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Sociedad y Estado |
Resumen Completo de Romero | 1º Cuat. 2007 |
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Sociedad: Es una agrupación natural o pactada de personas, unidas con el fin
de cumplir todos o algunos de los fines de la vida.
Origen de la sociedad se divide en naturaleza y de pacto:
naturaleza
características y contexto histórico : La sociedad es obra de la naturaleza. La
sociedad es un componente gral de la vida del hombre ya que en ella nace y se
desarrolla. La naturaleza (necesidad) lo lleva a vivir en sociedad. Aristóteles
384-322 A.C. Esta relación empieza desde la familia hasta la relación con otros
integrantes de la sociedad
concepto de autoridad:Implica la existencia de una autoridad natural entendida
como una persona o grupo de personas encargadas del ejercicio del poder público.
De Pacto:
Características y contexto histórico: siglo XVII. Thomas hobbe (1588-1679) locke
(1632-1704) Rousseau (1712-1779). La sociedad no es obra de la naturaleza. El
hombre en su principio vivía aislado y al tener que relacionarse con los de su
misma especie entonces necesitaba comulgar.
Se establece un pacto que asegure los derechos de todos lo que la integran y se
someten voluntariamente. A su vez hay dos tipos de pactos:
1-de sumisión: lo instaura el poder político al cuál se promete obedecer
2-de Asociación: entre individuos que deciden relacionarse regulando todo lo
referente a su seguridad y conservación
Pacto social: Las concepciones contractualistas se vinculan históricamente al
constitucionalismo, es decir a las corrientes políticas que plantean la
necesidad de limitar el ejercicio del poder por medio de un documento que
establezca los obligaciones y derechos de gobernantes y gobernados
Una variante de la teoría del contrato es aquella que se distingue entre
Comunidad y Sociedad. De acuerdo con la misma los seres humanos se agruparon
primero en grupos en los que los lazos de unión eran solamente afectivos. Las
transformaciones económicas fueron la que dieron lugar al surgimiento de la
Sociedad, unión de personas en las que el único lazo es el económico,
estableciendo las normas que regulan la convivencia.
Estratificación: las sociedades se caracterizan por el hecho de que sus
integrantes están colocados en situaciones diversas en cuanto al acceso a los
bienes sociales, de disponibilidad escasa. La estratificación es social, pero no
confundir las desigualdades sociales con las desigualdades naturales.
Desigualdad natural: Si bien se basa en principio en la desigualdad física,
mental o incapacidad para realizar tal o cuál labor, las diferencias naturales
no implican diferencia social. pd:(ya que el factor de división de igualdad o
desigualdad es el acceso a bienes)
Desigualdad Social: Se origina principalmente por la división del trabajo que es
acompañado por una evaluación diferencial de las mismas estableciendo una escala
de valores que dependen de cada sociedad y que incluso se modifican en
determinadas circunstancias. Dentro de la desigualdad social podemos definir dos
subgrupos: las sancionadas por ley y las no sancionadas por ley
Desigualdad social: sancionadas por ley se subdivide
Castas: La pertenencia de una casta se determina por el nacimiento y está
excluido de una casta a otra
Ordenes: Por ejemplo en una sociedad Feudal se pertenecía a un Orden desde el
nacimiento aunque el paso de una orden a otra no estaba eximida y podía
concretarse por medio de un requisito formal como la adquisición de un título
Inmobiliario por parte del Monarca
Desigualdad social: no sancionadas por ley.
Clases: Son agrupaciones que surgen de las desigualdades sociales en sociedades
que reconocen que todos los hombres son iguales ante la ley. En estas sociedades
no existe ningún obstáculo para el paso de una clase a otra por el hecho de que
constituyen agrupaciones cuya existencia, no está reconocida por el ordenamiento
jurídico de la sociedad.
Clases sociales según Marx y Weber:
Karl Marx (1818-1883): las clases sociales se conforman como consecuencia de la
posición que ocupa los individuos en el proceso productivo. El capitalismo se
caracteriza por la existencia de dos clases: la burguesía compuesta por los
propietarios de los medios de producción y el proletario que al carecer de ellos
debe vender su fuerza de trabajo en el mercado para subsistir.
De este planteo derivan dos consecuencias:
1-Cada clase se define por su relación con la otra u otras (no puede haber
burguesía sin proletario y viceversa).
2-Que estas relaciones son de carácter antagónico. La conocida frase de Marx "la
historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases" manifiesta las
diferentes formas en la que se ha manifestado las desigualdades sociales en la
historia (señores feudales-siervos; propietarios-esclavos)
Weber (1864-1920): una clase es un conjunto de personas que están colocadas en
una misma situación en el mercado, que tienen iguales posibilidades de acceso a
los bienes disponibles en el mercado. La propiedad es una fuente de privilegios
en la competencia por el acceso a los bienes pero no el único criterio para la
conformación de clases. Su análisis parte de una definición de carácter
económico. De este planteo deriva dos consecuencias:
1-Las clases solo existen en sociedades en las que se han desarrollado la
economía de mercado.
2-Las clases no necesariamente dan origen a la formación de grupos sociales
efectivos, para que esto ocurra debe desarrollarse un sentimiento comunitario de
intereses o de destino, que permite una acción común en la defensa de esos
intereses y valores.
Diferencias básicas entre Marx y Weber:
Para Marx la clase constituye el elemento central para el análisis de las
relaciones entre los aspectos económicos, políticos, culturales y sociales
siendo el antagonismo entre las mismas (clases) un punto fundamental para
estudiar la sociedad y su dinámica transformadora.
Para Weber la clase solo adquiere importancia en el marco del ordenamiento
económico y las diferencias de clase no se manifiestan tan significativamente en
los ámbitos sociales y políticos razón por la cuál introduce los conceptos de
status y partido.
Comparten un mismo status quienes gozan de un prestigio social particular y se
caracterizan por sus modos de comportamiento, sus hábitos de consumo, por el
tipo de relaciones que establecen, etc. Sin duda, las clases y los grupos de
status están vinculados entre sí, pero no coinciden: individuos de clases pueden
formar parte del mismo grupo de status, y viceversa. El concepto de status
abarca una esfera muy amplia de realidades, desde las castas de la India hasta
los órdenes medievales, desde los militares hasta la burocracia; podríamos decir
que el compartir un cierto status remite a las situaciones en que la posición
social de un individuo no puede predecirse con seguridad a partir de la riqueza
de que dispone.
Weber en su referencia a los partidos políticos dice: asociaciones voluntarias
cuyo fin es la conquista o conservación del poder. Los partidos surgen a partir
de intereses de clase o de grupos de status, los partidos reclutan sus miembros
entre diferentes clases sociales y los mismos no necesariamente se identifican
con un status particular.
Weber aborda la cuestión de las desigualdades sociales basándose en tres
dimensiones: riqueza, prestigio y poder; Estas dimensiones son interdependientes
aunque sin duda gozan de una cierta autonomía.
Estratificación social palabras finales
La justificación de las desigualdades sociales: son inevitables, ya que es
imposible que los individuos asuman posiciones de responsabilidad en los ámbitos
económicos, sociales o políticos, si ellas no incluyen importantes recompensas
en términos de riqueza, prestigio o poder Pero, por otra parte, existen quienes
han destacado que la necesidad de recompensas diferenciadas no dependen de
rasgos vinculados con rasgos de la naturaleza humana, sino de los valores que
priman en cada sociedad, por lo que es valido defender la posible existencia de
una sociedad en la cual los incentivos para ocupar determinadas posiciones
sociales no originen situaciones de desigualdad social..
El estado: definición y fundamentos de su legitimidad:
(nota: definición de estado: solo válido para la sociedad moderna, no para el
feudalismo, dinastías chinas o cristiandad latina)
1-El Estado es un conjunto de instituciones de las cuales la más importante es
la que controla los medios de violencia y de coerción.
2-Estas instituciones están enmarcadas en un territorio geográficamente
delimitado.
3-El Estado monopoliza el establecimiento de normas dentro de su territorio.
Estas definiciones tienen sus limitaciones, al ser simultáneamente institucional
(por las instituciones que conforman el estado) y funcional (las funciones que
las instituciones cumplen) da por válido un vinculo que no siempre ha sucedido
en la historia como por ejemplo la Edad media.
El Estado y las Diferentes corrientes de pensamiento político
1) los que sostienen que el Estado es un componente fundamental de la sociedad,
y tiene como finalidad la búsqueda del bien común de las personas que la
conforman.
(el pensamiento cristiano se fundamenta en esta posición)
2) quienes ven al Estado como un fenómeno secundario, suponiendo que su carácter
y fuerza resultan de la influencia que ejercen sobre él las fuerzas de la
sociedad
(liberalismo y marxismo)
3) quienes insisten en que el mantenimiento del orden es un bien en cualquier
sentido y que el Estado es el encargado de esa función. (Fascismo: pensamientos
antidemocráticos hasta la segunda guerra mundial, caracterizado: antimarxismo,
antiliberalismo, omnipotencia del estado, valoración positiva de la violencia,
culto al líder, nacionalismo extremo.
Pensamiento Cristiano poder descendiente.
Teocrática: desarrollada en principio por los clérigos-monopolizadores del
pensamiento culto-.El pueblo no tenía poder autónomo sino que se encomendaba a
Dios por medio de su Rey.
Doctrina hierocrática: los reinos y los imperios se concebían como porciones de
una unidad más amplia, y el PAPA reivindicaba su supremacía respecto a reyes y
emperadores. Los enfrentamientos entre el papado y quienes ejercían la autoridad
terrenal fueron uno de los componentes de la vida política durante varios
siglos.
Teoría popular de Gobierno:el ser humano está inclinado naturalmente a la
actividad social, es miembro de una "ciudad temporal" construida por una
autoridad accesible al entendimiento humano gracias a la razón. Por lo tanto la
función del Estado es procurar el "bién común".
Bién común: como el principio que da forma a la sociedad y el final que ésta
debe tener. El Estado es el responsable de esta función:preservar la paz
interior, procurar la defensa de la comunidad y promover el bienestar de los
ciudadanos.!
Surgimiento de la Reforma Protestante: Siglo XVI principales figuras de este
pensamiento: (Nicolás Maquiavelo:1469-1527) (Juan Calvino:1509-1564) (Martín
Lutero:1483-1546).
La Reforma fue fundamental en cuanto provoca la ruptura de la Unidad Cristiana a
partir de la misma el Estado Moderno avanza en su construcción. El estado
buscaba su autoridad y legitimidad más allá de las convicciones religiosas. Se
refuerza la idea de la obediencia a la autoridad que no debe modificarse ni aún
ante un gobernante tirano, esta era considerado como un instrumento Divino. El
despliegue de las ideas liberales a lo largo del siglo XVII con su
cuestionamiento a las jerarquías tradicionales y su reivindicación de los
derechos individuales, el estallido de la revolución en Francia a fines del
siglo XVIII y el surgimiento de la revolución industrial afectaron de manera
profunda al núcleo del pensamiento católico. El siglo XIX la oposición de la
Iglesia a las ideas liberales fue casi total y escasa la comprensión respecto de
los problemas sociales de la época, generados por la industrialización.
En cuanto al abordaje de la cuestión social y el papel del estado frente a ella,
la superación de una mirada que sólo pensaba en términos de caridad recién se
produjo hacia finales del siglo XIX. La encíclica Rerum Novarum (1891) del Papa
León XIII daba cuanta de la gravedad de la “cuestión obrera”, recordaba a los
ricos sus deberes de justicia y caridad, pero además postulaba la necesidad de
una acción del Estado destinada a “promover y defender el bien del obrero en
general”. En la relación con la promoción del bienestar material de los
trabajadores y la función que le corresponde a la autoridad, León XIII
(1810-1903):
1-La conformación del Estado Público debe crear prosperidad así de la comunidad
como de los particulares.
2-La sociedad civil es una o igual condición para las clases Altas e ínfimas,
porque tanto los ricos como los proletarios con el mismo derecho por su
naturaleza de ciudadanos componen el cuerpo social.
3-Que la autoridad pública mantenga una justa equidad sobretodo con el
proletario que es el eslabón más débil, administrando orden y paz
4-Fomento de la Religión, elevar la superación del hombre común no solo en el
plano económico sino en el plano cultural, social y espiritual. Derechos y
garantías y obligaciones del proletario en su trabajo. Derecho y obligaciones de
los Dueños de la producción al proletario y viceversa. Equidad de justicia y
respeto y sometimiento a las leyes y defensa de la Sociedad. Derechos y
obligaciones del Estado y sometimiento al mismo.
La aceptación de las transformaciones políticas vertidas en el siglo XIX dio
lugar a una revisión de las posturas católicas respecto del liberalismo y de la
democracia.Se desarrolló una corriente dispuesta a aceptar las nuevas
realidades, en particular contraponiéndolas a los totalitarismos surgidos entre
la primera y segunda guerra mundial.
pensamientos de Jacques Maritan (1882-1973):
Estado democrático: la política debe seguir la voluntad del pueblo, la conducta
del pueblo no debe digitarse desde arriba hacia abajo sino al revés. Incluyendo
organismos de control (de abajo hacia arriba)
Estado totalitario: consideración "del poder"
Podemos concluir afirmando que el Concilio Vaticano II, convocado en 1962 por el
Papa Juan XXIII (1881-1963), marcó el punto de mayor acercamiento de la
jerarquía eclesiástica a las realidades de la sociedad contemporánea,
disminuyendo su dimensión jerárquica para ponerse al servicio del “pueblo de
Dios”.
Liberalismo
El liberalismo postula que la razón del individuo constituye el fundamento para
organizar las relaciones entre los hombres y entre ellos y el mercado. En
política implica el contractualismo o constitucionalismo –incluidos los
principios de representación de los ciudadanos y la separación y limitación de
los poderes- y en economía el mercado libre. En ambos casos la clave reside en
el derecho de propiedad. Éste es sagrado, es la razón de ser del Estado y el
elemento que confiere autonomía real a cada individuo. El liberalismo es, en
definitiva, el sistema y la ideología que garantizan la libertad en todas sus
dimensiones y hace del individuo el centro de la sociedad.
Características en la relación del hombre y la sociedad bajo el liberalismo.
1) Es individualista en tanto que afirma la primacía de la persona frente a las
exigencias de cualquier colectividad social;
2) Es igualitaria, porque confiere a todos los hombres el mismo status moral, y
niega la aplicabilidad, dentro de un orden político o legal, de diferencias
entre los seres humanos;
3) es universalista, ya que afirma la unidad moral de la especie humana y
concede una importancia secundaria a las asociaciones históricas específicas
(por ejemplo, nación);
4) Es progresista por su creencia en la posibilidad del mejoramiento de
cualquier institución social y política.
La tradición liberal ha buscado justificación en muy diversas filosofías. Las
afirmaciones políticas y morales del liberalismo se han fundamentado
generalmente en teorías de los derechos naturales del hombre y han buscado el
apoyo tanto de la ciencia como de la religión.
La concepción de "derecho natural" desde la perspectiva liberal hace referencia
que a partir del uso correcto de la RAZON podía sostenerse la idea un "orden
natural". De la misma manera que los seres vivos y las estrellas se movían
siguiendo leyes naturales se espera poder enunciar las "leyes naturales"
seguidas por las comunidades humanas.
El liberalismo se concibe y se practica diferente en Inglaterra, Estados Unidos,
Francia etc; países donde tiene mucho auge y aceptación.
Si bién los sofistas Griegos y luego Romanos en la relación teórica entre
natural y sobrenatural y la igualdad ante la ley formaron la base del
liberalismo este se toma impulso en Inglaterra del siglo XVII, sacudida por
enfrentamientos casi continuos desde la década de 1640, emergiendo de la obra de
Thomas Hobbes, y sobre todo de la de John Locke.
Las ideas centrales de Hobbes se manifiestan en le Leviatán (1651) y pueden ser
definidas como una filosofía del poder. he aquí sus dos teorías.
Hobbes:
teoría de la naturaleza: de no existir un poder común al cuál someterse reina el
enfrentamiento y el estado de anarquía
teoría de la ley natural: establece un orden por medio de la razón que prohíbe
destruir su vida o sus medios de conservación y por otro dejar de hacer aquello
que puede preservar lo mejor posible para su vida
estas teorías buscan: buscar la paz y defenderse por todos los medios
y de todo esto surge: Un contrato o pacto de sumisión--->Estado.
La sociedad no es un hecho natural, es el “futuro artificial de un pacto
voluntario, de un cálculo interesado”;
El Estado se basa en un contrato, no el que establecen un monarca y sus
súbditos, sino el que pactan individuos que deciden darse un soberano; ese
contrato, lejos de imitar la soberanía, la funda;
El origen del contrato es la preocupación por la paz;
El Estado tiene la función de salvaguardar el derecho natural de cada uno, y su
poder encuentra su límite absoluto en el derecho natural, no en ningún otro
hecho moral;
El Estado es el que fundamenta la propiedad, por lo que todo ataque al Estado es
un ataque a la propiedad.
Para finalizar, si llamamos liberalismo a la doctrina que sostiene que los
derechos, en oposición a los deberes, constituyen el hecho político fundamental
del hombre, identifica la función del Estado con la protección y salvaguarda de
dichos derechos, es correcto afirmar que Thomas Hobbes fue el fundador del
liberalismo.
ICSE: 1° Parte
Resumen 1880-1916
En 1880 cuando asumió por primera vez su presidencia Julio A. Roca, lo primero
que hizo el Estado fue asegurar la paz y el orden Institucional. La "capital
federal" -ciudad de buenos aires- se transformó en la capital de la Nación. El
estado afirma su poder sobre territorios controlados por indígenas, se definió
los límites del Estado como la "Conquista del Desierto" en 1879 y en 1911 se
completó la ocupación de los territorios del Nordeste. Se consolidó un fuerte
centro de poder basado jurídicamente en la Constitución Nacional sancionada en
1853. Aunque estaban ideadas el sistema fiscal; judicial y la administración del
Estado, su desarrollo era precario con escasos medios para fomentar la Educación
y la Inmigración. A medida que sus recursos aumentaron fue expandiendo sus
instituciones y adquirió solidez antes que la sociedad.
Para insertarse en la economía mundial, los sucesivos gobiernos desde 1810, con
preponderancia en 1850 se alinearon comercialmente con Gran Bretaña, hecha
potencia, en la cumbre económica por su desarrollo industrial. Por la aparición
en el mercado mundial de Estados Unidos y Alemania, Gran Bretaña decidió cuidar
sus relaciones o compromisos tomados convirtiéndolas ciertamente en monopólicas.
Esta relación se varió desde la exportación de materia prima de lanas para la
producción textil hasta el desarrollo de infraestructura "pública" como vías
ferroviarias y trenes, bancos comercios y préstamos al estado. Además los
Británicos instalaron y desarrollaron el sistema de Frigoríficos que permitía
exportar carne envasada.
Desde 1880 el país recibió numerosas cantidades de inmigrantes provenientes de
toda Europa, especialmente la mayoría italianos, luego en menor proporción
españoles y franceses. El Estado fomentó la inmigración con subsidios y
propaganda.
El empresario rural buscó el máximo posible de ganancias. En el Litoral, donde
escaseaba el ganado y la producción podía trasladarse fácilmente por los ríos,
se inclinaron por la agricultura; allí donde la tierra era barata, optaron por
la colonización, que la valorizaba, pero cuando el valor aumentó prefirieron el
sistema de arrendamiento. En la provincia de Buenos Aires perduró la gran
propiedad indivisa y la explotación del lanar, hasta que la instalación de los
frigoríficos hizo rentable la explotación del vacuno refinado con las razas
inglesas y destinado a la exportación. Entonces, las necesidades de praderas
artificiales estimularon la colonización agrícola: las tierras se destinaron
alternativamente a cereales, forrajes y pastoreo, con lo que la agricultura se
asoció definitivamente con la ganadería.
Esta combinación resultaba la más adecuada para las condiciones específicas de
entonces. La calidad de las praderas aseguraba altos rendimientos con escasas
inversiones; por otra parte, las condiciones del mercado mundial, extremadamente
cambiantes e incontrolables desde este lejano sur, hacían conveniente mantener
la flexibilidad para elegir, cada año, la opción más rentable. Parecía más
razonable mantener la tierra unida para conservar todas las opciones y encarar
explotaciones más bien extensivas. Luego los arrendatarios rurales que poseían
un capital limitado prefirieron alquilar extensiones de tierra antes que
adquirir una extensión propia más pequeña. En 1880 la expansión de la
agricultura fue continua. Entre 1892 y 1913 se quintuplicó la exportación y
además se agregaron el trigo; el maíz; el lino, la lana y la carne vacuna
congelada y enlatada. Apareció luego el crecimiento del sector ganadero
desplazando la producción de lana hacia el sur.
En este período el Estado modernizó los servicios de higiene y transporte,
construyendo plazas y avenidas. Se construyeron edificios públicos y
residencias. El Sector Industrial creció asociado a la economía agropecuaria y
nutriéndose de capitales extranjeros.
Conflictos culturales: al principio poca integración o comunión con otros
inmigrantes de distintas naciones. Distinta lengua y cultura. Hacinamiento en
condiciones de vivienda, inestabilidad en el trabajo, pésimas condiciones
sanitarias, epidemias y mortalidad infantil. Analfabetismo. Estos conflictos
fueron atenuándose con la integración social de distintas razas y culturas, se
puede decir que en Argentina se caracterizó el mestizaje. Con la implementación
de la educación además de la Alfabetización los hijos de los inmigrantes y las
personas nacidas en Argentina comulgaron un lenguaje, y permitió el desarrollo
de cultural de la sociedad en cierta forma. (nt:fede esta oración está traída de
los pelos!) aunque los primeros inmigrantes analfabetos quedaron casi excluidos
del sistema y del desarrollo progresista de la sociedad.
Generación del ´80: Aristocracia “notables” notables de familias ricas. En la
cúspide del sistema político la selección de personal se acordaban entre el
presidente, los gobernadores y otros notables de prestigio reconocido. En
niveles más bajos se encontraban los “caudillos” electorales que ejercían
control sobre otros ciudadanos para boicotear padrones. El sistema estimulaba la
escasa participación en las elecciones . El sistema institucional era
republicano-aunque diseñado para mediatizar decisiones más importantes y
alejarlas de la voluntad popular. La prácticas electorales de la época como la
injerencia del gobierno desalentaba la competencia política.
Como dijimos antes la educación pública solo se orientó hacia los jóvenes
dejando a la gran mayoría de los adultos sin formación o analfabetos. Entonces
surgieron:
Los anarquistas: tuvieron una relación más estrecha con los adultos-trabajadores
y supieron hablarles en su lenguaje. Promulgando una sociedad más justa sin
patrones ni Estado. La huelga y el levantamiento espontáneo era su instrumento
por las luchas específicas de cada gremio.
Socialistas: promulgaban un estado más justo y equitativo, a través de una
injerencia o intervención mayor del parlamento y llegaron específicamente a
sectores populares integrados a la sociedad gralte con educación básica.
Sindicalismo: predicaron gralte en los sectores industriales tales como los
ferroviarios o marítimos Como los socialistas promulgaban reformas regulares
pero se desinteresaron de la lucha política y se dedicaban a la acción gremial.
Partidos políticos:
UCR: los integraban jóvenes profesionales, comerciantes, empresarios y
chacareros. Representantes: Carlos Pellegrini, Hipólito Yrigoyen luego.
Objetivo: sufragio universal y moralización del sector público.
PSD: partido demócrata progresista, principal figura Lisandro de la torre,
conservador
Socialistas: objetivos y estrategias ya expuestas. Palacios principal figura en
su tiempo.
Anarquistas ya expuesto.
Resumen 1916-1930
Presidencias Radicales
Diferencias de presidencias entre Yrigoyen y Alvear
Yrigoyen fue presidente desde 1916 a 1922 año en el que le sucedió Alvear.
Yrigoyen fue reelegido en 1928 para ser depuesto por un levantamiento militar el
6 de septiembre de 1930.
Desde entonces tuvieron que pasar 59 años para la transición de un poder
democrático a otro poder democrático.
La presidencia de Yrigoyen fue contradictoria desde el principio: para unos era
quien -toda probidad y rectitud- venía a develar el ignominioso régimen y a
iniciar la regeneración; hubo incluso quienes lo vieron como una suerte de
santón laico. Para otros era el caudillo ignorante y demagogo, expresión de los
peores vicios de la democracia. Alvear en cambio fue identificado, para bien o
para mal, con los grandes presidentes del viejo régimen, y su política se
asimiló con los vicios o virtudes de aquél. Los reclamos de participación
política se relacionaban con mejoras en la situación de los distintos sectores
sociales.
