Altillo.com > Exámenes > UCES - Publicidad > Análisis del Discurso
Análisis del Discurso |
2° Parcial |
1er Cuat. de 2007 | Altillo.com |
1) Escriba, reformulando o sintetizando, la tesis a la que se enfrenta el
enunciador ¿Quien la formula?.
2) Cite dos ejemplos de subjetivemas por medio de los cuales el enunciador se
refiere a su adversario en la polemica que establece
3) Escriba, reformulando o sintetizando, la tesis del enunciador.
4) Escriba, reformulando o sintetizando, dos argumentos que utiliza el autor que
utiliza el autor para fundamentar su tesis.
5) Contruya dos argumentos que apoyen o refuten la tesis del autor.
Texto a analizar
Escritor es quien escribe libros, dice el pensamiento burgués, que
descuartiza lo que toca. La compartimentación de la actividad creadora tiene
ideólogos especializados en levantar murallas y cavar fosas. Hasta aquí, se nos
dice, llega el género novela; éste es el límite del ensayo; allá comienza la
poesía. Y sobre todo, no confundirse: he ahí la frontera que separa la
literatura de sus bajos fondos, los géneros menores, el periodismo, la canción,
los guiones de cine, televisión o radio.
La literatura abarca, sin embargo, al conjunto de los mensajes escritos que
integran una determinada cultura, al margen del juicio de valor que por su
calidad merezcan. Un articulo, una copla o un guión son también literatura
—mediocre o brillante, alienante o liberadora, como bueno o malo puede ser, al
fin y al cabo, cualquier libro.
En el esquema de estos trituradores del alma, no habría lugar para muchas de las
realizaciones literarias de mayor eficacia y más alta belleza en América Latina.
La obra del cubano José Martí por ejemplo, fue sobre todo realizada-para
publicación en periódicos, y el paso del tiempo demostró que pertenecía a un
instante y además pertenecía a la historia. El argentino Rodolfo Walsh, uno de
los escritores más valiosos de su generación, desarrolló la mayor parte de su
obra en el medio periodístico y a través de sus reportajes dio incansable
testimonio de la infamia y la esperanza de su país. La carta abierta que Walsh
dirigió a la dictadura argentina en su primer cumpleaños, constituye un gran
documento de la historia latinoamericana de nuestro tiempo. Fue 1o último que
escribió. Al día siguiente, la dictadura lo secuestro y lo desapareció.
Yo me pregunto, en tren de citar ejemplos, si la obra de Chico Buarque de
Hollanda carece de valor literario porque está escrita para ser cantada. ¿La
popularidad es un delito de lesa literatura? El hecho de que los poemas de Chico
Buarque, quizás el mejor poeta joven del Brasil, anden de boca en boca,
tarareados por las calles, ¿disminuye su mérito y rebaja su categoría? ¿La
poesía sólo vale la pena cuando se edita, aunque sea en tirajes de mil
ejemplares? La mejor poesía uruguaya del siglo pasado —los “cielitos”, de
Bartolomé Hidalgo— nació para que la acompañaran las guitarras, y sigue viva en
el repertorio de los trovadores populares. Me consta que Mario Benedetti no cree
que sus poemas para ser cantados son menos “literarios” que sus poemas para ser
leídos. Los poemas de Juan Gelman, que no imitan al tango porque lo contienen,
no pierden nada de su belleza cuando en tango se convierten. Lo mismo ocurre con
Nicolás Guillén. ¿Acaso el “son”, su fórmula poética más característica, no
proviene de la música popular afro-cubana?
En un sistema social tan excluyente como el que rige en la mayoría de los países
de América Latina, los escritores estamos obligados a utilizar todos los medios
de expresión posibles. Con imaginación y astucia, siempre es posible ir abriendo
fisuras en los muros de la ciudadela que nos condena a la incomunicación y nos
hace difícil o imposible el acceso a las multitudes. En los años de la segunda
guerra mundial, Alejo Carpentier escribía dramatizaciones radiales muy populares
en toda Cuba y uno de los mejores narradores venezolanos de la actualidad,
Salvador Garmendia, escribe telenovelas en Caracas. Julio Cortázar armó uno de
sus últimos libros, “Fantomas contra las multinacionales”, sobre la base de una
historieta, y como historieta se vendió en los quioscos de México.
Lejos está de mi intención negar el valor del libro como medio de expresión
literaria. Simplemente creo que convendría empezar a cuestionar su monopolio.
Eduardo Galeano - CONTRASEÑA