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Los partidos políticos poseen una característica significativa: su universalidad. No hay casi país independiente que pueda exhibir un sistema político carente de partidos, a no ser por algunos casos particulares. Esto no implica que todos los partidos tengan la misma naturaleza ni que cumplan estrictamente las mismas funciones, los partidos aparecen como la consecuencia no buscada de la masificación de la sociedad y la expansión territorial de los estados, muchas dinámicas van a dar lugar a un nuevo fenómeno: el de la representación política.
La institución de la representación, a través de la cual la deliberación política y las decisiones del gobierno se trasladan desde el titular de la soberanía democrática hacia sus agentes, establece la frontera histórica y teórica entre la democracia antigua o directa y la moderna o representativa.
La condición histórica del surgimiento de los partidos fue el incremento de la participación política, durante los siglos XVIII y XIX. <y el sustrato indispensable sobre el que se desarrollaron los partidos fue el órgano de representación política por excelencia.: el parlamento.
En ese ámbito, los portadores de ideas afines, intereses coincidentes o, incluso, simpatías personales, elaboraron los primeros lazos de solidaridad de las que en un principio serían llamadas facciones. Este termino hacia referencia a las divisiones políticas subnacionales (calificadas como antinaturales)
La primera explicación acerca de las causas del surgimiento de los partidos la esbozo Ostrogorski, posteriormente continuada por Duverger, constituyendo la vertiente de las llamadas Teorías institucionales que ponen el acento sobre la relación con el parlamento. Los partidos habrían desarrollado a modo de organizaciones auxiliares de las nacientes, o ampliadas, cámaras representativas, con el fin de coordinar la selección de las tareas de los miembros de la asamblea. En consecuencia, puede hablarse de partidos de creación interna o externa. En contraposición, Seymour Lipsety Stein Rokkan desarrollaron un poderoso marco teórico que concilia el método histórico con el comparativo. Eso se explica la aparición de los distintos partidos a partir de una serie de crisis y rupturas históricas que dividieron en las sociedades nacionales cuando uno estaba consolidado como tales, y provocaron, en cada quiebre, la formación de agrupamientos sociales enfrentados por el conflicto en cuestión. La crítica que se le hace este enfoque es que limita su pretensión explicativa al hemisferio occidental, y principalmente al escenario europeo por ser la fuente empírica de su observación de campo.
Por último, la Palombara y Weiner adscriben más fielmente a las teorías del desarrollo, y entienden la aparición de los partidos como una consecuencia natural de la modernización social y las necesidades funcionales del sistema político. La dificultad esta aproximación consiste en que las correlaciones detectadas entre las variables no justifican necesariamente un orden casual, ni mucho menos excluyente.
A pesar de que el origen de los partidos estuvo signado por el desprecio generalizado, su crecimiento en prosélitos y tareas se desarrolló sostenidamente; carecieron, sin embargo, de una justificación teórica lo suficientemente difundida como para aceptarlos con algo más que resignación.
La naturaleza
Hay diversos criterios para clasificar a los partidos.
Para simplificar la mirada de las posiciones sostenidas por los académicos, puede construirse una tipología triple de los partidos en función de los siguientes ejes (Panebianco):
● Base social: Unos comprenden a los partidos como agentes portadores de la identidad de clase, que los transforma en vehículos de división social en el marco de una sociedad estratificada horizontalmente, otros lo conciben como un instrumento político del movimiento de integración poli clasista, nacional y/o popular, que licúa las diferencias de clase y procesa el conflicto de manera vertical (los partidos de EEUU).
Clasificando a los partidos de acuerdo con su base social: obreros, burgueses y populistas. Los primeros caracterizan sobre todo los países desarrollados, el último predominan las naciones en vías de desarrollo. Resulta fundamental el análisis de los clivajes sociales, las lineas de ruptura que separa a los miembros de una comunidad en función de sus posiciones al respecto.
