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Antropología Resumen para el Segundo Parcial Cátedra: Sabarotz (ex Gravano) 1er Cuat. de 2012 Altillo.com


Trabajo de investigación: Identidades y capitalismo. (Benito Narvaja)
Introducción:
Los estados fundados ideológicamente en el concepto de nación no fueron amigables con la existencia de una pluralidad de identidades. Las diferencias fueron tomadas como problemas que debían ser superados. Esa “superación” se impone sobre la base del idioma o nociones de “hispanidad”. El nacionalismo se convierte en una de las ideologías más aglutinantes, constructivas y destructivas de los últimos tiempos. Subsisten grupos que mantienen identidades diferenciadas, cuya expresión suele ser desalentada, cuando no reprimida con grados más o menos importantes principio de desarrollo autocentrado que le permite muy tempranamente comenzar una fase de expansión mercantil y territorial imperialista que retroalimenta su proceso de desarrollo. En este contexto se desarrolla la conquista de américa y la situación colonial.
La conquista de América y los indios:
Las sociedades complejas perdieron a sus cuadros eruditos y dirigentes, artistas y técnicos, que cayeron en lucha de sus pueblos, y se sometieron a un proceso de aculturación que los españoles impulsaron. La relativa y contradictoria democratización que va avanzando durante el siglo XX trae la novedad del indigenismo, “entendido, como el pensamiento que define y justifica las políticas públicas para los sectores de la población definidos como indígenas”. En el congreso se reconoce la existencia del pluralismo étnico y la consecuente necesidad de políticas específicas.
Constitución Argentina, reforma del ’94 “Corresponde al Congreso: Reconocer la prexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad, y el derecho a una educación bilingüe e intercultural […] Asegurar su participación en la gestión referida a los recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones”.
En la visión de los blancos, perdieron su carácter de seres humanos completos, cuando la ciencia del siglo XIX volcó sobre ellos un cúmulo de prejuicios biologicistas con que la “raza blanca” justificaba su predominio. Perdieron también el derecho a la existencia como competidores de los blancos que representan “el progreso” de la humanidad.
Consecuencias demográficas:
Durante los primeros 100 años sufren un espantoso colapso demográfico y cultural, del que se reponen en los siglos siguientes. Igualmente, en menos de un siglo, la población se redujo a menos del 5% del contingente inicial.
Los “estados nacionales” latinoamericanos y los indios:
Por un lado, hay que afirmar el carácter nacional del estado que debe compaginarse con una homogeneidad cultural. Por el otro, la puesta en valor de muchos recursos produce que muchos territorios sean ocupados por los blancos mediante el genocidio. Sobre la enconada resistencia de los pueblos originarios por mantener su identidad operan fuerzas contradictorias. Por un lado, la más general que tiende a homogeneizar en una sola cultura, a todo orbe, acompañada por aquella que pretende lo mismo al interior de cada estado. Pero por el otro lado, el capitalismo necesita del diferente para poder sobrexplotarlo, por lo que por medio de las más variadas formas de marginación y exclusión reproduce, mediante el racismo, diferencias que van a operar como un estigma que van a permitir la supervivencia de las identidades distintas. “Donde se necesitó la fuerza de trabajo de los indios se los mantuvo social y culturalmente segregados”. “ Si bien la tendencia general era la unificación de culturas a partir de la eliminación de una de éstas, no es tan útil para la mantener una clara distinción entre el colonizador y el colonizado, que permita reconstruir las condiciones de doble explotación indígena. Esta doble explotación por pobre y por indio, también es observable en otros grupos que combinan la pobreza con algún otro atributo que los pone en desventaja, como por ejemplo, los migrantes ilegales”
Los estados nacionales, el capital y las clases sociales:
En la época clásica del capital el estado era principalmente el órgano de opresión de una clase sobre otra, él regulaba y administraba el sistema. Crea una competencia entre capitalistas, que están dispuestos a morir “por la patria” cuando los capitales de otros países pusieran en peligro las ganancias de las empresas. Así muchas guerras devinieron.
La globalización:
Según Samir Amin, el período está marcado por el control del capital transnacional, izado sobre 5 monopolios:
1. Los que se benefician los centros contemporáneos en el terreno de la tecnología, que exigen gastos gigantescos que sólo el estado puede sostener.
2. Los que operan en el acceso de los recursos naturales del planeta.
3. Los que operan en el ámbito del control de los flujos financieros de envergadura mundial.
4. Los que operan en el campo de la comunicación y de los medios.
5. Los que operan en el terreno de los armamentos de destrucción masiva.
Podríamos decir, que cada período de las relaciones de producción tiene una forma particular de hacer guerra, y que el actual, en los países imperialistas, se caracteriza por el hecho de que ya no se pelea por la patria, sino por la paga.
El capital globalizado no precisa más del antiguo estado para realizar sus negocios. Estos estados pueden impedir la superexplotación, que el capital requiere para ser competitivo. Los estados pierden poder y legitimidad.
La fragmentación conviene al capital porque:
1. Divide la resistencia
2. Legitima las diferencias, convirtiéndolas en desigualdades, justificando desde un multiculturalismo, racismo, las terribles condiciones de vida a las que se somete a muchas poblaciones.
La consolidación de referencias identitarias es necesaria, porque frente a la defección del estado, al sometimiento al discurso único de la postmodernidad globalizada de los partidos políticos, la necesidad de lucha y resistencia de los pueblos encuentra, entre otros, en los grupos consolidados por cuestiones identitarias.
Zizek dice que la xenofobia y el fundamentalismo religioso y étnico no sólo no son regresivos sino que, por el contrario, ofrecen la prueba más cabal de la emancipación final de la lógica económica del mercado respecto de su relación con la cosa étnica.
En un principio el capitalismo de circunscribe a los confines del Estado Nación y se ve acompañado del comercio internacional; luego sigue la relación de colonización, en la cual el país colonizador subordina y explota al país colonizado. Como culminación, el poder colonizador no proviene más del Estado Nación, sino que surge directamente de las empresas globales. La forma ideal de la ideología de este capitalismo global es el multiculturalismo, y ésta es una forma de racismo negada: respeta la identidad del Otro, concibiendo a éste como una comunidad auténtica, cerrada, hacia la cual el multiculturalista, mantiene una distancia que se hace posible gracias a su posición universal privilegiada.
La emergencia indígena:
Las causas explicativas de la emergencia indígena en los noventa es la globalización, que en todas partes del mundo, va acompañada de una valoración de las relaciones sociales y de las identidades locales. La emergencia indígena latinoamericana es expresión de un nuevo tipo de indígenas, incluso aquella que habita en el campo, hasta en las regiones que continúan siendo muy aisladas.
Conclusiones:
El capital y los pueblos, se posicionan respecto al tema de identidad en cada momento histórico tratando de imponer la postura que más beneficie a sus intereses.



“Los pobladores del desierto”: Genocidio, etnocidio y etnogénesis en la Argentina(Miguel Alberto Bartolomé)
El genocidio colonial:
El modelo europeizante que consta de un inmenso territorio “desierto” y sólo transitadopor unas cuantas hordas de cazadores "bárbaros", ha sido bajo el cual se organizó el proceso deconstrucción nacional. Durante los casi tres siglos del mandato español, dejaron como "tierras de indios" las extensas regiones conocidas como Patagonia y el Gran Chaco, con cuyapoblación se mantenían relaciones tensas basadas en efímerostratados, intentos misionales, ataques ocasionales y expediciones punitivas.El peso de la colonización recayó sobre los pueblos del noroeste argentino que fueron víctimas de la violencia, de las epidemias y de la dilución étnica derivadade las recongregaciones (juntaban a los pueblos con sus culturas) y de las desnaturalizaciones (traslados masivos a grandes distancias). También los jesuitas lograron la desaparición étnica en el sur del Gran Chaco y en el litoral mesopotámico.
