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Técnicas Psicométricas

Resumen Unidad 1 y 3 Ev. Psicologica adolescentes y adultos

Cátedra: Liporace (ex- Casullo)

1° Cuat. de 2008

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Unidad II y III: Evaluación psicológica de adolescentes y adultos.
1) Los estilos de personalidad: El inventario MIPS.


El MIPS es un Inventario de Estilos de Personalidad. Se utiliza para evaluar rasgos de la personalidad normal. Su administración puede ser tanto individual como colectiva, y se presenta en un cuadernillo con respuestas bipolares de Verdadero o Falso. Estudia la personalidad normal de sujetos entre 18/65 años. No evalúa patología (a diferencia del MMPI) sino que es utilizado para detectar la presencia y el grado de un estilo de personalidad particular. Se aplica sobre todo en el ámbito laboral donde es utilizado para evaluar y seleccionar personal con determinados rasgos, también se usa en la comparación de grupos. Otro ámbito de aplicación es el de orientación vocacional, de investigación y médica (enfermedades psicosomáticas)


Su aplicación se traduce en un inventario de 180 ítems compuesto por 24 escalas agrupadas en 12 pares, es decir, ítems cuyas respuestas se contestan por verdadero o falso. Esta prueba esta distribuida en tres áreas con los siguientes contenidos:


Metas motivacionales: Se refiere a los motivos que orientan a las personas y son impulsoras del estilo de personalidad. Las metas son las que orientan las conductas. Se relaciona con la obra de Freud y presenta gran afinidad con conceptos como pulsión, necesidad, afecto y emoción. Las bipolaridades son “Apertura – Preservación” (en qué medida la conducta del sujeto está motivada a obtener un refuerzo positivo o a evitar una estimulación negativa del mundo); “Modificación – Acomodación” (en qué medida el sujeto tiende a modificar el medio o a acomodarse a él); e “Individualismo – Protección” (según la fuente del refuerzo esté más relacionada con metas del sujeto o relacionadas con los demás).


Modos cognitivos: Examinan los estilos que emplean los sujetos para construir sus cogniciones y transformarlas. Relacionado con la obra de Jung, abarca tanto las fuentes utilizadas para adquirir conocimientos sobre la vida, como el modo de transformar la información. Las bipolaridades son “Extraversión – Introversión”; “Sensación – Intuición”; “Reflexión – Afectividad”; y “Sistematización – Innovación”.


Conductas interpersonales: Evalúa los modos y preferencias de los sujetos en su interacción con otros sujetos. Un estilo de conducta social deriva en parte de la interacción entre las pautas características de las metas motivacionales y los modos cognitivos de una persona. Las bipolaridades son “Retraimiento - Comunicatividad”; “Vacilación – Firmeza”; “Discrepancia – Conformismo”; “Sometimiento – Control”; e “Insatisfacción – Concordancia”.


Dado que los cuestionarios autoadministrables son vulnerables al estilo y actitud del sujeto, y por lo tanto, susceptibles de distorsiones en las respuestas, los autores idearon cuatro escalas que denominaron de validez. Estas intentan determinar el grado de confianza con el que pueden hacerse inferencias teniendo en cuenta la actitud del sujeto al responder (para detectar las distorsiones). Por medio de las mismas se mide por ejemplo: aquiescencia, contradicción, el querer dar una imagen que no sea la propia (ya sea mejor o peor), etc. Esto fue una innovación y a partir de ese momento la mayoría de las técnicas incluyen este tipo de escalas: Autoconcepto, MMPI-A, MMPI-2, MIPS, etc.

Además cuenta con tres indicadores de validez que dan cuenta de la tendencia a la distorsión:


Escala de impresión positiva: Incluye ítems que permiten detectar si el sujeto intenta dar una imagen positiva de si mismo.


Escala de impresión negativa: Incluye ítems que permiten detectar si el sujeto intenta dar una imagen negativa de si mismo.


Escala de consistencia: Incluye ítems que permiten determinar si el sujeto es consistente en sus respuestas. Un puntaje inferior a tres indica una consistencia de la prueba muy baja.


