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Historia | Resumen: La formaci�n social americana | 1er Cuat. de 2008 | Altillo.com |
LA POL�TICA BRIT�NICA EN SUDAM�RICA.
Aparec�a por un lado la influencia ideol�gica de la Revoluci�n Francesa y por
otro lado la expansi�n de Gran Breta�a. Con las invasiones inglesas de 1806 y
1807, Bs As, cabeza de virreinato, se vio involucrada en las contradicciones de
las grandes potencias como una presa codiciada.
Inglaterra busca mercados
A principios del siglo XIX Espa�a continuaba con su teor�a del mercantilismo.
Esa pol�tica comenz� a ser aplicada por las metr�polis europeas en los siglos XV
y XVI. Los imperios compet�an y se recelaban. Y se prohib�an mutuamente el
comercio entre sus colonias y potencias extranjeras.
Durante el siglo XVIII ingleses y franceses compitieron por el dominio
principalmente del comercio de Am�rica Hispana. Estos pa�ses financiaron a los
piratas que asaltaban los galeones y puertos hispano-americanos. Las guerras
entre Francia e Inglaterra culminaron con la contienda por la sucesi�n de la
corona de Espa�a. La paz de Utrech (1713) que puso punto final a las
hostilidades, gran Breta�a obtuvo la concesi�n de Gibraltar, Menorca. Y el
tr�fico esclavista entre otras franquicias comerciales.
Los ingleses instalaron �asientos� en las colonias hispanas y la distribuci�n de
sus mercader�as en �nav�os de permiso�. Luis XIV envi� c�nsules a los puertos de
Espa�a para que sus productos manufacturados circularan f�cilmente.
La teor�a mercantilista fue abandonada por Inglaterra. Quer�a libertad para
entrar en las colonias ajenas.
Espa�a no pod�a renunciar al mercantilismo sin despedazarse. La �nica
posibilidad que ten�a de no perder su imperio es que Napole�n invadiera y se
apoderara de las islas brit�nicas.
Inglaterra multiplicaba la capacidad productiva de su planta industrial. Por lo
tanto aumentaba su capacidad productiva y necesitaba de nuevos mercados para
distribuir sus manufacturas.
En el 1800 Napole�n se adue�aba de Europa y organizaba la derrota del comercio
ingles para que la burgues�a industrial francesa tuviese el dominio del mercado
del viejo continente.
1806. abril- EEUU aprueba una ley que proh�be la importaci�n de algunos
productos ingleses. Napole�n firmaba en Berl�n un bloqueo continental
restringiendo las importaciones inglesas. Entre estas fechas se suced�an las
invasiones inglesas al R�o de la Plata.
En 1806 ocupan bs as los soldados del comodoro Popham. Popham conoc� el proyecto
de independencia de Am�rica del sur. Este informaba al ministro de Su Majestad
de varias �revueltas parciales�, desde el a�o 1780 al 1798.
Popham dec�a que la toma de todas las colonias espa�olas era imposible, pero si
se pod�a tomar ciertos territorios provechosos comercialmente.
El plan de desviar Am�rica del Sur de sus conexiones europeas y de gozar de
�todas sus ventajas comerciales� se cumpli� plenamente, a pesar del fracaso de
la m�nima operaci�n militar.
Popham se entera de la victoria de los ingleses en Trafalgar (21 de octubre de
1805) y de Napole�n en Austerlitz (27 de diciembre de 1805). Adem�s, por los
informes que le hac�an llegar sobre Bs As, en los cuales la ciudad estaba
indefensa y el pueblo esperaba la oportunidad de levantarse contra los
espa�oles, decidi� entonces llevar a cabo por su cuenta el plan del ministro
Pitt de invadir Am�rica.
LOS REVOLUCIONARIOS DE 1810: MORENO Y BELGRANO
Moreno y Belgrano fueron los patriotas que definieron los objetivos iniciales de
la causa de la emancipaci�n.
El plan de operaciones de Moreno es el documento m�s elocuente al respecto.
Belgrano fue quien propuso a la Junta elaborar este plan y colabor� en el mismo,
aportando su conocimiento directo de la zona rural de la Banda Oriental.
