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Resumen para el Primer Parcial  |  Psicoanálisis Freud (Cátedra: Laznik - 2021)  | Psicología  |  UBA

Hasta 1900 no contamos con la formalización de un modelo de aparato psíquico. En su primera época Freud se vale del esquema del arco reflejo proveniente del campo de la biología para explicar el decurso de los procesos anímicos.

Los modos de descarga que propone son tres: La palabra, la reacción motriz o la elaboración psíquica. Por ejemplo, el llanto podría ser un modo de descarga de una emoción intensa, o responder con una ofensa a una agresión recibida.

En esa misma época enuncia la hipótesis auxiliar (La primera tópica freudiana): En las funciones psíquicas cabe distinguir algo (monto de afecto, suma de excitación) que tiene todas las propiedades de una cantidad, algo que es susceptible de aumento, desplazamiento, y descarga, y se difunde por las huellas mnémicas de las representaciones como lo haría una carga eléctrica por la superficie de los cuerpos.

Entonces vemos que el método terapéutico solidario de la teoría en ese momento era el método catártico, que se sostenía en la idea de homeostasis, método que posibilitaba la abreacción del afecto estrangulado en el momento de la vivencia efectivamente acontecida. Vimos como en 1896 va a complejizar el valor del trauma, va a necesitar de por lo menos 2 escenas, 2 tiempos para que un acontecimiento devenga traumático, estructura arborizada de las representaciones, eso lo pudieron ver también con el olvido de nombres propios, lo cual lo llevo a Freud pensar la sobredeterminación del síntoma.

Y a partir de estos referentes y sobre todo del estudio del sueño Freud va a postular un aparato psíquico hecho de huellas mnémicas, y regulado por el principio de placer. Es decir que en 1900 ubicamos un salto cualitativo en el abordaje conceptual de los procesos psíquicos. Con el abandono del esquema del arco reflejo como referencia, y la instauración de un modelo de aparato psíquico constituido por huellas mnémicas, que a su vez dan cuenta de la lectura que el sujeto hace de la percepción, (recuerden acá como Freud nos explicaba en el apartado B que las primeras huellas, las más cercanas al polo de la percepción, tienen pleno valor perceptivo, aunque No sean la percepción misma. Es decir que dichas primeras huellas se inscriben como imágenes perceptivas de lo visto y lo oído, huellas se inscriben como imágenes perceptivas de lo visto y lo oído, durante aquellos primeros tiempos anteriores a la incorporación del lenguaje y la posibilidad que este tiene, por su función misma, de nombrar las cosas, que, en esos primeros tiempos, como no pueden ser nombradas, comprendidas y dichas, se vuelven puras imágenes perceptivas. Esto es lo que justifica que Freud diga que en el sueño los pensamientos vuelven a mudarse en el material en bruto del que alguna vez partieron, porque a medida que el niñe va incorporando el lenguaje podrá ir leyendo esas percepciones que se reinscribirán luego en las sucesivas huellas


mnémicas que formarán los pensamientos inconscientes, que son aquellas huellas que si se podrán asociar por las combinaciones que el lenguaje permite, en cambio, las primeras, las perceptivas se asocian por simultaneidad.

Tal vez sea como esto que ahora ustedes están escuchando por primera vez, que les suene complicado, como una pura percepción sonora, pero a medida que lo vaya comprendiendo conceptualmente, lo irán procesando e inscribiendo como huellas de un concepto.

Bien, continuo, el aparato se va constituyendo a medida que las huellas de las primeras percepciones y las consecutivas de los primeros años de vida se van inscribiendo. Este aparato no es una tabla raza en donde se inscriben signos de modo automático, sino que supone con la internalización del lenguaje que nos antecede, porque les que nos esperan en el mundo son también sujetos del lenguaje, la función de una lectura de la realidad, y por eso mismo se abre la posibilidad de la realidad psíquica. Con esto les quiero transmitir que el aparato psíquico es un sistema de huellas que dan cuenta de la lectura que cada sujeto hace de la realidad perceptiva y en este sentido, es el sistema de huellas mnémicas que constituyen al aparato lo más singular de cada sujeto y el fundamento de su subjetividad.

Este aparato de huellas entonces no tiene nada que ver con el esquema del arco reflejo. ¿Por qué? Porque el arco reflejo no supone una lectura activa de un sujeto, más bien se presenta como un sustrato biológico que reciba y descargue estímulos.

Con la instauración del aparato psíquico se abandona el principio de constancia y se instala el principio de placer, que ya no supone una descarga completa de la tensión psíquica, sino más bien, que supone una tensión intrínseca de la actividad propia del aparato que es la actividad del desear. Ahora con un modelo armado de aparato psíquico para pensar sus procesos aparece el Deseo como motor del mismo y el principio que lo regula es el de placer, que va a estar constituido por las percepciones de placer y displacer. El aumento de la tensión será percibido como displacer para el aparato y la disminución de la misma será sentido como placer. Pero siempre como el motor es el deseo vamos a estar ante una tensión que implica el desear y esto es lo que lo diferencia del arco reflejo que funcionaba con el principio de constancia. Insisto con esto una vez


más: El principio de constancia refiere al arco reflejo. El principio de placer es solidario conceptualmente con el modelo de aparato psíquico y con el deseo como motor del mismo.

Ahora sí. Arrancamos con el punto C.

¿Por qué durante el sueño lo inconciente no puede ofrecer nada más que la fuerza pulsionante para un cumplimiento de deseo?

La respuesta a esta pregunta está destinada a arrojar luz sobre la naturaleza psíquica del desear.

Como decíamos el deseo es intrínseco al aparato psíquico. Es su fundamento. El aparato se va a constituir y funcionar con la fuerza del deseo inconciente. ¿Qué es esta fuerza? ¿Como surge?

¿De dónde? Para responder a estas preguntas Freud se basa en la construcción ficcional de la vivencia mítica de satisfacción, que plantea en este apartado. Es ficcional porque no es observable, es una idea que Freud pensó para explicar que efectos tiene en la constitución del aparato, las primeras relaciones entre el niñe, el sujeto recién nacido y el otre de los primeros cuidados, ese que se ocupa de las primeras necesidades del niñe.

Estas primeras vivencias del niñe serán registradas en el aparato y formarán parte de las primeras huellas, esas que tenemos que ubicar bien cercanas al polo de la percepción y que son las que se inscriben, fijan y asocian por simultaneidad.

Entonces Freud nos va a contar cómo podríamos imaginar lo que sucede en los primerísimos tiempos de vida del siguiente modo:

Voy a seguir parafraseando el texto de Freud, que dice así: Podríamos pensar que el aparato obedeció, intentó, primero, mantenerse en lo posible exento de estímulos, pero el apremio de la vida perturba esta la simple función y por este apremio se abandona, no hay chance para el esquema reflejo. A él, al apremio de la vida debe el aparato la envión para su constitución.

El apremio de la vida es el llamado al otro de los cuidados primordiales:


El apremio de las grandes necesidades corporales va a producir en el niño una alteración motriz que va a ser interpretada por otro que lo va a asistir. Por la intervención de este otro se va a realizar una baja de tensión que va a dejar dos huellas. Una asociada a la necesidad o la tensión, y otra al cese de la misma. Estás dos huellas la de la percepción primera necesidad interna y la de la percepción de la asistencia que obtuvo para esa necesidad se inscribirán, fijarán y asociarán por simultaneidad. Figúrense a modo de ejemplo la huella de la percepción de hambre y la huella de la teta que le calmo al niñe esa hambre. Esta experiencia de encuentro con el otre de los primeros cuidados va a ser la primera que va a calmar las necesidades del niñe. Freud va a llamarla Vivencia de satisfacción. Una segunda vez que el niñe vuelva a necesitar calmarse, va a tender a reinvestir la hm del objeto que lo satisfizo por primera vez es decir que la segunda vez que el niñe tenga hambre lo primero que va a hacer es reinvertir la huella de la percepción de la teta.

Así lo dice Freud:

La próxima vez que esa última sobrevenga, se suscitará una moción, una fuerza, psíquica que querrá investir de nuevo la imagen mnémica de aquella percepción y producir otra vez la percepción misma, restablecer la situación de la satisfacción primera.

A una Fuerza de esa índole la llamamos deseo. ¿Y como se cumple el deseo? Con La reaparición de la percepción alucinatoriamente, es decir reinvistiendo la huella de la percepción de la teta, en este ejemplo. Esto es el cumplimiento del deseo, y su camino más corto es el que lleva desde la excitación producida por la necesidad hasta la investidura de la huella plena de la percepción.

Así queda dicho porque que el deseo se cumple de modo alucinatorio logrando lo que Freud llama

Identidad de percepción .

Repito: La identidad de percepción es volver a repetir la percepción de la teta alucinatoriamente. La identidad de percepción es lo que sostiene el cumplimiento de deseo.


Y entonces también podemos afirmar que la búsqueda de la identidad de percepción es lo que funda el modo del trabajo del aparato psíquico.

¿Pero que pasa luego para no morir alucinando?, porque si hay hambre No alcanza con alucinar que estamos comiendo, sabemos que se necesita el alimento real.

Por eso Freud va a explicar que se hace necesario reencontrar en el mundo exterior por vía de la motilidad el objeto de la percepción deseado.

Dice que esta primera actividad tiene que ser modificada por otra para reencontrar en el mundo exterior ese objeto buscado en el interior y entonces, esta segunda actividad será a base el proceso secundario del aparato psíquico y el germen del sistema preconsciente.

Freud dice: Una amarga experiencia vital tiene que haber modificado esta primitiva actividad de pensamiento en otra, secundaria, más acorde al fin, más adecuada, y para conseguir un empleo de la fuerza psíquica más acorde a los fines de la satisfacción, se hace necesario detener la regresión completa de suerte que no vaya más allá de la imagen mnémica y desde esta pueda buscar otro camino que lleve en definitiva a establecer desde el mundo exterior la identidad perceptiva deseada. Esta inhibición de la regresión, así como el desvío de la excitación que es su consecuencia pasan a ser el cometido de un 2º sistema que gobierna la motilidad voluntaria, germen del sistema preconsciente, que tiene a su exclusivo cargo la motilidad para fines recordados de antemano.

Podemos decir que esta es la actividad de pensamiento, siendo un rodeo para el cumplimiento de deseo, porque se urde desde la imagen mnémica hasta el establecimiento de la identidad perceptiva por obra del mundo exterior.

Por lo tanto, podemos afirmar que el pensar es un sustituto del deseo alucinatorio, y que el sueño es el testimonio del trabajo primario del aparato anímico.


A modo de conclusión repasemos:

Las consecuencias de la vivencia de satisfacción son:

- la búsqueda de la identidad perceptiva, que funda el modo más íntimo de trabajo del aparato psíquico, que Freud va a llamar el proceso primario, sostenido en la tendencia de repetir, reinvertir la huella de la primera percepción de aquel objeto que calmó la primera necesidad. En el proceso primario hay libre movilidad de cargas.

- la búsqueda de la identidad de pensamiento, es decir el rodeo acorde a fines que el aparato tiene que hacer para no morir alucinando, es decir, lo que funda el proceso secundario, que no es otra cosa que un rodeo para el cumplimiento de deseo. No hay libre movilidad de cargas. La energía psíquica que apunta a lo que Freud llama identidad de pensamiento se encuentra en estado quiescente. Es decir, quieto, fijo, entre dos representaciones. Una representa significa otra en el marco de un código compartido, por eso de algún modo fijado. "Quiero comer” va a significar en el proceso secundario, la búsqueda de alimento. En cambio, el proceso primario una representación se va a conectar con cualquier otra representación dando lugar a la condensación y el desplazamiento propios del sistema inconciente. La frase "Quiero comer" en un sueño puede llevar a diversas significaciones.

Los dos modos de trabajo del aparato, el primario y el secundario serán el germen de los sistemas icc y precc.

Y el Principio de placer que postula en el Pto. E del mismo texto:

La acumulación de la excitación es percibida como displacer y el aminoramiento de la excitación es sentido como placer. A una corriente de esa índole producida dentro del aparato, que arranca del displacer y apunta al placer la llamamos deseo. Hemos dicho que solo un deseo y ninguna otra cosa es capaz de poner en marcha al aparato. Y que el decurso de la excitación dentro de este es regulado automáticamente por las percepciones de placer y displacer.


Vemos como el equilibrio de la descarga se rompe, queda algo que no es alcanzado porque la identidad de percepción es siempre fallida. El aparato se sostiene en la tensión que caracteriza al deseo. El deseo es indestructible porque su repetición no lo agota.

Entonces ubicamos la tensión misma del placer de desear como distinta al placer asociado a la descarga del principio de constancia.

El referente clínico en esta época es la sobredeterminación del síntoma, que ilustra la imposibilidad de descarga y de la reproducción de la escena última. La sobredeterminación es el soporte que permite ubicar la asociación libre, y con este método, la apertura de la cadena inconciente, en su modo de trabajo primario.


Psicoanálisis Teórico

Sigmund Freud desde sus inicios introdujo un nuevo modo de pensar los fenómenos psicopatológicos, lo que permitió instituir un nuevo modo de abordaje clínico. En aquellos años era una de los estudios mas importantes dentro de la medicina. Los pacientes histéricos suelen presentar fenómenos similares a los neurológicos como paralasis, dificultades en el habla y la respiración, sin embargo, tiene una particularidad, estos pacientes no tienen una relación causa- efecto entre su síntoma y su organismo, ocupaba un lugar de enigma dentro de la medicina. En consecuencia, los pacientes histéricos fueron cuestionados y catalogados como pacientes que simulaban sus síntomas o sus fenómenos eran arbitrarios, terminaban siendo aislados.

Comienza su trabajo a partir de la investigación de Charcot, se interesa en ese estudio porque apuesta que estos fenómenos son regulares y se repite en varios pacientes. Charcot empieza a desarrollar los fenómenos histéricos teniendo en cuenta ciertos pacientes aquejados por la histeria traumática que es la denominación que le da la psiquiatría de la época, como consecuencia de un accidente.

El trauma debe cumplir ciertas condiciones, debe ser grave como para que al sujeto se conecte con la representación de peligro mortal, una amenaza para la existencia, pero sin que deje de cesar la actividad psíquica. Además, ese trauma debe tener una relación particular con una parte del cuerpo. Freud considera que el trauma es libre de toda carga hereditaria al contrario de Janet.

Dentro de la condición de hipnosis (donde el paciente en su interior se repite la escena del accidente) a un paciente con histeria es un recurso la sugestión verbal. Puede ser directa o indirecta. El efecto en ambos es la parálisis.

“Si el trauma de un caso puede ser sustituido, en otro, por la sugestión verbal, ello conduce a suponer que también en la parálisis traumática espontánea una representación semejante fue responsable de su génesis, y de hecho cierto número de enfermos informan que en el momento del trauma tuvieron realmente la sensación de que se les había destrozado el brazo. Entonces realmente el trauma sería de todo punto equiparable a la sugestión verbal.”

A partir de esto Freud se pregunta ¿El fenómeno histérico esta producido por el golpe o por el golpe de la biga en la espalda represento a su cuerpo afectado? es decir, ¿La parálisis fue por el golpe o la sugestión verbal? Para Freud es la sugestión verbal. El origen de la parálisis no esta en el golpe sobre el brazo, sino que el trauma estaría representado y producido por la representación.


La génesis del síntoma esta representado por el trauma, hay una relación causa-efecto, que esta mediado por la sugestión verbal, por lo que dice el paciente.

Existe una total analogía entre la parálisis traumática y la histeria común no traumática. La única diferencia es la intervención de un trauma, es decir, la histeria común no son pacientes que en su historial no testimonian haber recibido ningún trauma mecánico. Para el esquema de la histeria traumática (parálisis histéricas), vale universalmente la mayoría de los fenómenos histéricos; dondequiera, se trata del efecto de unos traumas psíquicos que comandan de igual manera los síntomas generados. Freud se pregunta si las deducciones que había sacado Charcot afectados por la histeria traumática eran válidos o no para los pacientes aquejados por la histeria común no traumática, es decir, si se puede aplicar esa tesis que planteaba que el origen del síntoma está determinado de manera unívoca por las circunstancias del trauma Freud se pregunta la pregunta: si es válido para esta entidad clínica aplicar la misma conclusión qué Charcot había sacado para la histeria traumática. También, Freud se pregunta ¿Porque razón se ocasiona del síntoma? Y se encuentra con que los pacientes no recuerdan, es decir, que los pacientes poseen de una amnesia histérica amnesia (el olvido patológico). Primer problema con el cual él se encuentra en su práctica y es que él tiene una tesis que “el origen del síntoma está determinado de manera unívoca por la circunstancia del trauma” sin embargo no puede investigar con los pacientes histéricos ya que no lo recuerdan. En consecuencia, recurre a la hipnosis que era una técnica bastante utilizada en la psiquiatría de aquella época. Freud la utiliza fundamentalmente para ampliar el campo de la conciencia, dicho de otra manera, para extender el rango del recuerdo de los pacientes aquejados por esta amnesia histérica, la hipnosis es entonces una técnica para superar este obstáculo de la amnesia. Allí, se encuentra con una revelación junto con Breuer con el ejemplo de la paciente Anna O., uno de los temas principales en su relato punta de enfermedad del padre, como suele ocurrir con la mayoría de las pacientes histéricas de aquella época. La paciente está aquejada por algo que se llama “doble personalidad” en momentos en donde revela una personalidad entre “un carácter psíquico normal” mientras que hay otros momentos donde revela una personalidad de un “un carácter psíquico alienado” en consecuencia, con despliegue de síntomas donde revela este estado psíquico llenado tiene una multiplicidad de parálisis, contracturas, ensoñaciones intensas, trastornos del lenguaje y muchos otros síntomas más. Particularmente, son síntomas muy manifiestos y severos. No obstante, Freud continua a pesar de la descripción que esta paciente, la interroga para saber su historia, para conectar la historia de sus síntomas con su historia de vida. Con lo cual, esa pluralidad de despliegue síntomas va transformándose en el relato de su historia. Por ejemplo, uno de los síntomas que era una


confusión que la paciente entre el color marrón y el azul. Hay un vestido que es de color marrón y ella lo ve de color azul. Freud interrogándola por el momento en el cual se originó este síntoma la paciente recuerda que era de color azul vestimenta de dormir que usaba el padre aquel que aparecía como el tema central de su historia. Esa bondad compasiva que manifestaba por la enfermedad del padre, cuando ella entonces veía un vestido azul era un modo de nombrar la historia con el padre solo que está corrido del lugar está como, hay un desplazamiento entre el color azul de la vestimenta del padre y el color marrón de la vestimenta de Anna O., es decir, que Freud logra producir logra producir un relato de las vivencias que ocasionaron los síntomas en esa época por la vía de la hipnosis. Sin embargo, esto no es lo único significativo, sino que en los momentos en donde las pacientes relatan las vivencias por medio de la hipnosis, una vez que despiertan, los síntomas desaparecen, ya que según Freud se removieron por la vía del relato. Hay algo que se añade que es lo que sitúa afirmando que los fenómenos histéricos se disipaban tan pronto como en la hipnosis reproducía el suceso que había ocasionado el síntoma, es decir, que este procedimiento tenía el objetivo de ampliar el rango de la conciencia, los alcances del recuerdo. Resulta ser lo que fue él se llama un procedimiento técnico terapéutico porque no se proponía curar a la paciente de sus síntomas, ni una finalidad terapéutica. La idea de Freud era un procedimiento técnico por medio de la hipnosis y que posibilitará comprobar que había vivencias que ocasionaron los síntomas, es decir, lo que Freud buscaba era la averiguación delocasionamiento de los síntomas. Sin embargo, descubrió que era el valor terapéutico y lo sitúa como una nueva pregunta: ¿Por qué la averiguación del ocasionamiento un síntoma produce un valor terapéutico? Freud intenta fundamentarlo teóricamente, intenta dar cuenta de las razones de ese logro. Además, sitúa este valor terapéutico preguntándose ¿Por qué se curan los pacientes? Lo desarrollo hasta el momento, le permite le permite situar una analogía entre las parálisis traumáticas y las histerias comunes no traumáticas. En ambos aparecen vivencias que ocasionaron los síntomas que él ahora los nombra como traumas, tanto aquellos aparecía en la historia, la referencia a mecánico, en relación al momento de ocasionamiento del síntoma y lo llama traumas psíquicos que comandan de manera unívoca la naturaleza de los síntomas así generados, es decir, que Freud logra aplicar en los casos de histeria común no traumática la tesis de Charcot (respecto que la génesis del síntoma el origen del síntoma está determinada de manera La nueva pregunta es: ¿Que es un trauma en el ámbito psíquico? Freud propone dos aproximaciones:

1. Por un lado, nos dirá que el trauma psíquico es una historia de padecimientos, pero aparte el padecimiento a nivel de la historia del paciente. Con una marca va más allá del trauma


como un hecho único, sino que se trata de una historia de padecimientos, es decir, pluraliza la dimensión del padecimiento cuando se trata de no de un trauma mecánico sino un trauma psíquico.

2. Por otro lado, que un trauma psíquico es una vivencia teñida de afecto, dicho de otra manera, el afecto tiene una connotación especifica.

Freud piensa al aparato psíquico, en donde lo que va a plantear es que las funciones psíquicas, es necesario que se mantenga un equilibrio, una homeostasis al que llama principio de constancia cuando sobreviene una emoción, un trauma psíquico, algo que molesta, al “yo” no mecánico sino psíquico. La hipótesis de una conjetura que es que todos los organismos están constituidos por un polo perceptivo de un lado por donde ingresan los estímulos y un polo motor que por dónde se descargan estos estímulos. Si un ser humano experimenta una impresión psíquica, en su sistema nervioso se acrecienta algo que por el momento llamaremos la suma de excitación. Ahora bien, en todo individuo, para la conservación de su salud, existe el afán de volver a empequeñecer esa suma de excitación. El acrecentamiento de la suma de excitación acontece por vías sensoriales, su empequeñecimiento por vías motrices. Se puede entonces decir que, si a alguien le sobreviene algo, reacciona a ello por vía motriz. Y es posible afirmar que de esta reacción depende cuánto restará de la impresión psíquica inicial. Lo que no se pudo descargar lo que resta de la impresión cíclica inicial eso valdrá como trauma psíquico, es decir, el trauma psíquico se produce cuando el aparato no puede aligerar se del estímulo mediante la reacción y ahí se produce el síntoma , ya que se conserva el afecto del recuerdo que no se puede tramitar.

Podemos encontrar entre tres vías para ubicar esta tramitación del afecto del trauma psíquico:

A. Acción: Es una vía de tramitación del afecto psíquico. Por ejemplo, si alguien me pega, entonces eso me produce una impresión psíquica mi sistema nervioso que se acreciéntala suma de excitación al estar ofendido por el otro entonces se descarga con la acción motriz que sería devolver el golpe.

B. Palabra: En lugar de devolverle ese golpe, el insulto es una forma que puede funcionar como un modo de empequeñece de esa suma de excitación. La palabra puede ser el sustituto de la acción.

Procesamiento asociativo (que se conecta con referencia simbólica): Dejar cesar la situación, permite descargar la suma de excitación, una vía que no es, ni la acción, ni el insulto es la palabra contexto de un procesamiento asociativo. No en todos los casos es tan trasparente la determinación del síntoma por el trauma psíquico. A menudo, ella sólo consiste en una referencia simbólica, es la relación entre el ocasionamiento y el síntoma histérico. Esto es particularmente


válido para los dolores. Existe, por así decir, un propósito de expresar el estado psíquico mediante uno corporal, para lo cual el uso lingüístico ofrece los puentes. Precisamente para los síntomas histéricos típicos, como hemianestesia (pérdida de sensibilidad de un lado del cuerpo), estrechamiento del campo visual, convulsiones epileptiformes, etc., no es posible comprobar un mecanismo psíquico de esta índole. En cambio, a menudo lo hemos conseguido en el caso de las zonas histerógenas (lugares hipersensibles del cuerpo cuya estimulación leve desencadena un ataque, el aura del cual suele iniciarse con una sensación proveniente de ese lugar).