Genocidio republicano: la conquista del "desierto".
En las últimas décadas del siglo XIX, el Estado decidió conquistar y consolidar sus "fronteras interiores" pertenecientes al control indígena. La "guerra delmalón" (incursiones bélicas indígenas contra los establecimientos criollos)justificaba ideológicamente la guerra de exterminio.El desierto era desierto a pesar de la presencia humana carente de humanidad reconocible. Así, la necesidad de ocupar las fronteras con los países limítrofes, las demandas de tierra por parte de loshacendados para incrementar la producción de carnes y granos y la voluntad de acabar con la llamada "amenaza india", fueron las razones que determinaron la "Conquista del Desierto". Los indígenas fueronderrotados por los ejércitos. Aunque también, se recurrió a enviar prisioneros con enfermedades contagiosas a las aldeas que no se doblegaban.
Atrás de las tropas iba la presencia modernizadora del ferrocarril británico,incrementando la capacidad del transporte y agilizando la economía exportadora (o succionadora) quecontinuaba la herencia colonial.Después de la derrota en el Chaco, los antiguos cazadores pasaron adesempeñar como peones rurales de los establecimientos madereros. Pero ante las continuas rebeliones, se firmó un contrato con los azucareros del área occidental, comprometiendo la mano de obra indígena einstitucionalizando el sistema de patronazgo.
Para 1880, el darwinismo social y la casi teológicaidea del progreso, que habían llegado a Buenos Aires, tenían su paradigma de referencia en la Europa blanca y hacia ese modelo se dirigióel esfuerzo poblacional. Así, se dictaron leyes de inmigración y entre 1871 y 1914. La inmigración dejó un saldopositivo (radicados) de alrededor de tres millones de personas. Se había cumplido el anhelado propósito detener una nación blanca. Así, hacia principios del siglo XX a los argentinos les gustaba compararse conAustralia, pujante colonia británica a la que había superado en producción y en crecimientodemográfico.
Los sobrevivientes actuales
Mapuches sobrevivientes o arrinconados en reducciones (reservas territorialesadjudicadas por el Estado), donde la mayor parte de las tierras son malas y ubicadas en loscontrafuertes andinos o en la tundra patagónica donde el clima es extremadamente riguroso eimposibilita el desarrollo de una agricultura redituable. Los recursos insuficientes obligan a buenaaparte de las poblaciones a migrar hacia centros urbanos donde existademanda de mano de obra no especializada. En un diagnóstico pionero, destacaron que las condiciones coloniales de dominio y subordinación de lapoblación indígena no habían desaparecido, sino que incorporaron nuevas modalidades formales talescomo el endeudamiento cíclico, el despojo de tierras, los intercambios asimétricos y la inducción alalcoholismo. Los descendientes de quechuas y aymarasestán atrapados en las redes de una agricultura minifundista de bajo rendimiento, que los obliga a lamigración estacionaria a pesar de los fuertes lazos que aún los unen a la vida comunitaria. Se ha destacado lapersistencia de una identidad regional distintiva, cultural y comunitariaque, a pesar del mestizaje histórico, tiende a asumirse como indígena en las últimas décadas. En elloinfluye la discriminación y los intercambios desiguales con la población que se considera “blanca”, lo quecontribuye a mantener las fronteras étnicas entre grupos que se perciben y son percibidos comodiferentes.
Etnocidio institucional: el Estado ante los indígenas.
En 1928 se crea una comisión especial de Diputados que se limitó a proponer el reforzamiento de lostratados de paz preexistentes y a impulsar a que los indígenas fueran incorporados en forma máspermanente al contingente de los semiproletarios rurales. En 1947, la Dirección de Protección al Aborigen, la cual fueincapaz de alterar la estructura del sistema de despojo que padecían sus "protegidos". Hacia 1958 se fundó la División deAsuntos Indígenas, influenciada por indigenismomexicano pero en 1961 (golpe militar), se disolvió se resucitó una Dirección de Protección al Aborigen. Considerando, de acuerdo a laperspectiva militar, que los indígenas no constituían un "problema nacional" sino regional, sedescentralizó la dependencia federal constituyéndose diversos departamentos de Asuntos Indígenas enlas provincias. El nuevo gobierno militar de 1966, volvió a centralizar el Departamentode Asuntos Indígenas ya quelos indígenas sí constituían un "problemanacional", puesto que muchos de los asentamientos se congregaban en áreas de fronteras y éstas eransignificativas para la doctrina de "seguridad nacional".
En 1983 regresó la democracia y en 1985 se creó el Instituto Nacional de Asuntos Indígena
(INAI). Sus actividades de tipo asistencial y legalfueron obstaculizadas por la falta de presupuesto y por su énfasis propagandístico de las políticasgubernamentales sobre el sector indígena. Capaz se trató del “indigenismo de participación” de México por el fracaso de lasprácticas integracionistas o lo representó la creación de la “Comunidad Educativa Intercultural”, que recurre a la participacióncomunitaria y a la formación de maestros bilingües. También contribuyó la Reforma Constitucional de 1994, uno de cuyos resultados fue el reconocimiento legalde la preexistencia de los grupos indígenas en el territorio del Estado, así como su capacidad paraobtener personería jurídica, la propiedad comunitaria de la tierra y el derecho a mantener y desarrollar sudiferencias lingüísticas y culturales. Sin embargo ante las crisis económicas su capacidad de acción se encuentra severamente limitada.
Igualmente, todas las políticasdemocráticas se basaron en un mismo principio: para ser argentinos de plenoderecho los indígenas debían renunciar a su condición étnica y asumir el modelo cultural que les ofrecía el Estado. Es decir que se les ofrecía un derecho a la existencia, concedido a cambio de que asumieran esa inducción al suicidio culturalque hoy llamamos etnocidio.
Durante el siglo XX, raramente selos consideraba “indios” sino, curiosamente, “negros”. La mitología nacional de la Conquista del Desierto, proponía (y propone) indirectamente que todos los indios hanmuerto, ahora se vive en la patria del criollo cuyos antepasados son los gauchos. Por ello la poblacióndel “interior”, como se llama al conjunto del país que no es Buenos Aires, carece de “indianidad” pero node “negritud”. Se trata de un extraño componente poblacional cuya nacionalidad es puesta muchasveces en entredicho, ya que su aspecto los asemeja más a bolivianos o paraguayos que a “auténticosargentinos”. Pero ladiscriminación objetiva existente, no excluye la eventual y cíclica eclosión de encendidos discursosnacionalistas, institucionales o contestatarios de acuerdo al momento político, que aluden a las “raícesindígenas” de una población de colonos que no se da muy por aludida.
Emergencia étnica y movimientos etnopolíticos
Hacia 1968 algunos indígenas residentes en Buenos Aires fundaron el Centro Indígena de Buenos Aires (CIBA), primeraorganización indígena estructurada en términos etnopolíticos, a este Centro confluyeron indígenas provenientes de distintos grupos,homogenizados ideológicamente por la agudización de la confrontación interétnica. Las primeras consignas se orientaron a la reafirmación de susidentidades étnicas.
