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Resumen de Platón  |  Cs. Políticas (Profesor: Francisco Cofano - Cátedra: Forster - 2015)  |  CBC  |  UBA

PLATÓN

“CRITÓN”

“Sócrates despierta en la prisión y encuentra sentado a su amigo Critón, quien, aunque ya hace rato que espera, no ha querido despertarlo, por temor a causarle dolor con la noticia de que está próxima la hora en que debe beber el veneno, de acuerdo con la condena. Sócrates no se aflige, pero a la vez expresa su creencia de que aún se ha de demorar un día más su ejecución, basándose en un extraño sueño que acaba de tener”.

Critón se admira de como Sócrates toma con buen ánimo y calma la situación. Aunque haya esperado a que se despierte sólo, Critón le comunica que fue a verlo para darle la noticia cruel de que el navío de Delos ha de llegar hoy (Se trata del navío en el cual, según cuentan los atenienses, partió hacia Creta Tesco, a la cabeza de 2 grupos de adolecentes. Se dice que en tales circunstancias habían hecho a Apolo la promesa de que, si se salvaban, le retribuirían enviando anualmente a Delos una misión de peregrinación, y, en efecto, le mandan todos los años , ininterrumpidamente, desde entonces hasta ahora. Una vez que empieza la peregrinación, rige para los atenienses el precepto de no efectuar ninguna ejecución ordenada por los poderes públicos, de modo de mantener pura la nación hasta que el navío llegue a Delos y regrese nuevamente. )

Sócrates dice que para él el buque va a llegar al día siguiente y no ese mismo (el debe morir al día siguiente de que el buque llegue). Sostiene esta idea por un sueño que tuvo. (Se pone en manifiesto la creencia de Sócrates en el carácter sobrenatural de ciertos sueños. Su sueño fue: “Me parecía que una mujer hermosa y de noble aspecto se me acercaba, vestida de blanco, y llamándome me decía: “Sócrates, al tercer día llegarás a la fértil Ftía")

I EXÁMEN DE LA PROPUESTA DE FUGA

A) LA ARGUMENTACIÓN DE CRITÓN

“Critón exhorta a Sócrates a fugarse de la prisión. Si no lo hiciera, la mayoría de la gente creería que sus amigos no se han esforzado en ayudarlo. Sócrates, afirma Critón, no debe temer que sus amigos corran riesgo de ayudarlo, ni que serán castigados o perderán la fortuna, ellos están dispuestos a arriesgar todo lo que sea necesario, pero además el soborno indispensable no costará mucho. Y en otros lugares, como Tesalia, Sócrates estará a salvo. Por lo demás, debe pensar en el desamparo en que quedarán sus hijos huérfanos y en el ridículo que sufrirán sus amigos por no haberlo ayudado.”

Critón incentiva a Sócrates a fugarse con ciertos argumentos:

1) Será privado de un amigo tal como no ha de hallar otro.

2) Muchos que no los conocen suficientemente, creerán que ha sido negligente (descuidado), ya que habría podido salvarlo si hubiera estado dispuesto a gastar dinero. Sócrates le responde que por qué habría que preocuparse por lo que opine la mayoría, quienes merecen mayor preocupación son los más capaces, y esos sabrán que las cosas han pasado como han pasado. Critón dice que es necesario preocuparse por lo que opina la mayoría “hasta qué punto es capaz esa mayoría de producir no los males más pequeños sino prácticamente los más grandes, si se formas ideas erróneas.” (Las palabras de Critón ponen en manifiesto el estado de corrupción generalizados por entonces en esa Atenas: lo normal era suponer que los amigos, si eran de verdad, sobornarían a los guardias y ayudarían a Sócrates). Sócrates dice que la mayoría no es capaz ni de hacer los males más grandes, ni es capaz de hacer los bienes más grandes, ya que no son capaces de hacer a alguien sabio o insensato, solo obran sin mayores consecuencias. (Para Sócrates la muerte no es el peor de los males, peor sería hacerle perder la razón de inducirlo a obrar mal)

3) “Bien, sea como tú dices. Pero, Sócrates, dime ¿acaso temes por mí y por los demás amigos tuyos que, si tú sales de aquí, los sicofantes (profesión de denunciante, era tenida como vergonzosa) nos causen algún daño por haberte sacado, y que nos veamos obligados a perder toda nuestra fortuna o muchas riquezas o, incluso, a sufrir algún otro daño además de éstos? Pues, si temes algo de tal clase, olvídate de ello”, además, Critón, aclara que no es mucho el dinero que pretenden recibir algunos para ponerlo a salvo, fuera de allí. Le aclara que puede contar con su fortuna, y si se preocupase por é, hay otros extranjeros dispuestos a hacer el gasto, como Simmias de Tebas, Cebes y muchos más.