El mecanismo psíquico sano tiene por cierto otros medios para tramitar el afecto de un trauma psíquico, por más que le sean denegadas la reacción motriz y la reacción mediante palabras; el procesamiento asociativo, la tramitación por medio de representaciones contrastantes. Si el ofendido no devuelve la bofetada ni insulta, puede sin embargo disminuir el afecto de la ofensa evocando en su interior unas representaciones contrastantes sobre su propia dignidad y la nula valía del ofensor, etc. Ahora bien, ya sea que la persona sana tramite la ofensa de una manera o de la otra, siempre llega al resultado de que el afecto que en el origen estaba intensamente adherido al recuerdo pierda al fin intensidad, y el recuerdo mismo, ahora despojado de afecto, sucumba con el tiempo al olvido, al desgaste.

Referencias

Freud, S. (1976). Obras Completas Sigmund Freud (Vol. III). Buenos Aires: Amorrortu editores.

Barreras y dificultades del tratamiento catártico

Freud intenta extender la aplicación del método de Breuer a un radio más amplio se encuentra con la dificultad de que algunos enfermos no eran hipnotizables, aunque el diagnóstico indicaba histeria y declaraba probable la vigencia del mecanismo psíquico. Y con respecto al el método catártico señala como complicación que no elimina efectivamente todos los síntomas, no pierde valor por ser sintomático y no causal. Freud a este método también lo nombra como “Hipnosis momentáneamente reforzada”, ya que bajo la presión de la mano en la frente del paciente para que acuda siempre lo que Freud busca, la representación patógena supuestamente olvidada, está aprontada siempre «en las cercanías», se la puede alcanzar mediante unas asociaciones de fácil tránsito; sólo se trata de remover algún obstáculo.

Cuando Freud pregunta a sus pacientes por la primera vez que surge el sintoma, ellos no lo recuerdan. Ante el yo del enfermo se había propuesto una representación que demostró ser


inconciliable, que convocó una fuerza de repulsión del lado del yo cuyo fin era la defensa frente a esa representación inconciliable. Esta defensa prevaleció de hecho, la representación correspondiente fue esforzada afuera de la conciencia y del recuerdo, y en apariencia era ya imposible pesquisar su huella psíquica.

En este caso el conflicto intrapsíquico es entre la representación inconciliable y el yo. El síntoma es producto y testimonio de este conflicto. Sin conflicto no hay sintoma. Esto a su vez delimita el campo de experiencia clínica, ya que, diferencia la psiconeurosis de la defensa, de las neurosis actuales (neurosis de angustia). En las primeras interviene el mecanismo psiquico de la defensa, por lo tanto, hay síntoma como el retorno de lo reprimido. Las consecuencias de esta división, la delimitación del campo de la experiencia clínica, porque las neurosis de la defensa se incluyen dentro del campo y las neurosis actuales quedan por fuera de la experiencia clínica, ya que no hay sintoma.

¿Cuál es la fuerza que impide recordad? Freud la llama resistencia, que es la misma que colaboro con la fuerza de repulsión para que se forme el síntoma. La «resistencia a la asociación» en una histeria grave posee un poder que el esforzar del médico extraño y desconocedor de la cosa misma no puede igualar. Anticipa al enfermo que le aplicara enseguida una presión sobre su frente; le asegura que, mientras dure esa presión y al cabo de ella, verá ante sí un recuerdo en forma de imagen, o lo tendrá en el pensamiento como ocurrencia, y lo comprometo a comunicarme esa imagen o esa ocurrencia, cualquiera que ella fuere. Le dice que no tiene permitido reservárselo por opinar, acaso, que no es lo buscado, lo pertinente, o porque le resulta desagradable decirlo. Nada de crítica ni de reserva, ya provengan del afecto o del menosprecio. Le afirma que sólo así podremos hallar lo buscado, que así lo hallaremos infaliblemente. Luego presiona durante unos segundos la frente del enfermo situado ante mí, lo libro de la presión y le pregunta con tono calmo, como si estuviera descartada cualquier decepción:

«¿Qué ha visto usted?» o «¿Qué se le ha ocurrido?». La segunda es la resistencia radial entorno al núcleo patógeno. El núcleo patógeno en esa época, introduce un límite al recordar. Ni aun en la reproducción de los recuerdos esta la posibilidad de acceder al núcleo patógeno, es la manera de decir que no todo puede ser recordado. Hay una primera marca que no retorna y no se puede recordar. Entre mas nos acercamos al núcleo patógeno mayor es la defensa.

El material psíquico de una histeria así se figura como un producto multidimensional de por lo menos triple estratificación. Primero, es indiscutible un ordenamiento lineal cronológico que tiene lugar dentro de cada tema singular. Al igual que Elizabeth que tenia la imposibilidad de caminar, cuando Freud le pregunta por su síntoma, ella va hablando de aquello que recorto de su


historia como lo mas doloroso (muerte de padre y hermana). Como segunda manera de ordenamiento: están estratificados de manera concéntrica en torno del núcleo patógeno . Hay recuerdo que se rememoran con facilidad, pero en tanto nos vamos acercando al núcleo patógeno se tropieza con aquellos recuerdos que el paciente desmiente aun en la reproducción. Freud dice que son extractos de resistencia que a cuanto mayor acercamiento al núcleo patógeno, mayor es la resistencia. El tercer tipo de ordenamiento, el más esencial y sobre el cual resulta más difícil formular un enunciado universal. Es el ordenamiento según el contenido de pensamiento, el enlace por los hilos lógicos que llegan hasta el núcleo, a través de puntos nodales. El paciente a partir de esto va hablando, recortando lo que leyó como marcas de la historia, produce asociaciones a través de sueños y actos fallidos.

Ahora bien, uno halla el camino apropiado si se forma el designio de tratar a este síntoma, neoproducido según un modelo antiguo, lo mismo que a un síntoma antiguo. La primera tarea es volverle consciente al enfermo ese «obstáculo». En una de mis enfermas, por ejemplo, de pronto fracasó el procedimiento de la presión y yo tenía razones para suponer una idea inconsciente como las mencionadas en el parágrafo 2; tan pronto apareció la tomé por sorpresa. Le dije que por fuerza debió haber surgido un obstáculo para la continuación del tratamiento, pero que el procedimiento de la presión tenía por lo menos el poder demostrar ese obstáculo, y le apliqué la presión sobre su cabeza.

Donde se ha superado un período de producción histérica y las secuelas son sólo unos síntomas histéricos como fenómenos residuales, el método catártico es satisfactorio para todas las indicaciones y alcanza éxitos plenos y duraderos . El método catártico rinde todo lo que se le puede exigir, pues el médico no pretenderá alterar una constitución como la histérica; tiene que darse por contento si elimina el padecer al cual es proclive esa constitución y que puede surgir de ella con la cooperación de condiciones externas. Se dará por contento si el enfermo ha recuperado su productividad. Por otra parte, ello no le quita todo consuelo en cuanto al futuro, por lo que atañe a la posibilidad de una recidiva. Y por ahora es bien lícito dejar sin resolver este problema: si con la


terapia catártica uno cura sólo lo que es susceptible de curación espontánea, o en ocasiones también otras cosas que espontáneamente no se habrían solucionado.

Toda vez que uno haya tropezado con una histeria aguda, un caso en su período de más viva producción de síntomas histéricos y el consecuente avasallamiento del yo por los productos de la enfermedad (psicosis histérica), el método catártico modificará poco en la impresión y la trayectoria de ese caso clínico. Los factores etiológicos han ejercido su efecto en un tiempo ya trascurrido, que se sustrae de nuestro influjo; lo hicieron en la medida suficiente, y ahora, superado el intervalo de incubación, se vuelven manifiestos; no se puede quebrar la afección, es preciso aguardar a que discurra y, entretanto, establecer las condiciones más favorables para el enfermo. Y si durante uno de esos períodos agudos se eliminan los productos de la enfermedad, los síntomas histéricos recién generados, hay que prepararse para ver cómo los eliminados son sustituidos enseguida por otros nuevos. Es probable que todo ello y otras cosas impidan en la mayoría de estos casos la aplicación consecuente del método catártico. Todo lo que es capaz de rendir el método catártico aun en la histeria aguda, y el hecho de que él limita, de una manera notable en la práctica, la neoproducción de síntomas patológicos, he ahí lo que nos ilustra indudablemente la historia de Anna O., en quien Breuer aprendió a emplear por primera vez este procedimiento psicoterapéutico.

A las pocas frases se le corta el hilo aun al enfermo que se encuentra «concentrado». Pero no se debe olvidar que por doquier se trata aquí de un cotejo cuantitativo, de la lucha entre motivos de potencia o intensidad diferentes. La «resistencia a la asociación» en una histeria grave posee un poder que el esforzar del médico extraño y desconocedor de la cosa misma no puede igualar. Anticipo al enfermo que le aplicaré enseguida una presión sobre su frente; le aseguro que, mientras dure esa presión y al cabo de ella, verá ante sí un recuerdo en forma de imagen, o lo tendrá en el pensamiento como ocurrencia, y lo comprometo a comunicarme esa imagen o esa ocurrencia, cualquiera que ella fuere. Le digo que no tiene permitido reservárselo por opinar, acaso, que no es lo buscado, lo pertinente, o porque le resulta desagradable decirlo. Nada de crítica ni de reserva, ya provengan del afecto o del menosprecio. Le afirmo que sólo así podremos hallar lo buscado, que así lo hallaremos infaliblemente. Luego presiono durante unos segundos la frente del enfermo situado ante mí, lo libro de la presión y le pregunto con tono calmo, como si estuviera descartada cualquier decepción: «¿Qué ha visto usted?» o «¿Qué se le ha ocurrido?».

Desde luego, sé que podría sustituir esa presión sobre la frente por alguna otra señal o influjo corporal sobre el enfermo, pero como este se halla delante de mí, presionarle la frente o tomarle la cabeza entre mis manos resulta serlo más sugestivo y cómodo que pueda emprender


con ese fin. Para explicar la eficacia de este artificio yo podría decir, tal vez, que corresponde a una «hipnosis momentánea reforzada»; no obstante, el mecanismo de la hipnosis me resulta tan enigmático que preferiría no requerirlo para esa elucidación. Ahora bien, la enseñanza que extraigo de que bajo la presión de mi mano acuda siempre lo que yo busco: La representación patógena supuestamente olvidada está aprontada siempre «en las cercanías», se la puede alcanzar mediante unas asociaciones de fácil tránsito; sólo se trata de remover algún obstáculo. Ese obstáculo parece ser, también aquí, la voluntad de la persona, y personas diferentes hallan diversos grados de dificultad para despojarse de sus propósitos y adoptar una conducta de observación enteramente objetiva de los procesos psíquicos en el interior de ellas.

No siempre es un recuerdo «olvidado» el que aflora bajo la presión de la mano; es rarísimo que los recuerdos genuinamente patógenos se hallen tan en la superficie. La presión no ha puesto en descubierto la representación patógena —la cual, por lo demás, separada del contexto, sin preparación, sería ininteligible—, pero ha señalado el camino hacia ella, la dirección en que debe avanzar la búsqueda. Por eso la representación primero despertada por aquel artificio puede ser un recuerdo consabido, nunca reprimido.

En otros casos, aun, mediante la presión de la mano se evoca un recuerdo que es consabido en sí mismo para el enfermo, pero cuya aparición le causa asombro porque ha olvidado su vínculo con la representación de partida. De todos estos resultados del presionar, uno obtiene la engañosa impresión de una inteligencia superior que estaría fuera de la conciencia del enfermo, mantendría cohesionado con determinados fines un gran material psíquico instauraría un ordenamiento pleno de sentido para su retorno a la conciencia. Yo conjeturo que esa inteligencia segunda, inconsciente, es sólo una apariencia.

En todo análisis complicado uno trabaja repetidas veces—en verdad de continuo— con ayuda de este procedimiento (la presión sobre la frente), que ora enseña, desde el punto en que cesaron las reconducciones del enfermo en la vigilia, el ulterior camino, pasando por unos recuerdos que han permanecido notorios; ora llama la atención sobre nexos que cayeron en el olvido, luego convoca y enfila recuerdos que desde muchos años atrás estaban sustraídos de la asociación, a pesar de lo cual todavía se los puede discernir como recuerdos, y, como operación suprema de la reproducción, hace aflorar pensamientos que el enfermo nunca quiere reconocer como los suyos, que él no recuerda, si bien admite que el contexto los exige imprescindiblemente, y, en ese trascurso, se convence de que esas representaciones, y no otras, producen el cierre del análisis y la cesación de los síntomas.


Pasaje de la histeria común, no traumática a la histeria de defensa

Y averigüé un carácter general de tales representaciones; todas ellas eran de naturaleza penosa, aptas para provocar los afectos de la vergüenza, el reproche, el dolor psíquico, la sensación de un menoscabo: eran todas ellas de tal índole que a uno le gustaría no haberlas vivenciado, preferiría olvidarlas. De ello se desprendía, como naturalmente, la idea de la defensa.

En efecto, era de universal consenso entre los psicólogos que la admisión de una nueva representación (admisión en el sentido de la creencia, atribución de realidad) depende de la índole y de la dirección de las representaciones ya reunidas en el interior del yo; y ellos han creado particulares nombres técnicos para el proceso de la censura a que es sometida la recién llegada. Ante el yo del enfermo se había propuesto una representación que demostró ser inconciliable, que convocó una fuerza de repulsión del lado del yo cuyo fin era la defensa frente a esa representación inconciliable. Esta defensa prevaleció de hecho, la representación correspondiente fue esforzada afuera de la conciencia y del recuerdo, y en apariencia era ya imposible pesquisar su huella psíquica. Empero, esa huella tenía que estar presente. Cuando yo me empeñaba en dirigir la atención hacia ella, sentía como resistencia a la misma fuerza que en la génesis del síntoma se había mostrado como repulsión. Y la cadena parecía cerrada siempre que yo pudiera tornar verosímil que la representación se había vuelto patógena justamente a consecuencia de la expulsión y represión, (esfuerzo de desalojo). En varias epicrisis de nuestros historiales clínicos, así como también en un breve trabajo sobre las neurosis de defensa, he intentado indicar las hipótesis psicológicas con ayuda de las cuales uno puede volver intuirle ese nexo: el hecho de la conversión.

Vale decir: una fuerza psíquica, la desinclinación del yo, había originariamente esforzado afuera de la asociación la representación patógena, y ahora contrariaba su retorno en el recuerdo. Por tanto, el no saber de los histéricos era en verdad un… no querer saber, más o menos consciente, y la tarea del terapeuta consistía en superar esa resistencia de asociación mediante un trabajo psíquico. Esta operación se consuma en principio mediante un «esforzar», un empleo de compulsión psíquica, a fin de orientar la atención de los enfermos hacia las huellas de representación buscadas. Mas no se agota con ello, sino que, como he de mostrarlo, cobra en la trayectoria de un análisis otras formas y reclama en su auxilio otras fuerzas.

Psicoanálisis Practico


Freud se pregunta ¿Cómo es que produce la división de conciencia que justifica los síntomas de la histeria y la neurosis obsesiva?

Histeria hipnoide (Breuer): La base y condición de la histeria es la aparición de unos estados de conciencia peculiarmente oníricos (casi dormido), con una aptitud limitada para la asociación, a los que propone denominar estados hipnoides. La división de conciencia es, pues, secundaria, adquirida; se produce en virtud de que las representaciones que afloran en estados hipnoides están segregadas del comercio asociativo con el restante contenido de conciencia.

Histeria de retención (Charcot): En esta forma de histeria se ha comprobado mediante el análisis psíquico de enfermos inteligentes, la escisión (división) de conciencia desempeña un papel mínimo, quizá ninguno. Son aquellos casos en que meramente se interceptó la reacción frente al estímulo traumático, y que luego serán tramitados y curados por abreacción (Reflujo de la emoción ligada a un hecho o al recuerdo de un hecho que, si no encontrase vías de desahogo, se manifestaría como síntomas patológicos.)

Histeria de defensa (Freud): En ellos no cabía hablar de una tara hereditaria grave ni una atrofia degenerativa en sentido estricto. Es decir, esos pacientes gozaron de salud psíquica hasta el momento en que sobrevino un caso de inconciliabilidad en su vida de representaciones, dicho de otra manera, hasta que se presentó a su yo una vivencia, una representación, una sensación que despertó un afecto tan penoso que la persona decidió olvidarla, no confiando en poder solucionar con su yo, mediante un trabajo de pensamiento, la contradicción que esa representación inconciliable le oponía.

Supuesto compartido por todas las teorías: los síntomas histéricos se deben a una escisión de la conciencia con grupos psíquicos separados.

La novedad de Freud

La tarea que el yo defensor se impone, tratar como «non arrivée» {«no acontecida») la representación inconciliable, es directamente insoluble para él; una vez que la huella mnémica (memoria) y el afecto adherido a la representación están ahí, ya no se los puede extirpar. Por eso equivale a una solución aproximada de esta tarea lograr convertir esta representación intensa en una débil, arrancarle el afecto, la suma de excitación que sobre ella gravita. Entonces esa representación débil dejará de plantear totalmente exigencias al trabajo asociativo; empero, la suma de excitación divorciada de ella tiene que ser aplicada a otro empleo.


Conversión

En la histeria, el modo de volver inocua (sin que haga daño) la representación inconciliable es trasponer a lo corporal la suma de excitación, para lo cual yo propondría el nombre de conversión La conversión puede ser total o parcial, y sobrevendrá en aquella inervación motriz o sensorial que mantenga un nexo, más íntimo o más laxo, con la vivencia traumática. El yo ha conseguido así quedar exento de contradicción, pero, a cambio, ha echado sobre sí el lastre de un símbolo mnémico, que habita la conciencia al modo de un parásito, sea como una inervación motriz irresoluble o como una sensación alucinatoria que de continuo retorna, y que permanecerá ahí hasta que sobrevenga una conversión en la dirección inversa. En tales condiciones, la huella mnémica de la representación reprimida {esforzada al desalojo) no ha sido sepultada, sino que forma en lo sucesivo el núcleo de un grupo psíquico segundo.

Defensa

La defensa aparece a partir de un conflicto psíquico. Si el “yo” de alguien sano hasta ese entonces se enfrenta a una representación inconciliable (algo que el yo no puede tramitar, ya que entra en contradicción con el conjunto de representaciones que lo definen e identifican como tal). La operación de la defensa consiste en el divorcio entre la representación y su afecto, es decir, la representación contiene el monto de afecto es separado por la defensa. Entonces, esa cantidad de afecto separada de la representación irreconciliable se aplicará a una representación no irreconciliable, manteniendo así la lógica del síntoma. Por otro lado, la representación inconciliable pasara a un grupo psíquico segundo, más adelante Freud lo nombrara como el inconsciente.

La representación ahora debilitada queda segregada de toda asociación dentro de la conciencia, pero su afecto, liberado, se adhiere a otras representaciones, en sí no inconciliables, que en virtud de este «enlace falso» devienen representaciones obsesivas. Ante todo, la fuente de la que proviene el afecto que se encuentra dentro de un enlace falso. En todos los casos era la vida sexual la que había proporcionado un afecto penoso de la misma índole, exactamente, que el afecto endosado a la representación obsesiva. En teoría, no se excluye que en algún caso ese afecto nazca en otro ámbito.

Conflicto psíquico: Es el divorcio entre la representación sexual y su afecto, y el enlace de este último con otra representación, adecuada pero no inconciliable. Los enfermos suelen mantener en secreto sus representaciones obsesivas toda vez que son conscientes de su origen sexual. Y


cuando se quejan de ellas, las más de las veces expresan su asombro por sucumbir al afecto en cuestión, por angustiarse, tener determinados impulsos, etc.

Grupo psíquico segundo: La ventaja obtenida por el yo tras emprender para la defensa el camino del trasporte del afecto es mucho menor que en el caso de la conversión de una excitación psíquica en una inervación somática. El afecto bajo el cual el yo padecía permanece como antes, sin cambio y sin disminución; sólo la representación inconciliable ha sido sofrenada, excluida del recordar. Las representaciones reprimidas constituyen también aquí el núcleo de un grupo psíquico segundo, es alcanzable aun sin el auxilio de la hipnosis. Si en las fobias y representaciones obsesivas están ausentes los síntomas más llamativos que en la histeria acompañan a la formación de un grupo psíquico independiente, ello se debe, sin duda, a que, en él, primer caso la alteración íntegra ha permanecido en el ámbito psíquico, y el vínculo entre excitación psíquica e inervación somática no ha experimentado cambio alguno.

Rechazo conjunto en la psicosis

Ahora bien, existe una modalidad defensiva mucho más enérgica y exitosa, que consiste en que el yo desestima la representación insoportable. Junto con su afecto y se comporta como si la representación nunca hubiera comparecido. Sólo que en el momento en que se ha conseguido esto, la persona se encuentra en una psicosis que no admite otra clasificación que «confusión alucinatoria».

Hipótesis auxiliar

Es lícito decir que el yo se ha defendido de la representación insoportable mediante el refugio en la psicosis; el proceso por el cual se logró esto escapa tanto a la autopercepción como al análisis psicológico-clínico. Corresponde verlo como expresión de una predisposición patológica de grado más alto, y acaso se lo pueda circunscribir como sigue: El yo se arranca de la representación insoportable, pero esta se entrama de manera inseparable con un fragmento de la realidad objetiva, y en tanto el yo lleva a cabo esaoperación, se desase también, total o parcialmente, de la realidad objetiva.

La representación auxiliar: En las funciones psíquicas cabe distinguir algo (monto de afecto, suma de excitación) que tiene todas las propiedades de una cantidad, aunque no poseamos medio alguno para medirla; algo que es susceptible de aumento, disminución, desplazamiento y


descarga, y se difunde por las huellas mnémicas de las representaciones como lo haría una carga eléctrica por la superficie tic los cuerpos.

Es posible utilizar esta Hipótesis, que por lo demás ya está en la base de nuestra teoría de la

«abreacción», en el mismo sentido en que el físico emplea el supuesto del fluido eléctrico que corre. Provisionalmente está justificada por su utilidad para resumir y explicar múltiples estados psíquicos.

Ficha resumen Manuscrito K. Sigmund Freud.

Freud propone buscar la causa de la Histeria, la Neurosis Obsesiva y Paranoia. Sostiene que son aberraciones patológicas de estados psíquicos normales: del conflicto en el caso de la Histeria; del reproche en el caso de la Neurosis Obsesiva y de la mortificación en el caso de la Paranoia. Decimos que son aberraciones patológicas porque dañan al yo, no se tramitan y, por otro lado, la causa es la sexualidad infantil.

El hecho cobra valor cuando se lo recuerda no cuando sucedió.

Freud ubica la relación entre síntoma y su historia de producción en cuatro tiempos. Él se refiere a este esquema como la trayectoria típica de la enfermedad o la forma canónica de la neurosis:

(1) La vivencia sexual infantil traumática es aquella que sucede en un tiempo anterior a la pubertad. Es prematura en relación a la capacidad que tiene el sujeto de comprenderla, eso es lo que le puede conferir el valor de traumática, ya que el aparato no la puede tramitar o comprenderla con los recursos simbólicos. También es prematura en relación a lo sexual porque el sujeto-niño no puede darle un significado sexual las cuestiones que acontecen su cuerpo durante la niñez. (2) En el segundo periodo esa escena se va a reprimir. (3) Luego observaremos un estadio de la defensa lograda, semejante a la salud, salvo que exista un síntoma primario. (4) Por último, las representaciones reprimidas retornan, y en la lucha de estas contra el yo forman síntomas nuevos, los de la enfermedad propiamente dicha. Lo que va a diferenciar a las neurosis es el modo en que retorna de lo reprimido.