En 1971 CIBA se transformó en la Comisión Coordinadora de Instituciones Indígenas dela República Argentina (CIIRA), la que pretendía nuclear a todos los indígenas residentes en Buenos
Aires y proyectar su acción hacia el interior del ámbito nacional. En 1970, había surgido la Confederación Indígena, ésta fue creada por terratenientes, militares y políticos locales,que la percibieron como una forma de captación del voto indígena, y unmecanismo de reaseguramiento del control de las zonas fronterizas. En 1972 laCCIIRA organizó en unión con la Confederación, el Futa Traun alque se invitó a representantes de los otros grupos étnicos del país. Cabe señalar que algunos gobiernosprovinciales no enviaron delegados “ya que no había indígenas en sus territorios”. Independientemente de los intentos de manipulación oficiales, estos encuentros comenzarona generar una dinámica propia y un efecto de resonancia que se extendía con una rapidez inusitada.
El gobierno populista del momento, ylos intentos de manipulación generaron conflictos que llevaron a la disolución de CCIIRA., la que se restructuró en una nueva organización denominada Federación Indígena de Buenos Aires, la cual al no aceptar la co-opción fue reprimida, al igual que la deTucumán la de Chacoy sus dirigentes fueron perseguidos y muchosencarcelados. Los miembros remanentes de las disueltasorganizaciones constituyeron en 1975 la Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA). Dichaorganización se propuso evitar en sus filas colaboradores no-indígenas y excluir de su líneaprogramática la definición política coyuntural. Los propósitos de la AIRA fueron: tierra,cultura y reconocimiento político.
Progresivamente se desarrollaron numerosas organizaciones regionales cuya demanda básica,aparte del reconocimiento por parte del Estado, estaba dirigida hacia la restitución de las tierras de lasque fueran despojados. Este objetivo dinamizó una restructuración de los movimientos en búsqueda de ampliar su fuerza, incluyendo ala mayor cantidad posible de los miembros de un mismo grupo etnolingüístico. Muchos movimientos contaron con el apoyo del Equipo Nacional de laPastoral Aborigen (ENDEPA) de la Iglesia Católica Argentina, otros con el auxilio de ONGs, sectoresuniversitarios, movimientos políticos, partidos y eventualmente instituciones estatales. El hecho a destacar que han cubierto prácticamente todo el territorio y hacen cada día másdifícil, tanto para el Estado como para la sociedad civil, seguir asumiendo que ya no hay indígenas en laArgentina.
Procesos de etnogénesis
En los ‘60se realizaba una especie de “etnografía de rescate”, tratando de registrar todos los datos lingüísticos yculturales que nos pudieran proporcionar los últimos supervivientes de aquellas culturas condenadas a ladesaparición.De pronto muchos pueblos mitificados a quienes se consideraba sólo como uncampesinado genérico, reclaman una presencia y una identidad étnica que desconcierta a los testigos deesta etnogénesis.
El concepto de etnogénesis ha sido utilizado:
1. Para dar cuenta delproceso histórico de la configuración de colectividades étnicas.
2. Para designar alsurgimiento de nuevas comunidades que se designan a sí mismas en términos étnicos, paradiferenciarse de otras.
3. Dentro de la actual literatura europea, para calificar el auge de losnacionalismos diferenciales dentro de estados multiétnicos.
Antonio Pérez distingue a las etnias reconstruidas, es decir a aquellas que perdieran hace poco sus bases culturales identitarias pero que mantienen una continuidad territorial, parental o histórica, y a las etniasresucitadas, cuya relación con el pasado proviene en parte de la memoria y en parte de la literatura existente sobre el grupo. Se va a utilizar para designar los procesos de actualización identitarias de grupos étnicos que se consideraban cultural y lingüísticamente extinguidos y cuya emergencia contemporánea constituye un nuevo dato tanto para la reflexión antropológica como para las políticas públicas.
Hay que diferenciar también a la etnogénesis de los procesos de revitalizaciónétnica de los grupos etnolingüísticos, carentes de una organización política abarcativa. Esto refiere a las actuales dinámicasetnopolíticas que proponen la construcción o reconstrucción de sujetos colectivos, protagonizadas por grupos etnolingüísticos que perdieron, o nunca tuvieron, la experiencia deuna movilización conjunta en pos de objetivos compartidos. La lógica socio-organizativa tradicional de lassociedades chaquenses, basada en los procesos de fisión y de fusión de bandas de caza y recolección,no determinaba el desarrollo de identificaciones colectivas. Tampoco los mapuches, cuya tradición de sociedadde linajes asociados en clanes territoriales ha sido parcialmente sustituida por el desarrollo decolectividades residenciales. Son sociedades segmentarias, las que tienden a nodesarrollar sistemas políticos generalizados que incluyan a todos los miembros de un grupo. No existían entonces en el pasado las “naciones”tehuelche, toba, mapuche o guaraní, como lo entenderían las ópticas nacionalitarias decimonónicas, sinogrupos etnolingüísticos internamente diferenciados en grupos étnicos organizacionales, que podían no tener mayores relaciones entre sí. Es por ello que los rótulos étnicosgeneralizantes, tales como guaraníes, tehuelches, tobas o mapuches, son más adjudicacionesidentitarias externas que etnónimos propios, aunque ahora se recurra a ellos para designarse comocolectividades inclusivas y exclusivas Las culturas del presente luchan entonces por constituirse comocolectividades, como sujetos colectivos, para poder articularse o confrontarse con un Estado en mejorescondiciones políticas, ya que la magnitud numérica y las demandas compartidas incrementa susposibilidades de éxito. Se trata de la creación de un nuevo sujeto histórico al que podríamos llamarPueblos Indios, entendiéndolos como “naciones sin estado”.
La autodefinición étnica que exhibieron decenas de miles de kollas del noroeste, a los que se había pretendido caracterizar como un campesinado que mantenía tradiciones andinas. Pero también resultaba impactanteque millares de criadores de ovejas y peones rurales o urbanos de la Patagonia se reclamaran comomapuches y todavía hablaran de la “época de la invasión” para referirse a la “gesta patria” de laConquista del Desierto. Incluso se advirtió, creo que con desazón, que ni la religión impuesta porlos anglicanos en el Chaco bastaba para que los toba, los pilagá, los guaraníes o los wichí dejaran deserlo.
Se desarrollaron así procesos sociales de identificación que ahora expresan laemergencia de nuevas identidades, asumidas como fundamentales por sus actores, dentro de contextoshistóricos y contemporáneos en los cuales se mantienen fronteras entre grupos percibidos comodiferentes. En estos casos las identificaciones nose “inventan” sino que se actualizan, aunque esa actualización no recurra necesariamente a un yainexistente modelo prehispánico. Se trata de recuperar un pasado propio, o asumido como propio, parareconstruir una membresía comunitaria que permita un más digno acceso al presente.
El tema de la etnogénesis, entendido como reconstrucción identitaria, es sumamentecomplejo y no se presta a una interpretación unívoca.