La posición Argentina durante la primera guerra mundial:
Inicialmente Yrigoyen mantuvo la política de Victorino de la Plaza, su
antecesor: la "neutralidad benévola" hacia los aliados suponía continuar con el
abastecimiento de los clientes tradicionales, y además concederles créditos para
financiar sus compras.
La Argentina había resistido tradicionalmente las apelaciones del
panamericanismo, una doctrina que suponía la identidad de intereses entre
Estados Unidos y sus vecinos americanos, pero el hundimiento de tres barcos
mercantes por los alemanes movilizó una amplia corriente de opinión en favor de
la ruptura, que era impulsada por los estadounidenses y entusiastamente apoyada
por los diarios La Nación y La Prensa. Las opiniones dividieron de un modo
singular: el Ejército -cuya formación profesional germana- tenía simpatías por
Alemania, mientras que la Marina se alinea por Gran Bretaña. La oposición
conservadora era predominantemente rupturista, al igual que la mayoría de los
socialistas, aunque en abril de 1917 produjo entre ellos una escisión que,
siguiendo a la Unión Soviética, adhirió al neutralismo. Los radicales estaban
muy divididos en torno de esta cuestión. También, había proclamado al 12 de
octubre -aniversario del viaje de Colón- como Día de La Raza, oponiendo al
panamericanismo la imagen de una Hispanoamerica excluía a los vecinos
anglosajones.
Crisis social:
Las condiciones sociales eran complicadas en el momento de su estallido, se
agravaron luego por las dificultades del comercio exterior y de la retracción de
los capitales: en las ciudades se sintió la inflación, el retraso de los
salarios reales -los de los empleados públicos incluso sufrieron rebajas- y la
fuerte desocupación. La guerra perjudicó las exportaciones de cereales, y
particularmente las de maíz, y en las zonas rurales agravó la situación ya
deteriorada de los chacareros y también jornaleros . Se inició entonces un ciclo
breve pero violento de confrontación social que alcanzó su momento culminante en
1919 y se prolongó hasta 1922 o 1923.
Esa ola de convulsiones se desarrollaba de manera parecida en todo el mundo
occidental, recogiendo los ecos primero de la revolución soviética de 1917 y,
luego, de los movimientos revolucionarios que estallaron, apenas terminó la
guerra, en Alemania, Italia y Hungría. La impresión de que la revolución mundial
era inminente operó en cierta medida como ejemplo para los trabajadores, pero
mucho más lo hizo como revulsivo para las clases propietarias. La revolución se
mezclo con la contrarrevolución, y entre ambas hirieron de muerte a las
democracias liberales: en medio de la crisis de valores desatada en la
posguerra, éstas fueron ampliamente cuestionadas por distintos tipos de
ideologías y de movimientos políticos, que iban desde las dictaduras lisas y
llanas -como la establecida en España en 1923 por el general Primo de Rivera-
hasta los nuevos experimentos autoritarios de base plebiscitaria, como el
iniciado en Italia en 1922 por Benito Mussolini, cuyas formas novedosas
ejercieron una verdadera fascinación.
En 1919, los fantasmas de la revolución social los despertaron bruscamente: La
Liga Patriótica Argentina, fundada en las calientes jornadas de enero, fue la
primera expresión de su reacción. Confluyeron en ella los grupos más diversos:
la Asociación del Trabajo-una institución patronal que suministraba obreros
rompehuelgas-, los clubes de élite, como el Jockey club círculos militares -la
Liga se organizó en el Círculo Naval-, o los representantes de las empresas
extranjeras. Conservadores y radicales coincidieron y se mezclaron en las tramos
iniciales y el estado le prestó un equívoco apoyo mediante la Policía. Lo más
notable fue la capacidad que la Liga mostró para movilizar a varios contingentes
de la sociedad, reclutado en sus sectores medios, para la defensa y el orden y
la propiedad reivindicando cierto patriotismo y nacionalidad amenaza por la
filtración extranjera.
También fue notable su capacidad para organizar "brigadas" que asumían la tarea
de imponer el orden a palos -luego fueron muy activos en las zonas rurales-y
para presionar al gobierno quien probablemente tuvo muy en cuenta la magnitud de
las fuerzas polarizadas en torno de la Liga cuando a lo largo de 1919 imprimió
un giro sutil pero decisivo a su política social. La derecha tuvo un nuevo
impulso y un argumento decisivo aunque todavía impreciso contra la democracia:
voluntaria o involuntariamente Yrigoyen era sospechoso de subvertir el orden. La
liga aportó los motivos del orden y la patria. Los católicos combinaron el
pensamiento social con el integrismo iliberal que empezó a difundirse a través
de los Cursos de Cultura Católica y cristalizó más tarde en la revista Criterio,
fundada en 1928. Jóvenes intelectuales, como los Irazusta, difundieron las ideas
de Maurras y Leopoldo Lugones proclamo la llegada de "la hora de la espada". Sin
duda había discordancias en estas voces y no menores -Lugones era declaradamente
anticristiano-, pero no preocupaba a su auditorio, que probablemente no tomaba
demasiado en serio mucho de lo que oía pero recogía en todas ellas un mensaje
común: lazo a la movilización social y la crítica a la democracia liberal.
La Liga Patriótica se dedicó al "humanismo práctico", organizando escuelas para
obreras y movilizando a las "señoritas" de la alta sociedad. Mucho más
importante fue la acción de la Iglesia que en 1919,en el pico de la crisis,
organizó la Gran Colecta Nacional, destinada a movilizar a los ricos e
impresionar a los pobres. Ese año fueron unificadas todas las instituciones
católicas que actuaban en la sociedad -con tendencias y propuestas diversas-
dentro de la Unión Popular Católica Argentina, un ejército laico comandado
unificadamente por los obispos y los curas párrocos, quienes organizaron una
guerra en regla contra el socialismo, compitiendo palmo a palmo en la creación
de bibliotecas, dispensarios, conferencias y obras de fomento y caridad, tareas
éstas en las que los activistas reclutados en los altos círculos sociales
adquirían la conciencia de su alta misión redentora. El antiliberalismo que
nutre todas estas manifestaciones resultó eficaz como arma de choque, como
discurso unificador y como bandera de combate.
¿Hasta qué punto eran justificados los terrores de la derecha? La ola de
huelgas, que culminó entre 1917 y 1921, había sido formidable, pero no estaba
guiada por un propósito explícito de subversión del orden, sino que expresaba,
de manera ciertamente violenta, la magnitud de los reclamos acumulados durante
un largo período de dificultades de la Argentina hasta entonces. Los socialistas
apostaron a la acción legislativa y a la posibilidad de crear en el Congreso un
ámbito de representación. Pero había en el partido una incapacidad casi
constitutiva para establecer alianzas o acuerdos, y aunque impulsaron algunas
reformas legislativas no lograron dar forma a una fuerza política vigorosa,
capaz de equilibrar a la derecha reconstituida o, siquiera, de precisar los
puntos centrales del conflicto que se avecinaba. Su otra apuesta fue -a largo
plazo- la ilustración de la clase obrera que, según suponían, se esclarecería en
el contacto con la ciencia. De ahí su intensa acción educadora, a través de
centros, bibliotecas, conferencias, grupos teatrales y córales, la Sociedad Luz.
La difusión de ciertas prácticas en los grandes centros urbanos atestigua
adecuadamente los cambios que -superada la crisis social- estaban experimentando
los trabajadores y la sociedad toda.
El fin de la lucha gremial intensa, la reducción de la sindicalización el
debilitamiento de la Unión Sindical Argentina dan testimonio de la atención de
los conflictos sociales. La Unión Ferroviaria, fundada en 1922 y con vertida en
cabeza indiscutida del sindicalismo, expresó el nuevo tono de 1a acción gremial:
un sindicato fuertemente integrado, férreamente dirigido de forma centralizada,
negoció sistemática y orgánicamente con las autoridades, descartó la huelga como
instrumento y obtuvo éxitos sustanciales.
La universidad constituyó un problema importante para la expansión.
La reforma Universitaria -nació en Córdoba en 1918 y se extendió por toda la
argentina y luego latinoamerica fue una expresión de esta transformación: las
universidades cuyo propósito era la de formar profesionales eran por aquel
entonces elitistas y académicamente escolásticas. Muchos jóvenes estudiantes
quisieron abrir sus puertas, participar en su dirección, remover las viejas
camarillas de profesores, instaurar criterios de excelencia académica y de
actualización científica y vincular a la universidad con los problemas de la
Sociedad.
La economía: Con la Primera Guerra Mundial -mucho más que con la crisis de 1930-
terminó una etapa de la economía argentina: la del crecimiento relativamente
fácil sobre rumbos claros. Desde 1914 se entra en un mundo más complejo, más
delicado y en el que el futuro era relativamente incierto.
La guerra puso de manifiesto en forma aguda un viejo mal: la vulnerabilidad de
la economía argentina, cuyos nervios motores eran las exportaciones el ingreso
de capitales, de mano de obra, y la expansión de la frontera agraria.
Estados Unidos , ocupó los espacios dejados libres por los países europeos en
mayor o menor medida derrotados en la guerra. La expansión de Estados Unidos en
la década de 1920 se manifestó por el impulso exportador de automóviles,
camiones y neumáticos, radios, megáfonos, maquinaria agrícola y maquinaria
industrial. Para asegurar el mercado tentador, y saltar por sobre eventuales
barreras arancelarias las empresas industriales -General Motors, General
Electric, colgate entre otras— realizaron aquí inversiones significativas, que
al principio sólo era para armar localmente las piezas importadas. También
avanzaron en las empresas de servicios públicos -electricidad y tranvías- como
proveedoras, particularmente de los Ferrocarriles del Estados que por entonces
crecieron. Estados Unidos para defender su comercio no permitía importaciones
desde la Argentina lo cuál desequilibró las balanzas. Por otra parte, la vieja
relación "especial" con Gran Bretaña se sostenía mínimamente: Gran bretaña no
podía competir contra la industria norteamericana.
Desde 1912 se había conocido este tipo de tensiones en la agricultura; d 1921 se
manifestaron en un punto mucho más sensible y que afectaba a intereses más
poderosos: la ganadería.
Gracias a las ventas de carne enlatada, los años finales de la guerra fueron
excelentes, beneficiándose no sólo los ganaderos de la zona central sino de las
zonas marginales, y hasta quienes criaban ganado criollo. La situación cambió
bruscamente a fines de 1920, cuando los gobiernos europeos, que estuvieron
haciendo stock, cortaron sus compras, y los precios y volumen derrumbaron.
Alrededor de 1926 se inició un largo período de estabilidad una suerte de meseta
sin el crecimiento espectacular previo pero también sin los problemas de
estancamiento posteriores a 1940.
Construcción de la democracia. Yrigoyen comenzó su gobierno con un Parlamento
hostil, al igual que la mayoría de los gobiernos provinciales, y buena parte de
su estrategia fue aumentar su poder. Para ganar las elecciones, usó presupuesto
del Estado, repartiendo empleos públicos entre sus punteros aunque en Buenos
Aires la competencia con los socialistas lo llevó a ei métodos más modernos. En
1918 logró obtener la mayoría en la Cámara de Diputados, pero la clave seguía
pasando por el control de los gobiernos provinciales, decisivos a la hora de
votar. No vaciló en intervenir las provincias , organizando luego elecciones en
las que triunfaban sus candidatos, y así su poder aumentó considerablemente,
aunque nunca logró imponerse en el Senado, y tropezó con dificultades
imprevistas en Diputados. Desde 1922 un militar Enrique Mosconi, presidía
Yacimientos Petrolíferos Fiscales, creado por Yrigonyen cuando su período ya
expiraba. Bajo la dirección de Mosconi -que era ingeniero militar- la empresa se
expandió en la explotación y gracias a la construcción de su refinería en La
Plata, avanzó en el mercado interno, poblando el país con sus característicos
surtidores. Pero , también crecieron empresas privadas: la británica Shell y la
norteamericana Standard oil , que actuaba en Salta, de modo que la competencia
empezó a convertir el petróleo en un tema de discusión pública. El problema
petrolero se había instalado en la discusión pública, y la presencia extranjera
era asociada con su manifestación más agresiva: la norteamericana de la Standard
Oil. La bandera de la nacionalización coincidía con la prédica de los sectores
militares preocupados por asegurar la autarquía respecto de los recursos
estratégicos, se vinculaba con la nueva y fuerte hostilidad de los sectores
terratenientes hacia Estados Unidos, a partir del conflicto de las carnes, y
enraizaba finalmente en un sentimiento antiamericano de más larga data, que
asociaba unívocamente la metrópoli del norte con el "imperialismo". Pero sobre
todo, da la impresión de que de que alguna manera el petróleo aparecía como la
panacea que aseguraría la vuelta a la prosperidad, una fuente de rentas tan
abundante que con ellas podría asegurarse a la vez la prosperidad de los
sectores propietarios, del Estado y de la sociedad.
Resumen 1930-1943
La restauración conservadora
El 6 de septiembre de 1930 el general José Félix Uriburu asumió como presidente
provisional y el 20 de febrero de 1932 transfirió el mando al general P. Justo,
que había sido electo, junto con el doctor Julio A. Roca, en Noviembre del mismo
del año anterior.
Intervención y cierre económico
La depresión que empezó en 1928 y continuo hasta 1932 golpeó fuertemente las
economías abiertas del mundo.
Gran Bretaña se refugió en proteccionismo comercial y constituyó un "área" de la
libra, defendida por el control de cambios primero y por la inconvertibilidad de
la moneda después y sólo incursionó tímidamente por nuevos caminos; a mediados
de 1933, con la designación como ministro de hacienda de Pinedo -con quien
colaboró Raúl Prebisch-, se avanzó por un rumbo más novedoso, delineándose dos
tendencias que habrían de perdurar largamente: la creciente intervención del
Estado y el cierre progresivo de la economía. También otra, menos duradera pero
de mayor trascendencia en lo inmediato: el reforzamiento de la relación con Gran
Bretaña.
También en 1931 fue el establecimiento del control de cambios mediante el
gobierno centralizaba la compra-venta de divisas. Avanzando sobre el control de
las finanzas en 1935 se creó el Banco Central; cuya función principal era
regular las fluctuaciones cíclicas de la masa monetaria evitando tanto una
excesiva holgura como la escasez, así como la de controlar los bancos
privados-que pertenecían a su directorio- sobre todo en el manejo de créditos.
Para atenuar los efectos de las crisis cíclicas y defender los productos locales
se comenzó a regular la comercialización de la producción agropecuaria.
El Estado fue asumiendo funciones mayores en la actividad económica, y pasó de
la simple regulación de la crisis a la definición de reglas de juego cada vez
más amplias. La más importante tuvo que ver con la industria, cuya producción
comenzó a crecer en el marco de la crisis, y siguió haciéndolo luego de la
recuperación de la segunda mitad de la década. Con la prosperidad de las décadas
anteriores se había constituido en el país un mercado consumidor de importancia.
El cierre creciente de la economía, los aranceles y la escasez de divisas
creaban condiciones adecuadas para sustituir los bienes importados por
producidos localmente, sobre todo si la producción no exigía una instalación
febril muy compleja o si ya existía una base industrial, que podía ser utilizada
más intensamente.
La vieja dinámica de los sectores propietarios, de diversificación en distintas
actividades sin atarse definitiva a una encontró en la industrialización
sustitutiva un nuevo campo, que se completó posteriormente con la inversión
inmobiliaria. Por otra parte con la combinación de un mercado cerrado y algunas
pocas grandes empresas por cada rama o cada actividad tornó poco relevante la
presión por la mayor eficiencia y el menor precio. La ganadería siguió
retrocediendo respecto de la agricultura al igual que en la década anterior . La
producción agrícola no decayó, a pesar del derrumbe de los precios, aunque la
situación de los productores se deterioró sensiblemente, en especial la de los
más pequeños, y se fueron delineando las condiciones del éxodo rural, visible
luego del comienzo de la segunda guerra mundial. En todo el n nordeste se
extendió la ocupación de nuevas tierras, iniciada en la década anterior, y se
constituyó un amplio sector de pequeños productores dependientes de un sector
comercial e industrializador muy concentra. También aquí el Estado intervino
para regular la comercialización
La presencia británica:
Presionada por el avance de Estados Unidos, y en el marco de la crisis desatada
en 1930, Gran Bretaña optó por reconcentrarse en su Imperio, fortalecer sus
vínculos con las colonias y dominios y acotar la presencia estadounidense. A la
vez, en un contexto mundial de restricciones financieras, se propuso defender
sus antiguos mercados y salvar sus ingresos provenientes de préstamos o
inversiones antiguas. En 1932 la conferencia imperial de Ottawa inclinó la
balanza hacia los miembros del Commonwealth quienes tenían preferencias por las
importaciones británicas. Entre otras medidas se decidió a reducir un tercio las
compras de carnes congeladas proveniente de Argentina que podía reemplazarse con
la proveniente de Australia y en un 10% la enfriada tomando para esto como base
las compras de 1932, ya muy bajas. Se trataba de un punto extremadamente
sensible para la Argentina, quizás no tanto por su importancia intrínseca como
por la magnitud de los intereses constituidos en torno de la exportación de la
carne: productores, frigoríficos y empresas navieras eran capaces de presionar
fuertemente sobre el gobierno.
A la vez el gobierno Argentino también poseía una arma decisiva: la política
arancelaria y el control de cambios, permitían discriminar las importaciones y
regular el monto de las divisas que sería utilizado para pagar los servicios de
la deuda Británica, para comprar productos británicos o para remitir las
utilidades de las empresas británicas instaladas en la Argentina. En un contexto
de escasez de divisas y con fuertes demandas de los intereses comerciales
norteamericanos el punto se convertía sumamente importante para Gran Bretaña. En
1933 una misión encabezada por Julio A. Roca negoció en Londres las condiciones
para el mantenimiento de la cuota Argentina de la Carne. La credibilidad del
gobierno era vital entre los diversos sectores ligado a la actividad pecuaria,
pero tuvo un éxito relativo: se mantendrían las condiciones de 1932 y se
consultarían eventuales reducciones posteriores que fueran necesarias.
No logró gran cosa en su segundo objetivo: aumentar la participación de los
productores locales en el control de las exportaciones de modo de negociar en
mejores términos con los frigoríficos. Gran Bretaña se aseguró que la totalidad
de las libras generadas por este comercio se emplearían en la propia Gran
Bretaña: en el pago de la deuda, la importación de carbón, material ferroviario
o textiles -para los que se establecía un tratamiento arancelario preferencial-y
en la remisión de utilidades de las empresas británicas. El tratamiento benévolo
apuntaba a reflotar empresas británicas en dificultades: las ferroviarias y los
transportes urbano. Los ferrocarriles estaban atenazados por gastos fijos muy
altos en reducción general de su actividad y la creciente competencia del
transporte automotor.
Un frente popular Frustrado
En 1935 los trabajadores de la construcción de Buenos Aires conducidos por
dirigentes comunistas, iniciaron un huelga que duró mas de 90 días. En los
barrios de la ciudad se manifestó una amplia solidaridad y en enero la CGT
realizó una huelga general de 2 días-la única de la década-al cabo de la cuál
los huelguistas obtuvieron la satisfacción de una parte substancial de las
demandas. El saldo más importante fue quizás la constitución de la Federación
Obrera Nacional de la construcción uno de los sindicatos más importantes y
combativos del país. En 1936 se efectuaron muchas huelgas al igual que en 1935 y
1937, coincidiendo probablemente con la reactivación económica. La reacción del
gobierno se dirigió también hacia el nuevo sindicalismo combativo: La ley de
Residencia fue aplicada en 1937 contra los principales dirigentes de la
construcción, comunistas de origen italiano deportados a la Italia fascista. Un
manifiesto de la derecha fue el que alertó el resurgimiento de las masas ciegas
y la turbia democracia desplaza en 1930 y justificó el fraude patriótico que
desde entonces el gobierno utilizó sistemáticamente en favor de los partidos
oficialistas.
En el campo de los opositores al gobierno fue muy importante el cambio de
posición del partido Comunista. Con la consigna de "lucha de clases contra
clases" los comunistas habían combativo por igual fascistas y nazis y a los
partidos socialdemócratas a quiénes estigmatizaban como los más peligrosos
enemigos del proletario, pero desde 1935 se lanzaron a impulsar la unidad "de
los sectores democráticos" para enfrentar al nazifascismo sacrificando las
consignas y prácticas que pudieran irritar o atemorizar a los grupos
progresistas y democráticos de la burguesía. Reconocer la importancia del Estado
y hacer de él su interlocutor principal constituía también una tendencia muy
fuerte entre los dirigentes sindicales. Esta tendencia fue criticada desde los
partidos políticos opositores, empezaron a dar prioridad a los reclamos
democráticos y al enfrentamiento político con el gobierno y presionaron para
alinear en él a las organizaciones sindicales.
La guerra y el frente nacional:
el progresivo avance de los mercados europeos -provocado por los triunfos
alemanes- redujo drásticamente las exportaciones agrícolas, pero en cambio
aumentaron mucho las ventas carnes a Gran Bretaña, tanto enfriada como
congelada. Como a la vez disminuyeron las importaciones de origen británico. Por
otra parte, aprovechando las dificultades en todo el comercio internacional, y
una suerte de "vacío de poder" empezaron a exportar a países limítrofes
productos industriales: las de textiles, confecciones, alimentos y bebidas,
calzado y productos químicos acentuaron el crecimiento industrial iniciado con
la sustitución de importaciones y el país empezó a tener saldos comerciales
favorables, incluso con Estados Unidos. El Plan de Reactivación Económica
proponía para la salida a las dificultades generadas por la guerra, insistir en
la cosechas por parte del Estado, para sostener su precio, y a la construcción,
pública y privada, capaz de movilizar muchas actividades; sobre todo, remarcaba
la importancia de estimular la comercio exterior seguía siendo la "rueda
maestra" de la economía estas otras actividades, "ruedas menores", contribuirían
al equilibrio general. Se advertía el problema de una economía excesivamente
cerrada en sí misma y proponía estimular las industrias "naturales", que
elaboraban materias primas locales y pudieran exportar a los países vecinos y a
Estados Unidos a largo plazo, la Argentina habría de solucionar un déficit
comercial con el país del norte que sin duda se haría más gravoso a medida que
fuera creciendo el sector industrial y aumentara la demanda de máquinas
repuestos o combustibles.
El proyecto fue aprobado por el Senado con mayoría oficialista pero la Cámara de
Diputados no lo trató. Su fracaso fue antes político que económico. Desde 1932
con Roosevelt Estados Unidos cambió su relación de política exterior con el
resto de los países americanos tratando de llegar a un acuerdo en común pero
erigiéndose en el dominio del continente. El comercio bilateral entre Estados
Unidos y Argentina fue infructuoso por el proteccionismo agrícola de ambos
países.
En junio de 1940 se constituyó Acción Argentina dedicada a denunciar las
actividades de los nazis en el país y la injerencia de la embajada alemana, en
ella participaron radicales, socialistas y muchos intelectuales independientes y
muchos conspicuos de los miembros de la oligarquía conservadora. Se crearon la
Dirección General de Fabricaciones Militares y el Instituto Geográfico
impulsando así el avance de las Fuerzas Armadas sobre terrenos más amplios que
los específicos. La presencia de los militares fue cada vez más visibles.
Rápidamente las Fuerzas Armadas fueron convirtiéndose en un nuevo actor
político. Un elemento central del nuevo perfil militar fue el desarrollo de una
conciencia nacionalista. El terreno había sido preparado por el nacionalismo
uriburista difundido por un grupo minoritario pero activo dentro y fuera de la
institución. Era este un nacionalismo tradicional: antiliberal, xenófobo y
jerárquico.
También era importante el papel del Estado en una sociedad que seguramente sería
acosada en la posguerra por agudos conflictos:
la reconstitución del frente popular, las banderas rojas en los mitines obreros
y la presencia en las calles del partido Comunista parecían signos ominosos de
ese futuro y para enfrentarlo se requería orden y paz social. El nacionalismo
finalmente se manifestó en los intelectuales, que destacaron que el futuro
funesto que le aguardaba a la nación era en parte por cierto facilismo, y
renunciamiento espiritual de las clases altas o burguesas, del desprecio por el
"mestizo" por parte de la sociedad toda, producto a su vez de la cultura de los
inmigrantes europeos incapaces de comprender el verdadero valor de la nación.