La prueba MIPS utiliza como puntuaciones transformadas el puntaje de prevalencia inventado por Millon en base al concepto dimensional clasificatorio en la medición de la personalidad. Agrupa a los individuos en las distintas categorías según rasgos y posición en relación a otros, basado en datos de prevalencia de la población. Los puntajes de prevalencia van de 0 a 100 y el sistema ha sido diseñado de tal modo que la proporción de individuos que obtienen un puntaje de 50 o superior poseen ese rasgo en el conjunto de la población. Por el contrario, si no llega a 50, se considera que no lo posee. Los perfiles individuales del puntaje se interpretan en función de la distancia que los separa del puntaje de prevalencia 50 de cada escala. Un puntaje de 69 de cualquier escala se encuentra en la mediana o percentil 50 de los individuos clasificados como poseedores del rasgo. También proporciona normas para adultos y estudiantes universitarios tanto con o sin discriminación de edad y sexo.


Existe una vinculación entre el concepto de inteligencia exitosa de Sternberg, y el área de modos cognitivos del MIPS, en el que se examinan los distintos estilos de procesamiento y recolección de información. Tomemos por ejemplo la bipolaridad “sistematización – innovación”. Esta última implica que quienes la presenten serán creativos y asumirán riesgos, transformarán lo dado, serán disconformes con la rutina y lo predecible, producirán consecuencias nuevas e imprevistas. Si observamos entonces una presencia del rasgo innovación, podríamos pensar a su vez en una presencia de inteligencia creativa en este sujeto. En cambio si consideramos la bipolaridad “reflexión – afectividad” y dentro de ella la escala reflexión, estaríamos más del lado de la inteligencia analítica, ya que la misma hace referencia a que prefieren procesar los conocimientos por medio de la lógica y el razonamiento analítico; se basan en juicios desapasionados, impersonales y objetivos.


Un estudio de confiabilidad que se podría hacer con el MIPS sería utilizando el método test - retest, es decir, repetir la toma en una segunda oportunidad en un lapso no mayor a seis meses. Otro método que podríamos utilizar es el de formas equivalentes en el cual se preparan dos formas de la técnica de evaluación (del MIPS), es decir, se podría cambiar el orden de las preguntas teniendo en cuenta que en ambas deben tener los mismos ítems. Luego de las dos tomas deben correlacionarse los puntajes obtenidos.

2) Personalidad y Psicopatología: El inventario MMPI – 2. Comparación con el MMPI - A.


El MMPI (Inventario Multifacético de la Personalidad de Minnesota) fue diseñado como un medio objetivo para obtener información clínica. Evalúa la personalidad patológica y es aplicado mayoritariamente en el ámbito clínico y para la investigación en general. El conjunto de escalas fue elegido para evaluar síndromes relevantes clínicamente y también para ayudar al clínico a arribar a un diagnóstico, pero no permite diagnosticar por si mismo, arroja síntomas. Luego de un tiempo se evidenció la necesidad de actualizarlo y mejorarlo; reestandarizar y modernizarlo ya que había ítems que resultaban anacrónicos, otros mal formulados o aludían a temas que ya no eran pertinentes. De esta manera, el MMPI – 2 fue creado a principios de la década del 80, cuando se constituyó un comité para la revisión del MMPI. A partir de allí, el inventario diagnostica patologías estudiando la personalidad multifásicamente. Comprende a adultos entre 18 y 65 años y se aplica en el ámbito clínico, forense y laboral. Cuenta con escalas de validez que han sido elaboradas para determinar el grado de confianza con que pueden hacerse inferencias, teniendo en cuenta la actitud que el sujeto adopta al contestar la prueba. Las escalas de validez son:


Escala interrogantes (?): Corresponde al número total de ítems no respondidos o respondidos al azar en ambas direcciones V-F (30 o más ítems invalida el protocolo).


Escala L: Detecta el intento deliberado del sujeto en dar una buena imagen de si.


Escala F: Un puntaje elevado indica que se ha respondido en forma atípica, marcando una exagerada cantidad de síntomas. En caso de que el sujeto no presente serias perturbaciones podría pensarse en un intento por mostrarse como una persona inadecuada, incompetente o mentalmente enferma.


Escala K: Se desarrolló como un modo más sutil y efectivo de detectar intentos de los sujetos de presentarse bajo una luz más favorable, negando síntomas psicopatológicos. En el MMPI2 esta escala se usa como factor corrector de algunas escalas clínicas.


