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Resumen de Dowse | Cs. Políticas (Cátedra:
Leiras - 2017) | CBC | UBA
Dowse.
El orden social es el proceso por el que las interacciones de los miembros de
grupos sociales se convierten en estables en el tiempo y que la forma que
adoptan puede resultar previsible. El hecho de que el humano sea frágil, hace
que para cualquier orden social existan normas o leyes que prohíban la
violencia. El orden social también es necesario para que la vida social
continúe.
El pensamiento social ha seguido tres caminos en el estudio del problema del
orden.
La coersión como solución al problema del orden.
La teoría de la coacción supone una concepción del hombre como un individuo
egoísta, de mente estrecha y ansioso de poder. Esto queda demostrado en lo que
dice Maquiavelo y Hobbes.
Maquiavelo: los hombres tienen menos escrúpulos en ofender a aquellos que se
hacen querer, que a aquellos que se hacen temer; ya que, el amor se mantiene
mientras que es conveniente, y el temor se mantiene por miedo al castigo que
nunca falla.
Hobbes: Consideraba como primera característica de toda la humanidad un deseo
permanente e inagotable de poder, que cesa sólo con la muerte.
En esta concepción egoísta del hombre, los impulsos son varios. En la concepción
de Maquiavelo y Hobbes son simplemente parte de la naturaleza humana. Ésta
naturaleza no cambia el vivir en sociedad. El comportamiento puede cambiar, pero
sus impulsos son anteriores a la sociedad y se mantienen inalterados en ella.
En concepciones posteriores, como la de Freud, dice que los hombres son
criaturas cuyos instintos hay que contar una fuerte dosis de agresividad. Como
consecuencia, para ellos sus vecinos son un colaborador u objeto sexual en
potencia, y también alguien sobre quien se sienten tentados a satisfacer su
agresividad. Estos impulsos son controlados por el “súper-yo”, que es el
representante de los valores y pretensiones de la sociedad en que madura una
persona. Si el súper-yo no logra controlar un impulso, recaerá la ley sobre él.
Subyacente a estas teorías de la coerción está la psicología de Marx.
Marx mantiene que la fuerza es necesaria, se aplica como correctivo de la
naturaleza antisocial humana. La relación entre conciencia y sociedad es una
relación de interpenetración de carácter dialéctico. La doctrina materialista
que dice que el producto de las circunstancias de la educación olvida que es el
mismo hombre quien altera las circunstancias, y que un educador fue antes
educado. Esta doctrina llega a dividir a la sociedad en dos partes, una de las
cuales es superior a otra. Antes de poder cambiarse esta situación, se deben
introducir cambios estructurales en la sociedad y Marx le confía esto al
proletariado, el cual es definido por su dependencia de los medios de
producción. El proletariado como fuerza de revolución es consciente de su
problema y de que debe que derribar el sistema capitalista.
Cualquiera que sea la fuente de conflicto en las teorías de la fuerza, el
conflicto debe ser contenido. El modo de contenerlo es utilizando o amenazando
con utilizar el poder que algunos individuos poseen y pueden utilizar para
asegurar la conformidad y obediencia.
El hombre obedece porque de no hacerlo podría ser castigado. La base del orden
social es la fuerza.
El poder está distribuído en una forma desigual. Las teorías de la fuerza
suponen una cierta teoría de la elite, como subteoría de la teoría mas general.
Hobbes: Sólo comienza la sociedad cuando los hombres establecen el Leviatán, que
monopoliza el poder.
La interacción entre gobernantes y gobernados implica un debilitamiento de la
teoría pura de la fuerza, al hacer referencia a un grado de compromiso entre las
dos partes o al señalar que la posición de la élite depende de cierto tipo de
negociación. Es que, aún cuando se acepta la idea de un monopolizador del poder,
es evidente que un solo individuo no puede gobernar solo, y que necesitará, como
mínimo, el apoyo o tolerancia de las fuerzas armadas.
La teoría pura de la fuerza con un solo monopolizador del poder es una
imposibilidad práctica: debe limitar su poder con un tipo de coalición basada en
un mínimo de recompensas a cambio de un mínimo de apoyo. Y que, es posible que
las coaliciones de la élite dependan de la no élite.
Relación entre la teoría de la élite y la coerción.
La teoría de la élite hace hincapié en la posesión de la fuerza por una minoría.