El 4 de junio de 1943 el Ejercito depuso al presidente e interrumpió por segunda
vez el orden constitucional antes aún de haber definido el programa del golpe y
ni siquiera la figura misma que lo encabezaría.
Resumen 1943-1955
La emergencia.
Los militares en el gobierno coincidían en la necesidad de acallar la agitación
política y la protesta social: proscribieron a los comunistas, a los sindicatos
e intervinieron la CGT -por entonces dividida-, disolvieron Acción Argentina,
que nucleaba a los partidarios de romper relación con el Eje, y más tarde
hicieron lo mismo con los partidos políticos, intervinieron las universidades
dejando cesante a un vasto grupo de profesores de militancia opositora, y
finalmente establecieron la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las
escuelas públicas. Contaron con la colaboración de un elenco de nacionalistas y
católicos integristas, algunos de antigua militancia junto a Uriburu, quienes
dieron el tono al régimen militar: autoritario antiliberal y mesiánico,
obsesionado por la fundación de un orden social para evitar el caos del
comunismo que, según pensaban, sería la secuela inevitable de la posguerra. No
le fue difícil a la oposición democrática identificar al gobierno militar con el
nazismo.
Los Estados Unidos atacaron con fuerza a uno de los estados Americanos que no se
aliaron en contra del eje apartando a la Argentina de las relaciones comerciales
internacionales, sumado a la inestabilidad social interna asumió como presidente
Juan Domingo Perón. Clarividencia y preocupación descubrió un actor poco tenido
en cuenta hasta entonces: el movimiento obrero.
A cargo de la Dirección Nacional de Trabajo se dedicó a vincularse con los
dirigentes sindicales. Todos fueron convocados con excepción de los dirigentes
Comunistas. que luego de un frustrado acercamiento inicial, fueron perseguidos y
erradicas de sus posiciones. A los gremios y trabajadores se les cumplieron sus
reclamos: se extendieron las jubilaciones, vacaciones pagas, accidentes de
trabajo, se ajustaron las categorizaciones ocupacionales. Se equilibraron las
relaciones entre obreros y patrones. La sanción del Estatuto del Peón innovó
sustancialmente pues extendió estos criterios a las zonas rurales. La tendencia
original sindicalista no había desaparecido: en 1942 se dividió entre un sector
más afín a los partidos opositores encabezado por los comunistas y muchos de los
dirigentes sindicalistas y otro identificado con la vieja línea sindicalista
donde se alineaban los gremios ferroviarios.
En el Consejo Nacional de Posguerra que constituyó, insistió en la importancia
de profundizar las políticas seguridad social, así como de asegurar la plena
ocupación y la protección del trabajo ante la eventual crisis que pudieran
sufrir las industrias crecidas con la guerra: A los empresarios les señaló la
amenaza que entrañaban las masas obreras desorganizadas y el peligro del
comunismo, que se veía avanzar en Europa. Ante unos y otros se presentaba como
quien podía canalizar esa efervescencia, si lograba para ello el poder
necesario. Pero los empresarios fueron desconfiando cada vez más del "bombero
piromaniaco" que agregaba combustible a la caldera, hasta el límite del
estallido, y al mismo tiempo controlaba la válvula de escape. Progresivamente,
las agrupaciones patronales fueron tomando distancia de Perón y la política de
la secretaría, mientras éste paralelamente acentuaba su identificación con los
obreros, subrayaba su prédica anticapitalista y desarrollaba ampliamente en su
discurso los motivos de la justicia social.
En 1945 el ejercito forzó la renuncia de Perón pero no encontró una alternativa
mejor ni tampoco ningún movimiento demócrata se pudo imponer. El 17 de octubre
en medio de las vacilaciones gubernamentales una multitud se concentró en la
Plaza de Mayo para reclamar por restitución en el cargo de Perón y así éste y
sus seguidores políticos en el gobierno volvieron al centro del poder. La
industrialización había avanzado sustancialmente durante la guerra tanto para
exportar a países vecinos cuanto para sustituir a las importaciones escasas por
la dificultades del comercio y también del boicot norteamericano. Lo cierto es
que la ocupación industrial había crecido y que la masa de trabajadores
industriales había empezado a engrosar con emigrantes rurales expulsados de la
crisis agrícola.
Los dirigentes sindicales fortalecidos por la movilización de octubre decidieron
crear un partido político propio "El Laborista" inspirado en el que acababa de
triunfar en Inglaterra. Su organización aseguraba el predominio de los
dirigentes sindicales y su programa recogía diversos motivos, desde los más
estrictamente socialistas hasta los vinculados con el dirigismo económico y el
Estado de bienestar. Apoyaron a Perón muchos dirigentes conservadores de segunda
línea y sobretodo lo respaldaron el Ejército y la Iglesia que en una pastoral
recomendó con pocos eufemismos votar por el candidato de gobierno que había
perseguido al comunismo y establecido la enseñanza obligatoria. La Unión
Democrática incluyó a los partidos de izquierda pero-por la impugnación de los
radicales intransigentes-excluyó a los conservadores que debieron resignarse a
apoyarla desde afuera o pasarse calladamente al bando de Perón como hicieron
muchos movidos por la vieja rivalidad con el radicalismo.
Mercado interno y empleo
Estados Unidos continuó con su boicot hacia la Argentina por haber permanecido
ésta intransigente en la guerra con el Eje. El bloqueo a armamentos e insumos
vitales no pudo mantenerse en la posguerra pero el comercio exterior era
vulnerable. Las exportaciones limítrofes que habían crecido mucho durante la
guerra, empezaron a retroceder ante la competencia Norteamericana. Las
exportaciones agrícolas a Europa-que recupera su paz pero sin materia prima para
poder subsistir-fueron obstaculizadas por Estados Unidos, restringiendo los
transportes o vendiendo a precios subsidiados. La apetencia de los países
maltrechos por la guerra era demasiado grande para que esto impidiera las ventas
pero en rigor ninguno de ellos poseía productos para intercambiar ni divisas
convertibles que el país pudiera usar para saldar sus compras con Estados Unidos
de modo que en estos años excepcionales la Argentina cosechó beneficios
modestos.
En 1948 se lanzó el Plan Marshall pero Estados Unidos prohibió que los dólares
aportados a Europa se usaran para importaciones de Argentina. Ya desde 1949 las
economías europeas se recuperaron, Estados Unidos inundó el mercado con dólares
subsidiados y la participación Argentina disminuyó drásticamente. La magnitud de
las deudas Británicas-la Argentina era solo un acreedor menor-hacía impensable
el pago de las libras. La pésima situación de las empresas ferroviarias, la
descapitalización y obsolescencia y la pérdida general de rentabilidad hacían
conveniente para los británicos desprenderse de ellas. Se arregló la compra de
los ferrocarriles por el Estado Argentino por un valor similar a las libras
bloqueadas y un acuerdo sobre carne que sería pagada con libras convertibles.
Tras la retórica nacionalista que envolvió esta operación-presentada como parte
del programa de independencia económica y celebrada con una gran manifestación
en Plaza de Mayo-se trataba sin duda de un éxito británico frente a un país que
no tenía mejor opción. La crisis financiera de 1947 y el abandono de la
convertibilidad de la libra acabaron con la única ventaja importante obtenida.
La Segunda Guerra Mundial, la crisis de los mercados y el aislamiento acentuado
por el boicot norteamericano habían contribuido a profundizar el proceso de
sustitución de importaciones iniciada en la década anterior por la manufactura
propia, más allá del desarrollo de materias primas extendiéndose el desarrollo
al sector metalúrgico. La industrialización interna en principio generó
desocupación. Sin embargo creció las medianas y pequeñas empresas y luego
aumentó la mano de obra industrial que se nutría de emigrantes internos de las
provincias de forma intensa.
Los grupos empresarios más tradicionales ubicados tanto en el sector exportador
como en el industrial estimulaban las industrias naturales capaces de producir
eficientemente y de competir en los mercados externos asociarse con Estados
Unidos para sustentar su crecimiento y a la vez mantener un equilibrio entre el
sector industrial y el agropecuario del cuál deberían salir divisas necesarias
para la industria. La política de Estado-dotado cada vez más de instrumentos más
poderosos-apuntó a la defensa del sector industrial instalado y a su expansión
dentro de las pautas vigentes de protección y facilidad. Éste recibió amplios
créditos del Banco Industrial; protección aduanera para eliminar competidores
externos y divisas adquiridas a tipos preferenciales para equiparse. Las
políticas de redistribución de ingresos hacia los sectores trabajadores
contribuían a la expansión sostenido del consumo. La alta ocupación y los
salarios en alza trajeron aparejada una expansión de la demanda y una inflación
cuyos niveles empezaron a elevarse pero a la vez ganancias importantes para los
empresarios.
La política peronista se caracterizó por un fuerte impulso a la participación
del Estado en la dirección y regulación de la economía, desarrolló
administraciones conservadoras pero las extendió y las profundizó. A la vez hubo
una generalizada nacionalización de las inversiones extranjeras sobretodo de
empresas controladas por capital británico que se hallaba en pleno proceso de
repatriación , adjudicando una importancia simbólica en la independencia
económica expresada en Tucumán el 9 de julio de 1947. A los ferrocarriles se
sumaron la empresa de gas, teléfonos y algunas empresas de electricidad del
interior del país. Se dió un fuerte impulso a "Gas del Estado" construyendo el
gasoducto de Comodoro Rivadavia a la Flota Mercante y a la incipiente Aerolíneas
Argentinas. El Estado avanzó en sectores industriales no solo en fabricaciones
militares sino con un grupo de empresas alemanas llamada DINIE. Pero la reforma
más importante fue la nacionalización del Banco Central. Desde ahí se manejaba
la política monetaria y la crediticia y también el comercio exterior pues los
depósitos de todos los bancos fueron nacionalizados y al Banco Central se le
asigno el control de la IAPI.
Las dos piedras fundamentales fueron la nacionalización de la economía y su
control por el Estado y la otra, el mantenimiento del empleo y la elevación del
nivel de vida, esto tenía raíces políticas más importantes que las económicas:el
terror a las posibles consecuencias sociales del desempleo. Al resguardo del
empleo industrial y redistribución del ingreso entre 1946 y 1949 se extendieron
las medidas sociales por negociaciones colectivas amparadas por la ley :los
salarios comenzaron a subir, se adjuntaron las vacaciones pagas. licencias por
maternidad o enfermedad, sistemas sociales de medicina y de turismo actividades
en los que los sindicatos tuvieron un papel importante; congelamiento de
alquileres, establecimientos mínimos y máximos de salarios, mejora de salud
pública; planes de vivienda construcción de escuelas y colegios; organización
del sistema jubilatorio y en todo lo relacionado a la "seguridad social".
Los sindicatos:
La ley de Asociaciones de Profesionales aseguraba la existencia de grandes y
poderosas organizaciones-un sindicato por rama de industria y una confederación
única-con fuerza para negociar de igual a igual con los representantes
patronales pero la vez dependientes de la personería gremial otorgada por el
Estado. Las orientaciones y demandas circulaban preferentemente desde arriba
hacia abajo y la CGT conducida por personajes mediocres fue la responsable de
transmitir las directivas del Estado a los sindicatos y de controlar a los
díscolos. Similar fue la función de los sindicatos respecto a las organizaciones
de base:controlar, achicar el espacio de acción autónoma intervenir a las
secciones demasiado inquietas, a la vez se hicieron cargo de funciones más
complejas tanto en la negociación de los convenios como en las actividades
sociales y debieron desarrollar una administración especializada de modo que la
fisonomía de los dirigentes sindicales convertidos en una burocracia estable se
diferenció notablemente de la de los viejos luchadores.
Desde 1947 Eva Perón esposa del presidente se dedicó desde la Secretaría de
Trabajo a cumplir las funciones de mediación entre los dirigentes sindicales y
el gobierno facilitando la negociación de los conflictos con un estilo muy
personal que combinaba la persuasión y la imposición.
La relación de Perón con el sindicalismo fue sin duda compleja, negociada y
difícil. Pese a la fuerte presión del gobierno sobre los sindicatos y a la
decisión de controlar su acción, éstos nunca dejaron de ser la expresión social
y política de los trabajadores. Desde la perspectiva de éstos, el Estado no solo
facilitaba y estimulaba su organización y los colmaba de beneficios sino que
creaba una comunicación fluida y casi familiar de modo que no lo consideraban
como algo ajeno.
El Estado Peronista tenía a su vez en los trabajadores su gran fuerza
legitimadora y los reconocía como tal y no de un modo retórico o abstracto sino
referido a sus organizaciones y a sus dirigentes a quienes concedió un lugar
destacable. El Estado peronista extendió su apoyo a la amplia franja de sectores
populares no sindicalizados con quienes estableció una comunicación profunda a
través de Eva Perón y su Fundación. Financiada con aportes públicos y aportes
privados casi voluntarios: se crearon escuelas, hogares para ancianos o
huérfanos policlínicos repartió alimento y regalos navideños, estimuló el
turismo y el deporte, se crearon muchas unidades básicas: organizaciones
celulares del partido que detectaban casos particulares de desprotección y
transmitían los pedidos a la Fundación. Eva Perón resultaba así la encarnación
del Estado benefactor y providente. Sus beneficiarios no eran exactamente lo
mismo que los trabajadores: muchos carecían de la protección de los sindicatos y
todo le debían al Estado y su Intercesora.
El Estado con mayor o menor fortuna aspiró a organizar a los empresarios
reuniendo en la Confederación General Económica a todas las representaciones
sectoriales así como a los estudiantes universitarios o a los profesionales.
Intentó también redefinir las relaciones con las grandes corporaciones
tradicionales.
El gobierno Peronista mantuvo la enseñanza obligatoria religiosa en las escuelas
y concedió la conducción de las universidades a personajes vinculados con el
clericalismo religioso. Con respecto a las Fuerzas Armadas Perón no dejó que se
metieran en asuntos del Estado y por su parte tampoco él se metía en los asuntos
internso de la Fuerzas Armadas. Paradójicamente un gobierno que surgió de escasa
elección en el sufragio por el pueblo inobjetablemente, se dirigido al
autoritarismo. En 1947 se reemplazó a la Corte Suprema mediante un juicio
político poco convincente. Utilizó el recurso de intervenir provincias para
acumular poder.
Otra ley en 1947 acabó con la Autonomía Universitaria, estableciendo que toda
designación docente requería un decreto del Ejecutivo. El poder Legislativo fue
formalmente respetado pero se lo vació de todo contenido real: los proyectos se
preparaban en las oficinas de la presidencia y se aprobaban sin modificaciones,
los opositores fueron acusados de desacato excluidos de la Cámara o desaforados.
Los diarios independientes fueron presionados de mil maneras: cuotas de papel,
restricciones de circulación, clausuras temporarias y atentados y en dos casos
extremos la expropiación (l a prensa y la nueva presidencia). La reforma de la
constitución hecha en 1949 estableció la reelección presidencial. Pero también
aseguró derechos civiles, sociales y políticos de vastos sectores hasta entonces
al margen de la vida del país, estableció el derecho al voto femenino y aseguró
la presencia de la mujer en las instituciones.
Los conceptos más tradicionales de democracia no alcanzan a dar cuenta de esta
forma muy moderna de democracia de masas: que se constituía desde el Estado la
regulación y formación del individuo en la sociedad, se saturaba de propaganda
los medios de comunicación-utilizados sistemáticamente-y también la escuela. El
régimen autoritario Peronista tuvo una tendencia a convertir a todas las
instituciones a su doctrina. Pero la forma más característica y singular de la
política de masas eran las movilizaciones y concentraciones cuando había que
apoyar una decisión política. Se desarrolló la verticalidad y el faccionalismo
convertidos desde entonces en valores políticos.
Crisis cultural:
Clase media: quienes gozaban de rentas por la baja inflación se perjudicaron.
También muchos perdieron sus puestos de trabajo en el Estado. Por contraparte
hubo una modesta prosperidad por parte de los trabajadores, la educación tuvo un
expansión formidable y se desarrolló la actividad Universitaria. Por el
menguamiento del desarrollo agrícola muchos trabajadores con sus familias
partieron de las zonas rurales hacia las zonas industriales. Asentándose en
zonas precarias y "favoreciendo" la creación de los planes sociales. Los
sectores populares intensificaron el consumo, desarrollaron las ciudades y la
política. Hubo un desarrollo intelectual de "justicia e injusticia social" que
fue fomentada décadas antes por los partidos socialistas y la iglesia que maduró
o se estableció justo en esta época peronista. Los mejores intelectuales y
creadores críticos e innovadores convivieron junto con los de la Antigua cultura
establecida y un poco caduca nacidas de instituciones al margen del Estado.
Apareció el teatro "independiente" hecho por artistas no profesionales. El
Estado había trabajo mucho para encuadrar los conflictos sociales en una
concepción más general de Armonía de Clases, la comunidad de intereses y la
negociación, que él arbitraba y a su vez había desplazado el conflicto al campo
imaginario de la sociedad, que opuso lo "oligárquico" con lo "popular". Lo
popular combinaba la dimensión trabajadora y carecía de aquellos componentes
clasistas que en otras sociedades se manifestaba en una cultura cerrada y
centrada en sí misma. La oligarquía pretendía restringir el acceso a esos bienes
y excluir al pueblo. La resistencia a las prácticas peronistas producía
irritación del proceso de democratización social. Hubo mucho rechazo frente a la
invasión popular de sectores y espacios que antes les pertenecían.
Crisis y nueva política económica:
En 1949 los precios de los cereales y carnes volvieron a su normalidad y los
mercados se contrajeron mientras que las reservas acumuladas, consumidas con
poca previsión se consumieron. La situación era grave para la industria ya que
se dependía de las importaciones y esto llevaría al caos social.
En 1952 el gobierno adoptó un nuevo rumbo, ratificado luego en el Segundo Plan
Quinquenal. Para reducir la inflación se redujo el consumo interno, fueron
eliminados subsidios a distintos bienes populares, se instauró una veda parcial
al consumo de carne y se levantó el congelamiento de los alquileres, además
Perón hizo una apelación a la reducción voluntaria y consciente del consumo de
sorprendente efecto. Empezó a estimular a los productores rurales con precios
retributivos al tiempo se priorizaba la importación de maquinaria agrícola. Esta
política que no era apreciable, apuntaba a aumentar la disponibilidad de las
divisas para seguir impulsando el desarrollo industrial clave para el Peronismo.
En 1953 se sancionó la "Ley de Radicación" que permitía el ingreso de capitales
extranjeros para fomentar la industria. Los logros de la nueva política
económica tuvo fue moderado. Se redujo la inflación y se equilibró la economía
pero los sectores agrícolas e industriales no cambió sustancialmente su
situación. Los comienzos de la crisis económica fueron acompañados de
importantes manifestaciones de disconformidad entre los principales apoyos al
régimen: el sindicato y el éjercito.El Estado optó por aplicar una dura
represión: prisión a los dirigentes rebeldes y movilización militar a los
obreros.
Perón inició un segundo período de mandato del poder consolidado por el nuevo
plan económico que parecía tener éxito, la victoria sobre sindicales rebeldes y
militares y un espectacular triunfo electoral. Sin embargo el Estado empezó una
conducta errática de conducta frente al pueblo intensificando su autoritarismo
como por ejemplo la reducción de la oposición y al parlamente o censura a la
prensa. En 1953 opositores a Perón lanzaron bombas sobre la Plaza de Mayo y
murieron varias personas, los simpatizantes de Perón tomaron venganza y
prácticamente destrozaron y saquearon la ciudad de Buenos Aires.
La caída: La fundación del Partido Demócrata Cristiano marcó el comienzo del
conflicto entre Perón y la Iglesia que rápidamente lo llevó a su caída. La
"comunidad organizada" -o la peronización de las instituciones-era un proyecto
con dinámica propia ejecutada por un grupo de funcionarios que actuaba
independientemente de su la voluntad de su líder. En el Ejercito las voces
disconformes con el nuevo régimen se incrementaron.
Con la Iglesia que se mantuvo un acuerdo conveniente para ambos (Estado-Iglesia)
era irreductible y por eso potencialmente enemiga, sobretodo cuanto en la
compleja institución tenían un lugar no despreciable viejos enemigos del
régimen-identificados con la oposición- y nuevos disidentes quejosos de
distintos aspectos de la nueva política como el abandono de consignas
nacionalistas. La iglesia y el estado "chocaron" en campos específicos: la
beneficencias mediante la Fundación Perón, la educación por su culto laico y la
falta de predominio de la religión en la educación, y la organización de los
estudiantes secundarios en un contexto sombrío de corrupción. Para el gobierno
la presencia del PARTIDO DEMOCRATA CRISTIANO resultaba ciertamente subversiva.
El 16 de junio se produjo un levantamiento militar de la Marina contra Perón.
Bombardearon la Casa de Gobierno para intentar asesinar a Perón pero mataron a
más de 300 personas que se encontraban reunidas en Plaza de Mayo. Como en 1953
se incendiaron Iglesias y la curia metropolitana en venganza por el atentado.
Como en ocasiones anteriores esta explosión de Furia fue seguida de una actitud
conciliadora de Perón que aunque triunfador había perdido mucho de su maniobra
política y era en cierto punto prisionero de sus salvadores militares. El 16 de
septiembre estalló en Córdoba una nueva sublevación Aunque los apoyos civiles
fueron muchos, las unidades del Ejercito que se plegaron fueron escasas y había
poca voluntad de combatir a los sublevados. También se sumó la marina amenazando
bombardear las ciudades costeras. Perón había perdido completamente la
iniciativa y tampoco manifestó voluntad de defenderse moviendo todos los
recursos que disponía. Sus vacilaciones coincidieron con una decisión que hasta
ese entonces lo sostenían. Perón renunció.
ICSE: 2° Parte
Resumen 1955-1966
El Empate
El general Eduardo Lonardi encabezó el nuevo gobierno que se presentó como
provisional para indicar su decisión de restaurar el orden constitucional.
Rodeados de un grupo de católicos -lo más activo y también lo más reciente de la
oposición - y por militares de tendencia nacionalista, el jefe de la Revolución
Libertadora proclamó que no había ni vencedores ni vencidos, y procuró
establecer acuerdos con las principales fuerzas que habían sostenido a Perón
como los sindicalistas. El 13 de noviembre, apenas dos meses después Lonardi
debió renunciar, y fue reemplazado por el general Pedro Aramburu, más afín a los
sectores liberales y antiperonistas.
Las consignas de la Revolución Libertadora en favor de la democracia coincidían
con las tendencias pi de Occidente, donde la democracia liberal -práctica y
bandera- dividía claramente las aguas con el Este totalitario.En 1947, los
acuerdos monetarios de Bretton Woods establecieron el patrón dólar y los
capitales y los capitales volvieron fluir libremente por el mundo. Las áreas
cerradas fueron desapareciendo y las grandes empresas comenzaron a instalarse en
los mercados antes vedados.los países cuyas economías habían crecido hacia
adentro y cuidadosamente protegidas, como los latinoamericanos, y en particular
la Argentina, el Fondo Monetario Internacional -un ente financiero que en el
nuevo contexto tuvo un enorme poder- propuso políticas llamadas "ortodoxas":
estabilizar la moneda abandonando la emisión fiscal, dejar de subvencionar a los
"sectores artificiales", abrir los mercados y estimular las actividades de
exportación tradicionales.
No obstante, progresivamente empezó a formularse una política alternativa,
elaborada sobre todo en el ámbito de la Comisión Económica para América Latina
(CEPAL): los países "desarrollados" podían ayudar a los subdesarrollados a
eliminar los factores de atraso mediante adecuadas inversiones en sectores
clave, que éstos acompañarían con reformas estructurales como la reforma
agraria. Desde entonces, la receta "monetarista" y la estructuralista
-compitieron en la opinión y en las políticas. Podía pensarse que ambas
estrategias eran en última instancia complementarias, pero en lo inmediato
tenían corolarios políticos muy diferentes: mientras que la primera llevaba a
revitalizar viejos aliados , los sectores oligárquicos, quizá la dictaduras
impulsaba cambios profundos: una "modernización" de la sociedad que se coronaría
con el establecimiento de democracias estable a los de los países desarrollados.
Luego de 1955 en la Argentina la apertura y la modernización fueron valores
compartidos pero las herramientas de esa transformación generaron una amplia
polémica entre quienes confiaban en el capital extranjero y quienes desde la
tradición nacionalista que había alimentado el peronismo o desde la izquierda
antiimperialista desconfiaban de él
El empresariado Argentino:
Participar activamente en el ingreso nacional
Elevar la productividad racionalizando tareas y mano de obras
Restringir el poder de los sindicatos y trabajadores
Recuperar la autoridad patronal.