Entre el tiempo tres y cuatro se intercala la pubertad. Ejemplo: El caso Emma, con 12 años recuerda la escena de los 4 años reprimida. Se enlazan dos escenas a través de nexos lógicos.


• Neurosis Obsesiva: la vivencia primaria se vive activa y placenteramente. Cuando se la recuerda aparece el displacer como un reproche consciente, luego la vivencia y el reproche se reprimen y aparece en la consciencia un síntoma contrario (escrúpulos, vergüenza, orden, limpieza y control). Hay una vivencia placentera en la infancia que cuando es recordada aparece el displacer, por ende, se reprime y en ese lugar aparece un síntoma primario de defensa: el reproche. Este es reprimido y deviene en la conciencia la enfermedad propiamente dicha denominada “formación sustitutiva”. Se forman 3 clases de síntomas: el primario de la defensa que s la escrupulosidad de la conciencia moral, los síntomas de compromiso de la enfermedad que son representaciones o afectos obsesivos, y síntomas secundarios de la defensa que son la obsesión de guardar, dipsomanía, ceremonias. La diferencia es que en la neurosis obsesiva se encuentra una primera vivencia pasiva, pero en la cual el sujeto se defiende haciéndola activa con otro, aun en la niñez. Esta primera vivencia activa (efecto de una primer pasiva) se va a reprimir con culpa y reproche, que es el afecto que luego va a caracterizar al síntoma de las neurosis obsesivas. Los siguientes tiempos: defensa lograda, pubertad y retorno de lo reprimido es igual que en histeria.

• Histeria: vivencia sexual infantil traumática pasiva y displacentera. El displacer cuando la

vivencia es recordada aparece más tarde que en la Neurosis Obsesiva.

(ejemplificar con Cäcilie M. y Elizabeth Von R.)

El protón pesudo histérica

Emma no puede ir sola a una tienda. Como fundamento, un recuerdo de cuando tenía doce años (poco después de la pubertad). Fue a una tienda a comprar algo, vio a los dos empleados (de uno de los cuales guarda memoria) reírse entre ellos, y salió corriendo de algún afecto de terror. Sobre esto se despiertan unos pensamientos: que esos dos se reían de su vestido, y que uno le había gustado sexualmente. Si ella ha sentido displacer a causa de que se rieran de su vestido, hace tiempo que eso por fuerza estaría corregido, desde que se viste como dama; y nada cambia en sus ropas por el hecho de ir a la tienda sola o acompañada. Que no es mera protección lo que necesita se infiere de que, como en una agorafobia, basta que la acompañe un niño para sentirse seguía. Por tanto, los recuerdos despertados no explican ni la compulsión ni el determinismo del síntoma.


La exploración ulterior descubre un segundo recuerdo que Emma pone en entredicho haber tenido en el momento de la escena. Tampoco hay nada que pruebe esto último. Siendo una niña de ocho años, fue por dos veces a la tienda de un pastelero para comprar golosinas, y este caballero le pellizcó los genitales a través del vestido. No obstante, la primera experiencia, acudió allí una segunda vez. Luego de la segunda, no fue más. Ahora bien, se reprocha haber ido por segunda vez, como si de ese modo hubiera querido provocar el atentado. De hecho, cabe reconducir a esta vivencia un estado de «mala conciencia oprimente».

Ahora comprendemos escena I (empleados) si recurrimos a escena II (pastelero). Sólo nos hace falta una conexión asociativa entre ambas. Ella misma señala que es proporcionada por la risa. Dice que la risa de los empleados le hacía acordarse de la risotada con que el pastelero había acompañado su atentado. Entonces el proceso se puede reconstruir como sigue: En la tienda los dos empleados ríen, esta risa evoca (inconscientemente) el recuerdo del pastelero. La situación presenta otra semejanza: de nuevo está sola en un negocio. Junto con el pastelero es recordado el pellizco a través del vestido, pero ella entretanto se ha vuelto púber. El recuerdo despierta (cosa que en aquel momento era incapaz de hacer) un desprendimiento sexual que se traspone en angustia. Con esta angustia, tiene miedo de que los empleados pudieran repetir el atentado, y se escapa.

Empero, del proceso " no ha llegado a la conciencia nada más que el fragmento

«vestidos»; y el pensar que trabaja con conciencia ha plasmado dos enlaces falsos ^* con el material preexistente (empleados, risa, vestidos, sensación sexual): que se le ríen a causa de sus vestidos, y que uno de los empleados ha excitado su gusto sexual.

Psicoanálisis Seminario

La etiología de la histeria que significa el estudio de las causas de la histeria, etio de viene de la palabra griega que significa causa y logos de estudio. Freud comienza a centrarse en los síntomas para comprender su causa. Según el descubrimiento de Josef Breuer los síntomas de la histeria derivan su determinismo de ciertas vivencias de eficacia traumática que el enfermo ha tenido, como símbolos mnémicos de las cuales ellos son reproducidos en su vida psíquica .


Freud a diferencia de Breuer le propone hablar fluidamente sus pacientes, da cuenta de que el síntoma del paciente es su relato del síntoma, es decir, es lo que cuenta de su padecimiento dado que dichos síntomas, no obedecen a una lección, no es un observable, más aún es por completo independiente de la anatomía del sistema nervioso se comporta como si la anatomía no existiera. Incluso, se encuentra con otro obstáculo y es que los pacientes no recuerdan la causa que lo llevó a ese padecimiento. Cuando los interroga hay amnesia, es decir, que falta el recuerdo que explique el síntoma. En el relato los pacientes refieren unas causas que Freud se considera que no son las “genuinas”, entiende que la memoria falsea. Lo que los pacientes suponen la causa de su síntoma entonces está falseado. Falso no porque el paciente mienta sino porque el recuerdo genuino se haya sustraído de la conciencia. Freud cree que siguiendo el camino de esos falsos recuerdos podemos acceder a los genuino esas cadenas de pensamiento, de ideas, de recuerdos Freud la llama falsos enlaces, ya que, la causa del síntoma no se encuentra accesible a la conciencia, dicho de otro modo, que hay lagunas en el recordar. En la etiología de histeria, lo primero que se plantea es que hablando con el paciente se puede ir del síntoma a la causa del mismo, es necesario hacer hablar al síntoma. Freud afirma que los síntomas histéricos derivan de vivencias que han tenido eficacia traumática y que dichos síntomas se reproducen en la vida psíquica, se mantiene vigente como si fuera un testimonio de dicha vivencia. Entonces el síntoma termina representando un monumento recordatorio de esa vivencia en el cuerpo. Una vivencia es una experiencia en el cuerpo propio que no fue tramitada, descargada o abre accionada de manera completa. Este término de abre acción es solidario a un principio con el cual Freud piensa al aparato psíquico, en donde lo que va a plantear es que las funciones psíquicas, es necesario que se mantenga un equilibrio, una homeostasis al que llama principio de constancia cuando sobreviene una emoción, un trauma psíquico, algo que molesta, al “yo” no mecánico sino psíquico. Si no se descarga, abre acciona, tramita por el pensamiento consciente, perturba al yo porque ocasiona displacer y desestabiliza el principio de constancia. Se van a poner en marcha unas fuerzas defensivas, represoras que si bien Freud las adjudica al yo producen algo no buscado por el yo, se produce un sustituto de esa idea molesta, de esa representación inconciliable, que no entra en consonancia con las otras. Son representaciones con las cuales el yo se siente en sintonía, ese sustituto es una formación de compromiso, como dice Freud es un mal negocio porque al yo ya no lo molesta la representación inconciliable sino un sustituto en calidad de síntomas. Es una transacción entre la representación molesta que fue segregada y las fuerzas de la represión que en algún sentido fracasan. La defensa la represión no tiene un éxito completo logra separar de la conciencia la representación molesta pero luego se produce un retorno desfigurado de ella que es el síntoma. Una representación en este momento se le da el carácter


de ideas, pensamientos, que pueden estar en la conciencia o separada de la conciencia esto es inconsciente en un sentido descriptivo.

Hay que tener en claro que la reconducción de un síntoma histérico a una escena traumática sólo conlleva una ganancia para nuestro entendimiento si esa escena satisface dos condiciones:

1. Que posea la pertinente idoneidad determinadora

2. Que se deba reconocerle la necesaria fuerza traumática.

La idoneidad determinadora indica que el recuerdo de la vivencia debe tener un nexo lógico o asociativo con dicho síntoma. La fuerza traumática implica que ese recuerdo de la vivencia debe superar el umbral que mantiene a las funciones psíquicas en equilibrio, debe superar al principio de constancia. (Por ejemplo, si se trata de un vómito histérico el paciente responde que la causa es un accidente ferroviario este recuerdo tendrá fuerza traumática, pero carece de idoneidad determinadora de nexo asociativo con el síntoma, que es el vómito. Si la respuesta es que la causa del síntoma es la ingesta de una manzana en mal estado posee idoneidad determinadora tiene un nexo de contenido, pero carece de fuerza traumática para rebasar el umbral de la homeostasis del principio de constancia) Para poder producir síntomas la vivencia debe responder a esas dos condiciones . No importa el caso o el síntoma del cual uno haya partido, infaliblemente se termina por llegar al ámbito del vivenciar sexual. Así se habría descubierto, por vez primera, una condición etiológica de síntomas histéricos. Además, unos síntomas histéricos sólo puedan generarse bajo cooperación de unos recuerdos, sobre todo si se considera que estos últimos, según todos los enunciados de los enfermos, no habían entrado en la conciencia en el momento en que el síntoma se presentó por vez primera. Al comienzo, las diversas cadenas de recuerdos presentan, hacia atrás, unas trayectorias distintas, pero, como ya se indicó, están ramificadas; desde una escena se alcanzan al mismo tiempo dos o más recuerdos, y, a su vez, de estos parten cadenas colaterales cuyos distintos eslabones acaso están asociativamente enlazados con eslabones de la cadena principal.

Ningún síntoma histérico puede surgir de una vivencia real sola, sino que todas las veces el recuerdo de vivencias anteriores, despertado por vía asociativa, coopera en la causación del síntoma. Si la tesis es válida sin excepción, señalara al mismo tiempo el fundamento sobre el cual se ha de edificar una teoría psicológica de la histeria. En esos casos está presente un encadenamiento de recuerdos eficaces que se remonta mucho más atrás de la escena traumática,


por más que únicamente la reproducción de esta última pueda tener por consecuencia la cancelación del síntoma.

Condición etológica de los síntomas histéricos

Si sostenemos que unas vivencias sexuales infantiles son la condición básica, la predisposición, por así decir, para la histeria; que ellas producen los síntomas histéricos, pero no de una manera inmediata, sino que al principio permanecen ineficientes y sólo cobran eficiencia patógena luego, cuando pasada la pubertad son despertadas como unos recuerdos inconscientes; si tal sostenemos, pues, estamos obligados a dar razón de las numerosas observaciones que comprueban la emergencia de una afección histérica ya en la niñez y antes de la pubertad. Pero también esta dificultad se disipa si consideramos más ceñidamente los datos, obtenidos mediante los análisis, sobre las circunstancias temporales de las vivencias sexuales infantiles. Siempre el niño es pasivo frente a otro que lo seduce. No importa la sola existencia de las vivencias sexuales infantiles; cuenta también una condición psicológica. Estas escenas tienen que estar presentes como recuerdos inconscientes; sólo en la medida misma en que son inconscientes pueden producir y sustentar síntomas histéricos. En cuanto a saber de qué depende que estas vivencias arrojen como resultado unos recuerdos conscientes o inconscientes, si la condición para ello se sitúa en el contenido de las vivencias, en la época en que sobrevinieron o en influjos posteriores, he ahí un nuevo problema que precavidamente dejaremos de lado. La tesis que proporcionado Freud como un primer resultado: Los síntomas histéricos son retoños de unos recuerdos de eficiencia inconsciente, es decir, que en todo síntoma histérico están presentes unas vivencias sexuales infantiles prematuras que devienen traumáticas (Adquieren la capacidad de producir síntomas). Freud explica que las vivencias infantiles en el momento en que fueron vividas, es decir, en la infancia no tuvieron eficacia traumática, es decir, no tuvieron la capacidad de formar síntomas. Varias vivencias posteriores a la pubertad, reactiva la vivencia sexual infantil, despierta un displacer mayor que en el momento en que sucedió la vivencia en que aconteció la vivencia. Al despertar un displacer esto moviliza la defensa las fuerzas represoras y esa vivencia adquiere eficacia traumática en este segundo tiempo retroactivamente. A esta segunda escena le otorga a la primera una significación sexual, a esa primera escena que carecía de esa significación en el momento en que aconteció. De manera retroactiva, entonces se reanima la escena infantil sin acceder a la conciencia. Al reanimarse la escena infantil, a causa de esa segunda ocasión se pone en marcha la defensa y sólo accede a la conciencia una vez que esa representación segunda es un retorno o fracaso de esa defensa que no tiene éxito del todo, fracasa porque lo que retorna es un sustituto desfigurado, que es el síntoma. Es fundamental señalar que todo este proceso se


realiza de manera inconsciente para el sujeto. Un inconsciente descriptivo, conserva la propiedad de seguir perturbando, solo que en lugar de perturbar de manera directa en la conciencia perturba por la vía del síntoma que es su sustituto. Entre la vivencia infantil y el estallido de la enfermedad que es la formación de síntomas, puede haber un intervalo de varios años. Una memoria presente en el sujeto, pero inaccesible para él, un recuerdo que aún segregado fuera de la consciencia tenga fuerzas, sea eficaz para producir un síntoma, solo siendo inconscientes estas escenas son capaces de producir y mantener el síntoma ya que, este no es como el sueño o el fallido y otras manifestaciones del inconsciente que son una noche o dura un momento, sino que el síntoma es un gasto permanente de trabajo para el aparato psíquico porque se mantiene el tiempo hasta su curación. De modo que, Freud afirma es que la vivencia adquiere eficacia traumática si y sólo si, vale como recuerdo inconsciente capaz de producir ese síntoma molesto. Nuevamente, lo patógeno no es la vivencia, sino su activación como recuerdo inconsciente. Freud construye y sostiene una teoría psicológica para situar la causa del síntoma histérico, que es una tesis válida sin excepción. Esta tesis es la cooperación de los recuerdos, ningún síntoma histérico puede surgir de una vivencia real sola, sino que todas las veces el recuerdo de vivencias anteriores es despertado por vía asociativa y coopera en la causación del síntoma. Su eficacia es retroactiva, de modo que existe una condición psicológica del síntoma histérico. La defensa alcanza ese propósito suyo de esforzar fuera de la conciencia la representación inconciliable cuando en la persona en cuestión, hasta ese momento sana, están presentes unas escenas sexuales infantiles como recuerdos inconscientes, y cuando la representación que se ha de reprimir puede entrar en un nexo lógico o asociativo con una de tales vivencias infantiles.

Freud para poder abordar el síntoma histérico propone, sabiendo que el paciente no recuerda la causa de sus síntomas, la terapéutica será reorientar la atención del paciente desde el relato del síntoma hasta esa escena infantil que lo engendró. Freud sostiene a esta altura que al reproducir (no recordar, sino reproducir) ese recuerdo en el tratamiento, se corregirá ese decurso psíquico a causa de que el malestar que producía la escena fue conducido a molestar en el síntoma, entonces la propuesta terapéutica es reorientar el malestar a la escena genuina del síntoma, a la causa. La técnica que se utiliza, invita a hablar para guiar los hilos asociativos, las cadenas asociativas. La cadena asociativa siempre consta de más de dos eslabones; las escenas traumáticas no forman unos nexos simples, sino unos nexos ramificados (armando enlaces falsos), al modo de un árbol genealógico, pues a raíz de cada nueva vivencia entran en vigor dos o más vivencias tempranas, como recuerdos; en resumen: comunicar la resolución de un solo síntoma en verdad coincide con la tarea de exponer un historial clínico completo, es decir, guiarlo hasta el


recuerdo por hallar que son esas vivencias sexuales infantiles, (en calidad de un recuerdo que no se recuerda en la conciencia) de modo que la tramitación psíquica que se vio impedida por el conflicto ahora será posibilitada y permitirá que se descargue ese afecto traumática que quedó enlazada al síntoma en el cuerpo recuerden. Al comienzo, las diversas cadenas de recuerdos presentan, hacia atrás, unas trayectorias distintas, pero, como ya se indicó, están ramificadas; desde una escena se alcanzan al mismo tiempo dos o más recuerdos, y, a su vez, de estos parten cadenas colaterales cuyos distintos eslabones acaso están asociativamente enlazados con eslabones de la cadena principal. Es decir que en el desciframiento del síntoma participan varias cadenas de recuerdos y pensamientos. Cuando relata un paciente algo del síntoma probablemente evoca distintas escenas en su pensamiento que conversan entre sí, del mismo modo el síntoma expresar diversas cadenas de pensamiento. Freud nos advierten que se escoge como síntoma aquello que mejor expresa distintas cadenas de pensamiento. Es así que el síntoma está determinado en forma múltiple desde distintas cadenas de pensamiento. Esto implica que no se otorgar un significado único a cada síntoma, no hay correspondencia término a término, sino que el síntoma se enlaza con distintas cadenas de pensamiento para esa persona en particular . Es importante tener en cuenta que antes de la aplicación del análisis los pacientes no tienen presentes dichas escenas, que al invitarlo a hablar comienza a desplegarse ese saber en las cadenas de pensamiento pero respecto a la vivencia sexual infantil pero nos indica que no les sobreviene a los pacientes un sentimiento médico, es decir los pacientes no tienen la sensación de poseer ese recuerdo, como si lo tienen respecto de otras partes del olvidado, es decir que la amnesia se mantiene respecto de esa vivencia primaria. Sin embargo, al mismo tiempo nos indica que ella es la pieza faltante del rompecabezas, esa vivencia sexual infantil es la que hace inteligible y comprensible el síntoma. Se constata de que se trata de la etiología buscada porque se comprueban los lazos asociativos y lógicos, su idoneidad determinadora, entre ella y los síntomas. Esta será la predisposición para la formación del síntoma, ellas producen los síntomas no de manera inmediata, al principio permanecen ineficientes y sólo cobran eficacia patógena capacidad de producir un síntoma, luego cuando pasada la pubertad las escenas posteriores las reaniman como recuerdo inconsciente.

Freud advierte que haber vivido una de tales escenas implica la condición necesaria pero no suficiente para el síntoma histérico, porque cuenta la condición psicológica. Por eso, indica que el haber tenido esas vivencias no lo podemos modificar, no es su existencia la que determina el síntoma histérico, sino su presencia como recuerdo inconsciente, no estamos habituados de que desde las huellas de mnémicas o sea desde los recuerdos inconscientes, parten una fuerza que


faltaron en la impresión real en el momento en que se vivió esa escena. Entonces, ninguna de las escenas posteriores es la eficiente y las vivencias genuinas (sexuales infantiles) no producen al principio efecto alguno. Es decir, si o si necesitamos la cooperación de los recuerdos. Retomando el síntoma es el resultado de un conflicto en la vida psíquica, sin conflicto no hay síntomas . Un conflicto para el yo, un displacer para el yo, que lo que se propone es no querer saber nada de eso, hacer de cuenta que eso no aconteció. Sin embargo, más allá de la voluntad del yo, interviene la defensa que Freud llama la represión. Si bien defiende al yo de ese recuerdo, esa defensa no tiene un éxito completo, desaloja de la conciencia de la representación inconciliable, ahí tiene éxito, pero esa idea perturbadora retorna desfigurada en forma de síntoma. Entonces a causa de ese conflicto en la vida psíquica, un recuerdo devino apartada de la consciencia porque entro en nexo lógico o asociativo con una vivencia sexual infantil, en calidad de recuerdo inconsciente. Movilizó la defensa, ya que desprende un displacer sentido como actual y se formó el lugar de la representación reprimida, un sustituto que es el síntoma. El síntoma habla de esa representación reprimida, desfiguradamente, sin decirla por eso, es necesario hacer hablar al síntoma. Para concluir, esta vivencia sexual infantil será la etiología específica de la histeria. Freud cree que la defensa deviene patógena, cuando desaloja de consciencia una representación inconciliable porque entro en nexo lógico con esas escenas sexuales infantiles. Resumiendo, para formar un síntoma histérico tiene que estar presente, una defensa contra una representación penosa, una idea perturbadora inconciliable para el yo, esta tiene que mostrar un enlace lógico o asociativo con un recuerdo inconsciente, a través de pocos son muchos eslabones que en ese momento permanecen por igual inconscientes. Ese recuerdo inconsciente solo puede ser de contenido sexual y es una vivencia sobrevenida en el periodo infantil. Freud no tiene aún una teoría acerca de la sexualidad, pero trabaja con la premisa de que la vida anímica tiene injerencia unas fuerzas pulsionales sexuales.

No todos los que atravesaron esa vivencia devienen neuróticos en este sentido, síntoma histérico, sino que para que se forme un síntoma histérico esa vivencia tiene que valer como recuerdo inconsciente.

La cadena asociativa

En resumen, la trama no es en modo alguno simple, y bien se comprende que el descubrimiento de las escenas en una secuencia cronológica invertida (que justifica, precisamente, la comparación


con un yacimiento arqueológico estratificado que se exhuma) en nada contribuye a una inteligencia más rápida del proceso. Así como en los rompecabezas infantiles se establece, tras mucho ensayar, una certeza absoluta sobre la pieza que corresponde a cada uno de los espacios que quedan libres porque sólo esa pieza completa la imagen, al par que su irregular contorno ajusta perfectamente con los contornos de las otras, pues no resta ningún espacio libre ni se vuelve necesaria superposición ninguna también las escenas infantiles prueban ser por su contenido unos irrecusables complementos para la ensambladura asociativa y lógica de la neurosis, y sólo tras su inserción se vuelve el proceso inteligible las más de las veces uno preferiría decir: evidente por sí mismo.

Es que entonces uno averigua que en nuestros casos graves la formación de síntomas histéricos empieza, no de manera excepcional, sino más bien regularmente, con el octavo año, y que las vivencias sexuales, que no exteriorizan ningún efecto inmediato, todas las veces se remontan más atrás, hasta el tercero o cuarto, o hasta el segundo año de vida. Antes de la aplicación del análisis, los enfermos nada saben de estas escenas; suelen indignarse si uno les anuncia el afloramiento de ellas, y sólo en virtud de la más intensa compulsión del tratamiento pueden ser movidos a embarcarse en su reproducción, padecen las más violentas sensaciones, que los avergüenzan y procuran ocultar, mientras evocan a la conciencia estas vivencias infantiles, y aun después que tornaron a recorrerlas de tan convincente modo intentan denegarles creencia, insistiendo en que respecto de ellas no les sobrevino un sentimiento mnémico, como sí les ocurriera respecto de otras partes de lo olvidado.

Y a ello me mueve, además, otro motivo cuya validez es por ahora enteramente subjetiva. En el único intento explicativo para el mecanismo fisiológico y psíquico de la histeria que yo me he podido plasmar como resumen de mis observaciones, la injerencia de unas fuerzas pulsionales sexuales se me ha convertido en una premisa indispensable. Entonces, se llega finalmente, luego de que las cadenas mnémicas han convergido, al ámbito sexual y a unas pocas vivencias que las más de las veces corresponden a un mismo período de la vida, la pubertad.


Conflicto psíquico

Consigné entonces que el estallido de la histeria se deja reconducir, de manera casi regular, a un conflicto psíquico: una representación inconciliable pone en movimiento la defensa del yo e invita a la represión. Pero en aquel momento no supe indicar las condiciones bajo las cuales ese afán defensivo tiene el efecto patológico de esforzar de manera efectiva hacia lo inconsciente el recuerdo penoso para el yo, y crear en su lugar un síntoma histérico.

