Literatura de Habla Francesa | Resumen: La Edad Media | 1er Cuatrimestre del 2007 | Altillo.com |
Historia
La Edad Media se extiende desde la ca�da del imperio Romano de Occidente (476), hasta la toma de Constantinopla por los turcos (1453). �sta es una edad intermedia entre la Antig�edad y los Tiempos Modernos, la cual abarca diez a�os, no debemos inducirnos a considerar este periodo como un bloque hist�rico homog�neo.
Durante toda la edad Media, el cristianismo ser� la fuerza moral y cultural aplicada a mantener una parte esencial de la cultura antigua. Pero la relativa unidad religiosa no puede ocultar las evoluciones, los choques que llevan a distinguir los momentos diversos que llevan a una progresi�n
Un punto importante para destacar es que el desarrollo y los caracteres de la historia de la literatura y la lengua francesa est�n estrechamente unidos a la historia y a las condiciones pol�ticas, sociales, econ�micas y religiosas de Francia.
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Hugo Capeto es el primer rey de Francia que haya hablado el �roman�, el que luego se convirtiera en franc�s.�
Las conquistas de Italia del sur, Sicilia e Inglaterra permite que se extienda el dominio de la lengua francesa.�
Influencia de las cruzadas y de la guerra de los 100 a�os obre la literatura. Puede citarse la figura de Juana de Arco y el sentimiento nacional moderno.�
En los reinados de Luis VI, Felipe Augusto, Luis IX, Felipe el hermoso, Carlos V, Luis XI, se contribuye a la constituci�n de la unidad nacional y a la floraci�n brillante de las letras y de las artesLas profundas transformaciones de la sociedad, un pueblo que bajo esa denominaci�n de pueblo toma poco a poco conciencia de s� mismo, mientras que ante el extranjero nace el concepto de naci�n.
�C�mo nace el franc�s?
El franc�s es una lengua romance. El roman representa el estado intermedio entre el lat�n y el franc�s. Varios siglos fueron necesarios para que la nueva lengua se desprendiera de la antigua, pero el lat�n ceder� poco a poco ante el franc�s.
Las obras latinas y francesas gozan de un mismo esp�ritu. Se puede destacar, por un lado, a varios autores de lengua vulgar se formaron en el estudio del lat�n; por otro lado los lectores de obras en lat�n no se privan de leer obras en lengua vulgar.
Las dos literaturas irradiaron hacia esferas distintas: una se propag� en el mundo entero, la otra, la latina, permanec�a confina en el mundo de los cl�rigos.
La literatura en lat�n sobrepasa el ideal nacional; tan s�lo la literatura escrita es franc�s es completamente nacional.
Hacia la primera cruzada (1096) Francia estaba ling��sticamente dividida:
- Sur: dialectos que se agrupaban con la denominaci�n de lengua de �oc�. Aqu� floreci� una literatura diferente, que tuvo como �rgano el provenzal de los trovadores
- Norte: territorio de lengua �oui�; el cual se divid�a en un infinidad de dialectos.
M�s all� de la diversidad de dialectos los textos franceses aparecen, ling��stica y literariamente, marcados con un sello nacional. Adem�s la naci�n supo construir, por sobre la diversidad de dialectos, una lengua com�n, una lengua de elite, que era de la corte de Francia, y cuyo prestigio era muy grande.
Or�genes de la literatura medieval:
- El monumento m�s antiguo de la lengua francesa es el juramento entre los hermanos Carlos el Calvo y Luis el Germ�nico.
- La primera obra literaria de lengua francesa es la centinela o Secuencia de Santa Eulalia que data hacia finales del siglo IX.
- A�o mil, borrador sobre la homil�a de Jon�s
- Siglos X y XI, poema sobre la Pasi�n
- A partir del siglo XIII disponemos de textos numerosos; la historia de las letras francesas comienzan en las cercan�as de la primera cruzada. Hasta entonces la literatura en lengua latina es la �nica que existe. Los escritos filos�ficos y cin�ticos que comienzan a aparecer en lengua vulgar, no son sino traducciones o derivados de originales latinos.