● Su orientación ideológica: quienes sostienen que el elemento distintivo de cada partido y su orientación ideológica afirma que los objetivos de la organización, y no su composición social, solo que determina su accionar. La principal tipología se construye en torno al par derecha-izquierda, que partir de la revolución francesa en 1789 se ha transformado en el criterio por excelencia para ordenar ideas políticas. Pueden aceptarse como válidos dos asertos, las fuerzas de izquierda tienen generalmente cambiar el estado de las cosas de la sociedad, mientras que las derecha pretenden mantener la situación social dentro de los límites estructurales en que se encuentra, y por otro lado, la izquierda propone una mayor intervención del Estado en economía y las políticas sociales, el tiempo que la derecha contemporánea es sostener la convivencia de la no injerencia estatal y la primacía del mercado para la más eficaz asignación de los recursos entre los hombres. En función del puesto, muchas veces la integración Social de los partidos y sus programas coinciden, en tanto, los partidos de composición burguesa o de clases medias tienden a tener menos elementos revolucionarios y de cambios profundos en su discurso que los otros
● Su estructura organizativa: Ésta perspectiva se centra en aquello que distingue los partidos modernos de cualquier otro grupo organizado que históricamente haya cumplido funciones similares. Los partidos, al ser concebidos en cuanto organizaciones, se supone movidos por fines propios que trascienden los objetivos que le dieron origen, al tiempo que también superan y transforman los intereses de los individuos que los integran, sean de clase o de cualquier otro tipo. Éste enfoque goza de una gran aceptación dado a los estudios en el tema por parte de Max Weber y Robert Michels. A lo largo de la existencia de los partidos, la sucesión o articulación de fines tiene lugar convirtiendo a la asociación en un evento y cada vez más simbiótico con su ambiente. Con menor capacidad o voluntad para reformar lo que en sus orígenes, Parece sugerible evitar cualquier índole de determinismo: y el sociológico, ni el organizativo, y el sistémico, pueden abarcar por sí solos todas las dimensiones del fenómeno partidario. A partir de los años 80, la teoría de la organización ha recuperado para la ciencia política la potencia heurística de este paradigma y continua a través de la obra de Panebianco, la tradición histórica cimentada por Weber y sostenida por Duverger y Oppo.
Los tipos
El criterio clave es el histórico-organizativo. Esto es así porque los dos tipos de partidos son característicos de épocas consecutivas.
Los partidos socialistas y obreros en general debieron asumir el desafío de canalizar la participación política de las masas que se incorporaron a partir de la ampliación del sufragio. El referido fenómeno de la masificación de la política se manifiesta fundamentalmente en el ámbito de estos auxiliares institucionales del Estado que son los partidos. El modo privilegiado de expansión de las primeras formaciones partidarias era la acotación. El mecanismo consistía en la atracción individual de las personas que fueron consideradas por las camarillas de los grupos establecidos, como importantes para la defensa de los objetivos planteados. Cuando los sostenedores de las teorías socialistas, mayoritariamente marxistas, se enfrentaron con la apertura electoral que las luchas obreras habían finalmente conseguido, los partidos que fundaron deberán recurrir a métodos totalmente nuevos de acción política. El principal problema era el de la ignorancia, incompetencia de las masas trabajadoras. La incorporación de militantes comenzó a realizarse a través de procedimientos masivo de reclutamiento, practicado sobre todo en las fábricas y las áreas de mayor concentración urbana. Uno de los elementos más trascendentes de esta tapa de la organización partidaria de la disciplina del bloque en el parlamento. El mandato libre fue rechazado como norma de acción, para adoptar todos representantes del partido una posición unificada ante cada tema de debate en la cámara. Las consecuencias de transformación sobre la teoría de la representación y sobre las ideas restantes como las de la nueva estructura interna de los partidos los fueron para la teoría de la organización y las prácticas políticas. Es por este último que han sido llamados partidos organizativos de masas o, partidos de aparato. Poco a poco, el desarrollo económico y los avances tecnológicos fue modificando la estructura clásica de las sociedades europeas a las rígidas fronteras de clase multiplicando los niveles de estratificación horizontal. Esta transformación fue produciendo el debilitamiento de las identidades subculturales, homogeneizando internamente la sociedad nacional en términos de su visión del mundo. Los dos partidos fueron definidos como electorales de masa, profesional-electorales o, en su caracterización más fuerte, como partidos escoba o atrapatodo, en función de su apelación a la sociedad en general por encima de las divisiones de clase.