(Freud, “La etiología de la histeria”, 1896)


SEMINARIO CLASE 3

La angustia es un afecto que está presente en todo sujeto humano. En una primera versión, Freud intenta ubicarlo dentro de su marco teórico. Ubica en dos grandes grupos,

1. Neuropsicosis de defensa (histeria, neurosis obsesivas, neurosis de la defensa) están caracterizadas por la defensa, en estos tres cuadros clínicos hay mecanismo psíquico, que es la defensa, en el cual se separa el monto de afecto de la representación. Son historisables (hay historia) y son analizables.

2. Las neurosis actuales (Neurosis de angustia y neurostenia) en ellas no va a haber mecanismo psiquico, en consecuencia, no están en juego las representaciones de las cuales se divorciaría el monto de afecto. No son historizanles ni analizables. La neurosis de angustia y la neurastenia, en ambos se trata de energía sexual somática. Freud habla de un vinculo entre la angustia y la sexualidad. La sexualidad que se refiere en ese momento está ligada íntimamente a lo físico. La diferencia va a ser que en el caso de la neurastenia va a haber un empobrecimiento de la energía sexual somática, en cambio, en la neurosis de angustia va a haber una acumulación. El denominador común que Freud escucha en la clínica es la poca descarga de energía sexual somática, al no descargarla se acumula.

Como el coitus interruptus ocupa tan primer plano entre las causas de la neurosis de angustia, al comienzo Freud pensaba que la fuente de la angustia continuada podría situarse en el miedo, repetido con cada acto de que la técnica fracasara y produjese la concepción. Pero descubrió que la presencia de ese estado de animo en la mujer o en el varón durante el coitus interruptus es indiferente para la génesis de la neurosis de angustia.

Esta acumulación se muda en angustia, Freud no puede explicar por qué, sin embargo, piensa que la excitación (exógena/endógena), frente estas tensiones endógenas solo valen reacciones específicas. Es decir, que frente a determinados estímulos habría reacciones especificas y frente a la tensión sexual la reacción especifica sería el coito.

La tensión endógena crece de manera continua o discontinua, en cualquier caso solo se la nota cuando ha alcanzado cierto umbral. Solo a partir de ese umbral es


valorizada psíquicamente, con lo cual entraría en relación con grupos de representaciones y a partir de ahí se puede poner en escena el remedio especifico. Entonces, a partir de cierto valor, una tensión sexual despierta libido psíquica, que luego llevaría al coito. Si la reacción especifica no puede producirse (el coito), crece desmedidamente la tensión psicofísica (el afecto sexual) y se vuelve perturbadora.

(¿Por qué no sucede la mudanza?)

Cuando la energía sexual somática alcanza determinado umbral se enlaza con representaciones, pasa a ser energía psíquica. Esta es la energía que se trata en neuropsicosis de la defensa. Esto es lo que NO sucede en las neurosis actuales. En las neurosis de angustia, esta energía sexual física no llega a tornarse en energía sexual psíquica, pero lo que si sucede con la acumulación se muda en angustia. Freud no sabe todavía porque, pero considera que la génesis de la angustia esta ligada a la vida sexual psíquica.

La angustia no viene de una representación reprimida, esto es lo que determina que no sea historizables. No son tratables por psicoterapia, por que se trata simplemente de modificar practica que no se adecuan a una descarga adecuada.

TEORICO CLASE 4

Freud recibe a través de un colega a una paciente joven, que desde hacía más de dos años padecía de dolores en las piernas y caminaba mal. Sabia que había pasado por sucesos dolorosos. Primero había muerto el padre de la paciente; luego su madre debió someterse a una seria operación de los ojos, y poco después una hermana casada fallece, tras un parto, a una causa vieja dolencia cardíaca. En todas esas penas y todo ese cuidar enfermos nuestra paciente había tenido la mayor participación. Freud considera a su paciente una persona inteligente y psíquicamente normal. El dolor que la aquejaba al caminar era de naturaleza imprecisa.

No fue fácil para Freud llegar a un diagnóstico. En primer lugar, era llamativo cuan imprecisas sonaban todas las indicaciones de la enferma, de gran inteligencia. El hipocondriaco que describe sus dolores impresiona como si estuviera ocupado con un difícil trabajo intelectual, muy superior a sus fuerzas. La expresión del rostro de la enferma es tensa y como deformada por el imperio de un afecto penoso; su voz se vuelve chillona, lucha para encontrar las palabras. Es


evidente que la paciente, opina que el lenguaje es demasiado pobre para prestarle palabras a sus sensaciones. Cuando en la señorita Von R. se pellizcaba u oprimía la piel y la musculatura hiperálgicas de la pierna, su rostro cobraba una peculiar expresión, más de placer que de dolor.

La paciente era la menor de tres hijas mujeres, había pasado su juventud, con tierno apego a sus padres. La salud de la madre se quebrantó muchas veces a raíz de una dolencia ocular y también por estados nerviosos. Sucedió por eso que la paciente se apegara de manera particularmente estrecha a su padre, hombre alegre y dotado de la sabiduría de vivir, quien solía decir que esa hija le sustituía a un hijo varón. La llamaba en broma «impertinente» y «respondona» y solía pensar que le resultaría difícil encontrar marido. Se indignaba ante la idea de tener que sacrificar en un matrimonio sus inclinaciones y la libertad de su juicio. Incluso se sentía incomoda con su situación de ser mujer. El padre había ocultado una afección cardíaca crónica, a ello siguió el cuidado del enfermo durante un año y medio, en el cual Elisabeth se aseguró el primer lugar junto al lecho. Dormía en la habitación de su padre, se despertaba de noche a su llamado, lo asistía durante el día y se forzaba a parecer alegre. Fue sólo dos años después de la muerte del padre cuando se sintió enferma y no pudo caminar a causa de sus dolores.

La historia de padecimiento referida por Elisabeth era larga, hilada por múltiples vivencias dolorosas. Mientras la relataba no se encontraba en hipnosis, Freud le indicaba acostarse y le ordenaba cerrar los ojos, aunque no impedía que de tiempo en tiempo los abriera, cambiara de posición, se incorporara, etc. Cuando ella atrapaba una pieza del relato a mayor profundidad, parecía que caía espontáneamente en un estado más semejante a la hipnosis. Yacía entonces inmóvil, y mantenía sus ojos cerrados con firmeza. A Freud le era muy difícil hilar la causa con el síntoma. La expectativa de Freud era demostrar el determinismo del síntoma. En los primeros encuentros con Elizabeth manifiesta que esta peor y mostraba una mirada desafiante e impertinente tal como su padre la describía. Considera que Elizabeth tenía razón, en un análisis no se basa solo en hacer un relato de sucesos dolores, debe tener algún grado de especificad que lo diferencie de contarle a un amigo o a una familia. El no retrocede, tenia que idea que a partir de ciertos estratos más profundos se consiguiera entender tanto la causación como la determinación del síntoma.

Freud se interesa por encontrar la génesis primera de los dolores en las piernas. Se propuso poner a la paciente en hipnosis profunda, sin embargo, no todos los pacientes son hipnotizables y Elizabeth era uno de esos casos. Freud se decide por aplicar aquel artificio de la presión sobre la cabeza. Lo puso en práctica exhortando a la enferma a comunicarme puntualmente todo cuanto en el momento de la presión emergiera ante su visión interior o pasara


por su recuerdo. Calló largo tiempo y luego confesó, por la esforzada, haber pensado en cierto atardecer en que un joven la acompañó a casa después de una reunión social, los coloquios que hubo entre ella y él, y las sensaciones con que luego regresó a casa a cuidar a su padre. Aquí se trataba más bien de un secreto.

El joven, huérfano también, se había apegado con gran devoción al padre de ella, seguido sus consejos en su carrera, y extendido a las damas de la familia la veneración que sentía por el padre. Había consentido ese día en apartarse del lecho del enfermo para asistir a una reunión social en la cual tenía motivos para esperar encontrarlo. Después quiso volver temprano a casa, pero la convencieron a quedarse, y ella cedió al prometerle él acompañarla. Nunca había sentido tanta calidez. Pero cuando después, en ese arrobamiento, entró en la casa, se encontró con que el estado de su padre había empeorado y se hizo los más reproches por consagrar tanto tiempo a su gusto personal. Esa fue la última vez que abandonó al padre enfermo durante toda una tarde. Sin embargo, este fracaso de su primer amor le seguía doliendo cada vez que se acordaba. Aquí Freud ubica que este es el primer momento de la producción del sintoma ya que quedo planteado un conflicto, entre la representación erótica fue reprimida {esforzada al desalojo} de la asociación, y el afecto a ella adherido fue aplicado para elevar o reanimar un dolor corporal presente de manera simultánea (o poco anterior). Era, pues, el mecanismo de una conversión con el fin de la defensa.

Con el descubrimiento del motivo para la primera conversión se inició un segundo período, más fructífero, del tratamiento. Ante todo, la enferma sorprendió con la comunicación de que ahora sabía por qué los dolores partían siempre de aquel determinado lugar del muslo derecho, y eran ahí más violentos. Es el lugar donde cada mañana descansaba la pierna de su padre mientras ella renovaba las vendas que envolvían su pierna fuertemente hinchada. Esto había sucedido cientos y cientos de veces.

En este período de «abreacción» el estado de la enferma mejoró de manera tan llamativa, tanto en el aspecto somático como en el psíquico. En esa tarea obtuvo algunas percepciones interesantes, cuyas enseñanzas hallé confirmadas más tarde en otros enfermos. El lugar originariamente doloroso del muslo derecho se había referido al cuidado de su padre; a partir de ahí, el ámbito de dolor había crecido, por aposición, desde nuevas ocasiones traumáticas, de suerte que aquí, en rigor, no se estaba frente a un síntoma corporal único que se enlazara con múltiples complejos mnémicos psíquicos, sino a una multiplicidad de síntomas similares que al abordaje superficial parecían fusionados en un solo síntoma.


Freud le formala distintas preguntas ¿De donde provienen los dolores de estar de pie? Ella agrupa las distintas escenas conectada con impresiones dolorosas en las cuales ella estaba de pie cuando trajeron a su padre tras sufrir un ataque al corazón. En su terror quedo de pie mortificada. A este primer terror, le siguen otros recuerdos como quedar de pie mortificada frente el lecho de su hermana muerta. Entre las escenas resalto una que se produce después de dar un paseo con su cuñado, se produce un contraste, no del todo transparente, entre la dicha de su hermana y su soledad. La sensación de no avanzar un paso en la vida era la expresión simbólica para sus pensamientos de tintes dolidos. Y ahora por conexión asociativa, no avanzar un paso. Es el mecanismo psíquico de la simbolización. Lo doliente para ella era eso, la sensación de no avanzar un paso.

Elizabeth llega a un estado de mortificación de un padecer tolerado silenciosamente al consultorio de Freud del cual fue traída, no fue por voluntad propia. En este momento del análisis Elizabeth produce recuerdos y represiones.

La enferma se sentía mejor, estaba psíquicamente aliviada y se había vuelto productiva, pero era evidente que los dolores no habían sido eliminados; volvían de tiempo en tiempo y, por cierto, con su antigua violencia. Lo incompleto del éxito terapéutico se correspondía con lo incompleto del análisis: aún yo no sabía con exactitud en qué momento y a través de qué mecanismo habían nacido los dolores. Elizabeth recorta una escena con sus cuñados y este le cuenta el amor que siente por la hermana, escucha palabras de amor de un hombre hacia una mujer. Ella creyendo que podía subsistir sin el amor de un hombre, se conmueve esuchando a su cuñado y comienza a dolerle la soledad. En este recorrido de tres tiempos del análisis, podemos ubicar la sobre determinación del síntoma. En el tercer tiempo el síntoma está asociado por el dolor de su soledad. No se basa en solo hacer hablar al paciente sino de hacer consciente el síntoma para el paciente.

Cierta vez que trabajo con Freud con la enferma cree escuchar al cuñado y ella ahí quiere suspender la sesión. Freud se embolla y presipita la salida de Elizabeth. Freud cree que ella gusta de su cuñado, ella dice que no se trata de eso y se enoja porque el va a hablar con su madre. Efectivamente, se trataba de seguir interrogando lo que ella decía de su soledad, para que la pregunta por su condición de mujer siga abierta.

Elizabeth después de un tiempo, el cuñado va a verla bailar en secreto. A su vez ella se casa con une extraño, alguien que no era de su circulo familiar. LEIDO HASTA LA PAGINA 171


PRACTICO CLASE 3

Recuerdos de infancia y recuerdos encubridores

Lo primero que Freud nos va a indicar es que puedo demostrar la naturaleza tendenciosa de nuestro recordar. Lo esperable es que los recuerdos se desgasten por el paso del tiempo y sucumben al olvido, lo que nos señala es que la memoria práctica una selección entre los recuerdos y que dicha selección no es sin razones, es decir, que los recuerdos pueden no ser accesibles, pero no por eso están despotenciados.

Otro punto clave es ubicar en el mismo mecanismo dos manifestaciones psíquicas que parecen oponerse el recuerdo y el olvido. Freud va a demostrar que comparten un mecanismo común, un mecanismo psíquico y hecho de palabras, pensamientos.

Freud parte entre los más tempranos recuerdos de infancia de una persona, a menudo parecen haberse conservado los indiferentes y accesorios, en tanto que en la memoria de un adulto no se encuentra huella alguna de impresiones importantes, muy intensas y plenas de afecto.

Va a plantear entonces, que existe una naturaleza tendenciosa de nuestro recordar. La memoria practicó una selección entre las impresiones que se le ofrecen, tampoco podemos decir que la falta de recuerdo consciente se deba a que ocurrieron en una época temprana de la vida y el paso del tiempo los ha desgastado o que siendo muy pequeños esas huellas no ocasionaron ninguna impresión. Puesto que, en la infancia muchas funciones cognitivas ya son complejas, de modo que, no se trata de un déficit de las funciones cognitivas o del conocimiento.

Los recuerdos indiferentes de la infancia deben su existencia a un proceso de desplazamiento {descentramiento]; son el sustituto, en la reproducción [mnémica] (memoria consciente), de otras impresiones de efectiva sustantividad que se han desalojado de la conciencia, es decir, han devenido inconscientes. El recuerdo de ellas puede hacerse consciente si dejamos desarrollar estos recuerdos indiferentes por medio de un análisis psíquico, pero su reproducción directa a la conciencia está impedida por una resistencia. Puesto que, deben su conservación, no a su contenido propio, sino a un vínculo asociativo de su contenido con otro, reprimido, tienen fundados títulos al nombre de «recuerdos encubridores». Entonces, podemos ir del recuerdo indiferente al recuerdo “genuino”. Que se trata de hacer consciente lo inconsciente.

Además, el contenido del recuerdo encubridor pertenecía en ese caso a uno de los primeros años de la infancia, mientras que las vivencias de lo pensado que él subrogaba en la memoria, y que habían permanecido casi inconscientes. Denomino atrasador o retrocedente a este tipo de desplazamiento. O puede ser posterior lo llama adelantado o avanzado o que se


enlacen solamente por su continuidad o por su simultaneidad en el tiempo. Lo que importa es que siempre hay una relación entre al menos dos recuerdos.La importancia entonces del recuerdo indiferente está dado no por su contenido propio, sino por su relación con otro que ha sido reprimido entonces, debe su privilegio de ser consciente a su enlace con una vivencia anterior en calidad de recuerdo inconsciente cuya reproducción directa es estorbada por unas resistencias .

En el olvido de un nombre sabemos que los nombres sustitutivos son falsos; en cuanto a los recuerdos encubridores, nos asombramos de poseerlos. Por ejemplo, cuando no nos acordamos de nombres propios generalmente no es un olvido absoluto ya que la memoria produce sustitutos, otros nombres parecidos e incluso que comparten algunas sílabas. Nos damos cuenta que no son el nombre que buscamos, sabemos que esos nombres son falsos los sustitutos. Freud dice que son olvidos con recordar fallido, es un fracaso de la función mnémica y nos percatamos de que se entrometió una perturbación momentánea en nuestras funciones psíquicas, porque no nos acordamos en ese momento del nombre propio, pero quizás, dentro de un rato ese nombre propio advenga a nuestra memoria. La perturbación es momentánea. Respecto del recuerdo cuando tenemos un recuerdo de infancia niño e indiferente nos sorprende que hayamos podido retener ese detalle. Parece un logro de la memoria y no una falla, pero en ambos casos hay un desacierto. Entre los recuerdos de infancia conservados, algunos nos parecen perfectamente concebibles, y otros, extraños o ininteligibles. No es difícil rectificar algunos errores con respecto a ambas variedades. Si los recuerdos conservados de un hombre se someten a examen analítico, es fácil comprobar que no hay ninguna garantía de su corrección. Algunas de las imágenes mnémicas están con seguridad falseadas, son incompletas o fueron desplazadas en tiempo y espacio . Es que pronto se descubren motivos que vuelven comprensible la desfiguración y el desplazamiento de lo vivenciado, pero también prueban que la causa de estas equivocaciones del recuerdo no puede ser una simple infidelidad de la memoria. Ambos casos (el recuerdo y el olvido) un sustituto por desplazamiento a lo largo de una asociación superficial , esos vínculos entre el sustituto y el que quedó desalojado pueden estar dados por lo que llama una asociación extrínseca, es decir, por fuera del sentido un vínculo que no es de contenido sino incluso superficial y generalmente hecho de palabras o fragmentos de palabras que establecen puentes entre lo olvidado y lo recordado.

A partir de esto Freud propone la hipótesis de dos fuerzas psíquicas las que provienen de los recuerdos inconscientes que pugnan por ingresar a la conciencia y las fuerzas de la defensa de la represión que lo impiden. Estas fuerzas no se anulan una a la otra, sino que se produce un


corrimiento del acento psíquico de lo importante a lo no importante, un desplazamiento asociativo en el cual el contenido rechazado reprimido queda asociado al contenido (Nexos lógicos o asociativos) recordado conscientemente aparentemente irrelevante.

¿Cuán atrás en la infancia se remontan los recuerdos? Existen entre los encuestados grandes diferencias individuales, pues algunos sitúan su primer recuerdo en su sexto mes de vida, y otros no saben nada de su vida hasta cumplido el sexto año, y aun el octavo . Pero lo que a Freud le importa es que participe la persona encuestada, es decir, hacer hablar a la persona en cuestión.

Freud va a indicar que es muy posible que el olvido de la infancia pueda darnos algunas claves para entender la amnesia que está en la base de la formación de todos los síntomas neuróticos, es decir, que establece una relación una simetría entre la amnesia infantil y la amnesia de los síntomas en la histeria.

Como se sabe, no es para todos los adultos idéntico el material psíquico en que consuman su recordar. Unos recuerdan en imágenes visuales, recuerdos auditivos, olfativos, por acciones, sus recuerdos poseen este último carácter; otros individuos apenas si pueden reproducir en el recuerdo los más indispensables contornos de lo vivenciado. Freud nos afirmará como podemos que esos recuerdos de infancia, no tenemos la huella anémica real y efectiva sino una elaboración posterior de ella. El va a sostener que los recuerdos de infancia en general, casi es una tesis universal adquieren el significado de recuerdos encubridores. Pero podríamos afirmar que todos los recuerdos ya son una transformación de la huella real y efectiva, solo tenemos su recuerdo.

Freud nos comenta que comunicar los recuerdos se vuelve difícil, por eso es rara vez es posible tener la anécdota separada de un recuerdo.

PRACTICO CLASE 4

Olvidos de nombres propios

¿Cuáles son las causas que producen un olvido y su recordar fallido? (entendiendo a este fallido como un retorno de lo reprimido.) ¿A qué se referirá Freud con la psicopatología de la vida cotidiana? Se va a referir a las formaciones del inconsciente que se presentan en el discurso de la vida cotidiana. Es decir, a los lapsus, los olvidos, los sueños, y al chiste también, que lo vamos a tomar como una formación del inconsciente.


Estas formaciones del inconsciente, a diferencia del síntoma, aparecen de manera sorpresiva en nuestro discurso. Es decir, irrumpen como un palo en la rueda del sentido. Un lapsus o un olvido, podrían pasar de largo y no ser escuchados en su particularidad, en el discurrir de cierto relato. O bien, como suele suceder en los análisis, ser tomados como puntos privilegiados porque ofrecen una oportunidad para escuchar y preguntarse sobre el nuevo sentido que se abre ahí en el decir.

Freud se propone explicar la lógica del desplazamiento y la condensación que determinan y sobredeterminan las formaciones del inconsciente. Se vale de un ejemplo propio que relata paso a paso y luego dibuja un esquema con los elementos fundamentales que intervienen en los mecanismos de desplazamiento y condensación en juego.

Freud afirma: … “la ocasión que me indujo a considerar en profundidad este fenómeno del olvido temporario de nombres, fue observar que por lo general. no solo se produce un olvido, sino un recuerdo falso. El proceso destinado a reproducir el nombre que se busca se ha desplazado, llevando de tal suerte hasta un sustituto incorrecto. Pues bien, mi premisa es que tal desplazamiento obedece a unas vías calculables y ajustadas a ley. Con estas palabras conjeturo que el nombre o los nombres sustitutivos mantienen un nexo que se puede revelar, con el nombre olvidado y buscado.”

Freud para fundamentar dicha conjetura toma una anécdota propia, la que le ocurrió cuando se empeñaba en recordar el nombre de un pintor italiano. Freud cuenta que en el lugar del buscado nombre Signorelli se le imponían otros dos nombres: Botticelli y Boltraffio, pero que enseguida y de manera terminante su juicio rechazaba por incorrectos.

Entonces nos cuenta que dicho olvido se le produjo durante un viaje en tren que realizaba hacia una estación de Herzegovina. Nos cuenta que en dicho viaje se puso a conversar con su compañero de asiento, y que en esa conversación se le dio por preguntarle si ya había estado en Orvieto y contemplado ahí los famosos frescos de… Y cuando quiere nombrar a dicho pintor se le olvida su nombre. No puede recordar el nombre del autor de dichos frescos.

Por lo tanto, Freud va a realizar un trabajo de autoanálisis para recordar en qué contexto asociativo se le produjo el olvido del nombre. Continúa con su relato y nos comparte que poco antes de preguntarle a su compañero de viaje si ya había estado en Orvieto, conversaban acerca de las costumbres de los turcos que viven en Bosnia y en Herzegovina. Recuerda que un colega suyo le contó sobre la total confianza que esta gente, los turcos, tienen en los médicos, y la total resignación que muestran ante la enfermedad y cometan también una frase de ellos a la hora de


anunciarles que el enfermo no tiene cura, a la que los turcos responden: Herr, ( señor en alemán) no hay nada más que decir. Yo sé que, si lo pudiera salvar, lo habría salvado.

Freud afirma que en estas frases ya se encuentran las palabras y nombres: Bosnia, Herzegovina, Herr, que se pueden interpolar en una serie asociativa entre Signorelli -Botticelli - Boltraffio.


Continúa con el repaso de aquella conversación y recuerda que quería contar una segunda anécdota, pero que prefirió sofocarla porque le resultó un poco incómodo hablar de ciertos temas con un extraño. Dicha anécdota tenía que ver con la relación de los turcos a la muerte y la sexualidad. Recordó otra frase, de un paciente de su colega, que expresaba la desesperación en la que esta gente suele caer cuando se topa con achaques sexuales: “Sabes tú, Herr, cuando eso ya no ande, la vida perderá todo valor” . Freud cuenta que no solo prefirió no sacar ese tema con un extraño sino que además desvió su atención de la continuación de estos pensamientos, que habrían podido anudarse al tema " muerte y sexualidad ". Freud se hallaba por entonces bajo el continuado efecto angustioso de una noticia que había recibido pocas semanas antes en Traffoi. La noticia trataba acerca de un suyo que se había quitado la vida por una incurable perturbación sexual.

