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Psicología de la Tercera Edad y Vejez Resumen Sobre la Biomedicalización del Envejecimiento

Cátedra: Iacub

2° Cuat. de 2009

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La biomedicalización del envejecimiento: peligros y dilemas.  ESTES –BINNEY 
 

La biomedicalizacion es un proceso dinámico, complejo y multidimensional.

El modelo biomédico es algo particular que debe ser distinguido y separado de los modelos biológicos o científicos.  La relación entre el modelo biomédico, como algo construido y controlado por la profesión medica, y la biología y la ciencia, es problemática y necesita mas estudios que la expliciten.

La biomedicalización del envejecimiento tiene dos aspectos relacionados:

  1. la interpretación social del envejecimiento como un problema medico y
  2. la praxis del envejecimiento como un problema medico  (las conductas y políticas que se desarrollan a partir de pensar al envejecimiento como un problema)

La praxis tiene 4 dimensiones diferentes:

  1. la científica (o las consecuencias para la forma en que se plasmara la disciplina y el conocimiento teórico básico)
  2. a profesional (las consecuencias para las profesiones relacionadas y que incluyen el status, el aprendizaje y la organización del trabajo.
  3. el campo político (el impacto de la formación de políticas publicas que incluyen investigación y formación) y
  4. la percepción pública y sus consecuencias.

Estas dimensiones mantienen una relación dialéctica y ninguna puede ni debe estar sola. 
 

  1. la interpretacion del envejecimiento como un problema medico.

Se centra en las enfermedades de los viejos.  El modelo, con su énfasis sobre el problema clínico, toma precedencia sobre los problemas del envejecimiento y sus procesos biológicos, psíquicos y sociales.  Esto tiene a su vez mucha implicancia por su rol académico y profesional por la formación de políticas públicas, por la percepción popular y por el desarrollo del conocimiento científico.

El dominio del modelo biomédico no ha colocado el énfasis solamente sobre diagnósticos mas sofisticados, búsqueda de mecanismos subyacentes, intervenciones preventivas o terapéuticas, sino que ha influenciado otras investigaciones, formaciones políticas y la manera en la cual pensamos a la vejez y aun, la ciencia, ya que definimos y evaluamos en términos del pensamiento biomédico.

El modelo biomédico se ha convertido en la “estructura del pensamiento institucionalizado”.

El equiparar vejez con enfermedad ha llevado a la sociedad a pensar el envejecimiento como patológico o anormal.  Al etiquetarlo como enfermedad, se transfiere esta condición a todos los que están envejeciendo, condicionando de esta manera las actitudes de las personas en si mismas y de los otros hacia ellas. 
 

  1. la praxis del enejecimento como un problema medico: consecuencias.
    1. El conocimiento científico de base.

En el paradigma biomédico, el conocimiento científico significa que el proceso de generación de conocimientos (la investigación científica, su interpretación y su validación) esta determinado por importantes influencias sociales, económicas y políticas del amplio espectro social y que son distintos de las cuestiones  científicas a los que se dirigen.

Un aspecto significante del paradigma biomédico se da a través de su alineación y la consecuente legitimación de si mismo que consigue con la intima asociación con la ciencia, un poderoso y dominante modo de pensamiento.  Como resultado, el proceso de biomedicalización ha conseguido un alto grado de éxito al adquirir aceptación y crecimiento sin cuestionamiento por nuestra sociedad.

En relación con el envejecimiento, el modelo biomédico define a la vejez como un proceso básico e inevitable de fenómenos biológicos relativamente inmutables.

El llamado envejecimiento normal, implica un conjunto de procesos biológicos y psicosociales homogéneos y relativamente estables asociados con la vejez.

Esto ha contribuido al individualismo como una forma de reduccionismo.

El individualismo es considerado como una estrategia de construcción de una teoría y de su investigación tratando de explicar instituciones o fenómenos sociales usando al individuo como la unidad de análisis, el reduccionismo es el proceso de reducir los fenómenos a sus unidades más pequeñas.

Ambos procesos tienen su correlato en el modelo biomédico, incluyendo su aplicación al envejecimiento.  El individualismo proviene del interés en el diagnostico individual, curso de la enfermedad, resistencia y respuesta, y es efectiva en la base de la relación medico paciente.  Sin embargo esto limita la consideración de factores ambientales y sociales mas complejos, porque el foco primario esta colocado en la enfermedad como un problema con causas y soluciones individuales.

Igualmente el reduccionismo esta de acuerdo con los principios de la teoría de la biomedicina, ya que ambos son intentos de explicar los fenómenos aislando las unidades de análisis mas pequeñas.

Igual que el individualismo, esta forma de reduccionismo tiene muchas ventajas para la deducción, derivación y para el entendimiento de procesos fundamentales.  Pero su practica tiene por consecuencia tanto la desconsideración de problemas e interacciones sociales mas vastos, como que puede castigar al individuo considerándolo solo una parte de lo que los hace humanos.  El resultado es una forma de anti – holismo que equipara a una persona vieja con su categoría de enfermedad (el Alzheimer de la cama 201).

La investigación  biomédica es equiparada a investigación sobre envejecimiento y una vejez feliz y satisfactoria es atribuida a situaciones contingentes con la continuación de la investigación biomédica.  Esto ilustra el poder del paradigma biomédico, tanto para definir el fenómeno del envejecimiento en términos biomédicos, como para persuadir a los que dirigen la política en este campo de que las “soluciones” al problema del envejecimiento, son aquellas que perpetúan el control por la Biomedicina.

Se quiere ilustrar (los autores) el poder de este modelo para redefinir un fenómeno complejo (el envejecimiento), sus soluciones y las políticas publicas en términos de problemas médicos.