En primer lugar podríamosdestacar que se puede tratar de casos de desconocimiento de realidades preexistentes, tanto por partetanto de los científicos sociales como de las instituciones estatales y de la sociedad civil. Si éste es el caso, cabe apuntar dosrespuestas posibles. Por un lado la ceguera ontológica adjudicable tanto a la antropología como a lasociedad nacional, que no supieron o no quisieron reconocer esas presencias. Por el otro lado se puedeproponer el desarrollo de una “identidad clandestina”, por parte de colectividades sociales, cuyaestigmatización étnica las indujo al desarrollo de una “cultura de resistencia”, queposibilitara su reproducción histórica y social al margen de la sociedad envolvente. En un país que sepresume blanco y donde las mentalidades racistas todavía se mantienen, ser indio es una ofensa, perono ser suficientemente indio también puede ser una inadecuada forma del ser. Una antropología que alcomienzo buscaba el exotismo, después el folklorismo nacionalista (los “orígenes nacionales”) yfinalmente la exclusión de lo indígena de su práctica profesional, no estaba preparada para reconocerexistencias étnicas que no se ajustaran a sus filtros ideológicos, a los que consideraba basados enprincipios académicos.
Se puede ser mapuche e ingeniero atómico o toba y arquitecto. Sin embargo la etnogénesissorprende a aquellos que ven a obreros, artesanos, profesionales o empleados públicos manifestándosea sí mismos en términos étnicos y recurriendo, en oportunidades, a indicadores visibles de la filiación,tales como plumas o ropajes, que inducen a considerarlos en términos performativos de acuerdo a laterminología de moda. En los procesos de afirmación étnica, y en especial en los encuentrosinterétnicos, es frecuente que se recurra a emblemas identitarios, es decir a rasgos materiales oideológicos, propios o apropiados, que argumenten de manera explícita la identidad de sus poseedores:de esta manera las ropas o las artesanías (ponchos, fajas, sombreros, etc.) son re-significadas y pasan adetentar un valor emblemático que estaba ausente en su uso cotidiano. Se pueden movilizar recursos lingüísticos o culturales para alcanzar determinados propósitos, pero estoquiere decir que los recursos existen y no que se están inventando en ese momento. La manipulación dela identidad étnica no incluye necesariamente la mentira o la falsificación de la misma, aunque esindudable que es un recurso para la acción.
El caso es que a pesar de todos los esfuerzos estatales no se logró la construcción de una
Argentina blanca y culturalmente homogénea. Los procesos actuales, más allá de sus fluctuacionescoyunturales, inauguran la posibilidad de un país culturalmente plural, que no necesite mitificar losaspectos étnicos de su pasado y de su presente, sino que los acepte tal como son. Pero esa aceptaciónno puede ser solamente retórica, sino que debe plasmarse en un nuevo tipo de colectividad estatal, enla que los Pueblos Indios tengan derecho a la reproducción cultural y a la autonomía política.

La construcción de estereotipos en base a inmigrandes “legales” e “ilegales” en Argentina (H. Sabarots)
Introducción:
Bajo la fuerte ideología de progreso en el siglo XIX, los revolucionarios del Río de La Plata apostaron a repoblar con “sangre europea” y generalizar la educación pública como condiciones necesarias para la consolidación nacional y la integración económica con Europa. El trauma fundacional de la oposición entre barbarie y civilización, iba a crear el mapa de distribución del poder; colonos e indígenas, extranjeros y colonos, blancos y negros. Los estereotipos sociales se refieren a las imágenes simplificadas y generalizadoras que se construyen alrededor de determinados colectivos y se generan mediante la dinámica de prejuicios. Cuando un estereotipo adquiere una fuerte carga negativa acusatoria estamos en presencia de un estigma, justificándose entonces a un trato diferencial para con ellos.
Argentina frente a los inmigrantes:
La inmigración masiva de población europea constituyó una pieza fundamental en la propuesta de constitución del país. La política de migración argentina produjo ese efecto deseado de repoblación. El modelo de país de 1853 suponía una estrategia de eliminación física de la población nativa, que simbolizaba el atraso y que constituía una amenaza continua hasta finalizada la conquista del desierto y el poblamiento con contingentes europeos. A los cuales acogían en los puertos de Buenos Aires y Rosario proporcionándoles techo y alimentos durante 5 días luego del arribo, franquicias para el ingreso de todo elemento que favoreciera el desarrollo económico y técnico. También se contempló la donación de tierras a los inmigrantes campesinos hasta 1870 que sufrió ciertas restricciones. Ello produjo un importante impacto en la distribución desigual de la población y en la concentración en las principales ciudades del litoral y algunas del interior. Sus prioridades apuntaban a mejorar su situación económica y retornar a la patria. Desarrollaron en la Argentina una densa trama de asociaciones que tendían a mantener su identidad nacional y a desentenderse de la política local o al menos no privilegiarla. Las formas de exclusión institucionalizadas del propio sistema político fueron reforzadas también por la construcción de imágenes estereotipadas mutuas. A pesar de las grandes dificultades de los primeros tiempos de residencia del país, gran parte de los descendientes de inmigrantes lograron un ascenso social, e incluso alcanzar lugares de poder destacados. Ellos pasaron a ser un actor cotidiano, diferenciable pero conocido, que podía ser objeto de burlas o bromas pesadas, pero dentro de un juego en el que ellos mismo participaban, donde el resultado no era la exclusión social. Todo ello abonó un terreno de imágenes sociales que avalaba una visión positiva de los inmigrantes extranjeros de ultramar.
Inmigrantes de países limítrofes y grupos periurbanos producto de migraciones internas del campo a las ciudades, van a ser objeto de una discriminación racista en sentido desigualitario. Estos estereotipos que configuran estos sectores, van a ser complementados con el “inmigrante ilegal” o sólo “ilegal” que supuestamente se dirige a aquellos indocumentados de países limítrofes, racializando y poniendo bajo sospecha de ilegalidad a todos aquellos que por poseer rasgos físicos, por “portación de cara”, cargan con el estigma.
Unos “inmigrantes exóticos”
Al principio hubo una clara hostilidad hacia los japoneses debido al rol protagónico contra la alianza europeo-norteamericana durante la segunda guerra mundial. Luego,terminando el conflicto y en el proceso de reconstrucción y ascenso de la economía japonesa de postguerra, la imagen y la actitud con respecto a los inmigrantes japoneses va a cambiar favorablemente.
La distribución por actividad, dentro de la comunidad japonesa en Argentina es: 42% tintorería, 18% floricultura, 14% asalariados y el 8% diversas actividades de agricultura y ganadería. El 18% restante, de segunda y tercera generación que ha accedido a mayor calificación e inserción en los ámbitos no japoneses. Se trata de una colectividad minoritaria en el país, no obstante, constituyen un colectivo de inmigrantes con rasgos físicos que contrastan con la mayoría de origen latino.
En la televisión los integra como personajes típicos en programas humorísticos y en las propagandas, integrando la galería de actores sociales estereotipados a partir de los inmigrantes.
Esa imagen hoy desdibujada de japonés tintorero, en parte es remplazada por el actual mini-mercado coreano o chino que se ha expandido en los ‘90.
Se ha conformado un mosaico de diversidad étnica que hace de los lugares deencuentro un auténtico laboratorio socio-antropológico para analizar las conductas, pensamientos y sentimientos mutuos, en los que intervienen también los valores del personal de la escuela, destacado en tanto discurso con poder legitimado desde el Estado.Son los productores más prósperos y los japoneses, a pesar de la dificultad del idioma, quienes integran la cooperadora y otras formas de participación vinculado con lo público-estatal. Mientras que los “criollos” entran todos los demás actores sociales locales que suelen ocupar una posición socioeconómica más débil y, en ocasiones, subordinada a los “extranjeros”.Se estigmatizan de modo polar los extranjeros como encarnación de los valores positivos y en contraparte, los “criollos” con los valores opuestos. Extranjero progresista como el héroe mítico fundador que se impone al atraso de la población nativa “bárbara”.