Freud en su análisis va resaltar la coincidencia sonora entre Traffoi (el lugar donde recibió esa noticia) y Boltraffio, para suponer que en aquel tiempo la reminiscencia de lo ocurrido con su paciente, a pesar de su voluntad de no pensar en eso, se procuró una acción eficiente dentro de sí. Es decir, ese tema que él había reprimido se procuro el modo de retornar. (el retorno de lo reprimido). Freud, no quería olvidar el nombre del pintor italiano; lo que quería olvidar era la noticia del suicidio de su paciente, pero esto otro consiguió ponerse en conexión asociativa con el nombre olvidado. “Yo olvidé lo uno contra mi voluntad, cuando quería olvidar lo otro adrede” . Continúa, los


nombres sustitutivos (Botticelli y Boltraffio) ya no me parecen injustificados como antes del esclarecimiento; me remiten al modo de un compromiso tanto a lo que yo quería olvidar (la muerte del paciente) como a lo que yo quería recordar (el nombre del pintor) , y me enseñan que mi propósito de olvidar algo ni se logró del todo ni fracasó por completo.


Seminario clase 4

El sueño es un acto psíquico de pleno derecho y su fuerza impulsora es un deseo a realizar. Su aspecto las más de las veces absurdo es efecto de la censura psíquica colabora en la formación de él, la necesidad de condensar el material psíquico, el cuidado por la figuralidad y el cuidado porque el producto total represente un aspecto racional y coherente. Es una formación del inconsciente.

En la época que Freud comienza a estudiar el sueño, este era estudiado solo en el aspecto fisiológico, considerando los científicos que la búsqueda de un sentido era tarea de los ámbitos no científicos. Para los médicos de aquel entonces los sueños eran producidos por estímulos sensoriales y corporales que alcanzaban al durmiente desde afuera o se activaban por el funcionamiento de los órganos internos. Freud de esto rescata que los sueños tienen un sentido y que a este sentido se puede llegar bajo un trabajo de interpretación.

Freud propone revalorizar el saber popular, sin embargo, estima hacer algunas diferencias. Antes consideraban que el sueño era premonitorio, para Freud, por el contrario, no está relacionado con el futuro sino con la actualidad que cobra algo del pasado. Otra diferencia es que para ellos había un significado universal para cada elemento del sueño, esto Freud lo desestima y propone el método psicoanalítico para descifrar el sentido del sueño.

La idea central para el psicoanálisis es que, el saber no está para quien escucha el sueño sino en el soñante. Este saber no sabido por el sujeto, pero podrá apropiarse de él sí lo asocia libremente, es decir, desplegando la cadena asociativa. A diferencia de los otros interpretadores, Freud propone un método de desciframiento que respeta la particularidad del soñante, ya que, considera que es el que soñó quien sabe el sentido del sueño. Freud, al igual que otras formaciones del inconsciente, las hace hablar. Parte de la idea de que todas esas manifestaciones son un sustituto del material reprimido, es decir, formaciones sustitutivas. Las formaciones sustitutivas son producto o resultado de un conflicto psíquico entre dos partes impugnes. Una parte que ejerce censura y otra que es censurada. Los sueños tienen la ventaja de presentarse en personas sanas, es decir, personas asintomáticas. Es ventajoso ya que la instancia inconsciente se manifiesta en todos los pacientes.

El propósito del sueño es cuidar el dormir de los estímulos externos y corporales. Dentro del contexto del análisis se trata de que el soñante descomponga el sueño en sus elementos y aborde sus elementos por separado, se le pide que se le abandone a la asociación libre. Solo a


partir de concebir el sueño de forma sustitutiva va a diseñar una técnica de interpretación basada en el psicoanálisis. Freud desarrolla tres reglas del trabajo de interpretación:

1. No hay que hacer caso de lo que sueño quiere decir, eso nunca es lo que quiere decir el inconsciente.

2. Hay que limitar el trabajo a evocar para cada elemento las representaciones sustitutivas sin reflexionar sobre ellas.

3. Hay que esperar hasta que lo inconsciente se instale por sí solo, sin ejercer ningún tipo de censura, ni del paciente ni del analista.

El trabajo de interpretación se va a cumplir en contra de una resistencia, porque se presentarán objeciones e intentos de sofocar las ocurrencias y nos advierten que algo sustancial se está produciendo. Freud diferencia dos tipos de contenido

Las imágenes visuales se deben leer como una escritura jeroglífica o un acertijo en imágenes. Para poder descífrala hay que tener en cuenta las relaciones entre signos, cada uno valía en significación según quienes los acompañaban. Es decir, El contenido del sueño es dado en una pictografía, cada uno de cuyo signo ha de transferirse al lenguaje de los pensamientos del sueño. No es correcto leer esos signos según su valor figural en lugar de hacerlo según su referencia signante. El sueño es el resultado entre un conflicto entre la censura y lo censurado. En el sueño se desfigura lo censurado por efecto de el mismo.

Seminario 5

7° conferencia: Contenido manifiesto del sueño y pensamientos oníricos latentes Tres importantes reglas que debemos observar en el curso del trabajo de interpretación

del sueño:


1) No hay que hacer caso de lo que el sueño parece querer decir, sea comprensible o absurdo, claro o confuso, pues nunca será eso lo inconsciente que buscamos

2) Hay que limitar el trabajo a evocar, para cada elemento, las representaciones sustitutivas sin reflexionar sobre ellas, sin examinarlas para averiguar si contienen algo pertinente, sin hacer caso de cuán lejos nos lleven del elemento onírico.

3) Hay que esperar hasta que lo inconsciente oculto, buscado, se instale por sí solo.

Freud propone analizar un sueño:

“Una mujer joven, pero casada desde hace muchos años, sueña: Está sentada con su marido en el teatro, un sector de la platea está totalmente desocupado. Su marido le cuenta que Elise L. y su prometido también habían querido ir, pero sólo consiguieron malas localidades, 3 por 1 florín y 50 kreuzer, y no pudieron tomarlas. Ella piensa que eso no habría sido una calamidad.” Esto sería el contenido manifiesto, el relato del sueño. Aquí Freud comienza con la cadena asociativa de la paciente. Lo primero que ella comenta que su marido le cuenta que Elise L. celebraba su compromiso matrimonial, por lo tanto, el sueño es la reacción por esa comunicación del marido. Esta comunicación funciono como resto diurno, como una impresión presente que en su momento se haya sofocado o haya resultado indiferente, pero se prestó para el armado del sueño. Se va dividiendo el sueño en partes y se va asociando. El detalle de que un sector de la platea desocupado es una alusión a un acontecimiento real de la semana anterior, donde fue a una obra de teatro, había adquirido las entradas tempranamente con un adicional, el cual no fue necesario ya que había un sector de la platea estaba casi vacío, incluso su marido se había burlado de su apresuramiento. “1 florín y 50 kreuzer” proviene de su cuñada, ya que había recibido 150 florines como regalo de su marido, es decir, 100 veces más que un 1 florín y 50 kreuzer, según la paciente de Freud se apresuró en ir a comprar unas joyas. El número tres deviene de que Elise es tres meses más jóvenes que ella, que está casada hace diez años, pero lo que resalta es que se tome el disparate de comprar tres entradas cuando eran dos personas. Durante la asociación se destaca en varios lugares se destaca el hecho de que se había apresurado, la noche anterior se había enterado que su amiga solo tres meses más chica había conseguido un hombre de altas cualidades. Además, la critica a su cuñada de que compro apresuradamente. Freud y la paciente anuncian en el sentido de que para ella fue un disparate apresurarse con el casamiento. El teatro es el sustituto figurado del casamiento y las malas localidades del marido. “Si no se hubiese apresurado hubiese conseguido uno 100 veces mejor”.

Freud cumplió con la tercera regla de interpretación, espero que la paciente recordara sin ejercer censura, ni de la paciente ni de él. Por otra parte, se hizo evidente que las imágenes del


sueño no fueron leídas como una composición pictórica, es decir, se respetó la indicación de tomar cada imagen con su valor relativo, respecto de los demás.

Además, en el sueño actúa también el desplazamiento, es decir, un corrimiento del acento psíquico. Es uno de los recursos principales de la desfiguración onírica y presta al sueño aquella ajenidad en virtud de la cual el soñante mismo no querría reconocerlo como algo producido por él. Omisión, modificación, reagrupamiento del material son, por tanto, los efectos de la censura onírica y los medios de la desfiguración del sueño. La censura onírica misma es la causante o uno de los causantes de la desfiguración del sueño. En todos estos casos se produce una sustitución por desplazamiento.

9* conferencia. La censura onírica

Los sueños son eliminaciones de estímulos (psíquicos) perturbadores del dormir, por la vía de la satisfacción alucinada. En cuanto a los sueños de adultos, sólo ha podido esclarecer un grupo, el que designa como sueños de tipo infantil. Toda vez que un sueño resulta plenamente comprensible, revela ser el cumplimiento alucinado de un deseo.

Freud comienza explicando el sueño de los “servicios de amor”, de una mujer de 50 años

que tenía a su hijo en el frente de guerra.

“Ella va al hospital militar n° 1 y dice en la guardia de la entrada que le es preciso hablar con el médico jefe ... (menciona un nombre desconocido para ella) porque quiere prestar servicio en él hospital. Al decirlo acentúa la palabra «servicio» de tal modo que el suboficial cae enseguida en la cuenta de que se trata de un «servicio de amor». Como es una mujer de edad, tras alguna vacilación la deja pasar. Pero en vez de llegar hasta el médico jefe, se ve dentro de una sala espaciosa y sombría en que muchos oficiales y médicos militares están de pie o sentados a una larga mesa. Se dirige con su propuesta a un capitán médico, quien, tras pocas palabras, ya comprende. El texto de su dicho en el sueño es: «Yo y muchas otras mujeres y muchachas jóvenes de Viena estamos dispuestas a ...», aquí sigue en el sueño un murmullo, «… los soldados, tropa y oficiales sin distinción». Que eso mismo fue comprendido rectamente por todos los presentes, se lo muestran los gestos en parte turbados y en parte maliciosos de los oficiales. La dama prosigue: «Yo sé que nuestra decisión suena sorprendente, pero es de lo más seria. Nadie pregunta al soldado en el campo de batalla si quiere o no morir». Sigue un penoso silencio de varios minutos. El capitán médico le rodea la cintura con su brazo y dice: «Noble señora, suponga usted el caso, de hecho, sé llegaría a » (murmullo). Ella se desprende de su brazo pensando:

Es igual que los otros, y replica: «Mi Dios, yo soy una mujer anciana y quizá nunca he de llegar a


esa situación. Además, tendría que respetarse una condición: considerar la edad; no sea que una mujer mayor... (murmullo) con un mozo jovencito; sería terrible». El capitán médico: «Comprendo perfectamente». Algunos oficiales, entre ellos uno que en años mozos la había cortejado, estallan en carcajadas, y la dama desea ser llevada ante el médico jefe, conocido de ella, para que todo se ponga en claro. En eso se da cuenta, para su máxima consternación, de que no conoce el nombre de él. No obstante, el capitán médico, muy cortés y respetuosamente, le indica que se dirija al segundo piso por una escalera de caracol, de hierro, estrechísima, que la lleva directamente desde la sala hasta el piso superior. Mientras asciende oye decir a un oficial: «Es una decisión colosal, no importa que sea una joven o una vieja; ¡mis respetos!». Con el sentimiento de cumplir simplemente su deber, ella trepa por una escalera interminable”

Cada vez que quiere explicar en su sueño los servicios que quiere ofrecer, solo se escucha murmullos. Es decir, durante el relato se produce lagunas de contenido.

Los efectos de la censura, es decir, los medios de desfiguración:

· Cuando durante un sueño se omiten o no se oyen algunas palabras se dice que son oníricos omitidos, encubiertos por un murmullo, se sacrifican a una censura. Es decir, una censura onírica, a la que ha de atribuirse una cuota de participación en la desfiguración onírica. Dondequiera que haya lagunas dentro del sueño manifiesto, la censura onírica es la culpable.

· También la censura puede operar produciendo aproximaciones o alusiones, se deja solo entre ver, se hace referencia o mención de algo o alguien sin que este en el sueño, es decir, nombrando o mostrando una parte.

La fuerza de la censura no quedó agotada cuando produjo la desfiguración del sueño, disipándose a partir de ese momento, sino que esta censura sigue persistiendo con el propósito de mantener la desfiguración. Además, así como es variable la intensidad de la resistencia frente a la interpretación de cada elemento, también resulta de cuantía diversa la desfiguración provocada por la censura en cada uno de los elementos de un mismo sueño.

Lo censurado

Las tendencias que ejercen la censura son las que el soñante admite despierto en su actividad judicativa y con las cuales se siente consustanciado. Entonces sólo puede decirse que


son de naturaleza enteramente repudiable, chocantes en el aspecto ético, estético o social, cosas en las que ni siquiera se atreve uno a pensar o en que se piensa con repugnancia. Y, en verdad, el yo propio aparece en todo sueño, y en todo sueño desempeña el papel principal, aunque sepa ocultarse muy bien en lo que hace al contenido manifiesto. Se debe disfrazar u ocultar porque aparece ejerciendo lo que Freud llama un «sacro egoísmo», un yo que esta desembarazado de un freno real. Se ponen a jugar deseos de venganza y de muerte contra personas allegadas, las más amadas en la vida, los padres, hermanos, el cónyuge, los propios hijos, no son nada inhabitual. Estos deseos censurados parecen subir de un verdadero infierno; tras la interpretación, en la vigilia, ninguna censura nos parece suficientemente dura contra ellos. Además, que ciertos sueños pueden reconocerse como satisfacción de deseos legítimos y de urgentes necesidades corporales. El ansia de placer —la libido, como nosotros decimos— escoge sus objetos sin inhibición, y por cierto da preferencia a los prohibidos. No sólo la mujer del prójimo, sino sobre todo objetos incestuosos, sacralizados por la convención: la madre y la hermana en el hombre, el padre y el hermano en la mujer. (También el sueño de la dama de 50 años es- incestuoso: inequívocamente su libido está dirigida al hijo.) Uno debe considerarse responsable de sus mociones oníricas, ya que no solo están presentes en el soñante, sino que producen efectos en él. De ahí que los sueños y las otras formaciones del inconsciente son resultados de un conflicto psíquico, este conflicto es moral. Estable entonces que la desfiguración onírica es una consecuencia de la censura ejercida por tendencias admitidas del yo en contra de mociones de deseos chocantes, que se agitan mientras se duermo.

Freud anticipa la idea que trata de hacer consciente todo lo inconsciente, deja un nuevo tema ya que lo inconsciente adquiere un nuevo sentido, a esto se le agrega un permanentemente inconsciente, esto Freud lo va a trabajar más adelante en su obra.

Seminario 6

Freud formula un ordenamiento de lo psíquico en términos de sistemas (Consciente, preconsciente e inconsciente), esto se denomina el primer ordenamiento metapsicológico.

Freud plantea un psiquismo regido por sistemas que mantienen alguna relación entre si pero que a la vez entroniza al sistema inconsciente como núcleo fundamental en las producciones de lo psíquico. ¿Por qué? Porque descubre que en el inconsciente hay procesos, leyes de funcionamiento que participan y son determinantes en las elaboraciones psíquicas.


¿Cómo se forma un sueño? ¿Cuáles son sus operaciones? ¿Qué procesos intervienen en esa elaboración? ¿Sobre que material se forma un sueño? ¿Cuál es su función? ¿Qué valor darle al sueño en la vida anímica? ¿Cuál es su esencia?

¿Qué valor darle al sueño en la vida anímica?

En principio, todas las formaciones del inconsciente parecen no participar de un valor practico en la vida de la gente, sin embargo, muestra eficacia en la vida anímica. Puesto que aun siendo producciones irracionales para la conciencialos sueños no le son indiferentes al soñante.

Cada soñante tiene un modo singular de soñar. Hay sueños que se presentan solo compuestos por pensamientos, sin la primacía de la imagen principal. O soñantes que el factor cromático está ausente. El sueño es respuesta a algo presente que opera como factor desencadenante.

11° Conferencia. El trabajo del sueño

Freud retoma el trabajo de interpretación analítico del sueño.El sueño es interpretable solo en las condiciones de un análisis. Mas allá, que el acto de soñar le suceda a todo el mundo. Ya que, para llegar desde el sustituto (el contenido manifiesto) a lo sustituido (los pensamientos oníricos latentes) solo se alcanza por la vía de las asociaciones de las ocurrencias que el paciente puede hacer sobre cada uno de los elementos del contenido manifiesto. Por lo tanto, el trabajo de interpretación se basa en tales ocurrencias y la técnica anteriormente dicha(?)El trabajo de interpretación parte del sustituto para alcanzar los pensamientos oníricos latentes, desconocidos para el soñante.

¿Cómo se forma un sueño?

Los sueños infantiles: se cumple de manera directa anhelos de la vida reciente de vigilia que no han sido satisfechos, no hubo allí operaciones de desfiguración. Ej.: Sueño de Anna Freud.

¿Cómo se cumple el sueño en este caso?

A partir de dos condiciones:

1. La transposición de un enunciado desiderativo de un modo subjuntivo, a un enunciado

verbal presente del modo indicativo. El “Ojalá pudiese comer fresas” a “Estoy comiendo


fresas”, se relata un hecho mientras esta transcurriendo. La condición para que devenga el sueño es la Transposición verbal.

2. La transposición de esos pensamientos a imagines visuales pero con una vivencia actual. El pensamiento de deseo (“estoy comiendo eso prohibido”) se transpone ahora en imágenes visuales, en un sueño alucinatorio. El sueño infantil cumple en imágenes eso anhelado.

Sueños de los adultos: Tienen la misma estructura que los niños pero se les agrega el trabajo de desfiguración onírica, es decir, que esas dos condiciones del sueño infantil también participan en los sueños desfigurados.

En principio, participan:

· Condensación

· Transposición de pensamientos a imágenes visuales

Son operaciones que disfrazan y dan como resultado un sueño que Freud nomina alucinatorio.

Sobre eso se hace un relato.

Condensación: Es una operación del inconsciente que también está en el chiste. Lo condensado en el sueño se presenta como una traducción abreviada, es decir, que el contenido manifiesto es menor que los pensamientos oníricos latentes. ¿Cómo se produce la condensación? Freud considera que algunos elementos latentes se eliminan en el contenido manifiesto, otros pasan a este contenido en forma fragmentaria, mientras que otros se fusionan en una unidad que se le adjudica en rasgos comunes que al principio no tenían. Freud a esa fusión lo llama formaciones mixtas. Se suele presentar con contornos vagos, por lo tanto se puede afirmar que contribuye a la oscuridad del sueño

Desplazamiento: También está en el olvido de nombres propios. La censura se sirve de esta operación, en tres modos en los que aparece la censura: elisión (o tachadura), alusión y el descentramiento del acento psíquico. Estos dos últimos, son modos del desplazamiento. El desplazamiento es una operación propia del trabajo del inconsciente, pero la censura lo usa para sus propósitos.

Transposición de pensamientos en imágenes visuales: Sirve a la desfiguración, Freud nos aclara que hay pensamientos latentes que no experimentan esta transposición, sino que aparecen como dichos en los sueños. Esta operación es esencial, distintiva de los sueños y no esta presente


en otras formaciones del inconsciente. La figuración plástica de palabras no alcanza para formar pensamientos, ya que en esos pensamientos hay palabras abstractas o relaciones entre ellas que en si no pueden ser directamente figuradas en forma plástica. Por lo tanto, el trabajo del sueño se vale de toda parte de artificio.

Elaboración secundaria: Esta operación no siempre interviene en el trabajo del sueño. Hace del sueño alucinatorio algo entramado, ordenado según un sentido, es decir, que en el relato del sueño se agregan conectores que no pertenecen al sueño mismo. Opera dándole al relato del sueño una fachada racional coherente y ordenada. Esta operación de darle fachada racional no siempre opera.

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Practico 5


El chiste se inscribe dentro de las formaciones del inconsciente porque se estructura con representaciones, con palabras, que en su decir crean un nuevo sentido. Podemos afirmar entonces que en su formación encontraremos los mecanismos del proceso primario que caracterizan al sistema inconsciente: La condensación y el desplazamiento.

Si bien en las formaciones del inconsciente el síntoma y el olvido con su recordar fallido, estos mecanismos del proceso primario en el que predominaba es el mecanismo del desplazamiento. Esto nos da cuenta que el mecanismo del desplazamiento se produce cierta pérdida de sentido, que se escabulle en la representación reprimida, pudiendo ser recuperado de algún modo dicho sentido, a partir de la interpretación de las formaciones sustitutivas.

En la técnica del chiste también hay desplazamiento y condensación, pero que el mecanismo preponderante es el de la condensación que se pone en juego en su técnica con la formación de palabras mixtas. A diferencia de lo que sucede con el síntoma o con el olvido, hay en el chiste un decir en más, un plus de sentido, una creación de un nuevo sentido que sorprende.

Freud toma un chiste contado por su autor. Los personajes de este cuento con humor son: su propio autor, llamado Heine, un agente de lotería y el rico barón Salomón Rothschild. El cuentista del chiste relata que una vez le pasó que se encontró con un amigo, que trabajaba como agente de lotería, y quien se vanaglorió por sus relaciones con alguien perteneciente a la nobleza, con la siguiente frase: “Y así, verdaderamente señor doctor, ha querido Dios concederme toda su gracia; tomé asiento junto a Salomón Rothschild y él me trató como a uno de los suyos, por entero, famillionarmente.”

Freud va a afirmar que el carácter del chiste reside en la forma de expresar un pensamiento que sorprende, y no en el contenido del mismo. Por eso, un chiste da gracia cuando se comparte una misma comunidad lingüística. Cuando se comparte el código del lenguaje. Por el contrario, cuando hay que explicarlo desde ya pierde la gracia.

Freud afirma “Solo hace falta estudiar la particularidad del modo de expresión para detectar lo que puede designarse como la técnica en las palabras”

En primer lugar, se ha producido una abreviación. Si tuviéramos que explicar el chiste, tendríamos que agregar una frase a las palabras del autor, de modo que la explicación sería: Rothschild me trató como a uno de los suyos, por entero familiarmente,, - O sea como lo hace un millonario. Pero el autor del chiste lo dice más brevemente: Me trató como a uno de los suyos, por entero, famillionarmente. Esta palabra neoformada coincide al comienzo con “familiar” de la primera frase y en sus sílabas finales con “millonario”, de la segunda.


De este modo famillionarmente queda como una palabra mixta que condensa dos pensamientos o líneas de sentidos que serían opuestas y que al ser dichas en la misma frase sorprenden y dan gracia. Es decir, la idea de que un millonario trate familiarmente a un vendedor de lotería, como si fuera también millonario, es imposible porque justamente un vendedor de lotería no podría ser millonario, por lo menos gracias a su trabajo.

Famillionarmente es una palabra mixta que da cuenta de que el mecanismo predominante en esta técnica es la condenación, se condensan en una palabra más de un sentido. Se dice con famillionarmente más de lo que se podría decir. Por eso en lugar de encontrarnos con una pérdida de sentido hay una creación de sentido, un plus de sentido. Un ahorro de represión.

Los puentes lingüísticos.

Veremos un ejemplo clínico de Cacilie, una paciente de Freud. El uso de los puentes lingüísticos que sirven para expresar un estado psíquico a través de uno corporal.

Cacile sufría de neuralgia facial, es decir de un gran dolor en la cara, cerca de la boca, el cual se lo asociaba con un fuerte dolor de muelas. El dolor era tan fuerte que llamando al odontólogo se decidió extraerle varias piezas de su boca. Pero el dolor no cesaba. Entonces, Freud acude a ella para asistirla y a través del tratamiento de la hipnosis le pone fin a los dolores, con lo cual queda al descubierto que el dolor no respondía ninguna afección orgánica.