El plan de operaciones
Moreno hab�a cursado sus estudios en el Alto Per�. En esa regi�n minera, la
pavorosa explotaci�n de seres humanos y la corrupci�n de sus funcionarios,
conmovieron a Mariano Moreno. Seg�n el mismo, solamente por medio del rigor
pod�a destruirse un r�gimen fundado en el rigor.
A Francisco de Paula Sanz, t�pico representante del horrible r�gimen
altoperuano, lo mand� a fusilar Juan Jos� Castelli en 1810 por orden de Moreno.
Durante la redacci�n del Plan Moreno le escribe a Chiclana auditor del ejercito
auxiliar del altoperu designado por la primera junta �(�) que Potos� quede bien
arreglado, que empiecen los naturales a sentir las ventajas del nuevo sistema
(�)�
El fusilamiento de Paula Sanz y la carta a Chiclana tambi�n coincidieron con la
pol�tica preconizada por el Plan.
Revolucionarios, contra-revolucionarios y neutrales
En toda revoluci�n hay tres clases de individuos:
A) LOS ADICTOS AL SISTEMA QUE SE DEFIENDE, con estos el gobierno revolucionario
siempre tendr� consideraci�n, extremada bondad. Honrar� con los primeros cargos
a sujetos que por lo conocido de sus vicios, son capaces de todo. A ellos
reivindicaba el Plan, en nombre de �los sagrados derechos de la causa�. A los
condenados por el orden establecido, el plan les ofrec�a la oportunidad de
dignificarse a trav�s de la lucha revolucionaria.
B) LOS ENEMIGOS DECLARADOS Y CONOCIDOS. Con estos, el gobierno revolucionario
deb�a observar la conducta m�s cruel y sanguinaria.
El 28 de julio la Primera junta ordenaba: �que sean arcabuceados don Santiago
Liniers, don Juan de la Concha, el obispo de C�rdoba, don Victoriano rodr�guez,
el coronel Allende y el oficial real don Joaqu�n Moreno (�)�
El 26 de agosto la tropa del regimiento Am�rica o Estrella, al mando de French,
fusilaba a los contrarrevolucionarios.
El 30 de agosto Mariano Moreno terminaba la redacci�n del Plan, cuyo art�culo
primero dispon�a, como acabamos de comprobar, el ajusticiamiento de los enemigos
de la revoluci�n.
El 15 de Diciembre el coronel Antonio Gonz�lez Balcarce, mandaba a fusilar en la
plaza mayor de Potos� al presidente Nieto, al gobernador Francisco de Paula Sanz
y a Jos� de C�rdoba.
El Plan era una pol�tica coherente, pero no compartida por el presidente
Saavedra, quien desde la instalaci�n de la Primera Junta el 25 de Mayo hasta la
renuncia de Moreno el 18 de diciembre, hizo todo lo posible para desbaratarla o
contrarrestarla. Sin embargo, Saavedra firma al pie de los decretos redactados
por Moreno.
Saavedra �esper� la oportunidad para neutralizar a Moreno�. La oportunidad se le
ofreci� despu�s de Suipacha, victoria que prestigi� a los morenistas y convenci�
a los saavedristas de que la Revoluci�n se extendiera por todo el Per�. El
presidente y el secretario ya no pod�an convivir en la Junta.
Los saavedristas dieron dos pasos adelante: a) el decreto del 17 de
noviembre-refrenado por Moreno- que disolv�a la Junta de Comisi�n del Ejercito
del Norte y cercenaba las funciones de Juan Jos� Castelli. B) el homenaje a
Saavedra del 5 de diciembre con el intento de coronarlo �emperador de Am�rica�
Moreno respondi� con el fulminante Decreto sobre suspensi�n de honores al
presidente de la Junta y otros funcionarios p�blicos.
Saavedra acept� su semidefenestraci�n para ganar tiempo y poder incorporar al
gobierno a diputados de las provincias, de modo de aislar a Moreno y obligarlo a
renunciar, como en efecto sucedi�.
Una vez due�o absoluto del poder, el grupo saavedrista se entreg� a la tarea de
deshacer la obra de Mariano Moreno.
La Junta Grande, substituy� a funcionarios morenistas por saavedristas.
C) LOS SILENCIOSOS ESPECTADORES QUE MANTENIENDO SU NEUTRALIDAD SON REALMENTE LOS
VERDADEROS EGOISTAS. El plan de moreno constaba adherir a la causa aquellos q se
jactaban de no tomar posici�n particular.
