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Semiología Trabajo Final: Informe de Lectura Cátedra: Marafioti Prof.: Lozano y Mazza Sede Bulnes Año 2008 Altillo.com

Trabajo Práctico Final de Taller de Semiología

Índice 

1 – Elabore un informe de lectura comparando las figuras de “enunciador” y  “oponente” que construyen los discursos de Cristina Fernández de Kirchner correspondientes al 25/03/08 y al 1/04/08.

Introducción

     Este trabajo pretende sintetizar y analizar con la mayor fidelidad posible a los originales, dos discursos pronunciados en fechas diferentes por la presidenta de la Nación Argentina, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, haciendo uso de las herramientas aportadas por los contenidos de la cátedra. Se tratará de hacer especial hincapié en la construcción de las figuras de “enunciador” y “oponente” en las fuentes.

     Antes de comenzar con el análisis cabe destacar el contexto en que ambos textos-fuente fueron pronunciados. Poco tiempo antes de pronunciarse públicamente estos discursos, El Gobierno tomó la medida de aumentar las retenciones a las exportaciones de soja, aceites de soja y girasol, trigo y maíz y anunció la reapertura de los registros de ventas al exterior de trigo y soja1. Esto generó la ira de los grupos pertenecientes al sector agroproductor: la Sociedad Rural y la Federación Agraria, quienes pese a tener intereses distintos se unieron en un reclamo violento y prolongado en contra del Gobierno, que consistió de cortes de rutas y del lock-out del campo más contundente de la historia del país2. Estas medidas generaron cierta inestabilidad debido al peligro inminente de correr un desabastecimiento grave3 (o al menos eso era lo que se rumoreaba) y una tensión política muy fuerte entre los sectores opuestos al Gobierno y el oficialismo4. En el momento en que se pronunció el primero de los dos discursos, los cortes de ruta cumplían una lamentable existencia de 13 días; el segundo de ellos fue pronunciado exactamente una semana después. Por último vale agregar que el discurso correspondiente al día 25 de marzo se produjo en un acto que nada tenía que ver con el conflicto (una firma de convenios entre una empresa sanitaria y el gobierno bonaerense), pero que la presión (principalmente mediática) sobre el Poder Ejecutivo era tal que se dio lugar a la réplica de la presidenta ante las protestas y acusaciones del campo. La controversia generada por este discurso llevó a la organización, el 1º de abril, de un acto del Gobierno en Plaza de Mayo (con toda la carga de valor simbólico y emblemático que tiene la Plaza para la historia argentina desde el peronismo en adelante)5 con la intención de “convocar al diálogo” a los empresarios rurales, donde tuvo lugar el segundo discurso que aquí se analiza.  

Construcción del Enunciador

     Desde el comienzo, el enunciador deja claro a quién se dirige en su discurso. Abre el mismo (el del día 25/3) aclarando que su auditorio no es (sólo) la gente presente en el acto en que se pronuncia el discurso, al expresar su voluntad de hablar sobre un tema distinto al que motivó dicho acto público6. Cristina remite a sí misma como “yo” en el discurso, utilizando un léxico simple, cuasi informal pero siempre correcto y tajante, mediante el cual se constituye como el sujeto emisor a la vez que busca complicidad o al menos lograr un sentimiento de pertenencia o identificación en aquellos receptores (los paradestinatarios) con los que juntos forman el enunciador cuando toca puntualmente el tema del conflicto. Cuando dice “quiero permitirme hablar” provoca la sensación de que pidiera permiso gentilmente de hacer uso de la palabra, de ser escuchada, esto es una evidencia de la complicidad buscada que mencioné anteriormente: la presidenta de la Nación no tiene la necesidad de excusarse para hablar en un acto público (o por lo menos ésta es mi tésis)7. Reitera constantemente a lo largo de los dos discursos el poder que le confieren sus facultades como presidenta de la Nación, intercalando entre una exposición de los argumentos políticos y económicos por los que tomó la decisión de aplicar la medida que genera el conflicto en cuestión alusiones al carácter democrático de su mandato: “un gobierno surgido del voto popular” dice. Adjudica a este atributo de su gobierno8 la gran oposición que se genera en su contra, poniéndose en contraposición con la figura del oponente al que le atribuye cierta intención golpista (que se tratará más adelante)9, haciendo alusión en distintas oportunidades a que en circunstancias similares se instauró el golpe de estado de 1976 (tras un lock-out de la APEGE, ocurrido en la misma época del año)10. Dice Cristina: “La historia cambió”, y agrega que estos sectores no están decididos ni a cambiar ni a entender la realidad macroeconómica nacional, de la cual aporta numerosos datos con la finalidad de llegar al paradestinatario (el campo sabe las cifras que se manejan y su situación particular,etc; se dirige al resto de la población de la que requiere el apoyo). Es importante remarcar el vocabulario utilizado, si bien es un poco distinto en los dos discursos (el del 1º de abril es más crudo, fuerte, agresivo contra el campo), ya que Cristina se refiere siempre a un “lock-out” (término correctamente empleado) y el campo por su parte lo presenta como un “paro”, como también así lo presentan diversos medios críticos con el gobierno11.