Freud cuenta que cuando intentó convocar con su método hipnótico la escena traumática, la paciente se vio traslada a una época en la que se encontraba con gran susceptibilidad anímica hacia su marido y recordó entonces una discusión que tuvo con él, en la que ella ante una frase que este le dijera, se sintió mortificada como si le dieran una bofetada en la cara. “Para mí, eso fue como una bofetada” afirma Cacile. Freud asegura que una vez que la paciente pudo expresar con palabras ese estado anímico, el síntoma histérico desapareció.

Freud nos dice que no cabe ninguna duda de que se había tratado de una simbolización: La paciente se había sentido como si en realidad recibiera la bofetada. Esto da cuenta que el síntoma histérico se vale del uso del lenguaje para expresar un estado psíquico a través de uno corporal.

REVISAR CAMBIAR PALABRAS


Unidad 5 teórico 5

Clase N°5

Freud comienza la tarea de producir un ordenamiento de dar cuenta el modo de funcionamiento del aparato psíquico. Para explicar no solo los síntomas neuróticos, sino también de otros fenómenos que habían sido dejados de lado, sueños, olvidos y actos fallidos. Freud pudo observar que tenían en común ciertas características:

§ No pueden ser atribuidos a la intensión consciente del sujeto.

§ Implican un decir o hacer que indica un punto de fracaso respecto de la voluntad consciente.

§ Comparte que introducen la dimensión del enigma.

Freud se avoca a teorizar como funciona un aparato psíquico. Hace énfasis que es a partir de las inferencias de las que se desprenden de la lógica que rige a estos fenómenos que podrá postular esta primera ordenación metapsicológica. Esto implica el punto de inicio del pasaje de una concepción descriptiva del inconsciente, una representación que no está presente en la conciencia a una concepción sistemática. A partir de ahora, ya no se tratará de plantear la existencia de representaciones que a pesar de no ser consientes pertenecen a lo anímico, sino situar la existencia de un sistema, el inconsciente, que en la teoría freudiana se va a constituir en el núcleo del psiquismo.

Para Freud en ese momento no existía ningún conocimiento de psicología del que podía recurrir para explicar lo que había descubierto a partir del examen de lo sueños y el inconsciente. Por ello, se vio obligado a crear una serie de nuevos supuestos que le permitan armar el “edificio” del aparato psíquico y el juego de las fuerzas que actúan en él. Esta observación es muy importante ya que hay en juego una posición epistemología y metodología acerca de como se construye nuevos conocimientos. Además, no puede fundamentarse una inferencia acerca de la construcción y el modo de trabajo del instrumento anímico por medio solamente de la indagación del sueño o por medio de cualquier otra indagación aislada. Para que se pueda construir una inferencia solida se debe conjugar el estudio comparativo del estudio de una serie de operaciones psíquicas que arrojen elementos que tengan una constancia necesaria, es decir, fenómenos que comparten algún rasgo en común.

Hasta ahora sabemos que:


· El sueño es un acto psíquico de pleno derecho.

· Su fuerza impulsora es, en todos los casos, un deseo por cumplir; aun cuando sea irreconocible como deseo. Las múltiples extravagancias y absurdos, se deben a la influencia de la censura psíquica que debió soportar en su formación.

· El constreñimiento1 a sustraerse de esta censura, cooperaron en su formación un constreñimiento a la condensación del material psíquico, un miramiento por su figurabilidad en imágenes sensibles.

Un pensamiento deseado se figura en el sueño a través de una escena. Además, trae aparejado como una situación es vivida como una situación presente. El presente es el tiempo en el que el deseo se figura en el sueño como cumplido. Al darle crédito a esa imagen sensorial se la va a nombrar como el carácter alucinatorio, esta presente en el sueño y lo encontramos en otros fenómenos en relación a otros trastornos como psicosis, pero durante la vida de vigilia. “El escenario de los sueños transcurre en una escena distinta a la escena vigilia cotidiana” A partir de esta idea de otro escenario, Freud va a plantear la noción de localidad psíquica para poder ver como está constituido el aparato psíquico.

Lo primero que va aclarar de localidad psíquica, es que no se debe caer en la tentación de pensar a esta localidad psíquica como una localidad que puede ser situable anatómicamente, es decir, hay que mantenerse en el terreno de lo psicológico y que vamos a imaginarnos el aparato psíquico como instrumento del cual se valen las operaciones del alma. Ej. De analogía: aparato compuesto, como un microscopio complejo.

Arco reflejo2

El aparato psíquico sería un instrumento compuesto a cuyos elementos se van a llamar instancias o sistemas. Remarca que no necesitamos suponer un ordenamiento espacial de este sistema y que nos basta con saber que ha quedado establecida una secuencia fija entre ellos, es decir, que a raíz de ciertos procesos psíquicos sean recorridos por la excitación dentro de una determinada serie temporal. Es decir, está planteando fundamentalmente la importancia que tiene el ordenamiento temporal en relación al funcionamiento del aparato psíquico, pero esta serie puede experimentar cierta excitación en determinados procesos.

Características básicas:

1 Fuerza o violencia física o psíquica que se ejerce sobre una persona para obligarla a decir o hacer algo contra su voluntad.

2 Chequear


o Dirección: Toda nuestra actividad psíquica parte de estímulos externos e internos, estos estímulos pueden ser tramitados luego a partir de acciones motrices. Se debe pensar este aparato con un extremo sensorial que se encuentra una instancia que recibe las precepciones. Y por el otro lado, tiene un extremo motor que deriva los estímulos en una acción motriz.

o El aparato psíquico ha de estar construido como un aparato de reflejos, es el modelo de toda operación psíquica.

Todos los seres vivos poseen un sistema receptor y exceptor, ningún organismo podría sobrevivir sin un equilibrio y cooperación de estos dos sistemas. El sistema receptor (que se corresponde al extremo de la percepción) es el sistema por el cual cada especie biológica recibe estímulos externos. El sistema exceptor (correspondería al polo motriz) permite reaccionar ante las modificaciones que introducen esos estímulos al ser vivo, la acción de ambos sistemas está encadenado. ¿Cuál es la particularidad de los seres humanos? Entre el sistema receptor y exceptor hay un eslabón intermedio llamado sistema simbólico. Va a transformar la totalidad de la vida humana.


De las percepciones que llegan a nosotros en nuestro aparato psíquico queda una huella que Freud va a plantear como una huella permanente, llamada huella mnémica. La función atiente a esa huella la llama memoria. El sistema delantero que recibe los estímulos receptivos carece de memoria y plantea que detrás de este sistema, se encuentra un segundo sistema que transpone la excitación que genero ese estimulo momentario, de esa impresión queda una huella permanente. Es decir, transpone esa excitación en una marca que deja una huella permanente.

En la siguiente figura intenta fundamentar que percepción y memoria se excluyen, es decir, va a insistir con que el sistema a partir del cual se captan las percepciones no es el sistema en el cual se inscribe la marca, el registro que de esas percepciones han quedado.


Las huellas mnémicas de estas percepciones se enlazan en la memoria siguiendo ciertas leyes a este modo de enlace Freud lo llama asociaciones y va a diferenciar tres tipos de asociaciones:

1. Asociaciones por simultaneidad: La huella que deja una vivencia que tiene lugar al mismo tiempo que otra vivencia que deja otra huella suele producir una asociación entre ambas huellas.

2. Asociaciones por semejanza: Quedan agrupadas una serie de recuerdos en relación a un mismo elemento. También se debe tener en cuenta que por semejanza incluye la fonemática. Ej.: Elizabeth Von R.

3. Asociaciones por enlaces causales o conceptuales: Es el valor simbólico que remite a un recuerdo.

Unidad 5 teórico 6

Freud sitúa la característica particular en relación a los sueños que son el vivenciar alucinatorio y el tiempo presente. Luego de citar estas características, plantea que el escenario en el que transcurren los sueños es otro escenario del cual se desarrolla nuestra vigilia.

Se pregunta ¿Cuáles son las instancias que constituyen nuestro aparato anímico? ¿Cómo funciona esto?

Parte de la base que hay un polo perceptivo de un polo motriz, toma la referencia del arco reflejo, pero enseguida la deja de lado ya que, agrega que nuestro aparato psíquico tiene una característica diferencial y fundamental que es de las percepciones que llegan a nosotros en nuestro aparato queda una huella mnémica, llamada memoria.

Para explicar la formación del sueño hay que suponer dos intancias:

1. La instancia criticadora: Somete a la otra a una critica respecto de cuales representaciones pueden devenir consciente y cuáles no. Va a estar en relación


a la censura. Eso que se deja pasar o no tendrá que ver con todo aquello que resulte inconciliable. Se encuentra mas cercana a la conciencia.

2. La instancia criticada


En este esquema Freud termina de plasmar los desarrollos teóricos, se conoce como

primera ordenación metapsicológica.

El aparato psíquico esta constituido por dos sistemas y tres instancias. Los sistemas consientes-preconscientes e inconsciente. Va a plantear que en la ultima instancia del segundo sistema se ubica cercano al sistema motor y lo llama preconsciente, son procesos que ocurren allí pueden alcanzar sin mayor demora a la conciencia siempre y cuando se cumplan determinadas condiciones. Tienen que alcanzar cierta intensidad y que esten en relación a la función de la atención. El va a plantear que este sistema, posee las llaves de la motilidad voluntaria, es decir, comanda nuestras acciones intensionales y decididas. El sistema anterior, mas alejado del sistema motor, no tiene acceso a la conciencia, Freud lo denomina inconsciente.

Freud pone en relación este aparato con el sueño ¿En cual de estos sistemas se sitúa el envión para la formación del sueño? Esta fuerza impulsora surge del inconsciente. El inconsciente es el punto de partida para la formación del sueño.

Diferencia la dirección progrediente que sigue los procesos anímicos durante la vigilia de la dirección regrediente propia de otros procesos entre ellos, el sueño. Para explicar esto va primero a realizar unas presiciosones en relación a la censura. La censura durante el día ataja el camino hacia la conciencia de ciertos pensamientos oníricos que en la noche se abre este acceso. Para llegar a la conciencia deben cumplir con ciertas características. El sueño no es solo una formación sustitutiva sino también una formación de compromiso ya que, a la vez que pone en juego algo del orden de un deseo en relación del inconsciente debe cumplir con ciertas características para pasar la barrera de censura.

Freud va a plantear lo que ocurre en el sueño alucinatorio donde ha habido una transposición en pensamientos e imágenes, esto le da carácter alucinatorio al sueño que implica una imagen sensorial a la cual le damos crédito. Entonces, la excitación de los procesos aminicos


toma un camino regrediente (de reflujo), en lugar de seguir una dirección desde el polo perceptivo al extremo motor del aparato, ocurre lo contrario. Retorna al extremo sensorial y por ultimo alcanza al sistema de percepciones o a las imágenes que están mas cercanas a el. La dirección progrediente es la que sigue al aparato durante la vigilia.

Esta regresión es una de las peculiares características del proceso anímico, también se pueden encontrar en otros procesos que ponen en juego cierta marcha atrás. Plante que durante la vigilia esta retrogresión, no va más allá de las imágenes mnémicas, es decir, no se logra producir animación alucinatoria de las imágenes perceptivas. Una de las diferencias de los sueños y recuerdos es que los recuerdos no logran poner en juego la actividad sensorial que tuvieron a ese momento o es muy ínfima la cualidad en comparación con las percepciones. Este trabajo es el que posibilita que el sistema de las percepciones se invista hasta la plena vivacidad sensorial, pero en relación inversa, es decir, partiendo de pensamientos. En los sueños ocurre lo contrario, parte de los pensamientos y en relación tanto a la función de la censura de la instancia criticadora pero también del trabajo en el sueño, sigue ahora el camino inverso del pensamiento va a las imágenes sensoriales. Llamamos regresión al hecho de que en el sueño vuelve a mudarse a la imagen sensorial de la que alguna vez partió.

La energía móvil permite explicar como se desplazan las cargas en el sistema inconsciente a diferencia del consiente-preconsciente. Es fundamental para terminar de comprender estos procesos. En relación a la regresión y el trabajo del sueño, todas las relaciones lógicas entre los pensamientos oníricos se pierden.

Freud avanza en examinar el proceso del sueño y su relación con la fuerza impulsora que proviene del inconsciente, insiste con que nuestros recuerdos tienen en si mismo una base inconsciente. Incluso, lo que llamamos nuestros caracteres se basan en las huellas mnémicas de las impresiones de la infancia, aun cuando produjeron fuertes efectos no devienen inconscientes.

Retoma la importancia que juegan en los pensamientos oníricos las vivencias infantiles o las vivencias fundadas en ella, señala que es frecuente que fragmentos de estas vivencias infantiles o fantasías reaparezcan en el contenido del sueño. También, como los deseos oníricos derivan de allí. Por lo tanto, contempla que la mudanza de pensamientos en imágenes visuales sea en parte de la consecuencia de la atracción que ejercen estos recuerdos inconscientes, donde de produce del otro lado una especie de “lucha” entre lo que es atraído desde el pensamiento desconectado de la conciencia pero para expresar este recuerdo y pueda ser figurado tiene que lograr atravesar la barrera de la censura ya que, la instancia criticadora intentaría expulsar el avance de estos pensamientos ligados a vivencias y fantasias infantiles.


Lo que ocurre en el sueño es que se reactivan estas huellas mnémicas que están cercanas al polo receptivo (como se muestra en la imagen anterior) que al ser reactivada produce una imagen alucinatoria. A partir de esto Freud describe al sueño como el sustituto de una escena infantil alterado por la transferencia a lo reciente, además de la fuerza impulsora, los restos diurnos inciden en la formación del sueño. La escena infantil no puede imponer su renovación y debe conformarse con regresar como sueño.

En resumen, la peculiaridad de los sueños consiste en transvasar su contenido de representaciones a imágenes sensoriales. A este carácter del sueño, fue construido con nuevas conceptualizaciones que permitan expresar esta peculiaridad. Logra el aparato nuclear dentro de lo anímico. Lo que se produce en el sueño es una total investidura alucinatoria de los sistemas perceptivos. Concluye que el soñar en su conjunto es una regresión a la condición mas temprana del soñante, una reanimación de su infancia, de las mociones pulsionales y de los modos de expresión que disponían (van a quedar luego pegados a la legalidad propia del inconsciente, es decir, que se va a diferencia de la legalidad que es propia del sistema consciente-preconsciente).

Carta 52: La formación de la memoria

Freud sostiene que las percepciones que llegan a nosotros quedan una huella mnémica llamada memoria. Además, plantea que El material psíquico se generó por una estratificación sucesiva y que, en tiempo en tiempo, ese material preexistente de huellas mnémicas que conforman a la memoria, experimenta reordenamientos y re-transcripciones según nuevos nexos. Asimismo, la memoria no preexiste de manera simple, sino que supone un registro múltiple ya que está registrada en diversas variedades de signos.

Por consiguiente, Freud ilustrada todo esto con el esquema, en el que se supone que las diversas trascripciones (hasta el momento descubre tres, pero considera que hay más) se articulan a diferentes tipos de asociaciones. Las asociaciones entre huellas pueden ser simultaneidad, semejanza o enlaces conceptuales.

 

 

 


P son neuronas donde se generan las percepciones a que se anuda conciencia, pero que en sí no conservan huella alguna de lo acontecido (más adelante se va a contradecir en esto). Es que conciencia y memoria se excluyen entre sí.

Ps (signos de percepción) es la primera trascripción de las percepciones, por completo insusceptible de conciencia y articulada según una asociación por simultaneidad. No hay huella de lo acontecido.

Ic (inconciencia) es la segunda trascripción, ordenada según otros nexos, tal vez causales. Las huellas lc quizá correspondan a recuerdos de conceptos, de igual modo inaccesibles a la conciencia.

Prc (preconciencia) es la tercera retrascripción, ligada a representaciones-palabra, correspondiente al yo oficial. Desde esta Prc, las investiduras (representaciones) devienen conscientes de acuerdo con ciertas reglas, y por cierto que esta conciencia-pensar secundaria es de efecto posterior en el orden del tiempo, probablemente anudada a la reanimación alucinatoria de representaciones-palabra, de suerte que las neuronas-conciencia serían también neuronas- percepción y en sí carecerían de memoria.

La transcripción

Son marcas de vivencias muy tempranas, auditivas, visuales, dejan una marca y en general estas se enlazan por estar referidas a vivencias que ocurrieron simultáneamente, es decir, en un mismo tiempo o una inmediatamente después de la otra. Plantea una segunda transcripción que esta anexada a otros nexos, se asocian por similitud fonemática. Y la tercera transcripción está ligada a las represiones palabra, que corresponde a nuestro yo oficial, es decir, siguen la lógica de las asociaciones internas, están en relación a enlaces conceptuales que tiene que ver con la significación que tienen en general en cercanía al código de la lengua.

La transcripción propia del sistema inconsciente se caracteriza con las propias leyes que son condensación y desplazamiento. Mientras que, los signos perceptivos los pone como primeras marcas que serán luego, condición de la segunda transcripción del sistema inconsciente.

Represión

Lo característico de la psico neurosis es que en ellas hay ciertas re-transcripciones que se ven imposibilitadas, es decir, que no se producen. La denegación de la transcripción se llama represión a fin de evitar el displacer que produciría esa transcripción.


Defensa patológica

La noción de defensa patológica, desplegada a sucesos sexuales acaecidos anteriormente pero que desprenden un displacer actual mayor al que ese momento. Esto se anuda a los recuerdos actuales.

“La importancia que tiene el otro prehistórico inolvidable a quien ninguno posterior igualara”, este otro está encarnado por las figuras parentales y tendrá que ver con el modo que el niño es alojado al mundo, la importancia de los primeros cuidados y como el “otro” intentara decodificar las necesidades del niño.

PROXIMA CLASE

¿Cuál es el papel que juega el cumplimiento de deseo en el sueño? Esto lo lleva a Freud a la naturaleza psíquica del desear. A partir de esto, lo conecta al deseo que se pone en juego en el sueño con uno infantil, luego avanzara sobre la importancia que cumple en la constitución del aparato, algo que llama la primera experiencia de satisfacción, lo toma como modelo que le permite avanzar en los procesos anímicos y la constitución del aparato.


La regresión

El sueño se le presenta a Freud como una instancia paradigmática para decir algo. Freud va a afirmar que el sueño es un acto psíquico de pleno derecho. En este sentido es una formación del inconciente, como el síntoma y los fallidos. Su fuerza impulsora en todos los casos es un deseo por cumplir. Ese deseo es irreconocible en el sueño, debido a:

● La censura

● La condensación,

● Miramiento por su figurabilidad en imágenes sensibles

● Miramiento por darle una fachada racional.

En el sueño, que tiene valor enigmático y responde a otra legalidad. Es decir, este enigma lleva a la pregunta por el deseo inconsciente. Entonces, el deseo inconciente es el motor del aparato psíquico y que por esto mismo hay que diferenciarlo de la idea del anhelo, el cual supone un significado precisó. Esta diferencia le permite a Freud recortar dos características peculiares del sueño:

1. La temporalidad

2. La figurabilidad en imágenes

Lo característico del sueño va a ser que su figuración se presenta en tiempo presente y que sus pensamientos se transponen en imágenes visuales y sensibles.

La peculiaridad exclusiva del sueño que lo diferencia del sueño diurno es su figurabilidad en imágenes, a las que se le da crédito y se cree vivenciar, siendo este, el carácter más notable del sueño, a punto tal que no es posible concebir la vida onírica sin él.

Freud va a desarrollar, primero, su modelo de aparato psíquico, para luego explicar como funciona dicho aparato por la vía de la regresión y de este modo entender porque soñamos en imágenes.

El escenario de los sueños es otro que el de la vida de las representaciones de vigilia. Este otro escenario es el inconciente.

Va a decir que no hay que pensar al aparato en un sentido espacial sino en un ordenamiento secuencial, es decir, en una secuencia fija del recorrido de la excitación psíquica por los


sistemas del aparato. A raíz de los procesos psíquicos los sistemas serán recorridos por la excitación dentro de una determinada serie temporal.

Entonces partirá proponiendo un primer esquema, que podríamos situar como un punto cero anterior al desarrollo del aparato, y que desde una perspectiva biológica llamamos esquema de arco reflejo.

Arco reflejo

El aparato psíquico sería un instrumento compuesto a cuyos elementos se van a llamar instancias o sistemas. Remarca que no necesitamos suponer un ordenamiento espacial de este sistema y que nos basta con saber que ha quedado establecida una secuencia fija entre ellos, es decir, que a raíz de ciertos procesos psíquicos sean recorridos por la excitación dentro de una determinada serie temporal. Es decir, está planteando fundamentalmente la importancia que tiene el ordenamiento temporal en relación al funcionamiento del aparato psíquico, pero esta serie puede experimentar cierta excitación en determinados procesos.

Características básicas:

o


Dirección: Toda nuestra actividad psíquica parte de estímulos externos e internos, estos estímulos pueden ser tramitados luego a partir de acciones motrices. Se debe pensar este aparato con un extremo sensorial que se encuentra una instancia que recibe las precepciones. Y por el otro lado, tiene un extremo motor que deriva los estímulos en una acción motriz.

o El aparato psíquico ha de estar construido como un aparato de reflejos, es el modelo de toda operación psíquica.

Todos los seres vivos poseen un sistema receptor y exceptor, ningún organismo podría sobrevivir sin un equilibrio y cooperación de estos dos sistemas. El sistema receptor (que se corresponde al extremo de la percepción) es el sistema por el cual cada especie biológica recibe


estímulos externos. El sistema exceptor (correspondería al polo motriz) permite reaccionar ante las modificaciones que introducen esos estímulos al ser vivo, la acción de ambos sistemas está encadenado. ¿Cuál es la particularidad de los seres humanos? Entre el sistema receptor y exceptor hay un eslabón intermedio llamado sistema simbólico. Va a transformar la totalidad de la vida humana.


De las percepciones que llegan a nosotros en nuestro aparato psíquico queda una huella que Freud va a plantear como una huella permanente, llamada huella mnémica. La función atiente a esa huella la llama memoria. La memoria es el registro permanente de la percepción. Si la percepción es momentánea y fugaz, es decir que ocurre en presencia del objeto percibido, la memoria es un registro permanente de la huella vivida y funciona en ausencia del objeto. Va a decir que la Huella mnémica solo puede consistir en la alteración permanente del sistema, y que un sistema no puede conservar alteraciones sobrevenidas en sus elementos y al mismo tiempo estar abierto a nuevas ocasiones de alteración.

Para entender bien esto, imaginen al aparato como una cámara de fotos, en donde las percepciones se reciben en el lente. El lente de la cámara no se ve alterado (como el sistema de las percepciones), y por eso mismo puede seguir captando nuevas imágenes, pero las mismas serán guardadas, archivadas, en la memoria de la cámara, sistema que si se verá alterado a medida que se guarden nuevos archivos.

Ubicamos dos operaciones distintas entre sistemas distintos: El sistema delantero P que recibe los estímulos perceptivos, pero nada conserva de ellos, y carece de memoria, y tras él tenemos al 2º sistema que transpone la excitación momentánea en huella mnémica.

El sistema de la memoria y el de la percepción se excluyen entre sí. Para ilustrar esta idea piensen en qué distinto es presenciar la observación de un paisaje, y percibirlo con la nitidez que nos brinda su vivencia y el buscar luego reproducirlo en el recuerdo. Jamás podríamos reproducir todos los sentidos que se despertaron en el momento de su vivencia.


En la Figura nos muestra y explica que las primeras percepciones que llegan al aparato se inscriben enlazadas entre sí, sobre todo por el encuentro en la simultaneidad que en su momento tuvieron, por ejemplo, una sensación de hambre e ingesta de alimento, o de frío y un abrigo. Las primeras huellas, lo que Freud llama el primero de los sistemas mnémicos, y las huellas subsiguientes se ordenaran según otra clase de encuentros.

