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I.DESLIZAMIENTO SEM�NTICO DEL CONCEPTO DE �EUROPA�
Hay un cambio de significado en el concepto �Europa�. La mitol�gica Europa tiene ra�ces fenicias, �rabe y jud�a. Procede de Oriente y difiere de la Europa
moderna definitiva. Esta Europa no tiene conexi�n con Grecia. Su lugar, Europa, lo ocupan los b�rbaros. La diacron�a de Grecia-roma-Europa es un invento
ideol�gico.
Lo occidental es el imperio romano de habla latina que se opone con el �mbito oriental donde se asienta el imperio helenista de habla griega (cristiano).
El imperio romano oriental cristiano se enfrenta al mundo �rabe musulm�n creciente. La Europa latina medieval occidental tambi�n decide enfrentarse al
mundo �rabe.
Las cruzadas son el primer intento de la Europa latina de imponerse en el mediterr�neo oriental. Pero fracasan y la Europa latina sigue siendo una cultura
perif�rica, secundaria y asilada por el mundo �rabe., turco y musulm�n, que domina geopol�ticamente desde marruecos hasta Egipto. La Europa latina es una
cultura perif�rica y nunca ha sido hasta ese momento �centro� de la historia, ni siquiera con el imperio romano. El mundo musulm�n fue centro de la
historia regional con una universalidad amplia.
Con el renacimiento italiano se une lo occidental latino con lo griego oriental y enfrentan al mundo turco. Nace as� la ideolog�a euroc�ntrica del
romanticismo alem�n donde se toma a la cultura griega como europea y occidental, coloc�ndose c�mo centro de la historia mundial.
Esto de hecho es falso porque hasta ese momento no hay historia mundial y adem�s el lugar geopol�tico le impide poder ser centro.
Tenemos as� a la Europa latina del siglo XV, sitiada por el mundo musulm�n, perif�rica y secundaria en el extremo occidental del continente
euro-afro-asi�tico.
II.DOS CONCEPTOS DE MODERNIDAD
Hay dos conceptos de Modernidad: El primero es euroc�ntrico, provinciano, regional. La modernidad como una emancipaci�n, una salida de la
inmadurez por un esfuerzo de la raz�n como proceso cr�tico, que abre a la humanidad a un nuevo desarrollo del ser humano. Este proceso se cumplir�a en
Europa, siglo XVIII. Indica como punto de partida de la modernidad fen�menos intra-europeos (reforma, ilustraci�n, renacimiento y revoluci�n francesa) y el
desarrollo posterior no necesita m�s que Europa para explicar el proceso.
La segunda
visi�n de la modernidad que propone Dussel es en un sentido mundial y consiste en definir como determinaci�n fundamental del mundo moderno el hecho de ser
�centro� de la historia mundial. Es decir nunca hubo emp�ricamente historia mundial hasta el 1942 que se conquista am�rica y se despliega el sistema-mundo.
Es con la expansi�n portuguesa y el descubrimiento de am�rica cuando todo el planeta se torna el lugar de una sola historia mundial. Antes de esto los
imperios o sistemas solo coexist�an entre s�.
Espa�a como primera naci�n moderna abre la primera etapa con el mercantilismo mundial. La segunda etapa es la de la revoluci�n industrial y de la ilustraci�n.
La Europa Moderna, desde 1492, �centro� de la historia mundial, constituye a todas las otras culturas como su �periferia�.
III. RACIONALIDAD E IRRACIONALIDAD O EL MITO DE LA MODERNIDAD
El etnocentrismo europeo moderno es el �nico que puede pretender identificarse con la universalidad mundial.
El ego cogito (yo pienso) fue antecedido por el ego conquiro (yo conquisto).
Europa moderna, desde 1492, usar� la conquista de Latinoam�rica como trampol�n para sacar una ventaja comparativa determinante con respecto a sus antiguas
culturas antag�nicas (turco musulmana). Su superioridad ser� fruto de la acumulaci�n de riqueza, experiencia, conocimientos, etc., que juntar� desde la
conquista de Latinoam�rica.
La modernidad como nuevo paradigma. Am�rica latina entra en esa modernidad como la otra cara dominada, explotada, encubierta.
La modernidad es justificaci�n de una praxis irracional de violencia.
Surge as� el mito de la modernidad donde la civilizaci�n moderna se autocomprende como m�s desarrollada, superior, y determin�ndose como los encargados de
formar a los m�s primitivos, rudos, b�rbaros como exigencia moral. Si �stos se oponen al proceso civilizador es necesario ejercer violencia para destruir
los obst�culos. Esta dominaci�n sobre el otro que produce v�ctimas, es una violencia interpretada como inevitable ya que es necesario emancipar al b�rbaro
que se opone al proceso civilizador, siendo inevitables los sufrimientos o sacrificios de los otros pueblos atrasados, inmaduros.
Solo cuando se niega el mito civilizatorio y de la inocencia de la violencia moderna, se reconoce la injusticia de la praxis sacrificial fuera de Europa y entonces se puede superar la limitaci�n de la raz�n emancipadora. Se supera la raz�n emancipadora como raz�n liberadora cuando se descubre el eurocentrismo de la raz�n ilustrada, cuando se define la falacia desarrollista del proceso de modernizaci�n hegem�nico. Es decir cuando queda evidente que la emancipaci�n que proponen no es m�s que una falacia. Esto es posible cuando se descubre la dignidad del Otro (de la otra cultura, del otro sexo, etc.), cuando se declara inocente a las v�ctimas desde la afirmaci�n de su alteridad como identidad en la exterioridad, como personas negadas por la modernidad. As� la raz�n moderna es trascendida, es transcendida la violencia euroc�ntrica, desarrollista y hegem�nica y es ah� cuando se logra una �Trans-modernidad�. Un proyecto mundial de liberaci�n donde la alteridad se realice igualmente, se co-realiza con la modernidad: el centro con la periferia, la cultura occidental con el mundo perif�rico, el hombre con la mujer. Ya no hay negaci�n sino que hay incorporaci�n Y DESDE LA ALTERIDAD.
Es un proyecto trans-moderno por subsunci�n real del car�cter emancipador racional de la modernidad y de su alteridad negada. Es decir se incorporan.
La real incorporaci�n es la subsunci�n de su car�cter emancipador racional europeo trascendido como proyecto mundial de liberaci�n de su alteridad negada:
la trans-modernidad, proyecto de liberaci�n en todos los sentidos.
Es as� que hay dos paradigmas contradictorios: el de la mera modernidad euroc�ntrica, y el de la modernidad subsumida desde un horizonte mundial donde cumple una funci�n ambigua, trans-modernidad, incluyendo a la modernidad y alteridad.