     Es importante señalar que hace especial hincapié en la mención, defensa y reivindicación del gobierno que le precedió (el de su marido Néstor Carlos Kirchner), del cual dice su modelo económico es una continuación. La presidenta le recuerda a su auditorio que fue el gobierno de su marido el que sacó al país de una profunda y sentida crisis económica y que fue esa misma política económica la que generó la rentabilidad de la que goza el campo en el momento en que es emitido el discurso. Explica las razones de esto (tipo de cambio alto que lo hace competitivo frente a los precios internacionales, subsidios al gas-oil consumido por el campo, obras hídricas que se realizaron para que no se vea perjudicada la cosecha, la otorgación de créditos mediante el Banco Nación para evitar el remate de las propiedades, etc). Con todas estas cosas crea la imagen del enunciador, un gobierno electo por la mayoría del pueblo (de la cuál busca el apoyo necesario para llevar adelante estas medidas mediante la pronunciación de éste discurso), que sacó al país de una crisis importante y que adoptó medidas que generaron un incremento enorme (menciona que se sextuplicaron) en los ingresos del sector agroexportador y que dice que la aplicación de retenciones sobre la renta del mismo es beneficiosa para todo el resto de la población. Cataloga a su proyecto político como uno de “inclusión social, de redistribución del ingreso” y agrega toda una serie de menciones al compromiso de su gobierno con el cumplimiento de los derechos humanos, el apoyo y reconocimiento (mutuo) a las Madres de Plaza de Mayo, etc. Busca movilizar en el destinatario no sólo el sentimiento de pertenencia a la patria, sino el de la herida que dejó abierta el Proceso y también el anhelo de justicia social que una moral sana debería tener12.

     Es muy claro cómo busca la aceptación del pueblo, más que lograr convencer al sector del campo. Si bien ambos discursos están pensados como respuestas a cosas dichas y/o hechas por el campo, adquiere mayor relevancia en los mismos el paradestinatario, que podría discutirse incluso si no es en realidad el verdadero destinatario (sobre todo en el segundo discurso, en el que la relación del gobierno con el campo se encontraba demasiado deteriorada – hasta al punto de referirse indirectamente al sector o en mensajes con doble sentido). Si bien esta cuestión (si se trata del destinatario o el paradestinatario) puede resultar confusa, lo que sí es claro es la intención del emisor de mezclarse con el pueblo, de ponerse de su lado, mostrar que está defendiendoló y hacerse uno con él, hacerlo formar parte de la figura del enunciador. En el discurso del 1º de abril, Cristina se dirige a “todos los argentinos (...) hermanos y hermanas”; en ambos discursos utiliza a menudo pronombres inclusivos que la unen con la gente común que ocasionalmente pudiera escucharla hablar: “todos pagamos I.V.A.”, “si hablamos claro y con el corazón en la mano...”.

      Por último, se puede apreciar en el discurso del 1º de abril, la intención de querer expresar cierto temor ante el peligro de que estos hechos puedan desembocar en el fin del mandato. Al ser posterior este discurso, se puede apreciar el aumento de las tensiones políticas, mediáticas y sociales a través del tiempo que transcurre entre ambos discursos. En el segundo, el Gobierno demuestra públicamente sentirse amenazado; Cristina hace uso de este recurso en una actitud que se podría decir denuncia el accionar de ciertos sectores que (conforme a lo que ella trata de expresar) tratan de desestabilizar su gestión13.

Construcción del Oponente

      En el caso del oponente, hay que diferenciar el caso de cada uno de los dos discursos de la presidenta.

     En el discurso del 25 de marzo, se presenta al oponente como los productores rurales que llevan a cabo el lock-out, el corte de ruta, el desabastecimiento, el supuesto intento de golpe. Pero Cristina diferencia dos grupos dentro de éste, y trata de separarlos: menciona que el peón rural es el peor pagado de la escala salarial y el rubro es en el que más trabajo en negro existe (oponiendo así a peón y productor) y luego habla sobre cómo la conducta de los productores agrarios afecta a otros sectores productivos, habla en particular de los productores avícolas14. Efectúa una precisa pregunta retórica que opone a los “huelguistas” con el pueblo argentino, al informar que mientras siguen montando el escenario de “paro” y cortes de ruta (desabasteciendo al pueblo argentino), no frenaron las exportaciones. “¿Para quién es la huelga pregunto?”.