Las huellas mnémicas de estas percepciones se enlazan en la memoria siguiendo ciertas leyes a este modo de enlace Freud lo llama asociaciones y va a diferenciar tres tipos de asociaciones:

1. Asociaciones por simultaneidad: La huella que deja una vivencia que tiene lugar al mismo tiempo que otra vivencia que deja otra huella suele producir una asociación entre ambas huellas.

2. Asociaciones por semejanza: Quedan agrupadas una serie de recuerdos en relación a un mismo elemento. También se debe tener en cuenta que por semejanza incluye la fonemática. Ej.: Elizabeth Von R.

3. Asociaciones por enlaces causales o conceptuales: Es el valor simbólico que remite a un recuerdo.


En la figura 3 explica la formación del sueño a partir de pensar en dos instancias que se contraponen, (Acuérdense del conflicto psíquico).


Tenemos que ubicar en la instancia criticadora a la censura, como si fuera una pantalla entre el sistema criticado y la conciencia. Identificamos a la instancia criticadora como aquella que decide sobre nuestro obrar conciente y voluntario, y la ubicaremos en el extremo motor, siendo este, el sistema preconciente, para indicar que los procesos de excitación ocurridos en él, sí pueden alcanzar la conciencia y cuenta con las llaves de la motilidad. Y al sistema que se encuentra por detrás del preconciente lo llamaremos Inconciente, porque no tendrá acceso a la conciencia, sino es por la vía del preconciente.

La fuerza impulsora del sueño es aportada por el Icc, y por eso mismo vamos a decir que el Icc es el punto de partida para la formación del sueño. Como todas las otras formaciones de pensamiento, esta excitación onírica intentará continuar pasar por el Prcc y alcanzar desde ahí el acceso a la conciencia. Sabemos que durante el día la censura trabaja resistiendo el pasaje de los pensamientos oníricos, inconcientes, hasta la conciencia pero que en la noche se abren paso para el acceso a la conciencia. ¿Por qué camino y merced a que alteración se produce esto?

Lo que ocurre en el sueño alucinatorio no podemos describirlo de otro modo que diciendo lo siguiente: La excitación toma un camino de reflujo. En lugar de propagarse hacia el extremo motor del aparato lo hace hacia el extremo señorial, y por último alcanza el sistema de las percepciones.

Si a la dirección de la excitación psíquica en el estado de vigilia, que va desde el inconciente al preconsciente la llamamos progrediente, estamos autorizados a decir que el sueño tiene carácter regrediente.


Las formaciones del inconciente son estructuras de representaciones , en donde se despliegan representaciones que han quedado acalladas por efecto de la represión. Se dice eso que se reprimió, de otro modo.)

Entonces, en 1900, Freud animado por la pregunta por la producción y curación de los síntomas, por la producción de los sueños y por la lógica que está en juego en las formaciones del inconciente necesita postular un modelo de aparato psíquico, y a su vez dar cuenta del principio que lo regula. Veremos como a partir del análisis de los sueños Freud abandona al principio de constancia como el regulador del aparato y formula un nuevo principio, el principio de placer. Y propone un modelo de aparato psíquico despegándose también del esquema reflejo proveniente de la biología, un modelo de aparato que le va a permitir dar cuenta de cómo se producen y curan los síntomas.

Podemos afirmar que en los primeros trabajos de Freud, hasta 1900 no contamos con la formalización de un modelo de aparato psíquico. En su primera época Freud se vale del esquema del arco reflejo proveniente del campo de la biología para explicar el decurso de los procesos anímicos.

Los modos de descarga que propone son tres: La palabra, la reacción motriz o la elaboración psíquica. Por ejemplo el llanto podría ser un modo de descarga de una emoción intensa, o responder con una ofensa a una agresión recibida.

En esa misma época enuncia la hipótesis auxiliar: En las funciones psíquicas cabe distinguir algo (monto de afecto, suma de excitación) que tiene todas las propiedades de una cantidad, algo que es susceptible de aumento, desplazamiento, y descarga, y se difunde por las huellas


mnémicas de las representaciones como lo haría una carga eléctrica por la superficie de los cuerpos.

Entonces vemos que el método terapéutico solidario de la teoría en ese momento era el método catártico, que se sostenía en la idea de homeostasis, método que posibilitaba la abreacción del afecto extrangulado en el momento de la vivencia efectivamente acontecida.

Vimos como en 1896 va a complejizar el valor del trauma, va a necesitar de por lo menos 2 escenas, 2 tiempos para que un acontecimiento devenga traumático, estructura arborizada de las representaciones, eso lo pudieron ver también con el olvido de nombres propios, lo cual lo llevo a Freud pensar la sobredeterminación del síntoma .

Entonces, arranca en el apartado B del capítulo 7 postulando que el sueño es un acto psíquico de pleno derecho, y que su fuerza impulsora en todos los casos es un deseo por cumplir.


¿Por qué soñamos en imágenes? ¿por qué se produce una reanimación alucinatoria de la huella mnémica?

A continuación un resumen a la letra del texo:

Por un lado lo podemos explicar a partir del trabajo del sueño, con la condensación; la transferencia de intensidades, que posibilita que el sistema P se invista hasta lograr plena vivacidad sensorial, en la dirección inversa, partiendo de los pensamientos.

¿Qué alteración posibilita esa regresión imposible durante el día?

Durante el día hay una corriente continua desde el sistema P hasta la motilidad. Ella cesa durante la noche por la clausura del mundo exterior, que posibilita la disminución de la censura.

Por otro lado tenemos que considerar que si hablamos de una mudanza regrediente del pensamiento, no podemos descuidar el influjo de un recuerdo sofocado o que ha permanecido inconciente, las mas de las veces infantil. A los pensamientos que están en conexión con el, impedidos de expresarse a causa de la censura, este recuerdo los arrastra consigo a la regresión, en cuanto es aquella forma de figuración en que el mismo tiene existencia psiquica.

Si llamamos Regresión al hecho de que en el sueño la representación vuelve a mudarse en la imagen sensorial de la que alguna vez partió, y tenemos presente el papel que en los pensamientos oníricos desempeñan las vivencias infantiles, la frecuencia con que sus fragmentos aparecen en el sueño, y el hecho de que los pensamientos oníricos generalmente derivan de ahí,tenemos que pensar que la mudanza de pensamientos en imágenes visuales es en parte consecuencia de la atracción que sobre el pensamiento desconectado de la conciencia y que lucha por expresarse ejerce el recuerdo figurado visualmente que pugna por ser expresado.


Según esta concepción el sueño puede describirse como el sustituto de la escena infantil alterado por transferencia a lo reciente.

Si consideramos al proceso del sueño como una regresión en el interior del aparato anímico, podemos explicarnos porque todas las relaciones lógicas entre los pensamientos oníricos se pierden, habíamos dicho que de acuerdo con nuestro esquema, las relaciones entre los pensamientos no están contenidas en los primeros sistemas Mn, sino en otros situados mucho más adelante, y por eso en la regresión tienen que quedar despojados de todo medio de expresarse, excepto, el de las imágenes perceptivas. La ensambladura de los pensamientos oníricos es resuelta, por la regresión, en su material en bruto.

Entonces, resumiendo:

La peculiaridad del sueño consiste en trasponer su contenido de representaciones a imágenes sensoriales. A este carácter del trabajo del sueño lo llamamos “Carácter regrediente”

Esta regresión por un lado se debe al efecto de la resistencia que se opone a la penetración del pensamiento en la conciencia por la vía normal, así como la simultanea atracción que sobre el ejercen recuerdos que subsisten con vivacidad sensorial.

Lo que en el análisis del sueño hemos descrito como el miramiento por la figurabilidad podría ser referido a la atracción de las escenas visualmente recordadas y con las cuales los pensamientos oníricos entran en contacto.

Distinguimos tres dimensiones de la regresión que también está presente en la formación de los síntomas neuróticos.

Tópica, en el sentido del esquema

Formal , cuando modos de figuración y expresión primitiva sustituyen a los habituales y Temporal: retrogresión a formaciones psiquicas mas antiguas

La regresión tiene que ver con el dinamismo propio del aparato, y con la puesta en acto del funcionamiento del inconciente, con la actualización del funcionamiento 1º del


aparato. Se pone en juego la regresión cuando se pone en juego el inconciente. En el sueño la regresión es alucinatoria.


Pto C

¿Porqué durante el sueño lo inconciente no puede ofrecer nada más que la fuerza pulsionante para un cumplimiento de deseo?

La respuesta a esta pregunta está destinada a arrojar luz sobre la naturaleza psíquica del desear.

Freud dice: podríamos pensar que el aparato obedeció primero al afán de mantenerse en lo posible exento de estímulos, y por eso en su primera construcción adoptó el esquema del aparato reflejo que le permitía, descargar enseguida, por vías motrices, una excitación sensible que le llegaba desde afuera. Pero el apremio de la vida perturba esta simple función. A él debe el aparato también el envión para su constitución ulterior.

En un principio, antes del apremio de la vida podríamos pensar en el esquema del arco reflejo

Entonces, desde la perspectiva de la biología tenemos el esquema del arco reflejo. 2 localidades. P M.

El arco reflejo no explica donde ubicamos la palabra, En principio se ubicaba en la localidad de la descarga, en la motricidad. Pero el estatuto de la palabra que le va a interesar a Freud es el de la que permanece en el tiempo, aunque olvidada, reprimida, es decir el estatuto de las representaciones que tienen efectos.

El apremio de la vida es el llamado al otro de los cuidados primordiales:

El apremio de la vida lo asedia primero en la forma de las grandes necesidades corporales.

El apremio de las grandes necesidades corporales va a producir en el niño una alteración motriz que va a ser interpretada por otro que lo va a asistir. Por la intervención de este otro se va a realizar la baja de tensión que va a dejar dos huellas. Una asociada a la necesidad o la tensión, y


otra al cese de la misma. Esta experiencia va a ser la primera que va a calmar las necesidades del niño. Freud la va a llamar la vivencia de satisfacción. Una segunda vez que el niño vuelva a necesitar calmarse va a tender a reinvestir la hm del objeto que lo calmó por primera vez.

La próxima vez que esa última sobrevenga, se suscitará una moción psíquica que querrá investir de nuevo la imagen mnémica de aquella percepción y producir otra vez la percepción misma, restablecer la situación de la satisfacción primera.

Una moción de esa índole es la que llamamos deseo. La reaparición de la percepción es el cumplimiento de deseo, y el camino más corto para este es el que lleva desde la excitación producida por la necesidad hasta la investidura plena de la percepción.

VA a haber una moción psíquica que va a querer reinvestir la imagen mnémica de aquella percepción. A esta moción la llamamos Deseo.

El cumplimiento de deseo es la reaparición de la percepción alucinatoriamente.

La producción de este objeto de la percepción alucinatoriamente es lo que Freud llama Identidad de percepción .

La identidad de percepción es volver a repetir la percepción de la teta alucinatoriamente. La identidad de percepción es lo que sostiene el cumplimiento de deseo. La búsqueda de la identidad de percepción es lo que funda el modo 1º del trabajo del aparato psiquivo.

El aparato busca reinvestir la Hm de la satisfacción. Al principio se realizaba el deseo alucinatoriamente, y el sueño es un testimonio de eso. Luego para no morir alucinando se hizo necesario reencontrar en el mundo exterior por vía de la motilidad el objeto de la percepción a través de signos..

Con la experiencia de satisfacción Freud va a explicar qué estatuto tiene ese deseo para que sea algo que se cumple en el sueño.


No explica qué hace el niño con la madre, sino cuando la madre no está.

La experiencia de satisfacción es un modelo ficcional para explicar el origen del aparato. Se va a tratar de un origen marcado por una tensión.

Podemos suponer que en un estado primitivo del aparato psíquico el trabajo se realizaba de esa manera, y por tanto que el desear terminaba en un alucinar. Esta primera actividad psíquica apuntaba entonces a una identidad perceptiva, o sea a repetir aquella percepción que está enlazada con la satisfacción de la necesidad.

Una amarga experiencia vital tiene que haber modificado esta primitiva actividad de pensamiento en otra, secundaria, más acorde al fin, más adecuada. De otro modo solo alucinado moriríamos, la satisfacción no sobreviene, la necesidad perdura.

Para conseguir un empleo de la fuerza psíquica mas acorde a fines, se hace necesario detener la regresión completa de suerte que no vaya mas allá de la imagen mnémica y desde esta pueda buscar otro camino que lleve en definitiva a establecer desde el mundo exterior la identidad perceptiva deseada. Esta inhibición de la regresión, así como el desvío de la excitación que es su consecuencia pasan a ser el cometido de un 2º sistema que gobierna la motilidad voluntaria, que tiene a su exclusivo cargo la motilidad para fines recordados de antemano.

Podemos decir que la actividad de pensamiento es un rodeo para el cumplimiento de deseo, porque se urde desde la imagen mnémica hasta el establecimiento de la identidad perceptiva por obra del mundo exterior.

Por tanto el pensar es un sustituto del deseo alucinatorio.

El sueño es el testimonio del trabajo primario del aparato anímico,

Si la censura entre el preconciente y el inconciente es el guardián de nuestra salud mental, ¿no es un descuido del guardián el que reduzca su actividad durante la noche, dejando así que


lleguen a expresarse las mociones sofocadas del Icc y haciendo de nuevo posible la regresión alucinatoria?

No. Cuando el guardián critico descansa, pero sabemos que no profundamente, se cierran también las puertas a la motilidad. Entonces pueden ser permitidas cuantas mociones del Icc quieran pulular en el escenario, ellas resultan inofensivas porque no son capaces de poner en movimiento al aparato motor, el único que puede actuar sobre el mundo exterior transformándolo.

Las consecuencias de esta vivencia van a ser:

- la búsqueda de la identidad perceptiva, que funda el modo mas intimo de trabajo del aparato psíquico, que Freud va a llamar el proceso primario, sostenido en la tendencia de repetir, reinvertir la huella de la primera percepción de aquel objeto que calmó la primera necesidad,

- la búsqueda de la identidad de pensamiento, es decir el rodeo acorde a fines que el aparato tiene que hacer para no morir alucinando, es decir, lo que funda el proceso secundario, que no es otra cosa que un rodeo para el cumplimiento de deseo

Los dos modos de trabajo del aparato, el primario y el secundario serán el germen de los sistemas icc y precc.

Y al Principio de placer y al deseo lo postula en el Pto. E del mismo texto:

La acumulación de la excitación es percibida como displacer y el aminoramiento de la excitación es sentido como placer. A una corriente de esa índole producida dentro del aparato, que arranca del displacer y apunta al placer la llamamos deseo. Hemos dicho que solo un deseo y ninguna otra cosa es capaz de poner en marcha al aparato. Y que el decurso de la excitación dentro de este es regulado automáticamente por las percepciones de placer y displacer.

Otro modo en el que se pone en evidencia el principio de placer, como regulador del aparato es con los sueños de comodidad.


Si el sueño es el guardián del dormir, podemos ver la preservación del deseo sobre la necesidad y en este sentido la ruptura con el principio de constancia que regularía la satisfacción de la necesidad. Si tenemos sed y soñamos que bebemos agua del lago y no nos despertamos para tomar agua, es decir, para satisfacer la necesidad y descargar el estímulo, es porque el agua aparece como una representación. Queda con esto esclarecido como el aparato funciona con hambre de signos, de representaciones. Lo que se sacia no es la necesidad sino la raparición de un signo.

El pullover verde es o no es?

Uno está orientado por los atributos del objeto. Lo que ha quedado inscripto para nosotros es una representación del objeto. No tenemos acceso al objeto mas que por sus atributos. Son representaciones muy singulares que trazan la ruta que regula los itinerarios de la búsqueda del objeto. Lo que marca los trayectos fr la búsqueda son representación, las vías facilitadas.

Hay rutas que están reguladas en la medida que la experiencia ha quedado inscripta con las huellas mnémicas. En esa busqueda uno se reencuentra con los atributos del objeto. El objeto en sí está perdido. El placer de la repetición tiene que ver con volver a hacer presente los signos de la presencia del otro.

El equilibrio de la descarga se rompe, queda algo que no es alcanzado, la identidad de percepción es fallida. El aparato se sostiene en la tensión que caracteriza al deseo. El deseo es indestructible porque su repetición no lo agota.

Entonces ubicamos la tensión misma del placer de desear como distinta al placer asociado a la descarga del principio de constancia.

El referente clínico en esta época es la sobredeterminación del síntoma, que ilustra la imposibilidad de descarga y de la reproducción de la escena última. La sobredeterminación es el


soporte que permite ubicar la asociación libre, y con este método, la apertura de la cadena inconciente, en su modo de trabajo primario.


Teórico 7

El deseo es una moción de naturales psíquica, es decir, constitutiva del campo de lo humano.

El primer ordenamiento metapsicológico psicoanalítico, se trata de un modelo sobre se va asentar lo que Freud va a llamar el aparato psíquico, es la teoría especulativa que Freud construye para consolidar sus hallazgos y tiene un valor fundante en el campo del psicoanálisis. Freud va complejizando su construcción a través de tres esquemas (esquema del peine), adopta primero la forma del arco reflejo: La idea de la descarga de los estímulos, lo que ingresa en el sistema P, que es el sistema de las percepciones sensibles es descargado por el polo motor o lo que llama después percepción-conciencia. Freud sitúa el inconsciente en ese otro escenario, hay exclusión entre percepción y conciencia, es decir, lo que empieza a delimitar el psiquismo es lo que se inscribe de la precepción que está perdida como tal, ya que no se trata del referente de la cosa misma, sino lo que se inscribe es en el otro escenario de la memoria inconsciente.

El aparato psíquico se constituye como un aparato hecho de marcas, huellas mnémicas. Sufren distinto tipo de ordenamiento o de re-trascripciones, esas huellas son el lecho de la memoria inconsciente. Freud postula como necesario y prexistente para que se puedan hacer conscientes estos recuerdos inconscientes es la existencia de un reservorio de recuerdos o un tesoro de recuerdos infantiles sustraídos al olvido por la represión.

Freud vuelve al sueño del padre y el hijo ardiendo. Este sueño contradice las dos tesis principales de la obra:

1. El sueño es guardián del dormir.

2. El sueño es un cumplimento de deseo.

Los sueños de angustia son sueños de despertar, es decir, en esos sueños de algún modo fracasa la censura, Freud a partir de eso se pregunta ¿Qué deseo se realiza en este sueño, casi sin restos diurnos y lo que lo despierta no es la realidad material, porque el padre con ese estimulo sigue durmiendo, lo que lo despierta es la frase reproche del hijo “Padre no ves que estoy ardiendo?”? A pesar del enigma que representa Freud de todos modos dice que este sueño es un cumplimiento de deseo, ya que devuelve a la vida a ese hijo muerto. Ese encuentro entre padre que está velando a su hijo muerto y el hijo solo se produce en esa realidad perdida, ya que en esa cita ninguno de los dos podrá acudir, es decir, es un encuentro imposible del que este sueño de algún modo es testimonio.

Freud introduce la vivencia de satisfacción por el deseo onírico, pero más precisamente por el deseo inconsciente, ya que es el genuino motor del sueño y por definición es totalmente


insusceptible de conciencia. Solamente transfiriendo su energía y entrando en conexión con los restos diurnos preconscientes que se prestan para ser los soportes materiales de esa transferencia del deseo inconsciente, es que algo de ese deseo puede figurarse. Esa misma necesidad de transferencia por parte de las representaciones reprimidas se explica en el análisis de la neurosis. Freud ahonda en las características de los restos diurnos, en distintos lugares y momentos.

Las características de los restos diurnos según Freud son:

· Se prestan para entrar en la conexión con la transferencia (transferencia de energía, esa energía que proviene del inconsciente) Se lo llama transferencia del deseo inconsciente a los restos diurnos, es justamente este carácter de recientes, es decir, sin tiempo para haber entrado en conexión con otras asociaciones o representaciones preconscientes. También, insignificantes que por esos mismos caracteres lo vuelve apto para ser atraídos por el deseo inconsciente que pugna por buscar algún un sustituto en el que encontrar figuración.

“Vemos así que los restos diurnos, a los cuales tenemos el derecho de asimilar ahora las impresiones indiferentes, no sólo toman algo prestado del Ice cuando logran participar en la formación del sueño —vale decir: la fuerza pulsionante de que dispone el deseo reprimido—, sino que también ofrecen a lo inconsciente algo indispensable, el apoyo necesario para adherir la trasferencia. No hay duda de que los verdaderos perturbadores del dormir son ellos, y no el sueño, que más bien se esfuerza por protegerlo.”

Su trabajo clínico le marca cosas importantes. Su meta erahacer consciente lo inconsciente. ¿Por qué el sueño ya definido como un acto psíquico de pleno derecho, el deseo se realiza alucinatoria mente? Para Freud poder obtener esa respuesta debe formular otra pregunta que es: ¿Qué es el deseo? ¿Cómo surge? ¿Cuál es el origen? La experiencia de satisfacción viene al lugar de fundar ese modelo.

“¿Por qué durante el sueño lo inconsciente no puede ofrecer nada más que la fuerza pulsionante para un cumplimiento de deseo? La respuesta a esta pregunta está destinada a arrojar luz sobre la naturaleza psíquica del desear; debe procurársela con el auxilio del esquema del aparato psíquico.”


Freud propone retrotraernos al estado mas primitivo del aparato psíquico, para ello Freud vuelve a una tesis inicial: El aparato psíquico obedeció primero a la fan de mantenerse en lo posible exento de estímulos, es decir, frente al acrecentamiento de la suma de excitación existe la fan de empequeñecer esa suma por medio del método catártico. Freud se apoya principalmente de la ciencia biología y neurológica para sostener su tesis. El principio de placer es una modificación del principio de constancia, este ultimo quedara del lado biológico que del aparato psíquico. Entonces, el funcionamiento del aparato psíquico esta regido por el principio de placer que es reemplazado por el principio de constancia que postulaba como modo de funcionamiento energético. Freud nombra a este principio como de displacer ya que para el arranque del aparato psíquico es una tensión displacentera cuya disminución será a través de lo cual se obtiene el placer. El deseo se sostiene en la tensión de desear.

Experiencia de satisfacción

Se trata de una construcción del origen, no techable, años mas tarde la va a llamar concepción de la experiencia de la satisfacción. No es la necesidad biológica del alimento, sino que se trata del hecho de que hay una necesidad de repetición y no una repetición de la necesidad. Allí vemos asomar al deseo. El punto de partida es un aparato que persigue el afán de quedar exento de estímulos. El apremio de la vida perturba esas funciones, la excitación interna por ese estimulo buscará una descarga, lo hará por vía motrices. La experiencia de la vivencia de la satisfacción es la marca de ese encuentro originario del cachorro humano con el otro, tiene consecuencias decisivas por la importancia que adquiere el otro semejante en la constitución del sujeto humano. Freud parte de la nutrición, desde allí va a producir un más allá de la satisfacción de la necesidad, de la satisfacción al cumplimento del deseo. Quien acude al niño indefenso produce un plus, es decir, deja una huella mnémica. Se trata entonces, del marco de las huellas de la memoria. Freud llama proceso primario a este modo de funcionamiento del aparato psíquico que tiene como finalidad la búsqueda de la identidad perceptiva. El deseo es la moción que busca la reanimación perceptiva de esa huella. Si se busca la identidad es porque hay algo perdido, el deseo entonces es causado por esa perdida originaria de la perdida de necesidad, es decir, el deseo no tiene que ver con un orden biológico. Se inaugura un hambre de signos, el encuentro con esa satisfacción primera es la perdida de una primera que es posibilidad del aparato psíquico movido por el deseo.

