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1º Parcial F  |  Filosofía (Cátedra: Merlo - 2017)  |  CBC  |  UBA

1) Explique cuáles son las peculiaridades del proceder filosófico o racional, y qué relación existe, según los textos estudiados, entre Filosofía, Racionalidad y Democracia Libertad.
2) Explique cómo se articulan Physis y Logos en el pensamiento de Heráclito, en qué consiste el Logos y cuál es la relación entre Camio y Permanencia.
3) Explique cómo piensa Parménides el par de opuestos Ser (Estar siendo), No Ser, que consecuencias saca, y cómo piensa, a partir de ellos, la relación entre Verdad y Opinión.
4) ¿Qué consecuencias sacan los sofistas Gorgias y Protágoras del pensamiento de Parménides; cómo argumenta cada uno de ellos?
5) Indique que preguntas trata de contestar Platón, cuáles son los supuestos principales de su pensamiento y explique una de las tres alegorías estudiadias.
6) Explique la teoría de la sustancia que desarrolla Aristóteles; indique qué conceptos nuevos implica, incluya la referencia a las 4 causas y su función, e indique qué problemas trata de resolver, que no podían abordarse a partir de la teoría platónica de las Formas.

Respuestas:

1) La característica principal del inicio del pensamiento filosófico es el paso del mito al logos, el paso de las explicaciones o respuestas tradicionales o religiosas, a explicaciones y teorías ¨racionales¨. La curiosidad, la actitud teorética y el cuestionamiento de las enseñanzas que el relato mítico ofrecía, son las causas del comienzo de este nuevo pensamiento. Una mirada crítica, que intenta descubrir las causas y las leyes que ordenan cada uno de los acontecimientos de la realidad.
El proceder filosófico racional encuentra su desarrollo y relación con la democracia y la libertad en la polis. En ella la palabra se transforma en la herramienta política por excelencia, y da inicio al debate, la discusión, y la argumentación. Todas las cuestiones de interés general ya no son reglamentadas por un solo individuo, que ocupa el poder por prestigio personal o religioso, sino que estan sometidas al arte oratorio y deben formurlarse a través de un debate.
Esta exigencia de publicidad lleva a exponer ante la mirada de todos, el conjunto de las conductas, procedimientos y conocimientos, que antes eran privilegio exclusivo de los gobernantes. La escritura es la herramienta que permitirá la divulgación completa de todos los conocimientos anteriormente reservados o prohibidos, y asegurará mediante la redacción de las leyes, la permanencia y aplicación de estas a todos por igual.
Todos los individuos que componen la ciudad y que participan en el Estado, son considerados como semejantes, pero a pesar de esta definición, el régimen practicado en la polis griega era más bien un régimen oligárquico, y no un regimen democrático tal como lo conocemos hoy, ya que no todos los ciudadanos formaban parte de la Asamblea, solo una selecta minoría aristocrática compartía este privilegio.

2) Heráclito cree en la existencia de una ¨razón que gobierna todo a través de todo¨, una estructura que permite que el universo sea un todo ordenado, un kósmos. Esta ley que ordena el todo, permite la unidad de la pluralidad, y quien la conoce, conoce entonces el sentido del Universo.
Para Heraclito el lógos es la fórmula unificadora que consagra la unidad de cada una de las cosas, la unión de la multiplicidad, que une los componentes y determina una estructura, todo posee un lógos. El lógos es la autentica physis del todo, pero para detectar el lógos de la physis, es necesario desocultarla. Para ello hay que ver más allá del conocimiento de las cosas aparentes, o sea, las multiplicidades aisladas, y desocultar lo oculto, o sea la unidad de todas esas pluralidades, que al unificarse constituyen entidades dinámicas (no fluyentes).
La unidad y la multiplicidad son opuestos que se unen en función de las diferencias, y cuanto más diferentes son los componentes más solida es la unión.
El lógos de Heráclito se enlaza con su concepto de la lucha de contrarios, en el cual la naturaleza encuentra su orden en la presencia de los opuestos, que constituyen finalmente un mismo ser, una misma cosa. Lo que hay es el resultado de una lucha armónica y constante de contrarios.
Pero que la realidad sea dinámica no significa que esté en perpetuo devenir, contrariamente, la armonía de las tensiones opuestas, los cambios moderados, y la justa medida que controla la dinámica de la realidad, son las condiciones que garantizan la identidad de cada cosa.



3) A diferencia de Heráclito, Parménides sostiene que es imposible pensar la contradicción ser - no-ser, es imposible que las cosas sean y no sean a la vez. El ser es y es imposible que no sea, el no-ser es imposible que sea, es negatividad absoluta.