El par�grafo 14 del plan de moreno dec�a q aquellos empleados en los primeros
cargos (generales, gobernadores, jefes de divisiones) deb�an ser rotados en su
cargo, para q no acumularan poder. Por ejemplo como Napole�n en Francia.
El par�grafo 18 establece la obligaci�n de tratar y hacer publicar con la mayor
brevedad posible el reglamento de igualdad y libertad en las distintas castas
del estado
El par�grafo siguiente agrega que debe prohibirse la introducci�n de esclavos y
los que se acojan a nuestras banderas ser�n declarados libres si sus amos sean
del partido contrario y si fueran del partido revolucionario se los rescatar�a
El misterio de Fernando: El plan de moreno planteaba que se deb�a aparentar
adhesi�n a la corona, para as� ganar tiempo y fundar ciertos gestiones y
argumento con las cortes extrajeras
Sublevaci�n de la Banda Oriental
Se bloquea el puerto de Bs As en agosto de 1810 por la reacci�n espa�ola de
Montevideo. El 13 de agosto la Primera Junta publicaba una orden �de ruptura de
las hostilidades con Montevideo�.
Como carec�a el gobierno revolucionario de una marina superior a la de
Montevideo, moreno consider� que la Junta deb�a apoyarse en la insurrecci�n de
la campa�a oriental. Para lograrlo el plan recomendaba la fijaci�n de edictos en
todo el Uruguay, con la promesa q cualquier delincuente, de cualquier clase y
condici�n q haya sido su delito y q tuvieran causas abiertas en los distintos
tribunales present�ndose y emple�ndose en el servicio del rey y a cada uno se le
empleado acorde a sus talentos y circunstancia.
Par�grafo 9 advert�a q la incorporaci�n de artigas, Benavidez, V�zquez, entre
otros son capaces de todo, q es lo q conviene en las circunstancias, por lo
talentos y opiniones populares q han adquiridos por sus hechos temerarios.
El plan propon�a extender la revoluci�n a la otra orilla, proyecto q nada tenia
de quim�rico, pues el descontento era grande y extenso en la banda oriental
Artigas inicio su vida p�blica en un medio social de vaqueros y contrabandista.
Gran Breta�a fomentaba y proteg�a el contra bando, en nombre de la libertad de
comercio.
El sistema monop�lico se autodestru�a. Se opon�a a la legislaci�n del comercio
libre, pues ella traer�a la muerte del monopolio, como del contrabando.
Comerciantes presionaban al gobierno, para q reprimieran y castigaran a los
contrabandistas. Mariano Moreno puso al descubierto la hipocres�a de esa gente.
Acusaba a los monopolistas de usurpar mediante el tr�fico clandestino todas las
mercader�as q se importaban.
Esos mercaderes clandestinos pidieron a las autoridades que pusieran fuera de la
ley a Artigas por contrabandista.
El virrey Olaguer Feliu antes la necesidad de defender la frontera ante la
invasi�n de los portugueses. Indios, ladrones, vagos y contrabandistas dejaban
de serlo y se convert�an en excelentes soldados.
Otros par�grafos del art�culo segundo, dispon�an la expropiaci�n de las casas,
criados, bienes ra�ces, etc. De las personas que permanecieran en el bando de la
reacci�n y el destierro de todos los espa�oles y patricios.
En 1811 Artigas ofreci� sus servicios a la junta de Bs As, inicio la
insurrecci�n de la campa�a oriental.
Relaciones con Portugal e Inglaterra
Programa econ�mico
Trata el art�culo 6 de la creaci�n de f�bricas e ingenios y otras industrias.
El primer par�grafo desarrolla el pensamiento econ�mico de la revoluci�n, Moreno
planteaba q la acumulaci�n de fortuna en un solo individuo no solo es pernicioso
sino q sirven de ruina a la sociedad civil
Estos eran los mayores enemigos del pueblo y su eliminaci�n se propon�a como uno
de los primeros objetivos de la revoluci�n.
Las medidas a adoptar consist�an en expropiar 500 o 600 millones de pesos en
poder de 5000 o 6000 individuos, expropiaci�n q beneficiar�a a 80 o 100 mil
habitantes.