Por otra parte, las escalas clínicas son las que evalúan diferentes dimensiones de la personalidad y obtienen información acerca de una probable patología. Las escalas son: hipocondriasis, depresión, histeria, desviación psicopática, masculinidad-feminidad, paranoia, psicastenia, esquizofrenia, hipomanía, e introversión social. Las escalas clínicas que integran la “tríada neurótica” en el MMPI - 2 son:


Escala 1- Hs - Hipocondriasis: Personas que se caracterizan por presentar preocupación por su salud corporal y temores concomitantes por enfermedades. Algunos de los ítems reflejan síntomas específicos, otros se refieren a una preocupación corporal más general y otros reflejan las características egocéntricas que pueden presentar estos sujetos. Es la escala más homogénea y unidimensional. Los puntajes elevados tienen un T mayor a 60.


Escala 2 – D - Depresión: Evalúa depresión sintomática. Los síntomas presentan un estado de desmoralización, desesperanza respecto al futuro e insatisfacción general en relación con la situación vital. Los puntajes elevados sugieren depresión clínica y los puntajes moderados una actitud general o un estilo de vida caracterizado por el pesimismo.


Escala 3 - Hy - Histeria: Identificar pacientes con alguna forma de trastorno sensitivo o motor sin que pudiera encontrarse etiología orgánica. Otro grupo de ítems se refiere a la negación de dificultades psicológicas y emocionales, y a sentimientos de incomodidad en situaciones sociales. Las personas que presentan defensas histéricas suelen obtener puntuaciones elevadas en ambos conjuntos. Tienden a obtener puntajes altos sujetos con nivel cultural elevado y mujeres. Un puntaje alto es un T mayor a 80.


Por otra parte, el MMPI2 también contiene escalas de contenido y escalas suplementarias. Aparte, conserva la estructura formal del MMPI (10 escalas clínicas y 4 de validez). Lo que se amplió es el conjunto de ítems. A su vez mantuvo el puntaje T para la transformación de los puntajes brutos y no se modificó el Factor Corrector K. El MMPI también evaluaba población adolescente; cuando se revisó y se creó el MMPI-2 se formuló una versión de este último para adolescentes específicamente, el MMPI - A.


En cuanto a las aplicaciones que tiene el MMPI - 2, se lleva a cabo con sujetos entre 18 y 65 años que sepan leer con fluidez y comprendan las instrucciones acerca del modo correcto de registrar las respuestas. A los sujetos con condiciones físicas o emocionales que pueden limitar su capacidad para responder (como por ejemplo un sujeto con limitaciones visuales, dislexia o afasia, dificultades en el aprendizaje, intoxicación por drogas / alcohol, etc.) no se lo pueden autoadministrar sino que hay que leérselos. El número de ítems es de 567 y se pueden dejar, como máximo, 30 sin contestar (para que la prueba se pueda evaluar). Para el análisis se transforman los puntajes brutos en puntajes T y luego se vuelcan al perfil.


El MMPI - 2 puede administrarse en el área clínica, laboral y forense. Dentro del área clínica en evaluaciones neuropsicológicas, psicopatología y psicodiagnóstico de pacientes psiquiátricos. En el área laboral, para la selección de personal, para descartar cualquier patología. En el área forense para investigar casos de simulación y defensividad, o para determinar el grado de imputabilidad de un acusado.


El MMPI - A, brinda información acerca de las autopercepciones de los adolescentes. Incluye áreas como influencia negativa del grupo de pares, abuso de drogas y alcohol, problemas de relación con los padres, problemas alimentarios, dificultades escolares entre otras. Su aplicación es de utilidad en la práctica profesional, pues brinda información sobre la autopercepción de los adolescentes. Su inclusión en tareas diagnosticas es altamente recomendable y también es buena su administración en el área educacional. Sirve para sujetos entre 14 y 18 años que lean fluidamente y tengan capacidad de comprensión del material (a los sujetos con limitaciones se le leen los ítems). Se deben procurar condiciones ambientales adecuadas, privacidad y comodidad, ya que la evaluación dura aproximadamente 1 hora 30 minutos y consiste en tener que contestar 478 frases por V/F en forma individual o grupal. En base a los puntajes brutos se elaboran perfiles según el sexo.