De hecho, los caminos de la interpretaron de la vejez como “problema” se remontan a finales de la década del 30, donde se entrecruzaron, la gerontología con los grandes sucesos sociales de la época, y resultaron en un interés publico masivo, tanto para la investigación académica como en las iniciativas políticas publicas para ayudar a identificar y resolver el “problema” del envejecimiento.

Según Achenbaum el mayor problema que impide que la Gerontología sea elevada a la categoría de ciencia, es la falta de una perspectiva paradigmática generalmente aceptada, y aun la falta de un concepto sobre que es el envejecimiento y que sea generalizable entre y a través de otras disciplinas.

La biomedicalización del envejecimiento afecta y es afectada por el contenido del entrenamiento profesional: esto lleva a una orientación hacia la educación médica y que promueve la aplicación de términos biomédicos a la población que envejece.  Esto remite a términos tales como enfermedad, impedimentos, discapacidad, declinación psicológica y fisiológica, que son aplicables a algunos, pero ciertamente no a todos los individuos que envejecen.  La orientación biomédica – clínica, esta basada en el modelo medico de la atención de enfermos agudos, lo cual entra en directa contradicción con la mayoría de las afecciones y condiciones que afectan a los viejos, que son generalmente crónicas. 
 
 

    1. Percepción del problema por la opinión publica

El envejecimiento ha sido mas influenciado por su biomedicalización que por la Academia o por los profesionales.  La percepción pública ha contribuido y ayudado a este proceso de diversas formas.

Un aspecto importante de la biomedicalización el envejecimiento ha sido su influencia en la opinión pública fomentando la tendencia a ver al envejecimiento negativamente, como un proceso de declinación inevitable, de enfermedad y deterioro irreversible.

El público parece estar convencido de la primacía y del “derecho” de la medicina para el manejo del “problema” del envejecimiento.

La visión biomédica del envejecimiento es reforzada por la familia, amigos y por el contacto personal con la profesión medica y por el propio sistema de creencias.  Otros puntos de vista alternativos sobre el envejecimiento, les resultan inconcebibles.

Sabemos que las percepciones de las personas viejas como dependientes, enfermos, que solo pueden ser ayudados por servicios médicos de alta tecnología y alto costo, puede inducir a los viejos a convertirse en enfermos y dependientes, instándose a actuar este rol, mientras, simultáneamente, se reafirma el poder del modelo medico para definir que es lo real e importante.

Las consecuencias es que ellos caen dentro de la creencia de que los problemas del envejecimiento son primordialmente biológicos y fisiológicos.   Convencidos de que solamente la ciencia biomédica los puede salvar, pareciera que la solución de los problemas del envejecimiento solo se resuelven por la compra y consumición cada vez mayor de servicios y tecnología medica muy costosos.

Los viejos son culpados por la crisis del cuidado de su salud, tanto como por la pobreza de los niños debido al monto de los fondos destinados a su seguridad social, cuidado medico y otros costos.  Con esta interpretación de la crisis, los viejos son culpados de la mayoría de los males sociales, culpabilidad que en gran parte se debe a la renuencia de los proponentes del modelo biomédico del envejecimiento, a ceder su poder y/o control, aun cuando el modelo resulte inapropiado.

Otra resultante es la alta demanda de productos y servicios que prometen demorar o eliminar los supuestos fisiológicos del envejecimiento, incluyendo la millonaria industria de la cosmética, vitaminas y suplementos dietéticos.  De esta manera, en un amplio espectro social, la biomedicalización de cualquier aspecto de la vida cotidiana ha contribuido al crecimiento y consolidación de un complejo medico – industrial multimillonario.

Estos intereses dependen de la aceptación pública de la autoridad y legitimación de la medicina. 
 

  1. fuentes de resistencia al modelo biomédico
Una fuente es el conocimiento popular en expansión sobre viejos saludables, activos, y con un incremento de la expectativa de vida con respecto a dos o más décadas atrás.  Esta tendencia se acompaña con la creciente preocupación sobre nutrición, ejercicios y otras modificaciones en el estilo de vida que también desafían las nociones sobre la inevitabilidad de las enfermedades, discapacidades y declinación en la vejez. 
 
  1. crisis del paradigma biomédico

El envejecimiento y su investigación han sido afectados por la biomedicalizacion.  A pesar de que su poder es sustancial, es importante remarcar dos grandes problemas que en la actualidad cuestionan este modelo dominante.

Primero los desarrollos que han aumentado la longevidad no han resuelto los problemas del peso del incremento de las enfermedades y el paso de los casos agudos a los crónicos.

Una de las mayores dificultades es como podrá hacer la sociedad para manejarse con el aumento de la longevidad sin cambiar las premisas básicas de la medicina, o sin que se pierda la fe en la habilidad de la biomedicina para aumentar la calidad de vida a través del tiempo.

La segunda crisis para el paradigma biomédico, es la continua inhabilidad de su modelo para tratar los problemas macro estructurales implicados en la etiología de las enfermedades (ambientales, sociales y económicos). 

La respuesta médica ha sido puesta en focalizar su atención en las conductas individuales saludables y en sus estilos de vida, haciendo responsables a los individuos por sus enfermedades.  En contraste, las investigaciones de las ciencias sociales, y el éxito de la perspectiva del curso vital del envejecimiento, apuntan a lo inadecuado del modelo biomédico basado en procesos unicausales homogéneos y biológicos inevitables, las teorías del curso vital denuncian la falacia de tales modelos demostrando la importancia de efectos actuales que los fenómenos sociales, económicos y políticos tienen sobre los procesos del envejecimiento y para la salud de la vejez.