Obstáculo a superar: la clase obrera maduró política y socialmente, conocía sus
derechos.
Libertadores y desarrollistas
El general Aramburu, que encabezó el gobierno provisional hasta 1958 asumió
plenamente la decisión de desmontar el aparato Peronista, fue disuelto y se
intervinieron la CGT y los sindicatos puesto a cargo de oficiales de las Fuerzas
Armadas. el 9 de junio de 1956 un grupo de oficiales peronistas organizó un
levantamiento; contaba con el apoyo de muchos grupos civiles y aprovechaba un
clima de descontento y movilización gremial. El gobierno los reprimió con
desusada violencia, ordenando el fusilamiento de los principales jefes
militares, incluyendo al general Juan José Valle. Se trató de un inusitado hecho
de fría violencia, que dio la medida de la tajante división que desde el
gobierno se planteaba entre peronistas.
Raúl Prebisch, mentor de la CEPAL, elaboró un plan que combinaba algunos
principios de la nueva doctrina con un programa más ortodoxo de estabilización y
liberalización .Los instrumentos que el Estado tenía para intervenir -el IAPI o
el manejo de los depósitos bancarios- empezaron a ser desmontados. Se devaluó el
peso y el sector agrario recibió un importante estímulo, con lo que se confiaba
equilibrar las cuentas ternas. Se aprobó el ingreso de la Argentina al FMI y al
Banco Mundial , y se obtuvo la ayuda de estos organismos para los problemas más
inmediatos, lo que les permitió dar al país sus contundentes recomendaciones- No
hubo en cambio una legislación clara sobre el capital extranjero, cuya
concurrencia -ya planteada por Perón- siguió despertando dudas. La política
social fue más definida. Combinando eficiencia y represión patrones y gerentes
empezaron a recuperar autoridad en las plantas. Las convenciones colectivas
fueron suspendidas, y en el marco de una fuerte crisis cíclica en 1956, los
salarios reales cayeron fuertemente en 1957.
Pero también las huelgas fueron numerosas y combativas, sobre todo en 1956, y
fue frecuente el sabotaje y el terrorismo, con rudimentarios artefactos de
fabricación casera.En septiembre de 1957 se reunió el Congreso Normalizador de
la CGT y los peronista nucleados en las 62 Organizaciones, accedieron a su
control, aunque compartiéndolo con algunos núcleos independientes.Proscripto el
peronismo, estas organizaciones sindicales asumieron simultáneamente la
representación gremial y la política y desde entonces fueron la "columna
vertebral" del movimiento. Desde su exilio Perón conservaba todo su poder
simbólico, pero en lo concreto debió dejar hacer y tolerar las desobediencias
para no ser negado aunque reservándose cierto poder de veto.
Perón se dedicó a reunir a todos cuantos aceptaran invocar su nombre,
alentándolos y empujándolos a unos contra otros, para reservarse así la última
palabra. Aprendió una nueva técnica de conducción y la utilizó admirablemente,
para el gobierno y las fuerzas políticas que lo apoyaban, el "pacto de
proscripción" era un problema para el futuro, mediato o inmediato: qué hacer con
el peronismo. En la derecha, optaron por acercarse al peronismo algunos de los
viejos nacionalistas y los conservadores "populares". En la izquierda la
política represiva del gobierno libertador apartó pronto a muchos de un bloque
antiperonista en el que hasta entonces habían convivido con sus enemigos
naturales. Su misión era dirigir a la clase obrera y ésta era peronista y no
dejaba de serlo, lo que planteaba un serio problema a quienes seguían creyendo
en la naturaleza burguesa o aun fascista de ese movimiento.
El ascenso de Frondizi en la Unión Cívica Radical provocó una ruptura. Después
de la caída de Perón el radicalismo se dividió: quienes seguían a Balbín se
identificaron con el gobierno libertador, mientras que Arturo Frondizi eligió la
línea de acercamiento con el peronismo basándose en el tradicional programa
nacional y popular del radicalismo, así como en su constitutiva oposición a las
"uniones democráticas". x:c iones presidenciales eran cosa remota- la UCR
proclamó la candidatura presidencial de Frondizi, lo que aceleró la ruptura, y
el viejo partido se dividió en dos: la UCR Intransigente y la UCR del Pueblo. La
maniobra más audaz consistió en negociar con el propio Perón su apoyo electoral,
a cambio del futuro levantamiento de las proscripciones. La orden de Perón fue
acatada —salvo por unos 800 mil reluctantes- y Frondizi se impuso en las
elecciones del 23 de febrero de 1958, con algo más de 4 millones de votos contra
2,5 millones que obtuvo Ricardo Balbín.
Frondizi presidió el gobierno entre mayo de 1958 y marzo de 1962, En la nueva
versión de su programa -que decepcionaba a sus seguidores de izquierda- Frondizi
aspiraba a renovar los acuerdos, de raigambre entre los empresarios y los
trabajadores; éstos eran convocados a abandonar su actitud hostil e integrarse y
compartir, en un futuro indeterminado mil beneficios de un desarrollo económico
impulsado por el capital extranjero, esta retórica incorporaba el novedoso tema
del desarrollo, asociados con las inversiones extranjeras, y lo unía a la
condena del viejo imperialismo británico.
Además de trazar el prospecto de un país en crecimiento y sin conflictos la
retórica deliberadamente imprecisa, servía para justificar las arriesgadas
maniobras tácticas del presidente. Se legitimaba así a los equipos técnicos que
encabezaba Rogelio Frigerio -supuestamente representante de la burguesía
nacional"- así como el pacto con Perón y el acuerdo con los sindicatos. La
confianza en la eficiencia de este programa justificaba las concesiones a otros
factores de poder en cuestiones juzgadas secundaria como la iglesia, en el campo
de la enseñanza, y a los militares, entre quienes, se aspiraba a desarrollar una
tendencia adicta, y nacionalista. El realismo político del presidente incluía
una tendencia a inclinarse por la negociación táctica con las grandes
corporaciones, y consecuentemente una escasa valoración de la escena política.
La "batalla del petróleo", la negociación con compañías extranjeras de la
exploración y puesta en exploración de las reservas, y simultáneamente anunció
la autorización para el funcionamiento de las universidades no estatales, lo que
generó un profundo debate entre los defensores de la enseñanza "laica" y los de
la "libre", en su mayoría católicos. En los cálculos del presidente ambos
debates -el del petróleo y el de la enseñanza- acabarían neutralizándose)
El meollo de la política económica fueron las leyes de radicación de capitales
extranjeros y de promoción industrial, sancionadas antes de que terminara 1958.
Por ellas se aseguraba a los inversores extranjeros libertad para remitir
ganancias y aun para repatriar el capital. Se establecía un régimen especial a
las inversiones en sectores juzgados clave para la nueva etapa de desarrollo: la
siderurgia, la petroquímica, celulosa, automotriz, energía y naturalmente el
petróleo, al que todos los diagnósticos señalaban como el mayor cuello de
botella del crecimiento industrial. Habría trato preferencial en materia de
derechos aduaneros, créditos, impuestos, suministro de energía compras del
Estado, así como en la protección arancelaria del mercado local todo ello
manejado con un alto grado de discrecionalidad, manifestado en los contratos
petroleros, que el presidente negoció en forma personal y secreta. Los
resultados de esta política fueron notables: las inversiones extranjeras, de
alrededor de 20 millones de dólares en 1957 subieron a 248 en 1959 y 100 más en
los dos años siguientes. La producción de aceros y automotores creció de modo
espectacular y casi se llegó al autoabastecimiento de petróleo.
La fuerte expansión hizo probablemente más intensa la crisis cíclicas trienal-
anteriores fueron las de 1952 y 1956-, anunciada a fines de 1958 por una fuerte
inflación y dificultades serias en la balanza de pagos. En diciembre de 1958 se
pidió ayuda al FMI y se lanzó un Plan de estabilización cuya receta recesiva se
profundizó en junio de 1959, cuando Frondizi convocó al ministerio de Economía
al ingeniero Alvaro Alsogaray. Se trataba de unos de los voceros principales de
las corrientes liberales y aplicó un ortodoxo programa de devaluación,
congelamiento de salarios y supresión controles estatales cuyas consecuencias
fueron una fuerte pérdida en los ingresos de los trabajadores y una desocupación
generalizada.
Su adopción marcó el final de la ilusión integracionista y puso en evidencia la
necesidad de enfrentar el obstáculo sindical. El plan de Estabilización puso fin
a una precaria convivencia entre el gobierno y los sindicatos peronistas, que
hasta entonces habían apreciado medidas gubernamentales como el fin de las
proscripciones y, sobre todo la Ley de Asociaciones Profesionales , que
establecía el sindicato único y el descuento por planilla . Pero los efectos de
la política de estabilización y la dureza con que el gobierno reprimió las
protestas, a partir de la huelga del Frigorífico Lisandro de La Torre de enero
1959, pusieron a los sindicatos en pie de guerra. Las huelgas se intensificaron
en los meses siguientes, y luego recrudeció el sabotaje.
El gobierno respondió interviniendo los sindicatos y empleando el ejercito para
reprimir -según lo establecía el plan CONINTES—, al tiempo que los empresarios
aprovechando la recesión, despedían a los cuadros más combativos de cada planta.
La racionalización laboral pudo avanzar libremente, mientras que en los
sindicatos se consolidaba un nuevo tipo de dirección, menos comprometida en la
lucha cotidiana y más preocupada por controlar las complejas estructuras
sindicales recurriendo incluso a la corrupción o al matonismo para acallar las
disidencias.
Una nueva burocracia sindical, especializada en administrar la desmovilización,
con paros generales duros de palabra pero escasamente combativos y negociaciones
permanentes con todos los factores de poder.En momento en que se debilitaba en
el terreno de la negociación específicamente laboral , este nuevo sindicalismo
adquirió una enorme fuerza en la escena política. Los militares vieron con
desconfianza el triunfo de Frondizi y se dedicaron a vigilarlo, y en particular
a controlar sus relaciones con los peronistas. Se dividieron según sus
diferentes opiniones acerca de cuánto debía haber de respeto a las instituciones
constitucionales y cuánto de presión corporativa, que tomaba la forma de planteo
al presidente para que adoptara determinada medida. La Marina fue más homogénea
en su rechazo a la política presidencial, pero en el Ejército dominó un
faccionalismo creciente, que amplificaba las divisiones anteriores.
Frondizi-Cuba-FFAA-Final: En principio Frondizi adhirió a las consignas de "La
Alianza para el progreso" expuestos por Kennedy pero reacio en condenar a Cuba
ya que le brindaba una alternativa socialista en el continente. Los militares
presionaron a Frondizi, para romper relaciones con Cuba lo cuál sucedió.
Ante de las elecciones de 1962, en 1961 Frondizi cambió su estrategia política.
Expulsó Alsogaray, terminó con la estabilización y fomentó una política social
más flexible. Las fracciones del peronismo comenzaron a interesarse por las
fuerzas de izquierda, lo cuál pretendía una renovación ideológica que los
sindicatos debieron aceptar. El peronismo y el sindicalismo formaron el
movimiento obrero que administraba Vandor.
El 18 de marzo los peronistas ganaron las elecciones. Frondizi intervino
provincias cambió su gabinete y atravéz de Aramburu (militar) trató de conciliar
con la oposición, no lo logró y los políticos se declararon indiferentes ante la
suerte del presidente y del sistema institucional, sin embargo antes que los
militares depusieran a Frondizi, este logró poner como presidente interino al
presidente del Senado José María Guido y salvar así la institucionalidad.
Presidencia de Illia (octubre de 1963-junio de 1967)
UCR del Pueblo:
Mitad de las gobernaciones que respondían a su poder
No tenía mayoría en la cámara de diputados
Mayor consideración del sistema ins/constitucional y no tanta negociación con
las corporaciones
No logró una alianza consistente con otros partidos políticos para garantizar la
defensa de la institucionalidad.
Recuperación industrial y 2 años de buenas exportaciones
Elevación del salario de los trabajadores
Control de precios y renegociación de contratos petroleros
Ley de Asociaciones: mecanismo para controlar el manejo de fondos e internas de
los sindicatos
Entre mayo y junio de 1964 los sindicatos que respondían a Vandor ejecutaron
huelgas para demostrar al gobierno, sectores empresariales y a la sociedad que
aún tenían importancia y poder en el desarrollo productivo.
El operativo retorno: Vandor cada vez más, acapara poder en los sindicatos
desplazando a Perón. Perón a fines de 1964 decidió regresar al país pero fue
detenido en Brazil y lo enviaron de vuelta a España. El enfrentamiento a lo
largo de 2 años consolidó a Vandor en el plano sindical y a Perón en el plano
electoral.
El rol de las FFAA
Cualquier intervención en la sociedad originaría divisiones facciosas. Los
comandantes en jefes eran los representantes frente al gobierno y al estado.
Onganía fue adquiriendo importancia nacional.
Trato de Westpoint: "doctrina de seguridad nacional"--> las fuerzas armadas eran
"la garantía" de los valores supremos de la nacionalidad y debían obrar cuando
se vieran amenazadas por la subversión comunista.
"Fronteras ideológicas": que en cada país dividía a los partidarios de los
valores occidentales y cristianos de quienes querían subvertílos.
Estados Unidos comenzaba su intervención política y los militares (de cada país
estimulados y apoyados discretamente por EEUU) comenzaron a derrocar gobiernos
democráticos. Para la FFAA la democracia era un obstáculo sobretodo para la
seguridad y finalmente para la modernización económica que necesitaba de
eficacia y autoridad.
La economía entre la modernización y la crisis
El programa que en 1958 sintetizó de manera convincente Arturo Frondizi
expresaba una sensibilidad colectiva y un conjunto de convicciones compartidas
acerca de la modernización económica, En parte debía surgir de la promoción
planificada por el Estado, y de una renovación técnica y científica hacia la
cual de 1955 en adelante se volcaron muchos esfuerzos. Así surgieron el
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), de incidencia
importantísima en su campo, y el menos influyente Instituto Nacional de
Tecnología Industrial (INTI). La investigación básica y la tecnológica fueron
promovidas desde el Consejo Nacional de investigaciones Científicas y Técnicas,
creado en 1957, o desde Comisión nacional de Energía Atómica, que frecuentemente
actuaron asociados a las universidades. El Consejo Federal de Inversiones debía
regular las desigualdades regionales mientras que el Consejo Nacional de
Desarrollo creado en 1963, asumiría la planificación global y la elaboración de
planes de desarrollo. En suma, un conjunto de instituciones debían poner en
movimiento, planificadamente, la palanca de la inversión pública la ciencia y la
técnica.
Pero la mayor fe estaba puesta en los capitales extranjeros, estos llegaron en
cantidades relativamente considerables entre 1959 y 1961 luego se retrajeron,
hasta que en 1967 se produjo un segundo impulso, aunque en él pesaron mucho las
inversiones de corto plazo. Pero su influencia excedió largamente la de las
inversiones directas. Los inversores tuvieron una gran capacidad para aprovechar
los mecanismos internos de capitalización de créditos del Estado o simplemente
del ahorro particular, que juzgaba conveniente canalizarse a través de las
empresas extranjeras. También se instalaron por la vía de la compra o la
asociación con empresas nacionales existentes o su compra, o simplemente por la
concesión de patentes y marcas. Su influencia se notó en la transformación de
los servicios o en las formas de comercialización-los supermercados fueron al
principio lo más característico- y por general en una modificación de los
hábitos de consumo, estimulada a través de la televisión. La presencia creciente
del idioma inglés atestigua el grado de adaptación a los estilos mundiales que
alcanzó la vida económica.
En la industria, las nuevas ramas -petróleo acero , celulosa, petroquímica,
automotores- crecieron aceleradamente por efectos de la promoción y aprovechando
la existencia un mercado insatisfecho , mientras que las que habían liderado el
crecimiento en la etapa anterior -textil, calzado, y aun electrodomésticos- se
estacaron y retrocedieron , en parte porque su mercado se había saturado o
retrocedía o en parte también porque debían competir con nuevos productos como
el hilado sintético, que lo hizo con el algodón en el sector de las textiles.
Donde pesaron los capitales extranjeros se debió a la magnitud de las
inversiones iniciales requeridas así como las condiciones mismas de la promoción
estatal, que con excepción de los automotores garantizaban esa concentración. En
las actividades antiguas tradicionalmente dispersas, y en un contexto de
contracción, algunas empresas mayor capacidad de adaptación lograron, gracias a
un crédito o una asociación ventajosa, crecer a expensas de otras.
Se creó una brecha entre un sector moderno y eficiente de la economía en
progresiva expansión, ligado a la inversión o al consumo de los capacidad, y
otro tradicional, más bien vinculado al consumo masivo que se estancaba. La
brecha tenía que ver con la presencia de empresas extranjeras o su asociación
con ellas, de modo que para muchos empresarios locales la experiencia fue
fuertemente negativa. Lo fue, sobre todo, para muchos trabajadores. El empleo
industrial tendió a estancarse, sin que el aumento en las nuevas empresas
compensara la pérdida en las tradicionales, y se deterioraron los ingresos de
los asalariados por razones tanto económicas como políticas : un mayor desahogo
empresarial en el mercado de trabajo, debido a los frutos de la racionalización
y la contracción, se sumaba a un recorte en la capacidad de negociación de las
organizaciones sindicales, sobre todo en el ámbito de la empresa y la planta.
Muchas empresas vinieron a aprovechar la crema de un mercado protegido y
largamente insatisfecho, antes que realizar una instalación de riesgo con
perspectivas de largo plazo. Tal ocurrió con las 21 terminales de automotores
existentes en 1965. Pero aún las que tenían planes de largo alcance no
estuvieron dispuestas a sacrificar la protección concedida, que les garantizaba
el dominio del mercado local pero las condenaba a limitarse a él. Atraídos con
regímenes de promoción pugnaron por mantener las situaciones de privilegio y
hasta extenderlas y así -junto con las empresas nacionales que pudieron
seguirles en esa linea-. contribuyeron a fortalecer la injerencia de un Estado
que debía garantizar las ventajas especiales.
En el sector agrícola empezaron a sentirse algunos efectos de los efectivos
cambiarios ocasionales, de las mejoras tecnológicas impulsadas por el INTA o por
grupos de empresarios innovadores, o de la mayor difusión de tractores,
producidos por plantas industriales recientemente instaladas. Sin ser
espectaculares, los resultados permitieron que producción alcanzara en promedio
los niveles de 1940, antes del comienzo de la gran contracción. Hubo también
algunas mejoras relativas en el comercio exterior. La crisis potenció la puja
por el ingreso entre aquellos sectores con capacidad corporativa para negociar y
creó la posibilidad de aprovechar una coyuntura, un cambio de las reglas del
juego, producidas desde el poder, y quedarse con la parte del otro. Se trataba
de un juego en el que no había reglas racionales y previsibles, ni un sector
capaz de imponérselas a otro. Si bien la acción del Estado era decisiva, no se
trazaban desde allí medidas políticas autónomas sino que estaba a disposición de
quién pudiera capturarlo un instante, y utilizarlo para sacar el mayor provecho
posible.
Las clases medias 1955-1966
Fuerte migración del campo a la ciudad
Crisis de la economías regionales: algodón y azúcar
Estancamiento del sector industrial
Aumento en la demanda de servicios, crecimiento del pequeño comercio
Crecimiento del sector de la construcción
Inmigración de países limítrofes
Asentamientos de villas miserias
Actitud más flexible con las conductas sociales (formas de vestir, divorcios,
formas de convivencias, diversidad de opinión)
Aumento del consumismo, causa: producción en masa, propagandas, técnicas de
marketing.
Primera plana: publicación aparecida en 1962 destinada a los sectores medios y
altos. Servía de voceros de grupos que se nuclear detrás de Paganía, su
contenido era la de mostrar cierta modernidad en base al consumo y bienes
dirigidos a sectores ejecutivos y los nuevos profesionales, sobretodo de clase
alta. Con menciones culturales como la ciencia y la literatura. Podría
proclamarse como la representación "de la derecha en Argentina"
Final del Gobierno de Illia
Nada estaba definido en 1966, salvo el rechazo cada vez más categórico de la
tradición liberal y democrática. Para la nueva izquierda -que no separa los
principios más generales de la inmediata experiencia argentina- la democracia
era apenas una forma, las libertades individuales una farsa. E ilusionarse con
ellas era sólo encubrir la opresión. En realidad, nadie tenía demasiada fe en la
democracia, ni los partidos políticos que debían defenderla. Ciertamente se
trataba de una democracia ficticia y de escasa legitimidad, pero los interesados
directos en su supervivencia y mejora la dieron por caduca sin lucha. La
derecha, no lograba organizar un partido capaz de hacer atractivos sus intereses
al conjunto de la sociedad, en parte por los problemas ya crónicos de estas
fuerzas que solo funcionaron eficazmente cuando se las articuló desde el poder y
porque en el seno mismo de los sectores propietarios, subsistían los conflictos.
'Los sectores más concentrados de la economía, en los que el capital extranjero
tenía un peso decisivo, se movían con más comodidad corporativa donde sus
intereses eran formulados con precisión y claridad por un grupo bién entrenados
de economistas y técnicos. Allí dialogaban con los factores de poder reales -los
sindicalistas, las Fuerzas Armadas, y en menor medida la Iglesia que por
distintos motivos tampoco tenían mayor interés en la democrática.
Para los militares la democracia resultaba un obstáculo en el combate contra el
comunista imaginario que veían cada vez más amenazador. Encontró amplio eco en
la sociedad que los avances de la modernización no eran tales, alimentada desde
los sectores más tradicionales de la iglesia de gran predicamento de los
empresarios y militares. Reclamaban un Estado fuerte con capacidad para ordenar
la vida económica disciplinar a sus actores y superar los bloqueos para una
alternativa eficiente, todos reclamaban más autoridad y más orden unos con
tradición otros con eficiencia.
El gobierno de lllia fue condenado por ineficiente por Primera Plana, vocero de
este grupo, ya en septiembre de 1963, un mes antes de que el nuevo presidente
asumiera, y desde entonces la propaganda se ensañó con él. Objetivos distintos
pero no contradictorios -la eficiencia, el orden, la modernización y hasta el
"destino de grandeza"- confluían en la crítica al gobierno y en una propuesta
definida, de manera algo vaga como corresponde a una propuesta política, como el
"cambio de estructuras" que se entendía se refería a las políticas. Esta idea
fuesistematicametne desarrollada por un elenco de propagandistas, muchos de
ellos expresamente contratados para ello, dedicados a desprestigiar al sistema
político en general, y a exaltar la figura de Onganía. -quién pasó a retiro a
fines de 1965-, modelo de eficiencia pero, sobre todo, "de última alternativa de
orden y autoridad", como escribía Mariano Grondona en Plana.-Durante los seis
meses finales del gobierno de lllia se tenía la impresión de que buena parte del
país -que "estaba en el golpe"- emprendía sin disimulo alguno, con paciencia y
con confianza, el camino que llevaría a la redención. Quienes no participaban de
esa fe parecían en cambio compartir el diagnóstico, a juzgar por sus mínimos
intentos para defender el sistema constitucional este se derrumbaba. El 28 de
junio de 1966 los comandantes en jefe depusieron a lllia y entregaron la
presidencia al general Onganía
Resumen 1966-1976
Presidencia de Onganía.
Un amplio consenso acompañó al golpe del 28 de junio de 1966: los grandes
sectores empresarios y también los medianos y pequeños, la mayoría de los
partidos políticos -con excepción de los radicales, socialistas y comunistas-Y
hasta muchos grupos de extrema izquierda, satisfechos del fin de la democracias
Burguesa. El nuevo orden imponía su discurso en el orden, la unidad, un cierto
paternalismo y un definido anticomunismo. El estado mayor de las grandes
empresas -el establishment económico- tenía interlocutores directos en muchos
jefes militares. Otros -sobre todo los que rodeaban a Onganía se nutrían en
cambio de una concepción mucho más tradicional derivada en parte del viejo
nacionalismo pero sobre todo de las doctrinas corporativistas u organicistas que
se estaban abriendo paso entre la nueva derecha. Se disolvió el parlamento-el
presidente concentró en sus manos los dos poderes-y también los partidos
políticos cuyos bienes fueron confiscados y vendidos para confirmar la clausura
de la vida política.