Nuestros hermanos latinoamericanos:
Los de origen boliviano comienzan a tener más relevancia social en la medida que son objeto de interés por parte de los medios de comunicación, algunos políticos e incluso sindicatos como los de la construcción que los acusan de robar el trabajo a los argentinos.
La existencia de los inmigrantes ilegales es un “problema social” relativamente nuevo en la argentina. Una primera visión superficial del tema podría limitarse a indicar una creciente afluencia de inmigrantes, provenientes de zonas fronterizas, que tienden a provocar transtornosen la economía, distorsionando el mercado laboral y, además, dada su condición de ilegalidad por falta de documentación, los ubicaría en subculturas marginales de la sociedad fácilmente proclives a la delincuencia. La incidencia de migrantes limítrofes casi no ha variado a lo largo de la serie histórica, reflejando que losmovimientos desde esos países han ocurrido antes, durante y después de la llegada masiva de inmigrantes europeos.Como consecuencia del cambio en la composición de las corrientes internacionales, su cuota entre los extranjeros se ha ido elevando hasta constituir, actualmente, la mitad de los mismos. Es notable cómo con el aumento del desempleo se incrementa el discurso que responsabiliza a los inmigrantes limítrofes de tal situación, en tanto a trabajadores ilegales que quitarían puestos de trabajo a los argentinos y deprimirían a los salarios. Parece ser mas una “invasión percibida” o construida más que real, cuya explicación no se encuentra tanto en los datos demográficos objetivos, sino más bien en los medios de procesar ideológicamente, en las luchas entre sectores hegemónicos y subalternos, las tensiones sociales producto de la aplicación de los modelos neoliberales vigentes.
Para el caso muchos inmigrantes latinoamericanos existe una profunda brecha entre la extensa u compleja burocratización de los trámites administrativos, por un lado, y la cultura y situación penosa por otra. El inmigrado reciente tiende a no conocer aspectos que para “los nativos” resultan recetas básicas de interacción y que su falta de familiaridad lo lleva a cometer lo que, desde la perspectiva del grupo exterior, constituyen torpezas y faltas imperdonables.
La construcción simbólica de la ilegalidad de los inmigrantes latinoamericanos, tiende hacia una presunción de culpabilidad al inmigrante de su propia situación. Adjudicar la categoría de ilegal a los individuos ensombrece la responsabilidad de la administración, ocultando el mecanismo subyacente, donde la víctima de la política migratoria discriminatoria aparece como moralmente responsable de su propia ilegalidad.Sin embargo, si bien los medios son generadores y forzadores de representaciones colectivas, basan necesariamente sus lógicas de producción de verdad en los contenidos presentes en las representaciones y el acervo cultural de sus audiencias.
Hay que mencionar que particularmente en los últimos años algunos medios de comunicación han puesto el tema de la xenofobia en la discusión pública, registrando y denunciando hechos de discriminación y difundiendo encuestas que avalan un aumento de esa tendencia.
Conclusiones: nuevas condiciones para la xenofobia
La mirada sobrevaluada de algunos inmigrantes cobra sentido en función de la mirada subvaluada de otros. El racismo como ideología y en función de la visión jerárquica de la humanidad, requiere a ambos procedimientos: rebajar a unos en función de enaltecer a otros.
Los cambios en el contexto socioeconómico e histórico a lo largo de los 80 y 90, condicionan las formas de manifestación del racismo y la xenofobia, interpretando a éstas como representaciones dinámicas que pueden vincularse a los propios mitos de origen de la nación argentina, pero también sometidas a las nuevas condiciones impuestas de apertura económica, transformación del mercado laboral y mundialización, que requiere de una restructuración institucional, es especial del Estado. En las lucha por las Islas Malvinas, una corta primavera de rebrote nacionalista que diluía en el imaginario las diferencias de clase, etnia, religión y entre civiles y militares, se vivió en esa época. La derrota, la aceleración de la transición democrática posterior y el juicio a las juntas militares, crearon oro escenario social de reconstrucción institucional. Estado penitencia, se trata de la creciente penalización de la pobreza y la llamada “tolerancia 0” en tanto método de lucha contra la inseguridad, como ideología transnacional complementaria, en plano político de la economía neoliberal. Estas transformaciones, que parece acompañar un cambio global de los sistemas represivos y penales, generan una acción selectiva concentrándose en aquellos colectivos más estigmatizados y demonizados, quienes tendrán más probabilidades de poblar dichas cárceles.



El racismo y la estigmatización del otro(Valeria Gigliotti, Rodolfo Gutiérrez,Érica Lander y Nora Ublich)
Introducción
Racismo es la creencia en que un grupo humano es intelectual, psicológica o culturalmente inferior a otros. Este grupopercibido como inferior ha sido identificado a partir de ciertas características visibles enel fenotipo o en la cultura, que se generalizan como marcas de ese grupo y se interpretancomo naturales y hereditarias. La existencia del otro polo, el delsector de la sociedad que construye estas percepciones y se considera superior. Estaidea se conforma también con el intento de naturalizar y fijar las diferencias asociándolasa ciertos factores hereditarios. La ilusión de conservaruna presunta “pureza de raza”, al percibir la mezcla, el contacto y el intercambiointergrupal como un mal a evitar.Además, la supuesta “superioridad”,constituida por rasgos físicos, intelectuales, morales y/o culturales, ha posibilitado el enmascaramiento y la justificación de diferentes situaciones de marginación,discriminación, dominación y despojo registradas en diferentes etapa históricas.
El racismo es un problema social e histórico
Los grupos víctimas de los prejuicios y prácticas racistas fueron variando históricamente.En nuestro país hubo tres diferentes períodos:
• El primer período durante la “modernización”de Argentina (fines del siglo XIX principios del XX): Adquieren relevancia la ocupación delterritorio, la política de desarrollo de la Nación y el aporte inmigratorio como mediopara llevarla adelante. Para los sectores dirigentes de este período era indispensable poblar el país, atraer yasentar colonos en las “zonas despobladas”, para lograr el tan deseado progreso. La Ley Avellaneda de Inmigración y Colonizacióncontemplaba otorgarlesfacilidades para la adquisición de tierras para lo que se procedió a la expulsión y exterminio de las poblaciones indígenas. Igualmente, los extranjerosque llegaron provenían delas zonas más pobres de Europa y no lograron afincarse en las zonas rurales. El inmigrante europeo fue estigmatizado, se lo caracterizaba desdela ignorancia, la avaricia, la suciedad, ladeslealtad, la falta de moral. Grandes contingentes de personas no encontraran posibilidades de radicación en laszonas rurales, y decidieron quedarse en ciudades como Buenos Aires y Rosario,iniciando un fenómeno de crecimiento urbano no previsto.
• El segundo período (del ’30 al ’50).La crisis de 1930 impactó en el campo, provocando que muchos campesinos se trasladaran a las ciudades, principalmente a Buenos Aires.Comienza a crecer con fuerza el sentimiento de invasión, que remite a lasrelaciones conflictivas que van construyendo el espacio socio económico y político de laNación. A esto se suma el descontento de los sectoresmejor posicionados, provocado por la movilidad social y la políticarelacionada a la clase obrera que significabamayores gastos alos sectores industrialesyagro-ganaderos. Se expresaba tanto su condiciónsocial de “inferiores” como sus prácticas extrañas e inadecuadas para la vida “civilizada”.Según Hugo Ratier son sus hábitos, la manera de actuar, de hablar, sus costumbres, sumoral, los que son estigmatizados bajo el rótulo de “cabecitas negras”, fórmula queexpresa un prejuicio de clase.