La diferencia fundamental radica en la forma que se utilizó el formato original. Aquí se realizó con una adaptación al lenguaje y a las problemáticas propias de la etapa adolescente, es decir, la versión para adolescentes incluye ítems nuevos relacionados con temas del desarrollo psicológico y sus trastornos, propios de esta etapa evolutiva. Se reduce el número total de preguntas a responder en 478 y adiciona nuevas escalas de contenido específicas para esta etapa del ciclo vital: Problemas escolares, bajos niveles de adaptación, problemas de conducta. Por último, incorpora tres escalas suplementarias nuevas desarrolladas para la evaluación del uso de alcohol y drogas e inmadurez.


El MMPI – A está compuesto por: Escalas de validez, escalas clínicas, escalas de contenido y escalas suplementarias. Las escalas de validez apuntan a determinar el grado de confianza con que pueden hacerse inferencias, teniendo en cuenta la actitud del sujeto al contestar las preguntas. Estas son:


Interrogantes (?): Número de ítems no respondidos o respondidos V/F.


Mentira (L): Intentos de dar una buena imagen.


Infrecuencia (F): Sujetos que dan una mala imagen de sí. F1: Aceptabilidad para escalas básicas. F2: Aceptabilidad para escalas de contenido y suplementarias.


Defensividad (K): Sujetos que responden defensivamente.


Vrin: Ítems con contenido similar u opuesto.


Trin: Ítems con contenido opuesto que son respondidas inconsistentemente.


Las escalas utilizadas transformadas son la T y en cuanto a las escalas clínicas, evalúan distintas dimensiones de la personalidad y obtienen información sobre probables patologías. Una puntuación T mayor a 65 es significativa, y menos de 60 es un puntaje no significativo. Las escalas clínicas son las mismas que en el MMPI - 2.


Las escalas de contenido están centradas en dimensiones no patológicas y son las siguientes: Ansiedad, obsesiones, depresión, preocupaciones por la salud, alienación, pensamiento bizarro, enojo, cinismo, problemas de conducta, baja autoestima, bajas aspiraciones, disconformidad social, problemas familiares, problemas escolares, actitudes negativas hacia el tratamiento. Por último, las escalas suplementarias brindan información que en el original no fueron tenidas en cuenta: Alcoholismo, reconocimiento, propensión, ansiedad, represión.

3) La evaluación de la inteligencia. La prueba de matrices progresivas de Raven.


El marco teórico del Test de Matrices progresivas es la teoría ecléctica de los dos factores de Spearman: Factor G y Factor E. El Test de MP evalúa solamente el factor G. Spearman considera que todas las habilidades del hombre tienen un factor común general (FG) y un factor especifico a cada una de ellas (FE). En cada habilidad se encuentran los dos factores pero no desempeñan el mismo papel en todas las habilidades. Investigaciones ulteriores demostraron la existencia de un factor de grupo que se encuentra en gran parte de habilidades afines.


El test de MP evalúa la capacidad de los sujetos para comparar formas y razonar por analogías con independencia del conocimiento adquirido anteriormente. También diferencia la capacidad eductiva (razonamiento abstracto -factor g- que permite resolver los problemas de una manera creativa) de la capacidad reproductiva. Este test consta de tres escalas:


Escala coloreada (MPC): Para niños de hasta 11 años, ancianos y personas con retraso mental.


Escala general (MPG): Para sujetos de 18 años en adelante.


Escala avanzada (MPA): Para sujetos sospechados de estar dotados intelectualmente.


De esa manera se evalúa la capacidad para establecer la relación existente entre dos elementos y la deducción de correlatos. Por último, se llama progresiva porque aumenta su dificultad a medida que se avanza por las series. Este test se puede aplicar en diversas áreas:


Área educativa: Con bajo costo y de manera rápida, da la mayor parte de la información significativa que da un test de inteligencia global. Ej.: Formación de clases homogéneas pudiendo agrupar, de esta forma, a los alumnos con capacidades intelectuales similares.