- Todo lo que se refiere a la gram�tica, a la ret�rica, la filosof�a, la teolog�a, las ciencias, las artes, la historia y el derecho, est�n en lat�n. Tambi�n fueron escritas en lat�n un tesoro inagotable de obras muy diversas, de car�cter puramente literario.
La literatura medieval es un terreno particular. La lengua utilizada por los primeros escritores franceses no es sencilla esta en constante evoluciona durante 5 siglos, exige un serio esfuerzo de aprendizaje.
La literatura de la edad media no es la infancia de la literatura, por el contrario, es la manifestaci�n sabia y concertada de una autentica voluntad est�tica, la de establecer y profundizar en el universo del lenguaje el encuentro del hombre con el mundo
Literatura francesa: Distintos p�blicos
Un hecho considerable es la penetraci�n profunda de la literatura francesa, desde sus or�genes, en todos lo niveles, altos y bajos, de la sociedad. Los hombres ricos y desocupados encontraban el tiempo de interesarse en las artes liberales. Las damas tomaron un lugar destacado en la sociedad, se organiz� alrededor de ellas el ideal cort�s que la literatura reflejar�.
Los burgueses de finales del siglo XIII manifiestan una fecunda actividad: la poes�a cort�s produjo en ambiente burgu�s; �stas se dirigen especialmente a un p�blico burgu�s, que es por instinto especulativo, cr�tico y pr�ctico.
Hasta la clase m�s humilde tom� gusto a ciertos festines literarios. Reunidos con motivos de fiestas religiosas, se formaba una clientela excelente que se disputaban los juglares, quienes propalaban poemas de propaganda, vidas de santos y canciones de gesta.
Juglares
Los juglares formaban una vasta tribu en la que, bajo un nombre �nico, se inclu�an acr�batas, domadores, m�sicos, payasos, amaestradores de animales, preparadores de obras literarias. Se los encontraba en las encrucijadas de las ciudades y en los castillos; en los d�as de fiesta de la iglesia o en ceremonias de armar caballeros o matrimonios. Algunos llevaban una vida errante, mientras que otros viv�an al lado de un protector, con la funci�n de entretenerles, �stos se denominaban menestreles.
Los juglares se dirig�an a un p�blico amplio y mezclado. Algunos enriquec�an su repertorio con poemas escritos en funci�n de los gustos de los p�blicos, por eso merecen el nombre de trovadores, es decir creadores. Todos los juglares no sen trovadores, todos los trovadores no son juglares.
En el mundo de los autores tanto cl�rigos como juglares recibieron sensiblemente la misma formaci�n intelectual; es por ello que estar�amos en condiciones de hablar de hombres cultos; la literatura de la edad media es muy a menudo la obra de escritores cultos. Todas las obras del primer plano de la edad media fueron el fruto de un arte erudito, todos los grandes g�neros debieron su primer brillo a letrados muy capaces: el autor de la Canci�n de Rolando para las canciones de gesta, por ejemplo.
El mundo feudal
La Edad Media es la �poca de la feudalidad. Hacia comienzos del siglo XII, es en las estructuras feudales donde el hombre organiza, orienta y piensa su vida; las instituciones sociales y pol�ticas descansan en el v�nculo de vasallo a se�or feudal.
Aquellos a quienes la falta de recursos hab�a destinado destinos dolorosos, se recomiendan por medio de un compromiso personal a los que pose�an las riquezas y la fuerza militar. Estos �ltimos, propietarios de vastos dominios, debieron repartir sus tierras en beneficios concedidos a t�tulo, por lo que se establece un lazo entre la recomendaci�n y el beneficio; por lo que nacen la instituciones seudo- vas�licas.
El vasallo se recomienda personalmente a un se�or quien le confirma la investidura y el goce de un feudo de una tierra, que le permite atender a sus necesidades y satisfacer a sus obligaciones. Un mismo vasallo pod�a recibir feudos y depender de varios se�ores. Al mismo tiempo que pod�a conceder feudos con su propio dominio y de esa manera rodearse de vasallos.
Tan s�lo una m�stica de la fe jurada era capaz de asegurar el respeto escrupuloso del contrato que un�a los se�ores a sus hombres.
Las cruzadas
Las cruzadas se propon�an en principio recuperar los lugares santos y liberar a las comunidades cristianas civilizadas.