     Cristina ironiza y les aplica el mote descalificativo de “piquetes de la abundancia”, contrastándolos con los piquetes de hace pocos años atrás (“piquetes de la miseria y la tragedia de los argentinos”) efectuados por desocupados o gente en una mala situación económica. Los caracteriza cómo el sector social (“de mayor rentabilidad”) que pedía en aquel momento que se reprimiera a los manifestantes que cortaban rutas, pero ahora utilizan el mismo modus operandi para “extorsionar”15. Los llama “mucho más violentos” que los piquetes “de la miseria”. Dice, haciendo uso de una cita de autoridad (sin nombrarlo) de Atahualpa Yupanqui (gran figura de la cultura popular) que los dirigentes del campo buscan una “socialización de las vacas flacas” y agrega “...cuando las vacas vienen gordas, las vaquitas para ellos y las penitas para los demás”16. También tiene en cuenta el discurso del oponente, al que ridiculiza y descalifica: “la presidenta mala quiere apoderarse de una rentabilidad que venía de hace mucho tiempo en el sector” dice sarcásticamente. Los muestra como figuras totalmente opuestas al proyecto de “un país más justo”, que (como ya se hizo mención anteriormente) no pretende aceptar el nuevo curso de la historia17 y que, con su accionar violento representan una amenaza no sólo para el gobierno, sino para la sociedad toda18.

     Por otro lado, está el discurso del 1º de abril. En éste la presentación del campo como sector antagónico es la misma, pero aumenta la dureza con que se dirige a él e involucra en la figura de “oponente” también a la prensa (lógicamente ciertos sectores particulares de ella, si bien no los menciona, pero no a toda la prensa). En este discurso la caracterización del oponente es de la de una figura más demoníaca que en el anterior. La voluntad de derrocar al gobierno en el anterior es una sugestión, una alusión si bien obvia, no es explícita. En este dice “las mismas organizaciones que hoy se jactan de poder llevar a adelante el desabastecimiento del pueblo llamaron también a un lock-out patronal allá por febrero del ‘76”. Con esta frase contundente liga a los protestantes con el período más sangriento y retrógrada de la historia argentina19, y haciendo uso de la mención de la importancia de los derechos humanos para este gobierno se está contraponiendo con los ruralistas en otro marco, mucho más serio socio-históricamente, más allá de una diferencia en un modelo económico. Luego también separa al oponente en partes, de la misma manera que en el caso anterior: primero distanciando a la gente común de los ruralistas, después a los pequeños y a los grandes productores. “Dicen pertenecer al campo del pueblo y representar a los pequeños productores... ¿Se puede representar al pueblo y enorgullece de desabastecerlo? ¿Se puede pertenecer y representar a los pequeños productores que todos los días luchan contra los pools y las grandes concentraciones económicas?”. Expresa la necesidad de defender de éstos “las conquistas sociales, políticas y económicas que hemos logrado en estos cinco años”.

      A la prensa se refiere muy poco, pero sin dejar de hacerle una crítica fuerte: “A quienes tienen la inmensa responsabilidad (...) de informar a la sociedad” les pide que no generen antagonismos basados en en “los colores de piel” (se refiere metafóricamente a los estratos sociales). El oponente aquí se construye siempre contrastándolo con el carácter opuesto, en todos los puntos expuestos, del enunciador.

Conclusión

      La construcción de las figuras del enunciador y el oponente en los dos discursos analizados de Cristina Fernández son similares (entre uno y otro hay sólo una semana de diferencia). Si bien no se contradicen entre sí, el discurso del 1º de abril maneja un lenguaje más duro, que genera la construcción de un oponente blanco de acusaciones de carácter mucho más serio y negativo que en el primero de los discursos, si bien se trata de las mismas acusaciones. El enunciador en ambos, busca fortalecerse logrando convencer a todo aquel al que el discurso no está principalmente destinado y poniéndolo “de su lado” en la discusión acerca del problema en cuestión. Se muestra también en una posición crítica en algunos momentos, en una situación en que requiere la ayuda y la cooperación del oyente para evitar sufrir un ataque (si es verdad que esto fuese o no a ocurrir no es pertinente a este trabajo, así es presentado por el texto fuente) por parte del oponente, caracterizado como la encarnación de todo lo considerado “malo” en cuanto a cualquier tema que sea tratado por el texto fuente: no sólo las retenciones, sino los derechos humanos, la democracia, el estar perjudicando a otros sectores, etc.

Bibliografía Consultada