A partir de estos absolutos ontológicos Parménides establece la lógica de no contradicción (no es posible que un sujeto sea a la vez dos predicados contradictorios) y el principio de identidad (no se puede ser una cosa, y luego otra).

En base a esto formula El camino de la verdad y El camino de la opinión. El primero permite obtener un conocimiento universal y objetivo, se basa en la razón. El segundo es un conocimiento aparente, en el cual prima el engaño y la ilusión, porque se basa en los sentidos. Seguir este camino, es seguir la vía del no-ser, un camino erróneo, lógicamente contradictorio, ya que lo que no es no puede ser pensado, y por consiguiente, tampoco nombrado. Para Parménides ser, pensar y decir están profundamente relacionados. La negación del ser no puede producir conocimiento verdadero, porque de lo que no es no es posible pensar ni predicar nada.

4) A partir del pensamiento de Parménides que afirma que no es posible pensar el no-ser, el sofismo sostiene que ¨Si algo existiera sería incognoscible, y por lo tanto, no podría pensarse¨. Según este postulado si ¨lo que no es, no puede ser pensado¨, entonces sólo pensamos lo que de verdad es, o sea, lo existente, por lo cual no sería posible que existiera ¨error¨ en el pensamiento. Como el ¨error¨ existe, se concluye entonces que podemos pensar el no-ser, lo cual lleva a afirmar que hay cosas no existentes que sí pueden ser pensadas.
De esta manera se establece una separación completa entre el pensamiento y la existencia. Y si suponemos que entonces el ser es distinto del pensar, este sería incognoscible, dado que implicaría que el pensar es, en realidad, un no-ser, resultando imposible descubrir el ser partiendo del no-ser. La conclusión es, que si lo pensado no es existente, lo existente no puede ser pensado.
En definitiva, los sofistas no creen en la existencia de una verdad absoluta, y priorizan el concepto de utilidad y opinión. Afirman que aunque exista una verdad absoluta, el hombre no podría llegar a conocerla, ya que la verdad depende de la interpretación y visión de cada sujeto, todo es puramente convencional.

Gorgias asegura que vivimos en el mundo de la opinión, y que la verdad depende de la persuasión. La persuasión es el medio de llegar a la verdad, y la retórica la técnica. Para Gorgias el individuo que domine la retórica, el arte de persuadir, logrará que su opinión triunfe sobre las de los demás hombres, y con ello, alcanzará el poder y la gloria.

Gorgias se basa en tres conceptos fundamentales, ¨Nada es o nada existe¨, ¨Si algo existiera sería incognoscible¨ y ¨Si algo existiera y fuese cognoscible, sería incomunicable¨.
¨Nada es o nada existe¨ ya que si algo existiera, debería ser eterno, o bien no serlo. Lo eterno carece de principio, sin principio, algo es infinito y por ello no está en ningún lugar concreto, de lo que se deduce que no existe. Así, algo eterno y existente es contradictorio. Pero, por otra parte, si algo no es eterno, debe haber empezado a ser, sin embargo, para hacerlo, antes debe no ser, no existir, lo cual es imposible dado que el no-ser no es nada. Según esto, el ser no existe.
¨Si algo existiera sería incognoscible¨ ya que el ser humano dispone de la palabra y el lenguaje como herramienta de comunicación, con el que expresa la realidad. Pero no es la realidad misma, si es que ésta existe. La comunicación comparte palabras, pero no la esencia misma de lo existente. Esto demuestra que la relación palabra-cosa significada es equívoca, y la comunicación humana no pueda transmitir la realidad. Por ello, si el ser existiera, no podríamos comunicarlo y compartirlo con los demás.

Protágoras niega la existencia de verdades universales, y afirma el relativismo del conocimiento y de los valores. Afirma que "El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son, en tanto que son, y de las que no son, en cuanto que no son".

No hay verdades absolutas y universales, sino que las cosas son tal y como son percibidas por cada uno de los individuos. Este relativismo imposibilita definir un criterio de verdad, teniendo todas las opiniones la misma validez, lo que permite defender tesis contrarias al mismo tiempo. Este criterio remarca la utilidad de las opiniones, ya que aunque todas las opiniones tengan la misma validez, algunas resultan más convenientes que otras.



5) Platón se pregunta acerca del carácter cognoscible de la realidad, de que manera está constituida ésta, y si se puede encontrar en ella una norma común que ordene todas las cosas. A partir de estos interrogantes formula la Teoría del conocimiento, la Teoria de las Ideas, y varias alegorías que describen el funcionamiento de estas teorías.

