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Sociología |
Resumen: Unidades 1 y 2 |
2006 |
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SOCIOLOGÍA 1º Parcial
UNIDAD 1
Objeto de estudio: roles, relaciones entre individuos, poder, luchas por el poder, diferencias sociales.
Es disciplina (describe fenómenos) y teórica a la vez: explica y elabora leyes generales.
Se estudia sociología desde los valores y concepciones producto de esa sociedad.
Vicent Marques: "No es natural"
Primero: separar lo social (manera de satisfacer necesidades y que utiliza regulaciones) de lo natural (biológico, tiene que ver con las necesidades).
El lenguaje en tanto simbolización es una creación social.
Natural
Por instinto
Roles fijo
Social
Por razón
Roles cambiantes: dependen de forma de organización y de relación de fuerzas
La naturalización de la sociedad es la tendencia humana a explicar propia vida con causas ajenas a la sociedad; así se pierde vista el carácter social.
El pensamiento por sentido común es práctico pero limitado; no cuestiona y así tiene a la naturalización. Al no cuestionarse cómo está configurada la sociedad, se pierde el hábito de cuestionamiento.
El trabajo es la modificación de la naturaleza en forma consciente y una herramienta es la naturaleza modificada.
Las cosas no son necesariamente como son aquí y ahora.
Lo que consideramos “normal” es porque estamos en determinada sociedad, o por costumbres que son fruto del azar. Podríamos hacer todo eso de otras maneras.
Lo que hacemos no es La Vida, pero cómo se concrete depende de las circunstancias sociales. La sociedad nos marca no sólo un grado concreto de satisfacción de las necesidades sino una forma de sentir esas necesidades y de canalizar nuestros deseos.
Nacer, crecer, reproducirse, morir; lo que importa es cómo lo hacemos
Lo natural sólo es nacer, crecer, reproducirse y morir. Importa cómo lo hacemos. Tenemos capacidad de sentir y dar placer, necesitamos afectos y valoración por parte de otros, podemos trabajar, pensar, acumular conocimientos, pero todo esto depende de las circunstancias sociales en las que somos educados o mal educados, hechos o deshechos y en la época. Las cosas podrían ser, para bien o para mal, distintas de acuerdo al entorno.
Wright Mills: "La promesa (de la imaginación sociológica)"
Sociólogo de la década del ’60 en USA. Aparentemente igual a Marques pero no.
¿Por qué el hombre común no puede vincular determinados elementos, no puede hacer una recapitulación lúcida? Porque le falta la imaginación sociológica, esa cualidad mental para pasar de una perspectiva a otra (de la biografía a la historia, que están relacionadas entre sí).
“No puedo entender mi biografía si no puedo entender mi historia” ¿Qué relación hay entre mi historia personal y la historia de la sociedad en que vivo? ¿Qué lugar ocupo en la sociedad? ¿Qué lugar ocupa la sociedad en la historia?
¿Por qué el aporte de las ciencias sociales no encarna en el hombre común como lo hicieron las ciencias naturales? Porque el individuo tiende a pensar fragmentariamente.
Al no tener imaginación sociológica desconocemos nuestras posibilidades y no podemos operar efectivamente.
“Cada vez sabemos más y cada vez pensamos menos, procesamos menos esa información”.
Relación con Marx: la sociedad capitalista produce relaciones cada vez más individualizadas, menos sociales.
Relación con Marques: la sociedad capitalista hace que el hombre tienda a naturalizar la sociedad.
Inquietudes y problemas del individuo: surgen cuando los valores e intereses están amenazados; son públicos cuando son del todo el conjunto de la sociedad.
Relación con Elías (alemán, década del ’40 para quien la sociedad es un entramado de relaciones cambiantes): ver al otro como enemigo es consecuencia de ver al otro como un enemigo; también lo es el echarle la culpa de todo a las máquinas. La visión egocéntrica (terreno propicio para el prejuicio) es ver al hombre como centro del universo rodeado de figuras sociales cosificadas.
La tendencia a naturalizar o a caer en el pensamiento mítico-mágico se explica como “lo que me pasa es culpa de la magia” o “la causa de nuestros males son las máquinas”. La máquina está en contexto de relaciones sociales y esas relaciones sociales son las culpables, no la máquina (explicación dada con imaginación sociológica).
Las ciencias sociales prometen a la sociología la imaginación sociológica.
El hombre sabe que lo que hace (o trata de hacer) está limitado a la sociedad en la que vive, por esto se siente atrapado en ella. Cuanto más cuenta se dan, más atrapados parecen sentirse
Más allá de esta sensación, hay hechos históricos que marcan a la sociedad y que son relativos al triunfo y al fracaso de hombres y mujeres individuales. Y rara vez el hombre, advierte la conexión del rumbo de sus propias vidas para el curso de la historia del mundo. No puede hacer frente a sus problemas personales en formas que le permitan controlar las transformaciones estructurales que suelen estar detrás de ellas. La plasmación misma de la historia rebasa actualmente la habilidad de los hombres para orientarse de acuerdo a valores preferidos. En defensa de su yo, se insensibiliza moralmente.
La información domina su atención y rebasa su capacidad para asimilarla.
Lo que el individuo necesita es una especie de "Imaginación sociológica", una capacidad mental que le ayude a usar la información y desarrollar la razón para conseguir recapitulaciones lúcidas y para poder analizar de un modo correcto lo que sucede en el mundo y lo que esto infiere dentro de él.
La imaginación sociológica nos permite saber cómo somos falsamente concientes de nuestras posiciones sociales, donde se busca la trama de la sociedad y dentro de esa trama es donde se formulan la psicología humana.
Su fruto es que se puede comprender su experiencia, evaluar su destino, localizarse a sí mismo en su época. Permite captar la historia, la biografía y su relación dentro de la sociedad. Es la capacidad para pasar de una perspectiva a la otra. Y que también, por el hecho de que el individuo exista, contribuye a cambiar la sociedad y la historia. Lo que obtenemos con esa Imaginación es que el individuo analizando la sociedad desde fuera de ella puede conocer sus posibilidades en la vida, si conoce la de los otros individuos en las otras circunstancias.
La tarea de un buen analista socio clásico es reconocer la historia, la biografía y la relación entre ambas dentro de la sociedad. Y eso, es la tarea y la promesa de la Imaginación sociológica.
Ningún estudio social que no trate la relación entre biografía e historia y su consecuencia en la sociedad, está bien realizado. Siempre los analistas sociales, por diferentes que sean sus investigaciones, se han basado en tres puntos importantes:
1) Características importantes de la sociedad.
2) La relación de la sociedad y la historia.
3) Como es el individuo en esa sociedad.
La conciencia de sí mismo descansa sobre la comprensión absorta de la relatividad social y del poder transformador de la historia. Así, se comprende el sentido cultural de las ciencias sociales.
Una de las distinciones que hace la Imaginación sociológica es entre las inquietudes personales del medio y los problemas públicos de la estructura social.
Inquietudes: tienen relación directa con el "YO" y con la vida social limitada que conoce directa y personalmente el individuo. Son cuestiones que sé plantea y resuelve el individuo. Una inquietud es un asunto privado. Se presentan en el carácter de un individuo en el ámbito de las relaciones inmediatas con otros. Su enunciado y resolución corresponde al individuo como entidad biográfica.
Problemas: Son circunstancias que trascienden el carácter personal. El problema es un asunto público y tienen que ver, en toda la sociedad en su conjunto, con la organización o con crisis institucionales.
Para comprender los cambios de muchas personas es necesario no encararlo desde lo personal, sino desde la estructura social.
Ser capaz de diferenciar entre los problemas de la estructura social y las inquietudes del individuo es poseer Imaginación sociológica.
Para detectar cuales son las inquietudes particulares y problemas públicos más comunes en nuestro tiempo, el científico social, debe tener muy en cuenta el malestar, ansiedad (no estima ningún valor pero siente la amenaza), apatía (todos los valores) e indiferencia (ningún valor) de la sociedad, debe preguntarse qué valores son preferidos pero amenazados y cuáles apoyados; qué contradicciones internas de la estructura están implicadas. Si se extiende a todos los valores, surge el pánico.
Es el malestar mismo lo que constituye la inquietud, es la indiferencia misma lo que constituye el problema. Los problemas y crisis de nuestro tiempo se relacionan con la calidad de vida individual, aunque a veces ésta se divorcie de las grandes instituciones.
El principal peligro para el hombre son las penetrantes transformaciones de la “naturaleza” del hombre y las condiciones y finalidades de su vida.
La Imaginación sociológica se está convirtiendo en el común denominador de nuestra vida cultural. Esta cualidad mental, tan necesaria, no sólo se encuentra en las ciencias sociales psicológicas, sino que, va más allá de eso, a veces exigiendo materias de hecho y de moral en el trabajo literario y el análisis político. La Imaginación sociológica no es sólo una moda, parece prometer la comprensión de nuestras propias realidades íntimas en relación con las más amplias realidades sociales.
En todas las épocas intelectuales tiende a convertirse en común denominador de la vida cultural determinado estilo de pensamiento. La necesidad de revalorar la ciencia física refleja la necesidad de un nuevo denominador común.
Los hombres “buscan” un gran panorama, quieren valores orientadores y maneras apropiadas de sentir y estilos de emoción y vocabularios de motivación. A falta de una ciencia social adecuada, el arte es el formulador de inquietudes individuales y hasta de problemas públicos.