4) Critón le dice que en muchos lugares estarían encantados de recibirlo, por ejemplo, Tesalia (que era considerado por los griegos como un país bárbaro)

5) Abandono a sus hijos: dice que se marcha, dejándolos, cuando podría cuidarlos y educarlos. Parecería que quiere que les suceda cualquier cosa. “Una de dos: o bien no hay que tener hijos, o bien hay que aguantarse cualquier penuria para criarlos y educarlos, a mi me parece que eliges lo más fácil”.

B) LA MAYORÍA Y LOS EXPERTOS

“Sócrates propone que se examine si hay en la argumentación de Critón elementos nuevos que hagan cambiar las tesis que ha sostenido siempre, y que incluso han compartido sus amigos. Un argumento típicamente socrático sirve así para arrojar luz: en cada esfera del hacer hay unos realmente conocedores, los expertos, cuya opinión merece mejor valor que la de una mayoría de profanos.”

Sócrates que dice a Critón que es necesario que examinen si debe obrarse así o no, “jamás he hecho caso a ninguna otra argumentación que aquella que, al reflexionar, me ha parecido mejor”.

Argumento de las opiniones de la gente:

Sócrates dice que de las opiniones que emiten los hombres, hay que valorar mucho algunas, otras no. Sólo hay que tener en cuenta las opiniones de algunos hombres y otras no (las opiniones valiosas son las que hay que tener en cuenta). Las valiosas son las opiniones de los hombres sensatos, mientras que las de los insensatos carecen de valor.

“¿Debemos atenernos a la opinión de la mayoría y temerla? ¿O a la del único experto es que debemos respetar y temer antes que a las de todos los demás? Alguien a quien, si no dejamos que nos guíe, dañaremos y arruinaremos aquello que se mejora por medio de lo justo, o bien se destruye por medio de lo injusto. (Típico argumento Socrático-Platónico acerca del “experto” en cada esfera, cuya opinión vale más que la de la mayoría de la gente en ese terreno. Pone el ejemplo del gimnasta: deben prestarle atención al médico o entrenador y obrar de acuerdo con los que estos asesores y expertos en el tema digan, y no de acuerdo a lo que digan los demás)

Dice que no deben preocuparse de lo que diga la mayoría de la gente sino solo de lo que diga el experto en cosas justas e injustas, único capaz de decirles la verdad misma. En primer lugar, no es correcto lo que propone (Sócrates), que tenga en cuenta las opiniones de la mayoría de la gente acerca de las cosas justas, bellas, buenas y de sus contrarios.

C) VIVIR Y VIVIR RECTAMENTE

“Sin retomar el primer argumento citado, Sócrates pasa a otro: en el caso presente, el criterio correcto parecería el que no es cuestión de seguir viviendo a cualquier precio, sino vivir con arreglo a los justo. En tal caso, es fuerza convenir que no se debe retribuir con injusticia la justicia recibida, tal como han reflexionado juntos más de una vez.”

“Lo que vale no es el vivir, sino el buen vivir” (La característica esencial que tiene la polis según Aristóteles: “Una polis existe para vivir bien y no, meramente, para vivir”. “vivir bien” significa dos cosas diferentes para Platón y Aristóteles: este último implica una felicidad propia del que está alejado del trabajo y capaz de cultivar “virtudes intelectuales”, mientras que el pensamiento de Sócrates que tiene aquí en vista Platón , alude al autodominio, control de las pasiones y acción racional.

El vivir bien es lo mismo que vivir con nobleza y justicia

Sócrates dice que hay que examinar, según la afirmación anterior, si es justo o no el intentar salir de allí sin el consentimiento de los atenienses. Hay que considerar “si obramos con justicia al pagar con dinero y favores a los que me ayudan a fugar de aquí, unos ayudando a fugar y otros fugando; o si en realidad somos culpables al hacer tales cosas.”

Ambos están de acuerdo que de ningún modo hay que cometer injusticia, ni retribuir con injusticia al que comete injusticia. Es decir, no se debe retribuir con injusticia ni hacer mal a los hombres, sea lo que se haya padecido por su causa. (Acuerdan que nunca es correcto cometer injusticia, retribuir con injusticia o devolver mal por mal)

II PERSONIFICACIÓN DEL ESTADO ATENIENSE

A) EL ESTADO, SUS LEYES Y SU RELACIÓN CON LOS CIUDADANOS.