Las relaciones entre la élite y el resto de la sociedad no son simplemente
relaciones de dominación y sumisión, sino que en cierto punto las acciones de la
élite deben tener en cuenta los intereses de la no élite.
La teoría de la élite centra su atención en tres aspectos de control:
1) La cohesión de la élite.
2) La falta de organización de la no élite.
3) La interrelación entre estos dos factores.
Si bien la fuerza es una condición necesaria del orden social, no es una
condición suficiente.
Si bien esta teoría forma parte de la teoría de la fuerza, proponen otras
soluciones al problema del orden. Las relaciones en el interior de la élite
apuntan al interés mutuo. Se insiste en el apoyo institucional del poder de la
élite en sectores claves de la sociedad (empresas, p.e, formaciones religiosas,
fuerzas armadas, etc).
La causa principal de la existencia de una oligarquía se encuentra en el
carácter indispensable del liderazgo.
Pareto: Una élite podría perder su superioridad por mostrarse débil, por no
saber reclutar los elementos más activos de las masas, o por un cambio en las
condiciones materiales, pudiendo ser así desplazada por una contra élite
(circulación de las élites).
La principal característica de las masas es la inconstancia y la pasividad,
salvo cuando la incompetencia de sus jefes es inaceptable. Carecen de voluntad
de mando y desean ser dirigidos. Se es consciente del peso potencial de las
masas si no se presta atención a sus intereses.
La relación entre gobernantes y gobernados es de manipulación, no depende de la
fuerza bruta sino de la comprensión de las masas. Las élites proporcionan
ideologías y símbolos para que las masas se sientan identificadas, desarrollen
lazos sentimentales y de pertenencia, y los apoyen. La fuerza es insuficiente
para mantener la obediencia durante largos períodos de tiempo.
Insuficiencias de la teoría de coacción.
No ofrece solución a largo plazo al problema del orden; el ejercicio del poder
puede engendrar por sí mismo conflictos.
No explica la naturaleza ordenada de las sociedades sin estado. (En tales
sociedades no existe centralización de la autoridad, ni monopolios del poder,
etc).
Una forma de evitar conflictos es la necesidad de formar coaliciones que
terminan atrayendo a sectores que no estaban relacionados con la disputa
inicial.
Puede utilizarse la fuerza para obligar a hacer algo a alguien, pero entonces la
fuerza sería una explicación residual, no primaria de la obediencia.
Aciertos:
No elude el hecho de la existencia de los conflictos en la sociedad.
Dirige nuestra atención a un factor importante, el tiempo.
Dirige nuestra atención a la distinción entre Estado y Sociedad. Atribuye al
estado el método de coacción y compulsión, mientras la sociedad utiliza el
método de la acción voluntaria y el proceso de persuasión.
Orden social: teoría del interés.
El problema del orden consiste en conciliar los intereses individuales o de
grupo para llegar a un mínimo de armonía entre los hombres. Las teorías del
interés son teorías que afirman que los hombres hacen lo que desean hacer, y que
el orden social es el resultado de este hecho.
Teoría del interés: la variante prudencial.
Los hombres tienen intereses privados que desean alcanzar, y para ello deben
agruparse para crear un contexto seguro que los ayude, creando un sistema de
reglas que defina qué debe hacer cada personaje y qué exigirle al otro. Son
conscientes del beneficio de la cooperación y por lo tanto, del orden.
Todos los que participan en una sociedad se benefician de ésta participando en
términos básicamente equivalentes por esfuerzos básicamente iguales.
Considera la sociedad según la dualidad Estado-Sociedad, en la que la política
sería en el mejor de los caso un mal necesario (no anarquista), o un mal no muy
necesario (concepción anarquista). En cualquiera de las dos concepciones, la
fuerza es innecesaria, salvo como método para deshacerse de las instituciones de
control político, responsables del desequilibrio entre el estado y la sociedad.
Una insuficiencia es que no explica los hechos empíricamente comprobables de la
estratificación social, y la consiguiente desigualdad de recompensas.
Teoría del interés: La variante de la competencia.
El orden es la consecuencia involuntaria de la interacción humana ya que, los
hombres persiguen su propio interés sin preocuparse demasiado por los intereses
de los otros (están motivados por el amor propio) y contribuyen a promover el
interés de la sociedad de manera más eficaz que si intentara realmente
promoverlo. La justicia sirve como protección contra del robo de las ganancias
de la competencia.