Se trata de definir el significado de las ciencias sociales para las tareas culturales de nuestro tiempo, definir lo que la imaginación sociológica para la vida política y cultural. La “ciencia social” consiste en lo que están haciendo los científicos sociales debidamente reconocidos, pero hay un malestar generalizado por la dirección que está tomando. Aquí intenta enunciar los significados culturales y políticos de la ciencia social, así cada uno se conocerá mejor a sí mismo, lo que es condición previa para la objetividad.
El concepto de Mills sobre el análisis social clásico es que éste es una serie de tradiciones indefinibles y usuales y que su característica esencial es el interés por las estructuras sociales históricas y que sus problemas tienen relación directa con los problemas públicos y las inquietudes humanas.
Su concepto sobre las ciencias sociales se opone al establecido como conjunto de técnicas burocráticas que impiden la investigación social con sus pretensiones metodológicas, interesándose en pequeños problemas sin relación con los problemas públicamente importantes.
La sociología es el centro de reflexión acerca de la ciencia social.
El trabajo sociológico puede tener tres tendencias:1) Hacia una teoría histórica y sistemática: es una empresa enciclopédica, relativa a la totalidad de la vida social; histórica porque estudia el pasado y sistemática porque quiere distinguir etapas.
2) Hacia una teoría sistemática de la naturaleza del hombre y la sociedad donde la historia queda abandonada: los formalistas destinados a clasificar las relaciones sociales y conocer sus características supuestamente invariables. En contra de la 1º tendencia, no es histórica.
3) Hacia un estudio empírico de los hechos y los problemas sociales contemporáneos: es definida como el estudio de algún sector de la sociedad; los métodos se han convertido en metodología y dispersan la atención.
Las promesas de la sociología pueden entenderse en relación con estas tres tendencias, pero la tradición sociológica contiene las mejores formulaciones de la plena promesa.
Emile Durkheim "¿Qué es un hecho social?"
Sociólogo de principios del S XX.
El lenguaje es un hecho social, por eso es objeto de la sociología, que explica los hechos sociales desde la sociedad. Hay una contradicción: usa las ciencias naturales para explicarlo.
La sociedad integra al individuo en un todo mayor por el papel del trabajo.
Es un hecho psicológico cuando es de uno solo, es social cuado se demuestra por estadísticas. Que sean generalizados no quiere decir que sean todos.
Los valores son cohesionadores de la sociedad. La moral también; si no tiene efectividad, se produce la anomia traducida en conflicto social.
El conflicto social como hecho anómico, patológico puede ser prevenido. Es distinto para Marx por ser constitutivo de la sociedad, por la lucha de clases. Es producido por la falta de cohesión; los cambios hacen que los valores entren en crisis y éstos no acompañan; entonces, reforzar integración de individuos a la sociedad. Además de los valores, hay que crear las condiciones para que éstos sean aceptados.
La preocupación es que el orden social no está garantizado sólo con represión; hay que agregar sanción jurídica y moral, de acuerdo a normas, costumbres, etc.
El hecho social tiene su base en la sociedad misma. La sociedad es algo que trasciende la “sumatoria de individuos”; los moldea, es una especie de síntesis.
Características del hecho social: se impone queramos o no, es exterior, es anterior, no se puede prescindir de él.
La sociedad moderna tiene tendencia a integrar, pero los valores tienen que acompañar. La división del trabajo integra, a diferencia de lo que opina Marx, que profundiza la alienación del hombre.
Hay conflictos cuando los individuos no están cohesionados a la sociedad, por eso lo importante para Durkheim es el orden y la cohesión social.
Normalmente se le suele llamar al Hecho social como todos los fenómenos que ocurren dentro de la sociedad y estos representan algún interés social. Pero esto no es así, porque sino se confundiría el objeto de estudio de la sociología con el de la biología y la psicología.
El Hecho social, consiste en formas de obrar, pensar y sentir exteriores al individuo (fuera de las conciencias individuales). Tienen un poder coercitivo e imperativo, en virtud del cual se nos imponen y por lo cual estamos obligados a aceptarlos, pues de lo contrario sufrimos a una forma de condena, desde la prisión por la violación de las leyes jurídicas hasta el rechazo y la burla por el incumplimiento de una moda establecida.
Se afirman desde que intentamos resistirlos. Esta coacción, aunque indirecta, no deja de ser eficaz. No pueden confundirse con los fenómenos orgánicos ni con los fenómenos psíquicos (conciencia individual); son sociales porque la sociedad es su base.
La coacción social se impone, aunque no exclusiva de la personalidad individual. Aunque la complacencia la oculte, no la suprime.
No solo encontramos Hecho social donde existe una organización definida sino también en las Corrientes sociales (impulsos que los individuos sienten al estar en grupo que, estando solos, no serían iguales).
Constituyen los fenómenos sociológicos las creencias, tendencias, prácticas de grupo, pero no las formas que revisten los estados colectivos. Estos dos tipos de hechos se encuentran muchas veces disociados.
No es un Hecho social, un pensamiento que se encuentra en todas las conciencias particulares sino que es, dicho pensamiento practicado o comentado de forma colectiva.
Las costumbres colectivas se mantienen en los años en forma escrita o se transfieren de boca en boca y se transmiten por la educación.
El Hecho social es distinto de sus repercusiones individuales y aunque a veces es difícil observarlo, se lo puede representar mediante estadísticas, las cuales expresan estados del alma colectiva. Los Hechos que hasta ahora hemos visto, son fenómenos sociales desembarazados de todo elemento extraño.
Un fenómeno no puede ser colectivo más que si es común a todos o por lo menos a la mayoría; es un estado del grupo que se repite en los individuos porque se impone a los mismos. La mayoría de esos fenómenos nos llegan por medio de tradiciones.
El campo de la sociología comprende un grupo determinado de fenómenos; un hecho social se reconoce por su poder de coacción externo, por la difusión que presenta en el interior del grupo, independientemente de las formas sociales que toma para difundirse.
La coacción es fácil de comprobar cuando se traduce al exterior por alguna reacción directa de la sociedad, como ocurre en el derecho, la moral, las creencias, las costumbres, incluso las modas.
Los hechos sociales son maneras de hacer, o sea, de orden fisiológico, pero seria un error decir que existen sólo estos. Hay maneras de ser colectivas de orden morfológico. Por ejemplo, la división política de una sociedad, las vías de comunicación, que determinan de una forma imperiosa el sentido en el cual se realizan las migraciones y los cambios interiores. Son maneras de ser consolidadas, como la estructura política que es una manera de vivir entre sí.
Una regla jurídica permanente es un hecho fisiológico, una máxima moral; esto indica que hay diferencias en el grado de consolidación.
En resumen, es un Hecho social toda manera de ser o hacer, fija o no, que puede ejercer coacción sobre el individuo desde el exterior o también que es común colectivamente y a la vez tiene una existencia propia independiente de sus formas individuales.
Norbert Elias: “Introducción” en Sociología fundamental
¿Qué es el pensamiento mágico-mítico? Atribuir a lo social explicaciones de la naturaleza o que van más allá de lo social.
La cosificación es atribuir a las relaciones sociales propiedades de las cosas. Las cosas no influyen sobre nosotros, sino las relaciones sociales en torno a esas cosas.
Es distinto a Durkheim, quien propone estudiar los hechos sociales como cosas por su objetivación proveniente de las ciencias sociales.
La sociología se ocupa de los problemas de la “sociedad”. La sociedad, que con tanta frecuencia se opone mentalmente al “individuo”, está integrada totalmente por individuos y uno de esos individuos es uno mismo.
En la visión tradicional de la sociedad hay muchas personas individuales ligadas unas a otras del modo más diverso; constituyen entramados de interdependencia.
Para comprender de qué trata la sociología es preciso entenderse a sí mismo como una persona entre otras. En lugar de esto, se habla habitualmente de todas las figuras sociales como si existiesen no sólo fuera y más allá de la propia persona que habla, sino fuera y más allá de las personas individuales en general.
¿En qué dirección deben buscarse los motivos? En la presión que ejercen las figuras sociales sobre esas mismas personas; se les confiere una “existencia”, una cosificación y deshumanización, lo que conduce a la “metafísica de las figuras sociales”. (Fig. 1)
Figura 1
A las manifestaciones físico-químicas se las representa según las experiencias humano-sociales inmediatas, este es el pensamiento mágico metafísico.
Una de las tareas de la sociología es aproximar las interrelaciones de la actuación humano-social a nuestra propia comprensión y ampliar y hacer más fiable la comprensión de los elementos coactivos que los hombres ejercen sobre sí mismos. Pero el aparato social del lenguaje y el pensamiento ofrecen modelos ingenuos y egocéntricos (de carácter mítico-mágico) o de la ciencia natural.
Otra de las tareas de la sociología es la investigación y explicación de las regularidades específicas y librar al pensar y al hablar de sus ataduras a modelos heterónomos, como así también desarrollar la terminología y la conceptualización que se ajusten mejor; para esto se necesita una imagen clara de la fase correspondiente de la emancipación respecto de los viejos modos.
El desarrollo social del pensamiento ha sido descuidado y por esto, la pregunta por la sociogénesis y la psicogénesis de los modos de pensamiento y representación científico-naturales no ha avanzado hasta su explicación.
La tarea se impone en una nueva fase de la experiencia y la reflexión, más la investigación empírica concreta, consiste en dejar de lado modelos tradicionales y otros instrumentos.
La coerción social es ejercida por los hombres entre sí (= Durkheim!) y sobre ellos mismos.
Las transformaciones sociales son series evolutivas a largo plazo, de varias generaciones. Esta es una de ellas y exige innovaciones en el lenguaje y en los conceptos.
Las coerciones sociales se trasladan en hábitos lingüísticos a campos de otro tipo, entre otros, al entramado humano de la sociedad.