• Como tercer período presentamos el momento actual, en el que las representaciones racistas continúan descalificando a la población que llega de las distintas provincias delpaís. Pero encontramos que además se construyen enfáticamente alrededor de los gruposmigrantes de países vecinos -principalmente Perú, Bolivia, Paraguay- y asiáticos.Lentitud, atraso, pobreza, falta de aseo, dificultades de expresión, todos estoscalificativos son los que en definitiva van construyendo las imágenes consensuadas anivel social sobre los otros-bolivianos. La construcción del “otro” revela una imagen recurrente del inmigrante como no deseado, susceptible de ser discriminado,excluido y perseguido. El “otro” es visto de forma negativa, incentivando imágenesxenófobas, prácticas discriminatorias y racistas.
El racismo es una construcción social
Interaccionesconcretas, representaciones, estas prácticas se vinculan a su vez con las formas de percibir,valorar, sentir y pensar que tienen los sectores que conforman la sociedad. Lasrepresentaciones sociales son maneras de interpretar y pensar nuestra realidadcotidiana, orientan nuestra comprensión y comportamientos. Están constituidas pordiferentes aspectos: imágenes que condensan significados, sistemas de referencia queguían la interpretación otorgando un significado a lo que sucede y categoríasclasificatorias que ordenan la realidad. Circulan en diversos ámbitos:nos permite interactuar sin necesidad de reflexionarpermanentemente acerca de los “otros” y sus comportamientos. Las actitudes corporales, las miradas, tambiéntransmiten significados y conforman prácticas. En el caso de Argentina, la relación entre “nosotros” y “los otros” serepresenta como una relación entre opuestos, antagónica. Este antagonismo toma cuerpo a partir de la idea de “peligrosidad social”, eneste caso “los otros” quedan asociados indefectiblemente a diversas imágenes con cargasvalorativas negativas: ilegalidad, inmoralidad, invasión, delincuencia, usurpación,amenaza y atraso.
El racismo es una justificación ideológica
El proceso de expansión colonial del siglo XIX pudo llevarse a cabo gracias alestablecimiento de relaciones de dominación, inferiorización y deshumanización,posibilitadas por los mecanismos de opresión ejercidos desde el siglo XVI. Nativos, permitieron que los “otros” no sólo fueranpensados sino también tratados como inferiores. El hombre fue transformado en unamercancía, el tráfico de esclavos pasó a constituirse como el comercio más lucrativo. Los 400años de dominación colonial permitieron que en el siglo XIX los estereotipos y prácticas,que toda situación colonial conlleva, se cristalizaran tanto en dominantes comodominados, los dos polos de la relación asimétrica.En el siglo XIX, el “darwinismo social”, explica o justifica las desigualdades entre los individuos y las poblaciones apartir de la selección natural. Quienes eran másfuertes debían imponerse, mientras que los más débiles debían desaparecer, sersometidos o apartados, para que la sociedad no se degradara. Para esta visión, lospobres, los perezosos y los improductivos no tenían derecho a vivir a expensas de losdemás, su desaparición era interpretada como un efecto beneficioso para toda lahumanidad.En este contexto ideológico del siglo XIX la jerarquización social empieza a sustentarse através de diferencias anatómicas perceptiblesqueenmascararán lasrelaciones de desigualdad y explotación.
Desarrollo del discurso racista
En este contexto el pensamientomoderno se caracterizará por la aspiración al control y dominio de la realidad y delhombre. La ciencia postulará una imagen de la naturaleza en términos de regularidadesy leyes universales, matemáticamente representables el universo comienza a ser concebido como una “máquina”. Porun lado, esta máquina estará conformada por diferentes partes, donde cada unacumplirá una función separada y analizable y en la que el todo operará de modo regulary ordenado y, por el otro, será una máquina factible de ser desmontada para serestudiada y luego reconstituida reducir científicamenteel alma, la mente, la conciencia a aspectos puramente observables: orgánicos oconductuales.Es por ello, que la clasificación de la humanidad en razas muy distintas entre sí duranteel siglo XIX, abrevará en estas interpretaciones prexistentes, que harán del cuerpohumano el laboratorio ideal para poner en práctica estas concepciones.
Las clasificaciones y el concepto de raza
Cada especieestaba representada por un “tipo perfecto” y todas las variaciones respectode este “tipo” se consideraban imperfecciones. De esta manera, la clasificación de lasformas permitía un mejor conocimiento del “plan racional del creador”.Los monogenistas creían que el origen de lahumanidad se había dado a partir de una única fuente (Adán y Eva) pero al ser expulsados del paraíso habían degenerado en múltiples razas. La clasificación más aceptada eran la que incluíacinco razas en un orden de jerarquía: caucásica o blanca, mongólica, malaya, americanay negra. Los poligenistas, en cambio, sostenían distintos orígenes para las diferentes razas, defendían la supremacía del hombre blanco y trataban de evitar el entrecruzamientoentre razas. Los negros son:“indolentes, traviesos, sensuales, imitativos, sumisos, afables,veleidosos, inconstantes, devotos, cariñosos, en un grado solocomparable con los niños, con una mente infantil”.Morton, uno de sus exponentes, rellenaba lacavidad craneana con semillas y luego las vertía en un cilindro graduado y de esamanera pudo obtener el volumen craneano en pulgadas cúbicas. Los blancosarriba, los indios en elmedio y los negros abajo. La dificultad que presentaba el concepto de “raza” era laarbitrariedad asociada a la elección de características o “rasgos típicos” significativospara definirlas estaspretendidas poblaciones naturales en realidad eran construcciones que respondían aselecciones variables de atributos. Los miembros de una “raza” se relacionaban por los lazos de parentesco yporque sus características observables eran “conservables y transmisibles” de unageneración a otra.Los monogenistas siguieron construyendo jerarquías lineales de las razas, basadas sobrevalores morales y mentales, mientras que los poligenistas reconocieron la existencia deun antiguo ancestro en común, pero afirmaron que el tiempo transcurrido desde laseparación de las razas había facilitado el desarrollo hereditario de diferenciassignificativas en cuanto al talento y la inteligencia, en donde todo grupo humano de pieloscura era reducido a una posición cercana al mono.
La craneometría
Luego de los incipientes índices cranealeselaborados por Morton la medición de cráneos se volvió muy popular entre diversoscientíficos, el estudio de las medidas de los cráneosy su contenido.También se creó la frenología, la ciencia consagrada avalorar las diferentes capacidades intelectuales basándose en la forma y el tamaño de lasregiones cerebrales donde estarían localizadas dichas capacidades.Afirmaba que las funciones mentales superiores selocalizan en la parte anterior del cerebro y las capacidades sensorio motoras hacia laparte de atrás. La craneometría, como ciencia con pretensiones de establecer jerarquías intelectualesbasadas en los diferentes tamaños de los cerebros, fue científicamente dejada de lado porirrelevante, ya que en las propias reuniones de intercambio de información, los científicosse medían y comparaban sus respectivas cabezas yhacían comentarios por la gran variedad y diversidad de“cráneos” allí reunidos.