“Una moción de esa índole es lo que llamamos deseo; la reaparición de la percepción es el cumplimiento de deseo, y el camino más corto para este es el que lleva desde la excitación producida por la necesidad hasta la investidura plena de la percepción.”


Es decir, hubo un momento en el esto primitivo que funcionaba en ese camino y por tanto el desear terminaba en un alucinar. Esta primera actividad psíquica apunta a una identidad perceptiva. No obstante, si esto se mantuviera la satisfacción de la necesidad no sobreviene y la necesidad perdura. Freud termina aclarando que el establecimiento de esa identidad perceptiva por la corta vía regrediente no tiene la misma consecuencia que se asocia con la investidura de la percepción desde afuera.

Seminarios 7

Freud sostiene que para llegar al sentido de los sueños es necesario dos trabajos:

1. El trabajo que realiza el sistema inconsciente como trabajo del sueño.

2. Trabajo de interpretación. Apunta los pensamientos oníricos latentes

¿Por qué se produce una transposición de pensamientos a una vivencia alucinatoria?

La función de todo sueño es ser guardián del dormir, en tanto su propicito es eliminar aquellos estímulos anímicos perturbadores del descansar.

Estímulos anímicos perturbadores

Son aquellas impresiones recientes e indiferentes. Las mas de las veces de la vida de vigilia, pero también pueden ser simultaneas al estado de dormir. Son elementos no alcanzados por la censura, que por ser indiferentes no han tenido ocasión alguna de establecer nexos con otros contenidos psíquicos ni conexiones. A estos estímulos perturbadores que funcionan como un factor desencadenantes Freud los llamo restos diurnos.

La esencia del sueño se anclaba que todo sueño es un cumplimiento de deseo. Es cumplimento de deseo ya que se cumple en imágenes en modo alucinatorio, no se satisface.

En el caso de los deseos infantiles es claro y transparente el deseo que se cumple a modo de un anhelo de algo que quedo insatisfecho, a diferencia de aquellos otros sueños en donde la elaboración onírica necesita de un trabajo de desfiguración. La interpretación descubre que el cumplimiento de imágenes en deseos debe disfrazarse porque se trata de deseos inconscientes, reprimidos e infantiles, por lo tanto, prohibidos, sin embargo, sus raíces son edípicas. Estos deseos pugnan por hacerse oír, pero durante la vigilia no cumplen su cometido porque la barre de la censura los ataja mientras que en la noche esta censura se encuentra disminuida en su poder.


14· Conferencia: El cumplimiento de deseo

Sueño de tres malas localidades por un florín y 50 kreuzer Resto diurno: noticia del compromiso matrimonial de Elise L. Pensamientos oníricos latentes que Freud interpreta:

· Fastidio por haberse casado tan temprano, demasiado temprano, apresuradamente

Trabajo del sueño (graficamos acá sólo las sustituciones que Freud realiza en la conferencia para llegar a una interpretación del mismo, no a qué operación del sueño corresponde):

Platea vacía

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Apresuradamente, demasiado temprano

Tres entradas por un florín y 50 kreuzer / Cuñada apresurada en comprar la joya

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Insatisfacción con el marido

Ir al teatro

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Casarse

Apresurarse a comprar las entradas

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Casarse demasiado temprano

Anhelo: Conseguirse un marido mejor


Freud aclara que las mujeres casadas en aquella época tenían ventajas. Por lo tanto, apresurarse por comprar las entradas que sustituye en el sueño al casarse demasiado temprano, nos da la pista de la nueva interpretación que da Freud.

Por lo tanto:

Ir al teatro Ir al teatro

Si –––––––––––, entonces ––––––––––––––––

Casarse Ver todo

Deseo inconsciente que se cumple en el sueño: pizca de placer de ver, curiosidad sexual infantil. Es decir, que el sueño cumple del deseo inconsciente infantil, reprimido y prohibido en términos de esa pizca de placer de ver sexual el coito de los padres. Se sirve para eso del resto diurno como material para la desfiguración.

Entonces por un lado aparece la pista del anhelo “Desearía tener un marido mejor” pero a la vez connota a ganarle a la amiga por estar casada, ya que ella por estarlo puede ver todo. Siempre se trata de un deseo inconsciente, infantil reprimido y prohibido porque siempre sus raíces edípicas. Esto es estructural con respecto del deseo.

Por otro lado, lo que Freud interpreta como pensamientos oníricos latentes es el material con que el trabajo del sueño, transmuda en un sueño en un modo de expresión arcaicos o regresivos y que tiene generalmente la forma de un designio, una advertencia, una reflexión, un intento de solución de una tarea. Desde allí, que Freud puede interpretar el anhelo en el sueño, es decir desde los pensamientos oníricos latentes. Sin embargo, nos advierte que algo se agrega como genuino motor de la formación del sueño, el deseo inconsciente. Ese deseo es el que se cumple en el sueño. Entonces, el deseo inconsciente, infantil, reprimido se actualiza y se enhebra a los restos diurnos produciendo como resultado pensamientos oníricos latentes. Al deseo inconsciente Freud lo designa como un elemento constante en todo sueño, es aquel que presta la fuerza, la moción para su formación. También, ubica a los pensamientos oníricos latentes como elementos variables en cada sueño, son aquellos que prestan las ideas para su formación.

En el interés por el psicoanálisis, Freud advierte que la interpretación del sueño supone traducciones de un modo de expresión que nos resultan ajenos. Supone leyes de funcionamiento


diferentes a nuestro sistema consciente y preconsciente. Entonces, el sistema inconsciente tiene otra lógica de funcionamiento de los otros sistemas psíquicos. (proceso primario)

Freud se pregunta: ¿Es posible hacer una interpretación segura del sueño y cuanto de caprichosidad del interprete interviene en tal traducción? ¿Es posible interpretar un sueño y agotar todos sus sentidos?

El trabajo del sueño produce imprecisiones, indeterminaciones, fundición de opuestos en un único elemento, inversiones, figuraciones de elementos contrarios que no se presentan como contradictorio.

Freud nos aclara que la figuración que hace el trabajo del sueño sobre los pensamientos oníricos latentes es al modo de expresión de las escrituras antiguas, presentan en su figuración indeterminaciones y doble sentidos, omiten expresar relaciones. Entonces, es función del lector de esas escrituras restituir el sentido de la mismas, en ese caso no tendrá otra posibilidad que guiarse por el contexto. Mientras que el analista cumple la función de lector del sueño, el contexto con el que cuenta son:

· La situación psíquica en la que se encuentra el soñante.

· El momento en análisis por el cual esta transitando el paciente.

Sin ese contexto no es posible la interpretación.

Por último, las resistencias Freud las designa como la manifestación objetiva en la vida de vigila en la censura. Esas resistencias siempre aparecen en trabajo de asociación libre. Por otro lado, la censura es responsable del olvido del sueño. En el olvido del sueño, Freud encuentra que en todo sueño hay un punto que es insondable donde todos los sentidos se detienen como algo que se presenta como no reconocido, al modo de una madeja que no se deja desanudar, lo llama ombligo del sueño es el punto en el cual las resistencia y olvido toman sus formas mas extremas. Ese ombligo del sueño es un limite que se presenta en interpretación de todo sueño, es decir, es lo no interpretable de cada sueño. Por lo tanto, ese ombligo es perteneciente del sistema inconsciente, al igual que el modelo motor del sueño (deseo inconsciente, reprimido, infantil y prohibido por edípico) Por otro lado, los pensamientos oníricos latentes, los restos diurnos y el anhelo que se figura en el sueño. Todos ellos son desconocidos para el soñante, por eso Freud dice que son inconscientes por el momento descriptivamente inconscientes, es decir, pertenecen al preconsciente, una vez interpretados se enlazan con los pensamientos consientes.


Practico 7

¿Por qué soñamos en imágenes? Y ¿Por qué en el sueño se produce una reanimación alucinatoria de las huellas mnémicas?

Freud dice que la envión para la formación del sueño lo tenemos que ubicar en el sistema inconsciente, es decir que la fuerza impulsora del sueño va a ser aportada por el inconsciente. También, como toda formación del inconsciente, el sueño es una formación de compromiso entre dos instancias psíquicas. En este caso, por un lado, a los deseos inconscientes, y por el otro al deseo preconsciente de dormir. De este modo, podemos ver como la instancia del preconsciente aporta su intervención para la formación de un sueño.

En este sentido Freud dice que el sueño, para su formación, necesita anudarse a pensamientos del preconsciente que llamaremos restos diurnos y nos ilustra esta idea con una metáfora. Va a decir que el deseo inconsciente, que es el genuino motor del sueño, se comporta como si fuera el socio capitalista que aporta la fuerza, el dinero, mientras que el preconsciente podría ser como el socio empresario que aporta la idea.

Si bien el sueño es una formación de compromiso como las demás formaciones del inconsciente que vimos hasta ahora (el síntoma, el olvido, y el chiste), y puede ser explicado como tal, volvamos a subrayar que lo que lo diferencia de las demás formaciones del inconciente es su carácter alucinatorio y su figurabilidad en imágenes.

Este carácter se explica porque la excitación psíquica en el sueño toma un camino regrediente.

La vida de vigilia la energía psíquica recorre las huellas del aparato desde el polo perceptivo hacia el polo motor, en un sentido progrediente. Esta dirección va a experimentar en el caso del sueño alteraciones, porque durante el sueño va a cambiar el sentido del recorrido que realiza la energía psíquica por los sistemas del aparato.

Si bien podemos afirmar que la regresión no es solo propia del sueño, porque la actividad del recordar también supone una marcha atrás, en el recordar durante la vida de vigilia, mientras estamos despiertos, se trata de una regresión que no va nunca más allá de las huellas mnémicas, y que aun siendo muchas de ellas infantiles o lejanas en el tiempo, son recordables, es decir que


tienen estructura de palabra, de escena. Si ustedes piensan en recuerdos infantiles, seguro que tendrán muchos, pero si quieren intentar recordar esas imágenes que están mucho más atrás de los recuerdos infantiles, de los primeros años, hacia el primero, dos o tres años, seguramente solo puedan recordar alguna imagen medio difusa, que a veces no se sabe cuán real es, porque la memoria, que es posible de representar o reproducir en un relato, por lo general llega hasta los tres o 4 años, no más.

Veremos entonces como los recuerdos que se encuentren anterior a estos primeros años, entre los primeros tres o cuatro años de vida, podrán ser alcanzados mediante el mecanismo de la regresión en el sueño, porque la particularidad del sueño es que con la regresión se llega hasta esas huellas que decíamos nunca acceden a la conciencia.

Son huellas propias de los tiempos más arcaicos del aparato, de los tiempos de su constitución. Se trata de esas esas huellas insusceptible de conciencia en tiempos de vigilia, y que tienen la particularidad de ser material en bruto de huellas perceptivas, de restos visuales y auditivos, que se inscribieron en los primerísimos tiempos fundantes del aparato psíquico, tiempos previos a que el sujeto haya internalizando el lenguaje, y que por eso mismo se asocian por simultaneidad y no por las combinaciones de asociación que las huellas subsiguientes que se inscribieron gracias a la incorporación del lenguaje puedan producir ( como las asociaciones por semejanza, homofonía, por sentidos, etc.)

Lo que ocurre entonces en el sueño es que la energía psíquica va a acceder a esas huellas primerísimas del aparato, que por su particular característica sensitiva le van a conferir carácter alucinatorio al sueño, y así el sueño será soñado en imágenes.

Para explicarlo Freud hace uso de su esquema de aparato psíquico y lo explica del siguiente modo:

Si bien sabemos que durante el día la censura que monta guardia en la frontera entre el sistema inconciente y el sistema preconsciente está bien atenta, sabemos también que, durante la noche, debido al estado del dormir, la censura disminuye.

Nos dice Freud que, debido a la clausura del mundo exterior, se produce el cierre del polo motor y la detención, el cese, de la corriente de la excitación progrediente que estaba en marcha mientras estábamos despiertos. Es decir que se produce el cese de la corriente de excitaciones que va


desde el polo perceptivo hacia el polo motor porque estamos durmiendo. La energía psíquica que se encuentra con las puertas de la motilidad cerradas, no va a tener acceso a la motilidad y ser descargada por ese polo motor porque estamos durmiendo, entonces, dicha energía psíquica va a tener que emprender un camino de regresión, hacia el polo de la percepción, siendo atraídos simultáneamente por aquellas huellas mnémicas primitivas que tendrán la función de darle un carácter alucinatorio a los pensamientos oníricos que partieron del sistema inconciente ( ubicado ahí, como dice Freud, en el esquema, un poco más adelante que las primeras huellas, y anterior al preconsciente, sigan usted por favor esta explicación con los gráficos del libro)

Es muy importante que se detengan en este doble juego de fuerzas que opera de manera simultánea: de atracción y repulsión. Explicar la regresión solo mediante el rechazo que tiene la excitación porque las puertas de la motilidad están cerradas sería incompleto. A esa repulsión de la energía psíquica por el polo motor cerrado hay que agregarle la atracción simultánea que ejercen las huellas que subsisten con vivacidad sensorial.

Por tanto, Freud concluye de este modo:

Esta regresión por un lado se debe al efecto de la resistencia que se opone a la penetración del pensamiento en la conciencia por la vía normal, así como la simultánea atracción que sobre él ejercen los recuerdos que subsisten con vivacidad sensorial.

La mudanza de pensamientos en imágenes, el carácter alucinatorio del sueños, se debe a la atracción de esos recuerdos que subsisten con vivacidad sensorial sobre los pensamientos inconscientes que pugnan por expresarse en la conciencia.

Lo que en el análisis del sueño hemos descripto como el miramiento por la figurabilidad podría ser referido a la atracción de las escenas visualmente recordadas y con las cuales los pensamientos oníricos entran en contacto.

Ambas fuerzas, atracción y repulsión funcionan de manera solidaria y sincrónica empujando la excitación en el sentido regrediente.

Llamamos regresión al hecho de que en el sueño la representación vuelve a mudarse en la imagen sensorial de la que alguna vez partió.


Hacia el final del punto B Freud ubica tres dimensiones de la regresión.

● Tópica: alude al recorrido de la excitación dentro de los sistemas, topos significa lugar, entonces se refiere al lugar del esquema en donde se llega con la regresión.

● Formal: se refiere a los modos de figuración y expresión primitiva del aparato, que en el sueño sustituyen a los habituales

● Temporal: retrogresión a las formaciones psíquicas más antiguas, primitivas del aparato, es decir que es a esas primeras huellas de la infancia, hacia donde se dirige la excitación psíquica en el sueño.

Por último, me parece importante destacar que la regresión tiene que ver con el dinamismo propio del aparato, y con la puesta en acto del funcionamiento del inconsciente. Se pone en juego la regresión cuando se pone en juego el inconsciente. Pero la gran particularidad del sueño es que la regresión es alucinatoria.

Teórico 8

¿Cuál es la diferencia entre el principio de constancia y el principio del placer?

La concepción de la vivencia de satisfacción es una manera que Freud tiene de nombrarla muchos años después.

Deseo

¿Porque durante el sueño lo inconsciente no puede ofrecer nada más que la fuerza pulsional de por el cumplimiento de un deseo?

Reafirma por un lado lo que ya viene diciendo acerca de que el sueño es un acto psíquico de pleno derecho.

Freud Toma el ejemplo la nutrición por ser una función primerísima que además le sirve para indicar allí el desamparo y la prematurez, la que el cachorro humano llega al mundo por la cual inevitablemente requiere de una acción específica si la denomina Freud que proviene del otro es decir del exterior. Aunque por esa misma indefensión y prematurez, en este momento aún no puede establecerse una neta diferenciación entre exterior e interior, eso es lo que se está constituyendo, hace falta una la sumatoria de experiencia de la vivencia en las que el niño va


construyendo, conformados por percepciones sensibles que van complejizando el sistema de huellas e imágenes mnémicas. Son estas huellas las que van a constituir psiquismo.

Diferencia entre deseo y necesidad

Por otro lado, hay satisfacción de la necesidad (que en el caso del niño es provista por el otro de los cuidados ajenos) se hace la experiencia de la vivencia de satisfacción, y desde entonces queda asociada a cierta percepción que deja una imagen mnémica.

Ya no se trata de la necesidad porque ya se trata de la huella. Diferencia la necesidad como necesidad biológica del organismo del deseo que es de naturaleza psíquica. La necesidad se satisface con el alimento. Cuando se habla del deseo habla de realización del deseo y cumplimiento.

¿Cómo nace el deseo? ¿Cómo surge?

Con el deseo que se realiza alucinatoriamente en su diferencia con la satisfacción de la necesidad se abre otro registro estatuto de realidad. Una realidad que se irá tejiendo entre huellas mnémicas (realidad psíquica). La memoria no es la memoria del organismo, sino es memoria hecha de signos, de huella mnémica.

Hay algo perdido en el origen. Desde allí afirmar que la percepción está perdida. El deseo es lo que es el resultado de una pérdida originaria, (la pérdida de la percepción) será la que motoriza la búsqueda y que constituye al mismo tiempo al deseo . Lo que encuentro nunca es lo que busco porque está perdido desde el origen, pero a la vez eso se constituye en la condición de posibilidad de toda búsqueda.

Freud dice que este deseo es pulsionante. Los deseos pulsionales que provienen del inconsciente son inmortales e indestructibles, es decir, insusceptible al paso del tiempo. Ese carácter pulsionante pasará a ser un sustantivo “la pulsión”.

El funcionamiento energético o el recurso energético de los procesos anímicos, la puesta en marcha de este modelo de ciclismo tiene como consecuencia, hacer caer el modelo de un aparato cuyo funcionamiento este regido por el afán de mantenerse exento de estímulos. Ya que, el deseo es tensión de desear. El aparato psíquico no puede hacer otra cosa que desear. Una consecuencia de esto es que deja de existir la homeostasis del principio de constancia. Cae como principio regulador del psiquismo y es relevado por el principio del displacer. El principio en tanto comienzo y como ley no es por él por la homeostasis es por el displacer.

El proceso primario y el proceso secundario la represión.


La percepción es el modo de funcionamiento, llamado proceso primario se lo conoce por las formaciones del inconsciente , los olvidos, el chiste, síntomas y el sueño, además con la transposición en imágenes visuales. El proceso primario es el modo de funcionamiento del inconsciente regido por el principio del placer y la identidad de percepción. Será necesaria una segunda actividad, que justamente detenga o inhiba esta regresión completa para que está no vaya más allá de la huella, es decir, que el sistema de huellas hace de límite a la regresión completa. Se tratará entonces de buscar otros caminos que lleven a encontrar algo en el exterior de esa identidad deseada. Este proceso de inhibición de la regresión y del desvío de la excitación pasará a ser el cometido de un segundo sistema, es el que gobierna la motilidad voluntaria. Es decir, tiene a su cargo el uso de la motilidad voluntaria para acorde a fines, que le permitirá ir adquiriendo un dominio del mundo externo, Freud llamará a este rodeo y postergación de la descarga proceso secundario. El proceso secundario se rige por la obtención de una identidad, pero no de percepción, sino de pensamiento.

Ya habiendo establecido entonces la existencia de los sistemas inconsciente, preconsciente y consciente y su papel en la formación del sueño. Freud ahora extiende el papel de este deseo consciente motor del sueño, a lo que se puede encontrar también en los síntomas esas formaciones de compromiso que encontramos en la histeria y que sólo averiguamos por el análisis o por la elaboración del trabajo del análisis. (Procesos de sustitución, desplazamiento y condensación)

Freud dice “De la doctrina de la histeria tomamos este enunciado es a elaboración psíquica anormal de un itinerario normal de pensamientos sólo ocurre cuando este último, ha devenido la transferencia de un deseo inconsciente que proviene de lo infantil y se encuentra en la represión. Con arreglo a este enunciado construimos la teoría del sueño sobre el supuesto de que el deseo onírico funcionante provienen todos los casos del inconsciente”

A partir de esta afirmación Freud se va a preguntar ¿por qué es esto de la represión? Ese deseo inconsciente que proviene de lo infantil y se encuentra en estado de la represión.

Él ha hecho uso de esta figura tanto para el esclarecimiento de los sueños como el de los síntomas y avanzará, entonces distinguiendo dos tipos de procesamiento de la energía:

La energía es un supuesto necesario que circula algo del orden de una cantidad susceptible de aumento, disminución etc.… en el aparato psíquico. El proceso primario y el proceso secundario coexisten no es que uno cancela al otro. Desde el punto de vista de la temporalidad, lógicamente


se postula una anterioridad de los procesos primarios, pero que son legibles deducibles con posterioridad a la elaboración del material psíquico. Tanto de los sueños como asimismo de los síntomas y de otras formaciones del inconsciente.

Freud plantea que el sistema psíquico desarrollado, ha acumulado ya una gran suma de experiencias dentro de sistemas mnémicos, también múltiples fijaciones de las referencias que diversas representaciones son capaces de evocar en ese material mnémico.

El segundo sistema funciona teniendo en cuenta lo que se llama el principio de adecuación afines. Freud dice “Al segundo sistema le es dado conservar el estado quiescente (ligado), el segundo sistema funciona teniendo en cuenta lo que se llama el principio de adecuación afines y para ello, al segundo sistema le es dado conservar el estado quiescente o ligado la mayoría de las investiduras energéticas.” Freud para hacer esta afirmación toma prestado de otras disciplinas con en este caso la física, toma prestado una analogía que dice que arraiga en ciertas concepciones de la física acerca del estado en el que se puede encontrar la energía y dice que entonces él se atiene a esa idea de que habría dos estados de la energía:

1. La energía ligada o quiescente

2. La energía libre aquiescente

“La actividad del primer sistema está dirigida al libre desagote de las cantidades de excitación y el segundo sistema produce por las investiduras que de él parten una inhibición de este desagote. Su mudanza, su transformación, en investidura ligada medianos sin duda una elevación del nivel.”

Es decir, el primer sistema funciona como la libre transferibilidad de la energía (la condensación, el desplazamiento). Además, el segundo sistema que sería el preconsciente-consciente produce por las investiduras que de él parten, una inhibición de ese desagote, es decir, transforma la investidura libre en investidura ligada.

¿Cuál es la relación que mantiene el principio de displacer y los dos tipos de energía?

La contraparte de la vivencia de satisfacción y esa contraparte de la idea primaria de satisfacción es la vivencia de terror. Entonces Freud se pregunta por la contraparte de la vivencia y experiencia primaria de satisfacción que representaría la vivencia de terror, esto sería una vivencia frente a algo exterior, es planteada como una fuente de excitación dolorosa que actuaría sobre el aparato primitivo. Por el principio de displacer, en este caso no habría inclinación alguna a la carga de la

huella del dolor, es decir, no hay inclinación a cargar la huella del dolor. El aparato sólo reaccionaría mediante la huida, hasta que la percepción dolorosa desapareciera.

¿Cómo se produciría la huida? Se produciría mediante desordenadas exteriorizaciones motrices hasta que finalmente se logrará, que el aparato psíquico pudiera sustraerse de la percepción y de ese modo, sustraerse del dolor. Es decir, que no queda inclinación a investir por vía alucinatoria o de ninguna otra manera la percepción ligada a la fuente de dolor, más bien subsisten la inclinación a abandonar esa imagen mnémica penosa tan pronto como se invoque algo algún modo en consecuencia, encontrar la manera de evitar justamente el desborde de su excitación hacia la percepción que provocaría displacer, no hay inclinación. Al contrario, hay vida de esa imagen mnémica que es la contraparte de la vivencia de satisfacción.

Freud concluye que, a consecuencia del principio de displacer, entonces, el primer sistema es incapaz en incluir algo desagradable en el interior de la trama de pensamiento, el sistema no puede hacer otra cosa que desear. Entonces, la contrapartida de la vivencia de satisfacción como vivencia de terror frente a la percepción del dolor, es un ejemplo de una energía libre que no puede ser ligada por el sistema de las huellas.


 

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