Faltan los conceptos adecuados al tipo de interrelación y a los tipos de coerción. Conducir las palabras y los conceptos por entre los poderosos modelos de la física y la metafísica es difícil.
El discurso de una reorientación e innovación no puede depender sólo de la capacidad imaginativa e inventiva de un único individuo sino del desarrollo social global.
La dificultad actual de las ciencias sociales es que la posibilidad del tránsito a un pensamiento menos fantasioso y más cercano a la realidad es más reducida; es un círculo vicioso.
Hay un tipo de fantasía (aquellas que son simultáneamente contenidas y fecundadas por el contacto estrecho con las observaciones factuales) que juega un papel insustituible en el proceso de cientifización y de la conquista de la realidad por el hombre.
Cuando la explicación del propio malestar por la vida en las sociedades científico-técnicas-industriales se desplaza a las máquinas, los científicos o los ingenieros, uno se sustrae a la difícil e incómoda tarea de procurarse una imagen más clara de las estructuras de los entramados humanos.
Jamás es la “cosa en sí”, sino su uso por lo hombres insertos en el tejido social lo que explica las coacciones ejercidas, el malestar. Los hombres han de temer a la fuerza destructiva de los entramados humanos, a los hombres bajo la presión de una interdependencia que los entrelaza y a las luchas por el poder.
Hay que hacerse cargo de la evolución de la Imaginación Sociológica (Mills!) y el pensamiento sociológico encaminados a la percepción de estos entramados.
El miedo o malestar son sintomáticos de una de las estructuras básicas de esta época, se trata de la discrepancia entre la alta capacidad para dominar los problemas del acontecer natural y la escasa para los problemas de la convivencia humano-social.
El pensar, el percibir, la adquisición de conocimiento y saber se proyectan crecientemente a la realidad. El estándar de autodisciplina, de apartamiento de las motivaciones personales egocéntricas es elevado, pero reducido el margen para la influencia sobre los resultados de la investigación por fantasías no confrontables con investigaciones concretas.
El autocontrol en el pensamiento más objetividad, realismo y racionalidad del pensar y actuar, más la tecnificación de la vida, forman parte de las actitudes básicas de los hombres.
El estándar común del pensamiento sobre problemas sociales permite las fantasías colectivas, sin reconocerlas.
En cuanto a la convivencia social, los hombres están expuestos a inquietudes, depresiones porque la explicación viene dictada por la fantasía. Con el dominio realista y orientado objetivamente de nuestra época, no hay lugar para soluciones fantasiosas de los problemas sociales, hay que disimular las fantasías.
Hoy se llama ideología a las deliberaciones “racionales” y orientadas a la objetividad, que juegan un importante papel en las fijaciones sociales de objetivos.
Un ejemplo de la dinámica específica de los entramados sociales como grupos interdependientes de personas organizadas a escala estatal-nacional es la guerra entre católicos y protestantes. Esta imagen etnocéntrica se asemeja a la egocéntrica de la Fig. 1 y aquí tampoco se alcanza la autoconciencia en el pensamiento y la acción.
Nos podemos encontrar con un dominio realista de los problemas físico-tecnológicos y una manera cargada de fantasía de abordar los problemas interhumanos y sociales.
Hay gobiernos que pretenden dominar “racional” o “pertinentemente” los problemas sociales, pero sólo cubren las brechas del conocimiento concreto.
El plano humano-social está formado por personas, pero no debemos olvidar que desconocemos su desarrollo, sus estructuras y sus modos de funcionamiento y que muchas personas temen explorar esto.
Agnes Heller: "Historia y vida cotidiana"
Socióloga húngara contemporánea.
La vida cotidiana es el ámbito donde reproducimos nuestra vida, es la vida de todo hombre, nace inserto en ella; nadie puede desprenderse, ni siquiera desde lo humano-específico. Es del hombre entero porque participa con su individualidad.
Es heterogénea desde el contenido: exige nuestra atención desde múltiples lugares. Esto es imprescindible para poder desplegar. Y es jerárquica porque tiene un orden determinado por la época, la estructura económico-social (relacionado con las clases sociales). Permite que las esferas de la heterogeneidad funcionen.
La maduración es el proceso en que el individuo adquiere habilidades necesarias para desenvolverse en determinada sociedad. Es adulto cuando logra la manipulación de las cosas (al asimilarla, asimila las relaciones sociales) y autonomizarse.
La asimilación empieza por grupos primarios (según Durkheim, mediadores entre individuo y sociedad) y se verifica en grupos o integraciones mayores.
La vida cotidiana está en el centro de la historia, de ahí que asimilar la cotidianeidad de una época es asimilar el pasado de esa época. No es un proceso conciente, por eso no se cae en la naturalización.
Particular
“yo”
Parte de una especie
Único e irrepetible
Específico (= genérico)
“Nosotros”
General de toda la especie
Contenido en todo hombre
Las necesidades de la especie se hacen concientes como cuestiones del yo (la particularidad).
Los motivos por los que cada uno trabaja son particulares; el trabajo como necesidad social es específico.
A partir de las integraciones se genera la conciencia del nosotros.
El hombre está fragmentado en diferentes roles, lo que es condición para la manipulación social y la extrañación (algo que se presenta como extraño, concepto de Marx).
La vida cotidiana es la unión vital de particularidad y especificad, pero no hay relación conciente con lo específico, entonces predomina la particularidad que debe estar acotada por ética, que es la intimación a que los individuos suspendan su particularidad en función de lo específico y lo conviertan en motivación interna (internalización). Ahí se transforma en Moral, que es individual pero tiene que ver con lo específico.
La moral tiene dos funciones: de inhibición o veto: impide hacer determinadas cosas y de transformación o culturización de aspiraciones de la particularidad.
La vida cotidiana está cargada de elecciones, en su mayoría indiferentes desde un punto de vista moral o motivadas moralmente.
Si es una actividad, el peso de los valores es mayor y las decisiones van por encima de la cotidianeidad; entonces se rompa la muda coexistencia de particularidad y especificidad.
La elevación a lo específico no es abolir desde los motivos morales la particularidad. Esto nunca es completo y se da en tres paso: 1- elección o decisión, 2- concentración de energía en torno a ella (imposible si entra en contradicción con la estructura básica de la vida cotidiana) y 3- vinculación conciente con la situación y sus consecuencias.
Hay dos formas de elevación que producen objetivaciones verdaderas (se expresan a través de resultados y vuelven a la vida cotidiana): el arte y la ciencia. Rompen con la tendencia espontánea del pensamiento cotidiano que está orientado a la particularidad.
El modo de supresión-abolición de la particularidad (nuestra individualidad humana) y elevación a lo específico (sólo excepcionalmente) es la homogeneización; en que toda nuestra atención se concentra en una sola cuestión y suspendemos otras.
Como la vida cotidiana es heterogénea, hay una homogeneización espontánea que hace que lo particular se disipe en lo específico para que, cuando hay algo nuevo, concentre la atención en eso hasta que se haga conocido y lo incorpore a la cotidianeidad.
Características o momentos (todos vinculados entre sí):
·
Espontaneidad: no se contradice con la rutina de la vid cotidiana. Es la imposibilidad de reflexionar sobre cada uno de nuestros actos.·
Probabilidad: en el marco de la posibilidad. No se puede calcular científicamente las consecuencias de cada acto. Cuando sale mal, es una catástrofe de la vida cotidiana.·
Economicismo: sólo funciona en la medida en que es imprescindible para la vida cotidiana.·
Unidad de pensamiento y acción (pragmatismo): las ideas se construyen en teorías. No hay diferencia entre acierto y verdad, es decir, lo acertado, lo que funciona es verdadero. Por eso causa gracia lo que subvierte este orden. Lo que es práctico es lo que aceptamos.·
Fe y confianza: ocupan mucho lugar en la vida cotidiana. Las certidumbres no son necesariamente justificadas científicamente.·
Ultrageneralización: los juicios ultrageneralizados son provisionales que confirmamos en la práctica y que pueden orientarnos. Atención cuando se transforman en prejuicios.·
Precedentes: otros actuaron así antes que yo y funcionó, entonces yo hago lo mismo.·
Imitación: sin ella no hay vida cotidiana y se refleja con la individuación.·
Entonación: suerte de prejuicio emocional, no racional. Una “cuestión de piel”.No hay vida cotidiana sin todos estos momentos y no pueden cristalizar en absolutos (ser los únicos) porque restringirían el margen de movimiento y desarrollo. Así se produce la extrañación de la vida cotidiana, de las posibilidades con menos maneras de actuar, de desarrollo hacia lo específico.
La vida cotidiana es la esfera de la realidad que se presta a la extrañación porque está llena de actividades no concientes, rutinarias, roles, etc. No necesariamente debe ser extrañada.
Hay extrañación desde que hay diferencia entre la producción humano-específica y la participación conciente del hombre en ella. No es igual en todas las clases sociales y épocas y por eso se profundiza con el capitalismo.
La jerarquía otorga al individuo su margen de movimiento. Con la sociedad burguesa éste se agrandó.
Propone el regimiento de la vida (trasformar la ordenación de la vida cotidiana en vida política, en compromiso con la especie y en moral): establecer una jerarquía conciente del individuo con lo específico tomando determinadas actitudes y disciplinas.
La individualidad es afirmada en la relación conciente con lo específico.
Lo importante para Heller es romper la extrañación de la vida cotidiana y vincularse a lo específico.
La vida cotidiana es la vida de todo hombre. Nadie puede desprenderse de la cotidianeidad y nadie puede vivir sólo de ella.
El hombre participa en la vida cotidiana con todos los aspectos de su individualidad, sus sentidos, capacidades intelectuales, habilidades manipulativas y sentimientos, etc. Y al ponerse todas en obra, determina que ninguna pueda actuarse con toda su intensidad.