MODELOS DE PARTIDO SEGÚN PANEBIANCO
PARTIDO BUROCRATICO DE MASAS PARTIDO PROFESIONAL ELECTORAL
Definición, organización y funciones
La definición de conceptos.
Sartori brinda una definición de los partidos políticos que limita su validez a las naciones occidentales posteriores a la Segunda Guerra Mundial; sostiene que de ampliarse la definición se diluiría la capacidad descripta del término y retornaría a la ambigüedad semántica. Considera que “un partido político es cualquier grupo político identificado con una etiqueta oficial que presenta a las elecciones candidatos a cargos públicos”
Los elementos claves pueden enumerarse de la siguiente manera:
● Grupo político
● Etiqueta oficial
● Elecciones
● Candidaturas viables
● Cargos públicos
Sartori no niega a que los partidos pueden poseer esas características: lo que objeta es que sean su materia constitutiva.
Quedan descartados del término partidos, aquellos grupos políticos autoritarios o totalitarios que, proscriben a los demás partidos y anulan las elecciones, sin volver a convocarlas durante su gestión; y también se descarta a los pequeños partidos que no tienen ningún momento los cargos públicos por los que compiten, a esto hace referencia con el concepto de candidaturas viables.
Sartori conserva donde los tres principios de la conceptualización de Julien Freund y Carl Schmitt sobre la política:
Joseph Schumpeter primero y Anthony Downs más adelante encuadran las teorías económicas de acción humana; han descrito a los partidos según una imagen en extremo gráfica e ilustrativa; aplican una metáfora del funcionamiento del mercado económico como un mercado político en el cual los lideres partidarios cumplen el rol del empresario, que dentro de un partido desarrolla la tarea de producir promover e intercambiar una serie de bienes o servicios por un recurso de poder que hace las veces de dinero : el voto.
Lasfunciones de los partidos pueden definirse de acuerdo al carácter ascendente o descendente de la corriente de interacción: cuando fluye desde abajo-la sociedad-hacia arriba-el Estado-. Las tareas básicas serán la agregación el filtro de las demandas, la movilización en integración social y la estructuración del voto.
Las funciones abarcan desde el reclutamiento de las elites y personal político hasta la toma de decisiones y la formación de políticas públicas.
La actividad que realizan los partidos puede ser resumida en los conceptos de representación gobierno. Si predomina la primera, se está en presencia de una acción más pluralista y con más autonomía de sus grupos de interés o de identidad, respondiendo a las poliarquías descritas por Dahl. Si es a la inversa, El caso en cuestión responderá a una pauta de menor autonomía societario, mayor control de los gobernantes sobre los gobernados y jerarquización más rígida de las relaciones sociales.
Las características que pueden presentar los partidos y que los diferencian entre sí más allá de sus funciones comunes son:
Sistemas de Partido
Los partidos no actúan solos en un medio aislado, sino que están en interacción permanente con las otras partes del ambiente; se diferencian de la burocracia y las demás instituciones estatales porque, carecen de monopolio alguno, de representación o función. Excluye el caso de los partidos únicos.
Cada partido compute en un espacio mas o menos abierto por la obtención del voto popular, que le otorgue mayor capacidad de influir en la toma de decisiones públicas. Su accionar esta condicionado por las restricciones jurídicas, el ordenamiento social y las pautas culturales, así como por la presencia, fortaleza y estrategia de los demás partidos. (sistema de partidos Pennings & Lane)
Las propiedades de un sistema de partidos se desarrollan históricamente y pueden cambiar a lo largo del tiempo; algunas de ellas son: la volatilidad, la polarización, el número efectivo de partidos, la desproporcionalidad electoral, y la cantidad de dimensiones temáticas.