La Alegoría de la caverna es una explicación metafórica, que define la situación en que se encuentra el ser humano con respecto al conocimiento de la verdad, o a la ignorancia.
Los prisioneros representan al porcentaje de la humanidad que esclava de su ignorancia vive aferrada a costumbres, opiniones y falsas creencias. Estos prisioneros, creen que saben qué es la realidad, pero toman por real y verdadero lo que son simples sombras, pertenecientes a una realidad superior. Este aspecto sirve para ejemplificar la diferencia entre mundo sensible (conformado por lo que llamamos “cosas”, y que tiene las características de ser material, sensible al cambio, y que resulta ser una copia de la realidad inteligible), y mundo inteligible (constituye el arquetipo de la realidad sensible, y es inmaterial, eterna y ajena al cambio), y la distinción entre opinión (el conocimiento de las cosas sensibles) y saber (el saber auténtico, Episteme, de la realidad inteligible).
La finalidad de la alegoría es, explicar el proceso que debe seguir la educación del filósofo gobernante. Este proceso está representado por el recorrido del prisionero desde el interior de la caverna hasta el mundo exterior, lo cual representa el ascenso al mundo inteligible, y la visión del Sol, que representa la Idea Principal, la Idea del Bien. La alegoría explica que la educación es un proceso largo y costoso, lleno de dificultades y no accesible a cualquiera. El prisionero liberado debe abandonar poco a poco sus viejas y falsas creencias, basadas en el engaño, y una vez superadas todas las dificultades y temores, será capaz de comprender la nueva realidad que tiene ante sus ojos, más verdadera y auténtica que la anterior. Debe acostumbrarse poco a poco a la luz, hasta alcanzar el conocimiento de lo auténticamente real, lo eterno, inmaterial e inmutable: las Ideas.

Es primordial relacionar ésta alegoría con los conceptos centrales de la filosofía de Platón, sobre todo con la Teoría de las Ideas, traduciéndo todas las metáforas con los respectivos conceptos de su filosofía.



6) La sustancia es para Aristóteles una combinación de materia (hyle) y forma (morphé).
La materia representa lo que hay de particular y de distinto en la sustancia. Es lo que distingue a una sustancia de otra, es la materia de la que está hecha. La forma, por el contrario, representa la esencia de cada ser y su naturaleza, lo que hay de universal en la sustancia.
Dado que la materia es incognoscible, podemos conocer a las sustancias por su forma, es decir, por lo que hay en ellas de universal y no de particular. La forma representa también la naturaleza, y siendo la naturaleza principio y causa del movimiento, Aristóteles introducirá en la sustancia el concepto de cambio y permanencia.
La materia se presenta siempre unida a una forma, y por esto puede diferenciarse una materia próxima y de una materia remota o materia prima. La materia próxima es la sustancia de la que están hechas las cosas, como decimos que el bronce es la materia de la estatua, y la materia prima es, aquel sustrato último de la realidad, absolutamente incognoscible para nosotros, ya que está desprovisto de toda forma y, por lo tanto, de toda cualidad.
A diferencia de la teoría platónica de las formas, la cual es inmutable, Aristóteles explica el cambio, y para ello recurre no sólo a la Teoría de la sustancia, que le permite distinguir la forma de la materia, sino además a otros conceptos, que le permiten distinguir dos nuevas formas de ser: el ser en acto y el ser en potencia.
Ser en acto se refiere a la sustancia tal como en un momento determinado se nos presenta y la conocemos, ser en potencia se refiere al conjunto de capacidades o posibilidades de la sustancia para llegar a ser algo distinto de lo que actualmente es.
La potencia representa una cierta forma de no-ser, un no-ser relativo, pero que es tan real como cualquier otra consideración que podamos hacer de la sustancia. Cada sustancia contiene entonces un conjunto potencialidades, una cierta forma de no-ser relativo. Junto al ser en acto debemos reconocer el ser en potencia.
Aristóteles distingue 4 causas del ser: Material, formal, eficiente y final. Las dos primeras son propias y constitutivas del ser, y las dos últimas son externas y explican el devenir.
La causa material es aquello de lo cual algo nace, surge, o llega a ser. Es la base que recibe la forma y además, la que se va a mantener en todo cambio o movimiento.
La causa formal, la esencia del objeto o la esencia del ser, es la forma específica del individuo del que se trate. Esta causa determina la materia.
La causa eficiente, es el principio del cambio o del movimiento. Es el motor o estímulo que desencadena el proceso de desarrollo.
La causa final es la realidad o fin hacia el cual un ser se dirige. Es una especie de destino que dirige el proceso de desarrollo de algo o de todo, la meta de un ser.

Aristóteles considera al movimiento como un paso del ser al no ser en potencia, y un paso del no ser al ser en acto. A este movimiento lo considera como consecuencia de una causa. Esta causa podrá ser la causa eficiente o motriz, la causa material, la causa formal o la causa final.


 

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