Universidades: se comenzó la represión al comunismo a cualquier expresión de
pensamiento crítico de disidencia o hasta diferencia. El blanco principal fue la
Universidad considerada un lugar típico de infiltración, cuna del comunismo, el
lugar de propagación de todo tipo de doctrinas disolventes y el foco del
desorden. Las universidades fueron intervenidas y se acabó con su autonomía
Académica. El 29 de julio de 1966 "la noche de los bastones largos", la policía
irrumpió en varias facultades de la Universidad de Buenos Aires y apaleó a
muchos profesores y alumnos. Algunos docentes emigraron, otros trataron de de
reconstruir redes académicas o intelectuales. Mientras tanto en las
Universidades reaparecieron los grupos autoritarios, clericales y
tradicionalistas que estuvieron antes de 1955.
Censura y autoritarismo
Frente a presiones corporativas, sindicales, y sectores débiles
Hacia "el amor libre", el divorcio y pornografía (que según la iglesia cada uno
de ellos era antesala al comunismo)
La sociedad acompañó las ideologías antes mencionadas
Autoritarismo económico
(Antes de que hubiera una política económica se efectuó)
Se redujo el personal de la Administración pública, ferrocarriles y puertos, se
controló la Aduana y diversas modificaciones para reducir costos
Cierre de ingenios azucareros en la provincia de Tucumán
Se apaciguó la protesta sindical y se intervino sindicatos
Se sancionó una ley de "arbitraje obligatorio" que condicionaba la posibilidad
de efectuar huelgas.
El gobierno de Onganía encontró la fórmula adecuada para efectuar la
restauración de la sociedad y de la economía, había clausurado las escenas
sindicales, corporativas y políticas.
Plan económico de Krieger Vasenas:
Eliminar las causas de las pujas sectoriales
Racionalizar el funcionamiento de la economía y facilitar el desempeño de las
empresas más eficientes.
Suspensión de los sueldos por 2 años
Suspensión de las negociaciones colectivas
Se congelaron tarifas de servicios públicos y combustibles
Acuerdo de precios con las empresas
No hubo restricción monetaria y crediticia:
Inversión del estado en caminos y accesos a la Capital Federal, creación de la
empresa hidroeléctrica "El Chocón", puentes sobre el Paraná
Reintegros a insumos importados de exportaciones no tradicionales
Se eliminó subsidios a economías regionales
Consecuencias del Plan Económico:
Los beneficiarios de este plan fueron:
Las empresas extranjeras y con cierta estabilidad y desnacionalización de la
economía, se impusieron gracias a sus sistemas de organización.
Los contratistas que realizaban obras públicas (terciarizacion)
Los perjudicados fueron:
Los sectores rurales por las fuertes retenciones exportadoras
El empresariado argentino por la desnacionalización de la economía y la
intervención de las empresas extranjeras
Economías provinciales: por la desprotección en el mercado (Tucumán, Chaco,
Misiones)
Este tipo de economía estuvo centrada en inversiones extranjeras y exportaciones
no tradicionales y avance en la sustitución de importaciones, se trataba de un
proyecto propio de la burguesía que solo en este contexto institucional podía
realizarse. Para los militares el estado intervencionista era una buena manera
de Desarrollo de la Industria militar. En 1968 empresarios nacionales y
sindicatos allegados a los militares empezaron a forzar por una vuelta a la
nacionalización de la economía. A mediados de año Onganía relevó a Julio
Alsogaray por Lanusse. Las voces del "establisment" protestaron y empezaron a
meditar un reemplazo de Onganía por Aramburu y Paladino allegado a Perón.
El Cordobazo:
En mayo de 1969 precedió una ola de protesta estudiantiles en diversas
universidades de las provincias. Activismo estudiantil y obrero se conjugaron el
29 de mayo en el centro de la ciudad (Córdoba). La CGT realizó una huelga
general y movimientos obreros y estudiantiles ganaron el centro de la ciudad,
donde se sumó gente. La represión policial generó un fuerte enfrentamiento
creando un caos en la ciudad y la muerte de 30 personas y más de 300 heridos. El
"cordobazo" fue el episodio fundador de movilización social hasta 1975. La
interpretación de este episodio fue el rechazo del poder autoritario y
multiforme de capital.
El cordobazo originó:
Un renovado activismo sindical. Sobretodo en Rosario y Córdoba. Se luchaba por
mejores condiciones de trabajo, incentivos, clasificación y categorías.
Algunos dirigentes gremiales ponían el acento en la honestidad, la democracia
interna y la atención a los problemas de planta diferenciada del matonismo y
solo negociación salarial de los sindicatos de aquél entonces
Reivindicaciones concretas a un cuestionamiento más amplio de las relaciones
sociales y de la misma propiedad.
El Cordobazo incentivó hechos similares en Rosario, Río Negro, Mendoza, Chaco,
Misiones y Formosa.
Incentivó a la movilización urbana sobretodo en zonas humildes
Crecimiento de la solidaridad
Hubo un movimiento social de reclamo de trabajadores ocasionales, no agremiados
y desprotegidos del sindicalismo, (reclamos surgidos de la vida cotidiana: falta
de servicios básicos y mejor calidad de vida) de profesores y maestros y parte
de la clase media.
Todo concluyó en una visión común: el poder autoritario y los grupos
minoritarios que lo apoyaban, responsables directos y voluntarios de todas las
formas de explotación, opresión y violencia de la sociedad
"SITRAC-SITRAM--->gremio de mecánicos de Córdoba célebres por sus acciones de
protesta violenta (toma de fábricas o rehenes dentro de las mismas)"
Entorno Internacional:
Concepto: fin del autoritarismo y la formación de una nueva sociedad:
(principalmente movimientos ideológicos desarrollados por estudiantes y la
universidad)
Movilización de estudiantes y universitarios: Praga, Berkeley, México y París
1968
La resistencia del pueblo de Vietnam
La formación del comunismo en Cuba y China
La figura o el "icono" ideológico del "Che Guevara": lucha por la liberación del
imperialismo
las guerrillas en Brasil y Uruguay
La presidencia de Allende en chile (marxismo/socialismo)
La Iglesia:
El Concilio Vaticano II (bajo la tutela de Juan XXIII-renovación, nuevas
consignas y nuevo rumbo de la iglesia, más apegado a la evangelización y a los
problemas sociales, más compromiso con su realidad) estableció entre el clero
latinoamericano la necesidad de atención a los pobres y de comprometerse a una
reforma social necesaria. Es importante destacar la declaración "teología de La
Liberación) donde se manifiesta que la violencia de los sectores humildes era
consecuente de la violencia del poder. En Argentina desde 1968 se reunieron en
"el movimiento de sacerdotes del tercer mundo" sacerdotes y laicos, que
militaron en las zonas más pobres promoviendo la formación de organizaciones
solidarias e impulsaron reclamos y protestas. El "lenguaje" de la prédica fue
tornándose político. Rápidamente las ideas colectivas de la formación de la
"igualdad social" provenientes del peronismo se unieron a la ideología de
justicia social de la iglesia y atrajo más integrantes.
La universidad también sufrió cambios pasando por educación clasista a una
educación o pensamiento más comprometido con la realidad.
Perón desde su exilio también fue cambiando su discurso sintonizando con la
época, desde la relación ideológica de "dependencia y liberación" hasta
cuestiones ecologistas
Los discursos predominantes mezclaban elementos del marxismo revolucionario con
otros de nacionalismo o el catolicismo y potenciaron el imaginario popular,
legitimándose con referencias teóricas. La clave de la opresión, la injusticia y
la entrega se encontraba en el poder que era monopolizado por una minoría y así
como todo era posible desde el poder el fin de la acción política era su
captura. Se interpretaba a la política con la lógica de la guerra. Las primeras
organizaciones guerrilleras surgieron a principios de 1960 a través de la
experiencia cubana y se reactivaron con la acción de Guevara en Bolivia. Desde
1967 (desde la izquierda o el peronismo surgieron los movimientos guerrilleros o
de resistencia como por ejemplo "Las Fuerzas Armadas Peronistas",
"Descamisados", "Fuerza Armada Revolucionaria" (FAR), "Fuerzas Armadas de
Liberación", y hacia 1970 "Montoneros"-integrismo católico y nacionalista
devenido a peronista- y "el Ejercito Revolucionario del Pueblo" (ERP).
Montoneros secuestró y asesinó a Aramburu y la ERP copó Garín hasta 1973, los
actos de violencia fueron creciendo tanto en violencia misma como
espectacularidad. La sociedad acompañó (vio con agrado parsimonioso) este tipo
de sucesos.
Hacia 1971 la Juventud Peronista creció notablemente reflejando más cercamente
los sectores humildes apoyados por la iglesia o en comunión con ella.
Militares en retirada:
Marzo de 1971 asume la presidencia Lanusse.
Situación: organizaciones civiles armadas y protesta social.
Se crea un foro antisubersivo y tribunales especiales para juzgar a
guerrilleros.
Accionar del gobierno: represión, torturas y asesinatos por parte de las Fuerzas
Armadas y el Estado
Caos económico: inflación, fuga de divisas, desempleo y caída del salario
1971 acuerdo con Perón para una salida democrática (acuerdo con el gobierno de
que Perón no debía postularse), creación de organizaciones: Juventud Peronista y
Frente Cívico de Liberación Nacional.
Acuerdo democrático entre Perón y Balbín (radicalismo) Cámpora-Solano Lima
fórmula presidencial:"Cámpora al gobierno Perón al poder"--->eslogan popular.
1973 liberación de presos y amnistía general.
1973 un balance: ¿Cómo llegó la economía a este período?
Crecimiento del sector agropecuario.Fabricación de insumos industriales locales
para el campo como tractores y cosechadoras.
introducción de empresas de agroquímicos que dieron impulso a la generación
agrícola.
sistemas de arrendamiento y explotación de tierras por empresarios
crecimiento de la producción de aceite
estancamiento del sector ganadero
exportaciones industriales: maquinarias agrícolas, producción de siderúrgicos y
agroquímicos
maduraron inversiones hechas en 1955, las fábricas reemplazaron a los talleres.
Las industrias se subsidiaban con créditos o subsidios del estado.
la industria se modernizó pero llegó al límite de su capacidad de consumo y
distribución en 1973
En la política los lugares o sectores estaban vacíos de figuras o de ideologías.
La sociedad no encontró voceros o representantes políticos.
La vuelta de Perón: El 25 de mayo de 1973 asumió Campora el gobierno y el 20 de
junio retornó Perón al país. En julio renunció Cámpora y en septiembre Perón y
su mujer Isabel ganaron las elecciones. El 1º de julio del año siguiente muere
Perón.Perón armó su proyecto sobre 3 bases.
un acuerdo democrático con las fuerzas políticas
un pacto social con representantes corporativos
y una conducción centrada de su "movimiento" dividido en varios frentes.
El Programa de Reconstrucción y Liberación Nacional presentado en 1973 consistía
en un intento por superar las limitaciones de crecimiento de la economía.
Gelbard era el jefe de la Confederación General Económica donde se nucleaba las
mayorías de las empresas nacionales. El objetivo era intervencionista y en menor
medida nacionalista y distribucionista y no enfrentaba ningún poder, las
espectativas del objetivo eran:
manejo centralizado del crédito y control de precios
buenos precios y la posibilidad de acceder a nuevos mercados
nacionalización del gobierno exterior
Premios y castigos al sector rural para arbitrar las exportaciones y las
ganancias-Ley Agraria: expropiar tierras sin cultivar.
expandir las exportaciones industriales: como venta de vehículos a Cuba
un Pacto Social entre sindicatos y empresarios "un contrato moral" de común
acuerdo o acuerdo sin disputas
Se congelaron los precios y por 2 años la supresión de las convenciones
colectivas o paritarias
El incremento del consumo hizo reaparecer la inflación y el aumento del precio
del petróleo en el mundo encareció las importaciones y elevó los costos de las
empresas. Antes de cumplir un año ya estaba planteada la lucha sectorial. En las
fábricas se revalorizaron las consignas de la "lucha social" que incluía la toma
de fábricas que rebasó la dirección de los sindicales y hasta cuestionó la
autoridad de gerentes y patrones. Luego en la CGT se impusieron los partidarios
de la negociación dura entre los metalúrgicos se destacó Lorenzo Miguel. Lopéz
Rega fue asesor de Isabel Perón. Esta Colocó amigos de confianza en puestos
claves rompiendo las alianzas que había construido Perón. En 1975 la crisis era
grave: la inflación estaba desatada, la balanza de pagos era importante y la
puja distributiva era encarnizada, el Estado estaba desbordado. Celestino
Rodrigo nuevo ministro de economía de Lopéz Rega decidió devaluar un 100% y
aumentar tarifas y combustibles. "El Rodrigazo" echó por tierra los aumentos
acordados de salario entre los sindicatos y el sector empresario y la presidenta
no decidió el aumento de salarios por lo cuál se llegó a una huelga general de
48hrs y manifestación en Plaza de Mayo. El Rodrigazo generó una crisis que no se
pudo dominar: inflación, corridas hacia el dólar aparición de mecanismos de
indexación y pocas posibilidades de controlar el poder.
Perón, Montoneros y La Juventud Peronista: Existían diferencias que no fueron
demostradas hasta 1973 por la lucha contra los militares. Perón utilizaba a los
jóvenes y a los sectores populares que ellos movilizaban contra aquellos que lo
expulsaron del Poder, para hostigarlos y a su vez mostrarse como el único capaz
de contenerlos. Montoneros y Juventud Peronista aprovecharon su adhesión a Perón
para insertarse más profundamente en el movimiento popular. Existían 2
corrientes
La vieja tradición Peronista, nacionalista y distribucionista
La crítica radical de la sociedad condensada en la consigna "liberación o
dependencia".
O sea la primera correspondía a la Patria Peronista y la segunda a la Patria
Socialista. Los montoneros aspiraban pertenecer a ambas pero terminaron
identificándose con la segunda. El sindicalismo y los grupos de extrema derecha
a la primera.
Desplazados paulatinamente de sectores de poder alrededor, circulares a Perón
(que no los quería porque ya los había utilizado) se desarrolló una "guerra de
aparatos populares" bajo la forma de Terrorismo y en particular de asesinatos
que podía tener varias justificaciones: estratégicas, justicieras o
ejemplificadotas. Contra ellos se constituyó otro Terrorismo con aparatos para
policiales que operaban con el rótulo de la "Triple AAA"-Acción Anticomunista
Argentina-. Los asesinatos se multiplicaron y cobraron víctimas inocentes y
ajenas al combate pero servían para mostrar el Poder de cada organización. El
ERP también tuvo la misma acción y se instaló como una guerrilla en Tucumán.
Desde febrero de 1975 el Ejercito convocado por la presidenta asumió la tarea de
reprimir la guerrilla en Tucumán, el genocidio estaba en marcha.
Militares: a la llegada de Perón los militares se acomodaban en distintos
discursos que no creían: practicaban el populismo, confraternizaban con la
Juventud Peronista y con Isabel y simpatizaban con sectores de derecha. El 24 de
marzo de 1976 los militares (con Videla a la cabeza) depusieron y arrestaron a
Isabel Perón, como en ocasiones anteriores la Sociedad recibió el golpe
constitucional con alivio y expectativas.
Resumen 1976-1983
La economía imaginaria:
Esta transformación fue conducida por José Martínez de Hoz ministro de economía
durante los 5 años de presidencia de Videla. Debía enfrentar una grave crisis
interna complicada por la crisis social y política. Las Fuerzas Armadas y el "establishment"
que lo acompañaban pensaban que la inestabilidad social y política crónica nacía
de la impotencia del poder político ante los grupos corporativos. Como solución
a largo plazo debía cambiarse las bases de la economía para originar orden y
seguridad aún a costa del propio crecimiento. Al final de la transformación que
condujo Martínez de Hoz el poder económico se concentró en tal modo en un
conjunto de empresas nacionales y extranjeras que la puja corporativa y la
negociación no fue posible. Para esto se requirió una fuerte intervención del
Estado para reprimir y desarmar sindicatos y organizaciones y destinando
recursos del conjunto de la sociedad que posibilitaron el crecimiento de estos
grupos empresarios. La conducción económica debía durar en el poder un tiempo
suficiente y prolongado para crear una situación que más allá de su permanencia
fuera irreversible el cambio, ideología que ocurrió.
Martínez de Hoz contó con el apoyo de los organismos internaciones (FMI) y los
bancos extranjeros además del establisment local. La relación con los militares
fue compleja, en parte por su divisiones y porque los militares no querían
desprenderse de los servicios públicos (no querían privatizarlos) ya que el
desempleo generaría más caos o descontrol y desorden. También estaban (los
militares) a favor del gasto público que en el tiempo bloqueó o chocó con las
medidas del Ministro, sin embargo estaban de acuerdo con dejar "al mercado"
gestionar y usar los recursos de la sociedad. Las relaciones con los empresarios
tampoco fueron fáciles, ya que se derivaba en intereses sectoriales aunque el
ministro supo poner su inflexibilidad. Se encargo de "Predicar" que la economía
en crisis debía ser conducida por la misma persona.
Cuando toda esta ideología dejó de funcionar la concentración económica y el
endeudamiento habían creado los mecanismos definitivos de disciplinamiento y
control.
Intervinieron la CGT y los principales sindicatos, reprimieron a los militantes,
intervinieron militarmente muchas fábricas, suprimieron las negociaciones
colectivas y huelgas. Se congelaron los salarios por 3 meses entonces las
empresas acumularon y con créditos del exterior llegó un poco de alivio.
La reforma Financiera acabó con las herramientas del Estado para regular la
transferencia de ingresos entre sectores:
La regulación de tasas de interés.
La existencia de créditos a tasas negativas.
Y la distribución de subsidios.
Se liberó las tasas de interés. Se autorizó la proliferación de Bancos e
instituciones Financieras y se diversificaron las ofertas de títulos y valores
indexados a todo tipo emitidos por el Estado. Creció la especulación, las altas
tasas de interés y la inflación que el equipo económico nunca pudo o quiso
reducir.
El Estado garantizaba no solo los títulos que emitía sino los depósitos a plazo
fijo, tomados a tasa libre por entidades privadas de modo que ante una eventual
quiebra devolvía los depósitos. Esta combinación de liberalismo, eliminación de
controles y garantías generó un mecanismo que llevó todo el sistema a la ruina.
Se eliminó los controles de protección local y se abrió el comercio para las
inversiones extranjeras. Se disminuyeron los aranceles de importación
produciendo una competencia desleal de la Industria local con la extranjera. La
fiebre especulativa ganó a toda la población que para defender su salario debía
ponerlo en plazo fijo o alternativas similares. Hubo una importante importación.
Se fijó una tabla de devaluación mensual del peso, se adujo que buscaba bajar la
inflación y darle previsibilidad al país pero no funcionó. Con el aumento del
precio del petróleo en 1979 se produzco una gran influencia de dinero hacia los
países americanos (excepto USA).
En Argentina se estimuló aprovechando los fuertes intereses pues el Estado
aseguraba la estabilidad del valor. Se trataba de un mercado inestable porque la
masa de dinero se encontraba colocada a corto plazo y los capitales podían salir
sin trabas. Muchas empresas compensaron sus quebrantos operativos con ganancias
de la actividad financiera, muchos bancos se convirtieron en una importante red
de empresas, generalmente endeudada con ellos y compradas a bajo precio. Muchas
empresas tomaron créditos en dólares con la excusa de equiparse, los colocaron
en el circuito financiero y para devolverlos recurrían a nuevos créditos.
La tasa de interés no era proporcional a la tasa de beneficios. Muchas empresas
quebraron y los acreedores financieros al no poder cobrar sus préstamos
reevaluaban la deuda incrementando los intereses. En 1980 el Estado asumió la
deuda de todos los bancos quebrados. En 1982 por una fuerte devaluación el
Estado asumió todas las deudas privadas de las empresas, "nacionalizó" la deuda
privada, cuando muchos de los empresarios ya habían cubierto con salidas de
dólares no declaradas. La sociedad toda debió cargar con las pérdidas y los
acreedores externos comenzaron a imponer condiciones. Deshecho el mecanismo
financiero, la deuda externa ocupó su lugar como mecanismo disciplinador.
La economía real:
Destrucción y concentración: el criterio de proteger la industria fue reemplaza
por el premio a la eficiencia y fue abandonada la idea que el crecimiento
económico y el bienestar social se asociaba con la industria. En el mundo regía
una Idea Capitalista similar pero en Argentina fue más destructiva.
La devaluación llevó a la pérdida de ingresos (1980-1981). Los ingresos
provenientes del sector agropecuario fue destinada al sector financiero (que
antes se destinaba a la Industria) para la compra de dólares o de insumos
importados. Por la pérdida de protección la industria sufrió la competencia de
la importación y se encareció el préstamo. También los primeros 5 años cayó la
mano ocupada. Muchas plantas fabriles cerraron, la industria textil y de
confecciones fueron barridos por la competencia. También fueron golpeados el
sector metalúrgico y el electrónico, se experimentó una verdadera involución. El
desarrollo de tecnología cuya brecha se había reducido a comparación de las
Potencias Europeas y USA otra vez volvió a ensancharse de manera irreversible.
Las pocas ramas industriales que se favorecieron fueron todas las que elaboraban
productos intermedios: celulosa, siderurgia, petroquímica, petróleo y cemento
que empleaban recursos naturales y tiene una dinámica de crecimiento menor.
También fue favorecida la empresa motriz.
A fines de 1981, la crisis, la inflación y la recesión hicieron descender
drásticamente la ocupación como el salario real. Cuando la burbuja financiera se
derrumbó además de la fuerte deuda externa quedó en evidencia una fuerte
concentración económica. Algunas grandes empresas se retiraron, otras vendieron
sus activos y se dedicaron a ser proveedoras de partes o tecnología. Para las
grandes empresas internacionales acostumbradas a proyectos de largo plazo no era
fácil de manejarse en un ambiente especulativo. El establisment tomó forma
propia, algunos grupos locales ligados a un empresario a una familia de
empresarial exitosos: Macri, Fortabat, Peréz Compan, Bulgheroni y trasnacionales
pero con fuerte base local como Bunge Born Techint. Los grupos que crecieron
contaron habitualmente con un banco o una institución financiera para manejarse
de forma rápida, pero otros grupos que hicieron del banco el centro de su
actividad desaparecieron luego de 1980.
Sobrevivieron los que capitalizaron sus beneficios comprando empresas en
dificultades con los que construyeron conglomerados. Se realizaron obras
públicas. Sin embargo las empresas del Estado privatizaron o terciarizaron sus
servicios, parte de sus actividades surgieron así poderosas empresas nuevas con
la característica que al aumentar la inflación aumentaban los costos de los
servicios. Otras empresas aprovecharon la posibilidad de importante reducciones
impositivas que eran avales para créditos baratos y seguros en dólares para
monopolizar el mercado. Hubo abuso en la toma de créditos.
Achicar el Estado y silenciar a la sociedad: la reducción de funciones del
Estado y su conversión a "subsidiario" fue uno de los propósitos del Ministro de
economía. El ministro obtuvo una importante victoria argumentativa cuando logró
ensamblar la "prédica" de la lucha subversiva con el discurso contra el Estado.
La panacea consistía en reemplazar la dirección del Estado por la del Mercado
que mediante la racional asignación de recursos, de acuerdo con la eficiencia de
cada uno, distribuía la colusión entre corporaciones. El ministro propuso
utilizar todo el poder del Estado para imponer por la fuerza la receta liberal y
redimensionar el Estado mismo. Tuvo como propósito desmantelar los instrumentos
de dirección, regulación y control de la economía: el control de cambios, la
regulación del crédito, la tasa de interés y la política arancelaria. Cuando el
ministro declinó correspondió a los acreedores externos la vigilancia y la
presión sobre los gobiernos para que mantuvieran la política de apertura y
liberalización.
Los servicios estatales hasta ese entonces relativamente eficientes, se
deterioraron, se endeudaron y sirvieron para hacer crecer a las empresas
contratistas, mientras que el Estado absorbía empresas y bancos quebrados.
Tampoco mejoró el Estado en la asignación de recursos fiscales y recaudación Los
empresarios apoyaron el proceso desde el comienzo pero a la "distancia". Pese a
las coincidencias generales-sobre todo en política laboral-había desconfianzas
recíprocas. Carecían de fuerza para presionar corporativamente. Las principales
fábricas fueron ocupadas militarmente, hubo listas negras para mantener alejados
a los activistas y control ideológico para los aspirantes de empleo. La CGT y la
mayoría de los sindicatos fueron intervenidos, se suprimió el derecho a huelga,
negociaciones colectivas y se separó a los sindicatos de las obras sociales. A
fines de 1980 los dirigentes sindicales más combativos reconstituyeron los
sindicatos (representados principalmente por Ubaldini), se realizó una huelga
sindical y en el mes de noviembre una marcha hacia la Iglesia de San Cayetano.