La vida cotidiana es en gran medida heterogénea, pero no es simplemente heterogénea sino también jerárquica y la jerarquía se modifica según las diferentes estructuras económico-sociales.
El hombre nace inserto en su cotidianidad y al madurar significa que el individuo se hace con todas las habilidades imprescindibles para la vida cotidiana de la sociedad dada. El adulto ha de dominar la manipulación de las cosas, o sea, la asimilación de las relaciones sociales. Pero sigue conteniendo de forma inmanente el dominio espontáneo de las leyes de la naturaleza.
También debe asimilar las formas del tráfico o comunicación social, lo que empieza siempre por grupos, pero no es adulto ni las normas asimiladas cobran valor hasta que comunican al individuo los valores de las integraciones mayores.
La vida cotidiana es la esencia de la sustancia social.
El individuo es siempre, y al mismo tiempo, un ser particular y un ser específico. Un hombre no puede representar ni expresar jamás la esencia de la humanidad.
La unicidad, la irrepetibilidad se convierten en un complejo cada vez más complicado basado en la asimilación de la realidad social y de las capacidades de manipulación. La particularidad expresa no sólo un ser aislado, sino también su ser individual.
Las necesidades humanas se hacen concientes como necesidades del Yo y la dinámica básica es su satisfacción.
Todo conocimiento del mundo y toda pregunta referente a este que se motive por él "YO", por sus necesidades y sus pasiones, es una cuestión de su particularidad. También lo específico está contenido en todo hombre.
Pero también es un ser específico pues es producto y expresión de sus relaciones y situaciones sociales, heredero y preservador del desarrollo humano, pero el representante de lo específico no es un hombre solo sino la integración cuya parte consiente es el hombre y se forma su conciencia de "nosotros".
Lo humano-específico es representado por la comunidad, con la cual todo hombre tiene una relación conciente.
El individuo (la individualidad) contiene tanto la particularidad como lo específico que funciona conciente e inconcientemente en el hombre, quienes hacen una elección relativamente libre de los elementos específicos y particulares. El grado de individualidad puede variar.
El desarrollo del individuo es ante todo función de su libertad fáctica o de sus posibilidades de libertad. El despliegue de estas posibilidades origina la unidad del individuo.
Cuanto más unitaria es esa individualidad, más pronto deja de ser muda la unión vital de lo específico y lo particular (que nunca sucede totalmente en la vida cotidiana) la caracterización de la vida entera. El resultado es que dispone de un margen de movimiento para elegir su propia comunidad y su modo de viva. La consecuencia es cierta distancia para que el hombre construya una relación con su propia comunidad.
Las colisiones entre particularidad y especificidad no suelen ser concientes.
Al no haber "comunidades naturales" aumentan las posibilidades de que la particularidad someta a lo específico y poner las necesidades e intereses de la integración social al servicio de los afectos, los deseos, el egoísmo del individuo. Esto suscitó la necesidad de la ética, para que el individuo someta su particularidad a lo especifico convirtiendo esa intimación en motivación interior.No se supera la función inhibidora de la moral y ésta se impone mientras la estructura de la vida cotidiana esté caracterizada por la muda coexistencia de particularidad y especificidad.
Cuanto mayor es la importancia de la moralidad, el compromiso personal, la individualidad y el riesgo en la decisión sobre una alternativa, tanto más fácilmente se yergue ésta por encima de la cotidianeidad. Hace falta el conocimiento del propio yo y la asunción de las intimaciones humano-específicas para elevarse por encima de la cotidianeidad.
La elevación de lo específico no significa que se deje de lado lo particular, sino que ésta se limita o quedan en suspenso mientras duran las acciones correspondientes.
Una decisión moral, debe ser tomada como una tendencia, no es fácil distinguir las motivaciones particulares y las específico-morales ya que la mayoría de las acciones y elecciones tienen motivación heterogénea. No hay Muralla China entre la cotidianeidad y la moral.
El motivo moral se manifiesta cuando con nuestro comportamiento representamos el comportamiento humano “justo”. Las vías son la elección, la concentración de nuestras fuerzas en torno a la ejecución y la vinculación conciente. Pero como no es posible concentrar todas las energías en cada decisión, un comportamiento así estaría en contradicción con la estructura básica de la cotidianeidad.
La cima de la elevación moral por encima de la cotidianidad es la catarsis y aquí el hombre se hace conciente de lo humano - específico de su individualidad.
No hay una línea divisoria ente el comportamiento cotidiano y el no cotidiano en los que sea posible una elevación conciente a lo específico.
Las formas de elevación por encima de la vida cotidiana que producen objetivaciones duraderas son el arte y la ciencia porque rompen con la tendencia orientada al Yo particular.
El medio de la abolición-superación parcial o total de la particularidad es la homogeneización. Y aquí concentramos toda nuestra atención en una sola cuestión (homogenización momentánea) suspendiendo cualquier otra actividad y aplicando nuestra entera individualidad humana a la resolución de esa tarea. Esto se da sólo en casos excepcionales.
CARACTERISTICAS DE LA VIDA COTIDIANA
Espontaneidad: es la característica dominante de la vida cotidiana, si nos pusiéramos a reflexionar sobre formas y contenidos de las actividades cotidianas no podríamos llevarlas acabo, imposibilitando así la producción y reproducción de la vida humana. Es la tendencia de toda forma de actividad cotidiana. Caracteriza tanto los motivos particulares como las actividades humano-específicas.
No se expresa sólo en la asimilación del comportamiento consuetudinario y del ritmo de vida sino también en el hecho de que esa asimilación va acompañada por motivaciones efímeras y en constante alteración.
Probabilidad: el hombre actúa en base a ésta en el plano de la posibilidad y las consecuencias, porque nunca es posible calcular con seguridad científica la consecuencia de una acción. Si fracasan las consideraciones probabilitarias, hablamos de catástrofe en la vida cotidiana.
Economicismo: es no llevar a cabo acciones que probablemente no tengan los resultados esperados y que no sean imprescindibles para la continuación de la cotidianeidad.
Unidad inmediata del pensamiento y la acción o Pragmatismo: el pensamiento cotidiano se orienta a la realización de las actividades cotidianas. Esta unidad implica la existencia de una diferenciación entre acierto y verdad en la cotidianidad, lo acertado es inmediatamente verdadero, por eso la vida cotidiana es totalmente pragmática. Si la teoría rebasa la cotidianeidad, la ideología se independiza de la práctica cotidiana. En la cotidianeidad, el conocimiento se limita a la actividad.
Fe y confianza: la confianza es un afecto del individuo entero, la fe arraiga siempre en la particularidad. Puesto que el pensamiento cotidiano es pragmático, cada una de nuestras actividades va acompañada por alguna fe o confianza.
Ultrageneralización: son juicios provisionales, que la práctica confirma o no refuta. En base a ellos podemos obrar y orientarnos Si el afecto confianza se adhiere a un juicio provisional, podemos abandonarlo o modificarlo; cuando arraiga en la particularidad y lo sostiene la fe se transforma en prejuicio.
Precedentes: son indicadores útiles para definir nuestras actitudes. Si sabemos cual fue la actuación de otro en tal situación, nos manejaremos teniendo en cuenta tal actitud. Es positivo mientras no imposibilite ver lo nuevo. Tienen más importancia para el conocimiento de una situación que para el de las personas.
Imitación: en la vida se actúa imitando a otros, el trabajo sería imposible, sin mimesis. Cuestión: ¿Somos capaces de libertad individual dentro de ella o debemos deponerlas y configurar nuevas actitudes?
Entonación: Un hombre al incorporarse a un medio determinado, produce en torno suyo una atmósfera tonal específica que lo rodea en forma permanente. La persona que no posee dicha entonación carece de individualidad y el que no es capaz de percibirla es insensible. Quedar preso en esa realidad tonal es Ultrageneralización en el terreno emocional.
Todas estas características son necesarias para que el hombre sea capaz de vivir en la cotidianeidad.
Extrañación: Si las características anteriores, las formas necesarias de la estructura y el pensamiento de la vida cotidiana se cristalizan en absolutos, sin dejar al individuo un margen de movimiento y posibilidades de desarrollo, nos encontramos con la extrañación de la vida cotidiana respecto de las posibilidades concretas del desarrollo específico de la humanidad. El modelo de desarrollo económico capitalista la ha exacerbado hasta el extremo.
Hay extrañación cuando hay un abismo entre el desarrollo humano-específico y las posibilidades de desarrollo de los individuos entre la producción humano-específica y la participación conciente del individuo en ella.
La generalidad de las categorías no significa una identidad estructural con ni una asimilación por las formas de actividad y los contenidos de la cotidianeidad.
Aunque la estructura de l
a vida cotidiana produce un terreno propicio para esto, ésta no es extrañada por necesidad, sino en determinadas circunstancias sociales. La vida cotidiana tiene siempre una jerarquía espontánea determinada por la época, sociedad y lugar donde esta el individuo. Ésta otorga a la individualidad un margen de movimiento diferente en cada caso.Podemos llamar “regimiento de la vida” a la construcción de esta jerarquía. Es la copresencia de la particularidad y especificidad sustituida por la relación conciente del individuo con lo específico y que es moral, concepción del mundo, aspiración a la autorrealización y goce de la personalidad.
Cada cual ha de apropiarse a su modo de la realidad e imponerle el sello de la individualidad.
El regimiento de la vida o puede convertirse en posibilidad social universal más que una vez abolida y superada la extrañación, pero no se puede trabajar en ello si las condiciones generales económico-sociales favorecen la extrañación, pues aí significa un reto a la deshumanización.
