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Modelo Teórico del Apoyo Social – Arias
El apoyo social es entendido como “la ayuda ya sea emocional, instrumental o de otra índole que se deriva de un determinado entramado social” y cumple un papel fundamental en proveer sentido a la vida y propiciar actividades personales que se orienten al cuidado y la promoción de la salud. El apoyo social se refiere a la percepción subjetiva del sujeto de que, a partir de la red social, es amado, cuidado, valorado y de que pertenece a una red de derechos y obligaciones.
¿Cómo surge la teoría del apoyo social?
El marco teórico del apoyo social surgió desde modelos ecológicos que intentan comprenden y explicar la conducta humana en función de la relación entre el individuo y su ambiente; en la década del 70’. Produjo un redescubrimiento del valor de las redes de apoyo y se consolidó el movimiento de salud mental comunitaria. Se centró en el estudio de aquellos que se encontraban en desventaja social o eran discriminados (como los inmigrantes, desocupados, madres solteras, discapacitados). En la actualidad la temática de las redes sociales y el apoyo social ha sido incorporada en diversas disciplinas.
Principal Hipótesis
El modelo de apoyo social sostiene que la participación activa en los espacios sociales y la integración familiar y comunitaria incrementan el bienestar y elevan la calidad de vida. Entre sus principales fundamentos podemos señalar: posee un interés preventivo, se interesa por problemáticas de personas con fragilidad, persigue el logro de cambios a partir de la implicación activa de los involucrados en el problema.
El impacto del apoyo social formar e informal sobre el bienestar integral de las personas mayores es fuertísimo.
Fuentes formales e informales de apoyo social a adultos mayores
Podemos diferenciar dos fuentes del apoyo social
Formales: trabajan con reglas formales y procedimientos estandarizados. Pueden prevenir del ámbito público o privado, poseen una estructura burocrática y objetivos orientados a ofrecer ayuda en áreas específicas. La disponibilidad de este tipo de apoyo se vincula con el nivel de institucionalidad existente en un territorio determinado.
Informales: trabajan con reglas implícitas y actividades espontáneas. Corresponden a las redes personales (familiares y amigos) y a las comunitarias que no estén estructuradas como programas de apoyo. Ayuda a las personas de edad y les proporciona “cuidados no estructurados, complementarios a los que proporcionan los gobiernos”.
Ambas fuentes de apoyo son importantes y necesarias. La participación desbalanceada, una intervención exclusiva o la participación escaza de alguna de ellas, puede brindar una respuesta insuficiente. Estas fuentes poseen modos de funcionamiento diferentes pero deben trabajar juntas, complementarse y equilibrarse. Se deben clarificar las áreas de intervención y las responsabilidades de cada una para no superponer apoyos ni provocar una insuficiencia en los mismos.
Características de la red de apoyo social
La red de apoyo social posee distintas características. Las características estructurales aluden al tamaño de la red (cantidad de personas que la componen), densidad (grado de interrelación entre los miembros), distribución (tipo de vínculos), dispersión (distancia entre los miembros) y homogeneidad o heterogeneidad (similitud o diferencia de características sociales, culturales y demográficas entre los miembros de la red). Para ser significativa y real, debe hacerse con los propios involucrados.
Funciones de la red de apoyo social
Las funciones de la red son: compañía social, apoyo emocional, guía cognitiva, consejos, ayuda material, de servicios y de acceso a nuevos contactos. Los atributos de los vínculos aluden a: funciones prevalecientes de los mismos, su multidimensionalidad, reciprocidad, intimidad, frecuencia de contactos e historia.
El mapa de la red social incluye a todas las personas que la conforman y diferencia cuatro sectores que diferencian el tipo de relaciones en: familiares, laborales, de amistad y sociales o credo. Estos cuatro sectores son atravesados por tres círculos que distinguen los vínculos de acuerdo con el grado de intimidad. La red brinda información acerca de los vínculos que la componen, los recursos de ayuda con lo que dispone la persona y los factores a fortalecer. La evaluación de la red permite: conocer las posibilidades de apoyos suficientes frente a situaciones problemáticas y aporta información útil para el diseño de tratamientos y cuidados para cada caso particular.
Cambios en la red social
Las sedes sociales no son estáticas, son sistemas abiertos y dinámicos, que se encuentran en interacción constante, construcción y reconstrucción permanentes. La red atraviesa una etapa de expansión durante la niñez y la adolescencia, de estabilización en la adultez y de contracción en la vejez. Sin embargo, hay una amplia variabilidad de redes en los adultos mayores. No se puede identificar un tipo de red propia de ellos ya que son heterogéneas. Por lo tanto podemos decir que no siempre la red se reduce en la vejez. Hay casos en los que los adultos mayores incorporan nuevos vínculos en esta etapa de su vida, conforman pareja o establecen nuevas relaciones de amistad que modifican notablemente su estado de ánimo. Si la red de achica en la vejez, no es por la edad; si no que hay que incluir otras variables. Al respecto, la teoría de la selectividad socioemocional proporciona una lectura diferente ya que cree que la red disminuye en la vejez como resultado de una elección intencional del adulto, quien selecciona los vínculos que más le interesa seguir manteniendo.
Beneficios de la red social
Los propios adultos mayores consideran que el disponer de relaciones familiares y sociales satisfactorias es un aspecto relevante al evaluar su calidad de vida. Las redes sociales suficientes indicen de manera positiva en la salud física y el estado funcional de los adultos mayores. El poseer una adecuada red social disminuye los tiempos de hospitalización y de recuperación de la salud y el poseer una insatisfactoria red favorece la ideación suicida.
Pero… ¿Cuándo una red es suficiente?
Las redes que brindan satisfacción son variables, no podemos proponer un tipo ideal de red uniforme ya que depende del individuo. La suficiencia y funcionalidad de la red debe ser pensada desde los casos particulares que involucran las historias vitales.
Intervenciones desde el apoyo social
Las intervenciones desde el apoyo social pueden efectuarse desde los niveles más macro desde el ámbito público, como políticas públicas desde los organismos de gobierno, hasta lo más micro, como el trabajo a nivel individual con un adulto mayor que presenta un problema. Pueden hacerse a nivel comunitario, institucional, grupal e individual y con distintos fines: promoción de la salud, prevención o asistencia.
Desde el ámbito privado se suelen crear grupos de apoyo para adultos mayores, centros de día, programas recreativos y de actividad física, entre otros. Dentro del sistema informal encontramos grupos de autoayuda con determinadas patologías. Entre los programas de intervención se destacan también los voluntariados. A nivel institucional se debe apuntar a articular las redes formales e informales, trabajando en la apertura de las residencias para mayores en una doble dirección: hacia afuera, propiciando que los adultos salgan siempre que sea posible y participen de la vida familiar y comunitaria, y hacia adentro, estimulando la incorporación de familiares y amigos a la residencia. Los profesionales de la salud y el personal de las residencias son de gran importancia para los adultos y suelen incluirlos en su red de apoyo. A nivel individual es importante valorar cada caso con sus particularidades. Esto permitirá no estandarizar las intervenciones, si no que por el contrario pensarlas para cada situación. La implementación de las intervenciones debe acompañarse de investigaciones que proporcionen información acerca del impacto de las mismas.
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