El feudalismo divid�a el occidente, mientras el Papado trataba de unificarlo bajo su alto magistrado. El feudalismo multiplicaba las guerras en el seno mismo de los estados mientras la iglesia deb�a condenar esos conflictos. Impedir que se enfrentaran en una guerra santa en la que el caballero podr�a matar o morir al servicio de Dios, era una soluci�n capaz de seducir a los grandes esp�ritus. La aristocracia estaba demasiado ligada al cristianismo como para no sentir en s� misma el deseo de conformar mejor sus actos a las exigencias de su fe religiosa.
Auque la realidad respondi� de modo muy imperfecto a esas generosas intenciones.
La m�stica de las cruzadas ayud� al mundo feudal a corregir y a elevar su ideal
La Canci�n de Rolando
Todo era apropiado para favorecer el impulso de una epopeya vigorosa y singularmente la creaci�n de una obra como la Canci�n de Rolando. Carlomagno.
Al final de una larga campa�a contra los sarracenos de Espa�a, s�lo tiene que vencer a un enemigo, el rey Marsilio de Zaragoza. Ganel�n debe encargarse de llevar a Zaragoza una respuesta del emperador; herido en su orgullo y persuadido de que se lo expone a prop�sito a un peligro mortal, parte, para ejecutar su misi�n, profiriendo las m�s inquietantes amenazas. Cuando regresa con los rehenes paganos, ya ha trazado su plan de venganza. En el momento en que el ej�rcito cristiano se prepara para volver a Francia, logra que Rolando reciba el mando de la retaguardia: Marsilio la sorprender� en los desfiladeros de Roncesvalles y la masacrar� junto con su jefe.
Ante ello Rolando reh�sa cualquier refuerzo, y no obedece a los prudentes consejos de Oliveros. Tan solo al final de la batalla, Rolando lamentar� su orgullo y sonar� el olifante para advertir a Carlomagno. Rescatado por ese gesto de humildad morir� como vencedor. Carlomagno aplasta sucesivamente a las �ltimas tropas de Marsilio. Alda muere llena de dolor por la p�rdida de su prometido. Por �ltimo, convoca a Ganel�n ante su tribunal y lo condena a suplicio luego de un encarnizado duelo judicial.
Varias versiones de este relato se han conservado, la m�s antigua y la m�s bella, la versi�n de Oxford. En su conjunto est� s�lidamente construida, pensada y escrita, aunque ciertos elementos de la intriga deban ser considerados como a�adidos.
Los personajes son muy v�vidos y todos reaccionan seg�n la l�gica de sus caracteres:
- Canel�n: Traidor que no carece de grandeza, relaciona todo consigo mismo y por esa raz�n aprecia mal sus derechos y sus deberes.
- Rolando: Su fin se convierte en un martirio y una victoria.
- Carlomagno: vulnerable al dolor, siempre preparada para proseguir su misi�n sagrada. Representa el monarca ideal, el elegido de Dios, jefe supremo de la cruzada.
Carlomagno y Rolando muestran como la caballer�a debe sobrepasarse en una guerra santa que no terminar� nunca en este mundo.
El hecho hist�rico
Un hecho hist�rico est� en el origen de este relato: destrucci�n total de retaguardia de Carlomagno en los Pirineos (778) al volver de una expedici�n de Espa�a. Esta expedici�n tuvo objetivos militares, pol�ticos y hasta religiosos. En el combate desastroso que marca el final, la historiograf�a carolingia que silenci� durante mucho tiempo Rolando fue el �nico que sobrevivi� en la literatura; los francos hab�an sido masacrados por los monta�eses vascos.
Todos los testimonios concuerdan en efecto para afirmar que Carlomagno franqueo a los pirineos.
Entre el acontecimiento y el poema existe un v�nculo m�s estrecho de lo que se a cre�do durante largo tiempo. Pero lo cierto es que el poema da del acontecimiento una imagen profundamente transformada, podemos decir que lo que constituye la belleza de la canci�n tal como la conocemos salio de la imaginaci�n de los hombres y procede de un esfuerzo art�stico consciente.