“La contraargumentación de I.C no resulta suficientemente convincente para quien no comparta su pura racionalidad, por lo cual Platón apela aquí a un recurso similar al que, en una situación en parte semejante, juega el mito al final del diálogo posterior: Gorgias. En este caso, se describe un diálogo imaginario entre Sócrates, a punto de fugarse, y un personaje que encarna al Estado ateniense, que se le aparece en ese preciso momento y lo interroga acerca de sus propósitos. La contraargumentación de I.C se ve así fortalecida por el recuerdo de que, si Sócrates no debe devolver nunca mal por mal, no tiene ni el mínimo de derecho de proceder así si se trata de su patria, como tampoco sería licito si se tratara de sus padres. Lo más que puede hacer es intentar modificar al Estado, persuasivamente; de lo contrario, sólo cabe obedecer y permanecer en el puesto que se le asigna.”

“Si estuviéramos a punto de escaparnos, imagínate que se nos aparecieran las leyes y el Estado Nacional, y acercándose nos preguntaran: “Dime, Sócrates ¿Qué te propones hacer? ¿Con este acto intentas otra cosa que destruirnos a nosotros, las leyes y al Estado entero, en lo que a ti toca? ¿o crees que puede subsistir y no arruinarse aquel Estado en el cual las sentencias pronunciadas no tengan fuerzas, si no que sean desautorizadas y corrompidas por los particulares?”

“En ese caso, ¿Que te impulsa contra nosotras y el Estado para que intentes destruirnos? En primer lugar, ¿No te hemos engendrado al permitir que, gracias a nosotras, tu madre se casara con tu padre y te diera a luz? (…) Bien, y tras haber sido engendrado, criado y educado por nosotras, ¿podrías , en primer lugar, negar que tus progenitores y tú mismo no son nuestro, como producto y como esclavo (La relación del hijo con el padre es similar a la de un esclavo con su amo, y esto vale para la relación del ciudadano respecto de la patria? Y, en segundo lugar, si es así, ¿Crees que tendrías los mismos derechos que nosotras, y que cuanto hemos intentado hacerte, tanto sería justo que hicieras en rechavanchada? ¿Acaso estarías en igualdad de derechos respecto de tu padre y de tu amo, de modo que tomaras revancha de todo lo que padecieras, sin admitir que está mal tomarse revancha y devolver golpe por golpe? ¿ O eres sabio hasta tal punto que se te pasa por alto el que una Patria es más digna de honras que una madre, un padre y demás antepasados, que es más digna de generación y más sagrada u que goza de mayor estima tanto de parte de los dioses como de parte de hombres sensatos? Lo justo es precisamente esto: no retroceder, ni batirse en retirada ni dejar el puesto de combate, sino, tanto en la guerra como en el tribunal y en donde sea, hacer lo que ordena el Estado y La Patria, o bien persuadirla. (El hecho de que se insista en la posibilidad de “persuadir” a este interlocutor, muestra bien que no puede tratarse de las leyes de Atenas, ya que no tendría sentido, persuadir a la polis es lo que se plantea)

“Sócrates no ha sido obligado a ser ciudadano ateniense; ha pasado por un examen (dokimasía) en el que ha debido compenetrarse con las obligaciones jurídico-políticas del Estado, tras lo cual ha arribado a un convenio (homología) con éste, por el que acepta todas sus leyes (nómoi) y acuerdos. Sócrates ha cumplido siempre con todo eso, pero además ha demostrado con creces su preferencia por Atenas a lo largo de sus 70 años de vida, e incluso en la oportunidad que ha tenido –en el proceso- de elegir el exilio como castigo. Por ello, resulta inentendible que pretenda irse de su Patria a último momento, ilegalmente, tras el rechazo previo en las ocasiones legales. En ningún momento otro Estado griego lo aceptarían sin recelo, pues aparecería como prófugo destructor de sociedades; y en regiones bárbaras como Tesalia, su suerte sería opuesta a la predicada por él durante toda su vida”