Actitud de la Iglesia:
Inicialmente fue complaciente y algunos obispos establecieron una asociación muy
estrecha con el gobierno. Al principio la Jerarquía Eclesiástica aprobó la
ideología del "terrorismo de estado".
Calló cualquier crítica y justificó la erradicación atea y hasta toleró que
algunos de sus miembros participaran de ella. Con la Asunción de Juan Pablo II,
la iglesia se propuso renunciar a la injerencia directa en las cuestiones
sociales o políticas y consagrarse a evangelizar y recuperar a la sociedad que
se volvió laica.
Se reconstruyó el vínculo entre Iglesia y Trabajadores, estrechó relación con
Ubaldini y captó la atención de la Juventud. La iglesia reafirmó los principios
Republicanos , se orientó hacia la Democracia y se apartó del régimen militar. Y
se vinculó con los reclamos de la Sociedad:
Reclamos Sociales:
En medio de la más terrible represión Las Madres de los Desaparecidos
(secuestrados por la dictadura) empezaron a reunirse en plaza de Mayo,
reclamando la aparición de sus hijos. Atacaron el centro mismo del discurso
represivo y empezaron a conmover la indiferencia de la sociedad. Pronto se
convirtieron en la referencia de un movimiento cada vez más amplio e instalaron
la discusión pública fortalecida desde el exterior por la prensa, los gobiernos
y las organizaciones de derechos humanos. La opinión pública comenzó a
reaparecer. En 1981 se concluye la veda política. Las representaciones políticas
estaban fragmentadas pero se unieron en el reclamo social.
Militares: fragmentación del poder, no podían consensuar el poder, sobretodo
entre Videla-Massera.
Videla presidente / Viola vicepresidente. (ejercito)
Menéndez y Mason - (cuerpo del ejército 3º y 1º) asesinos-torturadores
Massera (presidente luego de Videla)-mundial de fútbol 1978, guerra a chile.
(marina) policía dependía del poder militar.-->Camps-asesino-torturador
Martínez de Hoz-Ministro de Economía
La guerra de Malvinas: Presidencia de Galtieri.
Desde la perspectiva de los militares una acción militar que condujera a la
recuperación de las Islas Malvinas unificaría a las Fuerzas Armadas y permitiría
salir del "embudo" político-militar con Chile por el canal de Beagle. En
principio se contaba con la pasividad de USA y que por la ocupación de las islas
se debería compensar económicamente a Gran Bretaña y que esta a su vez
renunciaría a sus derechos sobre las islas. Sin embargo en Gran Bretaña era
gobernada por los conservadores en fiel y cruel expresión. La primera Ministra
Margaret Tacher que necesitaba consolidarse políticamente através de una acción
militar. USA y la Comunidad Europea apoyaron logísticamente a Gran Bretaña y
boicotearon a la Argentina.
2 de abril de 1982--->ocupación del ejército argentino de las Islas Malvinas.
2 de mayo-->hundimiento del crucero General Belgrano
4 de mayo-->hundimiento del crucero Sheffield
14 de junio-->rendición incondicional del éjercito argentino.
Al principio por ciertas ideologías-antiimperialistas arraigadas en la sociedad
e incentivada por los militares, la sociedad acompañó el inicio de la guerra y
cambió su postura en contra de ella en el transcurso de la misma. Reclamos de
sectores políticos por una salida democrática.
Vuelta a la Democracia:
Las fuerzas Armadas querían llegar a un acuerdo con los partidos políticos de
que no se investigarían, la represión, las torturas y las muertes durante el
mandato, así tampoco actos de corrupción o enriquecimiento ilícito. La propuesta
fue rechazada por la sociedad (luego se sumaron los partidos políticos) que se
movilizó con una marcha civil a Plaza de Mayo. Quizás los partidos políticos
hubieran aceptado ese "acuerdo" de transición, sin embargo las movilizaciones
sociales en reclamo por Democracia, lo impidieron.
La CGT comenzó a luchar por recuperar el poder de los sindicatos, pero terminó
por un activismo en favor de la Democracia. Resurgieron los partidos Radicales
(Raúl Alfonsín) y peronista (Italo Luder). En los sectores de derecha su figura
representativa fue Álvaro Alsogaray. En las campañas políticas por la
presidencia de la Nación, el peronismo se dedicó a denostar a su adversario y no
tenía un criterio ideológico o político claro. En el radicalismo Alfonsín marcó
la importancia de la Democracia y las instituciones.
El Radicalismo ganó abrumadoramente las elecciones.
Resumen 1983-1989
Alfonsín asumió el poder el 10-12-1983
En ese entonces el sindicalismo reforma su perfil y su estrategia , el peronismo
vivía una crisis interna buscando y reformulando su definición ideológica y
perfil. El radicalismo ganó las elecciones por una abultada diferencia. El
radicalismo era fuerte en el terreno político pero contaba con escaso apoyo de
los poderes corporativos, si bién tenía mayoría en la cámara de diputados no
tenía mayoría en la cámara de senadores.
Civilidad: la ejecución de un Estado de derecho donde los poderes corporativos
debían someterse al bién común de la sociedad o del pueblo "democrático" en
defensa de sus derechos que era superior a cualquier interés: "con la democracia
se come, se vive, se educa etc;"
Política exterior:
(buena imagen del presidente en el mundo por su tendencias democráticas)
Acuerdo bilateral con chile por el canal de Beagle
Comienzo de negociación (sin resultado concreto) por la islas Malvinas con Gran
Bretaña y desarrollo de relaciones económicas
Formación de una Asociación de Acreedores Latinoamericanos
Mediación en el conflicto de Nicaragua
Buena relación política con EEUU
Política interior:
Eliminar el autoritarismo y encontrar los modos auténticos de la representación
ciudadana
Importancia de la política cultural y educativa para remover el autoritarismo en
las instituciones
Alfabetización-discusión de contenidos y formas
Abolición de censura y libertad de expresión
Volvieron los mejores intelectuales y científicos cuya migración comenzó en 1966
Se reconstruyeron las bases de la excelencia Académica
Los intelectuales se incorporaron a la política
Clima tenso con la iglesia por la ley de divorcio y permitir la enseñanza
privada
Militares y sindicales:
En abril de 1985 comenzó el juicio público a los ex-comandantes en tribunales
civiles. El juicio reveló todas las atrocidades cometidas en los años de
represión, a fin de año se condenaron a los ex-comandantes alegando que no hubo
guerra que justificara su acción. La justicia ARgentina distinguió
responsabilidades y dispuso continuar su acción penal contra los demás
responsables de las operaciones. Esto permitió que quedara abierto el debate
entre la institución militar y la sociedad.
La Justicia siguió activa, dando curso a las múltiple a las múltiples denuncias
en contra oficiales de distinta graduación, citándolos y encausándolos. La
convulsión interna de las Fuerzas Armadas, y muy especialmente la del Ejército
tuvo un nuevo eje: ya no se trataba tanto de la reivindicación global como de la
situación de los citados por los jueces, oficiales de menor graduación que no se
consideraban los responsables sino los ejecutores de lo imputado. El gobierno,
por su parte, inició un largo y desgastante intento de acotar y poner límites a
la acción judicial, para así contener ese clima de fronda que fermentaba en los
cuarteles, alimentado por una solidaridad horizontal que desbordaba la
estructura jerárquica. Se trataba de una decisión política, ni ética ni jurídica
basada en un cálculo de fuerzas que demostró ser bastante ajustado materializada
sucesivamente en las leyes llamadas de Punto Final y de Obediencia Debida. La
primera, sancionada a fines de 1985, ponía un límite temporal de 2 meses a las
citaciones judiciales, pasado el cual ya no habría otras nuevas. Nadie acompañó
al gobierno en la sanción de esta ley: la derecha, peronista y liberal, por ser
partidarios de una amnistía completa; los sectores progresistas incluyendo al
peronismo renovador, por non cargar con los costos políticos. Estos fueron
altos, y sus resultados terminaron siendo contraproducentes sólo se logró un
alud de citaciones judiciales y lejos de agelizar el problema lo agudizaron.
En ese contexto se llegó al episodio de Semana Santa de 1987 Un grupo de
oficiales, encabezado por el teniente coronel Aldo Rico, se acuerteló en campo
de Mayo, exigiendo una solución política a la cuestión de las citaciones y en
general, una reconsideración de la conducta del Ejército a su juicio
injustamente condenado. No se trataba de los típicos levantamientos de los años
50 o 60 , pues los oficiales amotinados no cuestionaban el orden constitucional
sino que le pedían al gobierno que solucionara el problema de un grupo de
oficiales. Tampoco tuvieron, a diferencias de todos aquellos
levantamientos anteriores, el respaldo de sectores de la sociedad civil
normalmente eran los motores de los golpes.
Frente a ellos la reacción de la sociedad civil fue unánime y masiva. Todos los
partidos políticos y todas las organizaciones de la sociedad -patronales
sindicales, culturales, civiles de todo tipo- manifestaron activamente su apoyo
al orden institucional, firmaron un Acta de Compromiso Democrático -que incluía
desde las organizaciones empresarias a los dirigentes de izquierda- y rodearon
al gobierno. La reacción masiva e instantánea permitió evitar deserciones o
ambigüedades, y cortó toda posibilidad de apoyo civil a los amontinados. El
gobierno sostuvo que haría lo que ya había decidido hacer -lo que sería la ley
de Obediencia Debida que exculpaba masivamente a los subordinados- y los
amotinados no impusieron ninguna condición y aceptaron la responsabilidad de su
acción. A todos apareció como una claudicación, en parte porque así lo
presentaron tanto los "carapintadas" amotinados como la oposición política,que
no quiso asumir ninguna responsabilidad en el acuerdo. La sociedad temía por la
Amnístia a los militares y no favoreció con su silencio a estos nunca más.
El plan Austral: en el principio la crisis dislumbraba
Fuerte inflación
Incapacidad de negociación con los sindicatos
Deuda Externa elevada
Déficit fiscal
Empresarios con poca voluntad de inversión
Subvención excesiva de grupos empresarios que absorvían en créditos y subsidios
los recursos del Estado
Baja Recaudación
Mala distribución del ingreso
Puja entre sindicales y empresarios
Deterioro del sistema productivo e incapacidad para absorver "la demanda"
El nuevo gobierno y muchos que lo acompañaron consideraron prioritario no crear
divisiones en la civilidad. si esas reformas debían tener un sentido
democrático, equitativo y justo, sólo serían viables con un poder estatal fuerte
y sólidamente respaldado. el primer año del gobierno radical, la política
económica, orientada por el ministro Grinspun, se ajustó a las fórmulas
dirigistas y redistributivas clásicas , similares a las aplicadas entre 1963 y
1966, que en sus rasgos generales el radicalismo compartía con el peronismo
histórico. La mejora de las remuneraciones de los trabajadores, junto con
créditos ágiles a los empresarios medios, sirvió para la reactivación del
mercado interno y la movilización de la capacidad ociosa del aparato productivo.
La política incluía el control estatal del crédito, el mercado de cambios y los
precios, y se complementaba con importantes medidas de acción social, como el
Programa Alimentario Nacional, que proveyó a las necesidades mínimas de los
sectores más pobres. Con todo ello, no sólo se apuntaba a mejorar la situación
de los sectores medios y populares, sino a satisfacer las demandas de justicia y
equidad social que habían sido banderas en la campaña electoral. Tal política
concitó la activa oposición de distintos sectores empresarios, que esgrimieron
las consignas del liberalismo contra lo que denominaban populismo e intervención
estatal, pero también la resistencia de la CGT, en este caso de raíz
definidamente política, lo que hizo fracasar los intentos de concertación que
parte de la estrategia del gobierno.
Se trató de lograr la buena voluntad de los acreedores, con el argumento que las
jóvenes democracias debían ser protegidas, y se los amenazaba con la
constitución de un "club de deudores" latinoamericano, que repudiara la deuda en
conjunto.
El 14 de mayo del mente, se anunció el nuevo plan económico, bautizado como Plan
Austral Su objetivo era superar la coyuntura adversa y estabilizar la economía
en el corto plazo, de modo de crear las condiciones para poder proyectar las
transformaciones más profundas, de reforma o de crecimiento. Aunque no estaban
enunciadas, sin duda incluían desalentar las conductas especulativas estimuladas
por la inflación, e impulsar a los actores económicos a tomar acciones
orientadas a la inversión productiva y el crecimiento pero lo urgente era
detener la inflación. Se congelaron simultáneamente salarios y tarifas de
servicios públicos, se regularon los cambios y las tasas de interés, se suprimió
la emisión monetaria para equilibrar el déficit fiscal-se suponía asumir una
rígida disciplina en gastos e ingresos- y se eliminaron los mecanismos de
indexación desarrollados durante la anterior etapa de alta inflación y
responsables de su mantenimiento inercial, se cambiaba la moneda y el peso era
reemplazo por el austral.
En 1985/86 se derrumbó el precio de los cereales a nivel mundial y perjudicó a
la Argentina.. Renacieron las pujas corporativas, que realimentaron la inflación
la CGT, enbanderada contra el congelamiento salarial, que afectaba sobre todo a
los empleados estatales, y los empresarios , liderados por los productores
rurales, que se movilizaron contra del congelamiento de precios.
Se intentó reactivar la inversión extranjera, especialmente en el area petrolera
-el presidente Alfonsín anunció este plan en Houston, capital de las grandes
empresas petroleras-, y también se esbozaron planes dereformas fiscales más
profundas, privatización de empresas estatales y desregulacióm economía. Todo
ello chocaba con ideas y convicciones muy firmes en la sociedad, arraigadas
tanto en el peronismo como en el propio partido gobernante de donde surgieron
bloqueos a estas iniciativas.
Los sindicatos se alejaron de los gabinetes de trabajo y los empresarios que
tenían sus lobistas en las empresas públicas no lograban establecer acuerdos de
conducta y objetivos con los sindicatos. El peronismo preparándose para las
elecciones de 1989 no apoyaba la privatización de varias empresas estatales,
-privatización fomentadas por las políticas ortodoxas y liberales del FMI y el
Banco Mundial, que además exigían una política impositiva más dura, y de
reducción de gasto público-.
El poder para gobernar se debilitaba.
Luego de la elección de septiembre de 1987 creció la figura de Antonio Cafiero,
gobernador de Buenos Aires, presidente del Partido Justicialista y jefe del
grupo "renovador", que se perfilaba como candidato de su partido y,
probablemente, sucesor de Alfonsín. En muchos aspectos, Cafiero y los
renovadores habían remodelado el peronismo a imagen y semejanza id alfonsinismo:
estricto respeto a la institucionalidad republicana, propuestas modernas y
democráticas, elaboradas por sectores de intelectuales, distanciamiento de las
grandes corporaciones y establecimiento de acuerdos mínimos con el gobierno para
asegurar el tránsito ordenado entre una presidencia y otra.
Quizás eso los perjudicó frente al candidato rival dentro del peronismo, el
gobernador de La Rioja, Carlos Menem. Mostró una notable capacidad para reunir
en torno suyo todos los segmentos del peronismo, desde los dirigentes
sindicales, rechazados por Cafiero hasta antiguos militantes de la extrema
derecha o la extrema izquierda de los años setenta, junto con todo tipo de
caudillos o dirigentes locales desplazados por los renovadores.
Explotando su figura de caudillo tradicional para diferenciarse de sus rivales
modernizadores, y sin necesidad de formular propuesta o programa alguno, ganó la
elección interna, y en julio de 1988 fue candidato a Presidente. En los meses
siguientes extendió y perfeccionó su fórmula. Tejió en privado sólidas alianzas
con los grandes intereses corporativos: importantes empresarios, como el grupo
Bunge y Born, dirigentes de la Iglesia, altos oficiales de las Fuerzas Armadas,
incluyendo los carapintadas. Pero en público apeló al vasto mundo de "los
humildes", a quienes se dirigió con un mensaje casi mesiánico, formulado con un
despliege escenográfico que lo hacía aparecer como un santón, y en el que la
"revolución productiva" y el "salariazo" prometidos prenunciaban la entrada en
la tierra de la promisión.
En agosto de 1988 el gobierno lanzó un plan económico, que denominó "Primavera",
con el propósito de llegar a las elecciones con la inflación controlada, pero
sin realizar ajustes que pudieran enajenar la voluntad de la población. Al
congelamiento de precios, y tarifas -aceptado a regañadientes por los
representantes empresa-agregó la declarada intención de reducir drásticamente el
déficit estatal condición para lograr el indispensable apoyo de los acreedores
externos mucho más remisos que antes, el plan marchó de entrada con
dificultades: la predisposición . de los distintos actores a mantener el
congelamiento fue escasa, los cortes en los gastos fiscales fueron resistidos,
la negociación con las principales entidades externas marchó muy lentamente, y
los fondos prometidos llegaron en con cuentagotas; en cambio lo hicieron los
capitales especulativos, aprovecharron la diferencia entre tasas de interés
elevadas y cambio fijo.
El 6 de febrero de 1989 el gobierno anunció la devaluación del peso -que devoró
la fortuna o los ahorros de quienes no supieron retirarse a tiempo- e inició un
período en que el dólar y los precios subieron vertiginosamente y la economía
entró en descontrol. Luego de largos períodos de alta inflación, había llegado
la hiperinflación, que destruyó el valor del salario y la moneda misma y afectó
la misma producción y circulación de bienes
Resumen 1989 – 1999
El 9 de julio de 1989 el presidente Raúl Alfonsín entregó el mando al electo
Carlos Saúl Menem. Se trataba de la primera sucesión constitucional desde 1928,
y de la primera vez, desde 1916, que un presidente dejaba el poder al candidato
opositor: todo hablaba de la consolidación del régimen democrático y republicano
restablecido en 1983. Pero su trascendencia quedó oscurecida por una formidable
crisis: la hiperinflación, desatada en abril, se prolongó hasta agosto; en julio
la inflación fue del 200%, y en diciembre todavía se mantenía en el 40%. Con un
Estado en bancarrota, moneda licuada, sueldos inexistentes y violencia social,
quedó expuesta la incapacidad que en ese momento tenía el Estado para gobernar y
hasta para asegurar el orden.
Existía una receta genérica, que a lo largo de la década del ochenta se había
instalado en el sentido común de economistas y gobernantes de todo el mundo:
facilitar la apertura de las economías nacionales, para posibilitar su adecuada
inserción en el mundo globalizado, y desmontar los mecanismos del Estado
interventor y benefactor, tachado de costoso e ineficiente. En el caso de la
Argentina, y de América Latina en general, esas ideas habían decantado en el
llamado Consenso de Washington; las agencias del gobierno norteamericano y las
grandes instituciones internacionales de crédito, como el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, transformaron estas fórmulas en
recomendaciones o exigencias, cada vez que venían en ayuda de los gobiernos para
solucionar los problemas coyunturales del endeudamiento. Economistas, asesores
financieros y periodistas se dedicaron con asiduidad a difundir el nuevo credo,
y gradualmente lograron instalar estos principios simples en el sentido común.
La economía argentina era poco eficiente debido a la alta protección que recibía
el mercado local, y al subsidio que, bajo formas variadas, el Estado otorgaba a
distintos sectores económicos; el déficit crónico de un Estado excesivamente
pródigo, que para saldar sus cuentas recurría de manera habitual a la emisión
monetaria, con su consiguiente secuela de inflación. Se cuestionaba todo un modo
de funcionamiento, iniciado en 1930 y consolidado con el peronismo. Algunos
discutían si la crisis era intrínseca a ese modelo, o si se debía al prodigioso
endeudamiento externo generado durante el Proceso, que colocó al Estado a merced
de los humores de acreedores y banqueros. Pero la conclusión era la misma: la
inflación y el endeudamiento.
La receta que difundían el FMI, el Banco Mundial y los economistas de prestigio
era simple. Consistía en reducir el gasto del Estado al nivel de sus ingresos
genuinos, retirar su participación y su tutela de la economía y abrirla a la
competencia internacional: ajuste y reforma. En lo sustancial, ya había sido
propuesta por Martínez de Hoz en 1976, aunque su ejecución estuvo lejos de estos
supuestos.
Los grandes grupos económicos, partidarios genéricos de estas medidas, pero
reacios a aceptarlas en aquello que los afectara específicamente. También las
enfrentaron quienes -no sin razones- asociaban las reformas propuestas con la
pasada dictadura militar. Bajo el gobierno de Alfonsín, en su último tramo, se
admitió la necesidad de encarar ese programa: hubo una cierta apertura
comercial, y un proyecto de privatizar algunas empresas estatales, que chocó en
el Congreso con la oposición del revitalizado peronismo y la reluctancia de
muchos radicales. La crisis de 1989 allanó el camino a los partidarios de la
receta reformista: según un consenso generalizado, había que optar entre algún
tipo de transformación profunda o la simple disolución del Estado y la sociedad.
Menem debía ganarse su apoyo. Un punto tenía a su favor: su incuestionable
voluntad política, él había ejercido largamente gobernación de La Rioja, pero de
un modo tan esporádico que casi era un gobernador absentista. En cambio, lo
rodeaba un séquito más que dudoso de aventureros y arribistas. Menem fue fiel a
lo más esencial de éste: el pragmatismo. Menem apeló a gestos casi desmedidos:
se abrazó con el almirante Rojas, se rodeó de los Alsogaray -padre e hija-, y
confió el Ministerio de Economía sucesivamente a dos gerentes del más
tradicional de los grupos económicos —Bunge y Born—, que según se decía traía un
plan económico mágico y salvador.
Menem y sus colaboradores directos estuvieron dando examen ante los "mercados".Menem
hizo aprobar por el Congreso dos grandes leyes: la de Emergencia Económica
suspendía todo tipo de subsidios, privilegios y regímenes de promoción, y
autorizaba el despido de empleados estatales. La Ley de Reforma del Estado
declaró la necesidad de privatizar una extensa lista de empresas estatales y
delegó en el presidente elegir la manera específica de realizarlas. Poco
después, el Congreso autorizó la ampliación de los miembros de la Corte Suprema;
con cuatro nuevos jueces el gobierno se aseguró la mayoría y aventó la
posibilidad de un fallo adverso en cualquier caso litigioso que generaran las
reformas.
Se concentró en la rápida privatización de ENTEL, la empresa de teléfonos, y de
Aerolíneas Argentinas. Todo se hizo rápido, de manera desprolija e incluso a
contrapelo de otras intenciones declaradas, como fomentar la competencia .Se
aseguró a las nuevas empresas un sustancial aumento de tarifas, escasas
regulaciones y una situación monopólica por varios años. En términos parecidos,
en poco más de un año se habían privatizado la red vial, los canales de
televisión, buena parte de los ferrocarriles y de las áreas petroleras.
Ante el déficit fiscal, el problema más urgente, no hubo ambigüedades: se
trataba de recaudar más, y rápidamente, aumentando los impuestos más sencillos
-al Valor Agregado y a las Ganancias— sin considerar dos cuestiones que las
propuestas reformistas solían atender: la mejora del ahorro y la inversión, y
algún criterio de equidad social
En los dos primeros años el gobierno no logró alcanzar la estabilidad. La
inflación se mantuvo alta, y los grandes grupos empresarios, pese a que
nominalmente apoyaban al gobierno y aún participaban de sus decisiones,
siguieron manejando su dinero de acuerdo con sus conveniencias particulares.
Erman González, nuevo ministro de Economía, la conjuró con una medida drástica:
se apropió de los depósitos a plazo fijo y los cambió por bonos de largo plazo
en dólares: el Plan Bonex. González, un oscuro contador riojano, del círculo más
íntimo del presidente, recibió los consejos de los bancos acreedores y de Alvaro
Alsogaray y aplicó una receta conocida: "se sentó sobre la caja", restringió al
máximo los pagos del Estado y la circulación monetaria. Redujo así la inflación,
pero a costa de una fortísima recesión que, al cabo de un año, había vuelto a
deprimir fuertemente los ingresos fiscales.
