Objeto A en Neurosis Obsesivas

Seminario 8 (la transferencia) y 10 (la angustia)

Objeto anal y escópico

Lacan distingue 5 niveles en la constitución del objeto. Esto corresponde a la teoría libidinal de Freud.

Construcción circular del objeto

5 versiones del objeto A:

1. Objeto perdido freudiano. Relación con la identificación primaria (id. a los significantes del Otro)

- 1º efecto del lenguaje

- Sujeto del goce

- Demanda del Otro

2. Agujero en la estructura

3. Sutura del agujero con objetos pulsionales: taponan el agujero.

4. Resto de la operación de corte C/ nombre del padre-> Límite al goce

5. Objeto A como causa de deseo.

El objeto A es el agujero, vacío, por eso está del lado de lo femenino.

Se le da un fundamento pulsional a cada uno de los elementos estructurales de la Neurosis Obsesiva:

Preponderancia de las funciones anal y escópica.

Objeto Anal

- Demanda del Otro. Se trata de un trastorno de la necesidad, borra la necesidad.

Demanda de la madre: primero le pide que retenga el excremento (el cual es un deseo de expulsar) y luego le pide que lo largue: Se trata de un regalo al Otro, es otro de los nombres de la castración. Se realizan ambos movimientos siempre bajo la demanda de un Otro.

Agalma: objeto deseado importante. Objeto a unido al falo.

- Duda ambivalente: Amor-odio. Su fundamento son los dos tiempos de la demanda. En esta primera relación con la demanda del Otro, nos encontramos con un reconocimiento ambiguo. Eso de ahí es al mismo tiempo él y no debe ser él, e incluso, más adelante, no es suyo. Lacan pone en juego el objeto tomado como agalma o el objeto tomada como deshecho. (Valioso o porquería, yo te amo y vos sos valioso para mí, yo te rechazo y no te quiero).

- Oblatividad: Es la obsesión a la demanda del otro, que el otro se la juegue. Se trata del fantasma de dar, entregar y ceder para el Otro. Se pone en juego el fantasma de ‘’todo para el Otro’’ ya no como un deseo sino como un goce, como una satisfacción de darle al Otro lo que quiere, el regalo que el Otro espera . Todo para el otro dice el obsesivo, y esto es justamente lo que él hace. Nunca hace lo suficiente para que el otro se mantenga en la existencia. Está relacionado al hecho de vivir pidiendo permiso. Su fundamento también son los dos tiempos de la demanda.

Como el sujeto en la etapa anal queda sometido a la demanda del Otro, el sujeto pierde la dimensión de su propio deseo (su deseo se va a la mierda), su deseo queda aplastado por la demanda. El sujeto queda sometido a la demanda del Otro (base de la N.O).

Cuando hay una fijación al objeto anal en el fantasma obsesivo, se pueden poner en juego las 2 vertientes, la sádica o masoquista.

Esta versión en la destrucción del Otro lleva a la dimensión del sadismo anal (del que Freud hablaba en Paul), pero la vuelta que le da Lacan es ubicar cómo se pone en juego el fantasma sádico en la N.O. Es un fantasma, no un acto, o sea, en sus fantasías y síntomas realizan esos actos. La característica que Lacan ubica es que el punto donde lo anal se sexualiza, o sea, no está solo en términos de carácter (por el lado de la demanda, o todo para el Otro, etc) sino el punto donde el fantasma entra en la dimensión sexual, erótica. En ese punto, el fantasma puede tomar características sádicas. Esas características sádicas que está sustentada por la punta de la destrucción del Otro, es el fantasma de hacer al Otro pero Lacan dice: es el fantasma del sufrimiento del Otro esperado. El Otro está esperando que el sujeto le produzca un sufrimiento. Esto tiene, de alguna manera, un valor erotizado en el sentido en que el Otro desea ese sufrimiento que el sujeto da, cuando está en el plano sádico.

La dimensión masoquista tiene que ver con entregarse a un sufrimiento provocado por el Otro. Ese ‘’entregarse’’ del lado de los fantasmas masoquistas, o sea, fantasías inconscientes.

Una cosa es el fantasma fundamental, es uno que recorta a uno de los objetos de la pulsión (por ej. anal). De ese fantasma fundamental parten todas las fantasías (cc o icc) por ejemplo: cuando son fantasías sexuales son aquellas en relación al fantasma fundamental. Podemos saberlas o ser icc (sintomáticas), pero dependen siempre del fantasma fundamental, el fantasma inicial, el fantasma del fundamento.

El objeto fálico como objeto imaginario no puede prestarse a revelar de forma completa el fantasma fundamental. Solo puede, a la demanda del neurótico, responderle con una obliteración (taponamiento).

Objeto Escópico (mirada)

- Defensa del fantasma en la N.O-> Arrastra a la jaula del narcisismo sus objetos.

Jaula del narcisismo : yo1-yo2 desdoblamiento-> Imagen que le quiere dar al otro.

Yo fuerte -> su deseo queda por fuera. Tampoco da indicios de este.

Autoconciencia

Desdoblamiento del yo: yo1-yo2-> Se ubica en el palco auto observándose.

Todopoderoso: Amo que sabe todo. Omnividencia: lo ve todo

Dama idealizada: Persona que no se puede abordar, es intocable.

El sujeto, a nivel de su ideal del yo es mirado constantemente e intenta realizar un yo ideal que satisfaga a esa mirada en el campo del Otro, intenta ser agradable para el Otro pero distinta a la modalidad anal (no darle el regalito) sino que intenta capturar la mirada del Otro haciéndose agradable para el Otro bajo el modo de ser lo que el Otro desea, intenta satisfacer la mirada del Otro. El fantasma que Lacan asigna principalmente a ese objeto escópico es el fantasma religioso. La creencia en Dios se trata de que esos dioses o ese Dios sabe de nosotros y nos mira.

Lacan ubica que esta mirada tiene una función calmante para el sujeto en la medida en que el objeto escópico sirve como el elemento que pone en juego, que más hace existir al Otro, y en ese sentido, eso es lo que más tapona al sujeto el ‘’no hay relación sexual’’. El fantasma escópico es el punto donde el sujeto logra velar, tapar, esconder esa dimensión de ‘’no hay relación sexual’’. En su fantasma escópico, el sujeto está siempre acompañado por un Otro que lo mira.

El fantasma le permite al sujeto dejar por fuera la angustia.

Explicación de las 5 versiones:

El objeto perdido es el objeto de la necesidad, el cual está perdido por la demanda del otro. Si ese objeto perdido existiera haría existir la relación sexual.

Tenemos ese agujero en la estructura, el cual delimita la falta. ¿Cómo se tapona ese agujero? Por los objetos pulsionales, los cuales suturan el agujero. Estos objetos nos brindan un goce, una satisfacción pulsional la cual es parcial.

A partir de la operación del corte –la cual es por la metáfora paterna- queda un resto, la extracción del objeto a. Tenemos al sujeto del deseo. Este corte lo llamamos castración del nombre del padre, mediante el cual opera la metáfora paterna, y permite la constitución del yo, cuerpo y realidad en una unidad.

Luego se da el objeto a como causa de deseo.

El obsesivo termina destruyendo el deseo del Otro. La ambivalencia es con los objetos más importantes y deseados para el obsesivo.