El coeficiente intelectual
Se creó una serie de tareas breves,relacionadas con los problemas de la vida cotidiana que supuestamente requerían cierta capacidad derazonamiento básico que definía el “nivelde maduración” de los niños. Aquellos quienes tuvieran una edad mental inferior a lacronológica eran seleccionados para programas de aprendizaje especiales. En 1912,se sostuvo que la edad mental debía dividirse por la edadcronológica, en vez de restarse, y de esta manera nace el coeficiente de inteligencia o CI. El CI formaba parte de la naturaleza del hombre que permanecía constantedurante toda la vida del individuo y que era hereditario.Estos científicos estaban convencidos de que el resultado obtenido en los test de CIseñalaba el puesto inevitable que cada persona y cada grupo debía ocupar en eltranscurso de su vida. No tuvieron en cuenta las distintas calidades de vida ni ladiversidad cultural en las diferencias entre los promedios que registraban entre losdistintos grupos humanos.Las personas con un CI de75 o inferior deberían desempeñarse en tareas no calificadas o manuales, aquellas conun coeficiente entre 75 a 85 en tareas semicalificadas y con más de 85 en las ligadas aluso de las facultades intelectuales.Alrededor de los test de inteligencia se intentan justificar manifestaciones de racismo:utilizacomo blanco para aplicar sus test a los miles de inmigrantes que bajaban diariamente delos barcos provenientes de Europa del sur y el este, a quienes no dudaba en clasificar como “débiles mentales”. Para responder al tipo de interrogantesque constituyen estos test está relacionada con la propia experiencia cultural y alposicionamiento social y económico más que a capacidades innatas. Ademásel tipo de preguntas nos remite a los intereses en juego que están detrás de estasmediciones.A comienzos del siglo XX, algunos científicos esgrimen como artimaña lo que no se ve, algoinasible como la inteligencia, que sin embargo será cosificable y medible. La discusión sedesarrollará entre dos cuestiones: si la capacidad intelectual es innata, o si es fruto delas condiciones del ambiente en que el individuo se desarrolla.
Racismo sin “razas”: algunos debates
Estas evidencias son esgrimidas por las concepciones racistas para afirmarque dichas diferencias confirman la gran separación genética entre las distintas “razas”.Las diferencias genéticas entre grupos considerados comopertenecientes a “razas” diferentes son insignificantes con relación a las variacionespresentes en el interior de cada uno de estos grupos.Lo visto hasta el momento nos lleva a plantear la imposibilidad de definir una “raza”como un grupo cerrado, base del pensamiento racista que postula la existencia de “razaspuras” todala humanidad proviene de un tronco común: la especie homo sapiens sapiens, lo quepermite explicar que el componente genético sea el mismo para todos los seres humanos.Las diferencias existentes -color de la piel, estatura, textura del pelo, características delos ojos, etc.- son sólo fenotípicas, es decir, son características observables o externas.La “raza” seconvirtió en una construcción social a partir de la cual se levantó una ideologíajustificadora del capitalismo industrial y sus consecuentes situaciones de desigualdad y explotación.Benedictplantea que para comprender los "conflictos raciales", en primer lugar hay que estudiarlos “conflictos”, no las “razas”, sin embargo vemos que durante las décadas siguientes laconfusión persiste. Sepostula que el problema podría tener una solución a partir de la refutación del conceptode “raza”, desestimando el papel de la dominación y el conflicto sobre el que el racismo seconstruye y refuerza.Se intentaba rebatir con “argumentos de la razón” las afirmaciones que subyacen a todaideología racista: a) la supuesta existencia de “razas” puras; b) la supuesta superioridadbiológica, cultural y moral de algunas “razas”; c) la legitimidad de ciertos procesos dedominación y los privilegios justificados a través de las dos afirmaciones anteriores
Racismo: la diferencia como estigma
Si avanzamos sobre la definición del racismo vemos que comenzó postulando un vínculo entre rasgos anatómicos o genéticos de un individuo o grupo y sus características conductuales, intelectuales,morales y/o culturales. Este vínculo, además, es esgrimido en beneficio de un grupo contra otro,tendiendo a justificar ciertas situaciones de desigualdad en diferentes momentos históricos.La representación sobre el “otro” puede estar construida sobre alguna característicaconductual o cultural que pasa a ser generalizada a todos los miembros del grupo social,sin reflexionar sobre las excepciones y las diversidades. Las posturas racistasconstruyen visiones estigmatizadoras que atribuyen capacidades y conductas a losotros como marcas naturales que se heredan de padres a hijos y que se consideranirreversibles.Enfrentado al grupo que construye las visiones descalificadoras, se va conformando el olos “grupos racializados”.El “otro” es imaginado como una amenaza, es elculpable de diversas situaciones críticas asociadas a la violencia, al desempleo, a lapobreza y a la marginalidad. En esta interpretación acerca del origen de las crisissociales se soslaya el papel del Estado, del sistema socio-económico y de los integrantesde la sociedad, favoreciendo el proceso de reproducción de la desigualdad social.
La “agresión-justificación”, que subyace a toda acusación o insistencia racistaen la diferenciación, puede apoyarse en una diferencia biológica como en una diferenciacultural: parte tanto de la biología como de la cultura, para generalizar seguidamente alconjunto de la persona, la vida y el grupo del actor estigmatizado.Asimismo el antropólogo argentino Eduardo Menéndez sostiene que el racismofundamentalmente basa su acción sobre la identidad, la pertenencia a un grupo y ladiferenciación radicalizada de “otro” o una serie de “otros”.El “otro” va adquiriendo en este procesolos rasgos que lo llevan a su cosificación” y/o “deshumanización”.
Racismo y exclusión social
No podemosdejar de lado el contexto en el que se llevan a cabo, nos referimos al crecimiento de ladesocupación, la marginalidad, la exclusión social, económica y política, base sobre la cual seproducen los procesos migratorios y se construyen las imágenes del “otro”. En 1993Grimson advierte que estudios estadísticosdemuestran que los problemas de la desocupación en la Argentina no están provocadospor el proceso inmigratorio, ya que la dimensión de los primeros supera ampliamente lade los segundos. Por lo tanto, culpar a losinmigrantes por los efectos del ajuste neo-liberal, el aumento de la desocupación, laproliferación de la pobreza, la epidemia del cólera, entre otras cosas, constituye falsear larealidad, alentar la xenofobia, la discriminación y la violencia. El “otro”, víctima de la miseria, la recesióneconómica y los sucesivos reajustes capitalistas, termina convirtiéndose en victimario,responsable de todos los problemas y las desigualdades existentes. Estono sólo enmascara los orígenes sociales de la pobreza, sino que además justifica losprogramas de control demográfico a través de políticas de inmigración discriminatorias, ala vez que constituyen la forma política que adopta el racismo en la actualidad,
Desde estos argumentos se relaciona laxenofobia con una tendencia “natural del ser humano” a temer y rechazar a los intrusospor ser diferentes. En lugar de hacer un ordenamiento jerárquico con las diferentes culturas, loque propone este “fundamentalismo cultural” es segregarlas en el espacio.
Manifestaciones del racismo
Tres líneas de abordaje: los prejuicios; discriminación, la segregación y la violencia; y las elaboraciones doctrinarias o lasideologías.