Los hombres han de competir por recursos limitados, siendo los competidores
desiguales por razón del nacimiento, edad, riqueza y capacidad. La sociedad está
estratificada según principios económicos.
Smith: La base del orden económico radica en que, dada una intervención
gubernamental absolutamente mínima, la distribución de los beneficios permita la
maximización de la satisfacción humana.
El orden es un producto de las interacciones societales, y que el gobierno es un
elemento coactivo que interviene sólo en casos menores.
Evaluación de las teorías del interés.
El aspecto más importante de la teoría del interés es la atención dedicada al
individuo, y el poder pasar de una perspectiva individual a otra de grupo.
El punto débil de la teoría del interés es que presta insuficiente atención a la
configuración del comportamiento por la aceptación de las normas sociales por
parte de los actores)
Desde el punto de vista de Parsons las teorías del interés fallan al no conceder
la atención debida a las normas sociales.
Otro punto débil e que algunas personas pueden afectar los esfuerzos de otras
por conseguir sus fines o que incluso podrían estar en situación de determinar
aquellos fines.
Otra insuficiencia es que en la mayoría de las sociedades las condiciones bajo
las que compiten los actores están distribuidas diferencialmente en el sentido
de que algunos empiezan gozando de considerables ventajas derivativas de la
posición social o del poder político.
El orden social: teoría del consenso de valores.
Explica el orden social a partir de la noción de aceptación general de los
valores comunes, y consideran sin sentido toda referencia al individuo, a no ser
cuando se habla de él como producto de la sociedad. Debido a que comparten
ciertos valores comunes, los hombres participan también de un sentimiento de
identidad común y de un sentido de aquello por lo que merece la pena esforzarse.
Debe existir un acuerdo sobre los medio a través de los cuales los hombres
pueden alcanzar los valioso; la gente considera como dados los valores y normas,
y no los ponen en cuestión porque se les ha enseñado a considerarlos como
naturales.
Los valores y las normas de una sociedad caracterizan su cultura y su
estructura, constituyendo el ingrediente necesario del orden y la cohesión
sociales. Esta consideración hace referencia a hechos, cuya fuente no son sólo
los individuos sino algo externo al individuo (el individuo no crea estos
valores, son externos a él). De esta forma se hace hincapié en la influencia de
la sociedad sobre el individuo.
La sociedad es una entidad moral compuesta por creencias, normas y valores
mutuamente aceptados y más o menos integrados en la mente de la gente. Pero, las
mentes están en cuerpos que hay que mantener. Por ello, ha de mantenerse a un
número de gente suficiente para producir y cuidar de los jóvenes. Debe evitarse
la guerra de todos contra todos.
El orden social está implícito en la noción misma de los valores y las normas
que son socializados en los jóvenes, de modo que la regulación normativa de los
medios define positivamente los medios.
Insuficiencias de la teoría del consenso de valores.
Resulta difícil intentar explicar cómo apareció en una sociedad concreta un
sistema particular de valores y normas.
Existe el problema de la gran variedad de valores y normas que son comunes a los
miembros de las sociedades diferentes.
Puede salvarse la teoría acudiendo a una forma de darwinismo moral: que la
formación de un sistema de valores comunes en una sociedad es el resultado de
procesos similares a los de la selección natural en la lucha por la existencia.
Pero, al intentar salvarla con este argumento, se reduce la teoría a una
banalidad: decimos que sobreviven los valores más adecuados y ¿cómo sabemos que
realmente son los más adecuados?
Otro problema que se plantea es que carece de una perspectiva de las personas o
los grupos que influyen en el sistema de valores.
Dificultad de contemplar un consenso de valores, dado que se supone que se
encuentran en la mente de la gente, a partir de la observación de su
comportamiento, y de la deducción de un sistema de valores partiendo de este
comportamiento. Pero los valores no son equivalentes a la conducta, puesto que
los primeros son un estado mental y la segunda una acción de uno u otro tipo.
Se plantea el problema técnico de medir la amplitud y distribución del consenso
de valores en sociedades. Hay una existencia de valores muy variados y no
siempre compatibles en una misma sociedad. En la búsqueda de esos valores
generales se puede desembocar en un proceso sin fin, o hallar valores tan
difusos y vagos que podrían aplicarse a cualquier cosa.
La teoría del consenso de valores dice que la obediencia es producto de la
aceptación socializada del orden social vigente.