En las privatizaciones quienes rodeaban al presidente manejaban información
privilegiada y la posibilidad de impulsar algunas decisiones de gobierno, uno de
los mayores escándalos de corrupción fue el el Swiftgate, que involucró a una
empresa de Estados Unidos y ante el escándalo hubo rotaciones de gabinete. A
principios de 1991 asumió en el ministerio de Economía Domingo Cavallo
Hizo aprobar la trascendente Ley de Convertibilidad. Se establecía una paridad
cambiaría fija: simbólicamente, un dólar equivaldría a un nuevo "peso", y se
prohibía al Poder Ejecutivo no sólo modificarla sino emitir moneda por encima de
las reservas, de modo de garantizar esa paridad. El Estado, que tantas veces
había emitido moneda sin respaldo para superar su déficit -lo que finalmente
llevaba a una devaluación-, se ataba las manos para convencer de sus intenciones
a los "operadores", y a la vez renunciaba a su principal herramienta de
intervención en la economía. A ella siguió otra decisión igualmente categórica:
la reducción general de aranceles -cayeron a una tercera parte de su anterior
valor-, que concretaba la tantas veces anunciada apertura económica .y daba fe
de la seriedad con que sería encarado el programa reformista. Los resultados
inmediatos fueron muy exitosos: terminó la huida hacia el dólar, volvieron
capitales emigrados, bajaron las tasas de interés, cayó la inflación, hubo una
rápida reactivación económica y mejoró la recaudación fiscal. En ese contexto, y
merced al rescate de títulos de la deuda hechos con las privatizaciones, al año
siguiente se logró el acuerdo con los acreedores externos, en el marco del Plan
Brady: la Argentina volvió a ser confiable para los inversores.
Pese a la voluntad reformista, no era seguro que el Estado lograra equilibrar
sus cuentas; un poco lo logró por una mejora en la recaudación: Entre 1991 y
1994 entró al país una masa considerable de dólares, con los que el Estado saldó
su déficit, las empresas se re equiparon y, por vías indirectas, la gente común
incrementó su consumo. Este flujo generó optimismo y confianza, y disimuló los
costos de la reforma: el "ajuste estructural" dejó de parecer penoso, la
convertibilidad logró amplio consenso, y el gobierno se impuso holgadamente en
su primer compromiso electoral, a fines de 1992. Bajo la conducción del ministro
Cavallo, un economista de formación ortodoxa, con fuerte vocación política, que
había hecho sus primeras armas como funcionario en 1982, cuando estatizó y licuó
la deuda externa de las empresas. Cavallo incorporó al gobierno un número
importante de economistas y técnicos de alta capacidad profesional y escasa
experiencia política, lo dirigió de manera coherente y disciplinada, y lo
proyectó a diversas áreas del gobierno, que fue colonizando sistemáticamente
Cavallo avanzó con firmeza en las reformas, pero las llevó adelante con más
prolijidad. Se continuó con la venta de las empresas del Estado, pero la
privatización de las de electricidad, gas y agua incluyó garantías de
competencia, mecanismos de control y hasta venta de acciones a particulares;
incluso se previo la participación de los sindicatos en algunas de las nuevas
empresas, con lo que se ganó la buena voluntad de los gremialistas. YPF, la más
emblemática de las empresas estatales, fue privatizada, pero el Estado conservó
una cantidad importante de acciones, y los ingresos obtenidos se destinaron a
saldar las deudas con los jubilados, lo que atenuó posibles resistencias.
Se encaró la reforma del régimen previsional, cambiando sustancialmente su
sentido: en lugar de fundarse en la solidaridad de los activos con los pasivos,
cada trabajador pasaría a tener su cuenta de ahorro propia, administrada por una
empresa privada; se esperaba que sirviera para movilizar, a través de esas
empresas, una importante masa de ahorro interno, con la reforma de los regímenes
laborales, un campo en que el gobierno, enfrentado con los sindicatos, apenas
avanzó, y con la desregulación de las obras sociales, otro tema crucial para los
sindicalistas. Con los gobiernos de las provincias se firmó un Pacto Fiscal,
para que acompañaran la política de reducción de gastos, pero se tuvo una amplia
tolerancia con una serie de recursos que esos gobiernos utilizaban para paliar
los efectos del ajuste y practicar el clientelismo político.
Se expandió el consumo, gracias a sistemas crediticios con cuotas pactadas en
dólares, la inflación cayó drásticamente -aún podían recordarse las tasas
insólitas de 1989 y 1990-, creció la actividad económica y el Estado mejoró su
recaudación y hasta gozó de un par de años de superávit fiscal, en buena medida
debido a los ingresos por la privatización de las empresas
El desempleo.
Cada privatización estuvo acompañada de una elevada cantidad de despidos. Como
fruto de una larga colusión de intereses entre administradores y sindicalistas,
las empresas estatales habían acumulado una buena cantidad de empleados que,
considerados con los nuevos y estrictos criterios gerenciales, resultaban
excedentes.\Los efectos se disimularon al principio, por las importantes
indemnizaciones pagadas, pero explotaron a partir de 1995. En cuanto a las
empresas privadas, la apertura económica colocó a todas aquellas que competían
con productos importados en la perentoria necesidad de reducir sus costos,
racionalizar sus procesos productivos o sucumbir: debido a la sobrevaluación del
peso, los salarios, medidos en dólares, eran elevados.
Si las empresas quebraban, dejaban a todo el mundo en la calle; si mejoraban su
rendimiento, incorporaban maquinaria más compleja —aprovechando los créditos
fáciles— o racionalizaban el trabajo, se llegaba al mismo punto: trabajadores
que sobraban. En este aspecto fue decisiva la flexibilización de las condiciones
laborales; se produjo de hecho, y la posibilitó la baja capacidad de resistencia
de las organizaciones sindicales, que cuando recurrieron a la huelga fueron
ominosamente derrotadas, otros sectores eran golpeados por el congelamiento de
sus haberes, como los empleados estatales o los jubilados, por el encarecimiento
de los servicios públicos, debido a la privatización de las empresas, por el
cierre de sus establecimientos, como muchos empresarios pequeños o medianos, o
por los cortocircuitos financieros de varios gobiernos provinciales) pese al
rápido auxilio del gobierno nacional: en Santiago del Estero, Jujuy o San Juan
se produjeron las primeras manifestaciones públicas y violentas de descontento
por el nuevo orden.
Los sectores exportadores, perjudicados por un peso sobrevaluado -nadie
consideraba que la convertibilidad pudiera ser siquiera corregida-, recibieron
subsidios, reintegros y compensaciones fiscales. Los afectados de mayor
envergadura, las empresas que habían sido contratistas del Estado, recibieron el
premio^ mayor: participar en condiciones ventajosas de las privatizaciones
Por entonces los sectores empresariales ya podían advertir los límites de la
transformación, mucho más eficaz en la destrucción de lo viejo que en la
construcción de lo nuevo una parte de las empresas -las más grandes, las que
tenían acceso más fácil a los créditos- se había reestructurado eficientemente;
sin embargo, sus posibilidades de exportar e integrarse eficientemente en el
mercado global estaban restringidas por la sobrevaluación del peso -encadenado a
un dólar que por entonces se revaluaba-, que encarecía sus costos. Ya no podían
influir sobre el precio de los servicios o los combustibles, que antes se
fijaban con criterios políticos, pero sí podían tratar de reducir los costos
salariales, que en términos comparativos eran elevados, aunque los beneficiarios
no lo apreciaran.
Por los mismos motivos, los estímulos a la importación eran muy fuertes: el alud
de productos extranjeros arrasó con una buena parte de las empresas locales, y
generó un déficit comercial abultado. También crecía el déficit fiscal, entre
otras causas por la reaparición de mecanismos de asistencia a los exportadores.
Para sobrevivir día a día, enjugar el déficit y honrar los compromisos con los
acreedores, fijados en el Plan Brady, eran indispensables nuevos préstamos. La
decisión sobre ellos ya no reposaba en los grandes bancos, ni dependía
enteramente del aval del Fondo Monetario internacional, instituciones con alguna
preocupación económica general: en la nueva economía, las masas de inversiones
altamente volátiles dependían de las decisiones de managers de fondos mutuales o
fondos de inversión, a la búsqueda, día a día, del rendimiento más alto en
cualquier rincón del mundo, y desinteresados por cualquier política de largo
plazo. Factores absolutamente ajenos a la situación ¡local -como la oscilación
de la tasa de interés en Estados Unidos-los hacía traer o llevar su dinero, y
eso les daba una gran capacidad de presión. Cualquier oscilación produciría una
cascada de efectos desastrosos. En realidad, gracias a la convertibilidad había
reaparecido la vulnerabilidad exterior, característica de la economía de cien
años atrás.
Resumen 1989 – 1999
El 9 de julio de 1989 el presidente Raúl Alfonsín entregó el mando al electo
Carlos Saúl Menem. Se trataba de la primera sucesión constitucional desde 1928,
y de la primera vez, desde 1916, que un presidente dejaba el poder al candidato
opositor: todo hablaba de la consolidación del régimen democrático y republicano
restablecido en 1983. Pero su trascendencia quedó oscurecida por una formidable
crisis: la hiperinflación, desatada en abril, se prolongó hasta agosto; en julio
la inflación fue del 200%, y en diciembre todavía se mantenía en el 40%. Con un
Estado en bancarrota, moneda licuada, sueldos inexistentes y violencia social,
quedó expuesta la incapacidad que en ese momento tenía el Estado para gobernar y
hasta para asegurar el orden.
Existía una receta genérica, que a lo largo de la década del ochenta se había
instalado en el sentido común de economistas y gobernantes de todo el mundo:
facilitar la apertura de las economías nacionales, para posibilitar su adecuada
inserción en el mundo globalizado, y desmontar los mecanismos del Estado
interventor y benefactor, tachado de costoso e ineficiente. En el caso de la
Argentina, y de América Latina en general, esas ideas habían decantado en el
llamado Consenso de Washington; las agencias del gobierno norteamericano y las
grandes instituciones internacionales de crédito, como el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, transformaron estas fórmulas en
recomendaciones o exigencias, cada vez que venían en ayuda de los gobiernos para
solucionar los problemas coyunturales del endeudamiento. Economistas, asesores
financieros y periodistas se dedicaron con asiduidad a difundir el nuevo credo,
y gradualmente lograron instalar estos principios simples en el sentido común.
La economía argentina era poco eficiente debido a la alta protección que recibía
el mercado local, y al subsidio que, bajo formas variadas, el Estado otorgaba a
distintos sectores económicos; el déficit crónico de un Estado excesivamente
pródigo, que para saldar sus cuentas recurría de manera habitual a la emisión
monetaria, con su consiguiente secuela de inflación. Se cuestionaba todo un modo
de funcionamiento, iniciado en 1930 y consolidado con el peronismo. Algunos
discutían si la crisis era intrínseca a ese modelo, o si se debía al prodigioso
endeudamiento externo generado durante el Proceso, que colocó al Estado a merced
de los humores de acreedores y banqueros. Pero la conclusión era la misma: la
inflación y el endeudamiento.
La receta que difundían el FMI, el Banco Mundial y los economistas de prestigio
era simple. Consistía en reducir el gasto del Estado al nivel de sus ingresos
genuinos, retirar su participación y su tutela de la economía y abrirla a la
competencia internacional: ajuste y reforma. En lo sustancial, ya había sido
propuesta por Martínez de Hoz en 1976, aunque su ejecución estuvo lejos de estos
supuestos.
Los grandes grupos económicos, partidarios genéricos de estas medidas, pero
reacios a aceptarlas en aquello que los afectara específicamente. También las
enfrentaron quienes -no sin razones- asociaban las reformas propuestas con la
pasada dictadura militar. Bajo el gobierno de Alfonsín, en su último tramo, se
admitió la necesidad de encarar ese programa: hubo una cierta apertura
comercial, y un proyecto de privatizar algunas empresas estatales, que chocó en
el Congreso con la oposición del revitalizado peronismo y la reluctancia de
muchos radicales. La crisis de 1989 allanó el camino a los partidarios de la
receta reformista: según un consenso generalizado, había que optar entre algún
tipo de transformación profunda o la simple disolución del Estado y la sociedad.
Menem debía ganarse su apoyo. Un punto tenía a su favor: su incuestionable
voluntad política, él había ejercido largamente gobernación de La Rioja, pero de
un modo tan esporádico que casi era un gobernador absentista. En cambio, lo
rodeaba un séquito más que dudoso de aventureros y arribistas. Menem fue fiel a
lo más esencial de éste: el pragmatismo. Menem apeló a gestos casi desmedidos:
se abrazó con el almirante Rojas, se rodeó de los Alsogaray -padre e hija-, y
confió el Ministerio de Economía sucesivamente a dos gerentes del más
tradicional de los grupos económicos —Bunge y Born—, que según se decía traía un
plan económico mágico y salvador.
Menem y sus colaboradores directos estuvieron dando examen ante los "mercados".Menem
hizo aprobar por el Congreso dos grandes leyes: la de Emergencia Económica
suspendía todo tipo de subsidios, privilegios y regímenes de promoción, y
autorizaba el despido de empleados estatales. La Ley de Reforma del Estado
declaró la necesidad de privatizar una extensa lista de empresas estatales y
delegó en el presidente elegir la manera específica de realizarlas. Poco
después, el Congreso autorizó la ampliación de los miembros de la Corte Suprema;
con cuatro nuevos jueces el gobierno se aseguró la mayoría y aventó la
posibilidad de un fallo adverso en cualquier caso litigioso que generaran las
reformas.
Se concentró en la rápida privatización de ENTEL, la empresa de teléfonos, y de
Aerolíneas Argentinas. Todo se hizo rápido, de manera desprolija e incluso a
contrapelo de otras intenciones declaradas, como fomentar la competencia .Se
aseguró a las nuevas empresas un sustancial aumento de tarifas, escasas
regulaciones y una situación monopólica por varios años. En términos parecidos,
en poco más de un año se habían privatizado la red vial, los canales de
televisión, buena parte de los ferrocarriles y de las áreas petroleras.
Ante el déficit fiscal, el problema más urgente, no hubo ambigüedades: se
trataba de recaudar más, y rápidamente, aumentando los impuestos más sencillos
-al Valor Agregado y a las Ganancias— sin considerar dos cuestiones que las
propuestas reformistas solían atender: la mejora del ahorro y la inversión, y
algún criterio de equidad social
En los dos primeros años el gobierno no logró alcanzar la estabilidad. La
inflación se mantuvo alta, y los grandes grupos empresarios, pese a que
nominalmente apoyaban al gobierno y aún participaban de sus decisiones,
siguieron manejando su dinero de acuerdo con sus conveniencias particulares.
Erman González, nuevo ministro de Economía, la conjuró con una medida drástica:
se apropió de los depósitos a plazo fijo y los cambió por bonos de largo plazo
en dólares: el Plan Bonex. González, un oscuro contador riojano, del círculo más
íntimo del presidente, recibió los consejos de los bancos acreedores y de Alvaro
Alsogaray y aplicó una receta conocida: "se sentó sobre la caja", restringió al
máximo los pagos del Estado y la circulación monetaria. Redujo así la inflación,
pero a costa de una fortísima recesión que, al cabo de un año, había vuelto a
deprimir fuertemente los ingresos fiscales.
En las privatizaciones quienes rodeaban al presidente manejaban información
privilegiada y la posibilidad de impulsar algunas decisiones de gobierno, uno de
los mayores escándalos de corrupción fue el el Swiftgate, que involucró a una
empresa de Estados Unidos y ante el escándalo hubo rotaciones de gabinete. A
principios de 1991 asumió en el ministerio de Economía Domingo Cavallo
Hizo aprobar la trascendente Ley de Convertibilidad. Se establecía una paridad
cambiaría fija: simbólicamente, un dólar equivaldría a un nuevo "peso", y se
prohibía al Poder Ejecutivo no sólo modificarla sino emitir moneda por encima de
las reservas, de modo de garantizar esa paridad. El Estado, que tantas veces
había emitido moneda sin respaldo para superar su déficit -lo que finalmente
llevaba a una devaluación-, se ataba las manos para convencer de sus intenciones
a los "operadores", y a la vez renunciaba a su principal herramienta de
intervención en la economía. A ella siguió otra decisión igualmente categórica:
la reducción general de aranceles -cayeron a una tercera parte de su anterior
valor-, que concretaba la tantas veces anunciada apertura económica .y daba fe
de la seriedad con que sería encarado el programa reformista. Los resultados
inmediatos fueron muy exitosos: terminó la huida hacia el dólar, volvieron
capitales emigrados, bajaron las tasas de interés, cayó la inflación, hubo una
rápida reactivación económica y mejoró la recaudación fiscal. En ese contexto, y
merced al rescate de títulos de la deuda hechos con las privatizaciones, al año
siguiente se logró el acuerdo con los acreedores externos, en el marco del Plan
Brady: la Argentina volvió a ser confiable para los inversores.
Pese a la voluntad reformista, no era seguro que el Estado lograra equilibrar
sus cuentas; un poco lo logró por una mejora en la recaudación: Entre 1991 y
1994 entró al país una masa considerable de dólares, con los que el Estado saldó
su déficit, las empresas se re equiparon y, por vías indirectas, la gente común
incrementó su consumo. Este flujo generó optimismo y confianza, y disimuló los
costos de la reforma: el "ajuste estructural" dejó de parecer penoso, la
convertibilidad logró amplio consenso, y el gobierno se impuso holgadamente en
su primer compromiso electoral, a fines de 1992. Bajo la conducción del ministro
Cavallo, un economista de formación ortodoxa, con fuerte vocación política, que
había hecho sus primeras armas como funcionario en 1982, cuando estatizó y licuó
la deuda externa de las empresas. Cavallo incorporó al gobierno un número
importante de economistas y técnicos de alta capacidad profesional y escasa
experiencia política, lo dirigió de manera coherente y disciplinada, y lo
proyectó a diversas áreas del gobierno, que fue colonizando sistemáticamente
Cavallo avanzó con firmeza en las reformas, pero las llevó adelante con más
prolijidad. Se continuó con la venta de las empresas del Estado, pero la
privatización de las de electricidad, gas y agua incluyó garantías de
competencia, mecanismos de control y hasta venta de acciones a particulares;
incluso se previo la participación de los sindicatos en algunas de las nuevas
empresas, con lo que se ganó la buena voluntad de los gremialistas. YPF, la más
emblemática de las empresas estatales, fue privatizada, pero el Estado conservó
una cantidad importante de acciones, y los ingresos obtenidos se destinaron a
saldar las deudas con los jubilados, lo que atenuó posibles resistencias.
Se encaró la reforma del régimen previsional, cambiando sustancialmente su
sentido: en lugar de fundarse en la solidaridad de los activos con los pasivos,
cada trabajador pasaría a tener su cuenta de ahorro propia, administrada por una
empresa privada; se esperaba que sirviera para movilizar, a través de esas
empresas, una importante masa de ahorro interno, con la reforma de los regímenes
laborales, un campo en que el gobierno, enfrentado con los sindicatos, apenas
avanzó, y con la desregulación de las obras sociales, otro tema crucial para los
sindicalistas. Con los gobiernos de las provincias se firmó un Pacto Fiscal,
para que acompañaran la política de reducción de gastos, pero se tuvo una amplia
tolerancia con una serie de recursos que esos gobiernos utilizaban para paliar
los efectos del ajuste y practicar el clientelismo político.
Se expandió el consumo, gracias a sistemas crediticios con cuotas pactadas en
dólares, la inflación cayó drásticamente -aún podían recordarse las tasas
insólitas de 1989 y 1990-, creció la actividad económica y el Estado mejoró su
recaudación y hasta gozó de un par de años de superávit fiscal, en buena medida
debido a los ingresos por la privatización de las empresas
El desempleo.
Cada privatización estuvo acompañada de una elevada cantidad de despidos. Como
fruto de una larga colusión de intereses entre administradores y sindicalistas,
las empresas estatales habían acumulado una buena cantidad de empleados que,
considerados con los nuevos y estrictos criterios gerenciales, resultaban
excedentes.\Los efectos se disimularon al principio, por las importantes
indemnizaciones pagadas, pero explotaron a partir de 1995. En cuanto a las
empresas privadas, la apertura económica colocó a todas aquellas que competían
con productos importados en la perentoria necesidad de reducir sus costos,
racionalizar sus procesos productivos o sucumbir: debido a la sobrevaluación del
peso, los salarios, medidos en dólares, eran elevados.
Si las empresas quebraban, dejaban a todo el mundo en la calle; si mejoraban su
rendimiento, incorporaban maquinaria más compleja —aprovechando los créditos
fáciles— o racionalizaban el trabajo, se llegaba al mismo punto: trabajadores
que sobraban. En este aspecto fue decisiva la flexibilización de las condiciones
laborales; se produjo de hecho, y la posibilitó la baja capacidad de resistencia
de las organizaciones sindicales, que cuando recurrieron a la huelga fueron
ominosamente derrotadas, otros sectores eran golpeados por el congelamiento de
sus haberes, como los empleados estatales o los jubilados, por el encarecimiento
de los servicios públicos, debido a la privatización de las empresas, por el
cierre de sus establecimientos, como muchos empresarios pequeños o medianos, o
por los cortocircuitos financieros de varios gobiernos provinciales) pese al
rápido auxilio del gobierno nacional: en Santiago del Estero, Jujuy o San Juan
se produjeron las primeras manifestaciones públicas y violentas de descontento
por el nuevo orden.
Los sectores exportadores, perjudicados por un peso sobrevaluado -nadie
consideraba que la convertibilidad pudiera ser siquiera corregida-, recibieron
subsidios, reintegros y compensaciones fiscales. Los afectados de mayor
envergadura, las empresas que habían sido contratistas del Estado, recibieron el
premio^ mayor: participar en condiciones ventajosas de las privatizaciones
Por entonces los sectores empresariales ya podían advertir los límites de la
transformación, mucho más eficaz en la destrucción de lo viejo que en la
construcción de lo nuevo una parte de las empresas -las más grandes, las que
tenían acceso más fácil a los créditos- se había reestructurado eficientemente;
sin embargo, sus posibilidades de exportar e integrarse eficientemente en el
mercado global estaban restringidas por la sobrevaluación del peso -encadenado a
un dólar que por entonces se revaluaba-, que encarecía sus costos. Ya no podían
influir sobre el precio de los servicios o los combustibles, que antes se
fijaban con criterios políticos, pero sí podían tratar de reducir los costos
salariales, que en términos comparativos eran elevados, aunque los beneficiarios
no lo apreciaran.
Por los mismos motivos, los estímulos a la importación eran muy fuertes: el alud
de productos extranjeros arrasó con una buena parte de las empresas locales, y
generó un déficit comercial abultado. También crecía el déficit fiscal, entre
otras causas por la reaparición de mecanismos de asistencia a los exportadores.
Para sobrevivir día a día, enjugar el déficit y honrar los compromisos con los
acreedores, fijados en el Plan Brady, eran indispensables nuevos préstamos. La
decisión sobre ellos ya no reposaba en los grandes bancos, ni dependía
enteramente del aval del Fondo Monetario internacional, instituciones con alguna
preocupación económica general: en la nueva economía, las masas de inversiones
altamente volátiles dependían de las decisiones de managers de fondos mutuales o
fondos de inversión, a la búsqueda, día a día, del rendimiento más alto en
cualquier rincón del mundo, y desinteresados por cualquier política de largo
plazo. Factores absolutamente ajenos a la situación ¡local -como la oscilación
de la tasa de interés en Estados Unidos-los hacía traer o llevar su dinero, y
eso les daba una gran capacidad de presión. Cualquier oscilación produciría una
cascada de efectos desastrosos. En realidad, gracias a la convertibilidad había
reaparecido la vulnerabilidad exterior, característica de la economía de cien
años atrás.
La Globalización
La construcción de las naciones modernas se produjo a partir del desarrollo
simultáneo de sus economías, sus sistemas de gobierno y su cultura. Los miembros
de una sociedad abierta en la que se respetan todas las opiniones y en laque no
buscamos eliminar al que piensa de manera distinta, ni imponernos a través del
uso de la fuerza.
La caída del Muro de Berlín en 1989 marca el fin de la Guerra Fría e inicia el
proceso de desmembramiento político de una de las potencias contendientes, la
URSS, que se concreta en 1991. El capitalismo, en su versión liberal y
democrática, parecía instalarse a partir de la década de 1990 como el sistema
económico-político dominante en el mundo. Este sistema capitalista, en tanto
modelo de relaciones económicas, se expande a países de fuerte tradición
comunista o socialista como China y la India, que a partir de mediados de los 80
realizan reformas que los integran al mundo con éxito relativo.