Teor�a de los or�genes
Hay que preguntarse como se paso de la historia a la leyenda po�tica, hablar entonces de los or�genes de la epopeya francesa. Tenemos dos tipos de explicaci�n
Los tradicionalistas persisten en pensar que la gesta de Rolando debe vincularse directamente a la mort�fera batalla de la que a recorrido y amplificado el recuerdo. Transmitida oralmente, se hab�a desarrollado, modificada con el tiempo, hasta transformarse en las canciones que conocemos. Los tradicionalistas insisten en el car�cter colectivo y popular de la creaci�n �pica: La grandeza po�tica y la unidad de inspiraci�n se obtiene gracias a la contribuci�n da barios autores an�nimos.
Los individualistas tratan por el contrario de mostrar el esfuerzo personal de un autor. El ideal feudal y m�stico de la cruzada, da a pensar que la calida de los mejores poemas supone creadores consientes. La obra verdadera portadora de un ideal coherente marcada con un estilo, es seguramente el fruto de un talento �nico.
La Edad Media fue:
- Repudiada por el Renacimiento
- Ignorada en el siglo XVII o tratada como �poca b�rbara
- El siglo XVIII ve en ella fanatismo y groser�a
- El siglo XIX exalta la fe, el arte, el alma de la edad media. Los rom�nticos manifiestan una verdadera admiraci�n por este periodo.
El error est� en admirar o rechazar un periodo tan extenso y tan complejo. Ciertos rasgos se perpet�an a lo largo de toda la Edad Media:
- �poca de fe
- Edad de la feudalidad
- Periodo de crecimiento e inestabilidad para la lengua y la literatura.
La novela de los siglos XII y XIII
La evoluci�n de las costumbres de la sociedad feudal, el nuevo arte de vivir, permiten que la poes�a l�rica se desarrollara y que aparezca un nuevo g�nero literario: la novela.
La novela, es generalmente llamada cortes, esta designaci�n revela los or�genes y el esp�ritu de esta nueva literatura, caracterizada por la extremada variedad de temas, influencias e intenciones que moldearon la novela medieval: perfeccionada por la sociedad de las cortes que responden a una aristocracia refinada, que dispone de tiempo libre, preocupada por alentar un arte que sea a la expresi�n embellecida de un ideal de vida.
De los g�neros que la precedieron, la novela cort�s toma t�cnicas y temas, pero los perfecciona, los adapta a nuevas exigencias.
La novela pinta con exactitud el decorado y las formas de la vida arist�crata, por lo que los lectores se ven agradablemente desorientados y justificados en su deseo de pertenecer a la elite ideal.
Su forma misma hace de la novela cort�s un g�nero reservado a esa elite. A la salmodia p�blica de las canciones de gesta sucede la lectura meditativa; al vigor generoso y simplificador, el matiz sutil; a las �laiuses� asonantes, las estrofas de octos�labos de rimas llanas.
La novela antigua
Si es posible hablar del Renacimiento del siglo XII, es en gran parte gracias a las novelas antiguas, inspiradas en la historia y mitos greco- latinos, compuestas en lengua vulgar por cl�rigos cultos que encontraron la protecci�n y aliento en las grandes cortes se�oriales.
Los cl�rigos adaptan las leyendas de las que inspiran a la civilizaci�n para la cual escriben. Los h�roes antiguos son valientes caballeros, sus haza�as guerreras son dignas de las canciones de gesta, y su conducta es la de arist�cratas contagiados por el nuevo arte de vivir, elegante y fastuoso. La mayor�a de las veces son enamorados; aunque muchas veces el amor no es la fuente de alegr�a y de perfecci�n. A menudo fatal y desesperado, pero no deja de construir uno de los nuevos motivos de una literatura que sirve de transici�n entre las obras �picas y cuyo recuerdo conserva y las novelas propiamente corteses que prepara por su esp�ritu y su forma.
La novela antigua no s�lo ha tomado de las letras antiguas personajes y temas, tambi�n �recetas� literarias, todo un arte del di�logo, del relato, de la descripci�n, del an�lisis psicol�gico.
De la Edad Media al Renacimiento
No existe una verdadera ruptura entre la Edad Media y el Renacimiento. Se ha podido hablar de un humanismo medieval. El humanismo del Renacimiento prolonga el humanismo medieval; lo transforma bajo nuevas influencias.