UNIDAD 2
Max Webber: "Concepto de acción social"
La acción social se orienta por las acciones de otros y pueden ser pasadas, presentes o esperadas como futuras. Los otros pueden ser individuales o grupales y conocidos o desconocidos.
No toda clase de acción es social.
Ni es acción social todo contacto entre los hombres, sino aquella con sentido con sentido dirigido a la acción de otros.La acción social no es idéntica ni una acción homogénea de muchos, ni a la acción de alguien influido por otros (esta sería una acción condicionada por la masa). Hay una relación significativa entre la conducta del individuo y el hecho de su participación.
Tampoco se considera acción social, la imitación de una conducta ajena cuando es puramente reactiva, tampoco el hecho de que alguien acepte para sí una actitud determinada pues la orientó por la observación y su acción fue determinada casualmente.
Cuando se limita una conducta ajena porque está de “moda” sí tenemos la relación de sentido.
Los condicionamientos por la masa y por imitación son los casos límite de la acción social.
La acción social puede ser:
1) Estrictamente tradicional: igual que la imitación puramente reactiva, está en la frontera y más allá de lo que puede llamarse una acción con sentido, pues responde a estímulos habituales y está determinada por la costumbre.
2) Estrictamente activa: también es una acción conciente con sentido; es una reacción sin trabas a un estímulo extraordinario, la acción emotivamente condicionada implica una sublimación y aparece como descarga consciente de un estado sentimental.
3) Acción racional con arreglo a valores: es siempre una acción según mandatos o exigencias que el actor cree dirigidos a el, sin consideración a las circunstancias previsibles y obra en servicio de sus convicciones sobre lo que el deber, la dignidad, la belleza, etc. parecen ordenarle. Implica una elaboración conciente de los propósitos últimos de la acción y un planeamiento de la misma consecuente a su tenor.
4) Acción racional con arreglo a fines: son en las que el actor orienta su acción por el fin, los medios y las consecuencias implicadas en ella. Y para lo cual mide los medios con los fines, los fines con las consecuencias y los diferentes fines posibles entre sí. La reflexión sobre las consecuencias es tanto menor cuanto mayor sea la atención concedida al valor propio del acto.
Estas formas de orientación no pueden considerarse una clasificación exhaustiva, sino como tipo conceptuales a los cuales la acción se aproxima más o menos. Rara vez, esta exclusivamente orientada por una o por otra.
Relación social: es una conducta plural recíprocamente orientada, consiste en la probabilidad de que alguien actúe socialmente en una forma indicable.
En la acción tiene que haber un mínimo de recíproca bilateralidad, esta es una característica conceptual. La relación social consiste solo y exclusivamente en la probabilidad de que una forma de conducta social, de carácter recíproco por su sentido, haya existido, exista o pueda existir. Esto debe tenerse en cuenta para evitar la sustancialización.
Los partícipes no ponen el mismo sentido en esa acción, es decir, no hay reciprocidad en el sentido. Según las expectativas medias de cada participante, la acción es bilateral cuando el sentido de ésta corresponde y es unilateral cuando a los participantes los une una conducta en un sentido distinto.
La relación social puede ser transitoria o permanente, que exista la probabilidad de la repetición.
El sentido de la relación social puede variar (ejemplo: una relación política de solidaridad, puede transformarse en una colisión de intereses). El sentido permanente de una relación puede convertirse en máximas que los partícipes pueden esperar del otro y a su vez orientar por ellas su acción. Ocurre más cuanto mayor sea el carácter racional de la acción.
En la relación social puede existir una promesa entre los participantes sobre las acciones futuras, es decir, su sentido puede ser pactado recíprocamente, así cuenta con cierta seguridad de que el otro orientará su acción con racionalidad con arreglo a fines.
Hay regularidades de hecho: una acción repetida por los mismos agentes o extendida a muchos cuyo sentido mentado es típicamente homogéneo. La sociología se ocupa de estos tipos del desarrollo de la acción. Por uso debe entenderse la probabilidad de una regularidad en la conducta y debe llamarse costumbre cuando es un arraigo duradero. Su uso está determinado por una situación de intereses cuando los individuos orienten su acción por expectativas similares.
Alfred Schutz: "El forastero"
Toma el término de forastero como una persona adulta, perteneciente a nuestra época y civilización que, intenta ser aceptada o tolerada por un grupo al que se aproxima.
No toma en cuenta como forasteros a: niños o primitivos, visitantes o huéspedes con contacto transitorio o la relación entre grupos de diferentes niveles de civilización.
Pauta cultural de la vida grupal: son todas las valoraciones, instituciones y sistemas de orientación y guías peculiares (tales como usos, costumbres, leyes, hábitos, etiquetas y modas), según los sociólogos caracterizan a todo el grupo social. Esta pauta presenta aspectos diferentes entre el sociólogo y el hombre que actúa dentro de él.
El conocimiento del hombre que actúa y piensa dentro de su
mundo no es homogéneo y es:
1) incoherente: porque los intereses del individuo solo están parcialmente
organizados en algún tipo de planes como los de vida, trabajo y descanso y de
cada rol social. Pero la jerarquía de estos cambia según la situación y el
desarrollo de la personalidad.
2) El conocimiento es solo parcialmente claro, debido a que al hombre solo le interesa parcialmente la plena percepción de las relaciones entre los elementos de su mundo y los principios generales que gobiernan estas relaciones.
3) Su conocimiento no es congruente, porque pude considerar igualmente válidos conceptos incompatibles entre sí, según el rol que cumpla puede tener las opiniones más diversas y contradictorias.
Esto, para los miembros del endogrupo, tiene la apariencia de ser suficientemente claro, coherente y congruente como para ofrecer una probabilidad razonable de comprender y ser comprendido.
El pensar habitual puede mantenerse si se confirman ciertos supuestos básicos:
1) La vida seguirá siendo la misma y por lo tanto nuestras experiencias bastaran para dominar las situaciones futuras
2) Podemos confiar en el conocimiento recibido de nuestros padres, maestros, gobiernos, etc. aunque no los comprendamos
3) Que basta con saber algo de su tipo o estilo general para dominar los sucesos que podamos encontrar
4) Ni los esquemas de interpretación y expresión, ni los
supuestos básicos anteriores, son asuntos privados sino, que son aceptados y
aplicados por nuestros semejantes en el endogrupo.
La no confirmación de alguno de estos supuestos genera una crisis haciendo que
el pensar habitual se haga impracticable.
El forastero al no compartir estos supuestos básicos, cumple el rol de cuestionarlos. Este aborda al grupo como un recién llegado, por lo cual solo puede compartir el presente y el futuro con este grupo, pero nunca su pasado. Es así, que este deja de ser observador para convertirse en miembro del grupo al que se acerca (su lejanía se convierte en proximidad).
Luego el forastero, advierte que un elemento importante de su pensar habitual no es confirmado por sus experiencias y la interacción social. Todo parece muy diferente de lo que él suponía de su lugar de origen.
Solamente los miembros del endogrupo pueden utilizar su pauta cultural como un esquema de orientación natural y digna de confianza.
Por lo tanto, es obvio, que el forastero no puede dar por sentado que su interpretación de dicho esquema coincidirá con el de los miembros del endogrupo. Una vez q el forastero adapto cierto conocimiento de la nueva pauta cultural, puede comenzar a usarla como esquema de su propia expresión.
La pauta cultural de grupo abordado es para el forastero, no un refugio sino, un campo de aventuras. Por esto es que saca dos características básicas de esta actitud:
1) La objetividad del forastero: al no compartir la pauta cultural del endogrupo tiene una aguda sensibilidad para detectar la incoherencia e incongruencia del esquema cultural.
2) La dudosa lealtad del forastero: hay casos en que el forastero no puede o no quiere sustituir su pauta cultural siendo, para el endogrupo, un hombre marginal que vacila entre dos pautas diferentes.
Hay otros en los que los miembros se asombran al comprobar que el forastero no acepta su pauta cultural.
Si en nuestra experiencia encontramos algo hasta entonces desconocido, iniciamos un proceso de indagación. Primero, definimos el nuevo hecho (tratamos de captar su significado). Luego, trasformamos paso a paso nuestro esquema general de interpretación del mundo, de tal modo q el hecho extraño y su significado se hagan compatibles y coherentes con todos lo otros hechos de nuestras experiencia y sus significados. Si conseguimos todo esto, lo que antes era un hecho extraño y un problema que desconcertaba nuestra mente, se transforma en un elemento adicional de nuestro conocimiento justificado.
Pero entonces el forastero ya no será forastero, y sus problemas específicos habrán quedado resueltos.
Alfred Schutz: "El conocimiento del sentido común"
I) El conocimiento de “sentido común” es un sistema de construcciones de su tipicidad.
Estudiaremos la forma que el hombre adulto plenamente despierto contempla el mundo intersubjetivo de la vida cotidiana en, y sobre el cual, actúa como un hombre entre sus semejantes.
Toda interpretación de este mundo se basa en un cúmulo de experiencias previas acerca de él, sean propias o recibidas de nuestros padres o maestros, experiencias que, bajo la forma de "conocimiento disponible", funcionan como un esquema de referencia para nosotros al heredarlas.
El mundo en que vivimos es un mundo de objetos circunscriptos y con cualidades, entre los cuales nos movemos, que nos ofrecen resistencia y sobre los cuales podemos actuar. Estos objetos nos son familiares por lo tanto, no cuestionables aunque siempre cuestionables de conocimiento disponible. Las preexperiencias no cuestionadas están disponibles como típicas
Lo que se experimenta en la percepción real de un objeto se transfiere aperceptivamente a cualquier otro objeto similar y que la experiencia real confirmará o no. Puedo tomar el objeto apercibido típicamente como un ejemplar del tipo general.