Área clínica: Se pude medir por ejemplo, el deterioro mental para un primer examen de capacidad intelectual.
Área laboral: Por ejemplo se puede utilizar para la evaluación y clasificación de aspirantes a un puesto; diagnóstico rápido de la capacidad intelectual y las fallas de razonamiento del sujeto.


El test de Raven es utilizable como instrumento de investigación básica y aplicada. En ésta última sirve como instrumento de clasificación educacional, militar e industrial, y como test clínico. Se lo emplea en los centros de investigación psicológica y sociológica: para estudios diferenciales y sociales de capacidad intelectual, según edad, sexo, medio, status económico, profesión. En los establecimientos de enseñanza primaria y secundaria, para ayudar en la formación de clases homogéneas mediante la agrupación de los alumnos de capacidad intelectual semejante. Para discriminar el tipo predominante perceptivo o lógico de los alumnos, particularmente en aquellos casos que se destacan por una alta o baja capacidad o rendimiento. En los gabinetes de orientación vocacional y selección de personal, para la evaluación de los estudiantes y la clasificación de los aspirantes a ingresar a oficinas y establecimientos industriales o comerciales. Es útil para un diagnóstico rápido del nivel intelectual y la eventual determinación del método y fallas del razonamiento de un sujeto. También en el ejército, para una ágil y económica medición y selección de cuadros. Con este objetivo fue empleado en gran escala en la Segunda Guerra Mundial por la armada británica. Por último, en las clínicas psicológicas, para un primer examen de la capacidad intelectual y como medio de examen del deterioro mental.


En comparación con el Wisc III, el test de matrices progresivas es un test de selección entre soluciones posibles. Para su administración consta de un cuadernillo con 60 láminas, estas presentan figuras geométricas abstractas. Las láminas están ordenadas en 5 series de 12 ítems que aumentan la dificultad a medida que se avanza por ellas. Este test es de completamiento de matrices según opciones predeterminadas y evalúa la capacidad intelectual para comparar formas y razonar por analogías con independencia de los conocimientos adquiridos (mide capacidad intelectual general). El Wisc III evalúa la capacidad intelectual de niños de 6 a17 años de edad, en cambio el MP se administra a adultos y adolescentes. Es un test no verbal y como tal, puede ser administrado en determinadas circunstancias en las cuales el sujeto no pueda dar una respuesta verbal (debido por ejemplo a una discapacidad). Esto no puede hacerse con el Wisc III. Por otra parte, el TMP es autoadministrable, mientras que el Wisc no lo es. Puede administrarse tanto individual como colectivamente, en cambio el Wisc solo puede administrarse individualmente. En cuanto a los resultados, en el TMP se obtienen a partir de un puntaje bruto por cada serie (5 series) y luego un puntaje bruto total sumando los puntajes de cada serie. Posteriormente el PB se pasa a percentil y luego a rango; en cambio el Wisc está formado por trece subtests organizados en dos grupos: escala verbal (evalúa inteligencia cristalizada) y escala de ejecución (evalúa inteligencia fluida). Se administran alternativamente. Por último, tanto el TMP como el WISC se basan en la teoría de Spearman (explicada en la Unidad II, punto 3). Raven toma la teoría directa midiendo una parte de la inteligencia: La capacidad eductiva; mientras que Weschler realiza una modificación y mide “toda” la inteligencia.

5) La evaluación de factores asociados con comportamientos alimentarios: La escala ICA.


El Inventario de Conductas (borré lo que no entra=)


Un instrumento de Screening o despistaje es una técnica psicométrica utilizada para distinguir entre potenciales casos o no casos. Su finalidad es realizar un tamizado básico respecto de la conducta o rasgo a medir por medio de algún puntaje de corte. Un ejemplo de una técnica con la cual se puede realizar un screening es el ICA, por medio del cual se pueden determinar potenciales casos de trastornos de conductas alimentarias. Otras técnicas pueden ser, Sucesos de vida o el BIEPS. Los instrumentos de screening tienen un papel de recolección de datos, esto sirve para ver si una variable esta presente o no en la población. Es decir, detecta la presencia de constructos en una población. Los rasgos que evalúa son categorizados en las siguientes once dimensiones psicológicas:

(borré lo que ya no entra )

6) Los sucesos del ciclo de vida.