La teoría de los sistemas de partido ha estado dominada por tres grandes enfoques: la competencia especial, el genético, el morfológico
Existían dos importantes taxonomías postuladas por Duverger en la década de 1950 y por La Palombara y Weiner en la del 1960. El primero caracterizó todo escenario en el que actúan partidos como un continuo unidimensional, cuyos extremos están definidos por las posiciones ideológicas “derecha” e “izquierda”. Entre ellas, se ubican 1,2 o más partidos, dividiendo a través de un sencillo criterio cuantitativo al objetivo análisis en tres categorías:
● Sistemas unipartidistas: son propios de países totalitarios
● Sistemas bipartidistas: son presentados como característicos de las democracias estables
● Sistemas multipartidistas: manifiestan el grado de fragmentación política existente en las democracias inestables.
Este agrupamiento fue considerado insuficiente para destacar las diferencias existentes entre casos que califican en la misma categoría, por lo que la Palombara y Weiner propusieron para los sistemas competitivos una tipología cuádruple:
● ideológico hegemónico
● pragmático hegemónico
● ideológico turnante
● pragmático turnante
Sartori procedería combinar la dimensión cuantitativa con la cualitativa.
Para este fin definió un formato héptuple , Subdividiendo las categorías de Duverger de modo que el unipartidismo se desdobló en tres clases:
● De partido único
● De partido hegemónico
● De partido predominante
El bipartidismo permanecerá tal cual estaba, pero el Multipartidismo se desagrega en sistema de partidos limitado, extremo y atomizado. Lo fundamental de la innovación teórica introducida por Sartori es que combina dos variables relativamente ponderables para lograr una matriz análisis compleja, con la que explica las causas de la estabilidad o la inestabilidad de los sistemas partidarios y permite predecir rupturas para los regímenes democráticos.
El nuevo ordenamiento permite determinar la presencia o ausencia de competencia, ello permitirá evaluar la mecánica de los casos competitivos en forma bipolar, moderada o centrípeta, o por el contrario de modo multipolar, polarizado y centrifugo.
Sartori combina dos variables ponderables para lograr una matriz de análisis compleja y permite predecir rupturas para los regímenes democráticos.
El régimen político ya sea presidencialista o parlamentario, ejerce un impacto decisivo de partido relevante. Otro elemento que obliga a los actores políticos a definir estrategias y objeticos en dos niveles autónomos es el federalismo. La posibilidad que ofrecen algunos sistemas electorales de realizar acuerdos para sumar sus votos, sea mediante una segunda vuelta o a través de la cartelización de etiquetas partidarias diversas, amplia las oportunidades de partidos pequeños para accedes a puestos legislativos, y de los partidos mayores para llegar al ejecutivo.
La crisis y los desafíos
Crisis de representatividad: los partidos políticos no respondían a las exigencias de los ciudadanos sino a sus propios intereses y los de sus dirigentes.