De la vida diaria sólo nos interesan los objetos que se destacan sobre el campo no cuestionado y nuestra mente determina qué características son individuales y cuáles son típicas.
El hombre se encuentra en una situación biográficamente determinada y en un ambiente físico y sociocultural. La situación biográfica es la historia de experiencias organizadas de conocimiento disponible, que permiten ciertas actividades futuras, prácticas o teóricas denominadas "propósito inmediato" y que definen los elementos pertinentes, lo que a su vez determina qué elementos generalizados serán la base de la tipificación.
II) El carácter intersubjetivo y sus consecuencias
El mundo en que vivimos no es "mi mundo privado" sino, un mundo intersubjetivo, porque vivimos en él como hombres entre otros hombres. Es un mundo de cultura porque el mundo de la vida cotidiana es un universo de significación, que tenemos que interpretar para ubicarnos en él. Este universo ha sido originado e instituido por acciones humanas. Todos los objetos culturales apuntan a las actividades humanas
Examinando las construcciones adicionales, surgen problemas del pensamiento del sentido común:
1) Reciprocidad de perspectivas: sé esto y lo doy por sentado, pero en iguales condiciones debe significar algo diferente para otros y viceversa. Ello se debe a que: a) la idealización de la intercambiabilidad de los puntos de vista (si cambiara de lugar con él, vería las cosas en la misma tipicidad que él) y b) la idealización de la congruencia del sistema de pertenencias (las diferencias de perspectivas por nuestras situaciones biográficas no son importantes). Ambas idealizaciones constituyen la tesis general de las perspectivas recíprocas y son construcciones tipificadoras de objetos mentales. Esta tesis conduce a la aprehensión de objetos y sus aspectos como conocimiento de todos, el cual es parte de nuestra herencia social.
2) El origen social del conocimiento: sólo una parte muy pequeña de mi conocimiento se origina en mi experiencia personal. La mayor parte es derivada socialmente por mis amigos, padres, maestros, etc. Se me enseña a definir el ambiente y a formar las construcciones típicas en concordancia con el sistema de pertinencias. El medio tipificador es el vocabulario y la sintaxis diarios.
3) La distribución social del conocimiento: mi conocimiento real no es más que el conocimiento potencial de mis semejantes y viceversa. La provisión de conocimiento disponible de cualquier individuo está en todo momento de su vida estructurada en zonas de diversos grados de claridad, nitidez y precisión. Hay diferencia entre lo que un hombre y su vecino saben, hasta en la forma en que lo hacen.
III) La estructura del mundo social y su tipificación por construcciones de sentido común.
El hombre experimenta el mundo social como construido en torno del lugar que en él ocupa y siempre referido a su situación real biográficamente determinada.
En una dimensión temporal, existen “contemporáneos”, “predecesores” y “sucesores”
El hombre puede comprender a sus semejantes y sus acciones y puede comunicarse con otros, porque supone que estos comprenderán sus acciones. Pero esta comprensión mutua tiene ciertos límites. Entre mis contemporáneos hay algunos con los que no sólo comparto la comunidad de tiempo, sino que comparto también la de espacio, denominándolos "consociados", o sea, estos están mutuamente envueltos en sus respectivas biografía, crecen juntos, viven, etc. Con ellos sostengo una relación “cara a cara”.
Compartir una comunidad de espacio implica que un cierto sector del mundo exterior está al alcance de cada parte por igual. Compartir una comunidad de tiempo implica que cada uno participa en la vida fluyente del otro y así pueden compartir las anticipaciones del futuro.
El otro es aprehendido como una individualidad singular. En las otras formas de relación social, el yo del otro sólo puede captarse mediante la “contribución imaginativa de una presentación significativa hipotética”, una construcción de un modo típico de comportamiento, una pauta típica de motivos subyacentes, de actitudes típicas de un tipo de personalidad, de las cuales el otro y su conducta considerada.
Es evidente que el aumento del anonimato implique una disminución de la plenitud del contenido, o sea, cuanto más anónima es la construcción tipificadora, tanto más alejada está de la singularidad del semejante individual en cuestión y menor es el número de aspecto de su personalidad y de su pauta de comportamiento que entran en la tipificación.
Si distinguimos entre tipos personales (subjetivos) y tipos de cursos de acción (objetivos), podemos decir que la anonimización creciente de la construcción conduce al reemplazo de los 1º por los 2º.
Mi construcción del otro como un yo parcial, como el realizador de roles o funciones típicas, tiene un corolario en proceso de autotipificación, que se produce si interactúo con él. Estas construcciones son derivados sociales y están aprobadas socialmente. La pauta de construcciones típicas es institucionalizada como una norma de conducta.
Podemos decir que, excepto en la pura relación de "nosotros", de los consociados, jamás podemos aprender la singularidad individual de nuestro semejante en su situación biográfica singular.
IV) Tipos de curso de acción y tipos personales
Acción: conducta humana ideada anticipadamente por el actor, o sea, la conducta basada en un proyecto preconcebido. Puede ser manifiesta o no, por comisión u omisión.
Acto: es el resultado de una acción realizada.
Proyecto: anticipación de una conducta futura mediante el fantaseo, colocándome en un momento del futuro en que esa acción ya habrá sido realizada. Mi conocimiento disponible en el momento de proyectar debe ser, distinto de mi conocimiento disponible luego de haber realizado el acto proyectado o, al menos, las experiencias que tuve mientras llevé a cabo mi proyecto hayan modificado mis circunstancias biográficas y/o enriquecido mi caudal de experiencia. La perspectiva temporal del proyecto nos habla de la relación entre el proyecto y el motivo del mismo. Existen dos motivos distintos:
1) Motivo-"para": desde el punto de vista del actor, esta clase de motivos se refiere al futuro, al fin que desea lograr.
2) Motivo-"porque": desde el punto de vista del actor, se refiere a las experiencias pasadas que lo llevaron a actuar de esa manera.
En el momento de actuar sólo se tiene a la vista el motivo-“para”. Si el actor se convierte en observador de sí mismo puede captar retrospectivamente el motivo-“porque”
Interacción social: se funda en las construcciones relativas a la comprensión del otro y a la pauta de acción en general. Al proyectar, anticipo que el otro será movido por los mismos tipos de motivo que yo en circunstancias típicamente similares.
La idealización de la reciprocidad de los motivos es la de que los motivos-“para” del actor se convertirán en los motivos-“porque” del otro y viceversa.
Sólo el actor sabe cuándo comienza su acción y cuándo termina. El alcance de sus proyectos determina la unidad de su acción, pero el significado de ésta es diferente para él, el otro involucrado y el observador.
En el pensamiento de sentido común tenemos una mera probabilidad de comprender la acción del otro de manera suficiente para nuestro propósito inmediato. Para aumentar esa probabilidad debemos buscar el significado que la acción tiene para el actor.
La interpretación subjetiva del significado constituye un principio de construcción de tipos de cursos de acción en la experiencia de sentido común. Ésta sólo es posible si se revelan los motivos. Refiriendo un tipo de curso de acción a los motivos típicos subyacentes del actor, construiremos un tipo personal.
El conjunto de motivos atribuidos al actor anónimo es una construcción de expectativas típicas del comportamiento del otro y posee una significación particular para proyectar acciones. Sus funciones son:
1) Doy por sentado que mi acción moverá a semejantes anónimos a realizar acciones típicas de acuerdo con motivos-“para” típicos y se producirá el estado de cosas que he proyectado.
2) También lo doy que mi construcción del tipo de curso de acción del otro corresponde a su propia auto-tipificación y que incluye una construcción tipificada de mi modo típico de comportamiento, el modo de su semejante anónimo basada en motivos típicos.
3) En mi propia auto-tipificación tengo que proyectar mi acción de manera típica.
Cuanto más institucionalizada la pauta de conducta, mayor probabilidad de que mi propio comportamiento auto-tipificador produzca el estado de cosas al que apunto.
El observador: no participa en la pauta de interacción. Sus motivos no están entrelazados con los observados, por eso se ve un interés o desprendimiento. Está sintonizado con ellos, pero no éstos con él. Las construcciones de éste son distintas de las que emplean los participantes en la interacción. Su sistema de pertinencias difiere y ello le permite ver sólo los fragmentos de las acciones de ambas partes. Debe servirse de su conocimiento de pautas de interacción típicamente similares en marcos situacionales típicamente similares y tiene que construir los motivos a partir de la parte del curso de acción que ve. Existe sólo una probabilidad de que el observador en la vida diaria, pueda captar el significado subjetivo de los actos de los actores, ésta aumenta con el anonimato y la estandarización.
Zygmunt Bauman: "los extranjeros"
Los extranjeros se resisten a aceptar la línea divisoria entre nosotros y ellos. Desmienten su carácter natural, denuncian su arbitrariedad y su fragilidad ya que estas pueden ser cruzadas o modificadas.
Los extranjeros no sino personas desconocidas, sino, personas a quienes veo y oigo, que entran en el mundo que ocupo sin que nadie los invite y nos obliga a observarlos de cerca. No son parte de "nosotros" pero tampoco de "ellos" por lo que causan ansiedad al no saber como tratarlos.
Debido a que las personas no se diferencian tanto unas de otras (si difieren en un aspecto se asemejan en otro) cada línea divisoria dejara una suerte de línea gris donde las personas no son fácilmente reconocidas como pertenecientes a uno u otro grupo.
Para mantener las diferencias es preciso suprimir esta ambigüedad que desdibuja los límites y por ende, perjudica el diseño.