Es de suma importancia evaluar la percepción subjetiva del impacto de los sucesos o acontecimientos del ciclo vital personal y poder relacionarlas con los malestares psicológicos. En el campo de la psiquiatría fue Meyer quien enfatizó la importancia de los sucesos de vida en la manifestación de patologías diversas: El cambio de hábitat, el ingreso a la escuela, un fracaso escolar, muertes y nacimientos de familiares. El acontecimiento vital es todo hecho o circunstancia en la vida de una persona capaz de alterar o modificar sus condiciones de salud psicofísica. La escala Sucesos de vida es autoadministrable, individual o colectiva, y constituye un estudio de screening. Evalúa el impacto subjetivo que diferentes eventos del ciclo vital tuvieron en la vida de este sujeto. Él lee un listado de eventos potencialmente estresantes y marca con una cruz una puntuación que va desde el 1 al 5. El evaluador se centra en las puntuaciones que están entre 4 y 5. La suma de estos ítems nos dará un puntaje total que se utilizará luego para hacer una entrevista más focalizada sobre los eventos que más sufrimiento provocó en el sujeto. Ésta escala está basada en la teoría de Stress, que es un síndrome de adaptación general.


El estrés implica una descompensación entre las demandas que plantea el contexto y los recursos de los que dispone una persona para hacerle frente. Debe considerarse como estresante solo una demanda que por su peculiar intensidad, novedad o indeseabilidad requiere una respuesta esforzada. Las formas como el individuo hace frente a las experiencias vividas como estresantes constituyen las estrategias de afrontamiento. Dicho afrontamiento toma en cuenta los esfuerzos afectivos, cognitivos y psicosociales que un sujeto emplea para poder controlar las situaciones estresoras a efecto de reducirlas o eliminarlas. Este puede ser medido por medio de la evaluación psicológica, la cual supone la posibilidad de analizar los diversos comportamientos humanos a fin de comprenderlos, compararlos y explicarlos. La misma debe tener en cuenta la formulación de conceptualizaciones éticas y operacionalizaciones émicas.


Todo acontecimiento vital es una experiencia social que posee una significación psicológica, ocurre en una etapa determinada, es percibido con cierta intensidad por el sujeto, y tiene una duración limitada en el tiempo. Todo suceso tiene las siguientes características:


Puede ser evaluado con muy, algo o nada deseado.


El sujeto lo percibe como algo controlable o fuera de su control personal.
Algún acontecimiento puede generar consecuencias indeseables aunque el hecho en si se acepte como necesario.


Suele generar sentimientos de pérdida o separación, sean éstas reales o simbólicas.


Implica necesidad de cambios en el ámbito de las relaciones interpersonales y una reorganización de las interacciones sociales.


Propone pensar o no, una acción posible.


Puede suponer una amenaza para la integridad física del Yo.


Que un suceso vital sea percibido como sorpresivo, depende de la información con que cuenta la persona.


Estas son algunas de las dimensiones psicológicas que deben tenerse en cuenta para analizar un acontecimiento vital. Por otra parte, una evaluación adecuada también tiene en cuenta tres aspectos: ¿Cuándo ocurrió? (etapa evolutiva); ¿Cómo ocurrió? (evalúa intensidad y discrimina situaciones reales de las imaginarias), Duración (como la persona evalúa y describe la experiencia vivida).


La escala de sucesos de vida tiene validez teórica ya que esto supone que la técnica psicométrica tenga definido claramente el constructo teórico que pretende medir. A partir de considerar que un suceso o acontecimiento vital es todo hecho o circunstancia de la vida de una persona capaz de alterar o modificar sus condiciones de salud psicofísica, afirmamos que esta escala es una buena operacionalización para determinar como es la percepción subjetiva de estos sucesos que tienen las personas. Por el análisis factorial de la escala, esta prueba ha evidenciado tener consistencia interna.


También evidenció tener confiabilidad test - retest. Para esto se calculó la correlación interna entre los puntajes de cada una de las subescalas y el puntaje total, pudiéndose llegar a que la técnica tiene consistencia interna relativa, lo cual es teóricamente esperable y, por lo tanto, demostrándose de este modo que la misma posee validez interna.

8) Evaluación de bienestar Psicológico.