La Argentina y otras naciones latinoamericanas, realizan reformas en sus
economías impulsadas por las ideas neoliberales , expresadas en el llamado
Consenso de Washington; y siguiendo los consejos del Fondo Monetario
Internacional (FMI) y otros organismos económicos multilaterales, como el Banco
Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre los más
conocidos. La opinión generalizada a mediados de la primera década del siglo XXI,
con sustento empírico significativo, es que no nos fue bien al adoptar estas
políticas de reforma. En New York y en Washington, el 11 de septiembre de 2001:
el ataque terrorista11 a las Torres Gemelas y al Pentágono. Un enfrentamiento de
tipo religioso y cultural muy distinto al ideológico-político que había
caracterizado a la Guerra Fría.
La Argentina vivió hacia fines de 2001 una crisis fiscal, monetaria, social y
política de terrible magnitud. El presidente De la Rua tuvo que abandonar el
cargo y en término de pocos días la Nación tuvo siete presidentes diferentes. La
pobreza alcanzaba al 57% de la población y se declaraba el no pago de parte de
la deuda externa: los títulos en manos de los acreedores particulares. Con este
hecho la Argentina se quedaba afuera de uno de los mercados que mejor
caracterizan la globalización económica: el mercado de capitales financieros.
Entre los hechos y situaciones más relevantes que caracterizan el período que
estudiamos en esta unidad podemos mencionar: el final de la Guerra Fría y la
caída del comunismo, los EE.UU. como potencia hegemónica mundial, el Eje del
Mal, las guerras unilaterales impulsadas por los EE.UU. sin el aval de las
Naciones Unidas, el predominio a escala global del capitalismo y de las ideas
neoliberales, los movimientos globales opuestos a dichas ideas, los avances
tecnológicos en las comunicaciones y en el manejo de la información con la
consiguiente educación que requieren para su pleno aprovechamiento, la
globalización de los mercados financieros y las crisis recurrentes que se
vinculan con la falta de control de los mismos, la planificación global de la
producción por parte de las empresas transnacionales, el debilitamiento de los
Estados nacionales, los procesos de integración económica regional como la UE,
NAFTA, o el Mercosur17, etc.,
La creciente desigualdad en la distribución del ingreso a escala mundial y al
interior de los países, los movimientos migratorios desde los países menos
desarrollados hacia los más ricos, los problemas medioambientales como la lluvia
ácida o el calentamiento global, el narcotráfico y el tráfico de armas, las
guerras étnicas y los genocidios que se producen en el marco de ellas y, por
último, el fundamentalismo integrista islámico y su expresión más temida en
Occidente, el terrorismo suicida. La Argentina, en tanto comunidad nacional y
cada uno de nosotros desde su lugar está inserta en un mundo cada vez más
complejo e integrado. Un mundo, más chico pero más difícil de entender y
predecir.
En el plano económico, la globalización sigue vigente, en especial en sus dos
dimensiones más relevantes: 1)-la revolución tecnológica y 2)- la planificación
global de la producción. Pero esa globalización ha perdido el ritmo vertiginoso
que tenía durante la década de 1990, especialmente, en la primera parte de ella.
el mercado y la sociedad civil. La política y la estrategia vuelven, como en
tiempos de Guerra Fría, a ocupar un lugar prioritario. Relacionado con esto, la
pérdida de libertades individuales, baluarte de las democracias occidentales
ricas. Esta pérdida se puede observar en la creación de aparatos de seguridad
interior muy sofisticados y con amplias competencias, en la sanción de leyes
restrictivas de las libertades personales.
El orden en el que lo ideológico iba a ser reemplazado por lo cultural y lo
religioso.
(conflicto USA-medio oriente) el elevado precio del petróleo derivado de los
conflictos políticos de medio oriente, entre otros factores, afecta la matriz
energética de muchos países de nuestra región, aunque se debe reconocer que
beneficia de manera muy considerable a otros. Entre los más perjudicados se
encuentran los que deben importarlo y entre los más beneficiados está Venezuela,
por ejemplo, uno de los grandes productores mundiales de petróleo. Se estima que
para el año 2005 el elevado precio del petróleo reducirá el crecimiento del
producto mundial en un 0,8% y que los países más perjudicados serán los llamados
emergentes. De todos modos, las perspectivas económicas para América Latina son
favorables y los indicadores así lo muestran.
Se hace cada vez más complejo pronosticar el comportamiento de la economía
mundial a mediano y a largo plazo. Durante la década del 80, el país estrella en
el plano económico fue Japón; su organización productiva, el gobierno de las
grandes corporaciones –incluyendo su Estado-, eran motivo de imitación y de
elogio por parte de todos los líderes de los países desarrollados. De la mano
del incremento de la productividad, debido, principalmente, a que las
tecnologías de la información y las redes informáticas habían alcanzado su
madurez y estaban dando sus frutos, los Estados Unidos recuperan su lugar de
liderazgo en la economía mundial en los 90. El déficit del gobierno se había
transformado hacia fines de los 90 en superávit. La inestabilidad económica
actual hace referencia a que es muy difícil pronosticar que va a suceder con la
economía mundial en el corto y mediano plazo, esta falta de previsibilidad
económica es consecuencia, principalmente, de la situación política.
Como conclusión con respecto a la economía en el siglo XX, siglo durante el cual
se alcanzaron niveles de desarrollo económicos sin precedentes en la historia de
la humanidad, es el fracaso de los modelos de organización colectivistas o
comunistas. Esto se pone de manifiesto con el derrumbe económico del modelo
soviético a fines de los 80, y con el éxito de China una vez que el Partido
Comunista Chino, bajo la conducción de Deng Xiaoping, pone en marcha la
modernización, dejando atrás la denominada Revolución Cultural Proletaria de Mao,
que propiciaba el radicalismo ideológico. Cuando se murió Mao en 1976 el nivel
de vida de los campesinos chinos era equivalente al que tenían cuando se fundó
la República Popular en 1949. (Guadagni, 2004)
La búsqueda de mercados es tan implacable como el crecimiento del poder
empresarial privado, las desigualdades han aumentado, sobre todo en las
economías anglosajonas que están a la vanguardia de la globalización, en la
medida en que las recompensas a las habilidades tecnológicas y de gestión se han
disparado mientras que los que ocupan los puestos inferiores han quedado
expuestos a un incipiente mercado mundial de mano de obra (Giddens y Hutton,
1999). En términos estructurales podemos afirmar que estamos en presencia de un
sistema capitalista más salvaje en el que la inestabilidad del empleo y la
inseguridad del ingreso económico, han venido para quedarse. El crecimiento
económico no siempre es sinónimo de desarrollo, ni de mejor calidad de vida para
los ciudadanos.
Otra causa estructural de la inestabilidad económica, en el actual contexto
mundial, es de tipo demográfico económico, y afecta principalmente a Europa. La
expectativa de vida aumentó, lo que produjo el envejecimiento de la población y
una carga de la población pasiva54 cada vez menos tolerable sobre la
económicamente activa (Cortés Conde, 2003). Este hecho tiene carácter explosivo
en el largo plazo y, además, desgasta el consenso respecto a la solidaridad y
sobre el llamado Estado de bienestar.
Los más jóvenes no estarían dispuestos a seguir pagando altos impuestos para
financiar a sus mayores. El envejecimiento de la población es un problema de
tremenda magnitud en muchas sociedades, también lo es la escasa natalidad y la
reorganización de la familia, el surgimiento de nuevos tipos de familias.
Relacionada con estas cuestiones está la inmigración hacia los países europeos,
esos inmigrantes a los que necesitan como fuerza de trabajo, a su vez
representan una amenaza cultural y política a largo plazo por su mayor tasa de
natalidad respecto a los europeos nativos y por su menor nivel educativo, cada
vez más necesario para tener posibilidades de insertarse con éxito en el mercado
laboral.
La competitividad se ha convertido en una cuestión clave en las relaciones
económicas internacionales.
Se impone aquel en el que la productividad de los factores es mayor porque se
obtiene mayor cantidad y calidad de producción, en relación con los costos. El
grado de competitividad que depende no solo de cuestiones económicas, sino de
otras de tipo político-institucional y cultural, va a hacer que un país o región
sea más o menos atractivo para los capitales dispuestos a invertir para
producir. Los más competitivos van a atraer más capitales y van a crecer más que
los otros. Por último, debemos decir que: entre los factores de fluctuación
económica mundial y relacionada con los cambios estructurales derivados de la
Globalización, está presente la inestabilidad de los mercados financieros
internacionales.
En la década del 90 la situación cambia. Se asienta la desigualdad y aparecen el
desempleo y la pobreza estructural, amplios sectores de la población quedan
marginados de los beneficios del crecimiento. Todo esto se agrava con las crisis
financieras recurrentes que de forma directa o por contagio -como miembros de
ese grupo denominado de países emergentes- golpean a las naciones
latinoamericanas. En otro sentido, están los factores de riesgo de la economía
mundial, que impactan sobre su vulnerabilidad como hemos visto. Esos factores
los podemos agrupar en conjuntos: 1)- económicos (ejemplos: los del párrafo
anterior, inflación en EE.UU.), 2)-geopolíticos (ejemplos: Guerra con Irak,
terrorismo), 3)- sociales (ejemplos: envejecimiento de la población,
inmigraciones ilegales, hambrunas en África) y 4)-ecológicos (ejemplos:
huracanes, terremotos, sequías, epidemias como, en la actualidad, la
potencialmente temida peste o gripe aviaria). También es muy importante para
estimar el comportamiento de la economía mundial, estar atentos a lo que sucede
con estos factores de riesgo.
La población rural va a superar a la urbana por lo menos durante una generación
más, es bastante obvio que las actividades agropecuarias son claves para reducir
la pobreza y en particular la agricultura. Pero lo que observamos en la práctica
es que los paises industrializados protegen y subsidian a sus productores
agropecuarios que son muy ineficientes, perjudicando a los productores de los
paises en desarrollo. La producción de alimentos y de bienes agrícolas en
general, representa apenas el 10% del comercio mundial y el 4% del PBI del
mundo, sin embargo es la actividad menos liberalizada y en la que se producen
las mayores dificultades para llegar a acuerdos comerciales. Esto se explica por
cuestiones históricas y por la presión política que ejercen algunos grupos
privilegiados al interior de los PI. Prácticamente todo el mundo coincide en que
la manera de salir de la pobreza es a partir del trabajo y la producción; el
asistencialismo, la dádiva, o la limosna, sólo pueden ser soluciones de tipo
pasajero. Está probado que los países pobres pueden ser eficientes productores
de alimentos, pero necesitan mercados en donde venderlos.
Otra de las cuestiones que es fuente de inequidad entre los PI y los PED, y que
es materia de negociación internacional, es el medio ambiente. Está demostrado
que son los PI, los que emanan más gases invernadero que provocan el llamado
calentamiento global, pero dicho perjuicio afecta por igual a todos los
habitantes del mundo. Mientras que los países ricos reciben los beneficios de su
mayor actividad económica, los pobres deben asumir los costos del deterioro del
medio ambiente. Se había llegado a un principio de acuerdo sobre el tema, los
países contaminadores iban a indemnizar a los pobres y se comprometían con la
aplicación de políticas medioambientales consistentes y sustentables. Ese
entendimiento se concretó en el Protocolo de Kyoto, pero al no ser ratificado
por países como EE.UU. y Rusia, se impide su real vigencia.
El compromiso de los líderes mundiales, en pos de reducir la pobreza quedó
plasmado en la llamada Cumbre del Milenio. En septiembre del año 2000, 189 jefes
de Estado y de Gobierno asumieron, en nombre de sus países -ricos y pobres-, el
compromiso de alcanzar una serie de objetivos mensurables y con plazos definidos
para 2015. Objetivos del Desarrollo para el Milenio: erradicar la pobreza
extrema y el hambre, lograr una educación primaria universal, promover la
igualdad de género y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad infantil,
mejorar la salud materna, combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras
enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, desarrollar una
alianza mundial para el desarrollo. (CMDSG,2003). Cinco años después de haberse
fijado estos objetivos, y con los avances realizados hasta el momento, se puede
estimar que muchos de ellos no van a poder ser alcanzados para 2015, por
ejemplo, el de una educación primaria universal.
En junio de 2005, los países denominados del Grupo de los Ocho (G8), que reúne a
los países más industrializados del mundo, acordaron la condonación de las
deudas de 18 países -entre ellos Bolivia, Guyana, Honduras y Nicaragua- en
nuestra región, el resto pertenece al continente africano. La condonación de las
deudas con los organismos de crédito multilaterales (FMI, Banco Mundial y otros)
representa un ahorro anual muy importante para estas naciones. Esta decisión fue
tomada en el marco de una presión muy fuerte por parte de varios grupos
políticos que exigen soluciones concretas al problema de la pobreza en el mundo.
Uno de los hechos más relevantes fue el Live 8, realizado el 2 de julio de 2005
simultáneamente en 9 ciudades del mundo.
Ese día los grupos de rock y los artistas más renombrados 73 –hasta PinK Floyd
se volvió a unir por esta manifestación- le reclamaron al G8 que: duplicara la
ayuda para el desarrollo de África, cancelara la totalidad de la deuda de estos
países y modificara sus regulaciones comerciales para dar acceso al mercado a
los productos africanos. A modo de ejemplo muy simple y para entender cómo las
diferentes dimensiones política, económica, social y cultural se relacionan en
el plano internacional, podemos ver cómo en el mismo momento en que líderes
sociales / culturales -tal el caso de Bono de U2- instalaban en el centro de la
discusión internacional el problema del hambre y la pobreza; y presionaban a los
líderes de los países más ricos a dar respuestas sobre la cuestión, se producen
los atentados en el subterráneo de Londres, dejando la cuestión de la
desigualdad mundial en un segundo plano.
¿Pero qué es globalización? En términos generales, es un impacto sobre la
actividad humana que trasciende las fronteras nacionales. Tales actividades
pueden ser económicas, sociales, culturales, políticas, tecnológicas, o incluso
biológicas, como ocurre con las enfermedades 76. Todas estas esferas de acción
pueden interactuar. Por ejemplo: el VIH/SIDA es un fenómeno biológico, pero
afecta y es afectado por fuerzas económicas, sociales, culturales, políticas y
tecnológicas a nivel global, regional, nacional y comunitario. (Goldin y Reiner,
2005). El fenómeno Globalización continúa vigente, pero ha dejado de tener el
protagonismo que tenía e nel pasado reciente. La vigencia está dada por la
permanencia de dos de sus principales características: a)- la planificación
mundial de la producción económica por parte de las grandes organizaciones
empresarias 85, y b)- la revolución tecnológica permanente.
El comercio mundial parecía crecer sin límites hacia principios del siglo XX,
pero sobrevinieron las Grandes Guerras y en medio la crisis de 1929, y la
tendencia cambió, los países se cerraron y la liberalización comercial quedó
aletargada. Un mundo que se ampliaba a partir de la incorporación de regiones
antes olvidadas, esto era posible a partir de cambios tecnológicos sin
precedentes. Innovaciones como el ferrocarril, el telégrafo y el barco a vapor
fueron determinantes para la incorporación de la Argentina en el sistema
económico mundial. Un papel similar puede tener en la actualidad Internet.
Por lo tanto, exceptuando el mercado laboral, la globalización actual es más
importante en lo referente al comercio de bienes y servicios y a los movimientos
de capitales. Como sugieren los paralelos económicos con 1914, la globalización
actual muestra algunas señales de reversibilidad. Los riesgos crecen cuando uno
considera la actual situación política, con los mismos cinco defectos del orden
internacional anterior a1914: sobre expansión imperial, la rivalidad de las
grandes potencias, un sistema de alianzas inestable, Estados canallas
promoviendo el terror y el crecimiento de una organización revolucionaria
terrorista hostil hacia el capitalismo. (Ferguson, 2005)
La manera empírica de analizar esto sería observando las series de datos
estadísticos de: volumen de los flujos comerciales y los movimientos de factores
de la producción: trabajo y capital. Mayores flujos internacionales de bienes y
factores darían cuenta de más globalización. También hay que observar la
evolución de los precios de los bienes y factores en las diferentes naciones; en
caso de estar en presencia de una mayor globalización lo que se debería observar
es una convergencia en los precios. Esto es, que la brecha entre los precios de
los bienes y factores tienda a achicarse entre los países.
Por ejemplo una computadora tiende al mismo precio en cualquier lugar del mundo
y lo mismo pasaría con la tasa de interés y con la hora de trabajo de personas
que hacen lo mismo. Además del grado de integración de los mercados, se estudian
también cuestiones relacionadas con la geografía (costos de transporte,
radicación de actividades productivas y de servicios, etc.), tecnológicas
(producción y difusión de nuevos conocimientos científicos y sus aplicaciones
técnicas) y con la política (gobiernos nacionales, gobierno de las grandes
empresas transnacionales, instituciones financieras y políticas
internacionales).
Los bajos costos de transporte y aranceles, promovieron la rápida expansión
comercial, dicha expansión se interrumpe en el período de entreguerras, y vuelve
a crecer mucho, luego de 1950. Pero las condiciones imperantes a partir de ese
momento en lo que respecta a costos de transportes y barreras comerciales,
pueden considerarse más restrictivas que lo que eran con anterioridad a la
primera guerra. Como mencionamos estas barreras son muy significativas en el
comercio agrícola, algo que nos perjudica regionalmente. El proteccionismo
existente en algunos mercados de commodities, en especial, los agrícolas, es más
significativo en la actualidad que a principios del siglo XX. Lo cual, es un
impedimento para que los beneficios de la globalización sean para todos. Los
subsidios agrícolas y el proteccionismo realizado por los países ricos es un
impedimento para que los países pobres reviertan su situación.
En relación con los mercados de trabajo, aún continúan, muy influenciados por
las variables agro-económicas locales y las legislaciones de los Estados
nacionales. Pero los obreros que tienen un nivel de capacitación bajo, que están
preparados para realizar una única actividad laboral y que dicha actividad es
mano de obra intensiva, pueden ver peligrar sus fuentes de trabajo si están
radicados en países en los que, por cuestiones legales y/o macroeconómicas, los
salarios sean muy elevados. La planificación a nivel global de la producción que
caracteriza a la globalización, determina que las empresas radican este tipo de
actividades productivas, intensivas, en mano de obra con escasa calificación, en
regiones donde el salario es más bajo, como ser china e india por ejemplo.
La Globalización afecta dimensiones clave del Estado-nación: la de la soberanía,
debido a la desterritorialización de las actividades productivas y del nuevo
factor clave: el conocimiento, como así también del capital financiero y del
trabajo, especialmente el trabajo intelectual que con las nuevas tecnologías se
puede realizar desde cualquier lugar del mundo; y la de la identidad, porque lo
nacional –lo argentino, lo brasileño, lo español, etc.- queda jaqueado por lo
local, el ámbito en el cual las personas desarrollamos nuestra vida cotidiana, y
por lo global, a lo que accedemos en tiempo real a través de las nuevas
tecnologías de la información.
Uno de los mayores cambios de los últimos treinta años es la igualdad creciente
entre hombres y
mujeres una tendencia que también tiene dimensión mundial, aunque todavía quede
mucho por hacer. (Giddens, 1999). A modo de síntesis de las ideas dominantes con
respecto al Estado-nación en el contexto de la Globalización, vamos a citar a
Furtado (1998) que nos dice: […] el tipo de que dio sustento al sistema de poder
de los estados-nación se encuentra claramente desequilibrado, en perjuicio de
los trabajadores organizados y en favor de las empresas que controlan las
innovaciones tecnológicas. Ya no existe el equilibrio que la acción reguladora
del poder público garantizó en el pasado. Lo anterior explica la reducción de la
participación de los asalariados en el ingreso nacional de todos los países,
independientemente de sus tasas de crecimiento.
La Globalización está íntimamente vinculada con la tecnología en general y con
las comunicaciones en particular. Un capitalismo de dimensión mundial
conjuntamente con una red global de comunicaciones, que opera en tiempo real, es
lo que le confiere a esta era histórica, a la que llamamos Globalización.
Se podría decir que las nuevas tecnologías son el motor de la Globalización.
Definimos tecnología como: El conjunto de conocimientos científicos, técnicos y
artesanales que permiten producir un bien o un servicio y que las tecnologías
amplían nuestra habilidades para cambiar el mundo: para cortar, modelar y unir
materiales, para mover cosas de un lugar a otro, para llegar más lejos con
nuestras manos, voces y sentidos. Usamos tecnologías para tratar de cambiar al
mundo para hacer que se adapte mejor a nuestras necesidades. Cabe aclarar que
las tecnologías no consisten en artefactos, sino en los conocimientos que ellos
llevan incorporados y en la forma en que la sociedad puede usarlos (Ferraro,
1999). Dos grupos de tecnologías pueden ser reconocidos como los más relevantes
en esta etapa: las llamadas tecnologías de la información y dentro de ellas en
particular las telecomunicaciones, y la biotecnología
Como surgen nuevos negocios, otros desaparecen. Ninguno está seguro en su
trabajo o actividad por demasiado tiempo, esto afecta tanto a empresas como a
empleados. El que no se actualiza de forma permanente, se transforma en el
primero en ser desechado por el sistema. Nos han obligado a estar
permanentemente adquiriendo nuevos conocimientos y a archivar viejos esquemas y
productos. Cada vez son más valoradas en el mundo las disciplinas científicas y
tecnológicas. Las nuevas tecnologías también han generado cambios en los planos
políticos y sociales, aunque son más fáciles de percibir los primeros.
Un hecho relevante y novedoso con relación a las nuevas tecnologías es que: por
primera vez en la historia los jóvenes poseen un mayor dominio que los adultos
del saber que definirá el futuro perfil político económico del mundo, un cambio
de eje de consecuencias invaluables. (Arenes, La Nación, 29 de agosto de 2004)
Con respecto a la cultura señalaremos solamente tres aspectos: en primer lugar
la posible pérdida de las identidades culturales demarcadas por los
Estados-nación, durante su proceso de construcción, en segundo lugar el
predominio del idioma inglés, y en tercer lugar la aparición de una industria de
la cultura y del entretenimiento, que está adquiriendo una dimensión regional /
global, que tiene una influencia muy significativa sobre las culturas nacionales
y que es una actividad con muchas posibilidades económicas para la Argentina.
De todos modos las principales fuentes de socialización y de transmisión de la
cultura siguen siendo la familia, la comunidad de pertenencia, y la escuela;
todas ellas relacionadas con la dimensión local y nacional, Los programas
educativos, por ejemplo, continúan estando bajo la orbita de los Estados. Aunque
se debe reconocer que los medios de comunicación ejercen un rol cada vez más
importante en ese proceso de transmisión cultural, un buen ejemplo son los
programas de dibujos animados dirigidos a los niños. Con respecto al segundo
punto, el idioma inglés, se debe reconocer que es el medio de comunicación del
mundo.
En especial del mundo de los negocios y también del mundo de la ciencia. Los
negocios se hacen, mayoritariamente, en inglés, al igual que la producción y
transmisión del conocimiento científico. Este es un hecho objetivo que no
debemos desconocer como sociedad y como habitantes del mundo y de hecho no lo
hacemos. A las demás lenguas, todas con su riqueza propia, parecería que les
queda el importante espacio de las artes y las expresiones culturales, en
general.
A modo de síntesis de Globalización
Intentando reproducir el esquema sugerido en el mundo actual, en el que se
separa lo político, lo económico y lo social, y siguiendo a Anthony Giddens, uno
de los autores que más ha trabajado el tema Globalización, podemos concluir en
que:
• Globalización es el nombre que mejor define a la actual era histórica. Es un
término relativamente nuevo, aunque el fenómeno que describe no lo sea.
• En términos políticos implica la vigencia del modelo capitalista democrático
sin
la existencia de su contrapartida, el comunismo. La necesidad de replantear la
idea de Estado-nación, en algunas de sus dimensiones más básicas, como la
de la soberanía y de la identidad.
• En el aspecto económico es la aparición de la economía intangible, economía
del conocimiento, este se ha convertido en el insumo clave de la producción.
En otras épocas, lo fueron la tierra o, en la economía industrial, el capital.
Otra
de las características es el despliegue y velocidad de los mercados financieros.
• En cuestiones sociales se debe hacer referencia a los cambios derivados de
los avances tecnológicos, en particular la construcción de una red mundial de
comunicaciones que impacta sobre el trabajo y sobre las formas de
relacionarse y comunicarse. Por otra parte, la desigual distribución de los
recursos, no sólo de la riqueza, sino principalmente de los conocimientos.