Con la llegada del extranjero, no nos sentimos tranquilos y seguros y tememos que realicen acciones peligrosas y desagradables, además al ser nuevas, lo que para nosotros es normal y natural para ellos es extravagante y ridículo. Por esto es que formulan preguntas q no podemos responder y estas provocan cierta crisis de confianza y nuestra inquietud se convierte en ira contra los perturbadores.
Aun cuando estos no hicieran preguntas, al formar parte de nosotros, deberían imitarnos y al imitarnos, siempre tendrán errores ridiculizando nuestras costumbres. Así es como nuestra seguridad ha sido socavada.
La primera reacción seria mandarlos de vuelta al sitio de donde vinieron. El genocidio es el método extremo y más aberrante para restablecer el orden. El más usado es el de la separación que puede territorial, espiritual o ambos:
1) Territorial: se da cuando parte de las ciudades o regiones, son reservadas para residencias de personas con las cuales la población activa se niega a mezclarse
2) Espiritual: cuando la separación territorial es incompleta se utiliza una barrera echa de prejuicios e indiferencias, que ha sido más eficaz que el más grueso de los muros de piedra.
Este tipo de situaciones es casi imposible de encontrar en nuestra sociedad.
Vivimos rodeados de extranjeros, como entre los cuales nosotros también lo somos.
Sin embargo esto no significa que las prácticas de separación se hayan abandonado. Si los grupos no pueden ser separados totalmente es posible reducir su interacción por medio de la segregación. La ropa ha asumido el papel de uno de los principales símbolos para proclamar el grupo de referencia elegido como modelo. Pero no se puede confiar en este indicio como cierto debido a que los individuos pueden engañar. Al perder esta segregación por la apariencia, gran parte de su valor práctico, adquirió más importancia la segregación por el espacio, el valor de orientación se alcanza por la práctica de la exclusión o sea, de la admisión selectiva y limitada.
La distracción cortés (Goffman) es la técnica más importante para hacer posible la vida entre extraños. Consiste en simular una postura que indique que uno no ve, ni oye, y que no le importa lo que los demás hacen. No mirar en absoluto es imposible, por esto es que, es necesario ver simulando que no se mira.
Si embargo, no todo es positivo, ya que junto con la molesta curiosidad de los "otros" desaparece también el carácter ético de las relaciones humanas.
Una relación es moral cuando surge del sentimiento de responsabilidad por el bienestar y la prosperidad de las otras personas. Esta es desinteresada, no depende de lo que haga o de cómo es la otra persona y la responsabilidad es moral cuando la considero mía y solo mía, esta no puede ser transferida.
Gracias a la regla de la distracción cortes los extraños no son tratados de enemigos, pero sin embargo, se ven privados de la protección que la proximidad moral puede ofrecer.
Karl Marx: "Correspondencia"
En esta carta Marx critica el libro de Proudhon "La filosofía de la miseria" y cuestiona las afirmaciones de éste con respecto al valor y la división social del trabajo: El desarrollo social de los individuos es independiente de su desarrollo individual.
Define la sociedad como el producto de la actividad recíproca de los hombres. Y que los hombres no son libres de elegir una forma de sociedad debido a que no pueden elegir las fuerzas de productivas y a partir de ellas se basan las sociedades. También define al Estado como el resumen oficial de la sociedad.
Las fuerzas productivas son el resultado de la energía humana práctica y esta energía está condicionada por las circunstancias en que se hallan los hombres por las fuerzas productivas ya conquistadas por la generación anterior (esta es la conexión con la historia humana: la historia de los hombres es la historia de sus desarrollo individual) o por la forma social preexistente.
Las relaciones materiales son las formas necesarias en que realizan su actividad material e individual. A partir del momento en que el comercio deja de corresponder a las fuerzas productivas, están obligados a cambiar todas sus formas sociales tradicionales.
Las formas económicas en que los hombres producen, consumen o intercambian son transitorias e históricas, al conquistar nuevas fuerzas productivas, cambian el método de producción y como consecuencia todas las relaciones económicas.
La serie de evoluciones económicas comienza con la división del trabajo La organización interna de las naciones, con sus relaciones internacionales es la expresión de determinada división del trabajo. A eso le sigue la evolución de las máquinas, como consecuencia de que las demandas aumentaron más que la producción.
La división del trabajo y todas las demás categorías son relaciones sociales que constituyen en su conjunto la propiedad. Las categorías económicas son sólo expresiones abstractas de estas relaciones reales.
Los hombres que conforman sus relaciones sociales de acuerdo con su método material de producción también conforman ideas y categorías. Así, las categorías no son más eternas que las relaciones que expresan.
Karl Marx: "El capital"
Para comenzar se dirá que el fetichismo es una exageración, es endiosar una particularidad.
Una mercancía no adquiere valor de uso sino en cuanto producto del trabajo humano. Su carácter místico no deriva de aquí, sino que constituye una verdad desde el punto de vista fisiológico, es el fundamento para determinar las magnitudes de valor (tiempo, cantidad y calidad del trabajo, que adquiere forma social desde el momento en que los hombres trabajan unos para otros).
¿De dónde brota el carácter enigmático que distingue al producto del trabajo no bien asume la forma de mercancía? De esa misma forma. La igualdad de las trabajos humanos adopta la forma de la igual objetividad del valor de los producto del trabajo; el gasto de fuerza cobra la magnitud del valor que alcanzan los productos y las relaciones entre los productores revisten al forma de una relación social entre los productos del trabajo.
Es por medio de ese “tomar una cosa por otra” como los productos del trabajo se convierten en mercancías, en cosas sensorialmente suprasensibles o sociales.
La forma de mercancía y la relación de valor entre los productos del trabajo no tienen nada que ver con la naturaleza física ni con las relaciones propias de las cosas, sólo con la relación social.
En el mundo religioso, los productos de la mente humana parecen figuras autónomas. El fetichismo es lo que ocurre igualmente en el mundo de las mercancías con los productos de la mano humana. Esto se origina en la índole social del trabajo que produce mercancías.
Los objetos se convierten en mercancías porque son producto de trabajos humanos, el conjunto de estos es lo que constituye el trabajo social global.
Los trabajos privados no alcanzan realidad como partes del trabajo social en su conjunto sino por medio de las relaciones que produce el intercambio.
El valor se hace efectivo en el intercambio, es decir en el intercambio es que los trabajos privados se convierten en sociales (mercancías).
A partir de este momento los trabajos adoptan un doble carácter social: en cuanto trabajo útiles determinados que tienen que satisfacer una necesidad y que son pasibles de intercambio por otros.
El carácter socialmente útil de los trabajos privados se refleja en que el producto del trabajo tiene que ser útil para sí y para otros y el carácter de la igualdad entre los trabajos bajo la forma del carácter de valor que es común a los productos del trabajo, materialmente diferentes.
El que los hombres relacionen entre sí como valores los productos de su trabajo no es porque los ven como envolturas materiales del trabajo homogéneamente humano, sino porque al equiparar entre sí como valores sus productos heterogéneos, equiparan sus diversos trabajos como trabajo humano.
El valor transforma a todo producto del trabajo en un jeroglífico social. La determinación de los objetos para uso como valores es un producto social humano.
Los productos del trabajo son expresiones del trabajo humano. El carácter social del trabajo consiste en su igualdad como trabajo humano.
Los trabajos privados están sujetos a una interdependencia multilateral en cuanto ramas de la división social del trabajo. En las relaciones de intercambio el tiempo de trabajo se impone como ley natural reguladora. La expresión colectiva de las mercancías en dinero indujo a fijar su carácter de valor.
Las categorías de la economía burguesa son formas de pensar socialmente válidas para las relaciones de producción que caracterizan ese modo de producción social históricamente determinado.
En la Edad Media la dependencia personal caracteriza las relaciones sociales en que tiene lugar la producción material.
La forma natural del trabajo constituye su forma directamente social, con en el caso del trabajo colectivo (directamente socializado), familiar (donde la familia practica su propia división natural del trabajo) o en una asociación de hombres libres que emplean concientemente sus fuerzas de trabajo individuales como una fuerza de trabajo social. El producto de esa asociación es un producto social.
El tiempo de trabajo tiene dos funciones: 1) su distribución regulará la proporción entre las funciones laborales y las necesidades y 2) como medida de la participación individual del producto del trabajo común.
La figura del proceso social de vida (del proceso material de producción), sólo perderá su mítico velo cuando, como producto de hombres libremente asociados, éstos la hayan sometido a su control planificado y conciente.
El valor de cambio es una determinada manera social de expresar el trabajo empleado en una cosa.
Los hombres ya no producen bienes de uso destinados a satisfacer necesidades, si no que son obreros especializados por un sueldo, la mercancía se constituye como tal de la forma que se produce es decir la producción en serie etapa del desarrollo capitalista.
Así la mercancía se ha constituido como fetiche, otorgándole dos valores, valor de uso y valor de cambio. El valor de uso se da en la relación directa entre la cosa y el hombre, sin intercambio. Mientras que en su valor de cambio solo se logra en el intercambio.
Anthony Giddens: "Socialización y ciclo vital"
La socialización es el proceso por el cual, mediante el contacto con otros seres humanos, el bebé llega a ser de un modo gradual un ser humano capaz de conocimiento y conciencia diestro en las formas de una cultura y un entorno dado.
Sentido del Self: la conciencia de que el individuo posee una identidad propia, separa de los demás.
La obra de Freud sugiere que el niño pequeño aprende a ser un ente autónomo solo cuando aprende a equilibrar las exigencias del entorno con los deseos apremiantes provenientes del inconsciente. Nuestra habilidad para la conciencia se construye, dolorosamente, sobre la represión de los impulsos inconscientes.