Los problemas de gobernabilidad aquejan a las sociedades contemporáneas. Lipset y Rokkan rastrearon el origen de los partidos occidentales en una serie de crisis históricas. La utilización misma del concepto de crisis data del origen histórico de los partidos y se funde con sus identidades. Los desafíos que pusieron en riesgo la capacidad de gestión de los partidos variaron tanto en su naturaleza como en sus consecuencias. Algunos fenómenos contribuyeron a definir nuevos roles partidarios, convirtiéndose en elementos complementarios en vez de competitivos. Tales los casos del neo corporativismo y de los medios de comunicación social. Como afirma Philippe Schmitter, El neo corporativismo se diferencia del corporativismo totalitario o estatal, propio del fascismo, porque surge desde abajo, y solo es reconocido por el Estado a posteriori de la efectiva monopolización del poder por sus partes. En el caso de la masificación de los medios de comunicación, se ha producido la prescindibilidad de los partidos como comunidades de sentido, como otorgador esta significación de la realidad social. La Información imparcial y supuestamente neutral de la prensa independiente ha reemplazado a las tribunas de opinión y a los órganos partidarios de disfunción de doctrina. Las transformaciones en la estructura social han diluido la imagen clásica del antagonismo dual de clases, donde la identidad de cada grupo era relativamente fija e inmutable. Peter Mair desarrolló un innovador Marco conceptual para entender la transformación contemporánea de los partidos. El sostiene que el proceso que están sufriendo estos actores debe ser concebido como cambio o adaptación antes que como una declinación. A través de una nueva perspectiva del desarrollo de la organización, se aborda si el desempeño partidario reciente en tres niveles: el partido en el terreno, el partido en el gobierno y el partido en el comité. En consecuencia, los partidos son hoy más fuertes, pero más remotos: tienen mayor control, pero menor poder y gozan de más privilegios pero menor legitimidad. Las transformaciones sufridas por los partidos en su viaje histórico desde la sociedad hacia el Estado se resumen en el concepto de partido cartel, introducido por Katz y Mair. El argumento sugiere que el cartel party sucede histórica y funcionalmente al all-catch party.
El caso argentino
En la República Argentina, al igual que en América Latina, los partidos responden a un patrón de desarrollo distinto al modelo europeo. El proceso de descolonización y la necesidad de construir una nueva autoridad legítima llevo además a los lideres posrevolucionarios a aborrecer diferencias internas, a encontrar alternativas entre civilización o barbarie o entre religión o muerte; esto se inclino a quienes más se aproximarán al sentir de las masas populares.
El caudillismo monista del siglo XIX y el populismo orgánico del siglo XX son dos manifestaciones históricas que concibe la acción política como producto de un movimiento nacional unitario cuyos enemigos son externos.
En Argentina el primer recambio pacífico de gobierno entre distintos partidos se dió en 1916, mediante la elección por sufragio universal masculino de Hipólito Yrigoyen para la presidencia de la nación. La segunda se repitió en 1989, con la transferencia del mando de Alfonsín a Menem.
Una rápida síntesis histórica de los partidos argentinos solo tres menciones:
El primero, una fiel versión del partido europeo de notables, Julio Argentino Roca, que se apoyó en él para construir un sistema de dominación. Terminó desintegrándose en varios partidos provinciales o incorporando a sus dirigentes en nuevas estructuras peronistas. La unión cívica radical, es el más viejo de los partidos nacionales. Se transformó merced a la acción de Hipólito Yrigoyen en representantes de los excluidos sectores medios, la mayoría de origen inmigratorio, y en 1916 accedió al gobierno federal como resultado conjunto de la reforma electoral realizada cuatro años antes y el voto popular.
El radicalismo fue el primer partido moderno del país, como sistema de comités locales y provinciales, una convención nacional y un estatuto orgánico.
El movimiento nacional justicialista consideraba ser el único capaz de expresar la causa de la reparación popular. Convertido en funcionario de gobierno mediante un golpe de estado, pero fue escalando posiciones: amparado por una política laboral que le brindó importante apoyo de las clases trabajadoras. En 1946 ganó limpiamente las elecciones contra una coalición de todos los demás partidos, consolidando así una profunda división que se prolongará por años. Tanto la unión cívica radical como el partido justicialista resultaron imbatibles en elecciones no fraudulentas. Queda constituido el marco de lo que Grossi y Gritti denominaría más tarde, sistema a doble partido con intención dominante. Se hace referencia a un formato electoral en el que dos organizaciones se enfrentan en la obtención del gobierno, en condiciones Tales que sólo uno está en condiciones de ganar, pero la que lo hace pretende que tal situación es la única legítima. Según otros autores, la dinámica y cambio de la situación partidaria argentina habría obedecido a la existencia real de un sistema de partidos.