Pol�tica internacional
Termina el breve articulo con el consejo de mantener estrechas relaciones con
Inglaterra pero trat�ndola de enemistarla con Portugal. Adem�s, el gobierno de
Bs As deb�a impedir q Portugal conquistara la Am�rica del Brasil o la parte de
ella q m�s convenga. Para lograrlo la idea era extender al Brasil la revoluci�n,
mediante el levantamiento de las clases oprimidas para derrocar a la monarqu�a
portuguesa.
Moreno conceb�a al pa�s en un funci�n de un solo estado, sobre bases
federativas.
Belgrano, San Martin y el plan de monarqu�a incaica
En el alto Per�, Belgrano incorporo a sus fuerzas millares de indios, conducidos
por sus curacas, y los alzamientos ind�genas, desde potos� hasta Cusco,
contribuyeron a combatir a los realistas.
San Martin era paisano de los misioneros por haber nacido en Yapeyu. �Yo tambi�n
soy indio� Les manifest� a los caciques pehuenches en un parlamento de 1816,
cuando se comprometieron ayudar a cruzar los andes.
Preparando la marcha del ejercito de los andes al Per�, las proclamas de San
Martin en lenguas quichua, comunicaban a los pueblos incaicos el proyecto
liberador.
La l�nea del libertador fue sobreponer los objetivos de la emancipaci�n. Igual q
bol�var y o�higgins, el pertenec�a a lo q llamo el partido americano.
Belgrano alego la importancia de ganar a las masas ind�genas para la causa.
San Martin apoyo decididamente la iniciativa: � Ya digo a Laprida lo admirable
que me parece el plan de un Inca a la cabeza: las ventajas son geom�tricas�
ARTIGAS Y LA DISIDENCIA FEDERAL
En su primera �poca de rebelde, Artigas se hab�a marginado de la ley,
convirti�ndose en un h�roe legendario entre los gauchos, los ind�genas y dem�s
paisanos q defend�an su medio de vida tradicional, y el pacto con las
autoridades virreinales no implico q mudad de bando.
El movimiento artiguista fue una expresi�n radical de la revoluci�n apoyada en
la movilizaci�n de las montoneras.
El origen de las montoneras
En febrero de 1811 artigas viaja a bs as convocado por la Junta y el primer foco
de levantamiento fue promovido en Mercedes, invoc�ndolo a �l y a otros sujetos
aludidos en el Plan de Operaciones. A partir de all� se organizaron las primeras
montoneras.
Artigas volvi� con el grado de teniente coronel y sus fuerzas entraron en acci�n
teniendo un rol importante miembros de su familia. Entre ellos su hermano Manuel
Francisco quien derrot� a los espa�oles en las Piedras. Si bien lo ascendieron a
coronel por este triunfo en Montevideo quedo subordinado a las �rdenes de
Rondeau, un jefe militar de escuela de mayor confianza para el gobierno porte�o.
All� comenzaron las diferencias que lo enfrentaron con el gobierno de bs as,
cuando este subordin� la lucha independentista a las negociaciones con los
realistas, los portugueses y las potencias europeas.
Artigas aprovech� su experiencia anterior, para hacer la guerra �montonera�. �l
conoc�a la capacidad de lucha de los gauchos, y los emple� con �xito como
partidas guerrilleras.
Convocar a los gauchos implicaba riesgos. Empe�ado en la organizaci�n militar,
Artigas actu� con mano dura para imponer disciplina.
A fines de 1811 convoc� tambi�n a los �indios bravos�. Desde entonces varias
tribus charr�as acompa�aron su ej�rcito o actuaron como aliados. En diciembre de
1811 Artigas deshizo una columna invasora en Bel�n, sorprendi�ndolos con una
fuerza mixta de 500 blandengues y 450 indios.
En la guerrilla de Artigas se mezclaban las astucias del baqueano con las
t�cnicas revolucionarias. Durante el sitio en Montevideo, en 1812, se enfrent�
con el enviado de la Junta porte�a, Manuel Sarratea. Su antiguo superior Viana,
al servicio de Directorio porte�o, aconsejaba al coronel Moldes precaverse de
Artigas.
Dada la escasez de recursos, hubo episodios de bandolerismo en medio del
desorden de la guerra. El saqueo del enemigo y las exacciones para abastecerse
eran pr�ctica usual en la �poca por cualquier fuerza armada: americanos o
europeos, oficiales o no.