Según Mead, el niño percibe que es un agente independiente viendo a otros actuar con él de una manera normal. En un estadio posterior, al entrar en los juegos organizados, al aprender las reglas de los juegos, el niño llega a comprender al "otro generalizado": valores generales y reglas morales.
Piaget, distingue varios estadios básicos en el desarrollo de la capacidad del niño para dar sentido al mundo. Cada estadio conlleva la adquisición de nuevas capacidades cognitivas y depende de la conclusión satisfactoria de la anterior. Según Piaget, estos estadios de desarrollo cognitivo son rasgos universales de la socialización.
Las agencias de socialización son grupos o contextos estructurados dentro de los cuales tienen lugar importantes procesos de socialización. En todas las culturas la familia es la principal agencia socializadora del niño durante la infancia. Otras influencias incluyen los grupos de pares, la escuela y los medios de comunicación.
El reconocimiento de la necesidad de la escolarización formal disminuye el control que la familia y los grupos de pares ejercen sobre los procesos de socialización. Educar significa enseñar de un modo liberado normas y valores.
La expansión de los medios impresos se vio luego acompañada por el uso de la comunicación electrónica. La televisión ejerce una particular y poderosa influencia alcanzando a personas de todas las edades a intervalos regulares diariamente.
En determinadas circunstancias que implican una marcada alteración en el entorno social de un individuo o grupo, las personas pueden experimentar procesos de resocialización. La resocialización se refiere a una reestructuración de la personalidad y las actitudes, consecuencia de situaciones de gran confusión o tensión.
La socialización continúa a lo largo de todo el ciclo vital. En cada una de las fases de la vida se tienen que realizar una serie de transiciones y superar una serie de crisis. Esto incluye enfrentarse a la muerte como la conclusión de la existencia personal.
Anthony Giddens: "Estratificación y estructura de clase"
La estratificación social se refiere a la división de la sociedad en capas o estratos. Cuando se habla de estratificación social, se dirige la atención a las posiciones desiguales que ocupan los individuos en la sociedad. La estratificación por género y por edad, se encuentra en todas las sociedades. En las sociedades tradicionales más extensas y en los piases industrializados de hoy en día hay estratificación en términos de riqueza, propiedad y acceso a los bienes materiales y a los productos culturales.
Pueden distinguirse cuatro grandes tipos de estratificación:
1) Esclavitud: es una forma extrema de desigualdad, en la cual algunos individuos son poseídos por otros como su propiedad. La esclavitud, como institución formal, ha desaparecido del mundo, casi completamente, hoy en día.
2) Casta: su significado proviene del portugués "casta" y es "raza" o "estirpe pura". El término es usado mayoritariamente por los hindúes, pero también es aplicado cuando dos o más grupos étnicos están profundamente segregados entre sí.
3) Estado (o estamento): eran fuertemente usados en el feudalismo europeo y consistían en estratos con diferentes obligaciones y derechos. En Europa el más elevado era compuesto por la aristocracia y la nobleza. El segundo, de inferior status, era el clero. Y finalmente venían los plebeyos o ciervos.
4) Clase: podemos definirla como un agrupamiento de personas que comparten recursos económicos comunes, que influyen fuertemente sobre el estilo de vida que pueden llevar. La propiedad de riqueza, junto con la ocupación son las bases más importantes de las diferencias de clases.
Mientras que las tres primeras dependen de desigualdades sancionadas legal o religiosamente, las divisiones de clases no son reconocidas oficialmente, sino que provienen de los factores económicos que afectan a las circunstancias materiales de la vida de las personas.
Las clases se derivan en las desigualdades en la posesión y el control de los recursos materiales. La posición de clase de un individuo es algo adquirido, no se recibe simplemente con el nacimiento. La movilidad social, tanto hacia arriba como hacia abajo, es una característica regularmente habitual.
La mayoría de las personas de las sociedades modernas es mucho más opulenta de lo que era hace varias generaciones, aunque la distribución de la riqueza y la renta permanecen altamente desigual. Los ricos emplean varios medios para transmitir su propiedad desde una generación a la siguiente.
Las teorías más destacadas e influyentes sobre la estratificación son las desarrolladas por Marx y Webber. Marx sitúa el énfasis primario en la clase, que aprecia como una característica objetivamente dada de la estructura económica de la sociedad. Observa una separación fundamental entre los poseedores de capital y los trabajadores que no lo poseen. Webber acepta un punto de vista similar pero distingue otros dos aspectos de la estratificación: status y partido. El status se refiere a la estima u honor social concedido a los individuos o a los grupos, el partido a la movilización activa de los grupos para conseguir fines definidos.
En las sociedades occidentales modernas, la clase es de la mayor importancia aunque hay muchas complejidades en sus sistemas de clases. La mayoría de las personas en estos países aceptan que la población se inscribe en las clases alta, media y obrera, y la conciencia de clase es fuerte.
El análisis de la estratificación ha sido expresado desde un punto de vista masculino sesgado. Ello es así, en parte por la pretensión de que las desigualdades de género reflejan simplemente diferencias de clases. Esta suposición es muy cuestionable. El género influye sobre la estratificación en cierto grado con independencia de la clase en las sociedades modernas. En el estudio de la movilidad social, se distingue entre movilidad intrageneracional e intergeneracional. La primera se refiere al movimiento hacia arriba o hacia abajo en la escala social durante la vida laboral de un individuo. La segunda corresponde al desplazamiento entre generaciones, como cuando una hija o un hijo de orígenes de cuello azul llega a ser profesional. La movilidad social es, en su mayor parte, de alcance limitado. La mayoría de las personas permanecen cerca del nivel de la familia de la cual provienen, aunque la expansión de los empleos de cuello blanco, en las últimas décadas, ha proporcionado la oportunidad para una considerable para una movilidad ascendente de corto alcance.
En las naciones ricas, la pobreza sigue muy extendida. Hay dos métodos para calibrarla, uno implica la noción de pobreza de subsistencia, que consiste en la falta de los recursos básicos para mantener un funcionamiento corporal, saludable y eficaz. El otro, pobreza relativa, significa la constatación de la separación entre las condiciones de vida de algunos grupos y las que disfruta la mayoría de la población.
John Rex: "Problemas fundamentales de la teoría sociológica"
La unidad elemental mediante la cual construimos el concepto de sociedad es la relación social. Para hablar de relación social tiene que estar implicada la conducta de más de una persona.
Según Radcliffe "existe una relación entre dos o más organismos individuales cuando hay algún ajuste de sus respectivos intereses logrado por convergencia de estos o por la limitación de los conflictos que podrían derivar de su divergencia".
Interés se refiere al propósito de un actor, a su deseo de provocar a un estado de cosas futuras. No existe relación social solo con el simple hecho de que la conducta de una serie de individuos sea intencional. Por ejemplo: si el estado de cosas que "A" desea, es también el que trata de provocar "B". Tal convergencia de intereses crea relaciones sociales solo si "A" tiene conciencia de lo que trata de hacer "B".
La categoría fundamental en la definición de relación social es la de "expectativas de conducta", si un individuo planea su propia acción en la suposición de que otro individuo actuará de cierta manera, habitualmente, hablamos de relación social.
La relación consiste total y exclusivamente en la existencia de la probabilidad de que se producirá un curso de acción social.
John Rex: "problemas fundamentales de la teoría sociológica"
El termino relación social nos lleva inevitablemente al análisis de los términos acción e interacción.
Weber dice que en la acción esta contenida toda la conducta humana en la medida en que el actor le asigna un sentido subjetivo. Y entiende que las construcciones teóricas de la sociología deben elaborarse a partir del modelo básico de la motivación de un "actor hipotético". El "actor hipotético" es una construcción teórica y los enunciados acerca de sus motivaciones tienen implicaciones empíricas de modo que es posible verificarlas objetivamente.
Para explicar una conducta sobre la base de la motivación racional suponemos que:
1) Los seres humanos son capaces de formular cualquier fin que elijan y que nosotros entendemos este en forma clara.
2) Hay ciertos tipos de conducta que pueden ser comprendidos como medios necesarios para su logro.
3) El actor hipotético tiene un conocimiento tan concreto de la situación como el que tendría un científico.
4) Con este conocimiento de los medios y fines de la situación, el actor emplea el tipo de razonamiento lógico de un científico práctico.
Davis plantea que todo sistema de interacción presenta problemas concernientes a la distribución económica, el poder y el desarrollo de un sistema de valores supremos.
El primero se refiere a que el suministro de bienes que figura como medio en los planes de acción de distintos individuos es intrínsecamente limitado, por lo que propone la cuestión de la asignación de estos recursos a usos alternativos y a diferentes individuos, o sea, un sistema de propiedad. Pero también afirma que el sistema de propiedad debe ser respaldado por instituciones políticas cuya tarea es asignar el derecho a usar el poder para obligar a otros individuos a actuar de maneras esperadas.
Pero el "derecho a usar el poder" presupone otro problema y para esto quienes desean facilitar cierta pauta básica de acción, proponen un conjunto de valores supremos para legitimar el uso del poder en apoyo de ciertas acciones y un determinado sistema de distribución de recursos.
Modelo para el análisis de la interacción: Se podrá explicar la conducta humana como producto de la interacción social, si hay pruebas de que el individuo observado deseaba un particular estado de cosas y también aceptaba ciertas reglas rituales como medio para alcanzar dicho estado, o también si hay pruebas de que el individuo se encontraba en un estado emocional particular y aceptaba ciertas formas de conducta como medios de expresión adecuados de este estado.