Por último, una de las cuestiones que para la literatura política actual abre el mayor interrogante acerca de la capacidad de gestión de las democracias es el problema de la emergencia, entendida como disfunción económica que altera el escenario de acción de los grupos sociales y transforma sus marcos de referencia valorativos. Todas las instituciones de gobierno se adaptan a la necesidad de ejecutividad y resultados por sobre la deliberación y los procedimientos formales, generando como resultado un principio orientador basado en la eficacia, en tanto fuente primordial de legitimidad. Los movimientos sociales por Tilly y Wood La construcción de un movimiento social fuerte a favor de la democracia corresponde a la sociedad civil cuando el contexto en el que se encuentre y de opresión política. Los movimientos sociales son organizaciones globales formadas por diferentes grupos de intereses, que incluirá las capas más significativas de la sociedad, como obreros, grupo de mujeres, estudiantes, jóvenes y al estamento intelectual. Estos grupos estarán unidos por un agravio común, que generalmente será la ausencia percibida por las capas de la sociedad de democracia en un escenario político determinado. En pleno siglo XXI, gente de todo el mundo vió la expansión del movimiento social el toque de rebato, el contrapeso a un poder opresivo, un llamamiento elección popular contra el simplismo abanico de plagas. Se tratan a los movimientos sociales como una forma única de contienda política, donde esos movimientos sociales plantean una serie de reivindicaciones colectivas que, ser aceptadas, chocarán con los intereses de otras personas, política por cuanto, de un modo u otro, los gobiernos con independencia de su signo político, figura en tales reivindicaciones. El auge y la caída de los movimientos sociales solo marca la expansión y la contracción de las oportunidades democráticas. El movimiento social, fue resultado de la síntesis innovadora y trascendental de tres elementos: 1. Un esfuerzo público, organizado y sostenido por trasladar a las autoridades pertinentes las reivindicaciones colectivas 2. El uso combinado de alguna de las siguientes formas de acción política: creación de coaliciones y asociaciones confín específico, reuniones públicas, pero sesiones solemnes, manifestaciones, peticiones, etc. 3. Manifestaciones públicas y concertadas de WUNC de los siguientes participantes: valor, unidad, número y compromiso, etc. Una campaña no se detienen un sol episodio, a pesar de que los movimientos sociales a menudo recurren a peticiones, declaraciones o concentraciones multitudinarias.
Una campaña siempre vincula, como mínimo, tres partes:
● El grupo de quienes atribuyen la autoría de la reivindicación
● El objeto u objetos de dicha reivindicación
● El público, quien quiera que sea
Lo que constituye el movimiento social no son las actuaciones en solitario de los pendientes, si no la interacción entre estos tres elementos. El repertorio del movimiento social se solapa con el repertorio de los fenómenos políticos como la actividad sindical o las campañas electorales. El repertorio del movimiento social se solapa con el repertorio de fenómenos políticos como la actividad sindical o las campañas electorales. Las demostraciones de WUNC pueden adoptar la forma de declaraciones, eslóganes, o etiquetas que impliquen las nociones de valor, unidad, número y compromiso. El colectivo suele representarse a sí mismo a través de un lenguaje con el que el público local está familiarizado:
● Valor: Conductas sobria, atuendo cuidado, presencia del clero, dignatarios o de madres con hijos
● Unidad: insignias idénticas, cintas para el pelo, pancartas vestuario, desfiles, canciones e himnos
● Número: recuento de asistentes, firma de peticiones, mensajes de las circunscripciones, ocupación de las calles
● Compromiso: desafiar al mal tiempo, participación visible de gente mayor discapacitada, resistencia ante la represión, hacer ostentación del sacrificio, la adhesión o el mecenazgo
El carácter distintivo de los movimientos sociales no se debe un elemento concreto, sino la combinación, durante las campañas, el repertorio de las demostraciones de WUNC.
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