Prejuicios
Podemos definir el prejuicio como un “juicio que construye la realidad del otro demanera predeterminada”.Son ideas construidas en torno a evidenciasinadecuadas e incluso imaginarias, a través del conocimiento cotidiano y del sentidocomún.A partir deeste conocimiento exterior del otro se tiende a unificar y simplificar, homogeneizando las diferencias. De esta manera se atribuyen atodos los miembros del grupo las mismas características. Además estos rasgosse los acepta sin cuestionarlos Se explican por la cultura, la herenciagenética, las características anatómicas, según el tipo de prejuicio al que hagamosreferencia, obviando la situación de desigualdad socioeconómica en que se encuentranlos grupos sobre los que se construye el estereotipo.Con frecuencia se construyen como imposiciones originadas endiferentes instancias de poder como parte del discurso hegemónico, legitimador de unasituación dada y que con eltiempo termina siendo aceptada como válida. Un material didáctico para uso escolar elaborado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 1994, concluye que en esta afirmación generalizadora no sólo se difunde la idea deque los bolivianos trafican droga sino que además, y por extensión, se afirma que lossalteños y los jujeños también lo hacen. Todo esto contribuye a reforzar otrasrepresentaciones prejuiciosas que los mismos alumnos ya tenían incorporadas,los medios de comunicación. La idea de “invasión” construida alrededor de losprocesos migratorios actuales es algo recurrente en diferentes partes del mundo. Todos estos recursosdiscursivos no parecen productos de la casualidad; adquieren pleno sentido en elcontexto de desocupación y de grandes conflictos sociales y económicos del período.Esta idea de “invasor” asociada al “otro” se relaciona con otras clasificacionesdiferenciadoras utilizadas en nuestra sociedad cotidianamente.
La discriminación
Podemos definir la discriminación como una práctica que impone al otro un tratodiferenciado.
El acceso a ciertos servicios oactividades sociales no se lleva a cabo en igualdad de condiciones con respecto al restode la población, los locales. Las leyes de inmigración de ciertospaíses, como el caso de España, que niegan el derecho de trabajo en igualdad decondiciones, solicitando contratos laborales para entregar las visas, situación quefavorece la llamada “ilegalidad” laboral en los inmigrantes. La Ley General de Migraciones yFomento de la Inmigración promulgada en 1981, dictadura militar formulabapolíticas restrictivas que profundizaban las actividades de control por parte de diferentesfuncionarios y empleados públicos, quienes estaban obligados a denunciar a los inmigrantessin residencia legal; además contemplaba la posibilidad de expulsarlos si el caso lorequería así.
La segregación
Algunos casos de discriminación pueden dar paso a la segregación, que consiste enmantener al “grupo racializado” a distancia. Este proceso discriminatorio seprofundiza al provocar la expulsión del “grupo racializado”. También puede tratarse deuna delimitación de los espacios donde estos grupos pueden habitar, trabajar opermanecer. Otros procesos de exclusión territorial se van conformando por actitudes vinculadas alrechazo y al miedo, que van circunscribiendo el espacio vivido y ocupado. La segregación racial no favorece la participación sino el confinamientoen las zonas donde se reside.Para algunos autores, en la actualidad la segregación racial se esconde tras el disfraz dela “defensa de la diversidad cultural” que propugna el multiculturalismo y la aplicaciónde políticas que defienden las fronteras o límites dentro de los cuales ese otro diferente podrá moverse.
La violencia
Por último el racismo puede manifestarse tanto a través de la violencia física como simbólica. Por un lado, la violencia puede tomar diferentes formas, que van desdematanzas, atentados, linchamientos, hasta persecuciones, amenazas o agresiones,perpetradas contra distintos “grupos racializados” en las interacciones cotidianas. Porotro lado, no podemos desconocer que cualquiera de las manifestaciones vistasanteriormenteconlleva diversos grados deviolencia al inferiorizar y descalificar al otro. Una falta de carácter administrativo: no tener en regla la documentación,queda asociada con un acto delictivo y sospechoso, situación que legitima el tratamientoviolento contra el inmigrante.
Los planos y niveles del racismo
El racismo se puede clasificaren distintos niveles y planos. En determinadas coyunturas históricas la intensidad e integraciónde estas diferentes manifestaciones marcan laprofundización del problema.Infrarracismo, racismo fragmentado,racismo político y racismo total. Los dos primeros niveles corresponden al planoinfrapolítico y los dos últimos al plano político.En algunos momentos las distintas expresiones del racismo pueden manifestarse enforma fragmentada, dispersa, sutil y menos integrada, sin tener necesariamente unabase de sustentación ideológica, sino que pueden presentarse en las relaciones socialescotidianas, de manera abierta o encubierta, a nivel personal o grupalplano infrapolítico. Cuando el racismo haalcanzado un mayor nivel de radicalización, organización y desarrollo, e incluso existeuna ideología política que lo sustenta del racismo al ámbito de lo político
Infrarracismo
Es el más sutil, donde los prejuicios y las prácticas se ocultan o disfrazan en el accionarcotidiano
Las expresiones son indirectas, en ciertos casos, si bien no se plantea unainferiorización del otro se afirma que los derechos otorgados a estos inmigrantes implicanuna discriminación hacia la población local; estableciendo una situación de competencia. Los prejuicios y ladiscriminación toman formas ocultas e indirectas sin presentar relación con doctrinasexplícitamente racistas.
Racismo fragmentado
Aunque sus manifestaciones son más evidentes y la frecuencia en la que aparecen es mayor, aún continúa presentándose de manera disgregada. Las ideas que lo refuerzanfiguran en publicaciones diversas y en grupos influyentes a nivel social. Pero la ausenciade políticas favorables hace que este proceso no pueda profundizarse.El mercado de la vivienda es otro ejemplo en el que se manifiesta el racismo fragmentado,negando el alquiler a miembros de “grupos racializados” o exigiendo precios mayores einclusive orientando la búsqueda de viviendas hacia zonas determinadas, lugares dondelos servicios y escuelas se encuentran en peores condiciones. Estas prácticasdiscriminatorias basadas en estereotipos que fijan atributos desacreditadores en el "otro",dan lugar finalmente a situaciones de segregación. Otras situaciones de este tipo deracismo se vinculan a la segregación escolar, la negativa de acceso a ciertos servicios, aentrar a bares o discotecas, entre otras cosas.
Racismo político
El racismo pasa a ser “principio de acción de una fuerza política”, que esgrime la diferencia y la supuesta jerarquía de un grupo sobre otro a través de la unificación yorganización de prácticas y discursos. Se apoya en fuerzas políticas que construyen susdiscursos alrededor de planteamientos racistas. El surgimiento de ciertos partidospolíticos, que sustentan estas ideas en distintos países de Europa también pueden ser las distintas leyes vinculadas a los procesos inmigratorios. Otro ejemplo está vinculado a las propuestas eugenésicas que se llevaron a cabo en dosmomentos en los Estados Unidos.
Racismo total
El Estado mismo se organiza de acuerdo aposiciones racistas mediante políticas y programas de discriminación, segregación,violencia o exclusión. Además unifica y legitima los discursos y las prácticas contra ungrupo o varios “grupos racializados”, a través de la colaboración de intelectuales ycientíficos, quienes mantienen la voluntad de homogeneizar racialmente al conjunto de lapoblación. Se dejan de respetar los derechos humanos, la libertad y la igualdad,llegando a casos extremos de segregación total, “limpieza étnica” y exterminio sistemáticode grupos enteros. El grado de aceptación social del racismo está marcadopor su institucionalización, y por la existencia de partidos políticos que lo esgrimen comoparte de sus políticas o estrategias de acción.
Reflexiones finales
Percibir al racismo sólo como una representación social o cultural es insuficiente, tambiénimplica comportamientos dirigidos a los otros percibidos como diferentes y peligrosos.Otro de los aspectos fundamentales para reflexionar y construir un camino alternativo desolución está centrado en el reconocimiento del origen histórico del problema.