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Filosofía | 1° Parcial | Cátedra: Abraham | Sede: Ciudad Universitaria | Prof: Ernesto D'Amico | 1° Cuat. de 2012 | Altillo.com |
Elija 2 (dos) de los siguientes temas para desarrollar
1- Filosofía de Heráclito
2- Descartes. Meditaciones metafísicas.
3- Diógenes y el cinismo
4- Nietzsche. Los ideales ascéticos.
1- La filosofía de Heráclito llegó a nuestros días gracias a la obra de Diógenes
Laercio, "Vida de los filósofos más ilustres", en la cual le es dedicado un
capítulo. No se poseen obras completas de Heráclito, únicamente fragmentos.
Nacido en Éfeso en el sVI aC, es uno de los filósofos presocráticos (anteriores
a Sócrates). Estos filósofos buscaban el arché, el principio, es decir un
elemento que da origen a la physis (la naturaleza). Heráclito consideraba que
este elemento era el fuego, que se encuentra en permanente cambio. Justamente es
conocido como el filósofo del devenir, pues para él el mundo se encontraba en
permanente cambio (todo fluye continuamente, como las aguas del río). Sostenía
que "no se puede bañar dos veces en el mismo río", dado que tanto uno como el
río cambiarían. No creía, empero, que este cambio fuese errático, sino que
estaba regido por el logos (término con muchas acepciones, en este caso
significa "ley" o "medida"), y que a su vez el logos estaba más allá de todo
cambio. Afirmaba también que la unidad de los contrarios constituía "lo uno",
"dios" (que no era Zeus ni ninguna otra deidad mitológica).
Heráclito estaba convencido de haber escuchado la palabra divina y de hablar por
ella; de modo que las ideas que proponía no eran opiniones, eran indiscutibles,
indubitables. Su manera de expresarse era críptica (se lo conocía como "el
oscuro"), al igual que los oráculos. Es decir que sus ideas podían ser
comprendidas únicamente por otros sabios.
2- Descartes, filósofo francés del sXVII, propone en sus "Meditaciones
metafísicas" un método sistemático e indubitable para llegar a la verdad.
Sostiene un argumento contra los sentidos: si a veces éstos nos engañan,
considerará que lo hacen siempre (por ejemplo, un remo bajo el agua parece
"doblarse"). Luego argumenta contra la razón: algo que se cree tan simple como
que dos y tres son cinco podría no selo, podría estar equivocándose. Como Dios
es bueno por naturaleza no puede permitir equivocaciones hasta un punto tan
extremo; elabora entonces la hipótesis del genio maligno, un ser que dedica toda
su energía a engañarnos. De esta forma, todas las certezas que se tenían hasta
ahora, las "antiguas opiniones", ya no son absolutas, puesto que están
cimentadas en los sentidos y en la razón. Descartes inicia entonces la búsqueda
de una verdad absoluta, de la que no se pueda dudar. Y la encuentra en el hecho
de que piensa, es una cosa que piensa, por lo tanto existe. Al reflexionar,
sentir, querer, etc. puede estar siendo engañado por el genio maligno, pero no
hay duda de que lo hace. Sin embargo, se entra aquí en el solipsismo, pues no se
tiene certeza de nada más allá de uno, pues el genio maligno puede seguir
engañándonos. La hipótesis del genio maligno cae cuando Descartes prueba la
existencia de Dios, a partir de la cual también probará el resto de las cosas
(la existencia del cuerpo, del mundo exterior, que se puede confiar en los
sentidos hasta cierto punto).
Esta actitud radical de Descartes de poner en duda todo no se condice con su
estilo de vida: sostenía que había que ser moderado, alejarse de los excesos,
respetar la moral y la religión del propio país, etc.