Sócrates continúa describiendo su postura anterior, siguiendo con la conversación con las leyes: “Añadirían las Leyes: “Si estamos en lo cierto cuando decimos que no es justo lo que intentas hacernos ahora. En efecto, nosotros te hemos engendrado, criado y educado, y hecho participe de todas las cosas capaces de beneficiarte a ti y a todos los ciudadanos; no obstante, declaramos que queda en libertad de cualquiera de los atenienses, de modo que tras compenetrarse en el examen y enterarse todos los asuntos del Estado y de nosotras, Las Leyes, en caso de que no les agrademos, pueda marcharse. Aquel que permanezca, tras ver el modo en que impartimos justicia y en que administramos todas las cosas del Estado, de hecho ha convenido con nosotras hacer las cosas que nosotras le ordenemos”

Además las leyes aclaran que a Sócrates le agradan ellas y el Estado, porque a diferencia de los demás, no habría permanecido siempre en él si no le gustara especialmente ya que jamás se alejó de la nación, nunca salió para conocer otros Estados y/o Leyes. No solo las prefirió y convino con ellas sino que además decidió tener hijos allí, y sobre todo, cuando se le dio la posibilidad del exilio como condena, se negó y según sus propias palabras “prefería la muerte que el exilio”. Y ahora, intenta destruirlas. Leyes: “En primer lugar, entonces, respóndeme si decimos verdad al afirmar que te has comprometido a ser ciudadano de acuerdo con nosotras. ¿Es verdad o no? En 70 años podrías haberte marchado, por lo tanto a ti te han agradado el Estado y las Leyes. Examina, en efecto, qué bien lograrás para ti o para tus amigos al transgredir lo convenido. Por un lado, que tus amigos correrán el riesgo de ser exiliados ellos mismos y de ser privados de sus derechos políticos, o de perder su fortuna. Por otro lado, si te marchas a alguno de los Estados más cercanos, como Tebas o Megara, arribarás como enemigo de su ordenamiento político, aquellos que cuidan su Estado te mirarán con recelo, considerándote como destructor de las Leyes.” “Claro que puedes alejarte y marcharte a Tesalia junto a los amigos de Critón que te darán hospitalidad y te escuchen de qué modo ridículo has escapado de la prisión, con algún disfraz. “

Sobre el argumento de los hijos (siguiendo conversación con las Leyes): “En cuanto a tus hijos, quieres vivir para ellos, a fin de que sean criados y educados, pero ¿cómo? ¿Los llevarás a Tesalia, convirtiéndolos en extranjeros? ¿O no será así u ellos se educarán aquí mientras tú estás vivo allá? Claro, tus amigos cuidarán de ellos. ¿Cuidarán de ellos si viajas a Tesalia pero no los cuidarán si te marchas al Hades?”.

III EPÍLOGO

El diálogo imaginario concluye con la advertencia del ateniense a Sócrates de que, si su condena ha sido injusta, ésta ha sido obra no del mismo sino de hombres que circunstancialmente, han prevalecido. Su muerte le llegará de todos modos, pero en tal caso las leyes que rigen bajo tierra, en el Hades, serán benévolas con él, caso que no sucederá si muere tras violar las leyes terrenales. Con el diálogo imaginario, concluye el diálogo real pues Sócrates, embriagado por la solidez argumental, ya no escucha a Critón, quien, a su vez, ya no tiene nada que objetar.”

Las Leyes le dicen a Sócrates que les haga caso y que no ponga a sus hijos ni a la vida, ni a ninguna otra cosa por encima de lo justo, de modo que, cuando llegue al Hades, pueda aducir en su defensa todo esto ante los que allí gobiernan. A demás aclara que si se macha ahora, no será por causa de las Leyes, si no por causa de los hombres (El hecho de que el juicio fuera una fama al punto de que la gente considerada normal, como los amigos de Sócrates, lo ayudaran a huir, evidencia como ese tipo de farsas, coimas, etc., favorecían el mantenimiento intacto de las instituciones corrompida. La actitud de Sócrates se revela como una denuncia de la injusticia cometida. Para Sócrates, si los hombres del tribunal lo condenan injustamente, no hay derecho por eso a descalificar la existencia de tribunales y de jueces que non parte indisoluble del Estado. No es el Estado quien ha cometido la injusticia, hay que denunciar en cambio los procedimientos injustos que en él tienen lugar), pero si se escapa vergonzosamente, retribuyendo injusticia con injusticia y mal por mal, se irritarán (las Leyes) con él mientras viva y las leyes del Hades no lo recibirán amistosamente.

Sócrates concluye diciéndole a Critón que si habla en contra de lo que dijo, hablará en vano. Critón no tiene nada que objetar.


 

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