Las acciones de las montoneras, adquirieron connotaciones de lucha social y de
revancha contra la clase alta, como se�alaron Sarmiento y Jos� Mar�a Paz.
El comportamiento de los comandantes de Artigas y de algunos caciques ind�genas
fue motivo de protestas, obligando al Protector a intervenir para pedirles
cuentas y reconvenirlos. En 1815 el Cabildo imputaba al �Pardo� Encarnaci�n
haber esparcido �hasta cinco partidas�-lo cual era exagerado para Artigas- y
entre otros cr�menes, �distribuir ganados y tierras a su arbitrio�. Defendiendo
a los paisanos que ocuparon las estancias de una familia contrarrevolucionaria
en Soriano, ante la amenaza del desalojo ordenado por el Cabildo, Encarnaci�n
pidi� por ellos al Protector en una carta donde resum�a �el clamor general�.
El proyecto federalista
El proyecto constitucional de Artigas surgi� como consecuencia l�gica de la
experiencia de sus desencuentros con los gobiernos porte�os y de la desconfianza
hacia bs as.
El objetivo de los diputados orientales era la declaraci�n absoluta de la
independencia de la Corono de Espa�a y familia de los Borbones. Como forma de
estado se establec�a: no admitir�n otro sistema que el de la Confederaci�n para
el pacto rec�proco con las Provincias que formen nuestro Estado.
La Asamblea de 1813 rechaz� la incorporaci�n de los diputados orientales pro
razones formales. En el fondo, se trataba del rechazo a los principios
contenidos las Instrucciones, en particular la exigencia de inmediata
declaraci�n de la independencia y organizaci�n de un estado bajo la forma
confederal, a la cual se a�ad�a la clausula de que la capital deb�a establecerse
en otra ciudad que no fuera bs as.
Fue el comienzo de una larga disputa que condujo a la formaci�n de la Liga
Federal, integrada por las provincias de E. r�os, Sta. F�, C�rdoba, junto a la
Banda Oriental y las Misiones, bajo el protectorado de Artigas.
Igualdad y reforma social
Una preocupaci�n constante de Artigas fue impertir justicia con un sentido
igualitario. Con relaci�n a los pueblos indios establec�a que estos deb�an
dirigirse por si eligiendo a sus propios administradores, y que no hab�a que
excluirlos por ser indianos.
Con el asesoramiento del cura Monterroso, interes�ndose por el sistema federal
norteamericano, Artigas reclam� fundar el poder pol�tico en los derechos de
representaci�n de los individuos y de las regiones, todos en pie de igualdad.
Esto es notable en las acciones que el gobierno impuls�, y en particular en su
plan agrario. Dada la necesidad de repoblar y poner en producci�n los campos
asolados por la guerra, el Protector inst� al Cabildo a emplazar a los
hacendados a hacerlo so pena de poner las tierras en otras manos. D�as despu�s
Artigas dict� personalmente el Reglamento de Tierras de 1815. Ahora se trataba
de establecer un nuevo orden rural, recuperar la ganader�a, poblar y distribuir
la propiedad con el criterio de que los m�s infelices sean los m�s
privilegiados.
La aplicaci�n del Reglamento fue resistida y demorada por el Cabildo. La
independencia hab�a engendrado un alzamiento popular peligroso para los viejos y
nuevos grupos dirigentes, y el director Pueyrred�n acord� consentir la invasi�n
portuguesa a la Banda Oriental para liquidar ese peligro.
Debilitado en la relaci�n de fuerzas, la inflexibilidad de Artigas lo perdi�.
Fue traicionada por sus subordinados, los caudillos del litoral Ram�rez y
Estanislao L�pez.
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: SAN MART�N Y BOLIVAR
Las proclamas de la expedici�n de Ej�rcito de Los Andes anunciaba el prop�sito
de unir a Argentina, chile y Per�. Por eso san Mart�n asumi� el gobierno como
Protector del Per�.
Entretanto, Sim�n Bolivar culminaba su campa�a emancipadora de la Gran Colombia
y se aproximaba al mismo escenario, donde San Mart�n le cedi� el paso para
lograr la victoria definitiva.
El protectorado del Per�.