Esp�ritu nuevo
A fines del siglo XV la civilizaci�n francesa atraviesa una crisis. El impulso de la fe se pierde, se rompe el contacto directo con los textos sagrados, la fiebre de conocimiento ha deca�do, los estudiantes son separados de las obras maestras antiguas y aprenden la ret�rica en vez de ejercitar libremente su raz�n. La literatura se seca, los esp�ritus letrados manifiestan un malestar.
La Revoluci�n
Los recursos necesarios para alimentar una revoluci�n iban a encontrase en Italia donde desde hac�a m�s de un siglo, renac�a la civilizaci�n floreciente del paganismo greco- romano; en Alemania, hacia 1520 Mart�n Lutero emprend�a un violenta campa�a contra la autoridad del Papa y a favor de la constituci�n de la Iglesia reformista.
Renacimiento Italiano
A finales del siglo XIV Francia franquea los Alpes, de esa forma los franceses descubren el Renacimiento italiano. Fue un deslumbramiento. Encuentran una sociedad elegante que llevan una vida lujosa y refinada.
Se revela una civilizaci�n transalpina de una extrema riqueza, ilustrada por grandes artistas, grandes sabios, grandes escritores. El siglo XVI franc�s abandona el g�tico nacional para inspirarse en el arte italiano.
Por intermedio de Italia, la tradici�n de la Antig�edad aparecer� de ahora en adelante a plena luz. En este siglo los franceses aprenden a conocer a los grandes escritores latinos, la filosof�a plat�nica, la poes�a de Homero, las tragedias de S�focles.
La Reforma
En Francia las nuevas ideas religiosas se extienden por la influencias de Erasmo, es un humanista que considera a la Biblia como la gran fuente de la sabidur�a moderna, emprende la tarea de ponerla al alcance de los fieles. Erasmo contribuye a hacer entrar en el cristianismo un esp�ritu nuevo
Vista general
Renacimiento joven (1515- 1534)
El primer periodo del renacimiento literario comienza con el advenimiento Francisco I, en 1515 y coincide con los veinte primeros a�os de su reinado. Este rey alienta las bellas artes y las bellas letras.
En el curso de este periodo el Renacimiento y la Reforma van de la mano. Eruditos y reformadores tienen una misma fe en el valor de los antiguos. Los escritores unen en sus escritos la curiosidad por las obras antiguas con las nuevas tendencias religiosas.
Renacimiento desarrollado (1534- 1560)
El segundo periodo del Renacimiento literario abarca los �ltimos a�os del reinado de Francisco I (1534- 1547) y el reinado de Enrique II /1547- 1559). El en transcurso de este periodo el Renacimiento y la Reforma se separan.
Los escritores se alejan de la Reforma. Los escritores de la Pl�yade, formados en la escuela de los humanistas, se emergen en un ense�o antiguo, resucitan las antiguas formas de poes�a, conciben un teatro imitado de los modelos griegos; no tratan de poner de acuerdo su religi�n y su arte.
Renacimiento maduro (1560- 1598)
El tercer periodo del Renacimiento literario abarca los reinados de Carlos IX (1560- 1574) de Enrique III (1574- 1589) y los primeros a�os del reinado de Enrique IV (1589- 1598). En el curso de este periodo las pasiones chocan violentamente, la literatura sufre el contragolpe de los acontecimientos. El Renacimiento, madurado por los sufrimientos, toma un aspecto atormentado. Sin embargo, autores como Montaigne permanece separado de todo fanatismo.
El Humanista del siglo XVI
El humanista es en el siglo XVI un sabio que conoce y ense�a las letras hebreas, griegas y latinas; no es exagerado hacer del humanista el tipo m�s representativo de la �poca: porque ese sabio que quiere volver a las fuentes de la cultura, lo hace s�lo para comprender mejor su tiempo y la revoluci�n.
El humanismo no es una doctrina estereotipada y puede tomar diferentes aspectos seg�n los temperamentos.
Los or�genes y las ambiciones
- No hay al comienzo, ruptura brutal entre el humanista y el sabio medieval: el humanista sigue siendo, por lo general, un cl�rigo.