El bienestar psicológico es el grado de satisfacción que tiene el sujeto con la forma de vida que lleva y que llevó hasta ese momento. La satisfacción es un constructo triádico en el cual se consideran los estados emotivos, el componente cognitivo y las relaciones vinculares. BIEPS es una prueba autoadministrable que se basa en la propuesta teórica de Ryff quien destaca la multidimensionalidad del bienestar Psicológico. Esta prueba evalúa la percepción subjetiva del bienestar psicológico y permite diferenciar a sujetos que han logrado determinado nivel de bienestar de aquellos que presentan síntomas y signos que dan cuenta de la presencia de malestares en grado moderado o severo. Su estudio debe tomar en cuenta las siguientes dimensiones:


1. Autoaceptacion: Apreciación positiva de si mismo. Actitud positiva hacia la vida personal presente y pasada.


2. Control de situaciones y autonomía: Capacidad de manejar apropiadamente el medio y la propia vida; y sentido de autodeterminación.


3. Vínculos psicosociales: Calidad de vínculos personales y afectivos significativos.


4. Proyectos: Metas y propósitos de la vida propia.


5. Aceptación del crecimiento y desarrollo de la vida.


Se encontró que la estructura factorial del BIEPS-J para adolescentes, confirma la presencia de cuatro factores que se corresponden con las subescalas del BIEPS-A a excepción de la dimensión Autonomía. Así mismo, con el mismo análisis factorial se eliminaron siete ítems por presentarse en más de un factor. La prueba final, entonces quedó conformada por trece ítems agrupados en cuatro factores:


Aceptación de sí.


Vínculos Psicosociales.


Proyectos.


Control de situaciones.


Por su parte, el SCL – 90 – R es un inventario desarrollado para evaluar patrones de síntomas presentes en los individuos. Está constituido por 90 ítems que se responden sobre la base de una escala de cinco puntos (cero a cuatro). No requiere más de quince minutos y se le pide al sujeto que responda en función de cómo se ha sentido durante los últimos siete días, incluyendo el día de la administración.


El puntaje y la evaluación se realizan en función de nueve dimensiones primarias y tres índices globales. Las dimensiones primarias son:


Somatizaciones: Presencia de malestares que la persona percibe relacionadas con diferentes disfunciones corporales.


Obsesiones y compulsiones: Pensamientos, acciones e impulsos que son vivenciados como imposibles de evitar.


Sensitividad interpersonal: Sentimientos de inferioridad e inadecuación.
Depresión: Manifestaciones como falta de motivación y poca energía mental.


Ansiedad: Signos de nerviosismo y miedo.


Hostilidad: Pensamientos, sentimientos y acciones con afectos negativos de enojo.


Ansiedad fóbica: Respuestas de miedo desproporcionadas con respecto al estímulo que lo provoca.


Ideación paranoide: Comportamientos paranoides en tanto desordenes del pensamiento, temor a la pérdida de autonomía.


Psicoticismo: Síntomas referidos a estados de soledad, alucinaciones, etc.


Los índices globales son:


Índice de severidad global: Es un indicador del nivel de la severidad del malestar. Se calcula sumando las puntuaciones obtenidas en las nueve dimensiones de síntomas y en los ítems seleccionados.


Total de síntomas positivos: Se estima contando el total de ítems que tienen respuesta positiva. Ej. Puntuación bruta en Varones = 3 y Mujeres = 4; supone un intento de mostrarse mejor que lo que están. Puntuaciones brutas en Varones = 50 y Mujeres = 60; supone una tendencia a exagerar sus patologías.


Índice de malestar positivo: Pretende evaluar el estilo de respuesta indicando si la persona tiende a exagerar o a minimizar los malestares que lo aquejan. Se calcula dividiendo la suma total de las respuestas dadas en los ítems por el valor obtenido en síntomas totales positivos.


La conversión del puntaje bruto o directo, es a puntaje T. Se considera que una persona en riesgo tiene una puntuación T que sea igual o mayor a 65. Por su parte, se considera la presencia de una patología severa cuando la puntuación T, es igual o mayor a 80. Los baremos son construidos según los sexos, y el inventario se puede aplicar en personas de 13 a 65 años. Por último, sirve para fines de diagnóstico clínico, ámbitos educativos, comunitarios, etc.