Para vencer a los realistas hab�a que movilizar a los pueblos. Y en el Per�, las
circunstancias eran m�s dif�ciles. Los patriotas no ten�an la misma fuerza que
en otras regiones. Los hijos de espa�oles eran una peque�a minor�a de la clase
dominante. M�s de la mitad de los pobladores eran ind�genas, abatidos y
escarmentados por el orden colonial. Los mestizos, eran una capa social
heterog�nea. La solidaridad entre criollos e indios resultaba problem�tica.
San Mart�n hab�a visto en Chile algunas formas de servidumbre parecidas, pero �l
hab�a dejado los asuntos de Estado en manos de O�Higgins. En el Per�, no ten�a
con qui�n debatir, ni a qui�n delegar esos asuntos, y la emancipaci�n de los
indios era un tema delicado en el que no deb�a cometer errores.
Entre otras reformas, San Mart�n suprimi� los tributos y servicios forzados y
aboli� la denominaci�n de �indio� para borrar las discriminaciones; estableci�
la libertad de vientres y la de los esclavos que se incorporaban a las armas
patriotas; trat� de extender la educaci�n p�blica, sobre la base del respeto a
las culturas ind�genas, y protegi� los monumentos arqueol�gicos como propiedad
estatal.
Entre junio y agosto de 1821 Sim�n Bolivar bat�a a los realistas y organizaba la
rep�blica de la Gran Colombia, que dict� su Constituci�n.
En junio de 1822 se firm� la �Uni�n Liga y Confederaci�n� de Colombia y Per�,
�desde ahora y para siempre en paz y guerra�, comprometi�ndose las partes a
gestionar la incorporaci�n al pacto de los dem�s estados de �la Am�rica
espa�ola�.
Un emisario de San Mart�n, fue a pedir auxilios a las Provincias unidas. Los
caudillos federales bustos, L�pez y Quiroga respondieron afirmativamente,
mientras que bs as rehus� este pedido con el pretexto de que era �una fuerza
aislada en sus propias operaciones�.
San Mart�n hab�a realizado un esfuerzo extraordinario, pero su poder no lograba
afirmarse en una base social. La independencia que �l hab�a hecho jurar a los
peruanos no era sostenida por una verdadera clase dirigente capaz de fundar la
rep�blica.
San Mart�n razonaba como europeo y sent�a como americano. No bastaba con
declarar libertades e igualdades. Suprimir la denominaci�n de �indio� hab�a sido
una ilusi�n. Sus decretos no pod�an cambiar la realidad.
La revoluci�n de la independencia requer�a el concurso de los criollos de la
clase principal. El problema era que en el Per�, los intereses y las ideas de
estos apenas se diferenciaban de los espa�oles expulsados.
Jos� Bernardo Tagle, en quien San Mart�n deleg� el gobierno durante meses, era
un ex realista que luego volver� a cambiar de bando. Los hacendados tem�an �la
destrucci�n de sus propiedades r�sticas�.
Los patriotas celosos de sus propiedades, escandalizados por los intrusos que
dirig�an el Protectorado, conspiraban contra San Mart�n e intrigaban entre sus
oficiales; algunos de los cuales le reprochaban indecisi�n. En �ltima instancia
�l era un hombre de orden, que buscaba un equilibrio entre los extremos. Las
soluciones que buscaba requer�an tiempo. Pero en medio de la desorganizaci�n, el
tiempo tambi�n conspiraba en contra.
El encuentro de Guayaquil
San Mart�n ve�a desgastado su poder en el Per�, con fuerzas insuficientes para
batir a los realistas sin el aporte de Bolivar.
Bolivar tambi�n era un visionario, un so�ador del triunfo de la Am�rica unida.
Ten�an sobre todo los mismos enemigos, y contaban con los revolucionarios de
verdad, con sus soldados, con los oscuros campesinos del pueblo en armas.
El estancamiento de su ej�rcito, los tropiezos del Protectorado, la falta de
respaldo desde bs as, hac�an aconsejable su retiro de la escena.
En septiembre de 1822, San Mart�n renunci� al Congreso que inauguraba �la
representaci�n nacional�, para que los peruanos resolvieran. Desdichadamente,
las instituciones de la Rep�blica no iban a alterar el predominio de la
aristocracia terrateniente. Solo iban a profundizar la revoluci�n liberal de
difundir la propiedad privada, en perjuicio de la propiedad comunal de los
indios.