- Alguien que sin ser necesariamente sacerdote, ha recibido una formaci�n religiosa y piensa los problemas en el seno del cristianismo
- Pertenece a la burgues�a; es raramente un hombre de pueblo. Su vuelve hacia la forma de sabidur�a popular. Es a la vez que sabio, pedagogo o preceptor; la cultura que difunde puede alcanzar a la vez a la aristocracia.
- El humanismo nace en una atm�sfera de de libros, su impulso est� ligado al desarrollo de la imprenta y del arte del libro. El humanista est� atra�do por un retiro estudioso (Montaigne) pero tambi�n gusta de viajar. Los humanistas se encuentran; el humanista siente curiosidad no s�lo a los libros sino tambi�n hacia los otros hombres.
- El nombre mismo de humanista (que aparece en Montaigne) implica una intenci�n de encontrar al hombre y a lo humano a trav�s de los libros. El humanismo tiende a instaurar por medio de las humanidades una cultura laica.
El retorno a las fuentes
- el humanista estima necesario volver a la cultura antigua. Lo hace con cuidado, orden y m�todo, pero tambi�n con pasi�n: quiere sobre todo aplicarse a los textos, colecciona manuscritos y ediciones para establecer el texto mejor posible. Pone a punto una ciencia filol�gica.
- El humanista busca conocer la Antig�edad tal como fue realmente. Llega a estar tan marcado por la cultura antigua que ve a la naturaleza a trav�s de recuerdos mitol�gicos; la antig�edad no es nunca un pasado caduco para el humanista, sino siempre una fuente viva para el mundo moderno.
- El humanista hace de la imitaci�n de los Antiguos un medio de enriquecer la lengua y la literatura francesas. El retorno a las fuentes en el siglo XVI no es s�lo hacia la Antig�edad profana, sino tambi�n hacia la Antig�edad religiosa.
El sentido de la �poca
- No se podr�a separar el humanismo de la formidable explosi�n cin�tica o ideol�gica que fue la del Renacimiento: el hombre no aparece ya m�s como centro del mundo.
- El v�nculo entre el progreso t�cnico y el progreso de la humanidad es experimentado vivamente; existe tambi�n un humanismo t�cnico.
- El humanista otorga la misma importancia a las ciencias y a las letras, a la observaci�n y a los libros: si cree en los textos son los textos de los antiguos que tienen a sus ojos la ventaja de transmitir lo mejor de la experiencia antigua.
La b�squeda de una expansi�n
- El humanista defiende una cultura universal suma de erudici�n en Rabelais, arte de juzgar bien todas las cosas en Montaigne), une al esp�ritu de s�ntesis, el esp�ritu de mesura; l�mite m�s all� del cual la naturaleza humana corre el riesgo de perderse
- El humanista siente respeto y confianza ante esta naturaleza humana, fundamentalmente buena (Montaigne).. su filosof�a es un naturalismo que busca la expansi�n del hombre, con la intenci�n de conservar un equilibrio.
- Equilibrio: hay que �hacer bien al hombre�, dice Montaigne; por lo que hay que saber organizarse: el humanista est� convencido de que hay un tiempo para cada cosa, tambi�n un tiempo para la muerte que habr� que aceptar con sencillez; gusta de la sociedad de los libros pero aprecia la vida social, la amistad, la conversaci�n. Su ideal es el del �HONN�TE- HOMME�, con el a�adido de un gusto optimista por la risa y la alegr�a.
- Gusto por la belleza y el arte: el artista es para �l un trabajador inspirado que espera que la inmortalidad de su obra le valdr� la inmortalidad en la memoria de los hombres.
La necesidad de la lucha
- Muchos humanistas tienen conciencia de la necesidad de aceptar a los otros tales como son.
- En la pr�ctica el humanista se vio a menudo obligado a entrar en la lucha, porque la cultura humanista es inseparable de un juicio moral.
- El humanismo era una actitud humana pero llevaba en s� mismo un germen de divisi�n. Los humanistas acentuaban la b�squeda de la belleza, la cr�tica religiosa, pol�tica y social, el estudio de las grandes fuerzas de las naturaleza o la b�squeda de un cierto equilibrio y de una cierta sabidur�a