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CASOS.

Se debilitó la construcción en 2007. En 11 meses acumuló un crecimiento del 5,4%, muy inferior al 17,6% que mostraba hace un año.
Para la construcción, 2007 será recordado como el año en el que la palabra boom dejó de utilizarse en tiempo presente para comenzar a aplicarse al pasado. El sector; uno de los bastiones del crecimiento económico, registrará este año la menor expansión desde que se reactivó en 2002.
El indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) arrojó un alza del 8,3% respecto de noviembre del año anterior, según la medición desestacionalizada. Con relación a octubre, hubo una mejora del 2,4%. Estas cifras fueron suficientes para que la actividad acumulara una expansión del 5,4% en los primeros 11 meses de este año respecto del mismo período de 2006. El dato marca una fuerte desaceleración, que el año anterior mostraba hasta el mismo mes una suba del 17,6 por ciento.

El consumo de servicios creció 12,9%.
SITUACION PROBLEMÁTICA

El consumo de servicios creció 12,9%.
El consumo de servicios públicos registró un aumento del 12,9% en lo que va del año, impulsado por el transporte de cargas y por el sector de telefonía celular, según informó ayer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Al compara noviembre de este año con igual período del año anterior, la suba es del 17,7 por ciento.
Durante el mes pasado, en el rubro servicio telefónico básico las llamadas urbanas aumentaron el 14 por ciento y las interurbanas, el 25,5 por ciento, siempre en comparación con igual mes de 2006.
Y dentro del segmento de telefonía, lo que tuvo mayor expansión fue el servicio móvil: el organismo precisó que la cantidad de los celulares en servicio trepó a 38.770.000 unidades en noviembre, lo que implica un crecimiento del 28 por ciento en forma interanual.
Informe del Banco Mundial
Hay 44 millones de nuevos pobres
El alza de los precios de los alimentos hizo crecer el flagelo en el mundo, según el BM
Miércoles 16 de febrero de 2011 | Publicado en edición impresa
WASHINGTON (EFE).- Cerca de 44 millones de personas han sido arrastradas bajo el umbral de pobreza por el aumento de los precios de los alimentos, que se encuentran en "niveles peligrosos", alertó ayer en un informe el Banco Mundial (BM). El presidente de la entidad, Robert Zoellick, calificó la situación de "peligrosa" y urgió a los líderes del G-20, que se reunirán dentro de unos días en París, a que consideren la cuestión de los alimentos como un tema "fundamental" de la agenda.
Según el informe, los precios mundiales de los alimentos han subido un 15% entre octubre de 2010 y enero pasado, lo que significa un aumento del 29% respecto al año anterior, y apenas un 3% por debajo de la cifra récord de 2008.
"El alza de los precios está empujando a millones de personas a la pobreza, especialmente a los más vulnerables, que gastan más de la mitad de sus ingresos en comida", explicó Zoellick, en una rueda de prensa telefónica.
El BM sitúa el umbral de pobreza en un ingreso de menos de 1,25 dólares al día.
El presidente del Banco destacó que la "creciente volatilidad de los precios, debido al aumento de los inventarios y al incremento de la demanda, y sumada a las adversas condiciones meteorológicas", puede convertir el tema alimentario en un "gran problema".
Entre los alimentos que han mostrado un incremento especial se encuentra el trigo, que se ha duplicado en los últimos seis meses; el maíz, que se ha disparado un 73%, y el azúcar, que registró un aumento de más del 20 por ciento.
Sin embargo, el BM ha señalado que el comportamiento moderado de los precios del arroz, cuyos precios han subido a un ritmo menor, ha evitado que la cifra de personas que han traspasado el nivel de pobreza sea menor.
El Banco Mundial aconsejó como medidas para mitigar los efectos de este aumento "la extensión de programas de seguridad alimentaria, la supresión de las restricciones a la exportación y la reducción del uso de tecnologías en biocombustibles".
Zoellick no vinculó esta suba de los precios con las recientes protestas en diversos países árabes, como Egipto y Túnez, pero reconoció que de no hacer frente a la crisis alimentaria "podría utilizarse para aumentar la presión sobre sistemas políticos frágiles y sumarse a los motivos de protesta".