síntoma, al ofrecer su escucha. Esto es condición del
análisis, y provocará al mismo tiempo la satisfacción del síntoma. En esta
instancia surge la transferencia también como un obstáculo, ya que al producirse
la neurosis de transferencia, el conflicto psíquico se va a poner en juego en
torno al analista. Entonces, se producirá nuevamente una repetición que pone al
conflicto en la actualidad, limitando a la asociación libre. La transferencia
como obstáculo es inevitable, y la repetición es una condición para la cura,
porque el único modo de tratar el conflicto psíquico es como un poder actual.
Cuando el analista pasa a formar parte del conflicto psíquico es cuando se
constituye la neurosis de transferencia, y es la única neurosis que el análisis
cura. Entonces, se podría decir que se produce la enfermedad para poder curarla.
Retomando con la afirmación de la consigna, "el dispositivo analítico se
constituye en el campo de batalla en donde se despliegan las fuerzas pulsionales",
y luego de todo lo expuesto anteriormente, queda esclarecido que el campo de
batalla hace referencia al análisis. Y se dice que es allí donde se despliegan
las fuerzas pulsionales, ya que gracias al análisis y a las intervenciones del
terapeuta, se ponen en juego síntomas como portadores de satisfacción para la
pulsión del paciente, con el fin de, eventualmente, alcanzar la cura.